“Hoy
todos quieren morder..Muchos que han ido en contra de un gobierno
saqueador, hoy se unen a ellos y participan del bacanal”
Las
recientes declaraciones de Ramón José Medina, dejan muy claro que no solo no
hay unidad en la oposición, sino peor, no hay afecto, por lo cual no hay
respeto.
Que
Medina ofrezca disculpas por su displicencia con Leopoldo López es un gesto
plausible y noble de una casta política que poco sabe de humildad. Sin embargo
difiero de lo que apunta Rafael Poleo de que el asunto quedó zanjado con esas disculpas.
En
mi opinión se hizo elocuencia de un profundo desprecio hacia la Venezuela
decente reprimida representada en López, cuyo mensaje es peligroso para la
oposición y aire fresco para el opresor: "Yo opositor reconozco que si
protesto voy preso (y nada mas)".
Pero la dinámica política no se detiene. Tanto rojos como azules
observan. Afectos al Gobierno desertan, y disidentes reagrupan sus
preferencias. El madurismo produce escozor en el chavismo, y la MUD genera
indignación en la oposición.
Maduro
no sabe cómo enfrentar lo económico, se empeña en la práctica orweliana del
Estado total y contralor, auditando lo inauditable y promoviendo una economía
de puertos chapucera para favorecer a los arroceros de argentina, los cárnicos
de Uruguay o los frioleros de Nicaragua.
El
terror a la unificación cambiaria es palmario (dixit Aristóbulo); el subsidio a
Cuba irrenunciable y el control de Pdvsa por Ramírez, impide tomar las medidas
liberales como las sugeridas por Merentes, de flexibilizar el control de
cambio, recapitalizar el BCV (al tiempo de devolverle autonomía), controlar el
desenfadado e infinito gasto publico de Pdvsa y tender puentes con
sectores privados.
El
miedo a un impacto inflacionario incontrolable coloca a Maduro en posición de
"sobrevivir con la revolución a caballo".
¿Podrá?
Con
una oposición fracturada y renuente a comprender nuestros atavismos históricos,
al decir de la amiga Beatriz Rangel (Foro Perspectivas Venezuela 2014, El Nuevo
Herald), Venezuela podría seguir como va e incluso empeorar, tanto como
ha sucedido desde 1870 con Haití o desde hace décadas con Nigeria, Zimbabue,
Angola o Bielorrusia, por no recordar Cuba, donde el común denominador ha
sido el dominio militar, el miedo, el control económico (o de lo que
queda), y no por ultimo menos importante, de la resistencia ciudadana.
Me llamó la atención el punto que trajo a la mesa Rangel. Los venezolanos no
somos nuevos en esto de tolerar (subrayado) el saqueo de la República.
Hablando del Urogallo al decir de Carlos Blanco (Obertura 1814-2014/El
Universal 13-07-14) "habrá que agradecer a los
patriotas de 1814 que no oyeron a los que decían que ante el avance de Boves y
los demás carniceros que lo acompañaban, había que renunciar a la independencia
del imperio español". Y fue esa resistencia al entreguismo, hoy llamado
colaboracionismo, la que nos condujo a un proceso restaurador. Sin embargo allí
quedó la impronta de irreverencia, asalto, depredación y primitivismo,
que comporta nuestro plasma originario (dixit Herrera Luque).
Tampoco
vaciló Guzmán Blanco en convertirse en el gran "legitimador" del
culto a la personalidad, corrupta además, que hemos vivido en todos los escaños
tanto del poder y en los propios gobernados.
Disponer
de un millón y medio de millones de dólares, sin un reflejo consustanciado de
esa monstruosidad de dinero, en obras, desarrollo, progreso y solidez, es un
crimen no solo imputable a quienes nos han gobernado en los últimos 15 años,
sino a una sociedad que lo ha aceptado, pendiente de sobrevivir lo intolerable,
"capeando al tigre como mejor se pueda" (dixit Luis
Vicente León). El punto es que "los tigres" no se capean
durmiendo con ellos en el mismo lecho, viéndoles morder o esperando que otro de
cuenta de él, porque en ese letargo, nos arrancará la cabeza a todos.
Hoy todos quieren morder. Muchos que han marchado en contra de un
gobierno imagen y semejanza de los saqueadores de otrora, hoy se unen a ellos y
participan del bacanal. "Razón" tiene Maduro cuando dice a los
"indecisos" que se unan al proceso, "porque no saben lo que se
pierden". Jugosos negocios, mordidas fenomenales, que quedan impunes a la
luz de la revolución. Lujos, privilegios, poder, jet set vivre, con
una la dispensa llena de lo que el pueblo hace cola para comer.
Para
colmo, venezolanos como López, María Corina o Ledezma, acompañados de una
sociedad decente y acorralada por los corsarios, se les dice, no protesten
porque si van presos, esa será su responsabilidad y no hay plan que los
respalde. Cual los patriotas que en 1814 no querían enfrentar a Boves por
cobardes, vasallos y sumisos, permutando la república por un caño de
azúcar, nuestros patriotas de la MUD dan el plácet para
que nos carguemos un país.
Hemos sido y seguimos siendo mercenarios de nosotros mismos. Esa reacción de
Medina, no es más que la punta de in Iceberg de insulsas arrogancias, por lo
que ofrecer disculpas es eso: una mínima porción de un proceso impostergable de
vergüenza y redención, que aun no asumimos. Diría Lares, se cansa
uno.
Orlando Viera-Blanco
@ovierablanco
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