"Miente, miente, miente que algo
quedará, cuanto más grande sea una mentira más gente la creerá.", así se
expresaba Joseph Goebbels, ministro encargado de la propaganda del gobierno de
Adolf Hitler en la Alemania nazi.
Por lo cual insistía: "Una
mentira repetida adecuadamente mil veces se convierte en una verdad". Esto
se ha aplicado en nuestro país desde hace 15 años.
El bochornoso espectáculo del cinismo
y la mentira, orientó toda la propaganda y la comunicación del difunto Chávez,
cuyos programas de "Aló Presidente" quedarán en los anales de la
historia republicana, como el mayor catálogo de falsedades esgrimidas por un
Jefe de Estado en América Latina.
Con él se instaló el régimen perverso,
que utilizó la manipulación de los sentimientos del pueblo para enfrentarnos
unos contra otros. El mismo que dilapidó, robó y regaló nuestros recursos
mientras afirmaba trabajar por los más necesitados.
El que afinó un sistema para instaurar
el fraude en todos los procesos electorales y que no piensa respetar ley
alguna, que lo obligue a entregar el poder. Es el mismo que armó colectivos
para masacrar su pueblo.
Sin embargo entre el ladino aquel y el
incapaz de ahora, hay una diferencia de capacidad para hacer creíbles las
mentiras. Mientras el primero era un "teatrero" consumado, el
heredero se aprendió el guión, pero carece del talento.
Lo lamentable es que puede no ser
gracioso ni creíble, pero no por ello menos perjudicial. Al contrario la falta
de capacidad es rápidamente sustituida por crueldad, violencia y represión. A
falta de ideas buenas son las balas.
El régimen esta obedeciendo las
instrucciones del viejo perverso de La Habana, a él le importa poco las vidas
de los venezolanos, si ni siquiera le importó esclavizar a su pueblo que
podemos esperar nosotros.
Los Castro conocen bien el
procedimiento, por viejos y por diablos, hacer una cosa y todo lo contrario,
quitarse la máscara de demócratas y gritar a los cuatro vientos que respetan
las leyes y desean la paz.
El gobierno ordenó disolver las
manifestaciones pacíficas a sangre y fuego, empleando asesinos a sueldo y
militares. Para luego salir gritando que los fascistas quieren tumbar el
gobierno.
Consigna del comité central del Partido Comunista de la Unión Soviética en 1943: Nuestros camaradas y los miembros de las organizaciones amigas deben continuamente avergonzar, desacreditar y degradar a nuestros críticos. Cuando los obstruccionistas se vuelvan demasiado irritantes hay que etiquetarlos como fascistas o nazis. Esta asociación de ideas, después de las suficientes repeticiones, acabará siendo una realidad en la conciencia de la gente.
De la misma manera insultan, utilizan
improperios destemplados y lanzan acusaciones contra los jefes de Estado que se
atreven a solicitar diálogo y respeto por los derechos humanos en Venezuela. De
esta manera paralizan a cualquier otro, que desee expresarse preocupado por la
suerte del pueblo venezolano.
Muchos gobiernos de pueblos hermanos se callan, la mayoría por
interés, otros para evitar problemas y disgustos.
Hasta Obama queda perplejo luego de
ser acusado de promover un golpe de Estado en Venezuela, Maduro le tiende un
llamado para la paz. Designando una comisión de alto nivel para llegar a un
acuerdo con EEUU. A la cabeza coloca al mismo que dicen amenaza quemar la cara
con ácido, a los que lo acusen de fascista.
Entre anunciar una cosa y hacer otra,
con la cual viola cualquier derecho a los ciudadanos, este régimen con una
política cínica de Estado, va adelantando su juego con el que aprieta el yugo
que les aplica a los venezolanos.
Su interés fue siempre que los pobres
se quedaran pobres, para mantenerlos como masa y no como seres. Ser rico era
ser malo, menos para la gente del régimen o para la familia del difunto, ¡el
perraje que coma cable!
Ese juego perverso al que nos han
arrastrado solo buscaba desmoralizarnos, enfrentarnos, para encontrar la excusa
de la fuerza bruta con la que pretenderán aniquilarnos y convertirnos en
borregos de Fidel y Raúl.
Sobre la tierra quemada y la carne lacerada, caerá la lluvia, la sangre y las lágrimas, harán que brote la nueva simiente, de ella nacerá una nueva era... ¡La Sexta República!
Ex Cónsul de Venezuela en París
Presidente de Venezuela-Futura,
Francia
Nelson Castellano-Hernandez
nelsoncastellano@hotmail.com
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