BIENVENIDOS AMIGOS PUES OTRA VENEZUELA ES POSIBLE. LUCHEMOS POR LA DEMOCRACIA LIBERAL

LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA

viernes, 7 de febrero de 2014

NELSON CASTELLANO-HERNÁNDEZ, “PATRIOTAS” Y “TRAIDORES”

Con el modelo que se intenta implantar en Venezuela, una minoría política, busca imponerse con la fuerza de las armas y del poder, a una mayoría que se encuentra aletargada.
La minoría es autoritaria, no respeta la Constitución y las leyes, tiene asesores y fuerzas de inteligencia cubanos, utilizan los recursos del estado para comprar voluntades y manipular a los más necesitados.
La mayoría no quiere más violencia, desea vivir en paz y en democracia. Esta desunida, la conforman los que apoyan a la oposición, los que no creen en nadie y los que tienen temor de actuar.
A primera vista la lucha parece un enfrentamiento entre los que quieren someternos al control de los hermanos Castro y los que luchamos por salvar la democracia.
Entre los que desean implantar un sistema de control absoluto, con el control de todos los poderes públicos y una dependencia alimentaria, laboral y económica, de lo que el Estado tenga a bien distribuirnos.
Del otro lado se encuentran los sectores democráticos, los que se enfrentan sin armas, sin protección jurídica, arriesgando todo en total desventaja, pero sostenidos con la fuerza de sus valores e ideales.
La lucha es entre Patriotas y Traidores. Entre “venezolanos por Venezuela” y “venezolanos por Cuba, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Argentina, Bielorrusia, Irán, Siria, Las Farcs y el Hezbollah”, una extensa fauna integrada por aduladores y sectores que coinciden con el modelo antidemocrático bolivariano.
En todo caso, ¡todos! en uno u otro momento han obtenido su tajada, mientras que nuestro pueblo, aprende a vivir con la escases, las colas, el control de la información, la inflación galopante, cortes de electricidad y la muerte que lo ronda en las calles.
Ya nos implantaron la tarjeta de racionamiento, cedula en mano ante cualquier máquina registradora y la orden seca y autoritaria: ¡uno por persona!
Comenzamos por perder la ciudad y la libre circulación, estamos confinados en casas-jaulas-celdas. Pronto se cerraran las fronteras, nadie tiene prohibido viajar, pero no habrá dólares, ni pasajes, ni cupos, ni pasaportes.
Se dice que los “patriotas” podemos hablar y protestar, pero ya no hay una sola televisión libre y los pocos periódicos que quedan cerraran pronto, ahogados por falta de papel. El que se atreva a criticar o exigir sus derechos es inmediatamente insultado, acusado, sometido al escarnio público, tildado de piti-yanqui, apátrida, burgués o escuálido.
Confiscaron granjas, haciendas, supermercados, negocios, fábricas y perdimos la producción nacional de alimentos, los trabajos y la inversión privada y extranjera.
Ahora dependemos de los escasos dolores para importarlo todo, divisas que los “traidores” manejan a su antojo y que se quedan en manos de los enchufados, también “traidores”. Mientras que el ciudadano de la calle, por el contrario lo obtiene racionado.
El modelo bolivariano, ha logrado llevarnos a los niveles económicos más bajos del mundo, inflación, pobreza y escases es lo que nos espera. Ya nos devaluaron la moneda, por allí viene el aumento de la gasolina, lo único que no disminuyen son los barriles de petróleo que se envían Cuba.
Pero sería injusto pensar que la división entre “patriotas” y “traidores” es así de simple, gente de buena fe puede existir en ambos lados y traidores, como su nombre lo indica, se encuentran a la sombra entre ambos sectores.
Traidor es también el que no defiende sus valores, por lo menos consigo mismo. El que enchufado prefiere enriquecerse con comisiones, con ilícitos bancarios, mercado paralelos del dólar, el que se vende y salta la talanquera. El que traiciona sus juramentos y el deber constitucional. El que permite cubanos en los cuarteles y en los organismos de identificación y seguridad.
Los que han sembrado la división y el odio, los que destruyeron la producción. Traicionamos también cuando olvidamos los exilados, los presos políticos, los caídos y los 200.000 venezolanos asesinados.
Necesitamos ser patriotas, para exigir respeto a nuestros derechos civiles y los derechos humanos… a la vida y a los resultados electorales.
Si no hacemos algo ya, el modelo cubano triunfará. Si la oposición no se renueva y logra renacer la esperanza, la sociedad civil desarticulada, pronto se encontrará oprimida por el modelo comunal.
La estrategia de ir oprimiendo poco a poco al ciudadano, de atemorizarnos con victimas seleccionadas, rinde resultados, ejemplos sobran: Simonovis, Afiuni, Brito, Radio Caracas, Rosales y compañía.
Desanimo, dudas, traiciones, inhibiciones son producto de un sistema perverso de opresión a cuenta gotas. Los traidores nunca han perdido el norte, hemos sido “blandengues” en la defensa de lo nuestro.
La oposición necesita repensarse, buscar nuevos mecanismos de participación, salirse del simple control partidista, conseguir la experiencia y el talento donde se encuentren. Dejar de lado las apetencias, la mediocridad aunque vengan de las filas partidistas amigas.
No es poco los que está en juego, simplemente la libertad. Nada se resolverá con acciones puntuales entre semanas y fines de semana de esparcimiento y descanso.
Algunos dirigentes han dejado la piel en el camino, demasiado solos… a menudo la responsabilidad de la indiferencia está en ambos lados, entre el que espera que lo llamen y el que piensa que puede lograrlo solo.
Cuando comprendamos que patriotas somos todos, que necesitamos a cada uno, estaremos en el umbral del gran movimiento.
El que estamos esperando, el que puede derrotar “el paquete rojo”, la impunidad, la opresión, el poder mal habido.
Venezuela exige que nos comportemos a la altura de las circunstancias, cuando los patriotas se encuentren unidos y marchemos en la misma dirección, los Castros, los corruptos, los traidores, los pranes, los vendidos, temblaran.
Yo vi marchas, como jamás se había visto en Venezuela, pueblo decidido, existía la voluntad y el coraje. No pensemos más en lo que falló, a menos que sea para no repetir los errores.
Tenemos que encontrar el camino de nuevo, no solo el del cambio, sino el del alma de cada ciudadano, por el cual llegar a la fibra interna de cada venezolano.
Eso será el detonante de gloriosas páginas de historia, donde saldremos al lado de una nueva esperanza por la cual valdrá la pena arriesgarlo todo… para continuar siendo libres.
nelsoncastellano@hotmail.com

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