A finales del siglo XV y a pocos años del descubrimiento de América por
Colón, Isabel de Castilla y Fernando de Aragón lideraron las últimas batallas
contra los árabes que habían dominado la península Ibérica durante siglos.
Dicen que las historias se repiten y se nos ocurre fantasear que similar
cosa esté pasando hoy en Venezuela.
En primer lugar tenemos una lucha entre ideologías irreconciliables. Un
régimen comunista asesorado por los cubanos Castro quien finge de gobierno y un
pueblo inmenso acostumbrado a la democracia que lucha duramente por sus
libertades.
Los demócratas no ceden y han venido conquistando espacios. Los
comunistas tienen muchos problemas internos de lucha de poder y de
gobernabilidad pues la economía, medida en inflación, en falta de dólares para
importar y en escasez de miles de productos, hace aguas y se hunde a una
velocidad sorprendente.
Ya no hay duda que el reino de estos piratas comunistas llega a su fin y
al igual que sus similares moros deberán abandonar el País.
Hay curiosas coincidencias. La Alhambra quiere decir “castillo rojo” y
efectivamente a por él vamos. Los rojos venezolanos intuyen su destino y dicen
que ya hay movimientos para largarse.
Lamentablemente no nos dejarán ninguna Alhambra que es uno de los palacios más bellos del mundo y patrimonio de la humanidad. Por el contrario nos dejarán un País hecho flecos. Dividido y con resentimientos, sin divisas, con enormes deudas, con las carreteras destrozadas, los servicios miserables, una delincuencia terrible y miles de otros problemas.
Pero así es la vida y así será el tamaño del compromiso a adquirir para
las muchas cosas a resolver. Venezuela conquistará su libertad como lo hicieron
los Reyes Católicos en su época y se enfrentará a su futuro.
Quizás este mal sueño fue necesario para aprender lo que no debemos
hacer.
Isabel y Fernando tuvieron también a la casualidad de América que
paulatinamente convirtió a España en uno de los mayores imperios de todos los
tiempos cuyo cénit fue Felipe II.
Nosotros como Nación tuvimos la
casualidad de unos precios de petróleo muy altos y unos ingresos impensables en
los últimos lustros pero muy mal utilizados.
Eso no se va a repetir y tendremos que fajarnos. Pero con alegría y
entusiasmo haremos de Venezuela un País de primer mundo. No es tan difícil.
Solo hay que dar dos pasos. 1-Salir de los rojos 2-Construir el País que
todos queremos.
Eugenio Montoro
montoroe@yahoo.es
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