Hace poco
tuve la oportunidad de ver algunas mediciones sobre las posibilidades de los
diversos candidatos a la Alcaldía de Libertador. La última de ellas data de
algo más de veinte días, y contiene dos detalles resaltantes.
El primero es que la ventaja inicial del
discípulo de Chirinos sobre Ismael García, se había reducido prácticamente a lo
que universalmente se considera error muestral. Y el segundo, es que aparece
Antonio Ecarri, en una con cinco puntos, y en otra, con siete. Parece evidente
que las posibilidades de que la alternativa democrática conquiste Libertador, que en el sentir popular
es conquistar Caracas, el centro de los poderes públicos, pasa por la renuncia
de Ecarri a una aspiración que carece de sentido, que no tiene ninguna
posibilidad de éxito, y se sume con toda la conciencia que el momento histórico
exige, a luchar por el triunfo de García.
La Mesa de la Unidad Democrática,
convocó a elecciones primarias para
escoger, entre otros, a los candidatos a Alcaldes y Concejales de la oposición.
En esa contienda resulto electo candidato aspirante a la Alcaldía de
Libertador, Ismael García. Ecarri objeto los resultados, y la MUD, designo una
comisión que reviso todo el proceso, ratificando que quien había sido electo en
buena lid, era García. Tampoco eso satisfizo a Ecarri, quien en una actitud que
afecta a la alternativa democrática y beneficia al régimen, se ha embarcado en
una campaña por dicha alcaldía.
Desde este modesto espacio, me permito hacerle
a este joven político algunas consideraciones.
Jorge Rodríguez ha llevado a la
ciudad al borde de la ingobernabilidad.
Su ineficacia y demagogia, la han convertido en un asco, en un espacio
peligroso donde impera la anarquía, en un degredo que produce vergüenza y
tristeza. Asumir esa alcaldía, no es un asunto baladí, es fundamental para
intentar producir un nuevo modelo de gobierno que privilegie la generación de
ciudadanía, la prestación eficiente de servicios, la seguridad de personas y
bienes, una gestión con probidad administrativa, y todo ello con estricto
cumplimiento de la constitución y leyes de la república.
Hay momentos en la
vida de los pueblos que ponen a prueba a sus dirigentes, este es uno de ellos.
La historia nos enseña que es la unidad el verdadero camino de los pueblos para
rescatar la democracia y el régimen de libertades que le son inherentes. Aquí
no caben medias tintas, o
interpretaciones peregrinas.
En este momento o se está con la alternativa
democrática o se está con el régimen. Hay quien afirma que la vanidad de
Antonio es más fuerte que su conciencia política. No creo que Ecarri desconozca
que la vanidad es una manifestación concreta de la estupidez.
Otros dicen que
el gobierno está detrás de su candidatura. Que lo intente, es natural, han demostrado hasta la saciedad lo torcidos,
turbios y corruptos que son.
Yo prefiero imaginar que Antonio Ecarri sabe
perfectamente la inmensa tragedia que han significado 15 años de destrucción
económica, institucional y moral. Lo necesitamos al lado de quienes pueden
iniciar a partir del 8 de diciembre, la reconstrucción nacional. Los habitantes
de Libertador esperamos no tener que cargar con la tragedia adicional de saber
que no conquistamos Caracas, por la irresponsabilidad de alguien que nunca más
podría volver a llamarse “dirigente”.
Freddy
Ignacio Nuñez Martinez
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