CARLOS E. AGUILERA A., ENCARAR CON VALENTÍA

Denunciar es hacer frente con valentía, distinción y coraje encarando la verdad sin que sea un óbice para desdibujar imágenes o lacerar la dignidad. 

Nuestro país, al que queremos por  tantas cosas bellas, enfrenta situaciones que desdibujan su imagen, por la incapacidad, negligencia y torpe actitud de quienes detentan el poder desde hace ya casi quince años.

La mal llamada revolución del siglo XXI, cuyo concepto aparece en la escena mundial en 1996, a través de Heinz Dieterich Steffan, hoy es uno de los más acervos críticos de este régimen, pues sostiene que se ha desviado los postulados de la revolución socialista bolivariana, término que el difunto Chávez el 30 de enero de 2005, la mencionó en un discurso que pronunció en el V Foro Social Mundial.

El modelo de Estado socialista del socialismo del siglo XXI, es un socialismo revolucionario que emana directamente de la filosofía y la economía marxista, y que se sustenta en cuatro ejes: el desarrollismo democrático regional, la economía de equivalencias, la democracia participativa y protagónica y las organizaciones de base. Dieterich, funda su obra Socialismo del Siglo XXI en la visión de Karl Marx sobre la dinámica social y la lucha de clases y profundiza la teoría marxista incorporando los avances del conocimiento, las experiencias de los intentos socialistas, develando sus limitaciones, entregando propuestas concretas tanto en la economía política como en la participación democrática de la ciudadanía, para construir una sociedad libre de explotación.

El socialismo del siglo XXI – de acuerdo al planteamiento de Dieterich - supone, la necesidad de un reforzamiento radical del poder estatal democráticamente controlado por la sociedad para avanzar el desarrollo. En el marco de la Revolución Bolivariana, Chávez señaló en cierta ocasión que para llegar a este socialismo, habrá una etapa de transición que denominaba como Democracia Revolucionaria, la cual según su opinión llevaría muchos años en alcanzarla plenamente.

Pero desde que llegaron el poder, nuestros castizos revolucionarios bolivarianos, marxistas, lenistas y comunistas como lo denominara Fidel Castro ante una pregunta de una periodista de VTV hace más de un año,  olvidaron con facilidad las prédicas de las “bondades” que contiene la teoría de Dieterich y comenzaron a ofrecer villas y castillos, tal como quedó demostrado en la campaña electoral que llevó a la Primera Magistratura al hoy “santificado “ líder “Comandante Eterno y Supremo” , en cuya memoria hasta un altar junto al Cuartel de la Montaña, instalaron.

Desde entonces los males que alguna vez aquejaron a nuestro país, se han venido multiplicando cruelmente en lo social, político, económico y ético, y sin vergüenza alguna desde Nicolás Maduro hasta sus, ministros, y altos funcionarios del gobierno, aún persisten en culpar de la gravedad de los mismos, a la IV República. Diríamos que nada les ha importado desviar dicho “apostolado revolucionario”,  que se evidencia a través de su comportamiento  puesto de manifiesto con el indebido manejo de la cosa pública, atropellos a la dignidad, acomodos, nepotismo, zancadillas y corrupción-

Hoy los actores de la génesis revolucionaria militar, uno de ellos Rafael Isea quien participara activamente  el 4-F, desnuda ante organismos de los Estados Unidos las realidades que ocurren en Venezuela, el otrora país maravilloso, revestido de paz y de bonanzas, que de pronto se ha visto seriamente comprometida y afectada con tantos escándalos y exabruptos, muchos de los cuales han sido vanamente denunciados ante la Fiscalía General de la República, uno de los poderes secuestrados, que ha trazado una caza de brujerías contra dirigentes de la oposición, y les ha lanzado un salvavidas a activos militantes del PSUV, que nadan en la abundancia de bienes mal habidos de manera corrupta. Un calificado y erudito jurisconsulto, en informal conversación que sostuviera con este periodista, califico este hecho como una complicidad por omisión.

A diario escuchamos tópicos que marcan el avance del siglo, de las ciencias, del camino de la excelencia, del exterminio de la corrupción, de la implementación tecnológica, sin embargo,  en nuestro país tratan de acallar temerariamente los hechos denunciados, atentado a la seguridad e integridad física de las personas, que movidas por el afán de sacar a la luz verdades y realidades, son amedrentadas, humilladas y acosadas perversamente.  Como craso delito se tipifica cuando los corruptos al ver descubiertos sus bajos instintos, vilipendian el honor de sus acusadores.

Los venezolanos tenemos ante si un reto,  que nos obliga a no declinar bajo ningún concepto en nuestra lucha por reconquistar  los valores  morales y éticos,  defenestrados por quienes se encuentran encumbrados en el poder, y que a toda costa pretenden silenciar con mensajes subliminales diariamente en todos los medios con los que cuentan, en procura de esconder el mal causado. Corresponde en consecuencia luchar por rescatar el buen nombre del país con tenaz persistencia y sin rodillas en tierra y con justo equilibrio, y buena conducción de nuestro estado de ánimo, pese a las circunstancias que vivimos en la actualidad.

Si releemos la historia observaremos, que los pueblos cuando asumen con firmeza una decisión, echan por tierra cualquier intento que pretenda  validar el ultraje, el despotismo, la humillación y el capricho de quienes se creen dueños de la vida de sus semejantes.

Bien lo decía el Libertador: “Cuando la tiranía se hace Ley, la rebelión es un derecho”

careduagui@yahoo.com / @_toquedediana

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