Ya basta de diagnósticos y diatribas
inútiles. Unidad y organización, familiar, vecinal, parroquial, municipal, estatal y nacional. Denuncias y unidad superior son las salidas. Un
solo árbol no hace montaña.
La pelea contra el Castro Comunismo Chavista es una lucha de
millones contra unos pocos, ellos son una minoría que artificiosamente controlan
los medios de comunicación, una maquinaria forjada al calor de los dineros públicos,
las armas de la república, la injusticia
y el poder electoral. No podemos seguir permitiendo que esa minoría nos domine,
nos imponga su voluntad y sus valores.
Para seguir dando esa batalla con más
perspectivas y con más posibilidades de triunfo necesitamos integrar una fuerza
ciudadana de manera voluntaria y mediante un serio compromiso de unidad en la
diversidad, organización de las fuerzas disidentes y lucha con moral de
victoria, Todo ello en busca de lograr un mejor destino para nuestro país
exigiendo el cumplimiento de las leyes y el respeto a los derechos humanos
consagrados nacional e internacionalmente.
Creemos que los enfrentamientos entre quienes
estamos en la misma trinchera deben, al menos, aplazarse hasta que se logre el
objetivo estratégico de recobrar la democracia real que en estos momentos languidece.
Es imprescindible dejar a un lado las
apetencias individuales y grupales so pena de sucumbir desunidos en manos de
quien pretende aniquilarnos para instalar un sempiterno régimen de oprobio e
ineficacia.
Sabemos que hay diferencias al evaluar y
tratar de actuar contra quienes ofenden el gentilicio nacional; pero esas
diferencias nunca serán mayores que el compromiso de solventar la situación por
la cual atraviesa la república.
Tanto los partidos políticos que aun hacen
vida en nuestra maltrecha realidad como los sectores independientes maltratados
por los abusos del régimen deben hacer
un alto en sus posturas individualistas en aras de un triunfo del cual estamos
seguros se produciría si la unidad de quienes adversamos el actual estado del
país se produce, obviando protagonismos que en este momento no tienen ningún
asidero en la realidad.
Si esa unidad superior no se produce estamos
condenados a vivir en un país sin presente y sin futuro hasta que la entropía
haga sus efectos en la minoría que nos desgobierna. Quizás sean otras
generaciones las que tendrán la oportunidad de reconstruir una Venezuela
exitosa alejada de esta locura que ahora nos consume. Nosotros seguiremos
padeciendo, por nuestra propia culpa, una realidad que nos merecemos por no
haber comprendido que solo esa unidad superior es nuestra responsabilidad.
Es momento de ir por nuestras metas, pues
cada sueño nuestro debe ser cumplido para poder tener la vida que nos merecemos
con salud, bienestar y libertad. No hay marcha atrás.
carlos.padilla.carpa@gmail.com
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Excelente!!! A ver si muchos repitiendo lo mismo se logra conseguir que los que faltan lo entiendan y asuman.
ResponderEliminarMe gusto tu articulo Carlos, pero la tal unidad solo será posible cuando el individualismo y la codicia política le de paso al bien común y a la humildad. Saludos
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