Allí
en el coraje estriba la diferencia entre continuar bajo régimen socialista o
restaurar la constitucionalidad perdida desde aquel 11 de abril.
Creo
son pocos los venezolanos capaces de poner en duda el hecho cierto de la
inacción del Comando Venezuela ante el ventajismo electoral gobernante como la
causa fundamental para la derrota demócrata el pasado 7 de octubre,
capítulo más reciente en esta tragedia
política que va por 14 años.
Porque
la tragedia, a decir verdad, no estriba en el socialismo gobernante,
discursivamente inocuo, políticamente impresentable. El horror se fundamenta en
el paradigma empleado por la alternativa demócrata, para confrontarlo. La
cohabitación como paradigma, se basa en la sola oposición a la ineficiencia de
la tratativa gubernamental, descartando la confrontación siquiera discursiva
con la ideología que le da sustento, pretendiendo una normalidad democrática al
tiempo que se nos esclaviza.
Ello
es así en razón de la afinidad que observa en la praxis el común de la
dirigencia demócrata criolla con la ideología socialista, habida cuenta la
cercanía de ésta con el populismo democrático rentista vigente en nuestro país
hasta 1998. Si a lo anterior sumamos el "sedentarismo dirigencial" derivado
de la costumbre democrática entre 1974 a 1998 junto al sentimiento de culpa que
aún atormenta a esa dirigencia en relación a los graves fallos ocurridos en tal
período, hábilmente explotado por el socialismo en gobierno, se puede
comprender a cabalidad por qué el fracasado paradigma de la
"cohabitación" se mantiene en pie.
Ante
ello, la mayoría demócrata nacional debe tomar decisiones. El cambio de
paradigma político de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) es necesario si
aspiramos vivir algún día bajo el Estado Democrático y Social de Derecho y de
Justicia que pauta la Carta Magna. Resulta evidente al tiempo presente que
incluso la falta absoluta del teniente coronel Hugo Chávez al frente del
régimen en gobierno en modo alguno es garantía de restauración constitucional,
considerando cómo ha sido la tratativa de la MUD con ocasión de sus faltas
temporales.
Es
decir, ateniéndonos a esa realidad, corresponde a la ciudadanía imponer desde
ya a la MUD un cambio de paradigma hacia la Resistencia Democrática Activa, más
acorde con la situación presente y porvenir, habida cuenta la vocación de
perpetuidad gubernativa por parte del PSUV.
Cada
día bajo el socialismo es uno menos de oportunidad para vencerlo en la medida
que se nos agota la independencia económica como eje de la lucha demócrata.
Suprimida como fuere la libre empresa en Venezuela para dar paso al Estado
Comunal, postulado cardinal del socialismo, nos resultará cuesta arriba la
restitución de la constitucionalidad democrática habida cuenta que será
entonces desde las entrañas del régimen donde tendría que aflorar la lucha por
la libertad, y vale decir que los hermanos cubanos llevan 50 años intentándolo,
sin éxito. ORA y LABORA.
caballeropercival@hotmail.com
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Todo eso está muy bién, pero le cuento: la MUD fue, y digo fue porque parece inexistente hoy, a mi parecer que sus dirigentes, con 14 años de un desgobierno que cada vez más nos abofetea al margen de la constitución, se mantengan en un hermetismo radical. Aunque prefiero que sea así antes que escuchar o leer algunas de esas intervenciones inocuas y futiles que producen más desánimo y confusión en el pueblo opositor. Nos toca luchar con coraje, sin comparaciones deprimentes venidas de pueblos más pequeños, que no han logrado zafarce de la opresión.
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