BIENVENIDOS AMIGOS PUES OTRA VENEZUELA ES POSIBLE. LUCHEMOS POR LA DEMOCRACIA LIBERAL

LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA

viernes, 7 de septiembre de 2012

RUBÉN CONTRERAS, VENEZUELA AMENAZADA POR UN CANCER

Pocas veces en los pueblos se suceden hechos naturales o mecánicos tan continuos por omisión de sus conductores,  que marcan la historia de los mismos.  En la Venezuela de los últimos 60 años, se podían contar los mismos y buscarle las causas y sus consecuencias.
A partir de los años  60, estuvimos marcados por las invasiones ideológicas  de guerrilleros cubanos, en un intento de destruir la democracia venezolana;  el choque del tanquero de La Esso con el puente sobre el lago de Maracaibo; el incendio de la fábrica nacional de vidrio, que impulsó a las hermanitas de los pobres del hospital San José a solicitar su  salida de Maiquetía, cuestión que dejó al litoral Vargas sin una importante fuente de trabajo; la muerte de los maestros en el parque la Llovizna y el terremoto de 1967. Pero esa década dio inicio  a la construcción de las empresas básicas de Guayana, el conglomerado industrial más importante de América Latina. Luego en la década del 70 se logró la paz con la pacificación; las nacionalizaciones del gas, del hierro y del petróleo.
Los años 80 estuvieron marcados por la tragedia de Tacoa, las inundaciones de los ríos El Limón en Maracay y Mamo en Vargas;  el aplazamiento de insurgentes en Cantaura y la masacre de los pescadores en el Amparo.
La década del 90 estuvo marcada por la apertura petrolera;  el cansancio democrático de  los venezolanos que incautamente creyeron en un golpista carismático y la tragedia de Vargas.
Lo acontecido a partir del año 99 ha sido la tragedia mayor, ya que se perdió el respeto a las normas y legalidad; y tenemos un gobierno electo democráticamente, pero con un ejercicio ilegitimo por la violación sostenida de la constitución, que ha sido rebasado por la incompetencia de quienes están al frente de la administración, al desconocer el funcionamiento y mantenimiento de los principales servicios públicos.
Es así como observamos el rosario de hechos y circunstancias catastróficos que se suceden uno tras otro, sin respuestas por partes de los culpables,  entre los cuales sobresalen despilfarros de recursos en Cavendes, El Fus, Fonden;  la interminable reconstrucción del estado Vargas; la pérdida de la autonomía del Banco Central;   la destrucción de la propiedad territorial agraria y la caída de la producción agropecuaria venezolana;  los regalos en dólares al club de chulos del Alba; la hipoteca ante China;  los accidentes en Sidor, Guri,  Planta Centro, Cávim, Paraguaná en 2006 y ahora en 2012;  Copoelec;  derrames petroleros y el desastre de PUDREVAL.  Desastres naturales como los acaecidos en los años 1999, 2000, 2005,  2009, 2010, 2011 y 2012 en los estados occidentales y orientales. Matanzas sin explicación como las ocurridas en las cárceles de Tocoron, La Planta, El Rodeo y ahora en Yare. La vialidad nacional totalmente colapsada y el servicio de energía eléctrica a los niveles de la anterior dictadura de Pérez Jiménez, en que la norma era utilizar plantas termoeléctricas,
Esto es debido a un presidente incapaz que no entendió su rol de administrador y gerente de la res pública, sino que pretendió a través de la reforma constitucional entronizarse en el poder, creando una red  de siguices,  en los cuales cada uno tendría el manejo de parte del tesoro público para cubrir sus necesidades personales.
Todo esto ha sido diagnosticado como una enfermedad terminal que hay que erradicar. Los entendidos en materia de economía, de planificación y de políticas públicas, lo califican como un cáncer que quiere apoderarse de Venezuela y eso no lo podemos permitir quienes fuimos formados durante la etapa democrática para servir al país, razón por la cual debemos poner todo nuestro esfuerzo para extirpar ese tumor maligno que  quiere insertarse en la realidad venezolana.
El bisturí y el escápelo lo tiene cada venezolano en su mano y podrá el 7 de octubre hacer uso de él votando por el progreso y un camino nuevo, para cambiar este estado de cosas.   
rubencontrerasg@gmail.com

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