Mientras que el oficialismo se dedica a
contratar autobuses de superlujo para llevar sus tarifados a los contados
mítines que da su candidato, el de la unidad democrática, Henrique Capriles
Radonski, se desvive día tras día dando a conocer su programa de gobierno.
Pueblo tras pueblo, en un incansable trajinar del país, Henrique Capriles
Radonski presenta su oferta esperanzadora, de avanzada; una que nos permitirá
salir del foso donde nos enterró la revolución que nunca fue.
Los detalles de ese plan de gobierno
revelan la profundidad del diagnóstico realizado y el profesionalismo que
conllevó su elaboración. Basta revisar las acciones que durante los primeros
100 días de gobierno de Henrique Capriles Radonski como Presidente de la
República están planificadas para el sector ciencia, tecnología e innovación.
Para activar y elevar de inmediato la
calidad de los sistemas nacionales de educación superior y el de investigación
en ciencia, tecnología e innovación, nos propone un masivo plan de becas de
estudio en universidades públicas y privadas venezolanas y en centros de
excelencia del exterior para jóvenes talentosos, especialmente de los sectores
populares. Así mismo, Henrique Capriles Radonski plantea mejorar
sustancialmente los niveles de remuneración de docentes e investigadores.
Para fortalecer la capacidad de producción
y emprendimiento de la sociedad, el gobierno de unidad democrática propulsará
una descentralización real y efectiva de la gestión en ciencia, tecnología y
desarrollo. Fomentarán proyectos innovadores del sector industrial-empresarial
que procurando alianzas con la academia y la sociedad civil, propicien
soluciones a problemas locales o regionales. A la brevedad posible, se
reanudará el financiamiento de proyectos de investigación científica,
tecnológica y humanística en las universidades nacionales y en los centros de
investigación públicos y privados, sin ningún otro requisito que no sea la
excelencia académica.
Bajo el gobierno de Henrique Capriles
Radonski se creará el Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación y
una Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, instituciones
profesionales y apolíticas que dirigirán la actividad sectorial. Desde allí y
con el concurso activo de la gente de la ciencia se brindará asistencia
técnica y científica a los poderes públicos y las comunidades.
Las acciones reseñadas requieren de
importantes cantidades de recursos financieros que en una primera etapa
provendrán de la LOCTI. Los objetivos y razón de ser de esa ley serán
estudiados mediante consulta pública para que deje de ser una carga impositiva
más y se convierta en lo que debe ser: un poderoso mecanismo de transformación
socioeconómico con profundas implicaciones en lo académico y lo productivo industrial.
conciencia.talcual@gmail.com
@jaimerequena
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