"En Venezuela sabemos que un país puede destrozarse frente
a los ojos de todos los ciudadanos"
En cuestión de horas el tema se convirtió en "trending
topic" en Twitter y las imágenes corrieron por las páginas web de la
prensa en todo el mundo: la anciana Cecilia Giménez -quizás con la mejor
voluntad de hacer el bien- había destrozado la imagen de un Ecce Homo en una
iglesia de la pequeña localidad de Borja, en Zaragoza, España. El hasta hace
una semana tranquilo pueblo de 5.000 habitantes se ha convertido en un destino
turístico debido al desastre pictórico de la señora Giménez. Un sinnúmero de
visitantes ha llegado a tomarse la foto con el Cristo "restaurado".
Uno de los aspectos que más ha llamado la atención de la prensa
mundial es por qué el cura y los feligreses no se dieron cuenta del destrozo
que llevaba a cabo la señora. Los venezolanos podemos dar fe de cómo se puede
destrozar un país con la complicidad del gabinete ejecutivo y frente a los ojos
de todos los ciudadanos. Esta última semana ha sido una muestra excepcional de
ello.
Comenzamos con una nueva matanza en la cárcel de Yare. La ministra
Varela declara que los reos están armados hasta los dientes. ¿Entenderán en el
resto del mundo que aquí los presos están armados hasta los dientes y hasta
detonan granadas? ¿Quién les dio las armas -armas de guerra- si la requisa es
humillante, por decir lo menos?
Luego colapsó el puente de Cúpira. Increíble que la conexión
entre el Oriente y el Occidente del país se haga mediante un puente que, según
las declaraciones del ministro García Toussaint, cedió porque coincidieron dos
carros y una gandola. Si los puentes van a colapsar porque no soportan el peso
de dos carros y una gandola a la vez... ¡auxilio! El 24 de agosto las lluvias
tumbaron el puente de Urica que comunica Anzoátegui y Monagas. Ya estamos
advertidos de que hay puentes que no aguantan ni peso ni lluvias.
Dos días después explotaron sucesivamente tres tanques de gas en
la Refinería de Amuay. Y las "explicaciones" del presidente Chávez y
del ministro Ramírez fueron contradictorias, confusas, superficiales y falsas.
Como si esto fuera poco al día siguiente de apagarse el último
incendio en Amuay, nos enteramos de una masacre de miembros de la etnia
Yanomami por garimpeiros brasileños, y la ministra de los pueblos indígenas
declara "que no tiene conocimiento de ella".
¿Ecce Homo? ¡Ecce Venezuela!
@cjaimesb
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