La dictadura
castrista siempre ha acusado a la
oposición de responder a los intereses de Estados Unidos, una ignominia que ha
sido asimilada por numerosos gobiernos, academia, intelectuales y políticos,
que para ocultar su complicidad o indolencia, se han hecho eco de tales
infundios.
La realidad es que la causa democrática cubana ha padecido de una gran orfandad internacional. La resistencia insular, armada o pacifica, no ha contado con el respaldo moral o material que otras naciones han dispensado a los defensores de la democracia en distintos países, una consecuencia probable de la intensa, extensa y efectiva campaña de desinformación que emprendió la dictadura castrista desde que tomó el control de la República.
A esa situación
hay que sumar la decisión de Washington y La Habana de restablecer relaciones
diplomática, un dictamen que afecta a los cubanos sin importar la orilla en que
se encuentren o las ideas políticas que
defiendan. Un cambio de Estados Unidos que tal vez sirva para demostrar a los
encubridores y apáticos que los que han
luchado y luchan por la democracia en Cuba lo hacen por propias convicciones y
no por dictados de un tercer país.
Cierto que las
muestras de la independencia de criterio y acción de los demócratas de la isla
han sido muchas, pero como si no fueran suficientes, los cubanos exiliados en
Puerto Rico están convocando a un Encuentro Nacional en el que participaran
activistas de las dos orillas que luchan para que en la isla se establezca un
régimen de derecho
Este encuentro nacional en Puerto Rico es una especie de reafirmación del compromiso de enfrentar el régimen castrista con independencia de las circunstancias internacionales, incluida la decisión de la democracia más poderosa del mundo de establecer vínculos diplomáticos con la dictadura más longeva del planeta.
Cubanos Unidos en
Puerto Rico, los convocantes a esta cita, es una organización plural que reúne
a individuos de diferentes orígenes, profesiones, experiencias de vida y
generaciones, por lo que tiene
credenciales más que suficientes para plantear un Encuentro que reúna
diversidad de pensamiento y acción, con el objetivo de producir una propuesta
que pueda ser asumida con igual obligación tanto por los cubanos de la isla
como por los exiliados.
La frase
martiana, "Juntarse es la palabra de orden" es el lema de la cita y
su objetivo principal, asegura el
abogado Guillermo Toledo, coordinador del Encuentro, quien junto al arquitecto
Manuel Fernández, líder de Cubanos Unidos, ha trabajado arduamente para que la
mayor diversidad posible de pensamiento y estrategias en la lucha contra la dictadura participe del
programa.
La cita está
estructurada sobre mesas de trabajo y las ponencias trataran sobre temas
elaborados por los delegados. El objetivo es sentar las bases para desarrollar
una propuesta que posibilite una transición democrática. También se designara
una Comisión Permanente que dará continuidad a los acuerdos que resulten del
evento.
Otro de los
compromisos es reformular las relaciones entre el exilio y la oposición interna
con el propósito de hacerla más efectiva, condición que para el ex preso
político Gerardo Morera, directivo de la junta organizadora, es fundamental,
porque repercutiría en la ampliación de
la base social de la oposición, una circunstancia que pondría en jaque al
régimen castrista.
El Encuentro que
se realizara en la capital de Borinquén entre el 13 y el 15 de agosto cuenta
con una amplia representación de la oposición interna.
Durante meses los
organizadores del evento han estado invitando a activistas pro democracia que
actúan al interior de Cuba. Han intercambiado con ellos experiencia y le han
planteado la idea de realizar un foro amplio y representativo de las dos
orillas con el fin de concertar esfuerzos, propuesta que ha sido recibida con
beneplácito por quienes combaten la
dictadura en la primera línea del frente.
Otro miembro de
la Junta, Severiano López Sicre, opina que este foro sería útil para explorar
la posibilidad de constituir una entidad que represente en los foros
internacionales, y si es posible ante gobiernos, los intereses comunes de
los demócratas cubanos, lo que en su
opinión redundaría favorablemente en el proceso por la liberación de Cuba del
despotismo.
La visión de los organizadores sobre una Cuba futura es amplia, porque establece el compromiso de abogar por el respeto irrestricto a los derechos humanos como lo proclama la declaración de las Naciones Unidas, haciendo énfasis, dice Kemel Jamis, directivo y también ex prisionero político, en tres aspectos básicos: Independencia de los poderes públicos, libertad económica y pluripartidismo con elecciones libres y observadas internacionalmente.
El Encuentro es
un gran reto, un salto hacia adelante a favor de una Cuba en la que cada ciudadano pueda ser dueño de su
destino.
Pedro Corzo
pedroc1943@msn.com
@PedroCorzo43
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