La
represión trata de silenciar a la disidencia y los hipócritas hermanos.
Castro
planifican un despliegue de argucia diplomática
Ante
la anunciada visita de Benedicto XVI a Cuba, La Habana se maquilla para
esconder la miseria, la represión trata de silenciar a la disidencia y los hipócritas hermanos
Castro planifican un despliegue de
argucia diplomática para tratar de ocultar la sempiterna contradicción entre
discurso y acción, característica fundamental de su régimen.
Por
su parte
la resistencia cubana, representada por diferentes organizaciones y
grupos, ha llevado a cabo acciones para
pedirle al Papa ser oídos. Entre estas
manifestaciones esta la protesta en la
Iglesia de la Santísima Virgen de la Caridad del Cobre, con el fin de llamar la
atención de Su Santidad sobre la
situación en la que vive el pueblo cubano bajo la cincuentenaria tiranía de los
hermanos Castro. Por supuesto el valiente grupo fue desalojado de la Iglesia
por las fuerzas de represión, con toda la violencia posible.
Las
Damas de Blanco, organización de esposas
y familiares de los 75 presos políticos, pertenecientes al movimiento disidente
Primavera Negra y cuya cuya líder Laura Pollan falleciera recientemente en
extrañas circunstancias, han solicitado que el Papa les conceda un minuto de su
tiempo a fin de exponerle la situación que azota a la nación bajo el régimen
castrista. Ellas nuevamente han conocido la represión con la que pretenden
silenciarlas, 70 de sus miembros fueron detenidas durante horas, siguen
recibiendo hostigamiento, maltratos y amenazas continuas.
También
las organizaciones de defensa de los
derechos humanos, entre estas La Red Latinoamericana y del Caribe para la
Democracia han hecho circular cartas y
peticiones dirigidas a Benedicto XVI pidiéndole que “se reúna con las Damas de
Blanco y otros miembros de la disidencia durante su visita a Cuba; que abogue
por el cese de la represión, y se inicie un dialogo, en el que impere la
libertad de expresión y el respeto por
los derechos humanos, que han sido tan vejados bajo la égida de los Castro.
Cabe recordar que con anterioridad estas mismas peticiones han sido formuladas
por la disidencia cubana a cualquier mandatario, funcionario, organización y
personalidad que esté o no dispuesta a oírlos. La presencia Papal tiene un
significado muy especial para los cubanos que han sido victimas de la saña de
una dictadura férrea y longeva.
La
visita de Benedicto XVI, podría representar para el pueblo cubano una
oportunidad de ser visto y oído en su verdadera realidad de miseria, represión,
injusticia, algo tan diferente a la imagen de la Cuba del turismo, con la que
se esconde la segregación de los ciudadanos comunes, a los cuales no se
les reconoce derecho alguno; O, al castrismo que derroco a la dictadura de
Fulgencio Baptista y creo un “Estado
revolucionario”, cuyo verdadero significado ha sido la destrucción de un pais,
la diáspora de millones de ciudadanos, la intervención con fines irritos
prácticamente en el resto del mundo.
Surge
la inquietud sobre si Benedicto XVI y el Cardenal Jaime Ortega, entenderán el dolor del pueblo cubano, de esos disidentes que han dejado sus vidas
luchando por la libertad, y, por lo tanto del ruego que es cursado ante ellos con la esperanza de
ser oídos, de tener una oportunidad de expresar lo que sienten. La disidencia
cubana no esta solicitando una declaración de guerra. Resta saber si el Pastor
del Catolicismo y su máximo representante en la Isla, serán capaces de cumplir
con su deber religioso, de tener un acto
de compasión hacia el prójimo al que dicen representar, y, escuchan en forma
directa a la disidencia que les suplica se les conceda una audiencia. O, si por el contrario preferirán hacer un
despliegue de política y diplomacia que cubrirá con legitimidad a las acciones de la
cincuentenaria tiranía castrista.
Benedicto
XVI antes de iniciar su viaje a México y
Cuba, declaró “el comunismo ya no funciona en Cuba, la Iglesia Católica está
dispuesta a ayudar a la Isla a encontrar nuevas formas de avanzar en nuevos
modelos sin "trauma
Si
el fin que persiguen Benedicto XVI y el Cardenal Ortega, es afianzar al
Catolicismo en Cuba, mediante el establecimiento de un dialogo, habría que
hacerlo sobre la base que la Iglesia Católica
la conformamos todos los creyentes y que si existe una jerarquía
eclesiástica, es porque hay una base que la sustenta a la que hay que oír para
entenderla
Es
necesario reconocer que mientras exista
la dictadura de los Castro, cuyos fundamentos son la confiscación de los
derechos humanos, el establecimiento de
un gobierno hegemónico, (que ya cuenta con 53 años en el poder), una economía
parasitaria en la que solo los personeros del régimen gozan de un altísimo
nivel de vida, mientras el pueblo muere de hambre, la discriminación y siembra
de odio entre quienes piensan diferente,
y, el miedo como forma de relación, es imposible que la imagen y realidad de
Cuba sean diferentes a la de la Isla Cárcel.
¡Por
supuesto al régimen de los Castro, la proyección de su verdadera realidad no les conviene!
mechemon99@yahoo.co.uk
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