martes, 18 de marzo de 2014

MILAGROS SOCORRO, ALLÁ VA EL NUEVO DIOS, CORRAN

Cada cierto tiempo aparece en Venezuela un nuevo ídolo. El periodo es más amplio según la jerarquía que vaya a ocupar en el templo; por ejemplo, entre Carlos Andrés Pérez y Hugo Chávez, imanes de adoración colectiva, pasaron varias décadas. No así entre deidades menores, cuya aparición se registra en lapsos más cortos.
En las últimas semanas hemos sido testigos de varias fulguraciones de devoción súbita en el campo de la política. Todos tienen en común la irrupción repentina, aun cuando tuvieran dilatadas carreras en su particular especialidad, pero el punto es que de pronto asoman a la arena pública e inmediatamente concitan el frenesí. Muchas veces, el fanatismo express que despiertan estas estrellas fugaces a veces no tiene nada que ver con ellos mismos, es decir, no son responsables del pasajero fervor del que son objeto, no lo han buscado ni están especialmente interesados en ingresar a la olvidadiza farándula venezolana. Otros sí, claro; y, de hecho, viven de eso. El punto es que el fenómeno describe más a los feligreses, siempre anhelantes de un tótem, que a la persona a la que invisten con esta categoría.
Otra categoría del donjuanismo religioso venezolano es que la nueva reverencia pasa por abominar de todo lo precedente. No importa si el amado desechado haya hecho enormes esfuerzos para cumplir con el mandato que recibiera de las masas, enfrentándose a riesgos sin límite y a ruindades indescriptibles. Nada de eso cuenta. Todo lo que haya hecho el dios pasado a retiro es basurita de sacapuntas. Solo el caribe de estreno es gente.
Los militares siempre están en el tope de la pasión. Nada iguala su sex appeal. Mucho más si son dados a gestos teatrales, que, además, involucren armas. Cada vez que aparece un oficial gesticulante, le salen huestes que se secan las manos a toda prisa y dejan los oficios botados para ir a jalearlo. Lo adoran por un tiempo y luego se devuelven a sus casas, “decepcionados”, “entregados a una nueva desilusión”, pero pendientes al asomo de un pronto sustituto.
En febrero de este año se empezó a hablar de un tal “profeta”. Los que no estamos en nada llegamos a marzo sin percibir al tipo en el radar ni detenernos a guglearlo. Pensamos, quizá, que sería un personaje de un video viral o de alguna tonadilla humorística. Ni nos molestamos en preguntar. Pero la referencia persistió. Resultó que se trata de Reinaldo Dos Santos, el “Profeta de América”, un aventurero brasileño que se las da de vidente.
El 26 de febrero, el sacamuelas “predijo” que a Maduro le quedaban “de cuatro a cinco días en el poder debido a la ola de protestas que vive su gobierno desde el pasado 12 de febrero”. Y agregó que, para que la profecía se cumpliera, los manifestantes debían mantenerse en las calles. Bastaba, lo dijo con todas sus letras, que las calles estuvieran cerradas por cuatro días “y el régimen cae”.
Del 26 de febrero en adelante, el “profeta” se encaramó en lo alto de los altares con agilidad de cabra montesa. Su nombre destellaba en los “chats de madres” como fiador de que los niños no debían ir al colegio. Tal era el temblor que la sola mención del embaucador despertaba en las devotas que los mensajes estaban plagados de faltas de ortografía. Qué norma se va a respetar cuando se cita a un adorado.
Incluso gente que ha concluido el bachillerato lo tenía por referencia. “No escuche a la falsa oposición”, mandó el Rasputín de a locha. Y a cuenta de eso, hirvió la fanaticada.
No había sido, por cierto, la “oposición de verdad” quien descubrió al “profeta”. En 2013, él mismo dijo que la madre de Chávez se había consultado con él, y mostró una foto donde la señora aparece acurrucándose contra él. No sería de extrañar que fuera otra mentira y la foto un montaje, dada su trayectoria. Pero el caso es que ni la interesada ni ningún vocero de la familia desmintió al charlatán.
El caso es que aparecido el timador, el ritual pasó por escarnecer de Ramón Guillermo Aveledo, quien amaneció convertido en el borrego que debía sacrificarse en el ara del santón. Para qué necesitaba el país la Mesa de la Unidad Democrática ni ningún espacio simbólico de avenimiento de las diversas corrientes que aspiran a sustituir a la dictadura del siglo XXI. Más aún, para qué necesitamos a los políticos, mucho menos a los partidos, las militancias, la organización y los debates internos, si lo tenemos a él, que sí es adivino y sí resuelve esto en un dos por tres.
Se cumplió largamente el plazo. Y el “profeta”, ve, chico, estaba hablando paja. No es de esperar que le hayan concedido una prórroga porque los adoradores instantáneos también muy rápidamente se descorazonan.
Además, es posible que ya lo hayan olvidado, porque desembarcó en La Guaira Fernando Del Rincón, un periodista experimentado, muy serio, que no tiene nada que ver con los tiradores de paradas que suelen hechizar a los feligreses de quita y pon. Pero ya lo hemos dicho, en muchas ocasiones los íconos no tienen culpa del delirio a su paso.
Y, como ya lo hemos visto –y lo volveremos a ver, eso seguro–, no basta con echarle incienso al brillante, diligente y corajudo reportero de CNN. Es preciso denostar de los periodistas locales, muchos de los cuales hasta ayer firmaban autógrafos en las marchas. Ahora son “vendidos”, “tienen bozal de arepa” y “no hacen lo que Fernandito sí hace por nosotros”. Se disipó la memoria de los reporteros tragando los gases lacrimógenos de Chávez y Maduro; perseguidos; detenidos; sus equipos robados por policías y guardias nacionales; con inmensas dificultades para hacer su trabajo, porque el régimen cerró las fuentes de información; desempleados, porque el régimen confiscó los medios; presionados, porque el boliburgués de turno llega con una lista de vetados; mal pagados, porque la economía está destruida y porque los empleadores no son capaces de proveer de seguridad al trabajador de los medios; atrapados en el chantaje de la dictadura y de los empleadores; agotados por excesivas horas de trabajo y de traslados, y sin posibilidad de continuar los estudios, que es el anhelo de muchos, de la mayoría; aterrados por la posibilidad de quedarse sin trabajo y no poder emplearse nuevamente, porque el mercado laboral está terriblemente restringido para los periodistas (y no somos ingenieros o técnicos petroleros, que muchos países reclutan para fortalecer sus industrias).

En fin, dejo esta lista cuando apenas la estoy empezando. Bastaría analizar someramente las evidencias para comprobar no solo que los periodistas venezolanos han cumplido con su trabajo contra dificultades monumentales, sino que el gremio se encuentra entre los que han hecho contribuciones más relevantes para mantener un atisbo de institucionalidad en Venezuela; y, por cierto, para dejar abiertas unas mínimas ventanas al disenso y a la crítica, cuya obliteración no acarrea sino violencia y confrontación. Todo eso, igual que el resto del pueblo venezolano, con salarios miserables y la negación de una prosperidad a futuro.
Todo eso se lo llevan por delante los proteicos fieles. Finalmente, es una conspiración contra los laicos, en palabras de George Bernard Shaw. Un prolongado empeño en abatir todo lo que suponga brega a largo plazo, pacto con la realidad, talante de adultos. Se trata de curar el cáncer con menjurjes.
Milagros Socorro
socorromilagros@gmail.com
@MilagrosSocorro

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OCTAVIO LEPAGE, ¡FUERA CUBA!, HOJA DE RUTA POLÍTICA (79)

Las manifestaciones de ayer contra la injerencia de la Cuba castrista, fueron multitudinarias, a pesar de la escasez de propaganda y de la fatiga normal al cabo de 33 días de movilizaciones callejeras.  La primera deducción es que se ha configurado una conciencia sostenida de rechazo a la injerencia cubana y de indignación colectiva ante el pisoteo de la soberanía nacional.  Si nos descuidamos, podríamos quedarnos sin patria.
Lo de la penetración cubana no es invento de opositores radicales que necesitan el oxigeno de la confrontación.  Los hechos hablan por sí solos.  Desde que la Unión Soviética colapsó siendo una super potencia por culpa de un modelo político económico fracasado, Rusia suspendió la ayuda a Cuba montante en cinco millones (US$ 5.000.000) de dólares diarios. Chávez, deslumbrado por Fidel Castro, asumió esa ayuda multiplicándola.  Solamente los cien mil (100.000) barriles diarios de petróleo despachados gratuitamente a Cuba,  superan ampliamente lo que le entregaba Rusia.  Por otra parte, como lo denunciara Antonio Ledezma, en la manifestación, en Venezuela hay 45.000 agentes cubanos para garantizar el flujo ininterrumpido de esos 100.000 barriles diarios de petróleo.  Además la ayuda a Cuba no es solamente en petróleo, configura una especie de delta cuyos múltiples canales vuelcan en el erario castrista recursos multimillonarios.
Que Venezuela haya asumido la carga de financiar durante años a Cuba, con su aparato productivo destruido por la terquedad en aplicar un modelo económico- fracasado, que ya había colapsado a la Unión Soviética, es realmente demencial.  
A pesar de carecer por completo de explicación racional, fue una de las aberraciones ideológicas de Chávez que la mantuvo por años abusando de su poder omnímodo. En la actualidad,  no solamente Chávez es difunto, la situación económica de Venezuela ha cambiado radicalmente.  Somos un país en situación económica comprometida.  Los dólares  que percibimos por las exportaciones del petróleo, que si nos pagan, son insuficientes para financiar la importación de artículos de primera necesidad, presentándose una situación de desabastecimiento que ha conducido a la adopción de la Libreta de Racionamiento, disimulada con el nombre de Tarjeta de Alimentación.
La reacción de Maduro es típica  de quien ejerce el poder por delegación.  No sopesa las repercusiones que esta situación de colonialismo pueda tener en los venezolanos, incluso en el mundo castrense.  Convocó al embajador de Cuba a Miraflores para definir nuevas modalidades de ayuda.  El cipayo perfecto.
No hay dólares para comprar comida, pero si hay dólares para comprar bombas lacrimógenas (US $ 25 c/u).  Se compran conciencias, pero no se compra comida ni medicinas para los hospitales.  La reacción contra esta realidad que avergüenza tiene que mantenerse como bandera de la resistencia callejera para restablecer la democracia en Venezuela.
Octavio Lepage
olepageb@gmail.com

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MANUEL MALAVER, EL CASTROCHAVISMO TERMINÓ AHOGADO EN SU SIEMBRA DE ODIO

Chávez quizá pudo soñar alguna vez que el pueblo venezolano no se levantaría en ira para tirarle en la cara el mamotreto del “Socialismo del Siglo XXI”.
Pero era que, como malabarista de la política, podía simular el colosal fracaso del modelo financiando sus ineficiencias con petrodólares, y, aplazando la llegada a la “tierra prometida” hasta que los precios del crudo se colocaran en 200 o 400 dólares el barril.

Entre tanto, dilapidaba hasta el último centavo que ingresaba al tesoro nacional en el delirio más caro y aberrante que ha conocido la historia, como fue darle respiración boca a boca a un remedo de la “Guerra Fría”, donde él reencarnaba a Lenin, Stalin, Mao y Castro juntos -y a todos cuantos quisieron destruir el capitalismo y a los Estados Unidos-, Caracas pasaba a ser la nueva Moscú, y Cuba, Nicaragua, Ecuador y Bolivia los satélites del nuevo centro de poder.
Las aventuras de los cruzados pasaron por hitos, tales fueron la guerra que Chávez y Correa casi le declararon al presidente Álvaro Uribe de Colombia, la cayapa que le montaron desde la OEA a los demócratas hondureños porque se negaron a que un chavista, Zelaya, los sacará “constitucionalmente” del poder, y por la creación de espejismos como la UNASUR y de otro esperpento llamado la CELAC.
El caso fue que “tras de este hombre a caballo” (como diría el imprescindible poeta venezolano Andrés Eloy Blanco), se fueron DOS BILLONES Y MEDIO DE DÓLARES, producto del último ciclo alcista de los precios del crudo (2004-2008), que fueron a parar a las fauces siempre hambrientas de los dictadores Raúl y Fidel Castro de Cuba, de los semidictadores Ortega de Nicaragua, Correa de Ecuador y Morales de Bolivia, y de unos comodines (Lula da Silva y Dilma Rousseff de Brasil, José Mujica de Uruguay y los esposos Kirchner de Argentina) que también entraron con gusto y saboreándose al festín.
De modo que, cuando Chávez muere -no se sabe si en La Habana o Caracas, si el 31 de diciembre del 2012, o el 5 de marzo del 2013- ya todo estaba hecho, ya todo estaba dicho: el país más rico de América latina, y que acababa de pasar por un ciclo alcista de los precios del crudo, estaba quebrado, en bancarrota, con su aparato industrial y su producción agrícola y ganadera reducidos a ruinas, y, lo que era más grave, sin reservas internacionales con que importar materias primas, comida, medicinas, servicios y bienes tecnológicos que continuaran simulando el colapso del sistema.
Es posible que Chávez, pero sobre todo los dictadores cubanos, Fidel y Raúl Castro, presintieran la tormenta que se avecinaba y que esa fuera la causa de que forzaran al comandante-presidente a inmolarse, participando en unas elecciones presidenciales, las del 7 de octubre del 2012, que si no ganaba, al menos haría un nuevo fraude electoral más camuflado y llevadero.
Lo de “inmolarse” es literal, pues el avance de la dolencia cancerosa que Chávez padecía desde hacía casi 2 años -y que la medicina cubana no pudo curar sino agravar-, no podía indicar sino que, un esfuerzo como el de su participación en una campaña electoral, le acarrearía la muerte.
Pero los cubanos hilarían más fino en otro detalle: el sucesor de Chávez sería un comisario del G-2 -y no uno de sus cofrades del Ejército-, una ficha de la más alta confiabilidad de la nomenclatura isleña, y que tenía la misión, no solo de no pasarle factura a Raúl y Fidel por la destrucción de Venezuela, sino que estuviera más bien decidido a continuar el modelo.
El “elegido” fue Nicolás Maduro, una nulidad ágrafa, muda y ciega, de nacionalidad dudosa, con poco o nada que contar sobre su militancia revolucionaria, y, sorpresivamente, elevado por Chávez al cargo de canciller a la usanza cubana: para firmar acuerdos que autorizaban Fidel y el comandante-presidente venezolano.
La tragedia, sin embargo, tendría un gran finale, uno que la convertiría en comedia, como fueron los funerales de Chávez, para los que se trasladaron de todos los rincones de Venezuela tanto como cuatro millones de empleados públicos, algunos de los cuales fueron guionados para llorar y halarse los pelos como si se les hubiera muerto un padre y que transmitiría la idea al país y al mundo de que nacía un mito, un superhéroe, un semi dios refundador de la patria, y redentor de los pobres.
Cuán larga y ancha era esta farsa y cuánto se había engañado al planeta a través de canales de noticias internacionales como CNN en español -cuyos conductores no se tomaron el trabajo de averiguar hasta dónde llegaba la verdad o la mentira-, quedó demostrado cuando 40 días después, en las elecciones presidenciales del 14 de abril, el sucesor de Chávez, elegido por los cubanos, Nicolás Maduro, resultó derrotado por el candidato opositor, Henrique Capriles Radonski, quien lo aventajó por al menos 500.000 votos.
Pero era un desastre que no iban a aceptar, ni el CNE chavista (máximo organismo electoral de cuyos 5 miembros, 4 son del partido de gobierno, y parte de la oposición venezolana y de la comunidad internacional admitían como un árbitro confiable), ni los clientes continentales de Chávez y Maduro (Cuba, Nicaragua, Ecuador, Bolivia, Brasil, Uruguay y Argentina), quienes fraguaron toda una conspiración para que el derrotado simulara un reconteo de votos que era una burla y terminara imponiéndose más como un presidente de facto, que de iure.
Atropello a la Constitución y las Leyes venezolanas que también avalaron el máximo organismo rector de la oposición, la Mesa de la Unidad Democrática, MUD, y el candidato opositor, Henrique Capriles Radonski, al acatar sin cuestionamientos otros resultados electorales fraudulentos, los de las elecciones municipales del 8 diciembre del 2013, que convirtieron al chavismo-madurismo en la mayoría política del país, y a sus candidatos en los dueños de más de 200 alcaldías (el 70 por ciento del total).
Es, de todas maneras, la última oportunidad de Maduro y el postchavismo de tenderle la mano al pueblo de Venezuela, de introducir cambios en un modelo político y económico que hacía aguas por todas partes, de plantearse un reencuentro con la oposición y todo el país e iniciar un proceso de reconciliación que implicara sacudirse la costra de fracasos piojosos que habían heredado de los cubanos, Chávez y su “Socialismo del Siglo XXI”.
Oportunidad que también desaprovecharon la MUD y Capriles, que no olfatearon la crisis terminal que comenzaba a minar al castrochavismo, el momento de torcerle el brazo y obligarlo a cambiar el rumbo de la dictadura totalitaria por la que ya navegaba Venezuela y abogan, ahora, por plegarse a un status quo con Maduro, donde, se iría avanzando, según el número de votos que tras de cada elección se le ocurriera asignarles el CNE corrupto y fraudulento.
Entre tanto, en las calles cruje el hambre, ya no hay alimentos ni medicinas, colapsan los servicios públicos, el hampa común y organizada se adueñan del territorio nacional, y la troika burocracia-PSUV-narcomilitares se enseñorean con planes para reprimir las protestas a sangre y fuego y pasar al control de los medios impresos: la última herramienta que le quedaba a la libertad de expresión.
Una atmósfera y clima de terror donde cada día resulta más difícil respirar, silencioso pero caldeado, rojo, volátil, y en el que parece que, en cualquier momento, se desatará la ira popular contra el monstruoso engaño de arrebatarle al pueblo libertad y bienestar para entronizar una dictadura totalitaria que les remodelará el cerebro, el pensamiento, el habla, los sentimientos, la historia y hasta los deseos de vivir.
Y la chispa estalló, en la ciudad de San Cristóbal, capital del Estado Táchira, la chispa estalló con manifestaciones, y Maduro y la troika, siguiendo instrucciones del G-2 cubano, salieron a desalojar a los manifestantes de las calles.
Pero sucedió lo increíble y el país y el mundo vieron con asombro cómo la que resultó desalojada fue la troika, acosada por una furia inextinguible que ahora arde por toda Venezuela.
Ya había muertos y heridos, y cualquier gobierno medianamente informado y prudente habría convocado un diálogo, pero la trioka seguía disparando, matando estudiantes, implantando la tortura, persiguiendo y encarcelando ciudadanos.
Hoy el país está desgobernado por una banda de forajidos, de civiles, militares, paramilitares y policías que ya son reos de la justicia penal internacional porque sus crímenes están documentados, con un dictador que es el jefe de una pandilla de matones cuyo único propósito es entregarle sus ruinas a dos ancianos octogenarios, los déspotas cubanos, Raúl y Fidel Castro, que, al parecer, no quieren irse a la tumba sin los despojos de Venezuela.
Manuel Malaver
@MMalaverM

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GABRIEL BORAGINA, ¿QUÉ SON LAS "NECESIDADES BÁSICAS"?

"Las necesidades básicas son todas aquellas necesidades vitales que contribuyen directa o indirectamente a la supervivencia de una persona, siendo éstas:
1. comer,
2. beber y
3. dormir.
En la sociedad actual, en la que hay división de trabajo, a las necesidades básicas se suman los siguientes aspectos:
1. El trabajo como un medio para el sustento y, por tanto, para la supervivencia de la propia persona o de la familia.
2. La vivienda como un lugar para vivir y dormir.
3. La protección contra ataques a la vida y a la propiedad que la persona requiere para sobrevivir.
Por tanto, las ideas fuerza políticas referidas a las necesidades básicas rezan:
1. Procurar alimentos a precios y en lugares accesibles para todos.
2. Procurar agua en cantidad y en calidad suficiente a precios y en lugares accesibles para todos.
3. Procurar espacio habitacional en la cantidad y con la calidad necesarias a precios y en lugares accesibles para todos.
4. Combatir la pobreza, si la satisfacción de las necesidades es un problema de la pobreza.
5. Procurar puestos de trabajo para aquellos que buscan trabajo.
6. Combatir la criminalidad para proteger la vida y la propiedad requerida para sobrevivir.
En tanto en una sociedad o en partes importantes de la misma existan problemas para satisfacer las necesidades básicas, éstas deben tratarse prioritariamente, o al menos mencionarse, en la discusión."[1]
Más allá de lo cuestionable de hablar de "ideas fuerza políticas" en relación a este tema, podemos observar que -según este autor- habría "necesidades básicas" anteriores a la "sociedad actual" (no aclara tampoco dónde daría comienzo, o cual sería el punto de partida que considera para dar inicio a lo que llama "la sociedad actual") y posteriores a dicho "misterioso" comienzo de "la sociedad actual".
Vemos, además, como el concepto de "necesidades básicas" cambia con el tiempo.
No es tan importante entonces tratar de establecer una definición de "necesidades básicas" sino que lo que parece más urgente es dar por sentado que el ser humano tiene necesidades, y a partir de allí estudiar cual es la mejor forma, vía o camino para lograr cubrirlas. En este aspecto, sólo existen dos posibles: el estado-nación o el mercado como únicas dos rutas factibles para dicha satisfacción.
Lo que interesa destacar es que el nebuloso concepto de "necesidades básicas" siempre ha sido manejado políticamente:
"Hagenbuch arguye (págs. 9-12) que “sin darnos cuenta nos deslizamos hacia un sistema en el que todos dependen permanentemente del estado para ciertas necesidades básicas, incrementándose, a la vez, de modo inevitable, tal dependencia. No es ya que los servicios sociales dejan de autofinanciarse, sino que se autopropagan…No cabe la menor duda que existen profundas diferencias entre un sistema que proporciona, ocasional y temporalmente, a unos pocos seres desgraciados una ayuda que les permite sobreponerse a un infortunio y aquel otro sistema que decididamente aspira a canalizar, de modo permanente, una gran porción de los ingresos de cada individuo a través del estado. La ausencia de correlación entre lo que el individuo pone y lo que el individuo toma; la situación política que se crea en cuanto es objeto de discusión cualquier especie de desigualdad en la distribución de las rentas, y el extremado paternalismo que a todo se aplica anuncia la rápida desaparición de esa escasa porción de la renta nacional, que no circula a través del lago común de los servicios sociales, y la aparición, en cambio, de una tendencia hacia el completo control de todas las rentas…Por lo tanto, cabe anunciar el conflicto político que a largo plazo ha de plantearse como sigue: por una parte, podemos apuntar a un sistema de servicios sociales que acabe con la pobreza haciendo pobres a todas las gentes (o rica, según el criterio de cada crítico), otorgando beneficios de tipo universal y socializando la renta nacional. Por otra parte, cabe aspirar a un sistema de previsión social que haga desaparecer a los necesitados mediante elevar a aquellos que se encuentran por debajo del nivel de pobreza, concediendo subsidios tan sólo a grupos de gentes necesitadas, sobre la base de la prueba de recursos en las categorías aseguradas y teniendo presente que llegará un día en que tales servicios ya no serán necesarios porque incluso el nivel de vida de los grupos con rentas más bajas se hallará por encima del nivel de pobreza”.[2]
El problema de este último enfoque es que la noción de pobreza es relativa como lo muestra su misma definición:"pobreza. Carencia de los bienes y servicios necesarios para satisfacer las necesidades básicas. El concepto, como lo indica su propia definición, es de índole relativa: se es pobre -o rico, en este contexto- con respecto a la situación de otras personas o países, pues la misma idea de necesidades "básicas" es imprecisa y porque los individuos nunca pueden satisfacer por completo sus necesidades."[3]
Y esta relatividad inherente, es la que a menudo se pasa por alto en todos los estudios de pobreza, especialmente los efectuados por parte de organismos estatales que dicen tener por objeto la eliminación del flagelo.
Por otro lado, lamentablemente, la experiencia ha demostrado en todas partes del mundo que el sistema de subsidios "temporales", se ha convertido -con el tiempo- en permanente por varias razones. Entre ellas destacan:
1.       Los incentivos que reciben los subsidiados a seguir percibiendo el "beneficio social" en lugar de buscar un trabajo por sus propios medios o medios ajenos. Es decir, se estimula perpetuar la condición de subsidiado, al tiempo que se desalienta el menor esfuerzo por generarse recursos propios en aquel.
2.       Los incentivos políticos que se traducen en que los políticos no tardan en descubrir que el ofrecimiento de prebendas y subsidios al electorado en sus compañas aumenta considerablemente su caudal de votos.
Ambos factores se retroalimentan mutua e incesante
Gabriel S. Boragina
gabriel.boragina@gmail.com
@GBoragina

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ZENAIR BRITO CABALLERO, “UNA REFLEXIÓN MÁS SOBRE LA TOLERANCIA EN VENEZUELA”

Con este, ya son innumerables los artículos que he escrito sobre la tolerancia en Venezuela. La tolerancia es uno de los valores humanos más respetados y se trata de un término que proviene del latín “tolerare”, que se traduce al español como  “soportar” “tolerar” “aguantar”.
¿Qué está pasando con la tolerancia en Venezuela? Es una pregunta, es un llamado que hoy nuevamente hago a la reflexión de los personeros del gobierno socialista-comunista, a los padres de familia, a los docentes, a los religiosos y a los formadores en valores.
Porque basta mirar a los miembros del régimen socialista-comunista que nos gobierna cuando arremeten contra la oposición, a muchos jóvenes de hoy que son intolerantes, los cuales no permiten la disidencia a la ideología del régimen o que se les toque su ego, ya no se puede mirar al otro, no se puede tener el mínimo roce, no se le puede reclamar, porque ya viene la agresión física o verbal, despertando la intolerancia que es dañina y siempre termina mal.
¿Qué clase de personas se han formado en 15 años de gobierno socialista-comunista y cuáles se siguen formando hoy? ¿Qué hacer ante tal compromiso, ante tanta crisis de valores que nos atosiga?
Hay una gran preocupación en todos los ámbitos sociales, donde la agresividad, la provocación, la pugna y el desafío son los factores comunes. La tolerancia se ha venido desvirtuando, adulterando, falseando, deformando y esto ocurre desde la familia que es el núcleo fundamental de la sociedad, que forma las dos grandes pilastras del ser humano: la primera es la formación en valores morales y éticos (respeto, honestidad, responsabilidad, solidaridad, tolerancia, entre otros) y la segunda es la sociedad, donde se proyectan dichos valores; es decir, se ponen en práctica en la escuela, en la empresa, el barrio y cualquier lugar donde se desempeñe el ser humano. 
Del ambiente familiar depende mucho el comportamiento moral, ético y el desempeño que se tenga en el futuro en las distintas circunstancias de la vida.
En la familia los hijos aprenden más del ejemplo o del modelaje conductual de sus padres, que de sus palabras. Y traigo a colación esta reflexión: “Un padre le dice a su hijo: ten cuidado por dónde caminas… el hijo le responde: Ten cuidado tú papá, recuerda que yo sigo tus pasos.”
En la familia los hijos aprenden más del ejemplo de sus padres que de sus palabras; como dice un dicho popular: “Las palabras se las lleva el viento”, pero los ejemplos o los modelos permanecen.
De esta manera, el impacto del hombre adulto en la sociedad, es el resultado de los principios morales y éticos adquiridos en sus primeras etapas dentro del vínculo familiar: infancia, adolescencia y primera juventud.
La tolerancia es posible medirla en determinados grados que guardan relación con la aceptación que se tenga ante algo con lo que no se está de acuerdo o que no se adecúa al propio sistema de valores. Esta es la pregunta: ¿Qué está pasando con la tolerancia en el régimen que nos gobierna  frente a los opositores que le adversan?, ¿en la familia y en toda la sociedad venezolana? Al reflexionar sobre la pregunta, considero que es urgente amigos lectores, rescatar los valores morales y éticos que se han perdido en la sociedad venezolana. ¡Luchemos todos por ello! ¡ES URGENTE!
Zenair Brito Caballero
britozenair@gmail.com
@zenairbrito

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PABLO ELOY MOSCÓ, BATALLA PERDIDA

¿Qué piden los estudiantes?, ¿Qué piden los médicos?, y las enfermeras, ¿Qué exigen?, las amas de casa ¿Qué solicitan?, los empresarios y los comerciantes, ¿Qué reclaman?, unos y otros se conjugan para reclamar todos a una, las mismas cosas, y es el habitante de Catia, unido al de San Fernando y éste reclamando junto al de Valencia y San Cristóbal y Pto Ordaz y Maracaibo.
Como dije antes TODOS CON UNA SOLA VOZ, reclaman por el alto índice de inseguridad, porque ya no se trata del asesinato de un muchacho para robarle los zapatos, es que no vale para protegerse el vivir en una urbanización con vigilancia privada y rejas, mas muros , no valen esas cosas, a Ud. igual lo secuestrarán en la autopista y de ese delito no se entera nadie, puesto que se trata de la policía que alerta al secuestrador indicándole su nombre etc., de modo que el secuestrador  le visitará a Ud. en su propia casa, puesto que los policías le han dado su nombre y dirección, 25000 muertos en un año, es la cifra que indigna a la población y a esto el régimen tiene una respuesta; La inseguridad es una percepción. 
Ante la escazes de todo tipo, el régimen nos dice que son los llamados bachaqueros los culpables puesto que estos se llevan la comida hacia Colombia, con lo cual están declarando que sus GUARDIAS NAZI-ONALES son un atajo de incapaces que no protegen las fronteras nacionales o en todo caso, son una banda de delincuentes, cómplices de los llamados bachaqueros, ante la especulación monstruosa a lo que son sometidos  los consumidores, el régimen de Nicol-asno apela a lo que para el es la gran solución, ordenar el saqueo de los establecimientos comerciales, “QUE Queden todos los anaqueles vacios” ¿Resultado?, el pueblo trabajador, honesto, no saquea, ese pueblo en muchos casos se enfrenta al chavismo saqueador, y esa escaramuza la pierde el chavismo, este pueblo, no es un pueblo de delincuentes , por eso sabe que como dijo MARIA CORINA, EXPROPIAR Y NO PAGAR, ES ROBAR , por eso fracasaron los saqueadores, con NICOL-ASNO a la cabeza.
Realmente el país está dividido, pero no entre socialistas y revolucionarios de un lado y fascistas apátridas por el otro.
Estamos los que hemos vivido en democracia y los que no lo han hecho nunca y esa es la diferencia que hoy tenemos en Venezuela.  Lo que no se conoce no hace falta, es esa la razón por la cual este pueblo es indoblegable, conocimos 40 años de democracia y vimos que la democracia es buena, cual Jehová cuando hizo la luz. No podrá Nicol-asno eternizarse en el poder, ni aun decretando la guerra civil en la cual estamos. Desde el día en que Leopoldo convoco al pueblo a la plaza Brión hasta hoy, el chavismo a sufrido varias derrotas y ningún triunfo.
A las multitudinarias concentraciones opositoras, Nicolasno respondió con manifestaciones públicas de sus seguidores, estas últimas fueron cada vez más escuálidas y en esa confrontación una vez que NICOLASNO se dio cuenta que estaba perdido tomo la decisión de violar una vez más su constitución al prohibir las marchas en Caracas, esa escaramuza la perdió el chavismo.
Nicolas no saco a la guardia NAZI-Onal  para combatir al pueblo y no pudo dominarlo, muy a pesar de que sus guardias antipueblo utilizaron y utilizan, gases tóxicos, armas de fuego, tanques de guerra, y no pudieron , NICOL-ASNO y su guardia han sido derrotados, los polinacionales acuden a reforzar a las fuerzas de Maduro y nuevamente son derrotados, ante lo cual el régimen solicita y ordena a sus círculos del terror, salir a combatir al pueblo, esos círculos del terror llamados COLECTIVOS con sus vándalos motorizados, han sido derrotados por el pueblo LIBERTARIO de Páez. Policías, Guardias Nazionales, para militares, colectivos etc. no han podido con este pueblo.
Justo es reconocer el trabajo y esfuerzo de los venezolanos que luchan y trabajan fuera del país, ellos han dado y continuaran dando la gran batalla  , logrando desenmascarar al chavismo y poner a Venezuela tal como es hoy, en la mira de las naciones del mundo.
En la guerra civil que hoy protagonizamos, estamos todos y esta gran batalla ya la ganamos, ganaremos muchas más y también la guerra.
CUANDO MADURO LLAMA A CONVERSACIONES POR LA PAZ, ESTA RECONOCIENDO SU DERROTA.
Libertad para los presos políticos y pronto regreso a la patria de los exiliados
Pablo Eloy Mosco
pabloeloymosco@gmail.com
@PABLOMOSCO

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MIGUEL A. MEGIAS ASCANIO, AUGE Y CAÍDA DE LA GUARIMBA

La “guarimba”, es una expresión venezolana que se usa para significar un refugio cuando un grupo de vecinos hacen barricadas en sus calles, quemando neumáticos y basura e impidiendo el libre tránsito a sus conciudadanos. Originalmente, guarimba era usado por los niños, en sus juegos, para designar un lugar seguro. Hoy, guarimba ha adquirido el nuevo significado de "barricada que impide el tránsito por una calle o avenida".

Los pueblos se expresan de diversos modos cuando deciden protestar contra un gobierno: marchas, protestas masivas, manifestaciones, elaboración de pancartas o carteles alusivos, obras de arte, afiches, música, volantes, … Y la guarimba es una de esas expresiones. Es imperativo preguntarse cual es el malestar que da origen a la protesta. Y la respuesta es casi unánime: inseguridad (25.000 asesinatos en 2013); escasez de productos alimenticios (harina de maíz, con que los venezolanos preparan sus arepas, es uno de ellos); escasez de todo tipo de productos (de aseo corporal, de repuestos para automóviles, de insumos médicos, de medicinas); inflación que diluye la paga de los asalariados (en 2013 llego a la cota de 56%); corrupción, que va llenando todos los espacios; y pronto, escasez generalizada de muchísimos productos. Esos son los principales motivos para la protesta generalizada. Analicémoslos por partes.

Las causas de la inseguridad son muy difíciles de explicar y más aún de erradicar. Por tanto, no entraré a discutir ese fenómeno a pesar de que es uno de los principales motivos de las guarimbas.

En cambio las protestas, tanto por inflación, escasez, corrupción y desabastecimiento si tienen una raiz clara: el modelo “socialista” (que de socialista sólo tiene el nombre) que durante 15 años han tratado de imponer a todos los ciudadanos de este país, estén o no de acuerdo. Cada vez que el gobierno de Chavez gritaba “¡expropiación!”, los pilares de la economía temblaban. Pues cada expropiación condujo a corrupción, ineficacia y desabastecimiento. Basta con un par de ejemplos. Al momento de expropiar las fábricas de cemento, el saco de ese producto se conseguía en todas las ferreterías al precio regulado, de alrededor de Bs 18. Bastó con expropiar las fábricas (“el cemento ahora es del pueblo”, gritaba iracundo Chávez) para que el producto comenzara a desaparecer hasta tal punto que hoy en día es muy difícil conseguir un saco ni siquiera al astronómico precio de Bs 200, diez veces el precio oficial. ¿Adonde va el poco cemento que se produce? A las mafias que compran en fábrica el producto regulado y lo revenden en el mercado negro al precio que les da la gana. Corrupción y desabastecimiento van de la mano. El caso de las cabillas para la construcción es casi idéntico. La re-nacionalización de las fábricas del conglomerado de SIDOR, ha abierto las puertas a las “mafias de las cabillas”, que compran la producción a la empresa del gobierno y la revenden en un mercado negro que ellos mismos han creado. En conclusión, las empresas que han sido expropiadas dejar de funcionar eficientemente, no tienen dolientes y son victimas de mafias propiciadas por grupos cercanos al poder. En resumen, el Socialismo del Siglo XXI sencillamente no funciona, no resuelve los problemas sino que los agrava, no disminuye la desigualdad social sino que la aumenta y ha ido de comprobado fracaso en fracaso..

Siguiendo con el tema del modelo “socialista”, los controles impuestos por el gobierno, con la excusa de que es necesario regular a los “especuladores” no han hecho sino acentuar tanto la escasez como la corrupción. De todos los controles, el control madre de todas las corrupciones es el control cambiario: sin duda, el mayor foco de corrupción y la principal causa del desabastecimiento y escasez de alimentos y de todo tipo de productos. Lo que comenzó en 2003 como una forma de “controlar” políticamente a unos cuantos supuestos “traidores al pueblo”, ha terminado convirtiéndose en una hidra no de mil sino de un millón de cabezas. Como en la historia griega, por cada cabeza cortada surgen dos nuevas. Y exactamente eso es lo que ha ocurrido. Tómese en cuenta que los dólares obtenidos legalmente a Bs 4,30 se pueden fácilmente vender en el mercado negro a 10 veces ese valor. ¡Tremendo negocio, tremenda tentación! Igual podemos decir del precio de la gasolina subsidiada, que es “exportada” ilegalmente (contrabando) pues su precio regulado en Bs 0,1 no llega ni a la centésima parte de su valor comercial. Con un euro, a valor de mercado negro, ¡se pueden llenar los tanques de 25 automóviles! Por tanto, en los estados fronterizos hay un tráfico de combustible, manejado seguramente por personas que pueden “comprar” lealtades en la frontera, de un valor incalculable. En todas las naciones donde se trató de imponer el socialismo, este término llegó a constituirse en sinónimo de corrupción. Controles y corrupción van de la mano.

Mientras el gobierno dispuso de un precio creciente del petróleo, el control de cambios funcionó; con dificultades, pero funcionó. Ahora que el petróleo se ha “estancado” en “solo” $100 (recordemos que el precio del crudo, por muchos años, raramente superaba los $10) y que no crece, se le acaba el ciclo al gobierno, se ve en apuros y comienza un vía crucis, que tendrá que transitar en los próximos meses y años, para pagar la deuda anterior, por una parte; y para proveer de dólares frescos a presente y futuro, por la otra. Muchos analistas opinan que el gobierno no podrá con las deudas acumuladas y algo, nada bueno, sucederá.

Dada la ingente deuda con una multitud de organizaciones y empresas, se hace muy difícil que el gobierno pueda honrar las deudas anteriores al precio pautado (4,30 y 6,30 en los dos últimos años). Eso, aunado a las necesidades corrientes de alimentos e insumos industriales obligarán al gobierno a cambiar el rumbo del socialismo del siglo XXI. O eso creen muchos, al menos. ¿Cambiará el rumbo del socialismo del siglo XXI? Sólo el tiempo lo dira.

Ahora, de vuelta a las guarimbas. Según mi personal opinión, que coincide con la de muchos analistas, estas son la expresión del malestar reprimido por años que, ahora, por fin, se manifiesta abiertamente. La guarimba es una forma de decir “estoy harto” de tanta dificultad, de tanto desatino, de tanta cola y de tanta escasez.

Por consiguiente, si el detonante ha sido el malestar público, al expresarse de esta manera hay un primer momento de euforia, al que le sigue la calma y finalmente, cuando se ha drenado el descontento, se muere de forma natural. La guarimba, creo, ha muerto; su corta vida ha servido, como mínimo, para alertar a los medios internacionales y a los gobiernos (amigos y no tanto), de que aquí está pasando algo, de que aquí hay un profundo descontento ya que el ciudadano valora más la protesta que su propia vida. Algo anda mal…

¿Qué viene ahora? La aparición del fenómeno de la barricada ha traído consecuencias que no serán fáciles de borrar. Imágenes que han circulado en todo el planeta ilustran como la brutalidad de una fuerza denominada Guardia Nacional Bolivariana (y Guardia del Pueblo) que ha acosado a justos y pecadores. Se ha desnudado el talante represivo, del gobierno (o de partes del gobierno) que preside Nicolás Maduro. Y esto, repetimos, no será fácil de olvidar –como no olvidamos las imágenes de las primaveras árabes.

La desaparición de la guarimba traerá otras consecuencias. La represión, ahora, será más selectiva; por primera vez en la historia de Venezuela aparece en forma importante la figura de “el sapo”. Es decir, ciudadanos como usted y como yo que habiendo visto a sus amigos y vecinos actuar ahora los denunciarán. Llegarán las fuerzas del (des)orden a allanar, sin más, las viviendas de los acusados. Habrá un aumento del terror generalizado pues ahora no son actores de guarimba sino receptores de acusaciones secretas. Mientras preparan sus alimentos, mientras ven televisión, mientras ayudan a los hijos a hacer sus tareas, los sapos acusan, en oscuras oficinas burocráticas, a quienes hasta hace poco eran sus amigos o vecinos. Esta es la siguiente fase del terror que se nos viene encima.

Y esto es lo que nos hace recordar la triste historia de la guerra civil española. Fueron miles los españoles encarcelados, fusilados y desaparecidos, al perder la guerra las fuerzas democráticas, víctimas del “chivatazo”. El sapo de hoy era el chivato de entonces. Siempre ha existido y siempre existirá. Ese ciudadano capaz de denunciar a otro, con o sin motivo, por rencillas personales, por envidia o por simple maldad.

Así ocurrió en la España post-guerra, cuando la represión del régimen se hizo presente y durante años se corrió el peligro del chivatazo. Ahora, las fuerzas que nos mandan no fusilan, como en los tiempos de Franco. Pero encarcelan sin motivo, torturan sin razón, ejercen todo el poder que les da la más absoluta impunidad. Eso ha quedado bien demostrado y son muchos, demasiados, los casos de tratamiento inhumano, tortura física o síquica; y hasta la muerte sobrevenida de algunos. Y si bien es verdad que en Venezuela el fusilamiento no ha existido, no olvidemos que en el gobierno de los infortunados cubanos (que muchos venezolanos creen que tienen ingerencia en los asuntos del país), si hubo este tipo de represión –y continúa aún latente. Los tres últimos fusilados del régimen castrista fueron “Lorenzo Enrique Copello Castillo, Bárbaro Leodán Sevilla García y Jorge Luis Martínez Isaac, "los tres principales, más activos y brutales jefes de los secuestradores"; y fueron ejecutados al amanecer de este viernes”, indicó un comunicado oficial, fechado, el 12 de abril de 2003.

Los elementos que estuvieron presentes en la España pre-Franco parecen estar presentes en la Venezuela de Chávez-Maduro, guardando las distancias, claro. Confrontación; división social; y fuerzas ajenas a la nación. 

Nos acercamos a tiempos peligrosos, muy peligrosos. Es deber de los ciudadanos tratar por todos los medios de buscar una solución a las desavenencias entre hermanos venezolanos. Lo último que quisiéramos ver es una guerra civil. Pero las oscuras nubes del presente parecen anunciarla. Pongamos nuestro mejor empeño en evitarlo. Corrijamos el rumbo, todos, o pereceremos, todos.

Observatorio Venezolano de las Autonomías
Miguel A. Megias Ascanio
autonomiaspoliticas@gmail.com
@mmegias

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ODOARDO LEÓN-PONTE, PETRÓLEO: LEGADO DE UN MAL MANEJO


Con el advenimiento del siglo XXI y bajo las premisas equivocadas de que: el barril podría llegar a $200, la producción aumentaría a 5 millones de barriles por día, el valor de las exportaciones cubriría ampliamente todos los excesos de un Estado sin planificación alguna, con los petrodólares nos convertiríamos en "la" potencia política regional, el recién electo sería eterno, podríamos sufragar todas las locuras y los desaciertos sobre esquemas macro y microeconómicos, entre otros, comenzó el trágico juego de llevar el país a la quiebra, manteniendo a toda vela el rumbo inconveniente de intentar convertir al Estado en el proveedor de todas las cosas físicas y espirituales, suplantando o reduciendo al sector privado a la mínima expresión. 

Aunado a esas premisas se agregó el dominio por parte de un partido político de las instituciones del Estado y un creciente grado de presión sobre la población para controlarla en sus manifestaciones de un cada día mayor descontento con la realidad negativa de su calidad y forma de vida: todo para lograr la eterna permanencia de una "ideología" política fracasada en todas las oportunidades en que se ha aplicado. 

Pero en criollo: "una cosa es los que piensa el burro y otra el que lo monta". Así, lo que pareció ser un objetivo alcanzable se ha convertido en pesadilla tanto para los que quieren mantener el sistema como para los que vivimos la realidad de las consecuencias de acciones obtusas negadas con el progreso, las necesidades y el desarrollo de la gente. 

Son conceptos que no han dado resultados satisfactorios en ningún país del mundo y que ha aprendido la mayoría de los países latinoamericanos. ¿Y cuál es el resultado de esa trágica intención de convertir a nuestra tierra en una copia al carbón de la tragedia cubana, pensando que con el petróleo podríamos darnos el lujo de lograr lo imposible? Veamos.

Durante el siglo XXI no se ha invertido ni un centavo en desarrollo; solo se ha gastado en hacer lo que no debemos (lo improductivo) y en intentar engañar a la gente indefinidamente, capacidad de engaño que, apoyada en el petróleo, se ha hecho insostenible al igual que la aspiración de mantener contenta a la gente en base a tasas de cambio del dólar que hacen que nuestras relaciones económicas sean insostenibles y a fuerza de dádivas. 

¿Puede un kilo de azúcar costar 6 bolívares que convertidos a una tasa de cambio realística no llegaría ni a 10 centavos de dólar?

Imposible seguir manteniendo la ficción.

Y la situación se ha agravado hasta tal punto que no hay suficientes dólares para mantenerla, no hay capacidad de crédito para ese Estado aparatoso mantenido ilógicamente, no hay producción nacional porque se ha frenado fatalmente a la empresa privada (ya no hay ropa ni carros ni repuestos ni cemento ni cabilla ni suficiente electricidad ni papel toilette: y pare de contar). 

Hay una producción declinante de petróleo y un mercado en recesión para nuestros crudos y sus precios, aparte de que tenemos que importar la gasolina que antes producíamos. Unamos a esto la incapacidad de seguir dándole subsidios al pueblo que ahora comienza a percatarse de que su continuidad física está en peligro y que su futuro cada vez es más distante, con una inflación que ha cobrado una personalidad inocultable y que se une a la inexistencia de lo indispensable para una vida normal. Y las reservas de crudo más grandes de la tierra en proceso de convertirse en una ilusión.

Odoardo León-Ponte
odoardolp@gmail.com
@oleopon

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MAURO PARRA, “AL FINAL NO HUBO PATRIA NI SOCIALISMO, SOLO MUERTE”

“Al final no hubo Patria ni socialismo, solo muerte”. Pancarta de manifestación estudiantil alegórica a nuestra situación política.

La docilidad intelectual y moral es suicida. No podemos ni debemos  aceptar en justicia lo que la autoridad, de hecho o derecho, nos digan que hagamos, cuando está en juego la libertad de expresión y  de pensamiento,  en escuelas y academias militares por los momentos, así como los derechos  civiles,  especificados casi en letras mayúsculas en la Constitución Nacional


En las últimas semanas hemos visto y vivido día tras día las exageradas actividades de la GNB para reprimir a como dé lugar, con bastonazos, culatazos, tiros y granadas lacrimógenas vencidas y de nueva generación, a medida que el almacén de estas brutales armas  va decayendo. Se dice que el costo por unidad de esta bombas es de $250, lo que se traduce que en la UCV, cuando lanzaron alrededor de  900, la GNB gastó más de $200.000 solamente en esta ocasión, de nuestros dineros públicos, cuando no hay  medicamentos,  gasa u otros insumos en los hospitales que permita a nuestros médicos cumplir con su labor de atención a la ciudadanía enferma.

Hay claras y definidas intenciones de algunos partidos políticos de negociar con el gobierno la suspensión de la protestas legales  y pacíficas  liderada por los estudiantes y otro sectores de la sociedad democrática  venezolana, que ya está harta de los propósitos  del régimen por  cubanizar y establecer  doctrinas  comunistas en nuestro país, lo cual todos sabemos no están consideradas en nuestra Ley de leyes. 

¿Cómo negociar con un enemigo brutal y represor de libertades ante la tumba de más de 30 muertos?   Son éstos valiosos ciudadanos que cayeron victimas del hampa armada, a la vista de todo el mundo, y de elementos de la GNB, oficiales y tropa desafectos con la nacionalidad venezolana. No hay posibilidad sana  de que podamos sentarnos a la mesa sin condiciones previas y una agenda de requisitos que los expertos democráticos definirían en detalle, tales como el desarme, juicio y castigo de los criminales motorizados y los agentes de la GNB que según los videos recogidos han masacrado al pueblo a mansalva y con prepotencia.

Deberá incluirse en esta  agenda  el corte de suministros petroleros en condiciones de pago con visos de regalo a todos los  países  o clientes que no se atengan a contratos justos en volumen, precio y costos de transporte marino. No debemos olvidar que el petróleo es de los venezolanos. 

Pero, lo que no se debe  hacer es desbaratar, sin haber obtenido   logros importantes, el esfuerzo de tantos días, cuando ya habíamos avanzado mucho en el camino de democratizar a Venezuela y dejar el pigmeismo  que el régimen quiere implantar en esta Tierra de Gracia.

¡Ni un paso atrás!
Mauro Parra
jmpzc@yahoo.com

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LUIS MANUEL AGUANA, ¡VENEZUELA, SEÑOR!

Impresiona como luego de más de un mes de esta insurrección civil del pueblo de Venezuela en protesta a este régimen oprobioso, todavía existan liderazgos políticos en la oposición que se auto engañen tratando de aparecer como “iniciadores” o “representantes” de algo que está a kilómetros de distancia de ellos. Eso lo que denota es la poca conexión o desconocimiento de lo que en realidad está pasando en el país.

Tal vez algunos dirán, ¿entonces usted sí? Es posible que yo tampoco sepa lo que pasa pero definitivamente si se lo que NO pasa. No pasa que fuera Leopoldo Lopez, ni María Corina Machado, ni Antonio Ledezma quienes iniciaron la protesta nacional en todo el país. Estos líderes opositores supieron interpretar el justo momento de descontento y se pronunciaron en relación a eso el 23E y luego en la Plaza Brión de Chacaíto el 2F buscando explicar La Salida, que al final dejaron a la libre interpretación de los ciudadanos. O sea, se montaron en la ola que los demás no vieron.

Menos pasa que la MUD, ni mucho menos Henrique Capriles sean quienes se constituyan en representantes de algo que ellos mismos trataron de evitar a toda costa, siendo sus principales detractores. Mal podrían ser ellos quienes lideren lo que pasa o menos aun, se sienten a discutir con el régimen “condiciones” para que cesen las protestas callejeras.

Entonces, ¿quién está en control? Bien pudiera decirse que la protesta la lidera el Movimiento Estudiantil y nueva Junta Patriótica Estudiantil y Popular, en términos del llamado a la protesta cívica y nuevas acciones, como justos iniciadores de ella. Pero, seamos honestos, si el Movimiento Estudiantil en pleno se reuniera y decidiera que “todo el mundo a su casa” ¿la gente obedecería ese llamado? Este modesto escribidor no lo cree así…

Esto no tiene el control de nadie. Es como en aquellos pueblos hastiados de un azote de barrio todos deciden darle caza y someterlo, y algunos llegan hasta a ajusticiarlo. ¿Y quién fue? ¡Fuenteovejuna, Señor!

La obra del inmortal Lope de Vega lo explica a plenitud. “El tema principal es el levantamiento del pueblo contra el abuso de poder del Comendador. Se plantea un conflicto social entre el señor feudal y sus vasallos…. La unidad de todo el pueblo es la base del triunfo. No hay ningún vecino que, aun bajo tortura, señale al autor directo de las muertes, es el pueblo el que se rebela y ejerce la justicia...La respuesta a la pregunta del juez se mantiene «¿Quién mató al Comendador? / Fuenteovejuna, Señor / ¿Quién es Fuenteovejuna? / Todo el pueblo, a una». Llegan los reyes y restablecen el orden al reconocer la justicia del proceder del pueblo de Fuente Ovejuna” (Fuenteovejuna http://es.wikipedia.org/wiki/Fuenteovejuna).

Y aquí estamos en el clásico caso de Fuenteovejuna, todo el pueblo a una. El Ilegitimo está tratando de buscar desesperadamente con quien negociar y obviamente no lo puede encontrar porque NO EXISTE, somos todos a una. Y aún así vemos liderazgos opositores que con el mayor desparpajo indican que “ellos” son Fuenteovejuna.

La dinámica de esta situación es irreversible. Nadie se detendrá hasta que no haya la justicia que esperamos, como la consiguió al final Fuenteovejuna de los Reyes Católicos al estos reconocer la justicia de quien despachó al Comendador, quien al final resultó ser todo el pueblo de Fuenteovejuna.

¿Y cuál es la justicia que este pueblo arrecho espera? Bien la sabe el Comendador que vive en Miraflores, quien todavía tiene la suerte que no tuvo el Comendador de Fuenteovejuna, pero que llora y patalea frente a un pueblo hastiado de su nefasto proceder de matar jóvenes para permanecer en el poder. La historia recordará este tiempo histórico cuando a la pregunta ¿y quién hizo renunciar a Maduro? se responda: ¡Venezuela, Señor! ¡Todo el pueblo, a una!

Luis Manuel Aguana
luismanuel.aguana@gmail.com
@laguana

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PACIANO PADRON, TARJETA ROJA PA'MADURO

         La tarjeta electrónica de Abastecimiento Seguro no es otra cosa que la libreta cubana de racionamiento, es instrumento del comunismo para controlar el consumo, no para asegurarlo. Técnicos cubanos han estado trabajando en esta herramienta de sumisión al Estado, lo que le permitió a Maduro anunciar que la próxima semana “se iniciará el registro biométrico”. Por este nuevo paso hacia el comunismo opresor de libertades y derechos fundamentales, a Maduro le sale “tarjeta roja”, debe quedar fuera del juego, juego que hoy es por la vida y la libertad.

        
Desde hace ya tiempo se escucha el ruido de que el régimen trabaja en la imposición de la libreta de abastecimiento cubana, con su versión electrónica ajustada a nuestros días. Para hacer el anuncio escogió el día domingo en que estudiantes, sociedad civil y sectores opositores de la alternativa democrática protestábamos en las calles contra la injerencia cubana. Esta bofetada de Maduro nos da nuevas razones para adversar la injerencia castro-comunista, es un motivo más para la lucha en la cual el que persevera vence.

         La libreta de abastecimiento cubana implementada por Fidel Castro hace ya más de 50 años, a partir del 12 de julio de 1963, tiene el mismo sustento argumental que la aberración anunciada por Maduro este 16 de marzo. En efecto, hace 51 años Castro informó el objetivo de la libreta: “enfrentar la escasez de alimentos para proteger a nuestro pueblo de la especulación y el acaparamiento”. Medio siglo más tarde continúa vigente, el pueblo cubano sigue sin encontrar qué comer y hace colas, colas y más colas para acceder a los contados alimentos que se otorgan a “todos”, si bien la totalidad de los cubanos no entra en ese “todos”, porque a quienes se atreven a manifestar inconformidad con el régimen, les aprietan el cinturón a través de la libreta.  Raúl Castro en 2011 prometió “eliminar la tarjeta lo antes posible”, admitiendo sus errores, pero quiere imponérnosla a los venezolanos.

La tarjeta de abastecimiento anunciada por Maduro se aplicará inicialmente a las compras que los ciudadanos hagamos en las tiendas de Mercal y en otros abastos del Estado. Que nadie dude que el control abarcará luego los expendios privados de alimentos.  Comienzan controlando solo alimentos subsidiados, para después alcanzar todo tipo de productos, incluso la gasolina como en Cuba. Desde lo más profundo de nuestro ser venezolano y como patriotas demócratas, escribimos aquí lo que en la calle gritamos a todo pulmón: “Y no, y no, y no me da la gana, una dictadura como la cubana”.

         El nombre de la tarjeta encierra una mentira “Abastecimiento Seguro”. El abastecimiento seguro está en la producción, no en el control del consumo. Producir en grandes cantidades nos abastece. Nadie compra lo que no necesita, a no ser que haya escasez, caso en el cual adquiere -cuando lo consigue- algo más para su propia seguridad. Pero mentira fresca va más lejos, manifiesta que la tarjeta es “un instrumento para combatir la especulación”, un “componente para fortalecer a la familia”. Pura basura, pura paja, dice lo mismo que Fidel hace 51 años, ahora cuando los comunistas cubanos están por dejar la libreta.

Maduro olvida que la alimentación es un derecho humano fundamental, que va de la mano de los derechos a la vida y a la salud. Ofrece a los “tarjetahabientes” de la Misión Alimentación “concursar mensualmente en rifas de apartamentos, vehículos, bonos especiales y planes turísticos”. Ya basta de demagogia y de engaño, ese caramelito pretende facilitar la inyección del veneno del control de los ciudadanos, los que al inscribirnos daremos todos nuestros datos personales y familiares, para que el Estado nos someta y controle a plenitud. Hoy más que nunca a la calle contra la injerencia cubana. Por esta tarjeta de control e indignidad, tarjeta roja pa´Maduro. Fuera.

Paciano Padrón
@padronpaciano

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