Con este, ya son innumerables los artículos
que he escrito sobre la tolerancia en Venezuela. La tolerancia es uno de los
valores humanos más respetados y se trata de un término que proviene del latín
“tolerare”, que se traduce al español como
“soportar” “tolerar” “aguantar”.
¿Qué está pasando con la tolerancia en
Venezuela? Es una pregunta, es un llamado que hoy nuevamente hago a la
reflexión de los personeros del gobierno socialista-comunista, a los padres de
familia, a los docentes, a los religiosos y a los formadores en valores.
Porque basta mirar a los miembros del régimen
socialista-comunista que nos gobierna cuando arremeten contra la oposición, a
muchos jóvenes de hoy que son intolerantes, los cuales no permiten la
disidencia a la ideología del régimen o que se les toque su ego, ya no se puede
mirar al otro, no se puede tener el mínimo roce, no se le puede reclamar,
porque ya viene la agresión física o verbal, despertando la intolerancia que es
dañina y siempre termina mal.
¿Qué clase de personas se han formado en 15
años de gobierno socialista-comunista y cuáles se siguen formando hoy? ¿Qué
hacer ante tal compromiso, ante tanta crisis de valores que nos atosiga?
Hay una gran preocupación en todos los
ámbitos sociales, donde la agresividad, la provocación, la pugna y el desafío
son los factores comunes. La tolerancia se ha venido desvirtuando, adulterando,
falseando, deformando y esto ocurre desde la familia que es el núcleo
fundamental de la sociedad, que forma las dos grandes pilastras del ser humano:
la primera es la formación en valores morales y éticos (respeto, honestidad,
responsabilidad, solidaridad, tolerancia, entre otros) y la segunda es la
sociedad, donde se proyectan dichos valores; es decir, se ponen en práctica en
la escuela, en la empresa, el barrio y cualquier lugar donde se desempeñe el
ser humano.
Del ambiente familiar depende mucho el
comportamiento moral, ético y el desempeño que se tenga en el futuro en las
distintas circunstancias de la vida.
En la familia los hijos aprenden más del
ejemplo o del modelaje conductual de sus padres, que de sus palabras. Y traigo
a colación esta reflexión: “Un padre le dice a su hijo: ten cuidado por dónde
caminas… el hijo le responde: Ten cuidado tú papá, recuerda que yo sigo tus
pasos.”
En la familia los hijos aprenden más del
ejemplo de sus padres que de sus palabras; como dice un dicho popular: “Las
palabras se las lleva el viento”, pero los ejemplos o los modelos permanecen.
De esta manera, el impacto del hombre adulto
en la sociedad, es el resultado de los principios morales y éticos adquiridos
en sus primeras etapas dentro del vínculo familiar: infancia, adolescencia y
primera juventud.
La tolerancia es posible medirla en
determinados grados que guardan relación con la aceptación que se tenga ante
algo con lo que no se está de acuerdo o que no se adecúa al propio sistema de
valores. Esta es la pregunta: ¿Qué está pasando con la tolerancia en el régimen
que nos gobierna frente a los opositores
que le adversan?, ¿en la familia y en toda la sociedad venezolana? Al
reflexionar sobre la pregunta, considero que es urgente amigos lectores,
rescatar los valores morales y éticos que se han perdido en la sociedad venezolana.
¡Luchemos todos por ello! ¡ES URGENTE!
Zenair Brito
Caballero
britozenair@gmail.com
@zenairbrito
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