miércoles, 5 de febrero de 2014

BEATRIZ DE MAJO, NO ES SOLO AVIANCA


Avianca ha estado penando por el cobro de los dólares que se le adeudan desde este lado de la frontera desde hacen varios meses. Si la aerolínea continúa surcando los cielos para llevar y traer pasajeros y carga por encima de la frontera binacional, a su deuda vieja se le irá sumando deuda fresca .Y si no consigue cobrar sus facturas vencidas nada hace pensar que los dólares que se siguen acumulando, cada vez más caros para ser obtenidos por las vías innombrables, vayan a ser cancelados en el futuro inmediato. 190 millones de dólares no son concha de ajo ni para Avianca ni para nadie, y los 310 millones que la empresa lleva acumulados a la fecha no son tampoco un monto deleznable. 

La prensa asegura que después de hacer acordado en diciembre un pago de sus deudas en combustible, tampoco esa fórmula de pago fue honrada. Terrible precedente para las otras aerolíneas que están forzadas a negociar con la revolución lo que en justicia se les debe.

Pero Avianca no es la única maltratada en el caso de Colombia. Otro numeroso grupo de empresas colombianas se quedaron de nuevo con acreencias atrapadas en esta nueva devaluación de 6,3 a 11,3 que estaba más que cantada. En el caso del comercio con nuestros vecinos hay empresas de los sectores farmacéutico, repuestos automotores y alimentos en variado tipo de circunstancias: hay nuevos exportadores colombianos a Venezuela que, atraídos por este mercado, creyeron de buena fe en los cantos de sirena de un gobierno tramposo sin ningún apego por el empresariado del país vecino. También hay antiguos exportadores inclinados a creer en las vanas promesas de Maduro a Santos sobre un futuro promisorio y estable para las ventas a Venezuela.

De todo este juego mentiroso y perverso que ha sido la política cambiaria y comercial venezolana saldrán mal paradas las empresas de los dos lados. Los primeros penalizados serán los importadores venezolanos ya que de un tiempo a esta parte las exportaciones de Colombia hacia Venezuela no se suben al lomo de una tractomula a menos que la compra esté respaldada por garantías colaterales. Tales garantías reales si se ejecutan involucran dólares de los duros, de los que no se consiguen en Cadivi o Sicad. Si las exportaciones no fueron respaldadas por garantías saldrá mal parado el exportador colombiano porque el pago de su mercancía corre el riesgo de no llegarle nunca o de llegarle solo una fracción.

En última instancia sale muy mal parado es el país porque su comercio exterior sigue estigmatizado por los incumplimientos y la falta de compromiso en la política comercial externa, la ausencia de seriedad en el manejo cambiario y la imposibilidad de anticipar de los proveedores el rumbo que la divisa venezolana llevará en los tiempos que vienen.

No es solo Avianca. No es solo Colombia. No hay duda de que venderle a Venezuela se ha vuelto una empinada cuesta.

bdemajo@gmail.com

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GABRIEL BORAGINA, LAS EXPECTATIVAS EN LA ECONOMÍA

¿Qué rol juegan las expectativas en la economía? Y ¿qué clases de expectativas encontramos en ella? Lo primero que debemos despejar es el concepto económico de expectativa, que se deriva de su significación general, mucho más amplia por supuesto:
"expectativa. Aquella previsión o suposición sobre el futuro que afecta el comportamiento presente. Las decisiones económicas raramente se toman sobre la base exclusiva de los datos del presente: todo agente tiene, por lo general, alguna idea de cómo evolucionarán los precios en el futuro, y de acuerdo a ella decide su conducta. Sobre la base de las expectativas es que se realiza la especulación, se efectúan inversiones, se solicitan y otorgan préstamos y se desarrollan muchas otras acciones básicas de la vida económica."[1]
Desde luego que, esa "idea de cómo evolucionarán los precios en el futuro" no significa -automáticamente- que sea correcta, que se ajuste a la verdad, o que se condiga con la realidad. Es decir, dicha idea no reviste ningún tipo de infalibilidad.  A este aspecto, de alguna manera, alude la segunda parte de la definición que estamos comentando:
"Las expectativas, por otra parte, no deben ser entendidas como una previsión científica deducible a partir de una ley, sino como estimaciones que tratan de reducir en lo posible el nivel de incertidumbre propio de toda actividad económica: el hecho de que un agente económico tenga expectativas definidas no es suficiente para determinar por completo el curso de acción que se seguirá; es preciso tener en cuenta que los otros agentes con los que el primero interactúa también tienen expectativas, por lo que la resultante puede ser diferente según tales expectativas coincidan o discrepen en mayor o menor proporción."[2]
Sin embargo, las expectativas como tales, poco valor tendrán si no existe ese "curso de acción" que –forzosamente- ha de seguirles para que adquieran alguna relevancia en el campo de la economía. En otras palabras, si bien puede decirse que la expectativa es -sin duda- un componente de la acción humana, no equivale a la acción humana en sí misma, sino que, en cierto modo, es un prerrequisito de esta última. Se puede actuar conforme a una determinada expectativa, o bien puede dejarse de actuar por un cambio de expectativa.
A veces se ha hecho uso en economía del concepto de expectativas racionales:
"expectativas racionales. Formulación de previsiones sobre el comportamiento futuro de la economía sobre la base de la adquisición y uso racional de la información. La teoría de las expectativas racionales supone que los actores económicos ajustan su conducta no sólo a los datos de la realidad presente, sino también a las expectativas de evolución que pueden inferirse a partir de ella. De ese modo los inversionistas, compradores y vendedores, estiman el comportamiento a futuro de diversas variables macroeconómicas de importancia -crecimiento, inflación, tasa de cambio, etc.- tratando de maximizar sus beneficios ante la situación que racionalmente calculan que existirá. El hecho de que los actores económicos procedan de esta manera, lo cual se comprueba casi siempre en la práctica, resta poder de maniobra a las políticas económicas de los gobiernos, pues los efectos de las mismas son anticipados y contrarrestados por quienes intervienen en el proceso económico."[3]
El tenor de la definición parecería indicar una expectativa a más largo plazo que la definida en primer lugar, y por otro lado da por implícita la acción consecuente a la que hacíamos referencia más arriba.
M. N. Rothbard también se refiere a las expectativas (sin calificarlas) cuando explica el mecanismo en el que opera la inflación:
"Al igual que en el caso de los billetes “asignados” que sirvieron de papel moneda durante la Revolución Francesa, tenemos aquí una panacea mágica para resolver las dificultades del gobierno: ¡inyectemos más dinero en la economía, y los precios subirán sólo un poco! Envalentonadas por el aparente éxito del plan, las autoridades aplican más de lo que presuntamente ha funcionado tan bien, y la inflación monetaria avanza a pasos acelerados. Con el tiempo, sin embargo, las expectativas y opiniones del público respecto del presente y el futuro económico sufren un cambio de vital importancia. La gente empieza a comprender que no habrá ningún retorno a la pauta de preguerra, que la nueva norma es la persistente inflación de los precios, que éstos continuarán subiendo en lugar de bajar. Se inicia entonces la segunda fase del proceso inflacionario, con la continuada caída de la demanda de saldos de caja sobre la base de la siguiente composición de lugar: “Será mejor que gaste mi dinero en X, Y y Z ahora, porque sé muy bien que el año próximo los precios serán más altos”. Los precios empiezan a aumentar más que el incremento de la oferta monetaria. El crítico punto de inflexión ha llegado."[4]
La primera fase a la que alude M. N. Rothbard se refiere a la expectativa de que los precios bajen (se apunta a los precios de los bienes y servicios que se compran con dinero y no al precio del dinero en sí mismo, el que se llama poder adquisitivo y sobre el cual ya nos hemos explayado). La continuidad de las políticas inflacionarias operan en tal sentido en dirección a un cambio de expectativas de la gente que, en virtud del mismo, deja de esperar que los precios bajen y se lanza a comprar cualquier cosa tangible con tal de desprenderse del dinero envilecido lo más rápido posible, que sólo ve depreciarse a pasos agigantados, mientras su poder adquisitivo se derrite entre sus dedos.
Como ya se ha hecho notar, las expectativas en sí mismas no aportan ningún dato concreto si no se traducen en una efectiva acción por parte del agente económico específico.
 [1] Carlos Sabino, Diccionario de Economía y Finanzas, Ed. Panapo, Caracas. Venezuela, 1991. Ver voz respectiva.
 [2] C. Sabino. Diccionario... Op. Cit. Ídem.
 [3] C. Sabino. Diccionario... Op. Cit. Voz respectiva.
 [4] Murray N. Rothbard, "La teoría austriaca del dinero", Revista Libertas Nº 13 (Octubre 1990) Instituto Universitario ESEADE, pág. 14

Gabriel S. Boragina
gabriel.boragina@gmail.com

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DARÍO ACEVEDO CARMONA, CUMBRE CELAC O LA DEMOCRACIA COMO VAGÓN DE COLA, DESDE COLOMBIA

¡Las vueltas que da la vida! ¿Quién creyera, unos años atrás, que una tiranía hiciera las veces de anfitriona y locomotora de la democracia en Latinoamércia? Por donde se le mire, el caso es raro.
La longeva dictadura de los Castro, imponiendo un fracasado experimento de instauración de una economía socialista, emerge a la cabeza de la lucha contra las desigualdades y por el bienestar de los pueblos de la región.
En Cuba, habrá que repetirlo una y mil veces, subsiste un régimen oprobioso que se aferra con terquedad a los modelos estalinianos hoy en total bancarrota en el mundo. 
Gobierna un partido único, el partido comunista, no hay libertad de prensa, la Oposición, si así se le pudiere llamar, es perseguida con cárcel y muerte, la educación está basada en la ideología marxista y en el culto a la personalidad. Una pequeña casta, nomenclatura de estilo soviético, una ínfima minoría, es la única que puede acceder a los productos y comodidades del mundo moderno. La inmensa mayoría vive en un mar de carencias materiales que la dictadura pretende justificar como el precio a pagar en la lucha contra el monstruo imperialista yanqui y el voraz capitalismo.
En Cuba no se lee literatura universal, es decir, diversa. Todos están obligados a asumir que el destino de su país está marcado y definido por el comunismo. El pueblo cubano se encuentra privado no solo de bienestar material, sino del fundamental sentimiento de vivir en democracia y libertad.
Fue allí, en La Habana, en donde tuvo lugar la conferencia de la CELAC, organismo gestado con la diplomacia petrolera del chavismo. Asistió el Secretario General de la OEA, el señor Insulza, a quien alguna vez Hugo Chávez se refirió como “el señor Insulzo” cuando este aún guardaba arrestos de decoro democrático. Guardó silencio sobre el tema de las libertades, del derecho que le asiste al pueblo cubano a elegir a sus gobernantes y sobre el encarcelamiento de figuras prominentes de la oposición antes y durante el evento.
El más triste espectáculo lo dieron los mandatarios que se ubican en la izquierda, en el castro-chavismo y hasta “presidentas” del populismo peronista. Uno a uno desfilaron ante la figura del intocable, del cerebro mayor, del más respetable de los comunistas latinoamericanos, Fidel Castro, un hombre casi sin aliento ¿sin conciencia?, que tal vez no hile dos frases coherentemente, que debe haber sacado del saco de su nanomemoria, los crímenes horrendos cometidos en nombre de la justicia y de otras causas supuestamente altruistas y cuyo legado es el desastre.
Patética la lambonería de todos ellos. Aunque, huelga reconocerlo, esos mandatarios están ensayando nuevas fórmulas en las que el juego democrático es usado y las libertades tronchadas paulatinamente.
En Ecuador, por ejemplo, el presidente Correa, con su exitosa gestión de las finanzas y en las obras de infraestructura, dulcifica o anula las críticas por sus autocráticas medidas en contra de la Oposición y de la libertad de prensa. En Bolivia, Evo Morales, invoca el retorno a una idílica sociedad natural, anticapitalista y también agobia a la prensa, a los opositores y prepara un nuevo asalto al poder. En Nicaragua, Ortega, el más sinuoso, alcanzó su reelección fraudulenta y ha logrado que se modifique la constitución para garantizar la reelección indefinida.
La situación de la democracia y del experimento castro-chavista en Venezuela es la más triste y paradójica de todas. Con toda la riqueza imaginable, este país bañado pródigamente en petróleo, podría estar ubicado en los primeros lugares de desarrollo humano. Pero, las ansias desbordadas de un gobernante megalómano, arbitrario y petulante, echó por la borda esa posibilidad. Se entregó a los Castro, pudiendo él, con sus miles de millones de dólares a discreción, haber asumido el liderazgo. Ha habido fraudes electorales, burlas a las decisiones de la ciudadanía, cambiaron la constitución, han hecho de Pedevesa una caja de auxilios, han asfixiado la iniciativa privada. Si ese era el ejemplo a seguir, ahí está de presidente esa caricatura de Chávez, grotesco en su lenguaje desafiante y ridículo en sus visiones fantasmales.
Argentina, que fue un país del primer mundo hoy vive en incertidumbre económica mientras su “presidenta” gasta en lujos y tacones y ensancha sus cuentas bancarias según denuncias de valientes periodistas que son hostigados por los peronistas.
Todos hacen y deshacen constituciones para eternizarse en el poder, convierten su ideario y sus propuestas en ideas de nación, de forma que quien se opone a sus designios y quien les critique, se opone y critica a la nación. Lo más grave es que los órganos de integración americanos guardan silencio, no dicen nada, como si le temieran a los Castro y a Maduro. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos muestra inclinación para condenar a los gobiernos más liberales y democráticos. ¿Sobre Cuba? Nada, sobre el supuesto de que no hacen parte de ella. No emite medidas de alerta sobre los abusos y fraudes electorales, el cierre de periódicos y canales de televisión. Tampoco medidas cautelares, por ejemplo, para las valientes Damas de Blanco que denuncian los atropellos de la dictadura castrista. No le han prestado atención a la denuncia de una ONG internacional en el sentido de que el gobierno cubano se inventó informes favorables a su política de Derechos Humanos, emitidos por inexistentes centenares de ONG cubanas.
¿Y la izquierda? En ninguno de sus matices, ni la más radical o extremista, que, claro, comulga con el proyecto ni la más moderada, ni la que se hace llamar progresista, expresa una voz de condena contra lo que está sucediendo con la democracia y la libertad en todo el continente. Con distintos matices, todos admiran a Fidel, y cuando a él se refieren, olvidan de sus pruritos éticos, sus principios modernos, su republicanismo, porque ese señor, Fidel, ha sido y es un buen dictador, pues, todo lo que ha hecho es por altruismo.
Darío Acevedo Carmona
‏@darioacevedoc 

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EDUARDO GUZMÁN PÉREZ, EL SOCIALISMO DE RAMIREZ

 “Vamos a construir el socialismo con el trabajo”, dice a la prensa  Rafael   Ramírez, así como en  forma permanente, primero el difunto y ahora el protempore  anuncian que “vamos a ser una potencia” y llevan 15 años en el poder y todo lo que le han puesto la mano lo han destruido y desmantelado;  ¿Cual trabajo y  quiénes son esos  que van a trabajar?, nos preguntamos,  en un   país donde nadie trabaja, solo medra,  un país  parasitario de la renta petrolera y un Estado rentista,   en donde son muy pocos los venezolanos que generamos riqueza producto del trabajo honesto;  en un país que no genera plusvalía de ningún tipo, de nada,  y en donde el 93 % de  la exportaciones actuales  según el  BCV, que generan los dólares americanos para sostener el Estado, la dilapidación y la corrupción de los gobernantes,   provienen de las exportaciones  de petróleo y derivados. 
En un país en donde no se produce nada de nada; en un país  en donde la fuerza de trabajo actual  estimada en 14 millones de personas  se dedica a la buhonería, a vender peroles, guarapos de papelón, café  y baratijas en las calles, avenidas  y puntos de control de las autopistas.  En  país que han sinverguenzeado, primero aquellos  los de la llamada IV  y ahora estos de la V  peor,  con dadivas,  misiones y mendrugos  como forma de comprarles la miseria humana y mental  y la  conciencia de  la gente  para garantizarse el voto y el poder.
Esta insólita declaración la acaba de emitir Rafael Ramírez, ahora vicepresidente del Área Económica y  quien a largo de los últimos  diez   años ha estado al frente de PDVSA y cuyos resultados según cifras de la propia empresa está absolutamente quebrada, como están quebradas las Empresas de Guayana: Sidor, Interalumina, etc. Desmantelada la agricultura y la poca industria que teníamos.
Y continua afirmando  Ramírez que:   “Los grandes medios de comunicación son  lobistas de intereses particulares. Están tratando de crear una sensación de caos en la economía, no es algo inocente. Es deliberado. Están tratando de cabalgar sobre los desequilibrios que tenemos en la economía y crear una situación distinta y llamando a un golpe de estado”. 
Ramírez afirmó  igualmente que “no van a poder” e instó a no caer en la tentación y en la desesperación “que están tratando de incidir en los medios” afirmo. 
Resulta que los medios   impresos son los responsables del desastre que montaron  tras 15 años de despelote, corrupción y disparates de todo tipo, y que  el “desequilibrio de la economía”  que existe  según él,  y del que ellos tampoco   son responsables, que no es  tal desequilibrio  sino que  el fisco nacional está en bancarrota  sencillamente y n distorsionada  la economía  y no encuentran como ocultarlo haciendo malabarismos y mintiéndole a país de la tragedia en que estamos inmersos. 
 Luego de malversar, malbaratar y regalar  a países del ALBA, 1.4 billón de dólares americanos.  Y el  problema  es ¿cómo elevar la producción de petróleo? para incrementar la exportación a 2 millones de barriles y ellos saben que no están en capacidad de hacerlo. Ese es al asunto. Ala jacta est
Jose Eduardo Guzman Perez
guzmanperez@gmail.com

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JAIME REQUENA, $$$ PARA LA CIENCIA

Con dos acciones los burócratas de la esquina de El Chorro esperan contener el descalabro que la investigación ha tenido durante los últimos años en el país. Como primera, el Programa de Estímulo a la Investigación entregará ­por cuenta del impuesto LOCTI­ unos 300 mil bolívares como financiamiento por proyectos de investigación y, como segunda, la ciencia, tecnología e innovación pasaron a ocupar un lugar en la lista oficial de los que pueden optar por divisas baratas; ¡quedaron de últimos!
   
Como bien sea que lo asignado como subvención es supremamente insuficiente y que hasta hoy, lunes 3 de febrero del 2014, eso de divisas baratas es pura fantasía, las acciones anunciadas por el MinPoPoCTI no parecen ser los instrumentos de política que permitirán frenar el desastre ­mucho menos reiniciar un despegue­ de la ciencia, tecnología e innovación local. En efecto, el año comenzó con una devaluación de alguito más de 6 a casi 12 simones por lechuga. Para los cuarto-republicanos, un brinco del cien por cien, para los revolucionarios del BCV, FANB, INE, CAVIM, CORDIPLAN, DISIP, PDVSA, SEBIM, etc... etc..., apenas una nimiedad solucionable con un nuevo esquema y operador cambiario.
    El CenCoEx es un clon de CADIVI + SICAD (y bendecido por el RUSICAD) al cual se tendrá que acudir, con carpeticas foliadas y separadores en tonos rosa, para pedir dolaritos que permitan comprar el libro que se necesita para mantener los conocimientos al día, o cubrir los gastos de asistencia al evento académico que ya no se puede organizar aquí.
    En cuanto a lo de internet, lo asignado (las 300 lechugas, cien verdines menos que el año pasado) a duras penas alcanzan para comprar el programita de computación que impide que se inunde la viejita portátil o pagar la subscripción de Netflix, ese guardaespaldas, nuestro protector televisivo de malandros y secuestradores dueños de la nocturnidad..
    Sobre lo asignado por subvención, vale la pena recordar que en el año 1984 el costo promedio de una publicación científica en Venezuela fue de US$ 77.300 que, reexpresado a valor actual, monta a US$ 173.000. Siendo la publicación la concreción de un proyecto de investigación, esa cantidad puede ser tomada como el costo en el país de un buen proyecto de investigación. 
Ahora, convertido ese monto a simones (a la tasa oficial) resulta que los bolívares otorgados como subvención apenas son una fracción de lo que realmente cuesta una investigación en el país.
    Aparte de que son notoriamente insuficientes los recursos asignados por subvención y que lo de dólares baratos es una entelequia, existe otro escollo para quienes desde aquí dedican su vida a la investigación; nuestras universidades autónomas están siendo sometidas a un irracional acoso y a un salvaje asedio, que las tiene en el suelo y al borde del colapso. Y es precisamente desde esas casas de estudio donde la mayor parte de nuestros científicos y tecnólogos ­más del 80% de todos­ han llevado a cabo la investigación que solía hacerse en el país.
requena.j@gmail.com
@jaimerequena

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JOSÉ LUÍS MÉNDEZ LA FUENTE, ENTRE ATAJOS Y CAMINOS

Es una regla de oro en los países con desarrollo democrático que quien ejerza  un cierto liderazgo dentro de un  partido político sea escogido internamente como candidato  a las elecciones  para la primera magistratura del gobierno.  Un liderazgo que generalmente termina cuando pierde las elecciones  o  bien cuando las gana,  aunque por motivos opuestos.
En nuestras latitudes latinoamericanas  no  suele suceder  lo mismo y ese liderazgo  aunque se pierda puede volver a recuperarse. De hecho  hay quien nunca lo pierde y por ello se convierten en  eternos candidatos a la presidencia; no importa si ganan o pierden. En  nuestro país  podemos  recordar,  a manera de ejemplo,  los casos  de Rafael Caldera y de Hugo Chávez.
En el  caso de la Venezuela actual, en que la oposición política no está representada  en un  único partido, sino en  varios,  unidos circunstancialmente  por un interés electoral  bajo un comando coordinador conocido como  “la Mesa de la Unidad”, el tema del  liderazgo no puede medirse en su origen del modo exactamente antes referido, aunque sus consecuencias  postelectorales puedan ser similares. Des pues de dos derrotas  en las presidenciales de finales del 2012 y principios del 2013, una contra Chávez y la segunda  también contra Chávez, no obstante que su contendor  físico fuera  Maduro, pudiera inferirse que el liderazgo de Henrique Capriles llegó a su fin. Sobre todo, cuando en el calendario electoral las presidenciales están muy lejos y más que un candidato para  un proceso electoral  se requiere alguien que encabece un  programa de acción opositora, con una estrategia y unos objetivos muy claros. Lo que significa, a su vez, que cualquier liderazgo  debe venir apuntalado a una agenda de propósitos y metas que sean el resultado de un acuerdo general entre los integrantes  de “la Mesa de la Unidad”,  con o sin Mesa. Algo  que en este momento no está definido.
Que a estas alturas, es decir, después de un año de la presidencia  de Maduro y  de las secuelas  de su gobierno, surjan  diferencias  y se hagan públicas, entre algunos de los principales dirigentes de la oposición y Capriles, no debe verse como algo extraño. Lo raro sería más bien lo contrario.
Capriles, por su parte, sigue fiel a su idea de que  el  único camino que  existe es el electoral y que la lucha es política y cualquier reclamo o exigencia debe hacerse por la vía democrática  y con apego a la constitución. Por eso, quien acuño la frase “hay un camino”, durante su campaña pasada, considere ahora que  no podía apoyar la concentración  convocada para el domingo pasado por María Corina Machado y por Leopoldo López,  pues  es un atajo que conduce a un callejón sin salida. Y para él eso es salirse de ese  “camino” que se trazó.
En el otro bando, Machado, López y Arria, entre otros, piensan que las circunstancias actuales del país, prácticamente de caos y emergencia nacional, requieren una acción opositora inmediata  que  dé respuesta a la mitad de la población que no votó por el chavismo  y que quiere un cambio.
No cabe duda de que  la oposición venezolana  vive un momento sino de crisis, al menos  de opiniones contrastadas  entre sus dirigentes. Además, es evidente que existen también  diferentes puntos de vista y de estrategias  entre ellos. Al menos una cosa es cierta, la agenda  del señor Capriles no es única, ni tampoco unitaria. Y eso, en un camino tan largo como el que queda  hasta el 2019, es más que conveniente.
xlmlf1@gmail.com

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DANIEL CHALBAUD LANGE.NO A VENE-CUBA

“Tengamos conciencia de que nosotros somos una sola nación" (…) "en el fondo somos un solo Gobierno" (…)  "Esa conciencia hay que alimentarla" (…) “propongo estudiar desde hoy mismo, el establecimiento de  un eje estratégico de integración social, cultural, económica, agrícola, petroquímico y petrolero que vaya desde la provincia de Pinar del Río, en el extremo más occidental de la isla, hasta la península de Paraguaná, en el extremo noroeste de Venezuela”. Hugo Chávez Frías. 23 de Diciembre 2007.

Bien, meditando si la gravedad de la situación llega al extremo de los comunistas, los vende patrias de aquí y de allá, de querer configurar una mayor nación con la imposición de la unión de Venezuela y Cuba, olvidándose del sentimiento y la fuerza que conlleva la palabra PATRIA, me hace recordar la pretensión de Rusia de imponer el comunismo para formar una gran nación de naciones olvidándose que, como decía Lamartine: "Es la ceniza de los muertos la que crea la Patria".

Es cierto que Rusia comenzó un proceso de conquista de pequeñas naciones y, con su gran poderío bélico logró constituir la "Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas" –URSS-.  Millones de kilómetros de tierras, aire y mar y con millones de seres unidos obligatoriamente bajo un mismo régimen político, se formó quizás el Estado más grande del mundo. Con la sumatoria de pequeños países se trató de conformar una Gran PATRIA. Esto parecía válido y conveniente, pero lo que ciertamente no es válido, por imposible, es que la sumatoria de distintas Patrias logre formar una gran patria. Allí estuvo parte del fracaso de comunismo, sólo sesenta años duró la ilusión, pues el sentimiento de patria devolvió a millones de seres hacia su propia y antigua Patria.

Y añado, cuando un pueblo convertido en nación, se identifica entre sí con su pasado, vive en común su presente y, lucha por legar un paraíso a sus hijos, nace y se fortalece el concepto de Patria; ente que, como bien lo decía El Cardenal Quintero: "tiene cuerpo y tiene alma"; que, como lo afirmaba Gonzalo Picón Febres, "la patria es el amor, es la tierra, son las costumbres, es el idioma, es el sentimiento religioso".....y para finalizar con Andrés Eloy Blanco: "La Patria es de todos. Nadie se ha ganado el derecho exclusivo de amar a su Patria.  Hay que presumir en todos el derecho de amarla y la voluntad de amarla”.

Las pretensiones de quienes comulgan con la idea de conformar a "Vene-Cuba" tendrá de frente la oposición de millones de venezolanos y de cubanos, del gobierno y de la oposición en ambos países, quienes como expresión del sentimiento individual y colectivo de su propia Identidad Nacional, no vacilarán en luchar por todos los medios para evitar esta locura.

Tengo la certeza de que en Venezuela la negativa empezará en las universidades, llegará a los cuarteles y se ramificará a los sindicatos, a los empresarios, a los colegios profesionales, a la iglesia, a las amas de casa y con mayor fortaleza a las Madres venezolanas. Ni un paso atrás. A moverse.

Nuestra Patria venezolana no se negocia, se defiende.

Daniel chalbaud lange
vonlange1939@gmail.com

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SIMON GARCIA. ACELERAR EL CAMBIO.

Se está convirtiendo en una inquietud dominante el asunto de cuándo va a producirse un cambio en la situación que vive el país. Preocupación que justifica extender la pregunta hacia las condiciones que se requieren para producirlo. El paso de uno a otro asunto es aparentemente simple, pero no existen evidencias de que tengamos las preguntas pertinentes y, en consecuencia, pudieran estar faltando las respuestas convenientes.
           
Más bien en la inquietud parecieran alojarse indicios no sólo de impaciencia, sino dudas sobre la posibilidad de que ese cambio pueda ocurrir. Esa incertidumbre comienza a abonar tres conductas: el acomodo pasivo al régimen; la rebeldía desesperada o el refugio nihilista en una vida privada que no quiere saber nada de política. Todas son reacciones humanamente válidas, pero ninguna de ellas propicia la reflexión ni la adopción de pasos que nos encaminen hacia las salidas.
           En los últimos quince años resalta la instalación sostenida de un modelo opresivo de sociedad. Aunque se conserven formalmente aspectos democráticos, lo dominante ha sido la transformación y el manejo del Estado en órgano de dominio directo cuya función es ejercer una hegemonía excluyente.
            Pero también es relevante que el aplastante desempeño del Estado como principal sujeto político, con toda su variada capacidad de intervención, no ha logrado doblegar a las fuerzas democráticas. La existencia de esta tensión, en condiciones de extrema desigualdad, ha contribuido a mantener espacios de convivencia, a la subsistencia de determinados derechos y a mantener abierto el camino para construir una mayoría social, plural y ciudadana que sobrepase las bases populares del régimen.  
            Por ser demasiado obvio es necesario recalcar que la velocidad del cambio depende de conquistar establemente esa mayoría que necesariamente tendrá que contener un apreciable sector del lado oficialista y una fracción de los que por distintas razones se han colocado fuera  del debate y el combate sobre el país que queremos. 
            Para favorecer esa atracción, la relación de antagonismo con el régimen debe tener formas distintas según se enfrente a la cúpula autoritaria o se confronte a sus seguidores de a pié, por conciencia, por gratitud o por aprovechadores. Hay que tener un discurso efectivo y una presencia afectiva donde es alta la influencia del poder dominante, porque por allí donde deberían comenzar todos los avances.
            El desplazamiento se ha producido y puede incrementarse porque el régimen está parado en un piso muy lleno de contradicciones, lo que propicia, entre otras razones, que acentúe sus propósitos de hostigamiento, desmoralización y reducción de todo lo que se le opone. Pero la existencia de ese dato no debe hacernos creer en espejismos sobre golpes o sustituciones como insurrecciones de la calle, episodios que pueden conllevar a resultados catastróficos y sobre todo contrario a los fines y principios que guían las luchas de los demócratas.
            Los partidos son una esperanza, pero deben comprometerse con una línea de renovación y relegitimación social. Otra expectativa positiva es la existencia de un nuevo liderazgo, pero debe ser capaz de canalizar la competencia solidaria para dotar a la oposición de una condición alternativa.
            La MUD, que debería mantenerse como un centro para acordar iniciativas conjuntas, podría ocuparse ahora de mejorar la autoestima y la organización de los millones de venezolanos que han seguido sus orientaciones electorales y abrir con ellos un debate nacional sobre los elementos de una estrategia que nos devuelva la confianza en que si es posible acelerar el cambio.
@garciasim

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ADALBERTO ORTA, LLEGO FEBRERO Y EL DRAMA ECONOMICO SIGUE…, GOTAS DE ALBORADAS

Se fue el mes de enero, llegó febrero y el drama económico sigue tocando las puertas de cada hogar de la familia venezolana. 

El costo de la vida genera incertidumbre, el desabastecimiento pone al grupo familiar a estar de cola en cola en  supermercados, abastos, bodegas cada vez que oye que determinado   producto desaparecido de los anaqueles llegó y empieza el recorrido de la lotería para adquirir: harina de maíz , de trigo, leche, mantequilla, suavizante, azúcar, café, pollo o carne regulada, lavaplatos, cloro; en fin una zozobra generalizada y unas colas gigantescas, donde la pelea entre ciudadanos se presenta en oportunidades, la gente anda en una especie de sobrevivencia, entre conseguir la comida, “estirar los churupitos” y protegerse de la inseguridad.  
Mientras tanto, el gobierno no termina de aterrizar con sus promesas, los dólares de la subasta del sicad caen gota a gota, el diálogo con los sectores productivos del país hace mutis, pues hasta ahora el bla, bla, bla es lo único que se conoce. Los  300 dólares para las compras vía internet llegan y se van, el ciudadano comienza a utilizarlos antes que llegue el torniquete extraviado que permitió el desagüe de más de 20 mil millones de dólares a través de Cadivi a empresas de maletín, que todavía el gobierno no se digna a dar sus nombres y el de los propietarios. 
El ciudadano de a pie comenta: “Para el pendejo del pueblo si hay ley, para los ricos del gobierno hay dólares”. Una especie de mixtificación de valores acompaña a los jefes del área económica del gobierno del presidente Maduro, los nuevos ricos sonríen, los pobres continúan igual, el discurso populista se acentúa, la sociedad acostumbrándose a vivir en crisis, ojala y no lleguemos al extremo de “exigir poco y conformarnos por nada” eso mantendría siempre sonriente al gobierno. 
Pero este País no se rinde, más allá del control  que el régimen pretende poner en cada rincón de Venezuela y del guión Cubano, este pueblo es esperanzador con una historia de lucha por la democracia, aun cuando la historia venezolana tiene el sello de muchos gobiernos autoritarios y militares, pero también de luces libertarias y esfuerzos compartidos. 
Con el potencial que nos brinda la madre naturaleza en riquezas como el petróleo, el hierro, acero, bauxita, oro, plata, aluminio, cobalto, estaño, mármol, diamante, titanio, uranio, magnesita, platino, niquel, cobre  y una tierra fértil y frondosa, con un mar lleno de ricas especies de peces,  sumado al ingenio e inteligencia de nuestros paisanos, vecinos, hermanos, compatriotas, compañeros, panas, amigos, compadres y primos, es para que la geografía nacional esté llena de bienestar colectivo y no estar sometido el hombre y la mujer venezolana al correr de cola en cola para mendigar un producto de la cesta alimentaria. 
Es básico el entendimiento nacional para poder superar este ciclo de atrocidades, imposiciones, injusticias y errada política económica que  empobrece a la mayoría de los hijos de esta patria  mientras que unos pocos disfrutan las mieles del poder. 
Cada qué vez que pensemos en un  líder único los signos autocráticos del gobierno serán de mayor presencia.  La respuesta a este laberinto que nos han impuesto desde las altas esferas del poder, que trunca sueños, aleja a excelentes profesionales a otros territorios y divide familias, es la misma que se han dado otros países. 
Unidad de propósitos, unidad de la fe en la democracia, no rendirse a la impunidad y convencernos que merecemos una Venezuela donde los niños, jóvenes, adultos y ancianos tengan seguridad, se sientan libres y la alegría esté presente en cada rostro. 
Es complejo, no es fácil. Pero la vida es una y estamos obligados a luchar para hacerla más vivible y humana. Los pensamientos acartonados y dogmáticos fracasaron y seguirán fracasando en todo el planeta tierra y Venezuela forma parte de este mundo. 
Pero depende de cada uno de nosotros, de ti y de mi, que esto se extienda en el tiempo y la pobreza sea el común denominador o que el progreso y el bienestar de la familia sea una sonrisa compartida y el bien común esté presente en la diversidad de la geografía nacional más temprano que tarde. Es futuro lo que anhelamos, no pasado. Llegó febrero y el drama económico sigue…
Adalberto Orta
orta.adalberto@gmail.com

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JOSÉ “CHEO” SALAZAR, EN LAS COLAS LANGUIDECE LA REVOLUCIÓN, LEGE, QUAESO

"Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad” Albert Einstein (1879 – 1955), Físico alemán de origen judío.
Las interminables y humillantes colas, a las cuales tienen que someterse los venezolanos, para adquirir alimentos de la dieta diaria de forma racionada, es una prueba irrefutable del estruendoso fracaso de la mal llamada revolución. Hasta el último gobierno democrático de Rafael Caldera, el precio del barril del petróleo, se cotizaba a nivel internacional a 7 dólares y, sin embargo, había abastecimiento, el estado cumplía con los pagos de sueldos, salarios, contrataciones públicas, discutía, firmaba y honraba los compromisos contractuales y la deuda pública era relativamente baja. Eran tiempos de crisis política, pero el pueblo vivía mucho mejor que ahora. La realidad está a la vista.

Es inexplicable que al país, gracias a la más fabulosa y prolongada bonanza petrolera, le hayan ingresado más de 2 billones de dólares y el chorro a toda mecha, metiéndole dólares al tesoro público, el gobierno que también disfrutó de inmenso apoyo popular, legislativo, dispuso y dispone de todas las instituciones, gobiernan los mismos reciclados a 15 años de asumir el poder y con una inmensa deuda externa e interna, presenten este balance tan infausto. Devaluaciones salvajes, inflación más alta del mundo, escasez, desabastecimiento y una violencia criminal incontrolable. Un desastre inmenso.

Las clases populares, a estas alturas de la revolución, continúan siendo más pobres, los ricos más ricos y los nuevos ricos robolucionarios, full y acumulando vorazmente riquezas, por efectos de la descomunal corrupción. 

De CADIVI, según Giordani se robaron, utilizando empresas fantasmas, que sólo ellos conocen, más de 25 mil millones (Millonas) de dólares. Una fortuna, que bien podría servir para dotar los hospitales, que están en terapia intensiva, resolver los presupuestos de las universidades de los hijos del pueblo, que ante la inminente quiebra, están restringiendo los cupos. Esa descomunal corrupción, demuestra con creces, que hay un segmento del pueblo que vive para la revolución y un grupito que se vive la revolución. Con la verdad ni ofendo ni temo.

En medio de esta barahúnda, hay un pueblo, que en las inmensas, interminables y humillantes colas, para comprar productos de la dieta diaria, de forma racionada, ahoga un peligroso grito de protesta. La mal llamada revolución pretende transformar esta sociedad, en medio de los más altos ingresos petroleros, en una caterva de mendigos. Nunca lo lograrán. Esta desgracia hay que revertirla. Los venezolanos podemos y vamos a vivir mejor. Fuerza, voluntad, inteligencia y recursos hay de sobra. No os equivoquéis.

La revolución, por ahora, languidece en su propia ineficacia, vertedero de corrupción y creyendo que el pueblo no despertará, reaccionará y lo peor: no tiene voluntad. Olvidan la sabia sentencia del poeta del pueblo, Andrés Eloy Blanco: “El pueblo venezolano es levantisco y retrechero”. Fuerza y voluntad Venezuela. Hay futuro.

sjose307@gmail.com
@Cheotigre

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HERNÁN CASTILLO, MILITARES Y DESARROLLO

En sociedades como la venezolana, con una larga historia de violencia política, resulta impostergable limitar con claridad la función política de los militares, sino queremos continuar cohabitando con ese obstáculo en que se han convertido las Fuerzas Armadas para el Desarrollo nacional.

El artículo 328 de la Constitución involucra directamente a las Fuerzas Armadas en “…la participación activa del desarrollo nacional…” Pero por otra parte, el mismo artículo le impone parámetros según los cuales no tienen militancia política y  parcialidad política alguna; cuando justamente, no hay tema más esencialmente político, que el Desarrollo de la nación.  A lo cual se le agrega el artículo 326, “La seguridad de la nación se fundamenta en la corresponsabilidad entre el Estado y la sociedad civil…”. Ni los militares son para el Desarrollo, ni a la sociedad civil le corresponde la seguridad del Estado. Es decir, a los militares no les corresponde la formulación de definiciones del Desarrollo, así como también la militarización de la sociedad civil constituye una aberración que amenaza su propia supervivencia.

Los militares no son para el Desarrollo de la nación; los militares son para las operaciones y maniobras que supone la defensa del Estado y la seguridad  de la sociedad, los militares son para la guerra. O en cualquier caso, los militares latinoamericanos, luego del fin de la Guerra Fría, son para enfrentar militarmente las nuevas amenazas que dejó la confrontación mundial entre el comunismo y el capitalismo, o entre la extinta Unión Soviética y Estados Unidos y sus aliados en Europa Occidental.

Involucrar a los militares en el Desarrollo de la nación, tal como lo hace la Constitución, es involucrarlos en una de las más relevantes actividades políticas de la sociedad y el Estado. Así que, en las circunstancias actuales por las que atraviesa el país, no debe ser motivo de sorpresa si un sector de las Fuerzas Armadas se rebela contra la definición de Desarrollo de la nación que hemos tenido durante estos años de gobierno militar bolivariano socialista del siglo XXI, que ni siquiera la seguridad y tranquilidad pública puede garantizar y mucho menos han sido capaces derrotar la violencia que implica la delincuencia común y el crimen.

La definición del tipo de Desarrollo de Venezuela le corresponde a toda la sociedad, no a las Fuerzas Armadas. No obstante, excepcionalmente y en casos puntuales uno que otro militar sobresaliente en actividades académicas y técnicas especializadas pudiera ser cooptado. Pero no como actualmente, en que la sociedad y el Estado venezolano han sido invadidos masivamente por los militares, abandonando sus funciones naturales, y desplazando a la sociedad civil. De tal manera que, la institución militar venezolana, las FAN, históricamente han estado sobredimensionada en relación con la significación de las amenazas, problemas e hipótesis de conflictos internacionales y posibilidades de guerra; pero ahora, unida a la injerencia cubana, los militares amenazan la supervivencia de la sociedad civil democrática venezolana.

Finalmente, un sector de venezolanos está planteando la convocatoria a una Asamblea Constituyente. Pero toda la sociedad civil debería asumir prioritariamente el problema de la intervención política de los militares venezolanos; de lo contrario estaremos condenados a vivir en el atraso del virus pretoriano, implícito en el artículo 328 de la actual Constitución Nacional. Principalmente un sector de las FAN, junto con grupos civiles paramilitares como los Colectivos, La Piedrita, Los Tupamaros y otros, se ha convertido en el brazo armado del PSUV.

@CastilloHernan



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OVIDIO PÉREZ MORALES, LA TENAZA SE VA CERRANDO

Hay problemas en el país. Claro está. Basta echar una ojeada a la realidad para percibirlos. O informarse en un medio de comunicación, masiva o de red. Una letanía que comienzo por la A (alimentos que escasean) o, al revés, por la Z (zozobra ante la inseguridad que desangra al país).
Pero entre ellos se destaca uno, que pudiera calificarse como el problema, por el desencadenamiento problemático que encierra, como causa de innumerables efectos. Ese problema es la grave ruptura actual de la nación, por obra y gracia de un proyecto excluyente, que divide la población (ciudadanía) y que se sintetiza en un plan con nombre muy hermoso (“de la Patria”) pero de contenido destructivo e in-anticonstitucional al pretender imponer el castrosocialismo. En la perspectiva de ese Proyecto al menos un 50% de los venezolanos somos a-pátridas (sin Patria), enemigos, malos. Porque disentimos del SSXXI, que el oficialismo interpreta como el Bien, el Futuro, lo Positivo, el Absoluto Deseable de la nación y de la historia (no en vano el materialismo histórico-dialéctico le ha dado la vuelta a Hegel).
Según el referido Proyecto todo  diálogo oficial debe partir de la aceptación de la Revolución (socialcomunista) como bien no negociable, como primer principio regulador de toda discusión. Ya se lo ha dicho: dentro de la Revolución todo, fuera de la Revolución nada.
La tolerancia hacia los que rechazan o no comparten el Proyecto (totalitario porque toca todos los aspectos o dimensiones de lo social: económico, político, ético-cultural) no tiene sentido, si bien en el proceso de su realización haya que guardar unos tiempos, pasar por algunas etapas, soportar algunos espacios. Hacer algunas concesiones tácticas en cosas secundarias o tangenciales. Todo esto mientras no se termina de cerrar la tenaza. Pero la tenaza tiene que irse cerrando como imperativo ineludible e implacable.
Más de una vez he tocado este tema. Algunos me han dicho que un planteamiento así es o muy duro e incomprensible para mucha gente o para la mayoría, la cual puede comprender sólo cosas más ligeras y perceptibles, pero no formulaciones de tan grueso calibre.
Juzgo en conciencia que es preciso, sin embargo, llamar las cosas por su nombre cuando está en juego el destino de una sociedad  y se manejan valores básicos como la justicia y la libertad, la paz y la convivencia fraterna, el pluralismo democrático y la vigencia efectiva de los Derechos Humanos.  
El referido Proyecto no es ni podría ser totalmente malo, porque el mal puro no existe. Pero hay errores, factores negativos o como se los quiera llamar, que afectan o corrompen el proyecto en su raíz. 
El así llamado SSXXI por su carácter totalitario se hace moralmente inaceptable, como en su momento lo calificó el Episcopado venezolano, desde cuando se planteó en 2007 la reforma constitucional en sentido socializante (a la marxista). Esa calificación vuelve a aparecer en el reciente documento del mismo Episcopado Diálogo y pluralismo político (10.1.2014).
El captar la naturaleza del Proyecto SSXXI y el saberlo enfrentar  libra de muchas ingenuidades interpretativas y de ineficaces respuestas prácticas. No se puede descansar en la solución de algún o algunos problemas cuando se ignora y se deja en pie el  problema fundamental de la nación.
Y no lo olvidemos: la tenaza de aplicación del Proyecto se va cerrando. De modo progresivo. Inclemente. Este tipo de proyectos no tiene futuro en la Historia. Pero si puede hacer sufrir mucho a la historia nacional.  Retardar e impedir el cierre y neutralizar la tenaza es el gran desafío en el Bicentenario de la Independencia.       
ovidioperezmorales@gmail.com
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