lunes, 28 de octubre de 2013

GABRIEL S. BORAGINA, LAS FUNCIONES DEL "ESTADO"



Correlacionado con el tema de los límites al gobierno se encuentra el de la funciones del "estado". En realidad, se tratan de las dos caras de una misma moneda (para utilizar un símil muy conocido y fácil de entender). Hay dos grandes campos en el análisis de este tema que pueden abordarse: uno es el jurídico y el otro es el económico, y si bien es indudable que las reciprocidades entre ambos son infinitas, conviene no obstante -a los fines didácticos- estudiarlos por separado.
Por ejemplo, el Dr. A. Benegas Lynch (h) advierte sobre una relación de dependencia directa entre las funciones del estado y el gasto público, destacando que la atención debe centrarse más que nada en el primero, dado que el segundo no es otra cosa que una consecuencia de aquel. Así lo explica este profesor:
"El concepto de la reducción de funciones del Estado nacional se contrapone abiertamente a la mera reducción del gasto público a la manera de los habituales ajustes latinoamericanos, destinados a equilibrar el presupuesto sin mayor preocupación acerca de la razón de ser del gobierno ni de los derechos de los ciudadanos. El problema esencial no es de caja: no es el déficit fiscal, sino el excesivo nivel del gasto, en cuanto proviene de funciones no específicas del gobierno republicano (v. Alberto Benegas Lynch (h.), Contra la corriente (Buenos Aires: El Ateneo, 1992), pp. 400- 401). Nuestras preocupaciones en este sentido se inscriben en la línea de los temores de los anti-federalistas americanos sobre la tiranía, inclusive tributaria, que puede provenir de un gobierno central diseñado con atribuciones fuertes, aunque sea elegido mediante procedimientos mayoritarios (v. Alberto Benegas Lynch (h.), “Los Papeles Antifederalistas”, en Libertas, Nº 10, Buenos Aires, ESEADE, mayo de 1989)."[1]
Otros autores, en cambio, como Murray N. Rothbard y Hans-Hermann Hoppe, han señalado, inversamente que, aun cuando las funciones del "estado" se redujeran a una sola, si en ella el gobierno gastara una cuantía similar a la que sufragaba por todas las demás funciones anteriores que hipotéticamente hubiera dejado de cumplir, el problema del gasto excesivo permanecería invariable. Es decir, independizan el número de las funciones del gasto.
Hans-Hermann Hoppe lo expone de este modo:
"Como ha explicado Rothbard, aún si el gobierno se limitara a la "protección" de persona y propiedad, y los impuestos se "limitaran" solamente a la prestación de ese servicio, entonces, cómo podría decidir el gobierno cuánta protección debe proporcionar y cuanto debe recaudar en impuestos? En efecto, contrario a la teoría del gobierno limitado, la "protección" ya no es una abultada “cosa” colectiva, diferente a cualquier otro bien o servicio a la sociedad. Ciertamente, "protección" podría significar cualquier cosa, desde una policía para todo un país, hasta el suministro de una cuadrilla de guardaespaldas armados y un tanque para cada ciudadano - una propuesta que llevaría a la bancarrota a la sociedad. Pero, ¿quién debe decidir sobre la cantidad de protección, ya que es innegable que todas las personas están mejor protegidas contra robo y asalto en caso de estar vigilados por un guardaespaldas armado, que si no lo están? En el mercado libre, las decisiones sobre cuánto y qué calidad, de cualquier bien o servicio, debe ser suministrada a cada persona se hace por medio de adquisiciones voluntarias de cada individuo, pero ¿qué criterio se puede aplicar cuando la decisión la toma el gobierno? La respuesta es, absolutamente ninguno, y tales decisiones gubernamentales sólo pueden ser puramente arbitrarias." (La Ética de la Libertad, pp. 180-81)."[2]
En términos simples, lo que quieren decir estos últimos autores es que si –ejemplificando- por 10 funciones que antes cumplía el "estado" se gastaba 10, y suponiendo que ahora se limite al "estado" a cumplir sólo 1 (por ejemplo, "seguridad") y en ella se siguiera gastando 10 (cuando se debería y correspondería gastar 1) el problema de la ilimitación del gasto no se resolvería limitando las funciones del "estado". Indudablemente se trata de un análisis agudo, dado que estos autores toman como ejemplo lo que se considera en general como una función "esencial" del "estado".
Desde un punto de vista político F. A. von Hayek explica cómo se delimitan las funciones del "estado": "Cuando los individuos se combinan en un esfuerzo conjunto para realizar fines que les son comunes, las organizaciones, como el Estado, que forman con ese propósito reciben sistemas de fines propios y medios propios. Pero la organización así formada no deja de ser una "persona" entre otras; en el caso del Estado, mucho más poderosa que cualquier otra, cierto es, pero también con su esfera separada y limitada, sólo dentro de la cual son supremos sus fines. Los límites de esta esfera están determinados por la extensión en que los individuos se conciertan sobre fines particulares; y la probabilidad del acuerdo sobre una particular vía de acción decrece necesariamente a medida que se extiende el alcance de esta acción. Hay ciertas funciones del Estado en cuyo ejercicio se logrará prácticamente la unanimidad entre sus ciudadanos; habrá otras sobre las cuales recaerá el acuerdo de una mayoría importante, y así, sucesivamente, hasta llegar a campos donde, aunque cada individuo desearía que el Estado actuase de alguna manera, habría casi cantas opiniones como personas acerca de lo que el Estado debiera hacer."[3]
Por nuestro lado, creemos que no hay que perder de vista que detrás de la "noble" máscara que recibe el nombre de "estado" se esconden individuos concretos de carne y hueso, tan humanos y falibles como cualesquiera otros, pero con el ingrediente peligroso del enorme poder conferido.

 [1] Alberto Benegas Lynch (h) Entre albas y crepúsculos: peregrinaje en busca de conocimiento. Edición de Fundación Alberdi. Mendoza. Argentina. Marzo de 2001 pág. 371.

[2] Hans-Hermann Hoppe. "Sobre la Imposibilidad de un Gobierno Limitado y Perspectivas de una Segunda Revolución en América". Artículo publicado en el Blog del Instituto Mises - Articulo Diario – Junio 28 de 2008, Pág. 22

[3] Friedrich A. von Hayek, Camino de servidumbre. Alianza Editorial. España. Pág. 92-93

gabriel.boragina@gmail.com

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LUIS GARCÍA MORA, EL VENDEDOR DE SACUDONES, AL LÍMITE


Maduro vende continua y reiterativamente un sacudón en su discurso, como si inconscientemente no quisiera estar ahí. Maduro “matriza” su salida. Y esto, en el discurso de un Presidente de la República, genera una ola desestabilizante que termina, primero, convocando e induciendo al desorden; y, en segundo término, sugiere que actúa sin medir las consecuencias de sus actos.

Por ejemplo: hace unas noches, de manera insólita, anunciaba la juramentación de un “Comando Anti-Golpe Nacional”, que estipularía el orden público en caso de “un golpe”.

Todo lo advierte, todo lo proclama, todo lo publica en esta especie de gobierno nominalista (groseramente manipulador).

Y apunta hacia todos lados.

Como esto del gran Viceministerio para la Suprema Felicidad Social, a imitación de las más despreciables dictaduras africanas de Mugabe o Idi Amín Dadá. O ese macabro y facho Centro Estratégico de Seguridad y Protección de la Patria (CESPPA), sin pie alguno en la Constitución y de la más profunda raigambre gorilista y videlista sureña.

Asegura, presagia, adivina y predice un golpe. ¿Entonces? ¿A qué atenerse?

Él es el Presidente de la República y nosotros somos sus gobernados.

¿Qué debemos hacer según él? ¿Salir a la calle a defender la Suprema Felicidad y olvidarnos de la crisis?

¿Sabe él cuáles son los problemas de los ciudadanos? ¿Cuándo los va a enfrentar?

No, poeta. Las cosas son y están demasiado duras. Es roca lo que se palpa en las calles de esta Venezuela autoritaria.

Uno no puede dejar de sentir un profundo asombro ante la compleja situación que le toca presenciar. Cifras, datos, encuestas y los últimos focus groups apuntan todos a una toma de decisiones urgente e inevitable ante tantas necesidades represadas que presionan las compuertas del 8-D y pugnan por alcanzar de una vez ese tan temido 2014.

Es el diagnóstico general: la actual situación está soportada por hilos.

Ahora bien, ¿esto es cierto o falso?

Si se analizan los números de las últimas encuestas de septiembre, como dirían Seijas, Keller o León, se evidencia la fractura entre el chavismo light y el duro. Por encima del 60% de las alcaldías gubernamentales se pueden perder. Es decir: para el 8-D se espera una debacle electoral. O como dice el taxista volteando a mirarme: “una pela con una chola de goma mojada”.

Y todo está referido a la situación interna del chavismo, que es un verdadero polvorín. No se toman decisiones urgentes en materia económica porque las pugnas internas y el caos se los impide.

Todo está orientado a la política inmediata. Es la hora miope de los cerebros tácticos.

“El consenso es que Maduro no funciona y todo puede precipitarse”, me dicen. Y Maduro, se ve, trata de aproximarse al sector militar aunque, piensa uno, con demasiada torpeza.

Hay una dinámica, según explicaba una voz supuestamente enterada, de acción y reacción donde los militares están cada vez más descontentos con él. De ahí que trate reiterativamente de esgrimir una militarización simbólica y exagerada de su personalidad y de su propia imagen pública. Es más: hay en este último Maduro una adhesión casi incondicional a la imagen militar, muy postiza, muy forzada, pero cierta. ¿Para protegerse? ¿De qué?

Observando los números, nos damos cuenta de que estamos en el estatus económico de 2002, pero con las cifras negativas, peores aún, y con precios del petróleo más altos. Y entonces el comentario: “el Estado está paralizado. La inflación crece todos los días. El que vende hoy, mañana no puede reponer. La escasez ya es estructural. Y todo es consecuencia de la incapacidad de cohesionar, de dar viabilidad. Y de pensar. No funciona el BCV ni Finanzas. Giordani es un pterodáctilo. Y Maduro no articula bien: no puede ni hablar”.

La emocionalidad social (según las encuestas) está en los mismos niveles de febrero del año 1992, cuando Chávez dio el golpe de Estado. Por primera vez en estos quince años el venezolano comienza a sentir que su situación personal está peor que la situación del país. Y eso, todo eso, amigo lector, es una bomba de tiempo.

El discurso del poder está disociado por completo de lo que está sintiendo y padeciendo el ciudadano. Como dicen: El Presidente le habla a su sombra. No tiene el pulso del dolor nacional. Y le dicen que importando juguetes y arbolitos de navidad para diciembre pasará este chaparrón. Y él va e importa juguetes y arbolitos de navidad. Por otra parte, está totalmente desconectado con un discurso ideológico casi infantil y, como dice Dieterich, con una oratoria pseudo-clerical y a veces casi angélica, para adentro, que obedece a la guerra interna, pero no a lo que está pasando en el país.

Ya se quemaron las reservas estratégicas alimentarias (que normalmente alcanzan a cubrir tres meses de seguridad). El estado improductivo no tiene con qué, y depende de los barcos.

Un país que vive en el muelle.

Y todo esto mezclado, amigo lector, entre tanta maleza y bananas, ¿no es un coctel Molotov? ¿Una bomba que hace tic-tac?

Cráteres

- Gobierno adentro, la lucha por el poder aún no ha sido resuelta. Hay quien dice que en uno de los viajes de Diosdado al exterior Maduro, Jaua y El Aissami le vaciaron las alforjas de alcaldes que ya tenía amarrada a unas primarias del PSUV para escoger los candidatos e hicieron nombramientos a dedo.

- Hay una necesidad real que está creciendo. En las encuestas el sector de No sabe / No contesta (o a quienes casi nunca les importa nada esto de la política) es hoy un tercio del país. Similar a los años ochenta y noventa, cuando el estallido social del 27-F de 1989 y los dos intentos de golpe de Estado de 1992. Como me dice un dirigente político: “Fueron los que escribieron en las paredes durante los noventa Golpe ya”. Un feeling que atemoriza, que muestra la insatisfacción política y la frustración económica. Y las instituciones no responden. Quizá tenga razón el rector del CNE Vicente Díaz al asegurar que “La factura la puede terminar pagando la clase política en su conjunto, si no se salen de la peleadera empinándose sobre las diferencias”.

- Pregunto con quien pregunta: ¿qué motiva a Nicolás Maduro a militarizar el Gobierno?

aguilaluis_7@hotmail.com

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OFELIA AVELLA, ¡AHORA VAN A SABER LO QUE ES SER POBRES!


En una de las muchas visitas que hacemos semanalmente al supermercado, una vez que me tocó el turno para pagar y entregué mi tarjeta de débito, quien me seguía, un señor muy pobre, obrero de una construcción cercana, dijo: "algún día pagaré con tarjeta". 

El llevaba escasamente dos cosas y pagaría en efectivo. Le contesté que podría lograrlo si este gobierno cambiaba. Le dije, además, que la tarjeta servía de poco cuando se tiene poco dinero en la cuenta o no se encuentra lo que se quiere comprar. Con este régimen -agregué- todos nos igualamos bastante, pero para mal.

Me quedé conmovida no sólo por las palabras del señor, sino por su rostro. Traslucía la desesperanza de muchos. La desesperanza y la rabia contenida. 

Pensé en las muchas veces que he escuchado a algunos decir -desde que este gobierno asumió el poder-, "¡ahora van a saber lo que es ser pobres!". Frase infeliz, no sólo por lo cargada de odio que está, sino por lo tristemente cierta que es, verificable a lo largo de estos quince años y en el colapso que nos espera. Frase, además, estúpida y contradictoria, ¿pues qué beneficio reporta seguir siendo pobres y volver pobres a quienes pueden producir? He aquí, pues, el núcleo del drama que vivimos. Drama que por fundarse en una mentira, precisa de mil mentiras para mantenerse.

El obrero de quien hablaba, así como muchos otros, no parecía desear ser pobre ni mantenerse pobre. Desear poder pagar con tarjeta, desear -sencillamente- poder comprar "un poco más" y "poder" pagar, hecho que desea todo ser humano normal sobre la faz de la tierra. La mentira de este régimen que sólo ha sembrado pobreza y odio, división y falsas esperanzas, ha consistido en hacer creer a los más pobres que vivirán en un paraíso que les era antes negado por culpa de los ricos. Esa guerra económica que se nos quiere hacer creer que es culpa de los empresarios, es sólo un montaje más de quienes han llevado este país a la ruina y obstaculizan el trabajo de los productores expropiando sus empresas, dificultando la compra de lo que requieren para producir y negando tanto trabajo a los venezolanos, para dárselo a los chinos, a los cubanos y a los brasileños.

Este señor quería ser mejor; quería elevar su nivel y sentir que "podía" pagar con tarjeta, llevándose -evidentemente- más alimentos consigo. Lo que digo parece pueril a algunos, pero tristemente hay algunos que parecen creer -todavía- que son los empresarios quienes fomentan la "guerra económica". ¿Quién, en su sana lógica, querría producir menos cuando lo que necesita es producir más para poder mantenerse a flote y pagar a sus empleados? Hasta en las empresas caseras se perciben las dificultades. La lógica de la vida se advierte en cualquiera que desee producir. Quien hace tortas desde su casa no logra conseguir ni la harina ni el azúcar ni la leche condensada, entre tantos otros detalles que necesita para cocinar. ¿Podría alguien creer que un ama de casa cualquiera, que vive en parte de la comida que vende, dejaría de vender para hacerle la guerra a alguien, a su competencia, en concreto? Pensarlo sería tan absurdo como difícil de creer, pues viviendo de eso, ¿de qué viviría si no vende?

Sé que lo que digo parece hasta ridículo, pero lo insólito es que algunos crean que los empresarios son los responsables de una supuesta "guerra económica". Quienes diseñan las mentiras son quienes impiden avanzar a los productores venezolanos, a punta de negar la libre iniciativa, la libre empresa y toda libertad fundamental. Son los mismos que expropian lo ajeno para quedárselo ellos; esos que no producen y le echan la culpa de su ineficiencia al otro. ¿Qué ser humano normal buscaría dejar de producir para ganar una guerra? Quien realmente trabaja no lo hace, pues conoce bien las implicaciones. Quien no produce, en cambio, tiene el tiempo disponible para perderlo y hacerlo perder a todos con sus enredos.

¿Cuándo comprenderán, algunos, que podría haber un cambio en puertas que desde ya les está susurrando al oído: "¡ahora van a saber lo que es ser ricos!"; "¡ahora van a saber lo que sería de ustedes y de sus familias si dejasen que la empresa privada invirtiera; si en lugar de cerrarla, abriesen la puerta a tantos trabajos honestos y oportunidades que podrían emerger, si no se dejan engañar por burdas mentiras y se disponen, en cambio, a inspirar la confianza que engendra vivir en la verdad!?".

Ofeliavella@gmail.com

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SANTIAGO QUINTERO, CUANDO EL PODER VIVE DE LA IGNORANCIA

Si  no se conoce lo que se tiene, se corre el riesgo de no tenerlo. Si no se sabe  lo que nos pertenece, terminará por perderse. Si no se sabe lo que somos, terminaremos por no encontrarnos. 

La ignorancia nos atrapará en su cómoda poltrona donde nos llena de conformismo e induce con su rutinario sopor el hábito de acostumbrarnos a olvidarnos de nuestro bienestar. De esa manera propiciamos que el Estado no atienda al ciudadano y sus requerimientos. De esa forma permitimos que los problemas continúen multiplicándose y generando otros, hasta ahogarnos en la displicente agonía colectiva.

Venezuela pareciera ser una de esas desafortunadas mujeres  que se enamoran de una pareja que la veja, golpea, humilla y maltrata. Su autoestima es lo suficientemente baja como para permitir que el Estado genere cualquier abuso y ella permanecer leal a quien la castiga. Ya es hora que sus hijos tomen por un brazo al concubino maltratador y lo echen de la casa. 

Su madre ha perdido el sentido de la dignidad y su humildad ha sido exacerbada por el poder que se ufana de su indefensión  y de su indigencia. A esa condición de postración y rendición concupiscente, es a lo que el maltratador llama patria. A la negación total de los derechos de la nación con la propia aceptación de la renuncia por parte de la víctima, llena de hematomas y magulladuras. El salvaje opresor fuerte es el que prevalece, mientras el intelectual consciente pasivo, se ocupa de contar las hojas de la hierba -calendario mientras crece. Uno activa el castigo maltratador y el otro lo permite, en un juego donde el amor al país está ausente y la conveniencia y el acomodo apremian.

Mientras tanto, la nación de la rica herencia va a las colas de la harina, el aceite, el pollo, el papel sanitario, la leche evaporada, a mendigar un caro mendrugo, a pedir por caridad su acceso a las sobras del festín de los colorados reinantes, de los orcos enflusados, de los combatientes regordetes y la milicia panzuda, obesa de ocio y laxitud. Y en cada una de ellas, recibe a empellones, el maltrato del nuevo sistema que surgió para "dignificarla" y darle la "Patria" que no tenía, es decir, el maltrato, la grosería, el basurero de los valores y principios, las sobras del mercado y el mercado de las sobras, la violencia con saña hacia el niño, la mujer y el anciano, porque en el país de los orcos, los débiles carecen de la virtud de defenderse al encontrarse en la "Patria" donde los derechos ciudadanos  no comprometen al Estado, no se firman ni se respetan, porque son el "escuálido" escudo detrás del cual establece su "guarimba"  la "contrarrevolución".

Así el derecho a la vida y a la libertad son no esenciales, porque la "Patria" puede  prescindir de sus ciudadanos cultos, de sus empresarios esforzados, de sus emprendedores decididos, de sus agricultores empeñados, de sus estudiantes disciplinados, de sus creativos talentosos. No necesita la patria de la producción de bienes ni de servicios. No necesita de la propiedad privada de los ciudadanos que los haga libres. Necesita de la esclavitud del pueblo rebautizada rimbombantemente con el nombre de Independencia. Y que viva el papelillo y la serpentina del pasquín de la Revolución disfrazada de la verdad del pueblo.

santiagoquintero@gmail.com

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RAFAEL BELLO, LA SOCIEDAD EN TODOS SUS ESTAMENTOS ESTÁ ACTIVA EN LA DEFENSA DE SU LIBERTAD, PUNTO Y FINAL

Es inevitable que las fuerzas democráticas asuman la reconstrucción del país. Venezuela está en estado de quiebra y por eso las variaciones diarias del valor de nuestro signo monetario. La moneda nacional es hojalata sin poder adquisitivo ya. Allí está galopante la explosiva inflación y la sociedad en general entre carencias increíbles en una nación de las principales productoras y exportadoras de petróleo en el mundo.

¿Qué le pasó a Venezuela? Simple y llanamente que la perversidad se hizo poder y la empobreció. Esta es la realidad que vive nuestro país. Por eso la calle hierve de impaciencia, porque no hay quien asuma como debe ser con coraje y determinación, la conducción política exigente para la reconstrucción nacional. Una oposición festivalera que se sienta en la misma mesa de quienes ocultan cuadernos de votación porque es la prueba de lo que todo el mundo conoce. Pero todos los demócratas no estamos en la misma línea de la complicidad y el miedo.

Aquí hay una realidad profundamente preocupante en la que está envuelta la sociedad venezolana. Esa realidad exige un comportamiento responsable de la conducción política de los sectores democráticos para afrontarla y sacar a la nación del despeñadero en que se encuentra.

La situación es muy grave y ha llegado el momento de actuar con las banderas de la democracia y la unidad nacional para enderezar la economía, reconstruir la industria petrolera y ponerle término a la entrega foránea de nuestros recursos energéticos. Hay que volver la mirada a Venezuela y fortalecerla en su valor intrínseco de nación independiente y soberana.

Hablan de conspiración, pero, la seguridad, la paz y la convivencia ciudadana, sufren los embates de la descomposición que ciega vidas a diario. La sociedad en todos sus estamentos está activa en la defensa de su patrimonio que es la libertad.

bello.rafael@yahoo.es

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RÓMULO LANDER HOFFMANN, LA ECONOMÍA Y EL MINPOPOPALAFE (*)

El fin último de la política económica, es el bienestar material o económico. O sea, la felicidad.

Entre los principales exponentes de este argumento se destaca Alfred Marshall, excepcional economista ingles (1842-1924) quien sostenía que la principal tarea del economista era el estudio del comportamiento de los hombres dentro del marco institucional en que vivían, que éstas eran cambiantes y que el comportamiento del hombre estaba, en gran parte, determinado por ellas.

En su obra “Principios de Economía” introduce el termino; "Bienestar económico", para hacer referencia a los elementales estándares de satisfacción social que permiten la "felicidad" del hombre en su sentido primario.

De acuerdo al concepto, el bienestar económico debería ser la meta a perseguir y es aquí, donde el papel del economista es preponderante, dado que deberíamos esencialmente; sugerir medidas, establecer criterios y desarrollar modelos que realmente permitan incrementar este bienestar.

Ahora bien, el principal inconveniente consiste en definir el modelo de medición, y que elementos seleccionar para determinar si el bienestar se mueve en un sentido o en otro al tomar una decisión de carácter político o económica.

Un buen punto de partida para la medición seria la identificación adecuada de las condiciones económicas en que se encuentra el modelo económico a modificar, para poder observarlo, y ponderar los logros (aumentos o disminuciones ) del bienestar material de la comunidad y por esta vía, incidir sobre la eficiencia del sistema.

Vamos a tratar de desarrollar dentro del contexto de la propuesta de Marshall, el tipo de políticas a utilizar para disminuir la pobreza y para redistribuir la renta sin caer en programas que si bien es cierto que desde el punto de vista meramente estadístico produce algunos dividendos políticos, desde el real, no genera ningún tipo de riqueza.

El primer punto, es cuestión de saber si el dinero tiene más valor para el término medio de los ricos, que para la media de los pobres.

El segundo punto, consiste en determinar si debemos asignar pesos distintos a los ingresos adicionales tanto de los ricos, como de los pobres.

El tercer punto se relaciona con la importancia asignada las necesidades de los que tienen elevados ingresos y la asignada a los que no lo tienen. Lo cual plantea por cierto, interrogantes casi existenciales como por ejemplo: ¿Necesitan las personas más alimento que vestido,? ¿más vestidos que elementos de distracción? o en contraste, ¿necesitan los ricos más caviar que teatro?, ¿podríamos establecer efectivamente una comparación entre estas necesidades para obtener de su observación un posible grado de la satisfacción que ellas generan en cada grupo?

El cuarto punto consiste en determinar si la mejora del bienestar de toda la sociedad a través de la redistribución de los ingresos entre pobres y ricos afecta o no los niveles (negativa o positivamente ) de renta de ellos. Por mi parte creo que la distribución de la riqueza por parte del estado, lo más que logra es nivelar por debajo la sociedad y en consecuencia, empobrecer a todo el colectivo.

Vemos pues, cómo la problemática del bienestar económico se nos presenta desde dos posibles situaciones: Logro de este bienestar a través de la eficiencia en la asignación de los recursos y consecuentemente desarrollo armónico de la economía, o logro desde el punto de la equidad.

El bienestar económico y en consecuencia la felicidad, es inversamente proporcional a la utilidad de los bienes poseídos, a su incidencia sobre el bienestar físico y a su eficiencia y productividad. Es por ello, que podríamos jerarquizar al bienestar de acuerdo a su condición. Nos explica Marshall que la satisfacción de las necesidades básicas, alimentación, vestido, vivienda, supone un grado de bienestar material comparativamente mayor que la de los lujos, que son opuestos a los bienes que satisfacen las necesidades básicas.

Esta comparación de las necesidades de los diferentes componentes del colectivo nos indican que los individuos antes que todo, utilizaran su renta en adquirir los bienes que le generen un mínimo de bienestar material, y en cubrir sus necesidades esenciales sin que un aumento de sus ingresos signifique forzosamente, un incremento en su bienestar general, especialmente si invierte este aumento por ejemplo, en bienes inmateriales, o no estrictamente económicos.

Se debe tener en cuenta pues, que la conveniencia de las medidas político económicas diseñadas y asumidas para generar cambios positivos en el bienestar económico, deben valorarse en función de su contribución a la eficiencia del sistema productivo, lo cual implica una producción desigual de los medios a sus áreas de competencia especifica. Léase: seguridad, defensa, vivienda, salud, educación y trabajo.

Deben entender quienes manejan el Estado que el intentar aplicar la propuesta de de Wilfredo Pareto de la máxima satisfacción para todos los individuos, es muy difícil de darse en la realidad verdadera, que una sociedad productiva no se constituye con imposibles teóricos, sino con realidades sociales. Que la estructura de los mercados y su funcionamiento, suelen diverger de los ideales. y que sin duda mucho menos depende de un organismo para dispensar y administrar felicidad.

(*) ministerio del poder popular para la felicidad

Amanecerá y veremos.

romulo lander

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SUSANA MORFFE, PAIS EXPORTADOR DE FELICIDAD (ENTRE CIELO Y TIERRA)

El actual gobierno se recordará como el que ha pronunciado más calificativos y palabras altisonantes o rebuscadas, para entretener a la gente y poner en práctica lo que no es usual en la forma de expresarnos, con un lenguaje común y razonado, sobretodo el que debe utilizar la clase política para dirigirse con claridad y contenido apropiado en su empeño de llegar a las masas.

Los términos comunes para descalificar al sector opositor se acuñaron a lo largo de más de una década. No solo en el intento de atropellar el más rico y abundante recurso comunicacional para expresarnos como es el lenguaje, sino que ha sido mal utilizado y otras veces empleado para ofender con vulgaridades. 
A partir de allí, hemos escuchado palabras como apátridas. Si el que nació en Venezuela no ha cambiado la nacionalidad ¿por qué lo califican como apátrida? Lo mismo ocurre con la palabra escuálido utilizada por los voceros del régimen. Ciertamente, en el estricto sentido de la palabra, hemos sido convertidos en escuálidos porque nos han quitado hasta el derecho de comer. De manera que al señalar a los opositores de oligarcas es también un evidente mal uso de los términos, ya que los oligarcas están del otro lado.
Pero el más claro ejemplo de las rebuscadas expresiones y contenido del socialismo del siglo XXI, se observan cuando se avecina una campaña electoral, en el marco del “gobierno de eficiencia de calle,” donde por cierto, deberían estar todos. Durante las acciones, prometen, reparten dinero y ofrecen cuanto se les ocurre para amarrar a los incautos.
Hasta ahora todos los seres normales suponíamos que la máxima felicidad se logra cuando se alcanzan los más altos ideales, sueños, proyectos y una vida plena con todo lo que favorezca y haga crecer la existencia humana.
Es aquí cuando el sueño se hace realidad con la creación del vicereinado "para la Suprema Felicidad Social del Pueblo", para que "las misiones lleguen hasta el cielo", algo parecido a la torre de Babel. En los anaqueles no habrá ningún tipo de artículos, sino la carita feliz y una voz que indica: Sonría, usted esta siendo filmado como ciudadano para exportar felicidad. Una de las misiones que tendrá trabajo en bruto será Misión Sonrisa para arreglar dentaduras, puentes planchas y dientes mal formados, con viaje gratis a Cuba. Evidentemente que sin alimentos tendremos más salud bucal.
De tal idea, que la misma compañía Walt Disney quedaría atónita, no habrá lugar para pensar en el control de cambio, que las máquinas Smartmatic volverán hacer de las suyas el 8D, bajo la operación estratégica de los bandidos foráneos combinados con locales, como por arte de magia, que aquí no hay apátridas, menos uno. Sin embargo, tendremos milicias a granel.
Las burlas y quejas con los resultados de las elecciones pasadas dejadas en el aire, se quedarán ahí, en el aire, perfectamente calculado y ajustado a las reglas del juego electoral. ¿Alguien estará pensando alguna travesura? Viva la felicidad!
Susana Morffe
@susanamorffe
www.desdelaisla.hazblog.com

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EDDY BARRIOS, DELIMITACION, DEMARCACION Y JURISDICCIONES

El territorio de los estados naciones es uno de los tres requisitos indispensables para su reconocimiento como tales. Este reconocimiento les otorga de inmediato soberanía sobre el territorio y el derecho a su autodeterminación. Este territorio tiene límites precisos los cuales deben ser demarcados en el terreno, para que ese estado nación pueda ejercer, dentro de su espacio geográfico, la jurisdicción consecuente.

Esta jurisdicción es tanto sobre las tierras como sobre las aguas. En tiempos anteriores a la década de los ochenta del siglo pasado, aún cuando desde siempre existía el derecho sobre las aguas que bañaban los territorios, no se había dado el desarrollo y evolución del derecho positivo correspondiente, como es el caso del nuevo Derecho del Mar, el que fuera el resultado de un tratado internacional que al firmarlo la mayoría de los países de la comunidad internacional regularía  la jurisdicción del estado nación sobre sus aguas, o áreas marinas y submarinas. Es con la evolución del derecho del mar que esta jurisdicción toma absoluta relevancia y permite que no haya dudas; pero, básicamente, la idea principal es que todo territorio genera aguas o jurisdicción sobre sus aguas que le bañan, según los principios del derecho internacional público positivo.

En el diferendo con Colombia, primero fue la delimitación de la frontera terrestre, donde hubo una cadena de errores que desembocó en los limites mal demarcados, en vigencia, como es que nuestra separación está en Castilletes y no en Cabo de la Vela, como era según la partida de nacimiento de nuestra Capitanía General de Venezuela de 1777 y el Uti Posidetis Iuris. Algunos hitos están no sólo mal posicionados sino que están sin demarcar, como el caso del hito No. 1. Esta definición de los límites terrestres le concedió a Colombia una insospechada presencia en la cara oriental de la Península de Guajira, que no tenia para 1777, con la que aspiran tener condominio sobre lo que fue, es y será siempre única y exclusivamente de Venezuela. Hasta han intentado hacer presencia dentro del golfo, en inamistosas maniobras de penetración mas debajo de castilletes, las cuales enturbian las relaciones internacionales entre pueblos que se dicen hermanos. Venezuela siempre ha actuado enfrentando de inmediato y categóricamente estos intentos y dejando claro que ¡El Golfo de Venezuela es de Venezuela!

En el caso de Guyana, esta nación no respeta los derechos de propiedad que Venezuela tiene, sustentados en títulos necesarios y suficientes, sobre el Territorio Esequibo. Viola el Acuerdo de Ginebra que obliga  a ambas naciones a encontrarle una solución pacifica y satisfactoria  para las partes, utilizando los métodos establecidos en el artículo 33 de la carta de las naciones Unidas. Este enojoso  conflicto se deriva de la contención unilateral de Venezuela de que el laudo arbitral de Paris de 1899 es nulo e irrito, con cuya sentencia Inglaterra pretendió despojar a Venezuela del territorio señalado.  Venezuela pudo conocer gracias al memorando póstumo o manifiesto del negociador Mallet Prevost, que se habían cometido irregularidades en la mesa de negociaciones y pudo efectuar dicha contención, promulgada una mañana de 1966, de boca del presidente de turno, Don Rómulo Betancourt, justo cuando Inglaterra se adelantaba, como en efecto hizo, a otorgarle la independencia a Guyana. Guyana hereda no sólo este conflicto que venía en curso entre su legador y nuestra nación, sino la prepotencia del imperio que le dio origen. Hoy asume actitudes de mini imperio, de desconocer el despojo y de desconocimiento a las obligaciones que surgen del hecho de no ser propietarias sino, en todo caso, pisatarias de un territorio que una potencia, valiéndose de ardides, le robó a su vecino. Concede permisos de exploración, diseña su jurisdicción presunta sobre las áreas marinas del frente atlántico, usando puntos de un territorio que no es suyo, alega que entre su vecino y ella no hay nada pendiente y hasta reclama cuando este vecino ejerce soberanía sobre su territorio. Habla de amenazas, cuando la que amenaza es ella.

Se debe agilizar la concreción de la búsqueda del arreglo práctico a la que obliga el Acuerdo de Ginebra, Venezuela lo ha respetado y Guyana no. Guyana debe esperar la solución al conflicto antes de crear otro, lo cual hace al conceder permiso a terceros para explorar o explotar recursos terrestres o del lecho y aguas de ese espacio acuático que no es de su propiedad. Mal puede ella delimitar las áreas marinas y submarinas con terceros, si no posee la tierra que su legador le arrebató a su vecino y que éste último, en justicia, dueño de la misma, le reclama, con títulos y documentos en mano. ¿Qué pretenden? ¿Qué quieren provocar?

Venezuela actuó con grandeza y solidaridad cuando Inglaterra le concedió la independencia y reconoció su nuevo status político, no oponiéndose y sólo emitió las justas y debidas reservas debido a la situación que ya era amplia y claramente conocida para esa época. Es decir, Venezuela era un pequeño país atacado por la voracidad de un imperio que le jugaba sucio. Hoy, es su heredero político quien le juega sucio. Venezuela cuenta con los recursos, la razón y la justificación para ejercer sus derechos.

Eddy Barrios

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ANGEL OROPEZA, MOSCA: ¡COMPREN COMIDA!, EL RUMOR COMO ESTRATEGIA POLÍTICA, CUIDADO

La historia nos enseña cómo en momentos de fuertes cambios o de crisis sociales, los rumores aumentan porque ante la incertidumbre y los huecos de información, se inventan cosas para llenarlas. En otras palabras, ante la angustia surge la distorsión. Ahora bien, así como los rumores pueden ser originados por situaciones de incertidumbre y falta de información, también pueden constituirse en herramientas intencionales de estrategia política, para provocar situaciones que, de lo contrario, no ocurrirían.

Los primeros estudios sistemáticos del fenómeno de los rumores se realizaron en Estados Unidos, debido a la proliferación de éstos durante la Segunda Guerra Mundial y los efectos negativos sobre la moral de las tropas. Revisando los documentos de las bases de la propaganda política y de guerra de los nazis, redactados por Goebbels, ministro de Propaganda de Hitler, se encontró cómo los nacional-socialistas hicieron del rumor una estrategia de guerra para desorientar al enemigo, engañar a las poblaciones que iban a invadir y crear falsas expectativas de triunfo en sus propias tropas. Estos documentos establecían que la propaganda debía afectar la acción del enemigo de dos maneras fundamentales:

1. Suprimiendo informaciones que pudieran ser útiles al adversario, y sustituirlas por rumores e imprecisiones que le distrajeran de su objetivo.

2. Difundiendo abiertamente rumores cuyo contenido o tono condujera al enemigo a elaborar las conclusiones deseadas por los propios originadores del rumor.

Los nazis hacían así un juego doble con la verdad, manipulándola y escondiéndola  a través de rumores y falsos informes, pero siempre buscando obtener un beneficio político a su causa.

Según Jean-Noël Kapferer, autor de "Rumores, el medio de difusión más antiguo del mundo", en el arsenal de instrumentos de la guerra política, el rumor goza de varias ventajas. En primer lugar, evita mostrarse al descubierto. La fuente permanece oculta, inaprehensible y misteriosa. Nadie es responsable, pero todo el mundo está al corriente, porque sobran los portadores voluntarios o involuntarios del mensaje. Además, el rumor no requiere pruebas. La opinión pública se construye más a partir de impresiones que de hechos, por lo tanto, a veces un rumor basta para generar creencias y actitudes. Finalmente, el rumor no cuesta nada: es un arma política sin un costo directo.

Durante las últimas semanas en nuestro país, hemos sido testigos de una extraña y repentina aparición de rumores sobre la estabilidad del gobierno, sobre la supuesta inminencia de su caída y sobre presuntos movimientos militares de todo tipo. La gente cita pretendidas informaciones provenientes de las fuentes más diversas –y, por supuesto–  imposibles de corroborar, que no sólo han hecho reaparecer el tristemente recordado consejo de "compren comida, por si acaso", sino que han impregnado el ambiente nacional de un asfixiante y nauseabundo hedor militarista.

Cualquiera que tenga dos dedos de frente, o posea un mínimo conocimiento sobre cómo se bate el cobre en la política venezolana,  se dará fácilmente cuenta que esta ola de rumores, dado su efecto sobre la conducta de los venezolanos, sólo puede tener un origen, y está en las elegantes oficinas de los asesores cubanos del débil gobierno del madurocabellismo. ¿Por qué? Simplemente porque el rumor militarista alimenta la abstención en las filas opositoras, justo cuando más lo necesita el gobierno, que conoce muy bien las encuestas y la realidad de las calles, y sabe que si la gente sale a votar el próximo 8 de diciembre, y canaliza a través de una participación electoral masiva su legítima indignación ante el caos en que la dupla Maduro-Cabello los ha obligado a vivir, al gobierno le espera una derrota tan aplastante que estará abriendo las puertas para viabilizar una salida democrática y constitucional a la crisis.  Frente a este peligro, y a semejanza de las estrategias goebbelianas, se lanzan rumores que buscan paralizar a la gente, sacarla del estado organizativo y llevarla a un estado psicológico pasivo-expectante, donde se refuerza el pensamiento mágico de las soluciones fáciles y voluntaristas, y se retrotrae a la población a estadios fantasiosos alejados de la realidad. Nadie va estar pensando en organizarse ni en elecciones en ese estado. La apuesta del gobierno apunta desesperadamente en esa dirección.

La oposición no tiene ninguna intención de abandonar la que ha sido la única estrategia exitosa de los últimos 15 años: apostar todo a la organización popular, la acumulación de espacios de poder y la insistencia en la vía electoral como instrumento de cambio social. Nada ni nadie la va a sacar de ese camino. Dejemos al gobierno solo con sus rumores, y no le hagamos el juego a quien sólo merece ser vencido como lo hacen las grandes naciones: en las urnas y a punta de pueblo

@angeloropeza182

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CHARITO ROJAS, PODER TAMBALEANTE

"Llegará un día en que nuestros hijos, llenos de vergüenza, recordarán estos días extraños en los que la honestidad más simple era calificada de coraje". Yevgeny Yevtushenko (1932- ), poeta ruso, pedagogo, cineasta.La joven ministra del Deporte, Alejandra Benítez, hizo esta semana una denuncia que revela la forma como funcionarios públicos y protegidos del Gobierno roban al país aprovechando las divisas de Cadivi, utilizando los propios mecanismos implantados por el órgano controlador.


No sabemos si la joven esgrimista quiere lavarse las manos en el caso, o quiere emprender su propia campaña anticorrupción o jugó posición adelantada por inocencia política.La bella Alejandra denunció que le habían falsificado la firma en más de 60 carpetas de Cadivi, por lo cual deportistas del automovilismo y el motociclismo (deportes por lo visto prioritarios para la revolución) obtenían enormes cantidades de divisas preferenciales por encima de sus reales necesidades, falsificando informes y premios para luego revender esos dólares en el mercado negro y obtener ganancias. Benítez reveló que "eran pilotos con mucha notoriedad, que pagaban equipos de prensa para tener una exposición permanente y poder justificar las cifras tan elevadas de sus solicitudes". Dijo que uno de esos pilotos llegó a recibir nada menos que 66 millones de dólares. Pero después de hacer estas graves acusaciones, la Ministra se negó a dar los nombres de los involucrados, porque había que "respetarlos como atletas". Pero, ¿será que no menciona los nombres porque son chavistas como ella?

Porque vistas experiencias anteriores, si se hubiera tratado de un estafador de oposición ya hubiesen hecho una cadena nacional para exponerlo. Esa es la diferencia que divide a los venezolanos. Por supuesto que la Ministra denunciante no tocó ni por asomo el caso del alto funcionario de su ministerio que fue capturado en Bulgaria tratando de ingresar una maleta con 407.000 euros en efectivo. Pudo sacar esa cantidad en un país que tiene un control de cambios estricto, en un país donde se persigue y se trata de delincuente a quien vende un cupito de 3.000 dólares que además paga, nadie se lo regala.

Sin querer, la Ministra deportista asomó a la vista pública el modus operandi de la corrupción gubernamental. Y esta es la forma en que se hacen negocios grandes en los organismos públicos, con peticiones a Cadivi para gastos, importaciones, compras. El guiso es grande y el Gobierno ha recibido un mazazo con la declaración de la Ministra. Mientras Cadivi ha iniciado un proceso de persecución, criminalización y juicios contra quienes usan sus 3.000 miserables dólares anuales (los cupos viajeros representan apenas el 3% de las asignaciones de Cadivi), los rojitos saquean las divisas con complicidad interna, gente que agarra su mordida en este desfalco, que se hace de la vista gorda a cambio de su parte, que falsifica documentos que son aceptados por otro funcionario que sabe que son falsificados.

El "cadivismo" que quiere combatir Maduro lo practican los suyos. Creeremos en la honestidad de su propósito cuando deje de gastar tiempo y dinero persiguiendo a las sardinas y se dedique a los tiburones que navegan como clanes a su alrededor. Pero eso lo llevaría a enfrentarse con los capos del negocio, con los carteles de uniformados y civiles que están multimillonarios a costillas de la destrucción de Venezuela.

Se han devorado en 14 años 1.8 billones de dólares, mientras que en los 40 años anteriores se dispuso de 1.6 billones de dólares. Y jamás Venezuela había estado en tan malas condiciones. Y es que la fórmula económica de la revolución es mágica para destruir: Centralizar todo el poder, anular la propiedad, rechazar las responsabilidades, intervenir el proceso productivo, apropiarse de todas las divisas, prohibir y amenazar hasta que te obedezcan o no te enfrenten por miedo, gastar más de lo que ingresas, endeudarse hasta el infinito, pagar con dádivas el apoyo internacional, destruir la institucionalidad, acomodar las leyes al antojo, controlar precios y cambio, fulminar a la oposición y a los medios críticos.

En fin, invertir solo en revolución y así entretener a los pendejos que creen que la están haciendo, mientras los enchufados roban a placer. El Presidente que ganó con una estrecha y dudosa diferencia debió por prudencia conectarse mediante el diálogo y la tolerancia con la mayoría del país que lo adversa. Su primer intento fue una mueca para luego mostrar su verdadera cara de radical castrista, más chavista que el propio finado. Y con una gran diferencia de inteligencia y agallas.

Ahora tiene el estanque alborotado. Los tiburones le agarraron el gusto a los billetes verdes y hay una red de mafias que van a luchar entre sí por defender lo mal habido. El Presidente está cada vez más débil ante el maremoto que agita la corriente revolucionaria y la grave crisis económica y social que sacude al país. El poder se tambalea ante una situación que es incapaz de controlar; la ineficiencia y la corrupción anulan cualquier posibilidad de salvación. Solo hay reservas líquidas internacionales para una semana de importaciones, en puertas de unas elecciones y de la Navidad ¿Tendremos alguna de las dos? Cuestión de muy poco tiempo para saberlo.

AQUÍ ENTRE NOS*

Las 12 horas del apagón del pasado sábado en Valencia no solo causaron pérdidas en más de 10.000 comercios y múltiples daños en equipos eléctricos tanto comerciales como residenciales, sino que colmó la paciencia de los valencianos que ya sufren esta situación casi diariamente, sin que se vean signos de mejora en el suministro regular de energía. El asunto es ya de dimensiones mayores: Daños graves en semáforos, plataformas de Internet y sistemas automatizados, quema masiva de grandes refrigeradores industriales y comerciales, así como en sistemas de aire acondicionado. Valencia, cada vez más deteriorada, con un alcalde preso por corrupción, problemas en la calidad y cantidad de agua, en el llenado de gas doméstico, full de basura, con una inseguridad terrible, las calles llenas de huecos y policías acostados, ya está al borde de un estallido furioso. La protesta brota en cada rincón de la ciudad y no hay quien dé la cara para asumir una responsabilidad o dar una respuesta de este caos. *De repente surgen respiraderos donde asomar la nariz y disfrutar el otro país: La Feria Internacional del Libro de la Universidad de Carabobo ha sido un oasis placentero de intelectualidad, cultura y humanismo. Escritores, historiadores, cineastas, de España -país al cual se dedicó esta edición- y Venezuela, presencia de grandes editoriales y sobre todo unos conversatorios y foros de alta factura, hacen de Filuc un orgullo para esta agobiada ciudad. Merecidas felicitaciones al Comité Organizador presidido por la profesora Rosa María Tovar.*Andrés Izarra nunca deja de sorprendernos con su temeraria ignorancia. Ahora es Ministro del Turismo y como tal ha declarado, con motivo de celebrarse en Mérida la Feria Internacional de Turismo de Venezuela 2013, que esa hermosa ciudad andina recibirá nada menos que 200.000 visitantes, entre el 24 y 27 de octubre. Para poner los números en perspectiva, Fitur, la feria de turismo más importante del mundo, que se celebra todos los años en Madrid, recibió este año 120.000 visitantes (ver www.fituronline.com) más las 90 mil personas que trabajaron en la feria, llegaron a un total de 210 mil. Y están felices, esa cifra es alentadora porque crecieron 1,6% en relación al año pasado. Esa es gente seria, que cuenta bien.*Qué más quisiéramos que Mérida movilizara tal cantidad de turistas, aunque fuese con esa ocasión una vez al año. Pero el Ministro no considera que Mérida tiene un solo vuelo diario, que es una aventura ir por carretera hasta allá, que no hay hoteles suficientes ni para alojar la décima parte de esos 200.000 turistas que espera Izarra. No les digo la calculadora, es que no sabe manejar ni un ábaco.*El turismo es una mesa de tres patas: Atractivos (naturales o creados), infraestructura y seguridad. Cuando falla alguno de estos tres elementos, el turista se retira. Venir a Venezuela es un riesgo que toman los turistas contraviniendo las alertas internacionales de prevención acerca de la inseguridad del país. No mencionemos casos, porque todos sabemos lo que sucede acá. Hablemos de la infraestructura: Hoteles decadentes o carísimos, carreteras intransitables, aviones del año de Maricastaña, aeropuertos inseguros, apagones y fallas de agua, precios caros y con un control de cambio asaltador. Nada alentador para venir aquí. La tercera pata, esa sí que la tenemos: Una belleza natural esplendorosa en cada rincón de este país. Los que se arriesgan a sortear todas las dificultades por mirar el Salto Ángel, jamás se van decepcionados. Pero ¿cuántos turistas recibe Venezuela? Unos 782.000 en el año 2012 y buena parte de ellos por razones de negocios. ¿Cuántos turistas recibe una pequeña isla como República Dominicana? 5 millones al año. Esto debe dar que pensar a Izarra y a cualquiera que lleve la cartera de Turismo: Mientras aquí no se den garantías de seguridad, buena infraestructura y facilidades, solo tendremos un grupo de aventureros que se arriesgan a venir contra toda sensatez. Lo demás es demagogia para crédulos. Hasta el próximo miércoles.

Charitorojas2010@hotmail.com
Twitter:@charitorojas

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ENRIQUE GUILLERMO AVOGADRO, EXÁMENES, COCAÍNA Y PANTALONES BAJOS, DESDE ARGENTINA

“La primera fuerza que dirige el mundo es la mentira.” Jean-François Revel

Escribo esta nota a primera hora de un domingo que, con seguridad, imprimirá un nuevo giro al devenir de la historia nacional. Pese a que, obviamente, no conozco los resultados de estas elecciones, debo confesar que no creo que aporten mayores cambios sobre las encuestas conocidas, ya que no removerán el cartelito con inamovible fecha de vencimiento del imperio K. Por si no bastaran los votos, la medida cautelar de la Corte Suprema, que impidió al santiagueño Zamora ir por su re-reelección, marcó otro límite a la eternidad de Cristina, al menos por caminos pacíficos.

La realidad, mal que nos pese, es que el Gobierno conservará, al menos en teoría, la mayoría en Diputados y casi en Senadores. Sin embargo, resulta curioso que, conociendo al peronismo, nadie piense en cuántos de esos actuales “leales” se mudarán con armas y bagajes al campamento enemigo, tan pronto se confirme la victoria aplastante de Kolynos Massa.

Mujer Tambaleante de Max Ernst -  Oleo
Con relación a la Presidente, llama la atención a propios y extraños la real acefalía que hoy se da en la Argentina. Nadie sabe, a ciencia cierta, quién está al frente del Poder Ejecutivo puesto que el mandatario virtual, nuestro excéntrico Guita-rrita, carece de verdadero poder para gobernar –ni la ciudadanía lo toleraría- y quienes, al menos en teoría, toman las decisiones en nombre de la viuda de Kirchner –Bebón Kirchner y el Chino Zannini- no han sido elegidos para hacerlo. En este aspecto, resultó altamente sintomática la afirmación del Estanciero Randazzo, en el sentido de que se había cortado solo al adoptar su decisión de echar a las concesionarias, es decir, sin consultar al Vicepresidente en ejercicio; fue una muestra acerca de lo que sucederá si doña Cristina no pudiera o no quisiera reasumir el poder.
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El miércoles, se realizaron a la Presidente, según se dice, distintas pruebas de control en la Fundación Favaloro. El informe médico posterior estuvo, a criterio de los mejores especialistas del país, plagado de contradicciones, sobre todo para explicar las razones de su presunta arritmia. Todo ello me lleva a ratificar cuanto he dicho acerca de la verdadera afección, el ya remanido mal de Pick, o sea, una enfermedad mental de graves consecuencias para quienes la padecen. Tal vez, esa misma convicción haya llevado a Kunkel, una de las primeras espadas de doña Cristina, a afirmar que ella no es imprescindible, y que el “modelo” puede continuar en otras manos.

Por lo demás, el mismo día, se conoció esa curiosa re-estatización del Ferrocarril Sarmiento, fuente de los mayores disgustos para las campañas de Filmus e Insaurralde –de las de Cabandié se ocupó él mismo; para ahorrar tiempo, me dicen, ya pintó en su paragolpes la leyenda “No me multes; soy hijo de desaparecidos”- por boca del Neo-estanciero Randazzo, que anunció que, a partir de ahora, los maquinistas serán sometidos a pruebas idénticas a las que se realizan a los pilotos de avión. Sobre el tema de los trenes del Conurbano –el paso dado, aunque por razones equivocadas, fue positivo-  me explayaré la semana próxima.

Mi amigo Enrique Gobbee compartió conmigo una reflexión: “Si se deben realizar tests psicológicos a quienes conducen un tren que, a lo sumo, transporta algunos cientos de personas, ¿no deberían hacerse a quien está al frente de un país de cuarenta millones y, al menos, a sus ministros?”. La respuesta, obviamente, queda a cargo del ex H° Congreso Nacional.

Al Presidente de la Comisión Nacional de Valores, Tontorrón Vanoli, se le soltó la escasa cadena y, muy suelto de cuerpo, comparó la publicación de la cotización del dólar blue en los medios con la difusión de los precios de la cocaína; rápidamente, para no perder su primer puesto en el ranking de  ridículos, la afirmación fue aplaudida nada menos que por Anímal Fernández, el mayor responsable del tráfico del estupefaciente en nuestro país, tanto por la manifiesta inacción del Gobierno al respecto –retiro de los gendarmes de las fronteras y nula radarización de las mismas- cuanto por las sospechas acerca de su presunta asociación con los narcotraficantes. También con celeridad, nuestro tan capaz Ministro de Defensa, el Chivo Rossi, contribuyó a la escalada de imbecilidad general, asignando a la vigilancia aérea cuatro aviones viejos, incapaces de cualquier reacción.

El jueves The New York Times reveló algunas de las cláusulas secretas del acuerdo YPF-Chevron. Tal como se suponía, su lectura, y lo leonino de su contenido, hablan muy a la claras de la desesperación del gobierno actual por las consecuencias de la vocación de don Néstor (q.e.p.d.) de robarse la petrolera confiscada. Cláusulas como el derecho de la norteamericana a recibir regalías perpetuas sobre el petróleo producido, aún cuando hubiera abandonado el país unilateralmente –cosa que, por lo demás, también le está permitido-, impiden entender qué votaron los diputados neuquinos cuando aprobaron el texto, cuyas estipulaciones desconocían.

Esta misma semana, un muy querido amigo, embajador retirado, aludiendo a mis notas que anunciaban, desde hace tiempo, un final violento para este ciclo imperial, pretendió que ello no había sucedido. Cuando confronté su opinión con los hechos de Jujuy (Milagro Sala), Santa Cruz (Peralta), Chaco (Rozas), Santa Fe (Bonfati), La Matanza y Tigre (Massa), los muertos diarios de Rosario y tantos otros episodios recientes, se llamó a prudente silencio. La violencia se ha apoderado de nuestra sociedad, por obra y gracia del Gobierno, y esto es sólo un prólogo de anticipación. Por ello, resulta al menos raro el corto publicitario, de excelente factura, que el kirchnerismo eligió para homenajear a su fundador y que resume su discurso de asunción, en 2003.

Cuando, desde la pantalla, aparece don Néstor (q.e.p.d.) convocando a un sueño, a un país sin grietas, a un gobierno sin corrupción, a una sociedad integrada y a un país para todos, y compara todo eso con lo que su ¿Frente para la Qué? hizo en estos diez años, la ciudadanía no solamente se siente idiota sino que se indigna porque, además, le tocan el hombro para llamarla así.

Mañana, además de los resultados definitivos, comenzará a desentrañarse el secreto mejor guardado: ¿qué hará el Gobierno con los enormes problemas económicos que enfrenta? ¿Comenzará a pagar la cuenta, aunque sea parcialmente, y comenzará a realizar el inevitable ajuste o, por el contrario, insistirá en sus horrores, dejando al sucesor las bombas armadas? Mis apuestas, obviamente, están en esta segunda hipótesis; lo malo será que, entonces, el pato lo pagaremos todos los argentinos. Sin llegar a esos extremos, hasta es probable que doña Cristina imite en Buenos Aires a Pajarito Chiquitico y cree un Ministerio para la Suprema Felicidad y un Comando Cívico- Militar Antigolpe; después de todo, lo primero es buscar a quién responsabilizar por las consecuencias de sus actos.

En fin; me voy a ejercer el mayor de los derechos en democracia, el voto. Espero no equivocarme, y rezo para que a mis compatriotas les suceda lo mismo.

E.mail: ega1avogadro@gmail.com
Twitter: @egavogadro

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