lunes, 28 de octubre de 2013

CHARITO ROJAS, PODER TAMBALEANTE

"Llegará un día en que nuestros hijos, llenos de vergüenza, recordarán estos días extraños en los que la honestidad más simple era calificada de coraje". Yevgeny Yevtushenko (1932- ), poeta ruso, pedagogo, cineasta.La joven ministra del Deporte, Alejandra Benítez, hizo esta semana una denuncia que revela la forma como funcionarios públicos y protegidos del Gobierno roban al país aprovechando las divisas de Cadivi, utilizando los propios mecanismos implantados por el órgano controlador.


No sabemos si la joven esgrimista quiere lavarse las manos en el caso, o quiere emprender su propia campaña anticorrupción o jugó posición adelantada por inocencia política.La bella Alejandra denunció que le habían falsificado la firma en más de 60 carpetas de Cadivi, por lo cual deportistas del automovilismo y el motociclismo (deportes por lo visto prioritarios para la revolución) obtenían enormes cantidades de divisas preferenciales por encima de sus reales necesidades, falsificando informes y premios para luego revender esos dólares en el mercado negro y obtener ganancias. Benítez reveló que "eran pilotos con mucha notoriedad, que pagaban equipos de prensa para tener una exposición permanente y poder justificar las cifras tan elevadas de sus solicitudes". Dijo que uno de esos pilotos llegó a recibir nada menos que 66 millones de dólares. Pero después de hacer estas graves acusaciones, la Ministra se negó a dar los nombres de los involucrados, porque había que "respetarlos como atletas". Pero, ¿será que no menciona los nombres porque son chavistas como ella?

Porque vistas experiencias anteriores, si se hubiera tratado de un estafador de oposición ya hubiesen hecho una cadena nacional para exponerlo. Esa es la diferencia que divide a los venezolanos. Por supuesto que la Ministra denunciante no tocó ni por asomo el caso del alto funcionario de su ministerio que fue capturado en Bulgaria tratando de ingresar una maleta con 407.000 euros en efectivo. Pudo sacar esa cantidad en un país que tiene un control de cambios estricto, en un país donde se persigue y se trata de delincuente a quien vende un cupito de 3.000 dólares que además paga, nadie se lo regala.

Sin querer, la Ministra deportista asomó a la vista pública el modus operandi de la corrupción gubernamental. Y esta es la forma en que se hacen negocios grandes en los organismos públicos, con peticiones a Cadivi para gastos, importaciones, compras. El guiso es grande y el Gobierno ha recibido un mazazo con la declaración de la Ministra. Mientras Cadivi ha iniciado un proceso de persecución, criminalización y juicios contra quienes usan sus 3.000 miserables dólares anuales (los cupos viajeros representan apenas el 3% de las asignaciones de Cadivi), los rojitos saquean las divisas con complicidad interna, gente que agarra su mordida en este desfalco, que se hace de la vista gorda a cambio de su parte, que falsifica documentos que son aceptados por otro funcionario que sabe que son falsificados.

El "cadivismo" que quiere combatir Maduro lo practican los suyos. Creeremos en la honestidad de su propósito cuando deje de gastar tiempo y dinero persiguiendo a las sardinas y se dedique a los tiburones que navegan como clanes a su alrededor. Pero eso lo llevaría a enfrentarse con los capos del negocio, con los carteles de uniformados y civiles que están multimillonarios a costillas de la destrucción de Venezuela.

Se han devorado en 14 años 1.8 billones de dólares, mientras que en los 40 años anteriores se dispuso de 1.6 billones de dólares. Y jamás Venezuela había estado en tan malas condiciones. Y es que la fórmula económica de la revolución es mágica para destruir: Centralizar todo el poder, anular la propiedad, rechazar las responsabilidades, intervenir el proceso productivo, apropiarse de todas las divisas, prohibir y amenazar hasta que te obedezcan o no te enfrenten por miedo, gastar más de lo que ingresas, endeudarse hasta el infinito, pagar con dádivas el apoyo internacional, destruir la institucionalidad, acomodar las leyes al antojo, controlar precios y cambio, fulminar a la oposición y a los medios críticos.

En fin, invertir solo en revolución y así entretener a los pendejos que creen que la están haciendo, mientras los enchufados roban a placer. El Presidente que ganó con una estrecha y dudosa diferencia debió por prudencia conectarse mediante el diálogo y la tolerancia con la mayoría del país que lo adversa. Su primer intento fue una mueca para luego mostrar su verdadera cara de radical castrista, más chavista que el propio finado. Y con una gran diferencia de inteligencia y agallas.

Ahora tiene el estanque alborotado. Los tiburones le agarraron el gusto a los billetes verdes y hay una red de mafias que van a luchar entre sí por defender lo mal habido. El Presidente está cada vez más débil ante el maremoto que agita la corriente revolucionaria y la grave crisis económica y social que sacude al país. El poder se tambalea ante una situación que es incapaz de controlar; la ineficiencia y la corrupción anulan cualquier posibilidad de salvación. Solo hay reservas líquidas internacionales para una semana de importaciones, en puertas de unas elecciones y de la Navidad ¿Tendremos alguna de las dos? Cuestión de muy poco tiempo para saberlo.

AQUÍ ENTRE NOS*

Las 12 horas del apagón del pasado sábado en Valencia no solo causaron pérdidas en más de 10.000 comercios y múltiples daños en equipos eléctricos tanto comerciales como residenciales, sino que colmó la paciencia de los valencianos que ya sufren esta situación casi diariamente, sin que se vean signos de mejora en el suministro regular de energía. El asunto es ya de dimensiones mayores: Daños graves en semáforos, plataformas de Internet y sistemas automatizados, quema masiva de grandes refrigeradores industriales y comerciales, así como en sistemas de aire acondicionado. Valencia, cada vez más deteriorada, con un alcalde preso por corrupción, problemas en la calidad y cantidad de agua, en el llenado de gas doméstico, full de basura, con una inseguridad terrible, las calles llenas de huecos y policías acostados, ya está al borde de un estallido furioso. La protesta brota en cada rincón de la ciudad y no hay quien dé la cara para asumir una responsabilidad o dar una respuesta de este caos. *De repente surgen respiraderos donde asomar la nariz y disfrutar el otro país: La Feria Internacional del Libro de la Universidad de Carabobo ha sido un oasis placentero de intelectualidad, cultura y humanismo. Escritores, historiadores, cineastas, de España -país al cual se dedicó esta edición- y Venezuela, presencia de grandes editoriales y sobre todo unos conversatorios y foros de alta factura, hacen de Filuc un orgullo para esta agobiada ciudad. Merecidas felicitaciones al Comité Organizador presidido por la profesora Rosa María Tovar.*Andrés Izarra nunca deja de sorprendernos con su temeraria ignorancia. Ahora es Ministro del Turismo y como tal ha declarado, con motivo de celebrarse en Mérida la Feria Internacional de Turismo de Venezuela 2013, que esa hermosa ciudad andina recibirá nada menos que 200.000 visitantes, entre el 24 y 27 de octubre. Para poner los números en perspectiva, Fitur, la feria de turismo más importante del mundo, que se celebra todos los años en Madrid, recibió este año 120.000 visitantes (ver www.fituronline.com) más las 90 mil personas que trabajaron en la feria, llegaron a un total de 210 mil. Y están felices, esa cifra es alentadora porque crecieron 1,6% en relación al año pasado. Esa es gente seria, que cuenta bien.*Qué más quisiéramos que Mérida movilizara tal cantidad de turistas, aunque fuese con esa ocasión una vez al año. Pero el Ministro no considera que Mérida tiene un solo vuelo diario, que es una aventura ir por carretera hasta allá, que no hay hoteles suficientes ni para alojar la décima parte de esos 200.000 turistas que espera Izarra. No les digo la calculadora, es que no sabe manejar ni un ábaco.*El turismo es una mesa de tres patas: Atractivos (naturales o creados), infraestructura y seguridad. Cuando falla alguno de estos tres elementos, el turista se retira. Venir a Venezuela es un riesgo que toman los turistas contraviniendo las alertas internacionales de prevención acerca de la inseguridad del país. No mencionemos casos, porque todos sabemos lo que sucede acá. Hablemos de la infraestructura: Hoteles decadentes o carísimos, carreteras intransitables, aviones del año de Maricastaña, aeropuertos inseguros, apagones y fallas de agua, precios caros y con un control de cambio asaltador. Nada alentador para venir aquí. La tercera pata, esa sí que la tenemos: Una belleza natural esplendorosa en cada rincón de este país. Los que se arriesgan a sortear todas las dificultades por mirar el Salto Ángel, jamás se van decepcionados. Pero ¿cuántos turistas recibe Venezuela? Unos 782.000 en el año 2012 y buena parte de ellos por razones de negocios. ¿Cuántos turistas recibe una pequeña isla como República Dominicana? 5 millones al año. Esto debe dar que pensar a Izarra y a cualquiera que lleve la cartera de Turismo: Mientras aquí no se den garantías de seguridad, buena infraestructura y facilidades, solo tendremos un grupo de aventureros que se arriesgan a venir contra toda sensatez. Lo demás es demagogia para crédulos. Hasta el próximo miércoles.

Charitorojas2010@hotmail.com
Twitter:@charitorojas

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