De
regreso de Mitón, montañas suave de los Andes trujillanos, donde otrora antes
de la llegada de los cubanos, con su moral
de la revolución y su dios El Caballo,
que les ordena incumplir primero, destruir luego, los Diez Mandamientos y
dejar uno solo, el único, el Primero, pero sustituir de él la palabra dios, y, en su lugar, esculpieron
en acero forjado a sangre y fuego el de Fidel, puesto que si verdad es que la
religión es el opio del pueblo, esos
mandamientos son la expresión máxima de
la alienación, la negación suprema de la libertad, como ensaña la
revolución, siguiendo, dicen, y sabiamente explica a Marx,
Fidel. Pues bien, antes de ellos,
de los cubanos, cuyo mayor aporte de su revolución, el proxenetismo y la prostitución
que allí sembraron metiendo adentro al barrio, allí habitaban la paz, la
armonía, los vinos, la amistad, el amor
en grado de fidelidad y se construían ficciones según estuvieran de visita Omar
el Khayyam y Borges, en diálogos sobre la poesía, la vida, con el poeta JAM, quien colmado de sabiduría, exclamó al observar a “Maracaibo, la ciudad que pudo ser”.
Guardó
silencio, el tiempo necesario para contemplar desde el Puente un universo
heterogéneo, heteromorfo, heteróclito,
así oí de lejos a un tal señor
Saussure ni se por qué ni lo que significa, de edificios de pie, como mojones
inmensos según el habla de los
arquitectos que se disponían, vaya a saberse, para establecer límites y lograr a
cabalidad cumplir su función, que
la ciudad y su gente y su lago se quedaran ciegos. Ciegos también los venidos de fuera para esconderse de ellos
y jamás la vieran y ciegos los que dentro existen prisioneros porque los ojos del preso nunca ven mas allá de sus
rejas.
Ha
pasado mucho tiempo de aquello. De los poetas nada he vuelto a saber en bien de
ellos, pero ha crecido, por decisión
expresa de mi voluntad, mi timbre y mi
tono, Fa Mayor, con acento cubano por
razones de identidad, quiero decir, de seguridad. Por experiencia puedo
afirmar, sin miedo a la verdad, que si
me detiene la policía de la seguridad del estado, los fiscales de
tránsito, la bolivariana, en fin cualquier nombre de cualquier policía, de la defensoría del pueblo o fiscalía, o una
más de sus otras concreciones, los
saludo en cubano y no me dicen nada, solo dale, sigue, compañero! Del mismo
modo mi afinado oído se ha acoplado de
tal manera que puedo escuchar con sumo
gusto las cadenas de Maduro, deleitarme
con el canto del comandante eterno, sus
conferencias, sus historias, sus verdades,
gracias a los videos o cosas de esas,
los mejores testigos de su inmortalidad y me lleno de orgullo,
repito, cuando Diosdado, Maduro, Aristóbulo,
finalizan sus lecciones en magistrales cátedras con el “Chávez vive”, y si me llega alguna duda, una sola al
menos, algún juicio de achávez como
antes ateo, no formulo preguntas del presente y
mi fe se reafirme en el futuro,
Chávez vive, quien puede dudar de eso.
Aprendí
también a sentirme holgado de dicha
cuando se va la luz, son dos o tres
veces a la semana, dos o mas horas cada
vez y cuando no llega agua, muchas veces muchas mas que menos y todas esas cosas que pasan de
las cuales los escépticos y los desagradecidos
se quejan, hasta del tal
desabastecimiento y la gran abundancia
de lo que no hay, se que son miserables, que no aman la pobreza, la madre solidaria de la revolución.
Los muertos que deciden visitar las morgues son testimonios de la seguridad, su silencio es como el de
las adúlteras, prueba irrefutable de su felicidad en su empeño de engañar a
Dios. Mucho se aprende de eso. Bienaventurados los pobres de espíritu, pues, de
nosotros es el reino de los cielos.
Bienaventurados los que sufren, como yo y los demás, porque de ellos y nuestro será el reino de la
felicidad y en ese camino vamos bien.
Como de bien le fue a Camilo en Cuba y a tantos miles que degustaron la paz del
paredón o los placeres de la siquitrilla.
La felicidad pronto llegará a sus extremos máximos, mucho más allá de
cuanta ya tenemos.
No me fue
difícil llegar a ese estadio superior de mi vida. He pasado la mayoría de ella en Maracaibo, en
esa ciudad que pudo ser y no es. Así soy
yo, lo que pude ser y no soy. Es la
primera ciudad de Venezuela, con música y todo
se reitera y es verdad. ¿Cómo
dudarlo? Lo dicen los políticos, los gaiteros y poetas. Que no haya jardines, parques, que su
teatro sea una cafetera, que el
MACZUL aun esté inconcluso, que el aula
magna de LUZ sea testimonio de la grandeza del Post Nubila Phoebus, que es el
aura de sus magníficos rectores, cuyas
sombras son mas brillantes que el Relámpago del Catatumbo, y repito con Reyito
en su canción, la ciudad relampaguea con
el Zulia por las noches y se hace el amor en arcoíris, feliz soy de que se haya destruido El Saladillo
y que hayan devuelto los ojos a Santa
Lucia para ver la destrucción de cuanto la rodea, porque eran cosas feas,
perversas y feliz sea como todos felices,
con el aplauso regional y
nacional que parecía ficción, pero no era y fue así como saludábamos henchidos de orgullo las cosas que nos trae el progreso. Todo eso es tan lindo que no hay en el mundo ni nunca habrá un lugar que así sea.
Que somos la ciudad mas limpia, quien lo
duda. Si basura se ve en algún lugar
otrora sin ella, no es suciedad, como tampoco hay inseguridad, ni desempleo,
ni desabastecimiento, nada hay de bachaqueros, son cosas de los delirios que
liminal y subliminarmente enchufan en cada quien los medios,
eso es. O, a veces, algunos extranjeros
chavistas maledicentes para desnudar a Eveling, nuestra alcaldesa. Y es así, Maracaibo. Con frecuencia visito y llevo flores al Indio
Mara, un corpulento y mollejudo héroe indio que solo existe en leyendas y en
los libros de las buenas historias, las mentiras mas bellas siempre son las
mejores verdades, pero no me quejo, al
contrario, me alegro y evoco el cuento bello de Rómulo y Remo, los morochitos a
quienes amamantó la famosa perra o loba era quizá, o loba perra o perra loba, desconozco sus hábitos morales, mucho mas verdadera que
esas lecciones sin fundamento de Virgilio, ellos son únicos y los verdaderos creadores de Roma. Como es la Maracaibo de hoy, sus únicos
refundidores son Hilarión Cardozo y Rafael Caldera. Maracaibo también es obra
de esas inexistencias que al convertirse en palabra son verdaderas. Por ejemplo, el Lago es puro, azul,
cristalino, es un poema, como no tuvimos a Narciso para verse en sus aguas, se ahogó un poeta inmenso que cubrió con sus
versos el cielo para evitar que se extinguiera. Otras veces me voy a la plaza
de Alonso de Ojeda, contemplo aquella mujer con su trasero que ilumina al cielo
y excita a los cometas, arrastrándose en devoción de Eros a
su amante, su refugio, provocándolo, que esta allí de pie, indiferente al ruego, sin
tocarla, odisea que repiten
chamos, emulando a Onan detrás de ella, pero sin sus martirios ni
torcidas interpretaciones evangélicas. Solo placer no más con las caderas
marabinas, según testimonio de Rafael Rincón González, son las más bellas, eso
que es verdad, esa verdad es verdad porque allí anidan los poemas. Y si alguna mujer viene de fuera para
sentirse igual entre sus pares, tiene que tener su sublimidad como la tienen
ellas.
Esta ciudad tiene un futuro inmenso para el emboscao, como se llama acá a
algunos expertos en tráficos, escondites, y esas cosas del mercado negro, para
los que huyen y se esconden de lo que no han hecho, en todo lo demás tuvieron éxito, y para
evitar a mis lectores algún parecido con
al realidad y evitar cualquier signo de sospechas, quiero poner un caso, en la
Avenida Bella Vista, muy cerca de CORPOZULIA,
se ve el mejor ejemplo de cuanto
en parte somos y de todo cuanto
completo mañana seremos mucho más, quiero decir la ciudad,
allí se construye quien sabe qué
tan sublime o perfecto, que será imposible
sea visto, salvo desde los cielos.
El muro ya está hecho, dos veces
mas alto que el Muro de Berlín, quizá
sea de la altura de la Muralla China y
como ésta no tiene el fin de fijar
limites ni que entraran sin aviso los
mongoles o demás seres de esos, sino para
fijar los espacios de, hasta
dónde llegar a contemplar el universo sin
ningún miedo, esta muralla, esa que se
ha construido aquí, en Maracaibo
city, escribió Blas Perozo, en la mas bella avenida de la ciudad, sin saber
sus fines ni propósitos, bien
pudiera ser un convento de novicias o de
vestales a quienes la mirada del hombre
podría hacerlas pecar, o será un lugar para juegos de envites y de azar, lo que quizá sea o un nido para el amor primero o para el juego al
escondite de amantes en el ejercicio de
oraciones a la Inmaculada, como si fuera el padre nuestro a Hugo Chávez. El
comandante eterno, padre y señor de la ternura
para el reconocimiento del otro y de lo ajeno. Quien sabe. Quien sabe, solo desde el cielo
se sabrá si para ese tiempo que vendrá
dios no continúa ciego.
Quiero parar aquí, para evitar que mi
terapeuta entre en ira. La ira
terapéutica es semejante a la ira
de dios, castigan y condenan porque es un ejercicio limpio de justicia y
amor. Cierto que me parezco o igual soy a todos quienes han intente intentado exterminar a Maracaibo para al reconstruirla
hacerla bella, tan bella tan perfecta en su belleza que superfluo
sería compararla a otras ciudades del planeta,
solo que no tuve éxito porque busqué malos caminos en mi empeño. Con
otros, piadosamente llamémoslos Atila, músicos, poetas, dramaturgos, etc.…
creamos la Facultad Experimental de
Arte, entre otros fueron, o estuvieron allí, o antes vinieron, Rubén
Rivas, Havid Sánchez, Luis
Morales Bance, Juan Carlos Núñez, J I
Cabrujas…son algunos de ellos los maestros mayores. Luego Andrés García, hoy
esquivo para volver a estas tierras de él profundamente amada, pero no lo logramos. Los rectores Lombardi y
Neuro, magníficos, sin ellos no había
apuesta. Pero, bien es sabido, las obras
malas no pueden destruir las cosas buenas.
Para devolver la identidad a LUZ
se inició el rescate de la casa del trabajador, conocida como La Ciega, me dicen que ya ve, pero está
tuerta. Que los arquitectos que ayudaron a formular el proyecto y a ejecutar la
obra andan huyendo colmados de vergüenza, porque el propósito de destrucción
era tímido, de tamaño pequeño. El profesor emérito y rector inmortal,
Domenicus, es el mejor testimonio de eso. Luego vino Simón Gollo, con su mamá y
hermanos y parientes y amigos de aquí, de allá, del mundo entero y se dio a la
siniestra tarea de hacer un Festival, FANM, que duró trece ediciones. No más,
no mas dijeron, que se vayan, van a acabar
con lo nuestro, el regionalismo, la zulianidad y tantas cosas buenas. Manuel
Rosales, quien esfuerzos hizo por acabar con la ciudad, hasta construyó una
biblioteca para ello, me cuentan que
anda huyendo, como bien corresponde a quien poco éxito ha tenido en su intento…
Un señor, arquitecto, Rafael llamose así y hacia honor a su nombre, vino por estas
tierras, conversó cómo concluir el exterminio de esta ciudad
para hacerla nueva, bella y buena. Dijo,
las Cañadas no son malas y error seria embaularlas o cosas así de la
sabia ingeniería y la gaya pereza del entendimiento. Que el lago se haga dueño de ellas y se
conviertan en canales para que la ciudad
nueva sea más bella. Y se le ocurrieron
cosas en su cabeza, e hicimos un
proyecto para exterminar el lago, así como el arte es la única creación humana
que humano hace al hombre, si se une con la ciencia, el lago volverá a ser la
casa del poema. Por ahí anda desandando
el Lago, también es el centro para ser
destruido y en su lugar habrá un gran
núcleo de juegos que le gane a las
Vegas.
“cuando
un zuliano esta lejos del lar/ y oye un arpegio de danza entonar/ una nostalgia inclemente revive en su mente el bello lago de cristal/
mi Maracaibo es el cielo por eso yo muero en mi tierra natal/…”
Que
se haga un parque jardín botánico,
turístico, poético, en los espacios de las cientos de hectáreas que dejó
Borjas Romero a LUZ, propuso y formuló el proyecto el Poeta JA
Martin. El poeta vive en sus poemas que
por el mundo son y en el amor de su mujer, sus hijos, sus nietos, sus
familiares, sus amigos… del parque nadie sabe, se cuenta que lo enterró el rector Domenicus y los que prosiguieron porque como sobre esos
espacios nada había, la lógica de la destrucción dispuso no lo hicieran, pues,
Maracaibo de eso se hace, tal vez por eso de ella nada queda. Historia de ese
género vive la OSM, patrimonio de cultural de la Venezuela de la otra era y
algunos genios de la música se proponen destruirla y construir una nueva sobre
ella, muy distante a la que Eduardo Rahn condujera.
La
ciudad aceleradamente marcha a su entierro, para así garantizar ser la mejor ciudad de la galaxia y de todos
los cielos, una vez iniciada su resurrección.
Para ese trabajo apocalíptico se
creó el Metro, el único Galáctico del
todo el universo, va del Varillal a
Venus. Y dividió en dos pedazos la ciudad, tal como divide a Budapest el
Danubio.
Americo
Dario Gollo Chávez
americod@gmail.com
@americogollo
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