miércoles, 10 de septiembre de 2014

GUSTAVO YEPES, VENEZUELA ES UN CUARTEL

En los cuarteles existe lo que se llama la cadena de mando: El de rango más alto manda a sus subordinados inmediatos y esa cadena va bajando hasta que llega a la tropa, a quien sólo le toca obedecer. En Venezuela funciona igual. Cualquier funcionario del régimen manda y todos los ciudadanos debemos obedecer, porque somos considerados como tropa.

En los cuarteles, la tropa come lo que haya. No tiene derecho a seleccionar. En Venezuela, los ciudadanos comemos lo que encontremos. Perdimos el derecho a seleccionar.

En los cuarteles, la tropa no puede salir de paseo cuando le provoca. En Venezuela no podemos salir de paseo o de negocios cuando nos provoque o tengamos necesidad.

En los cuarteles se castiga a quien no le hace caso al superior, no importa cuál sea la orden impartida. En Venezuela también.

En los cuarteles no se puede criticar a los superiores so pena de sanción. En Venezuela es igual.

En los cuarteles no se puede protestar. En Venezuela tampoco.

En los cuarteles hay que formarse y marchar. En Venezuela hay que formarse y marchar al ritmo de la cola de turno.

En los cuarteles se vive como si siempre existiera una guerra contra un enemigo. En Venezuela también.

En los cuarteles, todos visten igual. En Venezuela, si no vistes igual, eres el enemigo.

En los cuarteles la tropa no puede salir de noche porque los castigan. En Venezuela, tampoco podemos porque nos matan.

En los cuarteles es obligatorio escuchar al superior cuando a él le dé la gana. En Venezuela el régimen pretende que todos los ciudadanos hagamos lo mismo.

Para ser militar, un buen militar quiero decir, hay que tener vocación. La profesión se dignifica cuando esa vocación está ligada a ideales nobles como servir y defender la patria, y se pervierte cuando se persiguen objetivos distintos. En Venezuela se pretende que todos actuemos como si fuéramos militares, con una inmensa tropa de ciudadanos. No importa la vocación del ciudadano sino la vocación del jefe y esa es la gran perversión de quienes hoy nos desgobiernan. De allí nacen todas las demás perversiones.

Leyendo un reglamento disciplinario de la FAN me encuentro con un artículo que dice: “El que manda deberá a todo trance hacerse obedecer de sus subordinados”. Me pregunto qué significa “a todo trance” en el argot militar, porque en cristiano significa “sin reparar en riesgos”, “a pesar de todos los obstáculos o daños”. ¡Bingo! Este simple párrafo me ha hecho entender la esencia misma de la “democracia socialista”. La tropa, el ciudadano, debe obedecer “a todo trance”. De lo contrario, hay que perseguirlo, descalificarlo, gasearlo, agredirlo, apresarlo, aislarlo, torturarlo.

Los venezolanos, en general, no tenemos vocación de tropa. Llegará el día en que la gran masa de ciudadanos se rebele y asuma el mando que en realidad le corresponde. Ese día, los que hoy mandan, sentirán el peso de la justicia, de la verdadera justicia.

Gustavo Yepes
gyepesp@gmail.com
@gyepesven

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