domingo, 1 de septiembre de 2013

ARGELIA RÍOS, LOS DESENCHUFADOS DEL "PROCESO".

La censura ha saltado la alambrada. El régimen extiende sus tentáculos para asfixiar también a sus propios hijos. 

Maduro -cuya condición de "civil" fue exaltada por ingenuos y oportunistas como la posibilidad de un "saludable giro político"- ha actuado nuevamente sin complejos. En escasos cinco meses, el país ha experimentado un peligroso desmejoramiento de la libertad de expresión. 

Nunca estuvimos tan lejos del "debate de las ideas", del cual se ha alardeado siempre con el cinismo de las grandilocuencias entonadas en clave de fingida sobriedad. 

El gobierno de "la sucesión" reprime sin establecer distinciones: estrangula por igual a quienes les adversan desde el campo de la alternativa democrática y a quienes, candorosamente, intentan practicar la autocrítica revolucionaria. "El heredero" no le saca el cuerpo al trabajo sucio y, a juro, ha decidido convertirse en otro inapelable "hegemón".

El escandaloso "caso Globovisión" -desde donde viejos políticos de oficio diestros en "ires y venires" presumen de catedráticos de un periodismo inmaculado y libre de "intereses particulares"- está minimizando la dimensión del fenómeno. Lo que está ocurriendo trasciende por mucho al infortunio de los colegas y televidentes del canal, a quienes el gobierno ha sacrificado con la colaboración de una variada gama de vanidades festejadas, prestas para transgredir el verdadero significado del "bien común" y para matizar el drama del autoritarismo que ahoga a Venezuela. En esa escala conviven esos vivísimos activistas devenidos en bobalicones ejecutantes de una tal "neutralidad despolarizante", junto a sofistas de mal empaque, empeñados en inventar teorías sobrevenidas acerca del rol de la prensa en democracia. 

También coinciden allí los solícitos auxiliares de la movida financiera bolivariana, cuyos exponentes se han labrado un rico mundo de relaciones, útiles en el lavado de sus reputaciones, además de otros tantos figurines hábiles en el arte de las relaciones públicas... La reveladora situación ha sido tan impúdica que ha apagado el eco de las graves censuras que tienen lugar en los territorios endógenos del "proceso".

La proliferación de denuncias sobre el silenciamiento de las voces bolivarianas que cuestionan la gestión de Maduro describe la avanzada. No se les perdona que exijan la identificación de las empresas de maletín beneficiadas por el Sitme con el indebido otorgamiento de $20.000 millones, ni mucho menos las sospechas deslizadas con inquietud sobre el avance de los modos -precisamente "fascistas"- con los cuales el "heredero" intenta ocupar los sagrarios del "proyecto". Algo malo está pasando cuando la misma revolución desenchufa a sus más perseverantes y leales defensores.

Argelia Ríos ‏@Argeliarios 

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ALBERTO BARRERA TYSZKA, VARIACIONES DEL VERBO MATAR

"A mí también me iban a matar. Yo estaba en la buseta, bajando hacia Guarenas. Eran como las 6:00 de la tarde. Cuando dimos la vuelta, saliendo ya hacia la autopista, se montaron tres tipos. Yo iba en el asiento de adelante, junto a la ventana. Sentí la pistola aquí, en el cachete. El dinero, el celular, el reloj... Dame todo, dijeron. Si no, te quiebro. Yo sentí la punta de la pistola en la nariz. Me olió a bala".

Raymond Chandler, genio indiscutible de la novela policial, pensaba que todo autor de una historia de misterio debía conocer muy bien el contexto cultural de sus lectores. El relato del magnicidio tiene ese problema.

Aparece en un país donde, cada día, olemos balas; donde cada quien tiene un cuento espeluznante o un susto en la morgue.

El Gobierno debería preguntarse por qué sus denuncias de magnicidio no sorprenden a la ciudadanía. No hay escándalo.

No hay indignación. Es, también, una noticia fallida.

Hace demasiado poco, el mismo ministro Rodríguez Torres apareció ante las cámaras, desenmascarando otra supuesta gran conspiración internacional. Tuvieron a cineasta documentalista gringo preso durante un tiempo, dijeron que era agente de la CIA, lo acusaron de todo y, de pronto, con insólita facilidad, lo dejaron libre en el aeropuerto de Maiquetía. Es todo un récord: en cuatro meses han convertido la palabra magnicidio en una tibia rutina.

"Hasta aquí llegué. Eso pensé. Porque me dieron duro. Era una alcabala y me detuvieron temprano. Se pusieron cómicos con los papeles, dijeron que las copias eran chimbas. Luego me dieron unos coñazos. Y me pidieron real. Si no, te llevamos a Catia, me dijeron. Ahí te va a ir peor. Llama a tu mujer, a tus amigos. Levanta billete donde sea. Yo pensé que me iban a matar".

Hay en el procedimiento discursivo oficial un error de cálculo. Siempre multiplican de más. Su propia grandilocuencia arruina la denuncia. Gritan como si hubieran sorprendido a Bruce Willis, armado hasta los dientes, con granadas debajo de las muelas, escondido en una alcantarilla a pocos metros del Palacio de Miraflores.

Sin presentar una prueba, comienzan acusando a los partidos locales, luego saltan y señalan a Roger Noriega, siguen con Posada Carriles, avanzan y denuncian a Álvaro Uribe, para terminar metiendo a Obama en el complot y señalar que se trataba de un plan para, al mismo tiempo, invadir Siria y perpetrar un magnicidio en Venezuela.

Uno entonces voltea y ve la imagen de los dos detenidos.

Uno de 18 años de edad, otro de 22, según la reseña. Y uno se pregunta cómo carajo una conspiración internacional de tal magnitud le confía un atentado a este par de muchachones que, además, necesitan viajar con las fotos de sus víctimas en el bulto. ¿Por qué siempre los planes son descomunales, peligrosísimos, y los ejecutores son chambones y torpes? ¿Por qué siempre los magnicidios son teóricamente muy especializados y, en la práctica, asombrosamente amateurs? Hay algo en el cuento que cruje, que se atasca. La retórica oficial es cada vez menos verosímil.

"Yo siento que a mí me están matando lentamente. De a poquito. En Margarita no pude atenderme. Y desde allá me vine, buscando una sala de radioterapia que funcione. Nada.

Tengo cáncer y no hay hospital que funcione. Yo digo que es como un atentado oficial. A mí casi me mata el Estado".

El Presidente convoca al "alto mando político militar de la revolución" para analizar los escenarios después de esta nueva amenaza. Más pompa increíble. Más violencia institucionalizada a través del lenguaje. Más fantasía de poder. Mientras, en las calles, por desgracia, el verbo matar se sigue conjugando de muy distintas y aterradoras maneras.

"Son 28 niños que han fallecido por armas de fuego en lo que va de 2013", según cuenta una devastadora investigación de la periodista Laura Weffer.

"67% de los menores de 12 años, todos víctimas y ninguno con antecedentes criminales, murió con un tiro en la cabeza".

Dejen la joda. No nos hablen más de magnicidio, por favor.

abarrera60@gmail.com

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COLETTE CAPRILES, ESTO ES LA TRANSICIÓN.

Lo que pasa es que seguimos en medio de ese tsunami llamado transición. Aunque los productores del espectáculo han creído que con mantener la escenografía y discretos cambios de elenco podían mantener la ilusión de continuidad, la experiencia de todos los días afirma lo contrario. 

La camarilla en el poder ha podido escamotear la temida palabra de la conciencia pública, aunque su plan operativo sea precisamente transitar, ir hacia otra cosa que ya no puede ser la misma que cuando mandaba Chávez.

Queda claro hoy que los años de Chávez terminaron en una especie de status quo cuya liquidación comienza el 14 de abril, cuando la posibilidad real de ser sustituidos en el poder obliga a un cambio ­quizás improvisado- de reglas de juego.

En el antiguo status quo, el pluralismo político tenía un cierto lugar, siempre que no amenazara existencialmente a la gigantesca masa de poder acumulada por la persona del presidente. Chávez reunía el poder político, el poder institucional a través del control del aparato burocrático y de la economía, y añadía eso que suele llamarse los poderes fácticos, habiéndose diseñado una corte, en el sentido absolutista de la palabra, desde donde irradiaban privilegios y castigos para los distintos intereses particulares.

En esta transición las reglas no están ni siquiera tácitas. No hay, en realidad. El problema estratégico para el gobierno es construir un sistema en el que su poder no pueda verse amenazado, es decir, para gobernar como minoría tiránica, cuando ya no puede funcionar con absoluta seguridad como mayoría electoral. Pero no está claro si puede seguir las fórmulas históricamente disponibles para ello, que tampoco son tantas.

Las transiciones soviéticas, o la cubana (me refiero a la remoción de Fidel Castro), ocurren exitosamente bajo condiciones que Venezuela no tiene hoy: unas economías espantosas pero estables.

El caso Gorbachov es la prueba negativa de eso: aunque no pretendía tocar el sistema soviético, las tímidas reformas políticas que impulsó desencadenaron la avalancha, porque la promesa de una mínima calidad de vida ya era insostenible.

Hoy el régimen está bajo una serie hasta ahora desconocida de restricciones ocasionadas por el mismo modelo económico que antes le producía tantos beneficios, cuando sus perversiones e ineficiencias podían ocultarse con petróleo y "muela" del jefe. El dilema es claro: o se abre la economía o la crisis se profundiza.

Pero precisamente, pluralizar la economía contradice la voluntad de poder tiránico. Una economía menos monopólica genera oportunidades para el pluralismo político, obviamente.

Pero la oposición tiene que construir una política para que esta transición nos ponga en el camino de la recuperación de la democracia y de la sanidad económica. Las viejas reglas desaparecieron y las señales del régimen son simples y terribles: represión y persecución para impedir el crecimiento de la alternativa, militarización, distribución focalizada de privilegios en medio de más penuria generalizada, y censura en serio.

Hay que hacer política en un escenario inédito. ¿Qué significa eso? Interpelar a la gente, dialogar, persuadir y organizar para la acción. Para distintos tipos de acción: electoral, denunciativa, pero sobre todo defensiva y afirmativa frente a la destrucción moral e institucional. Aquella incomodidad colectiva ante la arbitrariedad y la indecencia, que antes podía justificarse con la sensación de que era el precio de una mejoría en la capacidad de consumo (o con el discurso identitario del hombre nuevo), es ahora la materia prima de la indignación y así, del cambio político.

Otra vez es la dura hora de la política de verdad, como en 1936 y en 1958.

Collete Capriles @cocap

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LUIS PEDRO ESPAÑA, TEMPORADA DE LOS “PAPAS FRITAS”

Hay cosas que cuesta creer o, al menos, las tendrían que explicar mejor para que se entiendan.

Por ejemplo, que el producto haya crecido más de 2% el segundo trimestre con 40% de inflación y 20% de escasez, significa que estamos en presencia de expansiones en sectores muy específicos y por coyunturas tan precisas que, de repetirse como algunos voceros gubernamentales han afirmado tempranamente, tendrán que reescribirse algunas entidades macroeconómicas y no menos las relaciones en los modelos explicativos de nuestra economía para que se entienda.

Otro ejemplo de difícil explicación es el asunto del magnicidio. Honestamente no queremos referirnos a ello. Mitad por pena, mitad por burla. Pero lo cierto es que cuando de hechos inexplicables se trata, los del patio, suelen ser bastante prolijos. Especialmente cuando se incurre en jugadas políticas, que sirvan de discurso argumentativo para los partidarios o de carnadas de activación para los locos de siempre.

Algunos asuntos que rayan en lo inexplicable, o que podrían formar parte del guión de cualquier capítulo de “Ripley’s”, se relaciona con las aseveraciones conspiratorias de lo que, a la fecha, no son sino vergüenzas y dramas nacionales. La explicación del sabotaje en Amuay justo al año de su ocurrencia. ¿Coincidencia? ¿Aguantaron las pruebas para conmemorar el asunto? ¿Los culpables serán parte de los actos protocolares? ¿Cuál de todas las conjeturas merece un mejor “Believe It or Not!”?

¿No le gusta ninguno de los casos anteriores? ¿Le parece mera coincidencia o mala intención de quien escribe? Deténgase en el caso del nuevo ferry para el traslado de temporadistas a la isla de Margarita en pleno mes vacacional. Nunca se dieron tantas explicaciones tan malas e increíbles en tan corto tiempo. Nunca se eludió tanta improvisación con tan pocas excusas.

Cuando se observan estos pocos meses de gobierno, desde sus desaciertos y mentiras, más grande se nos va poniendo la cara de bobos a todos los venezolanos que debemos soportar con asombro como se explican los casas en el país.

Alguno de nuestros politólogos, alguno de esos que se dedican a la investigación del disimulo político, quizás el tema dé sólo para que algún tesista (uno de esos muchachos bien mamadores de gallo), trate de encontrar evidencias de las asombrosas correlaciones que parece existir entre los laboratorios de opinión, o los escándalos prefabricados que se montan, y los indicadores de crisis socioeconómica, las cifras de inseguridad, las protestas ciudadanas o el número de manifestaciones producto de la incompetencia en la prestación de servicios sociales o públicos.

Tras cada apagón eléctrico aparecerá alguna mala intención. Detrás de una mala praxis hay un infiltrado. Junto a algún escándalo propio, se creará otro ajeno y, cuando todo lo anterior falle, el dato correlacionará con el tiempo verbal en gerundio: trabajando, haciendo, resolviendo, proponiendo o construyendo.

Pudiéramos seguir. Pero mejor esperamos por las cifras del Instituto Nacional de Estadísticas, campeón en eso de dar buenas noticias, para seguir con el rosario de alabanzas y buenos rumbos que pocos entienden y muchos padecen.

Fuera del circo de la política hay temas que dan cuenta de una crisis permanente. Así, de todos los problemas que llevamos a cuestas el más incomprensible, el que nos transporta de la rabia a la resignación, el que no importa que tanto digan que se resolvió, pero sigue allí es, como ya lo imaginan, el asunto del continuo, sorpresivo y repetitivo desabastecimiento.
Ya no se encuentra como explicar que un día hay harina y al otro no. Que puede llenar la despensa de servilletas, previendo el dato que le dieron, pero las que desaparecieron fueron las sanitarias. Que un día compra cereal y al otro desaparece la leche. Cientos de ejemplos, para al final concluir que somos un país que no compra lo que quiere, ni lo que puede, sino lo que hay.

Nuestro profuso desabastecimiento tiene un solo origen. Falta de divisas para importar junto a la destrucción de la industria nacional. Pero ante este inmenso bulto de relación causa-efecto y a la espera de quien sabe qué clase de milagro, hemos inaugurado (junto a la nueva modalidad de las subastas para la asignación de divisas) la lógica de abastecimiento según la temporada.

Una semana es la temporada de los útiles escolares, en breve la de los juguetes, los arbolitos de navidad y sus adornitos. Luego vendrá la cesta navideña, cuando no los disfraces, las estampitas y objetos religiosos, hasta llegar a lo que no es más que el clímax del planificador de la escasez: el abastecimiento por temporada. Vendrá la semana de la pasta de dientes, el mes de los bluejeans, la quincena de la ensalada, o del repuesto de carro, el trimestre de los productos químicos o el semestre de las medicinas.

Por como van las cosas, y en homenaje a aquel venezolano que inventó en su momento, y como síntesis de la crisis de entonces, el premio, día o marcha de los pendejos, inauguremos para estos tiempos la temporada del Papa Frita. Motivo para una subasta y emblema para lo que debe creer el Gobierno que somos sus gobernados.

lespana@ucab.edu.ve

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JESÚS ALEXIS GONZÁLEZ, ¿PLANIFICACIÓN ECONÓMICA SIN CONTABILIDAD SOCIAL?

Iniciamos con una duda razonable: ¿Bajo cuál criterio metodológico se apoya la “masificada opinión” que sostiene la imposibilidad de la renta petrolera para cubrir las necesidades de divisas de la economía venezolana? 

Tal opinión pareciera no distinguir entre economía productiva (actividades que producen un bien o servicio) y economía virtual o especulativa (actividades que generan dinero a partir de otro producto) la cual  por momentos es 10 veces mayor que la economía real (conjunto de la producción y circulación de bienes y servicios como motor central de la sociedad). 

Siendo así, y a los efectos de estimar con eficiencia los requerimientos de divisas de nuestra economía real, se hace imprescindible la instrumentación de modelos apuntalados por matrices de contabilidad social y de insumo producto. 

La actividad económica, como es bien conocido, se orienta a la producción de bienes y servicios (objetos reales) con la finalidad de satisfacer las necesidades humanas; razón por la cual se deben conocer e interpretar esas actividades económicas en el marco de una determinada realidad, posibilidad que abre la economía política  mediante sus leyes al facilitar que se puedan efectuar modificaciones por intermedio de la política económica,  la luz de la generación de medidas que alteren favorablemente la realidad en función de un nuevo norte; lo cual requiere de la descripción global de esa realidad económica que se aspira cambiar y para ello ha de servirse de la contabilidad social en aras de mostrar la cuantificación de las principales variables macroeconómicas y de las relaciones que entre ellas se suscitan.

La contabilidad social permite conocer el funcionamiento del sistema económico en lo inherente a los aspectos cuali-cuantitativos del proceso que impulsan a la economía y de la situación imperante en la sociedad, creando un contexto que permeabiliza la potencialidad de efectuar análisis de las interrelaciones entre los sujetos económicos y las variables macroeconómicas, hasta convertirse en un instrumento vital para la planificación de políticas públicas, adaptado a un esquema cuyo perfil viene determinado por las relaciones de producción existentes en complemento de una claridad de ¿hacia dónde queremos ir?, habida cuenta de convertirse en un registro sistematizado de los principales flujos económicos llevados a cabo a favor de la producción, distribución y consumo de bienes y servicios. 

A tenor de lo expuesto, ha de quedar ampliamente claro que la contabilidad social representa una importante herramienta para el diseño e instrumentación de políticas económicas, más aún para el caso venezolano donde el Estado es de gran tamaño y el Gobierno avanza en su rol de “empresario”, tal como muestran las cifras del BCV que reportó para el IS 2013 un crecimiento del sector público del 2,6% mientras que el sector privado creció en un 1,1%; escenario donde las importaciones no petroleras del sector gubernamental se incrementaron en un 21,8% y las privadas disminuyeron en un 10%. 

En el mismo sentido, la brecha fiscal del sector público se movió desde un 1,6% en 2006 hasta un 15% en 2013 comportamiento motivado por la monetización de ese déficit (emisión de dinero inorgánico) a pesar de la existencia de 22 impuestos y contribuciones que imponen un alto porcentaje fiscal al conjunto de la economía.

Tenemos la percepción, que estos y otros desequilibrios macroeconómicos se deben fundamentalmente a la presencia de una planificación económica a “ciegas” alejada de los registros sistemáticos de la contabilidad social; materia de poca presencia desde hace años en Venezuela, al extremo de contrariar lo señalado en Nota de Prensa del BCV del 06/06/2006 (última referencia encontrada): “(…) el enfoque tradicional de la Matriz de Insumo Producto (MIP) permite evaluar las interrelaciones e interdependencias existentes entre los diferentes sectores productivos de una economía, cuyos datos son fáciles de en los modelos macroeconómicos destinados a analizar las relaciones entre la demanda final y los niveles de producción por actividades económicas”, “(…) es posible ampliar el alcance de este enfoque cuando se introduce dentro del esquema de la Matriz de Contabilidad Social (MCS), (…)”. Tal cita no requiere, por nuestra parte, de comentarios adicionales.

Economista Jesús Alexis González

@jagp611
30/08/2013

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RICHARD CASANOVA, DEL PAJARITO AL MAGNICIDIO

La ignorancia supina y contumaz de Nicolás Maduro es una tragedia que supera con creces cualquiera de los deprimentes episodios de esta revolución del oscurantismo, el atraso y la barbarie. 

Si Chávez  tenía una capacidad infinita para hacer el ridículo, su “heredero” ha demostrado que tiene madera suficiente para despuntar en esta patética competencia.  

Un país dirigido por gente tan ignorante, capaz de avergonzarnos ante el mundo, es una desventura.  Sin embargo, el venezolano ha asumido al “pajarito”, la “multiplicación de los penes” y las “millonas” de idioteces con el humor que nos caracteriza, lo cual no necesariamente es una fortuna.  Lo cierto es que esta indigencia intelectual del oficialismo puede costarnos cara, habida cuenta del desconocimiento de la historia y las atrocidades que pudieran cometer, víctimas del desespero. 

En Venezuela los demócratas jamás han apelado al magnicidio para resolver sus conflictos.  En mas de 200 años de historia, a veces cruenta, signada por el caudillismo y el militarismo, encontramos un solo magnicidio: el asesinato de Carlos Delgado Chalbaud (1950), Presidente de la Junta Militar de Gobierno y promotor de la celebración de elecciones para retomar la constitucionalidad perdida luego del golpe militar contra Rómulo Gallegos.  Aquel crimen atroz tuvo como autor intelectual al TteCnel Marcos Pérez Jiménez, compañero de la víctima y principal beneficiario de su desaparición física.  Que casualidad, el único magnicidio de nuestra historia está asociado a golpes militares  y a conspiraciones palaciegas. Nicolás debería saber que el principal beneficiario de un magnicidio está en su propio entorno.

Las fuerzas democráticas hemos planteado claramente una ruta electoral, así que si alguien le susurra a Nicolás que el expediente del magnicidio puede servir para perseguir a la oposición y eventualmente, generar una crisis que permita la suspensión de las elecciones municipales que hoy tiene perdidas el gobierno, debería pensarlo muy bien: ¿Quien es el beneficiario de una cuadro de anarquía? ¿Si la situación se va de las manos, quien garantiza que “los militares” cumplirán su rol constitucional?  Si a alguien de su entorno o del llamado “proceso” se le ocurre dar un palo a la lámpara ¿No pudiera estar su cabeza en la guillotina?   Maduro debería recordar aquella frase de Pérez Jiménez, poco antes de huir del país: Pescuezo no retoña.  Y cuando alguno insista en que es “su hermano”, no olvide que Caín mató a Abel.

Los presuntos magnicidas que recientemente capturaron son los payasos del show y cuando Diosdado Cabello dice que le parecen conocidas sus caras, uno supone que fue él quien los contrató.  En fin, Fidel pasó 60 años con el cuento del magnicidio, Chávez estuvo 14 años con ese llantén, jamás le dispararon siquiera un taquito de papel y vino a morir como consecuencia del odio, el resentimiento y la medicina cubana.  Así que nadie le comprará a Nicolás este lloriqueo tan trillado.  Huele a desespero y el tiro le puede salir por la culata.  Del pajarito al magnicidio hay mucho trecho, Nicolás.

Twitter: @richcasanova

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NELSON CASTELLANO HERNÁNDEZ, S.O.S. PERIODISTAS

Nos acompañan a diario, su imagen y su voz nos resultan conocidas, utilizan la letra impresa, el sonido, o la imagen. Los periódicos, la radio o la TV hacen de ellos personajes familiares.

Hoy en día la máquina de escribir y el papel color de trigo son un recuerdo, pero persiste el espíritu de comunicar la información. Trabajar, buscar la verdad y trasmitírnosla, superando los prejuicios y los riesgos.

Para la mayoría de los venezolanos, su oficio es un servicio que prestan a la comunidad, la noticia, el tiempo, los reportajes de actualidad, la información internacional, los deportes, todo nos llega a través de ellos.

Desde hace un tiempo para el Gobierno resultan personajes peligrosos. Molestan cuando ejercen correctamente su profesión, cuando defienden la libertad de expresión, cuando intentan investigar y mostrarnos la verdad.

Esa noticia donde sienten la necesidad moral de la honestidad intelectual, de comunicar respetando los principios éticos del código deontológico de la profesión.

Compartimos la opinión de Alejo Carpentier: "El periodismo es una maravillosa escuela de vida", en nuestra actualidad su figura ha tomado una responsabilidad social, la defensa del sistema democrático.

Una gran parte de nuestros periodistas más destacados han sido perseguidos utilizando los delitos de difamación e injuria. Los tribunales del país sentenciaron a Ibéyise Pacheco, Julio Balza, Carlos Gibson, Patricia Poleo, Henry Crespo, Iván Martínez y Mireya de Zurita.

Otros comunicadores sociales han sido acusados por delitos de opinión, Napoleón Bravo, Manuel Isidro Molina, Marianella Salazar, Nelson Bocaranda y Miguel Salazar.

Patricia Poleo, también fue imputada de homicidio por el caso del fiscal Danilo Anderson. Ella y María Angélica Correa fueron investigadas por la jurisdicción penal militar, tan solo por creer en la libertad y desear ejercerla en su propia misión.

Es hora de rendir un tributo a quienes prestan un servicio a la sociedad arriesgando su integridad. A quienes trabajan por el derecho a la verdad, sin aceptar presiones del partido único que pretende homogeneizar la información. Acertadamente Rodolfo Walsh afirmó: "El periodismo es libre o es una farsa".

Recordamos el caso de Laureano Márquez, acusado de ofender el honor de la hija del Presidente y sancionado con una multa millonaria. La detención del periodista Gustavo Azócar, en el estado Táchira.

Las citaciones de Rafael Poleo, Leopoldo Castillo, de Alberto Federico Ravell y casi una decena de empleados de la planta, con ánimo de amedrentar. La multa de 9 millones a Globovisión por supuesta transmisión de propaganda partidista, cuando todos los canales del Estado se encuentran al servicio electoral del régimen, con el apenas disimulado objetivo de promover la autocensura.

Hemos visto los insultos a los caricaturistas, espacio de prensa que parece despertar terror en la "nomenklatura" bolivariana.

Sentimos todavía asco, ante la salvaje agresión a los 14 periodistas de la Cadena Capriles. Palos, patadas y golpes, sin ninguna causa justificada, terminaron por ensangrentar los rostros y cuerpos de Hernández, Álvarez, Iribarren, Hurtado, Ruiz, Arrieta, Peñalver, Rondón, Bolaños, Patrán, Batiz y Moreno. Cínicamente el poder intentó convertir a las víctimas de personajes afectos al Gobierno, en responsables de su propia agresión.

Ayer desapareció Radio Caracas, hoy le tocó a Globovisión. Se va "el Ciudadano", junto a él renuncian las principales figuras periodísticas del canal.

Junto a la libertad de prensa se juega nuestra propia libertad. "Salvemos los periodistas" podría ser  una nueva causa de la lucha en Venezuela. Valdría la pena darle una mano a quienes día a día palpitan en la búsqueda de la noticia y de la verdad.

La primicia, que si bien apenas dura un minuto en la pantalla o unas horas en la prensa escrita, es una razón de vida, de aquellos profesionales que han asumido en su vida ayudarnos a conocer nuestra dura realidad y a comprender lo que en este momento estamos arriesgando.

Presidente de Venezuela-Futura, Francia
Ex Cónsul de Venezuela en París

nelsoncastellano@hotmail.com

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NELSON MAICA C., ABC OCLOCRACIA 1, POLITICA

1.      Nota 1. Un agregado más, con fines informativos. Para Aristóteles (Estagira, Macedonia 384 a.c. – Calcis Eubea, Grecia 322 a.c., es uno de los más grandes filósofos de la antigüedad posiblemente de la historia de la filosofía occidental), con el termino OCLOCRACIA se denomina al gobierno de la muchedumbre, es una de las tres formas específicas de degeneración (tiranía, oligarquía, demagogia) de las formas puras (monarquía, aristocracia, republica-democracia) de gobierno.
2.      Según el diccionario de la lengua española, Real Academia Española, “Del gr. ὀχλοκρατία, Gobierno de la muchedumbre o de la plebe”. Es una de las tres maneras degenerativas de las formas puras del gobierno democrático.
3.      Hoy día es común confundir oclocracia con tiranía de la mayoría, dada su intimidad. 
La oclocracia se crea, se fomenta, se construye, mediante la acción demagógica estimulando las emociones irracionales de la muchedumbre, tal como estila y trata de poner en práctica el actual régimen venezolano.
4.      No debemos confundir el concepto de “muchedumbre” con la noción de “multitud” promovida fundamentalmente por Baruch de Spinoza -  (Hebreo: ברוך שפינוזה, Latín: Benedictus de Spinoza, Portugués: Benedito de Espinosa), (Ámsterdam, 24 de noviembre de 1632 - La Haya, 21 de febrero de 1677) - quien fue un filósofo holandés, de origen sefardí portugués, heredero crítico del cartesianismo, considerado uno de los tres grandes racionalistas de la filosofía del siglo XVII, junto con el francés René Descartes y el alemán Gottfried Leibniz, que durante la Edad Media se diferenció de la distinción de “pueblo” y “muchedumbre” promovida por Thomas Hobbes (5 de abril de 1588 — 4 de diciembre de 1679), quien fue un filósofo inglés, cuya obra Leviatán (1651) estableció la fundación de la mayor parte de la filosofía política occidental. Es el teórico (después de Platón –rey filósofo-, para algunos) por excelencia del absolutismo político, imperante hasta nuestros días.
5.      La diferencia básica es que bajo la distinción de Hobbes el conjunto de ciudadanos quede simplificada en una unidad como cuerpo único con voluntad única (ya sea una mera muchedumbre que reúna los requisitos necesarios para ser considerada como pueblo), mientras que el concepto de multitud carece de esa unidad conservando su naturaleza múltiple.
6.      A partir de esta distinción, etimológicamente, la democracia es el gobierno del pueblo que con la voluntad general legitima al poder estatal, y la oclocracia es el gobierno de la muchedumbre, es decir, la muchedumbre, masa o gentío es un agente de producción biopolítica que a la hora de abordar asuntos políticos presenta una voluntad viciada, evicciosa, confusa, injuiciosa o irracional, por lo que carece de capacidad de autogobierno y por ende no conserva los requisitos necesarios para ser considerada como “pueblo”.
7.      Veamos esto con cierta calma y mente abierta. Polibio, historiador griego, en su obra Historiae, VI, 3, 5-12; 4, 1-11, sobre el 200 a. C. llamó oclocracia al fruto de la acción demagógica y la definió como "la tiranía de las mayorías incultas y uso indebido de la fuerza para obligar a los gobernantes a adoptar políticas, decisiones o regulaciones desafortunadas". "Cuando ésta (la democracia), a su vez, se mancha de ilegalidad y violencias, con el pasar del tiempo, se constituye la oclocracia", Historiae, VI, 4. Según su teoría anacyclose -teoría cíclica de la sucesión de los sistemas políticos (a la que alude Maquiavelo) - la oclocracia se presenta como el peor de todos los sistemas políticos, el último estado de la degeneración del poder.
8.      Polibio describe un ciclo de seis fases que hace volcar la monarquía en la tiranía, a la que hace continuación la aristocracia que se degrada en oligarquía, luego de nuevo la democracia piensa remediar la oligarquía, pero zozobra, ya en la sexta fase, configurándose como oclocracia, donde no queda más que a esperar al hombre providencial que los reconduzca a la monarquía.
9.      Según El Contrato Social de Jean-Jacques Rousseau, se define oclocracia como la degeneración de la democracia. El origen de esta degeneración es una desnaturalización de la voluntad general, que deja de ser general tan pronto como comienza a presentar vicios en sí misma, encarnando los intereses de algunos y no de la población en general, pudiendo tratarse ésta, en última instancia, de una "voluntad de todos" o "voluntad de la mayoría", pero no de una voluntad general.
10.    Según el filósofo escocés James Mackintosh (1765-1832) en su “Vindiciae Gallicae” la oclocracia es la autoridad de un populacho corrompido y tumultuoso, como el despotismo del tropel, nunca el gobierno de un pueblo.
11.    Es común que dicha situación pueda estar promovida por la influencia de intereses. Ilustres pensadores como Aristóteles, Pericles, Giovanni Sartori, Juvenal, Shakespeare, Lope de Vega, Ortega y Gasset o Tocqueville han advertido de un permanente peligro para la democracia popular: el interés de los oclócratas que ostentan el poder de hacerla degenerar en oclocracia con el objetivo de mantener dicho poder de forma corrupta buscando una ilusoria legitimidad en el sector más ignorante de la sociedad, hacia el cual vuelcan todos sus esfuerzos propagandísticos y manipuladores.
12.    En el desarrollo de esta política, sólo se tiene en cuenta de una forma superficial y burda los reales intereses del país, dirigiéndose el objetivo de la conquista y al mantenimiento de un poder personal o de grupo, mediante la acción demagógica en sus múltiples formas apelando a emociones irracionales mediante estrategias como la promoción de discriminaciones, fanatismos y sentimientos nacionalistas exacerbados; el fomento de los miedos e inquietudes irracionales; la creación de deseos injustificados o inalcanzables; etc. para ganar el apoyo popular, frecuentemente mediante el uso de la oratoria, la retórica y el control de la población.
13.    La apropiación de los medios de comunicación y de los medios de educación por parte de dichos sectores de poder son puntos clave para quien busca esta estructura de gobierno, a fin de utilizar la desinformación.
14.    Así se mantiene un dominio sobre masas en movimiento que hacen valer sus propias instancias inmediatas e incontroladas creando la ilusión de que se impone un legítimo poder constituido sobre la voluntad popular.
15.    Sin embargo, tal y como asegura Rousseau en El Contrato Social falta la piedra angular, es decir, la voluntad general de unos ciudadanos conscientes de su situación y de sus necesidades, una voluntad formada y preparada para la toma de decisiones y para ejercer su poder de legitimización de forma plena. De esta forma, en la oclocracia la legitimidad que otorga el pueblo está corrupta, pasando el poder del campo de los políticos al campo de los demagogos.
16.    Filosofía política: En filosofía política, este concepto puede designar un límite que permite pensar en la democracia. Las cuestiones que le hacen referencia suelen centrarse en tres puntos claves:
17.    a. ¿La democracia está absolutamente exenta del ocros, o bien el ocros es la manifestación extrema de una de las dimensiones, inevitable, de la democracia? Cuando huelgas o manifestaciones hacen volver un gobierno democrático sobre una de sus decisiones, algunos acusan a la muchedumbre (ocros), otros ven allí un progreso democrático (demos). Según la postura, una negativa hacia una decisión parlamentaria puede ser tomada como una tiranía de la mayoría sobre el Parlamento, la victoria de la violencia, el gobierno del motín y el desprecio del sufragio universal (ocros) o puede ser tomada como que el pueblo se expresó sobre una ley con respecto a la cual no ha sido consultado, y manifiesta así su soberanía popular (demos). Es pues difícil de decidir objetivamente, para acontecimientos determinados, en qué dimensión nos encontramos.
18.    b. ¿Cómo preservar la democracia de la oclocracia? Un fortalecimiento del poder político, por ejemplo del gobierno, pone un cierto límite a la oclocracia; ¿Pero en qué medida no se aparta también de la democracia que el poder pueda imponerse a cualquier decisión de la población? ¿Cuáles son los límites de este fortalecimiento de la autoridad? Podría considerarse un principio fundamental de la democracia tener un poder capaz de resistir a la muchedumbre; pero la cuestión es saber en cuales límites esto es posible sin pasar a una forma de tiranía mediante una alienación de la soberanía popular y un desprecio del gobierno con respecto al pueblo 
19.    c. ¿Cómo se pasa de la democracia a la oclocracia? Según Rousseau, la democracia degenera en oclocracia cuando la voluntad general cede ante las voluntades particulares, por ejemplo por artimañas de asociaciones parciales (El Contrato Social, II, 3). Pero en la práctica, es a menudo difícil de determinar cuando se pasa de una voluntad a otra. Actualmente se pueden encontrar afirmaciones, la mayoría motivadas por hechos concretos, (p.ej. Los Cuatro Reyes de la Baraja de Francisco Herrera Luque), de que algunos de los estados demócraticos existentes no son más que oclocracias tras espejismos de democracia.
20.    Oclocracia: es la autoridad de un populacho corrompido y tumultuoso. Aristóteles se oponía a la democracia como forma de gobierno adecuada, ya que consideraba como la tendencia inevitable a que el pueblo llano caiga en la demagogia como poder.
21.    Polibio denominó esta desvirtuación de la democracia como oclocracia. Oclocracia o gobierno de la muchedumbre según la visión aristotélica clásica es una de las tres formas específicas de degeneración (ver tiranía y oligarquía) de las formas puras de gobierno, en concreto de la democracia.
22.    Etimológicamente, la democracia es el gobierno del pueblo que con la voluntad general legitima al poder estatal, y la oclocracia es el gobierno de la muchedumbre o de la plebe, es decir, de un pueblo que a la hora de abordar asuntos públicos o políticos presenta una voluntad viciada, confusa, in juiciosa o irracional. A veces el término se confunde con tiranía de la mayoría.
23.    Según El Contrato Social de Jean-Jacques Rousseau, se define oclocracia como la degeneración de la democracia. El origen de esta degeneración es una desnaturalización de la voluntad general, que deja de ser general tan pronto como comienza a presentar vicios en sí misma, encarnando los intereses de algunos y no de la población en general, pudiendo tratarse ésta, en última instancia, de una "voluntad de todos" o "voluntad de la mayoría", pero no de una voluntad general.
24.    Según el filósofo escocés James Mackintosh la oclocracia es la autoridad de un populacho corrompido y tumultuoso, como el despotismo del tropel, nunca el gobierno de un pueblo.
25.    Aquí, ahora, entonces, hay para todos: ¿Un tipo de socialismo-comunismo jurasico dirigido por los hermanos castros? ¿Un gulag jurasico rojo? ¿Un laogai de nuevo cuño? ¿Una secta socialista-comunista? ¿Los restos del comunismo internacional? ¿Una banda? ¿Oclocracia? ¿Autoritarismo? ¿Militarismo? ¿Dictadura? ¿Totalitarismo? ¿Fascismo? ¿Liberalismo autoritario? ¿Democracia autoritaria? ¿Estado Autoritario de Bienestar? ¿Esclavitud democrática? ¿Etc.? Agregue y/o precise cuanto hace falta, por favor.- Pero no se olvide que estos rojos golpistas comunistas le entregaron el país, la soberanía, a los castros comunistas.
26.    ¿Aceptaría usted debatir sobre el tema “corrupción” con quien ocupa, a la fuerza, un cargo producto de actos corruptos ya documentados y denunciados?
27.    Primero, recuperar la soberanía entregada por estos rojos a los castros comunistas; segundo, hasta el final, reparar las elecciones presidenciales cuestionadas por el pueblo; tercero, revertir la ilegitimidad e ilegalidad de quienes ocupan cargos en ramas del poder público.
28.    El juicio político del pueblo, quien lo expresa libremente, tiene mucho que ver con el sistema político y la soberanía.
29.    Solicitud de Ley Habilitante: es la confesión a gritos de ilegitimidad, ilegalidad, incompetencia.
 “Para que triunfe el mal, solo es necesario que los buenos no hagan nada”. Edmund Burke, 1729-1797, político y escritor irlandés.-
Mateo 12:25... Jesús se dio cuenta de lo que ellos pensaban, y les dijo:
Si los habitantes de un país se pelean entre ellos, el país quedará destruido. Si los habitantes de una ciudad se pelean unos contra otros, la ciudad quedará en ruinas. Y si los miembros de una familia se pelean entre ellos mismos, se destruirá la familia.
El mal no es lo que entra en la boca del hombre, sino lo que sale de ella”. Jesucristo, 4-30.
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