domingo, 1 de septiembre de 2013

JESÚS ALEXIS GONZÁLEZ, ¿PLANIFICACIÓN ECONÓMICA SIN CONTABILIDAD SOCIAL?

Iniciamos con una duda razonable: ¿Bajo cuál criterio metodológico se apoya la “masificada opinión” que sostiene la imposibilidad de la renta petrolera para cubrir las necesidades de divisas de la economía venezolana? 

Tal opinión pareciera no distinguir entre economía productiva (actividades que producen un bien o servicio) y economía virtual o especulativa (actividades que generan dinero a partir de otro producto) la cual  por momentos es 10 veces mayor que la economía real (conjunto de la producción y circulación de bienes y servicios como motor central de la sociedad). 

Siendo así, y a los efectos de estimar con eficiencia los requerimientos de divisas de nuestra economía real, se hace imprescindible la instrumentación de modelos apuntalados por matrices de contabilidad social y de insumo producto. 

La actividad económica, como es bien conocido, se orienta a la producción de bienes y servicios (objetos reales) con la finalidad de satisfacer las necesidades humanas; razón por la cual se deben conocer e interpretar esas actividades económicas en el marco de una determinada realidad, posibilidad que abre la economía política  mediante sus leyes al facilitar que se puedan efectuar modificaciones por intermedio de la política económica,  la luz de la generación de medidas que alteren favorablemente la realidad en función de un nuevo norte; lo cual requiere de la descripción global de esa realidad económica que se aspira cambiar y para ello ha de servirse de la contabilidad social en aras de mostrar la cuantificación de las principales variables macroeconómicas y de las relaciones que entre ellas se suscitan.

La contabilidad social permite conocer el funcionamiento del sistema económico en lo inherente a los aspectos cuali-cuantitativos del proceso que impulsan a la economía y de la situación imperante en la sociedad, creando un contexto que permeabiliza la potencialidad de efectuar análisis de las interrelaciones entre los sujetos económicos y las variables macroeconómicas, hasta convertirse en un instrumento vital para la planificación de políticas públicas, adaptado a un esquema cuyo perfil viene determinado por las relaciones de producción existentes en complemento de una claridad de ¿hacia dónde queremos ir?, habida cuenta de convertirse en un registro sistematizado de los principales flujos económicos llevados a cabo a favor de la producción, distribución y consumo de bienes y servicios. 

A tenor de lo expuesto, ha de quedar ampliamente claro que la contabilidad social representa una importante herramienta para el diseño e instrumentación de políticas económicas, más aún para el caso venezolano donde el Estado es de gran tamaño y el Gobierno avanza en su rol de “empresario”, tal como muestran las cifras del BCV que reportó para el IS 2013 un crecimiento del sector público del 2,6% mientras que el sector privado creció en un 1,1%; escenario donde las importaciones no petroleras del sector gubernamental se incrementaron en un 21,8% y las privadas disminuyeron en un 10%. 

En el mismo sentido, la brecha fiscal del sector público se movió desde un 1,6% en 2006 hasta un 15% en 2013 comportamiento motivado por la monetización de ese déficit (emisión de dinero inorgánico) a pesar de la existencia de 22 impuestos y contribuciones que imponen un alto porcentaje fiscal al conjunto de la economía.

Tenemos la percepción, que estos y otros desequilibrios macroeconómicos se deben fundamentalmente a la presencia de una planificación económica a “ciegas” alejada de los registros sistemáticos de la contabilidad social; materia de poca presencia desde hace años en Venezuela, al extremo de contrariar lo señalado en Nota de Prensa del BCV del 06/06/2006 (última referencia encontrada): “(…) el enfoque tradicional de la Matriz de Insumo Producto (MIP) permite evaluar las interrelaciones e interdependencias existentes entre los diferentes sectores productivos de una economía, cuyos datos son fáciles de en los modelos macroeconómicos destinados a analizar las relaciones entre la demanda final y los niveles de producción por actividades económicas”, “(…) es posible ampliar el alcance de este enfoque cuando se introduce dentro del esquema de la Matriz de Contabilidad Social (MCS), (…)”. Tal cita no requiere, por nuestra parte, de comentarios adicionales.

Economista Jesús Alexis González

@jagp611
30/08/2013

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