domingo, 1 de abril de 2012

ARGELIA RIOS / LA CONFIANZA: EL DATO CLAVE

A los ojos del oficialismo no escapa otro dato singular: la franja de electores que prefiere reservarse su intención de voto (casi un 20%) alcanza rangos absolutamente inusuales en nuestra historia electoral

El oficialismo se siente intimidado. Ni las encuestas de opinión pública le tranquilizan; al contrario: aunque el comandante-presidente todavía lleva la delantera, no existe una atmósfera decisiva de triunfo. Los estudios confirman que las cosas se encuentran en movimiento y que el actual cuadro está sujeto a transformaciones seguras en los próximos seis meses. Nunca antes la oposición había estado tan bien valorada.

La confianza en ella se ha incrementado a niveles que alarman a la revolución (43%): en este punto Chávez dejó de tener el monopolio. Tampoco es el único capaz de generar esperanza y seguridad. Los apremios del Gobierno están justificados. Para algunas empresas de investigación, en especial la que mayor credibilidad tiene en los pateaderos rojos, es justamente el grado de confianza lo que proyecta con mayor precisión el ánimo y las tendencias electorales. Por eso la situación de hoy no le plantea certezas al "proceso", pues sus adversarios le están dando la pelea y han conseguido proyectarse como una opción, si no tan confiable como la que Chávez representa (57), sí al menos altamente competitiva.

A los ojos del oficialismo no escapa otro dato singular: la franja de electores que prefiere reservarse su intención de voto (casi un 20%) alcanza rangos absolutamente inusuales en nuestra historia electoral. El silencio reina en ese segmento que definirá el resultado del 7-O: un silencio insinuante que bien puede reflejar miedo, recelo, indecisión o escepticismo. El caso es que la corpulencia de ese sector impide proyecciones concluyentes y es la razón principal por la cual resulta imposible tomar las encuestas de hoy como instrumentos para predecir lo que ocurrirá en el cuerpo a cuerpo de octubre. Es probable que más adelante se despeje la incógnita, aunque a nadie debe extrañar que ella se mantenga hasta el final de la contienda, si acaso el miedo fuera el ingrediente que la explique.

No deja de ser llamativo que quien mejor ha interpretado por estos días lo que los estudios de opinión están señalando es el propio presidente Chávez, que ha desestimado una diferencia de 20 o 30 puntos entre él y el abanderado de la Unidad. El Presidente, que previene a los suyos de los efectos malsanos del triunfalismo, sí reconoce que, además de la intención explícita del voto, los estudios de opinión pública proporcionan otros números que también hablan y que, al hacerlo, exponen un coyuntura bastante más compleja para su causa. 

El silencio del 20% del electorado, junto a la brecha de entre 13 y 15 puntos en los niveles de confianza, no plantea una fisura infranqueable para una oposición que ha ganado tanta estima y que obtuvo mayoría de votos en las parlamentarias.

Argelia.rios@gmail.com

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ANDRÉS SIMÓN MORENO ARRECHE / CHÁVEZ GANA (POR AHORA) LA GUERRA COMUNICACIONAL

Chávez, ‘el innombrable’... ‘el autócrata bolivariano’... ‘el coma-andante’ o como usted lo quiera llamar, nos está ganando a los demócratas en este río revuelto que aún llamamos opinión pública en Venezuela. No caben dudas, pero tampoco es como para tirar la toalla y abandonar la lucha por la democracia, la igualdad y la legalidad. No lo afirmo sin referentes, lo digo con todas las encuestas y pulsos opináticos electorales en mano publicados a la fecha de este reporte, desde los que emite mi amigo Luis Vicente en Datanálisis y los de otras empresas de calibre profesional y probidad como la suya, hasta los numeritos de las encuestas ‘pret-â-porter’ y de dudosa transparencia, que salen de las manipuladas pulsiones que ordenan y pagan, con nuestro dinero, los capitostes de la nomenklatura rojita por instrucciones expeditas del G2 cubano, instalado hace sopotocientos años en el hotel Alba-Caracas, el añorado Caracas Hilton. 

Sea en aquellas mediciones serias o en estas otras encuestas manipuladas, Chávez lidera, por ahora, la intención de voto de los electores, aún cuando el margen de ahora no sea el holgadísimo 40% que mantuvo con el socialdemócrata Rosales (hoy exilado en el Perú) a comienzos de la carrera electoral del año 2006.

¿Por qué lidera la intención de votos un Chávez que, luego de 13 años en el poder, ha fracasado estruendosamente en todos los indicadores sociales y económicos de Venezuela? ¿Cómo es posible este desaguisado? ¿Enloquecimos como país, y como manada de Ñus enfebrecidos nos lanzamos por el barranco del Massai-Mara, para caer a las fauces de los bellacos depredadores del inextricable Socialismo del Siglo XXI?  

Mientras sociólogos, politólogos y comunicadores sociales se devanan los sesos para hallarle explicación a lo que definen unos como ‘fenómeno social’ y otros como ‘incongruencia sociopolítica’, la realidad es tan simple como cruel: Chávez nos está ganando a los demócratas de todas las oposiciones - y con un margen aún grande- las batallas persuasivas sobre el electorado. Para resumirlo: Chávez nos gana en la guerra comunicacional.

¿Guerra comunicacional? ¿Y con qué se come eso?

La guerra comunicacional es uno de los tres emprendimientos sugestivos en la actual Era de la Persuasión, una era que la humanidad inicia con la invención del lenguaje (y que la separa de la precedente Era de la Contemplación), pero que antecede a una futura Era de la Iluminación, esa misma que todas las religiones y filosofías anuncian como de adviento o parusía del espíritu por sobre la terrenalidad. La guerra comunicacional es una de las tantas variantes de los enfrentamientos del cuarto período en la cuarta generación de los conflictos post modernos.  Incluye desinformación, comunicación borrosa y cibernética aplicada a los medios de comunicación y es, en esencia, una guerra que desarrolla estrategias de marketing, manipulación de contenidos y hasta terror psicológico, con el único propósito de influir deliberadamente en el comportamiento de los conglomerados humanos híper informados, pero paradójicamente descontextualizados, para alcanzar objetivos políticos, sociales, económicos que benefician directa o indirectamente a un pequeño grupo, sea éste una corporación, un partido político, una ONG o una religión.

Para delimitar el escenario de la guerra comunicacional hay que asumir como contexto marco el paradigma de la persuasión, un ambiente de información de múltiples vías en el que la guerra comunicacional comparte espacios con las otras dos modalidades de la comunicación persuasiva: la educación en valores y la identidad corporativa. La seducción de las masas en esta Era de las Persuasión, ha tenido y de hecho tiene, diferentes modalidades, diferentes formas de incidir en la voluntad de las audiencias y cada una de ella es la expresión táctica de eso que damos por llamar guerra comunicacional, una guerra dirigida a manipular la actitud y la conducta de los conglomerados sociales con voz y voto en la sociedad.

El paradigma persuasivo de la guerra comunicacional

En el actual paradigma comunicacional mediático, Chávez logró modificar el eje de rotación del proceso comunicativo. El contenido, como vector de identidad de los medios, lo hizo pasar a un segundo plano frente a lo percibido, porque se apoyó en la universalización del lenguaje de su imagen multimedia y así desplazó a la palabra-lenguaje en un escenario comunicacional donde no se confrontan ideas sino que se prometen soluciones inmediatas a las necesidades de los clústeres de votantes, casi mágicas, expeditas aún cuando sean mediocres o incompletas, así existan contradicciones entre ellas.

Este nuevo paradigma de la guerra comunicacional aborda la globalidad de las modernas interrelaciones sociales (redes sociales, telefonía celular 3G, etc.) que estructuran en la mente de los electores nuevas realidades. Es un paradigma que desdibuja fronteras entre grupos sociales anteriormente separados por territorios, clases sociales o formas y estilos de vida porque amplía la comunicación entre ideologías y votantes y demarca una nueva realidad: Los votantes se transforman en mercados de consumidores de promesas, que no ocupan un territorio ni están cogestionados ideológicamente en un partido ni se encuentran en los llamados Grupos de Opinión, sino que se caracterizan de acuerdo a la permeabilidad de su nivel perceptivo y sugestivo frente a la persuasión.

Es en esta guerra de las percepciones donde Chávez nos está ganando la batalla, por ahora, porque su estrategia comunicacional pivota sobre los 5 ejes que transversan el proceso persuasivo (medios, espacio, tiempo, libertad de acción y vulnerabilidad del adversario) y aplica, en directa relación con los distintos escenarios de la opinión pública, los cinco modelos estratégicos de la guerra comunicacional que son una síntesis de comprensión de las diferentes alternativas que se pueden utilizar en campañas comunicacionales persuasivas:

El modelo estratégico de la amenaza directa que opera con su poderosa hegemonía comunicacional, integrada por decenas de televisoras y periódicos y cientos de emisoras radiales. Utiliza este modelo aún cuando el objetivo sea modesto y goce de libertad de acción. El modelo estratégico de la presión indirecta que aplica cuando sus medios no le alcanzan para construir artificiosamente una matriz de opinión decisiva. Sucede cuando su objetivo ha sido inicialmente ignorado por el público-objetivo y su capacidad de convencimiento reducida. El modelo estratégico de las acciones sucesivas, es el ideal cuando su objetivo es importante y la libertad de acción en la Opinión Pública ha sido reducida, bien como reacción de aquélla, bien como resultado de las maniobras defensivas de las oposiciones. Con este modelo Chávez ha conseguido modificar una percepción existente mediante acciones sucesivas que combinan la amenaza directa y la presión indirecta con acciones de fuerza limitada. El modelo estratégico de la lucha total prolongada es el enfrentamiento asimétrico en cuya táctica de guerrilla comunicacional utiliza la movilidad de los jóvenes estudiantes de colegios y liceos públicos, incorporándolos a una conflagración opinática de esfuerzo considerable que tiene un objetivo final que sobrepasa lo meramente persuasivo: Esos muchachos, integrados en brigadas, pelotones y compañías, se transforman en instrumentos de inteligencia y contrainteligencia comunicacional. Finalmente, aunque no menos importante, Chávez ha utilizado en pasadas guerras comunicacionales el modelo estratégico de la lucha frontal, un modelo solo posible cuando los medios son grandes y poderosos, el objetivo es importante y la libertad de acción reducida. Este ha sido su modelo persuasivo preferido, con él ha buscado la decisión favorable de las audiencias votantes mediante un conflicto violento y de corta duración.

Los principios doctrinarios de la guerra comunicacional son fundamento y razón de cualquier batalla persuasiva. La estrategia es una acción derivada de la política que debe cimentarse en las 3 constantes del accionar humano: Querer, que es un acto de voluntad. Poder, que es un acto de libertad y Saber, que es un acto de capacidad. El primer principio doctrinario es la voluntad de vencer, que implica fe en el triunfo y tenacidad para alcanzar el objetivo. El segundo principio es la libertad de acción concebida como la facultad de elegir libremente la maniobra estratégica, los medios, las misiones y la decisión de orientar la ejecución de la estrategia comunicacional persuasiva. El tercer principio es la capacidad de ejecución que es la adecuación de los medios disponibles a las diversas misiones persuasivas, coordinándolas en el espacio y en el tiempo para el uso adecuado de los recursos en economía de esfuerzos. De estos tres principios doctrinarios se deduce la regla general de la estrategia comunicacional.

Para que todo lo anterior tenga sentido y utilidad, es obligante reconocer que estamos inmersos en una guerra comunicacional, una variante de los enfrentamientos de cuarta generación en los conflictos post modernos. Una guerra que incluye desinformación a las estrategias de marketing, comunicación borrosa en la publicidad y Ciber-comuniación para un contacto personalizado con audiencias perfiladas. La guerra comunicacional desarrolla 4 tipos de estrategias: estrategias para el ataque, estrategias para la defensa de nichos conquistados, estrategias para la aproximación por los flancos opináticos y estrategias de guerrilla comunicacional. Se trata, nada más ni nada menos de un novedoso enfrentamiento persuasivo que responde al análisis situacional de los escenarios y desarrolla tácticas persuasivas con la propaganda como rectora comunicacional de la información, la publicidad y las relaciones públicas, no para informar sino para captar adeptos; con la desinformación para minar territorios de adeptos fieles al contrario y con la inteligencia y la contrainteligencia para impactar sectores clave dentro del segmento más duro de los seguidores adversos.

¿Cómo enfrentar con éxito estas modalidades del emprendimiento persuasivo? ¿Qué nos hace falta conocer –y dominar- en los comandos electorales de las oposiciones? Para contrarrestar las maniobras persuasivas de Chávez es imperativo que los estrategas comunicacionales de las oposiciones conozcan, dominen y pongan en práctica los 10 Mandamientos de la persuasión de las masas, las 10 Leyes Inexorables que rigen los emprendimientos persuasivos y los 13 Principios Estratégicos de la guerra comunicacional. Sin esas herramientas esenciales, el ‘por ahora’ de Chávez se puede convertir en un ‘por siempre’. Quienes sientan el vacío de esta necesidad o simple curiosidad por asomarse al bizarro mundo de la guerra comunicacional pueden contactar al licenciado Jesús Zerpa en Caracas. Él está organizando conversatorios y talleres (presenciales y vídeo-conferencias) sobre este tema en la sede de ‘Espacios en blanco’ ubicado en Chacao, Centro Comercial Bello Campo, local 3. Para más información contáctenle por el telefax 212-261.9925 o por el correo electrónico contacto@espaciosenblanco.com .

estrategia.creativa.persuasiva@gmail.com

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ANTONIO JOSÉ MONAGAS / PIDO LA PALABRA / ¡HASTA EL ÚLTIMO CARTUCHO!

Ni siquiera por la crisis de salud que padece, el comandante-candidato ha tenido la condescendencia mínima para cambiar su comportamiento de autócrata y de esa manera compensar la intolerancia asumida a la hora de entender y hacer política. Dicho de otra forma, de enmendar los excesos cometidos en el plano de la confrontación que ha incitado al margen de la responsabilidad que obliga la magnanimidad del cargo que ocupa según lo determina la Constitución de la República. 
Sin embargo, sus groserías y ofensas, su capacidad para embrollar realidades y engañar ilusos, su ironía para justificar la ineficacia que encubre la corrupción y el derroche de su gobierno, parecieran ser elementos de morfología discursiva y de sintaxis gramatical a partir de los cuales su discurso engancha la fuerza de un populacho que sigue creyendo que “el maná cae del cielo”. Y que el léxico del socialismo puede traducir como que “el petróleo proveerá todo cuanto sea necesario para asegurar la salvación del pueblo venezolano en el contexto de la crisis que agota otras naciones”.
La decadencia a la que ha llevado el actual régimen al país, se sustenta en un modelo de estructura vertical, proceder acrítico y de criterios de la más pura ortodoxia política el cual ha servido para animar el resentimiento de adictos sin sentido moral de cuanto hacen para embriagar de egolatría al líder. Pero también, de acólitos carentes de una cultura social que les permita comprender que la práctica política requiere del ejercicio de valores de vida. Con estos resabios, estos aduladores de oficio, mantenidos con suculentas dádivas para potenciar su condición de furibundos, el gobierno central busca imponer una doctrina política concebida como única fórmula para justificar su infame revolución administrada desde el desorden, la confusión y la desinformación. O sea la anarquía en su más descarnado aspecto, anclada a razones que intentan argumentar una historia elaborada a la sombra de paradigmas de sumisión y obstrucción del desarrollo propio que toda sociedad emprendedora se plantea de cara a las exigencias de un mundo multipolar.
La paranoia de quienes presumen de gobernantes, cuando sólo califican como “mandones de ocasión”, los tiene tan preocupados que sus últimas decisiones tomadas a partir de la crítica situación de salud que estremece al demiurgo de Miraflores, tienden a salirse del curso constitucional. Tanto así que muchas acciones incitadas desde el centro del poder político, han sido conducidas por grupos de revoltosos ya que su visión de la política no conoce otra manera de ejercerla que no sea por intermedio de la violencia desmedida. Además, se valen de excusas amorfas para alegar conspiraciones satánicas del imperialismo por lo que reinciden en sus prácticas de bestialidad ciudadana para arremeter contra la oposición democrática impúdicamente y cargados con la más desvergonzada impunidad.
Precisamente ahora, cuando la salud presidencial se complica, algunos grupos de obtusos frenéticos y sumisos vasallos, pretenden arrogarse el poder groseramente con la equivocada idea de retenerlo por la fuerza. Sobre todo, si los resultados el próximo 7 de octubre favorecieran el restablecimiento de la democracia, como con seguridad habrá de suceder. Por algo al régimen le dio por consolidar una milicia con armas, teléfonos y radios a su disposición y comandada desde el mismo Ministerio de la Defensa. Todo ello en contrario con los preceptos constitucionales. Pero aún así, sus arrebatos de odio, envidia e insolencia los domina por encima de todo. Indistintamente de las circunstancias y consecuencias de toda índole y alcance, pareciera que las órdenes son las de quemar ¡hasta el último cartucho!.

VENTANA DE PAPEL

CONTRA LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA
Nuevamente la Universidad Central de Venezuela  es escenario de violencia. Como si no fuera absurdo y agobiante, los encapuchados vuelven a embestir contra la institucionalidad académica. Sus acendrados resentimientos, hacen que surja una nueva literatura caracterizada por el desconsuelo de quienes siempre serán “nadie”. En su última incursión de esta semana a los predios de la UCV, fue tal su odio que olvidaran la razón central de su indigna presencia en la “Casa que vence las sombras”.
A la vez que desgarran una escultura de Alexander Calder ubicada en los espacios centrales del edificio del rectorado, acribillaron con garabatos un mural de Fernand Léger con el siguiente y vulgar texto: “Hoy nos graduamo, hoy se gradúan el pueblo y con onore, muerte a los escuálido apátirdas!”.  Sin embargo, lejos de sus pretensiones mal vistas y cuestionadas por la gente pensante y con conciencia de sus derechos democráticos y deberes ciudadanos, la autonomía universitaria se crece y asienta en la idiosincrasia y en el sentimiento del venezolano de paz. Aunque estos desnaturalizados actos de procacidad gobiernera puedan continuar, la búsqueda de la verdad no decaerá.
Por el contrario, será más implacable a la hora de exhortar el pensamiento crítico, de exaltar la inteligencia y de acuciar el conocimiento en un terreno afianzado por los valores trascendentales del hombre decente y culto. Pese a toda la inquina que el régimen pueda desatara, jamás podrán desmoronar las libertades que respira la dinámica académica. Ningún vandalismo alcanzará su propósito final. Más, si apunta contra la Universidad autónoma.
TURISMO MERIDEÑO POR EL SUELO
No convencen. Ni siquiera porque lo diga el gobernador. No hay duda de que el turismo merideño está por el piso. Y más aún, va a estar peor. La intensificación de las últimas lluvias sobre territorio andino, ha determinado que la actividad turística se venga a pique. O como dicen los aviadores “entró en barrena”. Pero ello no sólo ha obedecido al nivel pluviométrico que estos espacios ha presentado estos días.
El problema tiene distintas razones. Desde las que representa la incompetencia gubernamental para entender el significado del mantenimiento de la vialidad extraurbana toda vez que los recursos destinados a tales fines es enrumbado a propósitos populistas, hasta el problema que ha suscitado la desidia de abrir el aeropuerto Alberto Carnevali, que presta servicio a la ciudad de Mérida. Pasando asimismo por la indolencia oficialista cuyas consecuencias afectan el acicalamiento de parques nacionales y locales como La Culata, la Sierra Nevada o el de Los Chorros de Milla, monumentos históricos y así como la prestación de servicios públicos tan necesarios para la seguridad social, tranquilidad y bienestar del turista.
De manera que con lo descuidado que el gobierno regional tiene a Mérida y sus alrededores por causa del electoralismo que sufre y con el cual viene azotando la ciudad tanto como a la región, no hay posibilidad inmediata de destacar una dinámica turística que exalte a Mérida como ciudad turística. A pesar de su potencial. Ni siquiera porque se acerca un período de asueto tan importante como el de la Semana Santa. Entonces, ¿cómo no decir y reconocer, aunque duela, que el turismo merideño está por el suelo?
POR QUÉ PRIETO NO APOYARÍA ESTE GOBIERNO
Es algo insólito que pretendan asociar las ideas del maestro Luís Beltrán Prieto Figueroa como fue con este gobierno que lo que ha hecho es arruinar la educación y hundir al país en un abismo de donde costará mucho trabajo y varios años para sacarlo. Así lo manifiesta el también maestro Antonio Luís Cárdenas Colménter, ministro de Educación del gobierno del Dr. Rafael Caldera. 
“Yo conocí a Prieto el año 1959 cuando fui maestro en la Escuela Prudencio Diez cuya directora era Doña Cecilia, esposa de Prieto, quien iba a buscarla todas las tardes. Varias veces me dio valiosos consejos y me contó anécdotas de su vida como docente. Años después nos hicimos amigos, trabajamos juntos en la Comisión Presidencial encargada de elaborar un Informe sobre el estado de la educación en Venezuela. Esa comisión estuvo presidida el Dr. Arturo Uslar PietrI. Al terminar las reuniones ordinarias nos quedábamos en la Casa de Bello para discutir los problemas educativos de mayor impacto.
Esa fue una gran experiencia para mí y de ella tengo gratos recuerdos. Además, con frecuencia  lo visitaba en su casa y él me pedía que le leyera sus poemas. Cuando enfermó, yo era uno de sus amigos que él había pedido que dejaran entrar a su cuarto en el Hospital Militar. Cuento estos, para hacer ver que yo si puedo dar fe de sus sólidos principios democráticos y afirmar que Prieto Figueroa estaría en el polo opuesto de las ideas y prácticas del actual gobernante”.
La opinión del Dr. Antonio Luís Cárdenas, constituye una de la voces que hoy, con facultad moral y argumentos válidos, bien puede demostrar porqué Prieto no apoyaría este gobierno.
amonagas@cantv.net
@ajmonagas

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ELIDES J. ROJAS L./ HAY FRAUDE SOLO SI LA OPOSICIÓN SE DEJA.

Varios mitos rodean los procesos electorales desde hace años. Muchos de estos cuentos son alimentados desde el propio chavismo para provocar la abstención, pero no solamente la abstención de los votantes. En Cuba, por ejemplo, organizan religiosamente sus elecciones para todo con la plena seguridad de que el 99,99% irá a votar y que además lo hará por Fidel, Raúl o la parte de la mafia que toque elegir. El que no vote tendrá lo suyo. En Venezuela, por el contrario, el chavismo siempre ha sabido que tiene a la mitad del país, a veces mucho más, en contra. Sabe que a sus chavistas los maneja como quiere. Pero también sabe que la otra parte está fuera de control, pero es maleable. Eso hace que un proceso que debería ser una fiesta democrática se convierta en un drama.

La cúpula chavista y sus cubanos tienen mecanismos para impulsar el voto del chavismo muy sofisticados y muy fascistas, pero funcionan. Tienen listas por zonas bajo duro control. Si a las cuatro de la tarde no han votado, previa prórroga del directorio chavista del CNE, los patrulleros se moverán y sacarán al potencial voto de su casa, de la casa del vecino y hasta de la cancha de bolas. Donde esté. Un chavista que no vote puede perder su beca o su salida de la misión que le haya tocado. Un chavista que no vote está en peligro de que su hija o hijo sea despedido de la Administración Pública donde trabaja. La amenaza es directa. Se sabe de chavistas que votan para proteger la pensión de vejez del padre. Fascismo puro y grosero. Sin pena. Un chavista jefe o director ministerial se encargará de decirle a su tropa que las autoridades saben perfectamente por quién vota cada uno de sus súbditos. Con la capta huella lo sabemos todo. Además tenemos todo el sistema computarizado así que siempre sabremos dónde están los traidores.

Sin duda que gran parte del voto chavista, y especialmente en el interior, en las zonas donde el chavismo es dueño y cacique, viene de la amenaza, no porque esté contento con la gestión o satisfecho con el rancho que le prometieron y no llega, menos por convicción ideológica. Son votos sacados a punta de amedrentamiento. Eso nos lleva a la otra parte de la historia. Otra fracción de las votaciones chavistas viene del regalo, de la nevera china, del ofrecimiento, del apartamento que te debo, de la bequita. No se trata de una oferta seria como debería corresponder a una gente que se autodenomina socialista y salvadores de la patria. Es decir, como ya es harto conocido, el socialismo de Chávez se fundamenta en su billetera, en los dólares del imperio. La repartición de la riqueza no responde a parámetros sociales profesionales sino al estómago de Chávez.

Pero, para completar el cuadro, el chavismo tiene muy claro cuáles son las debilidades de la oposición en esto de votar. Una parte grande, no chavista, es abstencionista y otra parte regular, no tan grande, le da lo mismo si vota o no. De allí que no sea tan complicado para los cubanos generar estrategias provocadoras de ausencias que bien pueden ser en las mesas electorales, como testigos, a la hora del conteo o a la hora de votar. De allí que hasta los mismos chavista dicen que las elecciones se ganan en las mesas donde no hay ni un oposicionista. Esos votos son de Chávez.

El mito del fraude tiene mucho de mito, pero la parte de verdad que tiene se debe a la falta de presencia de la oposición.

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OSWALDO ÁLVAREZ PAZ / TRANSICIÓN DESDE DOS PERSPECTIVAS (DESDE EL PUENTE)

Los venezolanos estamos convencidos de que esto no puede ni debe continuar. No vale la pena seguir emborronando cuartillas con diagnósticos súper conocidos, pero sin recetas disponibles, hasta ahora, para poner punto final a los males. 

El oficialismo se empeña en endosar la culpa a quienes no han tenido nada que ver con los disparates actuales, apelando a la cansona y ridícula retórica contra el imperio, la oligarquía, los ricos. que ya nadie tolera por falsa y fastidiosa. En la oposición generalmente nos agotamos en sacarle punta al diagnóstico sin proponer con audacia y coraje soluciones concretas a problemas primarios. No es que no existan esas soluciones. Las hay, pero plantearlas en forma supone la disposición de confrontar al adversario sobre la base de alternativas democráticas inexistentes para el castro-chavismo.

Para la oposición la ruta democrática está abierta, aunque preñada de peligros graves. Campaña electoral más o menos normal, elecciones victoriosas el 7-O, proclamación y toma de posesión de Capriles, entrega pacífica (¿?) del poder e inicio de la reconstrucción institucional que necesita, como paso previo, el desalojo del poder de los bárbaros actuales. Tenemos la obligación de prepararnos para cumplir exitosamente con este proceso, si queremos estar a la altura de lo que se espera de un Capriles Radonski como Presidente.

La transición para el oficialismo está preñada de incertidumbres crecientes. Les impiden hasta el más sereno y elemental diagnóstico. Para ellos la transición también se inició. Puede ser con Chávez o sin Chávez, pero en una u otra coyuntura, con la firme decisión de no entregar el poder, de no perder los “alcances” de la revolución socialista del siglo XXI. Nadie puede predecir si Chávez vivirá hasta las elecciones, si se curará el cáncer que lo agobia y no lo deja gobernar, ni en que condiciones quedará para ser candidato, para entregar el testigo a otro en caso de no poder serlo e incluso, en el caso de ganar, de verse impedido de ejercer la presidencia a plenitud. El drama es tremendo. No hay un líder civil o militar en condiciones de asumir el reto, de calzar las botas de Chávez, ni con la vocación desbordada de poder que lo lleva a lo que sea necesario para mantener un poder que empieza a hacer agua.

El alto mundo militar desconfía, con razón, del oficialismo civil. Mediocres importantizados, enriquecidos groseramente, cegados por el facilismo derivado del control absoluto del dinero y del crédito. Son oficiales que, con las excepciones conocidas, acompañan el proyecto desde antes del 4F-92, mas de veinte años y se preparan para ser los garantes de la continuidad del mismo, de que la revolución no se perderá, pase lo que tenga que pasar con Chávez. El problema está en que son muy mal vistos en sus componentes por razones iguales o peores a las que atribuyen a los civiles. El camino se despeja para la institucionalidad constitucional que quiere mantener la mayoría del mundo militar.

oalvarezpaz@gmail.com  gmail.com  

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SUSANA MORFFE / RIGIDEZ Y CONFORMISMO (ENTRE CIELO Y TIERRA)


Cuando el mundo avanza a pasos indetenibles hacia nuevas y mejores formas de vida, todavía estamos en el país con servicios de las repúblicas remotas, esas mismas que no le agradan al gobierno porque no corresponden con sus ideas “socialistas”.

En Margarita se habla de turismo sustentable sin tener la estructura adecuada para brindar una feliz estancia a los turistas en la Perla del Caribe. Tenemos a modo de ejemplo el servicio de agua deficiente a la par del sistema de recolección de basura que forman parte de los dolores de cabeza de los neoespartanos, sin descuidar la  atrofiante  prestación de la luz eléctrica que ha dejado a muchos insulares sin aparatos eléctricos, entre las innumerables consecuencias de vida o muerte.

Se habla de un conformismo  al que hemos llegado en el país, incluida Nueva Esparta, pero ciertamente el hecho ocurre porque la preeminencia de lo personal priva las necesidades colectivas. Se van quedando a la zaga los que menos tienen acceso al poder (donde se toman las decisiones) también aquellos que van desmejorando su vida por falta de trabajo y por no simpatizar con determinada corriente política. Bajo ese esquema es necesario trabajar y transformar.

En la isla de Margarita, el terruño que se ha convertido en la “tabla de salvación” para muchos venezolanos que han sufrido las barbaridades por una  delincuencia desatada en otros estados, incluida la capital de la república, no se cuenta con una red de servicio de gas; sin embargo, las inversiones se dirigen fuera de las fronteras del país petrolero. El ciudadano que no tiene acceso a las líneas de mando se queda perplejo, pero qué hace la dirigencia política para cambiar el estado en que se encuentra el país. De la queja, la denuncia y el reclamo no salimos, mientras la población espera impaciente medidas contundentes.

Tenemos todo los sectores de producción  en niveles de retazos, turismo, agricultura, industrias básicas y el resto de las áreas específicas que mueven a un país hacia su completo desarrollo. La solución podría sustentarse en valientes  decisiones que promuevan o empujen a los factores claves para la distribución de los recursos y avanzar para derrumbar la rigideces y limitaciones que impiden la renovación de la economía. No es posible que las regiones tengan que exigir los recursos que les pertenecen porque están represados en el poder central, debido a la condición física del mandatario nacional.

Tenemos que dejar de ser importadores para convertirnos en productores de dinero con las exportaciones.  El talento, la mano de obra de origen ha sido suficientemente probada, de tal manera que si la balanza se inclina hacia un cambio de timón, la nueva gestión gubernamental debería enrumbarse hacia el camino de la economía dominada por todos los venezolanos que deseamos dejar el patriotismo y rescatar la nacionalidad.

susana.morffe@gmail.com
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ZENAIR BRITO CABALLERO / MUCHOS VENEZOLANOS HAN OLVIDADO LO QUE SIGNIFICA LA SEMANA SANTA

Finalizada la conmemoración de la vida, pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo, he escrito este artículo a manera de reflexión para quienes leen mis columnas de opinión...Las vacaciones de Santa son esperadas por toda la población para disfrutar en las playas, el campo y centros turísticos de unos días de descanso y esparcimiento, y por ello es común ver en los supermercados y centros comerciales ¡comprando víveres y sobre todo alcohol! ¡Claro que no es incorrecto… pero! Esta época, que debe ser de reflexión y recogimiento espiritual, independientemente de la religión que se practique, es utilizado por muchos, no para acercarse a Dios y a Jesús  sino para alejarse más de lo debido.

Según las primeras estadísticas de las autoridades de Protección Civil, a pocas horas de implementado el plan  de Semana Santa, la mayoría de víctimas mortales y por lesiones, son causa de accidentes de tránsito. Si bien, las vacaciones de de esta semana son propicias para la diversión, el descanso y compartir en un ambiente familiar, también debe ser el momento para hacer un alto en las actividades diarias y que cada uno reflexione cómo está dirigiendo su vida.

Durante esta semana a los templos católicos acuden masivamente los feligreses a las misas y a las procesiones, aunque lo importante de estos días es reflexionar sobre la prueba de amor más grande que alguien como Jesús pudo hacer por la humanidad, como extender sus brazos en la Cruz y entregar su vida a cambio de la salvación.


El verdadero sentido de la Semana Santa, radica en que cada persona tome de ejemplo a Jesús de Nazaret, y especialmente reflexione en las cosas negativas que a lo largo del año cometió contra el prójimo y contra si mismo. Es necesario que cada uno tome conciencia y sea capaz de tener un proceso de conversión, lo cual significa un cambio de actitud, y de forma, para afrontar los momentos difíciles que día a día vive la sociedad venezolana atacada constantemente por las informaciones  de los medios de comunicación que nos dibujan la realidad de un negro panorama del cual por más de trece años hemos venido viviendo y padeciendo.

Cuando cada uno de los venezolanos comencemos a hacernos conscientes sobre las verdaderas necesidades de los demás y erradiquemos de nuestros corazones sentimientos de egoísmo, injusticias, odio, violencia y todo aquello que nos aleja de Dios y de Jesús, seguramente cambiará nuestra situación.

No solamente es de esperar ese momento, es de esmerarnos y luchar para cambiar nuestra mentalidad, dejar esa conformidad en la que nos han sumergido, y ¡comenzar a pensar! así podremos cambiar a todo un país con un pueblo que consume más de lo que produce.

Hoy la Semana Mayor, como tradicionalmente se llama a este tiempo, es el momento oportuno para que la sociedad inicie un cambio de vida, de lo contrario será imposible disminuir los índices de violencia y delincuencia que tanto agobian a Venezuela, ya que ningún plan de seguridad y prevención tendrán efecto si cada uno no hace la parte que le corresponde.

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CARLOS BLANCO / DESTRUIR A CAPRILES / TIEMPO DE PALABRA

"Hay que demostrar una irrevocable vocación de poder para retornar a la democracia"

Destruir a Capriles

El régimen no dedica sus esfuerzos a ganarle las elecciones a Henrique Capriles. Todos sus esfuerzos se concentran en destruirlo antes del 7 de octubre. Procura que lo que llegue ese día sea un residuo, una mera sombra de lo que el candidato opositor es y representa hoy. 

El gobierno tiene claro que corre un alto riesgo de desalojo por lo que no quiere que ocurran las elecciones o, si ocurren, sea una mera formalidad porque Capriles -según los cálculos y deseos oficiales- arribaría como caricatura de sí mismo. 


El gobierno se ha decidido ganar la pelea electoral antes de las elecciones; destruir políticamente al candidato y que el 7-O sea simplemente ocasión para verificar el acontecimiento y sumir a los demócratas en la mengua, con Chávez o su sucesor en un nuevo sexenio con sabor a eternidad. 


GUERRA TOTAL. 

La victoria de HCR y el voto de más de 3 millones de ciudadanos dejaron a los próceres bolivarianos viendo hacia el polvorín de San Mateo. No pudieron reaccionar a tiempo y el desatino fue la respuesta característica; el intento fue el de sacar ventajas de las naturales diferencias entre los candidatos. Pensaron que ciertas manifestaciones de primitivismo burocrático existente dentro de la oposición iban a ser el caldo de cultivo para debilitar a Capriles apenas fuese investido con la candidatura. Aunque los codazos existen y no tiene sentido negarlos, lo cierto es que se comparte el deseo de una victoria electoral con el candidato escogido. La naturaleza de su victoria y la amplitud que hasta la fecha ha logrado transmitir han facilitado el apoyo. 

El desconcierto inicial del gobierno estuvo aderezado con la noticia de una recurrencia en la enfermedad presidencial lo que incitó una sensación de nueva orfandad en las filas rojas, diezmadas ya en sus antiguos entusiasmos por obra de las ausencias y las radiaciones. Sin embargo, el desconcierto pasó de largo y ahora la operación está concentrada en la destrucción política y moral de Capriles. 

Los instrumentos son tres: 1. Atacar el carácter del candidato; destruir sus fortalezas (actitud amistosa, amplia, sonriente y solidaria) y convertir sus debilidades, no ser un gran orador por ejemplo, en factor de descalificación; 2. Responsabilizarlo de todo lo negativo que ocurra en Miranda y, más aún, declararlo culpable de incidentes y accidentes, especialmente de la criminalidad, que como se sabe está desatada en todo el país y, obviamente, impacta más en las regiones más pobladas; 3. Acusarlo de promover la violencia en su campaña mediante la generación de sucesos que vayan más a las páginas rojas que a las azules. 

El candidato opositor que quiere diseñar el gobierno es el de un personaje débil de carácter, indecoroso y mal gobernante, jefe de una pandilla violenta en campaña provocadora. El objetivo es inhibir al candidato, obligarlo a presentar diariamente una carta de buena conducta, distraído en defenderse del próximo golpe bajo. 

ESTRATEGIA GUBERNAMENTAL


No importa para nada lo que sea verdad o no desde el punto de vista opositor. La verdad termina siendo una construcción del poder y si las fuerzas democráticas no se enfrentan a este reto lo que terminará prevaleciendo es la narrativa impuesta por el régimen. Recuérdese que el invento de las cuarta y quinta repúblicas, el gobierno preocupado por los pobres, y las bondades del socialismo, han capturado la imaginación -o por lo menos, las conveniencias- de muchos tenidos antiguamente como sensatos, incluidos opositores de cepas diversas. 



Sin duda Chávez ha asumido el compromiso de ser candidato y ganar las elecciones. Ha demostrado que está dispuesto a ir más allá de los límites médicos, de los consejos de quienes bien lo quieren en su familia, y tal vez del consejo de algún amigo genuino que le quede. Por primera vez y fuera de toda la cháchara envalentonada del guerrillero heroico que no fue, Chávez haya puesto su propia humanidad en el asador. Está dispuesto a ganar las elecciones por las buenas o por las malas y así arrastra su cuerpo alevoso. 

Para ganarlas con relativos buenos modales necesita construir una mayoría que se le ha fugado repetidamente. En este sentido, las encuestas juegan un papel esencial. Es posible que Chávez hoy esté arriba en las encuestas, como ha estado abajo otras veces; pero el elemento central es usarlas como un instrumento privilegiado de guerra psicológica y crear la sensación de que ya ganó y no hay nada que hacer. Como se ha dicho muchas veces, las encuestadoras, convertidas en oráculos y manejadas en un sistema no democrático como el presente, generan percepciones que pueden convertirse en bolas de nieve. El objetivo del gobierno es crear una sensación en los indecisos -que hoy son muchos- de que hay que votar a ganador; por cierto, ése fue un hecho que parece haber operado en las primarias y que podría revertirse contra la oposición en su conjunto. 

La violencia, como se ha dicho, es también un elemento destacado en la estrategia oficial. Asociar cada acción de la campaña democrática con un hecho de violencia es el objetivo. Cada vez que Capriles recorra una zona popular se busca generar zozobra para después acusarlo de provocarla. Se procura crear en el imaginario colectivo la idea de que la presencia de Capriles es sinónimo de violencia. 

Luego está el tema electoral. El Registro, el dispositivo tecnológico, las inscripciones, y toda la estructura del sistema que inexplicablemente han sido temas obviados por la dirección opositora forman parte de la estrategia oficial. No es que no haya periódicas quejas opositoras sino que se carece de una demanda sostenida sobre condiciones que hay que tratar de lograr; de no lograrse, la alternativa no es la abstención, pero hacer el esfuerzo sería indispensable. 

POR LAS MALAS

El tono de la campaña oficial ya está desplegado. Hasta en la Asamblea, que había sido el espacio de una cierta regularización de la guerra, se ha cambiado el estilo oficialista y el insulto, de excepción ha pasado a ser regla. 

Si esto es con Chávez de candidato, quien sin duda tiene respaldo electoral, cómo sería si por razones de salud se inhabilita. Cabe imaginar lo que intentaría en cuanto a violencia y descalificación un suplente que en ningún escenario podría sacar más votos que Capriles. Hasta las elecciones estarían en peligro. 

Así como Chávez quiere derrotar a Capriles de una vez, antes de las elecciones, no es mala idea que Capriles y las fuerzas opositoras se planteen derrotar políticamente a Chávez antes de las elecciones para lograr derrotarlo luego voto a voto. No son los mismos métodos: los demócratas no se proponen apelar a la violencia, pero sin duda hay que demostrar una irrevocable vocación de poder para retornar a la democracia. Las guerras avisadas también matan soldados. 

www.tiempodepalabra.com 

Twitter: @carlosblancog

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RAFAEL BELLO / DESBANDADA OFICIALISTA

Nada podrá evitar que la democracia oriente el porvenir de Venezuela

El corral destartalado en franca desbandada y la pandilla depredadora del erario nacional aferrada al milagro de lo imposible. Lo inesperado se coló con su demoledora consecuencia y la incertidumbre, por lo natural, conlleva impaciencia por los temores que el Estado de Derecho implica. Más aún cuando abundan expedientes que la sociedad democrática lleva a punta de lápiz del saqueo de los fondos públicos, violaciones de derechos humanos, malversación de recursos del país y el estado deprimente de instalaciones fundamentales de servicio público.

Así la decadencia muestra su cara fantasmal en la justa dimensión de la ignorancia alzada en el poder. De un poder que resulta a estas alturas la miseria en que se debate el presuntuoso esquema de la infalibilidad que ahora busca reconciliación, cuando las enmiendas solo responden a la realidad de los momentos agónicos. Esa es la verdad en la que la evidencia de los hechos muestra los destrozos de la prepotencia de un régimen que se desmorona.

Todo tiene su final y más en el sorprendente mundo de la política. La corrupción que en trece años se envalentonó con el ingreso nacional petrolero en dólares americanos, está en fase terminal. Nada podrá evitar que la democracia oriente el porvenir de Venezuela. La haga fuerte y le abra posibilidades ciertas de bienestar a su población, sumida hoy en carencias inconcebibles y destrucción generalizada de una infraestructura envidiable que, hizo posible la mentalidad del pensamiento libre, de manos con los medios de la fuerza vigorosa de sus trabajadores y la disciplina del conocimiento y el saber.

Ya es tarde para la cantaleta imperialista. Ya no es posible la miserable actitud divisionista ni la exacerbación del odio. Estamos muy comprometidos en el más formidable compromiso de unidad nacional para la reconstrucción de Venezuela.


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ANTONIO COVA MADURO / VIDA DE LA CORTE

Los encargados de que todo marche como tiene que ser, pero sobre todo el mismísimo monarca, tienen un ojo especial para captar ausencias, pero mucho más un olfato crítico para detectar "autoinvitados". Está claro que el delicado y riguroso ceremonial de Corte cuenta con todos y cada uno de los que "tienen que estar" en el sitio justo a la hora pautada


Presurosos algunos nobles escogidos se dirigen al Palacio de Versalles, más precisamente a las recámaras reales. Es ya la hora determinada de la mañana en la que el Rey se despereza y debe iniciar sus actividades. A ellos les toca estar presentes para todo el diario ceremonial de "vestir a Su Majestad". A ninguno de los designados se le ocurriría faltar a lo que quizás sea la cita más importante del día. 



No puede haber ni ausentes ni asomaos en esa liturgia matutina. Los encargados de que todo marche como tiene que ser, pero sobre todo el mismísimo monarca, tienen un ojo especial para captar ausencias, pero mucho más un olfato crítico para detectar "autoinvitados". Está claro que el delicado y riguroso ceremonial de Corte cuenta con todos y cada uno de los que "tienen que estar" en el sitio justo a la hora pautada. 



Ninguna Corte es numerosa. No puede serlo porque luciría más bien una gallera a la que se ha dado "puerta franca". Su poder, su legitimidad y hasta su efectividad dependen de que sea el hábitat de un exiguo grupo de escogidos. Por eso, tanto las "entradas" a ese Edén, como las "echadas" de él son rigurosamente pautadas. 



Son, como en los clubes exclusivos de la oligarquía, otros miembros, ya duchos en la vida y milagros de la Corte, quienes "apadrinan" a los nuevos candidatos. Del éxito de semejante apadrinamiento dependen lealtades que serán muy útiles llegado el momento. Algo así fue lo que nos descubrió un sensacional trabajo de hace dos domingos en "Siete días" del diario El Nacional: el confiscador de tierras, Juan Carlos Loyo, entrando a la Corte de las manos del diputado carabobeño Ameliach. 



Este "apadrinamiento", sin embargo, no deja de tener sus peligros, porque si el "apadrinado" no se comporta y cae en la mira desagradada del autócrata, no sólo caerá él, sino su padrino también. Por ello siempre es recomendable que el candidato a cortesano muestre sus "cualidades" con el esmero adecuado en cuanta oportunidad tenga. Con ello da garantías al potencial padrino y atrae la benigna mirada del autócrata.

Otra forma de entrar puede ser coquetear con la familia real, llenarla de regalos, reírle sus gracias, servirles de compañía en cuanta oportunidad se presente. Recordemos el famoso refrán "quien a tu hijo besa, tu boca endulza". Y el autócrata es muy sensible a eso. 

Todo autócrata sabe que la reverencia y el temor que él debe provocar exige que nadie entre los cortesanos -o los aspirantes a serlo- se sienta exento de cualquier castigo: un periódico ostracismo como los que Chávez otorga de cuando en vez, o el exilio perpetuo; pero tampoco el cortesano sabe cuándo le puede venir un súbito regalo, una alabanza, un ascenso.

 Todo depende del humor del autócrata, y de su "standing": si la "popularidad" decrece, tanto más se precisa de la lealtad de los cortesanos. Castigos y premios, pues, son el pan nuestro de cada día en la vida de la Corte.

La Corte es también el dominio de las palabras, por ello ¡hay que cuidarlas! En el riguroso entrenamiento cortesano se aprende -y de ese aprendizaje y su práctica depende la sobrevivencia exitosa- lo que hay que decir y cómo decirlo, pero sobre todo se aprende lo que hay que ocultar y callar.
La Corte no es para los miembros desarrollar mejor su trabajo. No. Esa Corte existe para que el autócrata se sienta rodeado por quienes le son patria o muerte. Por ello el aprendizaje más vital es llegar a saber cómo hablarle al Jefe, de modo que al lograr convencerle de algún asunto, suban a la estratosfera los "puntos" del cortesano.

Y quizás más importante aún, saber cuál es la interpretación justa de sus palabras, y mucho más de sus silencios. 

Los veteranos logran imponerle al jefe sus temores porque saben cómo hablarle, incluso qué gestos administrar en el proceso, como cuando le convencieron de echar pa'trás la fallida Ley de Universidades.

Pero también cómo predecirlo: tarea agobiante y azarosa. 

Para el cortesano que aspire al éxito las fatigas abundan y los "tiempos" son eternos. Debe acudir en riguroso uniforme de cabeza a pie a todas las citas presidenciales y hasta debe "mudarse" a Miraflores, como dicen ya hizo Giordani. Así estará más cerca del autócrata y hasta se adaptará a una vida llena de trampas y negras sorpresas. 



Pero como era predecible, la Corte se marchita rápido y ya comienzan a abandonar al "Costa Concordia" los fieles de ayer. Vivimos en tiempos de talanqueras y excomuniones inútiles, mientras aires nuevos soplan desde el Este. 






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ANTONIO SEMPRUN / EL CAOS EN EL QUE CHÁVEZ CONVIRTIÓ A VENEZUELA


Cada individuo es responsable de elegir y luchar por el destino que desea vivir. 
- Antonio Semprun

Chávez transformó a Venezuela en un país donde sus ciudadanos se ven obligados a tener dos vidas, la que viven desde el momento en que diariamente salen de sus hogares para convertirse en acróbatas de las calles para evitar sus huecos, lidiar con el stress que genera librarse por un día más el no haberse convertido en una estadística de la inseguridad en un país en el que se perdió el respeto por la vida y la que deben vivir cuando regresan a casa después de un arduo día de trabajo donde se auto imponen un toque de queda, deben propiciarse su propia seguridad refugiándose en sus casas porque el estado responsable de brindársela es un órgano paralitico, ciego y cómplice.

La Venezuela de la vida diurna pertenece a la mayoría de los venezolanos de a pie que salen a ganársela cada día, mientras la Venezuela de la vida nocturna es la que desde hace tiempo le pertenece a la inseguridad desatada en el país, producto de la actividad de grupos armados por el régimen ó descontrolados como consecuencia de la oceánica ineptitud para combatirlos, utilizados como arma política para sembrar miedo en la población venezolana, grupos conformados por delincuentes de la calle e integrantes de los organismos de ''seguridad'' del estado, cada vez mejor organizados que hacen que la vida en Venezuela sea una ruleta rusa que se refleja en paginas rojas cada fin de semana.La revolución de Chávez convirtió a Venezuela en un gran clan de delincuentes que al mejor estilo de los carteles de la droga se disputan territorios, bandas que usan el poder desde el poder para delinquir, otras amparadas en la impunidad y la complicidad perpetran fechorías que les generan jugosos beneficios, las acciones acometidas por estas bandas tienen un mismo doliente que paga las consecuencias, el pueblo de Venezuela.

El gran logro de estos trece años de caos y desaciertos es un país donde viven dos clase de venezolanos, quienes se auto proclaman ''revolucionarios'' que viven en la Venezuela donde no pasa nada, donde todo está bien porque el dinero robado y el abuso de poder les pone una conveniente venda en los ojos y está la Venezuela en la que vive la mayoría de los venezolanos alejados del poder y de las tentaciones del dinero mal habido que enfrentan una tragedia cada día, luchan por sobrevivir en la Venezuela de los pocos mal llamados ''revolucionarios'' que se creen una raza superior por el hecho de obedecer sin protesta a un individuo que con dadivas ajenas les compró la vida.

En esta caótica realidad convirtió Chávez al país, un mandatario virtual que pretende desde la distancia gobernar los dos toletes de país que creó, el de los "revolucionarios" que en el más mínimo atisbo de inseguridad personal se venderán al mejor postor para conservar el status quo obtenido en el mercado negro del servilismo que los hace ''señores'' y el de la mayoría de los venezolanos cansados de tanta humillación y engaños a quienes se les va la vida luchando por vivir en un régimen que los desprecia pero que se aprovecha de ellos.La revolución bonita que Chávez creo es para unos pocos, para los que se le arrodillan y carecen de voluntad propia, el resto, la mayoría de los venezolanos viven llorando a sus muertos, tratando de defender lo que con esfuerzo han construido, resolviendo el día a día, viven en un clima de intranquilidad, sin sus necesidades básicas cubiertas, la razón de esta penuria para estos venezolanos no es porque sean flojos es porque no se vistieron de rojo. La Venezuela que quiere imitar a Cuba tiene trece años viviendo entre la incertidumbre, los rumores, la imaginación y los temores.

El país vive en un estado de secreto donde sus ciudadanos desconocen la realidad de lo que pasa en el país porque todo lo tienen oculto que es la única manera de evitar que afloren las triquiñuelas con las que se hacen todas la operaciones en este régimen, hasta la salud del mandatario se convirtió en un secreto de estado, circunstancia que solo ocurre en los gobiernos totalitarios.

coronelantoniosemprun@gmail.com

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