Ni
siquiera por la crisis de salud que padece, el comandante-candidato ha tenido
la condescendencia mínima para cambiar su comportamiento de autócrata y de esa
manera compensar la intolerancia asumida a la hora de entender y hacer
política. Dicho de otra forma, de enmendar los excesos cometidos en el plano de
la confrontación que ha incitado al margen de la responsabilidad que obliga la
magnanimidad del cargo que ocupa según lo determina la Constitución de la
República.
Sin embargo, sus groserías y ofensas, su capacidad para embrollar
realidades y engañar ilusos, su ironía para justificar la ineficacia que
encubre la corrupción y el derroche de su gobierno, parecieran ser elementos de
morfología discursiva y de sintaxis gramatical a partir de los cuales su
discurso engancha la fuerza de un populacho que sigue creyendo que “el maná cae
del cielo”. Y que el léxico del socialismo puede traducir como que “el petróleo
proveerá todo cuanto sea necesario para asegurar la salvación del pueblo
venezolano en el contexto de la crisis que agota otras naciones”.
La
decadencia a la que ha llevado el actual régimen al país, se sustenta en un
modelo de estructura vertical, proceder acrítico y de criterios de la más pura
ortodoxia política el cual ha servido para animar el resentimiento de adictos
sin sentido moral de cuanto hacen para embriagar de egolatría al líder. Pero
también, de acólitos carentes de una cultura social que les permita comprender
que la práctica política requiere del ejercicio de valores de vida. Con estos
resabios, estos aduladores de oficio, mantenidos con suculentas dádivas para
potenciar su condición de furibundos, el gobierno central busca imponer una
doctrina política concebida como única fórmula para justificar su infame
revolución administrada desde el desorden, la confusión y la desinformación. O
sea la anarquía en su más descarnado aspecto, anclada a razones que intentan
argumentar una historia elaborada a la sombra de paradigmas de sumisión y
obstrucción del desarrollo propio que toda sociedad emprendedora se plantea de
cara a las exigencias de un mundo multipolar.
La
paranoia de quienes presumen de gobernantes, cuando sólo califican como
“mandones de ocasión”, los tiene tan preocupados que sus últimas decisiones
tomadas a partir de la crítica situación de salud que estremece al demiurgo de
Miraflores, tienden a salirse del curso constitucional. Tanto así que muchas
acciones incitadas desde el centro del poder político, han sido conducidas por
grupos de revoltosos ya que su visión de la política no conoce otra manera de
ejercerla que no sea por intermedio de la violencia desmedida. Además, se valen
de excusas amorfas para alegar conspiraciones satánicas del imperialismo por lo
que reinciden en sus prácticas de bestialidad ciudadana para arremeter contra
la oposición democrática impúdicamente y cargados con la más desvergonzada
impunidad.
Precisamente
ahora, cuando la salud presidencial se complica, algunos grupos de obtusos
frenéticos y sumisos vasallos, pretenden arrogarse el poder groseramente con la
equivocada idea de retenerlo por la fuerza. Sobre todo, si los resultados el
próximo 7 de octubre favorecieran el restablecimiento de la democracia, como
con seguridad habrá de suceder. Por algo al régimen le dio por consolidar una
milicia con armas, teléfonos y radios a su disposición y comandada desde el
mismo Ministerio de la Defensa. Todo ello en contrario con los preceptos
constitucionales. Pero aún así, sus arrebatos de odio, envidia e insolencia los
domina por encima de todo. Indistintamente de las circunstancias y
consecuencias de toda índole y alcance, pareciera que las órdenes son las de
quemar ¡hasta el último cartucho!.
VENTANA DE PAPEL
CONTRA LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA
Nuevamente
la Universidad Central de Venezuela es
escenario de violencia. Como si no fuera absurdo y agobiante, los encapuchados
vuelven a embestir contra la institucionalidad académica. Sus acendrados
resentimientos, hacen que surja una nueva literatura caracterizada por el
desconsuelo de quienes siempre serán “nadie”. En su última incursión de esta
semana a los predios de la UCV, fue tal su odio que olvidaran la razón central
de su indigna presencia en la “Casa que vence las sombras”.
A la
vez que desgarran una escultura de Alexander Calder ubicada en los espacios
centrales del edificio del rectorado, acribillaron con garabatos un mural de Fernand
Léger con el siguiente y vulgar texto: “Hoy nos graduamo, hoy se gradúan el
pueblo y con onore, muerte a los escuálido apátirdas!”. Sin embargo, lejos de sus pretensiones mal
vistas y cuestionadas por la gente pensante y con conciencia de sus derechos
democráticos y deberes ciudadanos, la autonomía universitaria se crece y
asienta en la idiosincrasia y en el sentimiento del venezolano de paz. Aunque
estos desnaturalizados actos de procacidad gobiernera puedan continuar, la
búsqueda de la verdad no decaerá.
Por
el contrario, será más implacable a la hora de exhortar el pensamiento crítico,
de exaltar la inteligencia y de acuciar el conocimiento en un terreno afianzado
por los valores trascendentales del hombre decente y culto. Pese a toda la
inquina que el régimen pueda desatara, jamás podrán desmoronar las libertades
que respira la dinámica académica. Ningún vandalismo alcanzará su propósito
final. Más, si apunta contra la Universidad autónoma.
TURISMO MERIDEÑO POR EL SUELO
No
convencen. Ni siquiera porque lo diga el gobernador. No hay duda de que el
turismo merideño está por el piso. Y más aún, va a estar peor. La
intensificación de las últimas lluvias sobre territorio andino, ha determinado
que la actividad turística se venga a pique. O como dicen los aviadores “entró
en barrena”. Pero ello no sólo ha obedecido al nivel pluviométrico que estos
espacios ha presentado estos días.
El
problema tiene distintas razones. Desde las que representa la incompetencia
gubernamental para entender el significado del mantenimiento de la vialidad
extraurbana toda vez que los recursos destinados a tales fines es enrumbado a
propósitos populistas, hasta el problema que ha suscitado la desidia de abrir
el aeropuerto Alberto Carnevali, que presta servicio a la ciudad de Mérida.
Pasando asimismo por la indolencia oficialista cuyas consecuencias afectan el
acicalamiento de parques nacionales y locales como La Culata, la Sierra Nevada
o el de Los Chorros de Milla, monumentos históricos y así como la prestación de
servicios públicos tan necesarios para la seguridad social, tranquilidad y
bienestar del turista.
De
manera que con lo descuidado que el gobierno regional tiene a Mérida y sus
alrededores por causa del electoralismo que sufre y con el cual viene azotando
la ciudad tanto como a la región, no hay posibilidad inmediata de destacar una
dinámica turística que exalte a Mérida como ciudad turística. A pesar de su
potencial. Ni siquiera porque se acerca un período de asueto tan importante
como el de la Semana Santa. Entonces, ¿cómo no decir y reconocer, aunque duela,
que el turismo merideño está por el suelo?
POR QUÉ PRIETO NO APOYARÍA
ESTE GOBIERNO
Es
algo insólito que pretendan asociar las ideas del maestro Luís Beltrán Prieto
Figueroa como fue con este gobierno que lo que ha hecho es arruinar la
educación y hundir al país en un abismo de donde costará mucho trabajo y varios
años para sacarlo. Así lo manifiesta el también maestro Antonio Luís Cárdenas
Colménter, ministro de Educación del gobierno del Dr. Rafael Caldera.
“Yo
conocí a Prieto el año 1959 cuando fui maestro en la Escuela Prudencio Diez
cuya directora era Doña Cecilia, esposa de Prieto, quien iba a buscarla todas
las tardes. Varias veces me dio valiosos consejos y me contó anécdotas de su
vida como docente. Años después nos hicimos amigos, trabajamos juntos en la
Comisión Presidencial encargada de elaborar un Informe sobre el estado de la
educación en Venezuela. Esa comisión estuvo presidida el Dr. Arturo Uslar
PietrI. Al terminar las reuniones ordinarias nos quedábamos en la Casa de Bello
para discutir los problemas educativos de mayor impacto.
Esa
fue una gran experiencia para mí y de ella tengo gratos recuerdos. Además, con
frecuencia lo visitaba en su casa y él
me pedía que le leyera sus poemas. Cuando enfermó, yo era uno de sus amigos que
él había pedido que dejaran entrar a su cuarto en el Hospital Militar. Cuento
estos, para hacer ver que yo si puedo dar fe de sus sólidos principios
democráticos y afirmar que Prieto Figueroa estaría en el polo opuesto de las
ideas y prácticas del actual gobernante”.
La
opinión del Dr. Antonio Luís Cárdenas, constituye una de la voces que hoy, con
facultad moral y argumentos válidos, bien puede demostrar porqué Prieto no
apoyaría este gobierno.
amonagas@cantv.net
@ajmonagas
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