La visita de hora y media que el emir de
Qatar sostuvo con Nicolás Maduro en Miraflores, el viernes pasado, no fue de
cortesía, sino un reclamo en nombre de sus colegas árabes. El emir venía de
reunirse el día anterior junto con los líderes árabes –de Arabia Saudita,
Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Omán y Bahréin– con el presidente Barack Obama
en una cumbre celebrada en una de las residencias presidenciales, en Maryland,
Camp David, donde no solo trataron el álgido tema de las negociaciones
nucleares con Irán, principal enemigo de los Estados sunitas del golfo, los
conflictos en el Medio Oriente, también el tema de los precios petroleros que
les concierne y preocupa.
Obama
les explicó que Estados Unidos es autosuficiente en la producción de energía
con el petróleo de esquisto y reducirá la dependencia del suministro con
algunos países petroleros, empezando por Venezuela, que se empeña en mantener
pésimas relaciones y hacer caso omiso de los reclamos que están haciendo
–directamente a través del enviado especial Thomas Shannon– sobre el lavado de
capitales en Estados Unidos de funcionarios y militares venezolanos con dinero
proveniente del narcotráfico.
Si en corto tiempo Venezuela no abre una
investigación seria al llamado “Cartel de los Soles” –ya le han entregado
pruebas a Nicolás Maduro–, que actúa con total impunidad en el tráfico
internacional de drogas, el gobierno de Estados Unidos aplicará las leyes y
dejará de comprar petróleo a un país considerado como un narcoestado, donde
además se violan sistemáticamente los derechos humanos y mantienen presos
políticos.
El impacto más importante de una decisión como
esa no solo se producirá en las relaciones internacionales, sino que tendrá un
efecto devastador en materia económica, puesto que el precio del petróleo puede
caer a 20 dólares por barril. De manera que las indeseables relaciones de
Venezuela con Estados Unidos y el problema del narcotráfico es una cuestión
trascendente para los países árabes. Ese fue el tema principal que abordó el
emir de Qatar.
Maduro o corre o se encarama, no puede
continuar paralizado como si fuese un rehén del “Cartel de los Soles”.
¿Será?... Estados Unidos no va a desistir con el tema del narcotráfico y el
respeto a los derechos humanos. ¡Vienen por Diosdado!, el hombre que ha
concentrado el mayor poder en Venezuela.
El diario estadounidense The Wall Street
Journal publicó este lunes que “Fiscales de Estados Unidos investigan a varios
altos funcionarios venezolanos por haber convertido al país en un centro global
de tráfico de cocaína y lavado de dinero”. Si el año que viene un republicano
se convierte en el próximo presidente de Estados Unidos, la situación se
endurecerá mucho más, incluso para Cuba, que también está fastidiada con las
graves tensiones provocadas por Venezuela, que ahora sí están convirtiéndose en
una piedra en el zapato para sus negociaciones.
La actual administración estadounidense y la
próxima no desistirán de su objetivo de lograr una transición hacia un régimen
democrático en la isla y, por supuesto, en Venezuela, donde secuestran a
autoridades elegidas por votación popular, como hicieron con el alcalde
metropolitano, Antonio Ledezma.
Además del narcotráfico hay otro tema álgido,
como las relaciones de altos funcionarios y gobernadores con grupos extremistas
como Hezbolá, Hamás y el yihad islámico. La oposición no puede ignorar los
escenarios que pueden darse antes de las elecciones parlamentarias y dar
–incluso– al traste con ellas, ni sentarse a ver cómo se desarrollan los
acontecimientos como si fuera una película. Aquí todos tenemos que asumir
nuestro papel.
¡Falta poco!
Marianella Salazar
marianellasalazar@cantv.net
@AliasMalula
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