jueves, 1 de enero de 2015

ENRIQUE PRIETO SILVA, EL DERECHO DE LOS MILITARES

“Las Instituciones no deben justificarse porque existen, sino que deben existir si se justifican” EAPS
ENRIQUE PRIETO SILVA
Muchos militares creen que existe un Derecho exclusivo de los militares. Por ello, cuando se habla de la Justicia militar siguen el juego de muchos legos y juristas intencionados, que expresan: “La justicia militar es solo para los militares”, una falaz mentira que involucra, no solo a abogados duchos, sino que es también la creencia de muchos jueces que son y han sido capaces de cambiar la jurisdicción o declinar su competencia por dicha creencia. Fenómeno, si así pudiéramos llamarlo, que ha creado injusticias, tanto en el proceso empleado en juicios, y de mayor gravedad en sentencias sin valoración de tiempo ni de crueldad. Algo debe quedar claro, una cosa es el Derecho militar y otra el Derecho de los militares.

Tratar este tema es difícil y complicado, dada la doctrina que ha surgido, tanto de la praxis, como de la docencia, y en especial la que se ha generado de los tribunales militares, que en el pasado, antes de la Constitución de 1999, floreciente la llamada “justicia de comando”, atacada por la también llamada “justicia de derecho”, creó una especie de “logia justiciera”, con el mejor sentido interpretativo de la sindéresis, que a raíz de entrar en vigencia la CRBV quedó esta logia en el limbo, con la sola presencia del artículo 261, que dejó fuera de contexto la interpretación del delito militar, que en el pasado se conformaba a: “Las infracciones militares cometidas por militares o civiles, conjunta o separadamente; los delitos comunes cometidos por militares en cuarteles, guarniciones, escuelas y establecimiento militar, en funciones militares, en actos del servicio, en comisiones o con ocasión de ellas”. El artículo 261, establece que: “La jurisdicción penal militar es parte integrante del Poder Judicial,.. La comisión de delitos comunes, violación de derechos humanos y crímenes de lesa humanidad, será juzgada por los tribunales ordinarios. La competencia de los tribunales militares se limita a delitos de naturaleza militar.
Como podemos ver, hubo un cambio radical e importante en la jurisdicción penal militar, por cuanto se restringe la autoridad de sus tribunales para conocer de esta actividad delictiva, que aún en el Código Orgánico de Justicia Militar, que no ha sido modificado por la desidia del actual gobierno, se imbuyen interpretaciones y acciones judiciales al margen del contenido constitucional. Vale exponer el caso del general Baduel, quien fuera enjuiciado por un Tribunal Militar, por un delito contra la “administración militar”, que obviamente, no puede calificarse como de “naturaleza militar”, ya que esta administración es parte de la administración pública y la jurisprudencia ha considerado que el “fisco nacional” es uno solo, repartido entre sectores y cuentadantes.
Si bien es cierto, que es difícil definir lo que es la naturaleza militar del delito militar, ésta se ha fundamentado en el interés público del Estado de proteger la organización de sus fuerzas armadas, porque con ellas provee la defensa nacional, que es uno de sus fines vitales. Consideramos así, que son delitos militares todos aquellos actos que, atenten de una manera u otra la organización de las fuerzas armadas. En unos casos, llamamos “delitos exclusivamente militares”, a aquellos que lesionan un exclusivo interés institucional castrense, tales como la deserción, insubordinación, abandono del puesto de servicio, negligencia, desobediencia militar, etc., que sólo pueden ser cometidos por militares en servicio activo. Sus caracteres específicos son: (i) calidad militar del actor; y (ii) calidad militar del hecho. Otros casos, los llamados “delitos objetivamente militares”, es decir, aquellos que lesionan bienes cuya importancia va más allá de la esencia o entidad fundamentalmente castrense; que  agreden bienes del interés nacional, entran en la esfera de los delitos comunes a los que se refiere el artículo 261 de la Constitución.
Por otra parte, las leyes que organizan, regulan y reglamentan la actividad del personal y las operaciones administrativas de la FAN, tampoco pueden considerarse de naturaleza militar, y la mayoría de ellas son para el ejercicio profesional en la Institución, como lo son las normas que regulan los servicios y los profesionales o servidores públicos, que sirven para restringir o regular sus actividades, como garantía al resto de la comunidad. En el caso de los militares, profesionales o no, que ejercen la función de la Fuerza Armada, mientras no estén en actividades de naturaleza militar (Arts. 328 y 329 de la CRBV), se rigen por la normativa común, salvo las medidas disciplinarias, que se rigen para los militares por su normativa legal, aún sin definirse al quedar inconstitucional el RCD6, que debe regularse conforme al contenido del Art. 285 de la Constitución sobre las atribuciones del Ministerio Público: “Intentar las acciones a que hubiere lugar para hacer efectiva la responsabilidad civil, laboral, militar, penal, administrativa o disciplinaria en que hubieren incurrido las funcionarias o funcionarios del sector público…”
No obstante, es de entenderse, que la Fuerza Armada Nacional, obviamente, también integrante del Sector Público, se rige por normas definidas dentro de los campos administrativo, laboral, civil y penal. Campos, que en su mayor parte se han reservado de manera constitucional o legal a la especialidad militar, dando origen a leyes y reglamentos específicos, lo que se ha denominado el Derecho Militar, que no debe entenderse como Derecho de los Militares. Indiscutiblemente, por ser elementos controversiales en su tratamiento y en su interpretación, requieren de mentes críticas, para comprender la ubicación de esta rama jurídica en la normativa especial, de donde surge también el criterio de la criticidad sobre la Institución Armada y el fundamento de la legislación que da vida al concepto administrativo de esta organización, que adquiere vida independiente en la estructura del Estado, con un fundamento también especial. Así mismo, el tratamiento y manejo de la disciplina militar, que se trata diferente de la normal conducta del ciudadano común.
Es con estas distinciones, que surge la necesidad de un derecho especial, para tratar los elementos organizativos en cuanto al aspecto formal y en cuanto a la relación especial que reclama un ente de máxima relevancia burocrática y piramidal, que debe atender elementos difíciles de entender, como lo es en primer término su preparación para hacer la guerra y, donde surgen además, desviaciones de conducta en este ambiente, con una penología especial que dan origen al Derecho Penal Militar. Así surge el criterio de la caracterización y manejo jurídico de una especial jurisdicción penal, que data del pasado originado de su derivación del derecho español, muy conocido como “fuero militar”, aunque en la realidad actual ha perdido vigencia que lo hace insignificante. Hoy, más restringido por la especificidad de la norma constitucional que, sin embargo, mantiene la vigencia de la Jurisdicción, aunque restringida. Pero de mayor relevancia, para atender lo establecido en el artículo 261 antes referido, es importante la definición de los delitos militares de acuerdo a su naturaleza como tales, a los fines de diferenciar en ellos el contenido, difícil de delimitar de los delitos comunes. Para ello, creemos de importancia y utilidad elaborar y utilizar una “teoría de la ficción jurídica”, que podemos entender de acuerdo al enfoque indicado anteriormente. En este sentido, hay que justificar la naturaleza del delito, no en atención al simple hecho común, sino a la naturaleza que surge de la condición del sujeto delincuente, en conjunción con el momento u oportunidad y el lugar de comisión del delito.
En nuestro estudio doctrinario o hermenéutico, hemos dado énfasis a esta denominada “teoría de la ficción jurídica”, con la cual podemos entender la ficción que se utiliza para elaborar las normas formales o del derecho positivo, a diferencia de las normas que surgen del derecho natural o fáctico, es decir, de las normas que surgen de la acción y la reacción (fenomenológica). En materia penal, es la ficción la que establece las normas de regulación de la conducta humana y decide cuales de ellas pasan a ser delictivas; de donde surge el principio: “nulun crimen nulum poena sinae lege” (No hay delito ni pena si no está tipificado en la ley). Así surge la especialidad del delito, generalmente en la consideración del sujeto pasivo o bien protegido (menor, familia, obrero, comerciante, ambiente, militar). Todas estas consideraciones son ficciones jurídicas, que hacen abstraer las similitudes del sujeto activo o pasivo, para conformar la norma adecuada y adaptada a la conveniencia social. Surgen también de esta ficción las jurisdicciones especiales y los fueros; y con ellos, la especialidad jurídica. En el fondo, las ficciones surgen de necesidades sociales que sirven de fundamento a las instituciones. En el caso militar, es la necesidad institucional de la seguridad del Estado y el resguardo de la soberanía y de la independencia, que también son ficciones, la que da fundamento a la Institución militar, donde también se cimientan los llamados tres pilares fundamentales: disciplina, obediencia y subordinación, que de no ser por esa ficción, no tendría sentido la derivación de las faltas o delitos por su incumplimiento. De igual manera, por su fin, el uso de las armas a orden y el deber del sacrificio hasta la ofrenda de la vida, obligan a la existencia de una normativa jurídica administrativa especial y un código de ética y disciplina, que es el llamado fuero militar, manejado por un organismo interno: la Justicia Militar.
Como puede verse, el conjunto de normas que regulan la actividad militar, son normas de carácter general que involucran a todos los ciudadanos, sin exclusividad de los militares, es por lo tanto, un “Derecho Militar” y no “De los militares”. Un Derecho difícil de internacionalizar, por cuanto en él preexisten formas de conducta delictiva imposible de globalizar, que escapan al criterio de los derechos humanos. Entre estas conductas encontramos las relativas a la disciplina militar, cuya globalización se hace imposible, igual que ocurre con los delitos políticos que se originan de la relación Estado-gobierno-nacionalismo, siendo por esta razón que intentamos calificar a los delitos militares como delitos políticos; sin que dejemos de lado las actividades del Estado que dan origen a la violación de los Derechos Humanos, establecidos en el Estatuto de la Corte Penal Internacional, más conocido como el “Estatuto de Roma”; que como dijimos antes, no corresponden a la jurisdicción penal militar.
Enrique Prieto Silva
eprieto@cantv.net
@Enriqueprietos

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MARIO VARGAS LLOSA, CUBA Y LOS ESPEJISMOS DE LA LIBERTAD, FUENTE EL PAÍS, MADRID

MARIO VARGAS LLOSA
El restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos después de más de medio siglo y la posibilidad del levantamiento del embargo norteamericano ha sido recibido con beneplácito en Europa y América Latina. Y, en el propio Estados Unidos, las encuestas dicen que una mayoría de ciudadanos también lo aprueba, aunque los republicanos lo objeten. El exilio cubano está dividido; en tanto que entre las viejas generaciones prevalece el rechazo, las nuevas ven en esta medida un apaciguamiento del que podría derivarse una mayor apertura del régimen y hasta su democratización. En todo caso, hay un consenso de que, en palabras del presidente Obama, “el embargo fue un fracaso”.

La lectura optimista de este acuerdo presupone que se levante el embargo, conjetura todavía incierta, pues esta decisión depende del Congreso que dominan los republicanos. Pero, si se levantara, sostiene esta tesis, el aumento de los intercambios turísticos y comerciales, la inversión de capitales estadounidenses en la isla y el desarrollo económico consiguiente irían flexibilizando cada vez más al régimen castrista y llevándolo a hacer mayores concesiones a la libertad económica, de lo que, tarde o temprano, resultaría una apertura política y la democracia. Indicio de este futuro promisor sería el hecho de que, al mismo tiempo que Raúl Castro anunciaba la buena nueva, 53 presos políticos cubanos salían en libertad.

Como hemos vivido en las últimas décadas toda clase de fenómenos sociales y políticos extraordinarios, nada parece ya imposible en nuestro tiempo y, acaso, todo aquello podría ocurrir. Sería el único caso en la historia de un régimen comunista que renuncia al comunismo y elige la democracia gracias al desarrollo económico y la mejora del nivel de vida de sus ciudadanos debido a la aplicación de políticas de mercado. El fabuloso crecimiento de China no ha traído la delicuescencia del totalitarismo político sino más bien, como acaban de experimentar los estudiantes de Hong Kong, su reforzamiento. Lo mismo se podría decir de Vietnam, donde la adopción de ese anómalo modelo —el capitalismo comunista— a la vez que ha impulsado una prosperidad indiscutible no ha mermado la dureza del régimen de partido único y la persecución de toda forma de disidencia. El desplome de la Unión Soviética y sus satélites centroeuropeos no fue obra del progreso económico sino de lo contrario: el fracaso del estatismo y el colectivismo que llevó esa sociedad a la ruina y al caos. ¿Podría ser Cuba la excepción a la regla, como espera la mayoría de los cubanos y entre ellos muchos críticos y resistentes del régimen castrista? Hay que desearlo, desde luego, pero no creer ingenuamente que ello está ya escrito en las estrellas y será inevitable y automático.

Las dictaduras no caen nunca gracias a la bonanza económica sino a su ineptitud para satisfacer las más elementales necesidades de la población y a que ésta, en un momento dado, se moviliza en contra de la asfixia política y la pobreza, descree en las instituciones y pierde las ilusiones que han sostenido al régimen. Aunque el medio siglo y pico de dictadura que padece Cuba ha visto aparecer en su seno opositores heroicos, por el desamparo con que se enfrentaban a la cárcel, la tortura o la muerte, la verdad es que, porque la eficacia de la represión lo impedía o porque las reformas de la revolución en los campos de la educación, la medicina y el trabajo habían traído mejoras reales en la condición de vida de los más pobres y adormecían su deseo de libertad, el régimen castrista no ha tenido una oposición masiva en este medio siglo; sólo una merma discreta del apoyo casi generalizado con que contó al principio y que, con el empobrecimiento progresivo y la cerrazón política, se ha convertido en resignación y el sueño de la fuga a las costas de la Florida. No es de extrañar que, para quienes habían perdido las esperanzas, la apertura de relaciones diplomáticas y comerciales con Estados Unidos y la perspectiva de millones de turistas dispuestos a gastar sus dólares y de empresarios y comerciantes decididos a invertir y a crear empleos por toda la isla, haya sido exaltante, la ilusión de un nuevo despertar.

Raúl Castro, más pragmático que su hermano, parece haber comprendido que Cuba no puede seguir viviendo de las dádivas petroleras de Venezuela, muy amenazadas desde la caída brutal de los precios del oro negro y del desbarajuste en que se debate el Gobierno de Maduro. Y que la única posible supervivencia a largo plazo de su régimen es una cierta distensión y un acomodo con Estados Unidos. Esto está en marcha. El designio del Gobierno cubano es, sin duda —siguiendo el modelo chino o vietnamita—, abrir la economía, un sector de ella por lo menos, al mercado y a la empresa privada, de modo que se eleven los niveles de vida, se cree empleo, se desarrolle el turismo, al mismo tiempo que en el campo político se mantiene el monolitismo y la mano dura para quien aliente aspiraciones democráticas. ¿Puede funcionar? A corto plazo, sin ninguna duda, y siempre que el embargo se levante.

A mediano o largo plazo no es muy seguro. La apertura económica y los intercambios crecientes van a contaminar a la isla de una información y unos modelos culturales e institucionales de las sociedades abiertas que contrastan de manera espectacular con los que el comunismo impone en la isla, algo que, más pronto o más tarde, alentará la oposición interna. Y, a diferencia de China o Vietnam, que están muy lejos, Cuba está en el corazón del Occidente y rodeada por países que, unos más y otros menos, participan de la cultura de la libertad. Es inevitable que ella termine por infiltrarse sobre todo en las capas más ilustradas de la sociedad. ¿Estará Cuba en condiciones de resistir esta presión democrática y libertaria, como lo hacen China y Vietnam?

Mi esperanza es que no, que el castrismo haya perdido del todo la fuerza ideológica que tuvo en un principio y que en todos estos años se ha convertido en mera retórica, una propaganda en la que es improbable que crean incluso los dirigentes de la Revolución. La desaparición de los hermanos Castro y de los veteranos de la Revolución, que ahora ejercitan todavía el control del país, y la asunción de los puestos de mando por las nuevas generaciones, menos ideológicas y más pragmáticas, podrían facilitar aquella transición pacífica que auguran quienes celebran con entusiasmo el fin del embargo.

¿Hay razones para compartir este entusiasmo? A largo plazo, tal vez. A corto, no. Porque en lo inmediato quien saca más provecho del nuevo estado de cosas es el Gobierno cubano: Estados Unidos reconoce que se equivocó intentando rendir a Cuba mediante una cuarentena económica (el bloqueo criminal) y ahora va a contribuir con sus turistas, sus dólares y sus empresas a levantar la economía de la isla, a reducir la pobreza, a crear empleo; en otras palabras, a apuntalar al régimen castrista. Si Obama visita Cuba será recibido con todos los honores, tanto por los opositores como por el Gobierno.

No es para alegrarse desde el punto de vista de la democracia y de la libertad. Pero la verdad es que ésta no era, no es, una opción realista en este preciso momento de la historia de Cuba. La elección era entre que Cuba continuara empobreciéndose y los cubanos siguieran sumergidos en el oscurantismo, el aislamiento informativo y la incertidumbre; o que, gracias a este acuerdo con Estados Unidos, y siempre que termine el embargo, su futuro inmediato se aligere, gocen de mejores oportunidades económicas, se les abran mayores vías de comunicación con el resto del mundo, y, —si se portan bien y no incurren por ejemplo en las extravagancias de los estudiantes hongkoneses— puedan hasta gozar de una cierta apertura política. Aunque a regañadientes, yo también elegiría esta segunda opción.

Época confusa la nuestra en la que ocurren ciertas cosas que nos hacen añorar aquellos tensos años de la guerra fría, donde al menos era muy claro elegir, pues se trataba de optar “entre la libertad y el miedo” (para citar el libro de Germán Arciniegas). Ahora la elección es mucho más arriesgada porque hay que elegir entre lo menos malo y lo menos bueno, cuyas fronteras no son nada claras sino escurridizas y volubles. Resumiendo: me alegro de que el acuerdo entre Obama y Raúl Castro pueda hacer más respirable y esperanzada la vida de los cubanos, pero me entristece pensar que ello podría alejar todavía un buen número de años más la recuperación de su libertad.

Mario Vargas Llosa
vargas_llosa@gmail.com
@vargas_llosa



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© Mario Vargas Llosa, 2014.

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AXEL KAISER, CHILE: EL ASALTO POPULISTA

AXEL KAISER
Desde los tiempos de la Unidad Popular, Chile no había tenido un gobierno en la clásica tradición populista latinoamericana. La irrupción de un gobierno populista se caracteriza por la promesa refundacional que hacen sus líderes, la que va siempre en el sentido de darles más poderes a los gobernantes y menos a los individuos. Un elemento esencial de esta refundación es su carácter redistributivo: se asegura que los males de la sociedad serán resueltos, quitándoles a los que tienen mucho para darles a los que tienen poco. Esta lógica implica, además, la creación de un enemigo al cual culpar de todos los males del país: "Los poderosos de siempre", es decir, los ricos, son de costumbre la impopular minoría elegida.

Los líderes populistas son, en general, personas altamente ideologizadas que ven en el Estado —o sea, ellos mismos— una especie de ente divino capaz de construir un orden social cercano a la perfección. Si hay pensiones bajas, si no hay educación gratuita y de calidad para todo el mundo y si no todos tienen acceso a una salud de primer nivel, es porque falta más Estado. Olvídese del principio de escasez que enseña la economía y según el cual los recursos no alcanzan para todos. Tampoco cuenta la demoledora evidencia de que el Estado hace casi todo peor que los privados. El populista ofrece borrón y cuenta nueva, un nuevo orden cercano al paraíso, donde, gracias a ese ente metafísico y omnisciente llamado Estado, habrá de todo para todos. Este paraíso, por cierto, suele partir con el sueño erótico de todo intelectual que apoya el proyecto refundacional: una nueva Constitución. Sin ella, el porfiado principio de escasez, ese que el líder populista debe ignorar para poder prometer mayor bienestar a las masas, no será superado.

Los populistas son, por lo mismo, siempre anti capitalistas y anti libertarios. El capitalismo o "neoliberalismo", dada su fría racionalidad de lo posible, debe abiertamente ser denunciado como enemigo y el régimen de lo estatal o de lo "público", como le llaman eufemísticamente los promotores de la refundación, es presentado como la panacea solidaria que garantizará prosperidad e igualdad para todos. Típicamente, para avanzar este mensaje utópico los populismos cuentan con líderes carismáticos capaces de sintonizar con la masa. En general, estos líderes carecen de todo fondo. Es decir, son ignorantes sobre los asuntos de Estado y desconocen los más elementales principios económicos, pero saben cómo conectar con el público. Son seductores, simpáticos, empáticos, divertidos y hablan mucho sin decir nada.

A diferencia de los intelectuales que los apoyan, no tienen ideas, sino a lo más ocurrencias del minuto y un discurso que combina la denuncia con ofertones de diverso tipo. Como es obvio, una vez en el poder, nada de lo prometido se cumple.

Los populistas, que en su discurso sobreexplotan conceptos de alta carga emotiva, como "democracia", "igualdad" y "justicia social", utilizan el Estado para amedrentar, desacreditar y perseguir a opositores y potenciales amenazas a su proyecto. Así, van destruyendo las bases de la convivencia democrática y concentrando el poder en sus manos. Sus políticas económicas generan efectos desastrosos, pero el régimen se mantiene mientras tiene recursos para seguir comprando apoyos. Alzas de impuestos, inflación y deuda pública se utilizan típicamente para satisfacer las expectativas creadas. Salvo que se encuentre en medio de un boom de commodities , los populismos llevan a un colapso de la inversión, del crecimiento y de la tasa de empleo. Los líderes populistas hacen paralelamente del Estado un botín con el cual llenarse los bolsillos, y los de sus parientes y adláteres. Así se produce una captura de todos los niveles del aparato público, todo en nombre del "pueblo", que en buena parte pasa a ser también un dependiente de la repartija estatal.

Cuando un país entra en la senda populista es muy difícil que salga de ella. La lógica del conflicto ya instalada debe ser agudizada para justificar el fracaso populista, los diversos grupos de interés que viven del Estado luchan cada vez más desesperados por su cuota de privilegios, el discurso de intelectuales que culpan a otros del desastre de su proyecto se torna más agresivo. Según ellos, toda la crisis se debe a conspiraciones externas e internas y a que falta más Estado aún. Pasado un cierto punto, la espiral populista se torna inmanejable. Es importante tener claro que el populismo no es solo una forma de llegar al gobierno y ejercerlo; es una cultura. Es la cultura del todo gratis, de la fe ciega en el Estado y su líder carismático, de culpar siempre a otro por las propias desventajas, de agarrar lo que se pueda mientras se pueda, de la intolerancia y amenaza al que opina distinto y de la legitimación de la violencia para avanzar intereses gremiales.

Un país en que un régimen populista se instaló es, por lo tanto, un país con un problema de fondo, que no se arregla con un mero cambio de gobierno. Es un país con un problema cultural que atraviesa, desde las élites, hasta los grupos medios y bajos de la sociedad. ¿Cuánto de todo esto se está viendo hoy en Chile? Más de lo que jamás alguien imaginó hace una década. La pregunta es si el deterioro que llevó a la situación actual será reversible o si el país se ahogará definitivamente, como nuestros vecinos, en el fango del desorden, el conflicto y la mediocridad.

Este artículo fue publicado originalmente en El Mercurio (Chile) el 30 de diciembre de 2014.

Axel Kaiser es Director Ejecutivo de la Fundación Para el Progreso (Chile) y miembro de Young Voices (Berlín, Alemania).

Axel Kaiser
contacto@fppchile.cl
@axelkaiser

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CARLOS PADILLA CARPA, AHORA EXISTE OTRO CAMINO

CARLOS PADILLA CARPA
Equidistantes de las cúpulas que pretenden vivir de la polarizacion, léase la cúpula madurista y la cúpula de los cinco partidos que usufructúan la mal llamada Mesa de la Unidad Democratica, se desarrolla en Venezuela, nuestro país, la Unidad Nacional Alternativa, un Nuevo Camino Democratico, integrado por partidos políticos nacionales y regionales anticupulares, organizaciones civiles no gubernamentales, representantes de la sociedad civil  e individualidades independientes.

Este nuevo camino democrático, a modo de tercera via a la venezolana, en la seguridad de que otra Venezuela es posible, se organiza bajo las siguientes premisas:

1.- Estado Federal  de Poder Descentralizado
2.- Reforma de la Constitución de 1991
3.- Gobierno limitado
4.- Defensa de los derechos individuales
5.- Elección por la base de precandidaturas a cargos de representación  popular.
6.- Estado de Derecho y vigencia republicana
7.- Organización y ejercicio del poder popular
8.- Desarrollo de la ciudadanía y de la sociedad civil
9.- Igualdad de oportunidades
10.- Espíritu libertario y republicano
11.- Organización de las entidades disidentes
12.- Énfasis en el planteamiento de mejoras para todos
13.- Moral de Victoria
14.- Despolarizacion y Reconciliacion Nacional
15.- No más presos políticos ni exilados
16.- Regreso de la diáspora venezolana
17.- Reorganización de los poderes públicos nacionales
18.- Rechazo a las hegemonías de cualquier signo
19.- Defensa de la libertad en todos sus aspectos
20.- Libre empresa, propiedad privada y diversificación económica

Esas premisas que nos unen pueden ser replanteadas y/o desarrolladas en absoluta participación democrática entre los integrantes de esta fuerza disidente que se reunirán próximamente en una ciudad del interior de la Republica.

El equipo promotor ofrecerá en los primeros días de enero una rueda de prensa para en la cual estarán presentes los promotores de la Unidad Nacional Alternativa  de todas las zonas del país.

Carlos Padilla Carpa
carlos.padilla.carpa@gmail.com
@chino121

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LUIS “BALO” FARÍAS, ¿EN 2015, SEPULTAREMOS EL CENTRALISMO EN VENEZUELA?

LUIS “BALO” FARÍAS
Los Estados Federales de poder Centralizado (EFCentralizado) (como el existente en Venezuela, heredado de la colonia) no han sido eficaces para superar sus crisis en ningún país del mundo, ni en ninguna época de la historia de la humanidad.
Para tratar de explicar cómo funciona el ciclo de vida de estos modelos, nos basaremos en leyes que no están escritas en ningún lado, pero que se cumplen al pie de la letra, y las conocemos como leyes empíricas, que en el caso que nos ocupa, serian leyes empíricas en pedagogía política, y son extraídas de la experiencia histórica, por ejemplo: 1) "El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente”, (Atribuida a Simón Bolívar) 2) "Sin electrificación y ferrocarrilización no hay desarrollo industrial"... bajo esta óptica tratare la "Ley del ciclo de vida del estado federal de poder centralizado en nuestro país, que tiene como todo en la vida un nacer, crecer, desarrollo, y un morir:
1) NACER.- Los EFCentralizados nacen  por pactos o acuerdos políticos explícitos o encubiertos para fundar países mediante Constituciones que centralizan el poder político, en gobiernos  fuertes y autoritarios.
2) CRECER.- Los EFCentralizados crecen por multiplicación de organismos gubernamentales centrales y grandes obras nacionales para consolidar los países que luego dan paso a democracias  representativas.
3) DESARROLLO.- Los EFCentralizados se desarrollan Los Presidentes puntofijistas amparados en la Constitución centralista de 1961, desarrollaron a su máxima expresión los modelos centralizados de Estado, Economía y Educación e Investigación.
4) MORIR.- Los EFCentralizados mueren técnicamente ahogados en la pobreza, corrupción, miseria, ignorancia, injusticia, exclusión social y malversación acumuladas, que ellos mismos generan, por la incapacidad estructural y funcional que le son inherentes, y que resultan en mega crisis y devastaciones integrales ante las cuales son impotentes.
En nuestro país YA se cumplió,  el  ciclo  de  vida  del Centralismo.
1) Nació por pacto y reparto de poder entre los dirigentes políticos caraqueños y Juan Vicente Gómez (1908-1935). Sirvió a este último para fundar el país partiendo de nueve (9) regiones anarquizadas y desvinculadas entre sí, previa liquidación militar del caudillismo regional y la subsiguiente conformación de un EFCentralizado con un fuerte gobierno autoritario, una economía centralizada  con base en la naciente renta petroestadal y un modelo educativo e investigativo centralizado. Todo debidamente legalizado con la Constitución centralista de 1901, con retoques sucesivos que culminaron en la Constitución hipercentralizadora de 1925, cuyos principios centralistas se trasladan a la próxima Constitución. (La población nacional era muy pequeña. La pobreza, ignorancia, injusticia, exclusión  social,  corrupción  administrativa y malversación  eran  altas).
2) Creció por inercia. Sirvió a Marcos Pérez Jiménez (1948-1958), cuya caída dio paso a la democracia representativa; para consolidar el país mediante la construcción de grandes obras de infraestructura vial, industrial, urbanística, hospitalaria, energética, etc. con cargo a la renta petroestadal que se había incrementado significativamente. Todo debidamente legalizado con la  Constitución de 1953 cuya esencia centralista se trasladó a la próxima Constitución. (La población nacional creció y con ella, la pobreza e ignorancia acumulada, exclusión, social, corrupción administrativa y malversación  también  crecieron).
3) Se desarrolló.- Los Presidentes puntofijistas de Betancourt a Caldera amparados en la Constitución centralista de 1961, cuyo principio centralizador del poder persiste en la Constitución actual, desarrollaron a su máxima expresión los modelos centralizados de Estado, Economía y Educación e Investigación; como expresión máxima de la democracia representativa. (La población nacional siguió creciendo a 25  millones de habitantes y también la pobreza, ignorancia, exclusión social, corrupción administrativa y malversación acumuladas se incrementaron, a pesar del primer boom petrolero entre 1970 y 1983 en que se obtuvieron índices de asistencia educativa, médica y tasas de crecimiento macroeconómico (paridad y estabilidad cambiaria, inversión, inflación y productividad) altamente satisfactorios; que luego se desplomaron en las décadas siguientes.
4) Murió  técnicamente ahogado  en  la  pobreza, corrupción, miseria, injusticia,  exclusión  social y malversación  que el mismo modelo centralista del poder género, revelándose en toda su extensión como momia megageneradora de crisis y devastación, ante las cual fue patéticamente impotente.         
Muerto técnicamente el modelo centralista, momificado y consagrado en la Constitución de 1961, surge a través de un golpe de estado, el Ex-Presidente Chávez prometiendo erradicar la pobreza, ignorancia, corrupción y exclusión social acumuladas consecuencia del mismo centralismo, pero utilizando sus graves fallas para ascender al poder.
El expresidente Chávez, este centralismo ya existente, obsoleto y caduco lo preservo y momifico aún más en la Constitución de 1999: Hizo un Estado todopoderoso personalizado en su carismática figura; con una nación absolutamente dependiente de las dádivas del Estado en materia alimentaria, financiera, educativa, investigativa y asistencial, su aparición en la política Venezolana fue consecuencia de la misma crisis, y los resultados exhibidos de su proyecto político y la forma arbitraria de implementarlo, empeoraron aún más los problemas del país.
El resultado neto del proceso del Presidente Chávez  es  tal, que  en  los  últimos años los índices de pobreza, ignorancia, exclusión, odios, delincuencia, y confrontación social, recesión económica, inflación, endeudamiento, devaluación de la moneda; corrupción administrativa, judicial; despilfarro y malversación, se incrementaron hasta alcanzar niveles de devastación parecidos a los de Europa Occidental después de la  II Guerra Mundial, o España después de la guerra civil y la tiranía de Franco hasta la situación de caos que existe hoy en día y que ya ampliamente conocemos en el país y el mundo
TODOS los modelos de gobierno de poder Centralizado, no han sido instrumentos eficaces para superar la pobreza o devastación institucional acumuladas en ningún país del mundo, ni en ninguna época de la historia de la humanidad.
Buenos en sus propósitos, magníficos para sugerir que se comenzó a atender a los pobres y sus grandes problemas y, ciertamente excelentes para aumentar las esperanzas de los más necesitados, pero monumentalmente deficientes en su concepción, organización, e interrelación sistémica con la economía y la educación; porque no toman en cuenta la experiencia nacional, ni la opinión de organismos, ni expertos nacionales e internacionales en la materia.
Los resultados de los aparentemente bienintencionados esfuerzos del presente gobierno y de por lo menos los tres precedentes; cada uno peor que el anterior; constituyen las evidencias de la muerte técnica del manejo de 23 estados y 335 municipios; de la incipiente y tímida descentralización administrativa; del Régimen de Gobierno presidencialista imperial; de la democracia representativa de partidos políticos que secuestran los derechos de la ciudadanía por manos de cogollos herméticos, prepotentes y sectarios; de la economía centralizada sostenida por la propiedad estadal de PDVSA; de la educación e investigación centralizadas; de los partidos políticos tradicionales con sus tablas programáticas y maneras convencionales de hacer política; y de la Constitución de 1999 que en sus aspectos sustanciales es una versión aumentada de la Constitución súper centralista de 1961.
Considerados estos hechos carece de sentido identificar como única causa de la de la MEGACRISIS actual, la ilegitimidad por pésimo desempeño de los Gobiernos y sus políticas más o menos racionales, bienintencionadas, absurdas o disparatadas; explicadas hasta la saturación en función de los intereses políticos, personales o grupales y perfiles de personalidad de los Presidentes de la  República de turno; ni imputarles a estos todo el fracaso del país  en  los  últimos  45 años.
Indiscutiblemente que el CENTRALISMO, tiene una cuota de grandísima importancia en todo lo malo, que nos está ocurriendo como sociedad.
Los Presidentes de la República teniendo todo el poder y pudiendo adelantar por vías constitucionales la sustitución de los modelos centralizados; cuando era evidente que estaban técnicamente muertos; prefirieron preservarlos a punta de subterfugios, evasivas, dinero, sangre y fuego; CAP II Y CALDERA II, bloquearon a los delfines que podían sucederlos, quizá con ideas renovadoras, para seguir sentados en el gran trono imperial del palacio de Miraflores y las consecuencias de esas malas decisiones, las estamos pagando muy caras hoy día, TODOS los Venezolanos.
Todo no ha sido en vano. Todavía nos queda país, podemos decir que tenemos país y años de democracia representativa, gracias a las Constituciones que impusieron los modelos centralizados de Estado, Economía y Educación e Investigación.
Hoy desde el punto de vista de sus estructuras, modos de funcionamiento y resultados devastadores acumulados, los modelos centralizados están técnicamente muertos, aunque sean legales y parezcan vivos. Están momificados y embalsamados. Son ilegítimos por sus desempeños. Llegó la hora de sustituirlos pacífica, electoral y constitucionalmente.
          Nada es fácil en la vida de los pueblos. Vivimos los momentos agonizantes del CENTRALISMO en Venezuela. Rogamos a Dios que en el año 2015 que comienza, ponga en el corazón y en la mente de los líderes del país, la sabiduría necesaria y suficiente para dar inicio al sexto período de nuestra historia política constitucional, basado en un modelo FEDERAL DE PODER DESCENTRALIZADO, que nos conduzca a una Venezuela, moderna, desarrollada, democrática, y por sobre todo RECONCILIADA.
FELIZ AÑO 2015 A TODOS LOS VENEZOLANOS DE BUENA VOLUNTAD
Luis Balo Farias
balofarias@gmail.com
@balofarias

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EDUARDO COLMENARES F., ¿PORQUE UNA CONSTITUYENTE? (IV) IMPROVISACIÓN DEL LIDERAZGO POLITICO

EDUARDO COLMENARES F.
Siempre he creído que mientras  existan conceptos claros las decisiones son fáciles y las rutas para lograr objetivos se despejan.

En política, como en todo, hay que estar conceptualmente claro para fijar estrategias que realmente permitan establecer rutas que nos conduzcan en la dirección correcta.

Pero como todo, para estar conceptualmente claro, hay que dejar de improvisar y hacer un ejercicio RACIONAL de aprendizaje e investigación que considere factores tales como la historia, la condiciones locales y lo que sucede en el mundo de hoy; en otras palabras, quienes somos, de dónde venimos y hacia donde queremos ir.

En Venezuela la dirigencia política se ha quedado estancada en el tiempo. Mientras el mundo avanza y evoluciona en todos los sentidos, incluyendo el político, nosotros nos encontramos anclados en el pasado, con dirigentes que no saben, ni entienden, el significado de la sociedad civil como esencia y fundamento de la democracia moderna.

Dirigentes políticos que todavía hoy siguen discurriendo sobre ideologías como panaceas para dar solución a nuestros problemas sociales y que terminan engendrando más pobreza y desigualdad. Que definen sus objetivos en función de obtener, como trofeo,  algún pedazo del poder político desde un estado centralizado todopoderoso, que se respaldan en partidos de masas, especialistas en formar  ciudadanos empobrecidos, sumergidos en la mediocridad para crearles dependencia de la renta del estado. Políticos y líderes que conceptualmente no han sabido resolver la ecuación, sociedad civil – estado - partidos.

Se improvisa tanto como considerar, hasta años recientes, que los abogados se graduaban de “Doctores en Ciencias Políticas”,  mientras que en nuestras escuelas no se enseña ni un solo concepto en ciencias públicas que nos permita crecer como ciudadanos.

Esta improvisación, hoy ha llegado a tal punto, que aun después de casi 70 años de democracia, se engendró un caudillo  como HCF que ha desquiciado al país de tal forma que nos encontramos rezagados en los últimos lugares de desarrollo en el mundo, a pesar de poseer un recurso humano con un mestizaje increíble, sin prejuicios raciales, culturales o religiosos y contando con incalculables recursos naturales, entre ellos, una de las mayores reservas energéticas del planeta.
 
La improvisación comienza por confundir y desconocer los conceptos básicos de cómo funciona políticamente una sociedad civil. Nuestros políticos creen que cuando las masas poseen muy poca cultura política, o cuando se cree que éstas no saben lo que quieren, tienen que ser acaudillados por seres superiores verdaderos engendros galácticos de virtudes, cuasi dioses del Olimpo. Nunca se han  informado que aun en caso de sociedades con poca cultura política, éstas no pueden ser conducidas a mostrar sumisión  a un caudillo, puesto que sumisión significa, precisamente, la destrucción del concepto de sociedad civil para convertirla en una sociedad de borregos, alejándose así del papel primordial de constituirse en el balance ético en el ejercicio de la política. 

Se puede esperar que las sociedades civiles con poca cultura política puedan estar dispersas en algunos de los conceptos políticos que los llevan a interpretar las nociones de cómo alcanzar el bienestar social, pero hoy está bien claro que nadie puede están por encima de ellas para asumir ese papel en su representación. O como expresa Jurgen Habermas (¿cuantos de nuestros políticos saben de su existencia?), “Ninguna autoridad colectiva limita el ámbito individual de enjuiciamiento, nadie mediatiza la competencia enjuiciadora de cada individuo”. 

La improvisación se acentúa al no entender que de acuerdo al concepto expresado en el párrafo anterior, el liderazgo político consiste precisamente en crear un vínculo de acción comunicativa con la sociedad civil para interpretar sus necesidades y guiarla en su papel de rector moral, para conducirla como líderes y servidores públicos.  

La improvisación toma visos transcendentales cuando las ambiciones de nuestros políticos históricamente se han formado bajo la idea que, entre mayor sea el poder y la centralización del Estado, mayores serán los beneficios para ellos y sus gobernados. Y así generan tales ambigüedades como creer que para hacer justicia social deben ocupar todos los espacios de emprendimiento porque las iniciativas individuales, realizadas desde la sociedad civil, están condenadas a favorecer a unos pocos que en algún momento desafiaran y cuestionaran ese poder.

Olvidan que el Estado debe tener como prioridad la justicia, la educación, la salud y los servicios públicos. Ambigüedades tales como dejar totalmente indefinidas las áreas de competencia, a los niveles de autoridades nacionales o regionales, para mantener desinformada a la opinión pública. O “sistemas para hacer justicia burocratizados” que conceden “autoridad” a seres sin instrucción para que definan “penalidades” porque los ciudadanos (presuntos culpables) no presenten evidencias para probar su inocencia.

Pero que más improvisación que los sistemas de defensa de la soberanía territorial por fuerzas armadas que consume ingentes recursos para conformar castas de una sociedad militar aburguesada que casi siempre termina convertida en una amenaza a los valores cívicos de una democracia pluralista moderna. Históricamente nunca hemos sido amenazados por enemigos externos, salvo algunas escaramuzas aisladas y nunca, a Dios gracias, ha habido una guerra con un enemigo externo. Pero son sobrados los casos de personajes del alto grado militar quienes crean obstáculos para el desarrollo de una sociedad democrática moderna, auspiciados por su mente militarista, colmo de la improvisación política. Hoy existen casos de naciones con alto grado de desarrollo donde el rol de la defensa de la soberanía territorial ha sido replanteado como una responsabilidad de los ciudadanos bajo conceptos modernos. Ejemplo de esas naciones son Japón, Alemania, Suiza y Costa Rica en nuestra América Latina.

Los venezolanos debemos hacer un examen de nuestra conciencia política y determinar si  debemos continuar bajo tanta improvisación, la cual ha sido la causante de encontrarnos hoy sumidos en el desconcierto. Repensar una república moderna, conducida por nosotros los ciudadanos, con líderes políticos bien formados, como servidores públicos, y no como caza recompensas del erario público, es una realidad histórica. Y pronto llegará el momento en que la crisis actual hará mella en el estómago de los más pobres y exigiremos un cambio de rumbo. O comenzamos la tarea, largamente pospuesta, de reconstituimos bajo una sociedad moderna liderada por la sociedad civil o seguimos como estamos, corriendo el grave riesgo de quedarnos rezagados en la historia, esperando por un nuevo caudillo redentor con un título de Doctor, o una cachucha militar, o lo que es peor, un izquierdista resentido.

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Luis Farias
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YSRRAEL CAMERO, VENEZUELA 2014: EN LA RUTA CRÍTICA DE LA CEGUERA VOLUNTARIA,


YSRRAEL CAMERO
Hace poco más de un año un grupo de amigos conversábamos sobre las expectativas que teníamos para Venezuela en 2014. Ante la interrogante directa no pude sino contestar con dos reflexiones que se tornaron dramáticas. En primer lugar señalé “¡No se van a aburrir!”, a pesar de que no tendríamos elecciones 2014 prometía ser un año de movilizaciones sociales y políticas importantes, derivadas tanto de la profundización de la crisis económica y social como de la rápida erosión de liderazgo dentro del chavismo. En segundo lugar agregué “¡Extrañaremos el 2013!”, todos los indicadores económicos señalaban que la crisis se profundizaría y se extendería a todos los campos y niveles de la vida social y económica, con lo que nuestros escasos ingresos serían cada día más insuficientes para mantener cierta calidad de vida. Lamentablemente en ambos casos me quedé corto.

Una economía en caída libre

Durante el año 2014 la crisis socioeconómica se agudizó al ritmo de la caída de los precios petroleros, de la destrucción sistemática de PDVSA, y de la incapacidad gubernamental para realizar cambios en el modelo que nos ha llevado al foso improductivo y dependiente en que nos encontramos.

La legislación aprobada a través de la Ley Habilitante, aparte de todas las iniciativas del Ejecutivo, apuntan hoy en dirección contraria a la recuperación que requiere la economía venezolana, y el dogmatismo ideológico junto con la incapacidad auguran más controles y menos producción para 2015.

Con una inflación que supera el 70%, la más alta del mundo, la política de controles de precios se ha evidenciado, nuevamente, como un fracaso estrepitoso. La sistemática destrucción del aparato económico venezolano, que llevó a la mayor dependencia importadora de nuestra historia, alcanzó a PDVSA, llevándola prácticamente a la quiebra. El desabastecimiento y la escasez se han convertido en paisaje cotidiano para los venezolanos.

CONINDUSTRIA ha alertado que caída del PIB industrial puede alcanzar el -10% en 2014, en un contexto en el cual la caída del PIB venezolano se ubica entre -1% para los más optimistas (CEPAL), -4% para algunos economistas, y -6,5% para los analistas de Barclays. La falta de transparencia de la información oficial perjudica también cualquier análisis, aunque nadie es ya capaz de negar la profundidad de la crisis.

La destrucción del valor adquisitivo de la moneda nacional golpea directamente sobre la población más pobre, pero también se expresa en la desaparición de la clase media profesional venezolana, que ve desaparecer rápidamente su calidad de vida, su capacidad de ahorro y sus posibilidades de labrarse un futuro autónomo.

Este derrumbe económico ha tenido un gran impacto social negativo, que el gobierno ha pretendido ocultar al esconder o disfrazar las cifras. El aumento de la pobreza no puede ser negado. El aumento del gasto público inorgánico, sin respaldo real, representa una devaluación cotidiana del bolívar, minimizando el salario de los venezolanos.

El mal estado de la economía ha afectado el apoyo popular que otrora tenía el chavismo. La popularidad de Nicolás Maduro está por debajo del veinte por ciento, y no hay institucionalidad política que lo sostenga, por eso juega a los malabares, mientras avanza la militarización del poder.

Moderados y radicales, reformistas y revolucionarios, cubanófilos y militaristas, planificadores al estilo soviético y pragmáticos, en un cruce caótico múltiples tendencias pretendieron darle una dirección a la política económica del gobierno. Este caos terminó en nada, la política de los controles discrecionales, de la retórica hueca e irresponsable, de la acumulación de parches que solo expresan la vigencia de una mentalidad totalitaria, fue lo que se impuso en la práctica. Pretender hacer pervivir un modelo que nunca funcionó implica un gigantesco costo político, económico y social. El petróleo ya no salvará a Maduro, ni al régimen que preside.

Una conflictividad luctuosa e infructuosa

Por otra parte 2014 fue un año conflictivo en materia de movilizaciones. Pero el grueso de dicha conflictividad estuvo poco conectado con la crisis socioeconómica y muy vinculada al tema específicamente político: las famosas guarimbas. Las movilizaciones que se iniciaron en febrero lamentablemente ocasionaron más de cuatro decenas de fallecidos, incrementaron la represión gubernamental, la violación de los Derechos Humanos y la persecución política, sin propiciar un cambio efectivo en el funcionamiento ni en la correlación de poder en la sociedad.

Paradójicamente, la caída en la popularidad gubernamental no se debió a las movilizaciones sino a la incapacidad del gobierno para detener el impacto socialmente destructivo del derrumbe del modelo socioeconómico que quisieron imponer a la sociedad venezolana.

El efecto de las movilizaciones si fue importante dentro del liderazgo opositor. Las tensiones internas dentro de la oposición tienen larga data, pudiendo rastrear divergencias recurrentes a lo largo de estos tres lustros. Varios episodios de los últimos dos años podemos recordar como expresión genealógica de dichas tensiones, como por ejemplo, las movilizaciones truncadas tras las presidenciales del 14 de abril, la iniciativa “Constituyente” anunciada por algunos factores a finales de ese mismo año, etc.

La construcción de la Mesa de Unidad Democrática fue un arduo trabajo de filigrana política para equilibrar visiones contrapuestas y otorgarle direccionalidad política a las acciones de la oposición democrática, encauzando la búsqueda del cambio democrático en una política de crecimiento que tuviera expresiones electorales. En el marco de las movilizaciones la MUD, su configuración, su liderazgo y su estrategia, fueron sometidas a fuertes críticas por algunos sectores de la misma oposición.

Dos fracasos mellizos emergieron de esta coyuntura: la política de confrontación en calle, “La Salida”, y la política del “Diálogo” se cerraron sin lograr cambiar ni la correlación ni el funcionamiento del poder. Estos dos fracasos son hermanos, a la calle le faltó política y a la política le faltó calle. Se debió combinar la negociación política con la política de movilización y confrontación en la calle, pero alrededor de objetivos políticos concretos y viables. La selección de poderes públicos independientes, incluyendo el Consejo Nacional Electoral, pudo haber sido un objetivo político concreto para presionar, al unísono, en calle y en la mesa de negociaciones políticas. No se hizo, los vasos comunicantes entre salidistas y dialogantes estaban rotos. Una política de confrontación en calle sin negociación política no tenía viabilidad real, y una participación en una mesa de diálogo sin capacidad para meter presión masiva en la calle tampoco. Allí se perdió la gran oportunidad política de 2014.

La salida de Ramón Guillermo Aveledo puede ser considerada epílogo del conflicto dentro del liderazgo opositor, así como los cuestionamientos crecientes al rol del gobernador Capriles. El presidio político de Leopoldo López, la defenestración de la diputada Machado, el exilio de varios líderes del salidismo, pueden ser vistos como parte de un proceso de debilitamiento de la capacidad operativa de varios sectores de la oposición, en una coyuntura social donde Venezuela nos exige fortaleza.

En este escenario el partido Un Nuevo Tiempo ha ratificado durante 2014 su vocación unitaria, frenando las tentaciones divisionistas dentro de la MUD, así como ha fortalecido su organización en un proceso democrático interno que ha permitido renovar al partido. La realización del Congreso Federal en noviembre de este año fue ocasión también para ratificar el compromiso con el cambio político, económico, social y cultural que requiere Venezuela y que va más alá de la coyuntura de las elecciones parlamentarias de 2015, pero que la incluye.

La respuesta gubernamental implica cambios importantes, reforzando una preocupante tendencia. La militarización del poder político ha sido la otra cara de dicha conflictividad. Cada vez más se deja ver que el verdadero proyecto del chavismo es rojiverde. La violación de los Derechos Humanos, la persecución y represión política, la judicialización de la política y la politización de la justicia, expresa el reforzamiento del control militar sobre el poder de lo que poco que queda de institucionalidad estatal.

Si entre 1999 y 2010 el régimen venezolano se constituyó en un autoritarismo competitivo, una especie terrible de ornitorrinco de la política, luego de 2010 se ha acentuado su carácter autoritario. Esto se reforzó durante 2014, el escenario de los medios de comunicación es sintomático, la compra agresiva por parte de “grupos empresariales” interesados en “bajar el volumen a la política” se acompaña con expresiones de autocensura o censura explícita. Existen aún los espacios para la disidencia y la oposición, de hecho en 2015 las elecciones parlamentarias serán ocasión para promover el cambio a partir del sufragio popular, pero el contexto es cada día más hostil para el ejercicio de la disidencia política.

Mirando al 2015

Con un precio del petróleo que roza los 50 dólares por barril, con una economía en caída libre, una sociedad dependiente, un régimen que se desliza por un lado hacia un mayor autoritarismo mientras que por el otro se muestra incapaz de responder a la crisis socioeconómica, el escenario es de agudización de los conflictos sociales y políticos. He de repetir mi percepción del año pasado, será 2015 un año de movilizaciones y económicamente miraremos con ilusa nostalgia el año 2014.

No perdamos las oportunidades de 2015 como perdimos las de 2014. En medio de esta crisis el gobierno tiene claro que una derrota electoral en las elecciones parlamentarias de 2015 es altamente probable, pero se le hace difícil escapar al sufragio popular. La estrategia diseñada para evitar esta inminente derrota es debilitar las opciones electorales de la alternativa democrática. Promover la división en las filas de la oposición, aupando las divisiones internas, montando candidaturas ficticias que confundan al ciudadano democrático, es una táctica empleada. La otra es incrementar la abstención del electorado opositor, incrementando la represión, la persecución política, el autoritarismo, el abuso, el atropello y la ilegalidad, fortaleciendo la sensación de indefensión cívica, promoviendo la apatía o el radicalismo infructuoso. Ante esta estrategia tenemos que responder con firmeza, unidad y movilización de las fuerzas democráticas, convirtiendo la legítima indignación ciudadana en una avalancha de votos para construir, desde la Asamblea Nacional, el cambio que el país nos está exigiendo.

Ysrrael Camero
ysrraelcg@yahoo.com
@ysrraelcamero

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FROILAN ALEJANDRO BARRIOS NIEVES, CONFLICTIVIDAD LABORAL 2015 Y MILICIAS OBRERAS

FROILAN A.BARRIOS N.
Son peculiares los llamados presidenciales a la paz, la armonía, entre los venezolanos en su alocución del 28-12 de fin de año a las FABN, cuando prevalece en el ejercicio de la gestión, la descalificación y la violencia verbal contra la otra gran parte de connacionales que no comparten la violación de la CRBV, en ocasión de la ilegal designación de los integrantes del Poder Moral, CNE y TSJ. El país presenció la orgía y la saña de la jauría en ejercicio del poder.

Pues bien, si repugnante ha sido el “método” o la maña como han renovado los poderes públicos “autónomos”, mas infame resultó un trági-cómico vídeo presentado por las milicias obreras petroleras desde la Refinería el Palito,  transmitido en cadena nacional desde el Campo Carabobo, al criminalizar todo intento de protesta o huelga ya que atentaría contra la gran familia PDVSA, y por supuesto contra una revolución cada día mas desprestigiada ante los trabajadores.

La puesta en escena de estas milicias obreras donde directivos de la FUTPV forman parte de mandos militares, no es mas que el anuncio de la conformación de fuerzas de choque en empresas públicas, para contrarrestar toda protesta laboral como sucediera en Agosto en SIDOR y generar un ambiente de intimidación  al trabajador o al sindicalista, que se atreva a cuestionar en este caso las evidentes y recurrentes violaciones al Contrato Colectivo Petrolero y la CRBV.

Siendo el caso del reclamo de 9.000 ex trabajadores de la faja petrolífera del Orinoco, quienes trancaron el 15-12-2014 el acceso a seis estados e impidieron el paso a las refinerías, para exigirle al gobierno nacional el pago de 6 millardos de dólares por concepto de prestaciones sociales que les adeudan desde hace 16 años. Esta deuda publicada en Gaceta Oficial fue reconocida por el fallecido presidente Hugo Chávez, quien en 2010 se comprometió a cancelar los pasivos.

Los trabajadores en conflicto plantean que luego de tanta espera, se dirigen a Venezuela puesto que han agotado todas las instancias institucionales para solicitar nuestro pago al Estado. La mayoría de ellos se encuentran desempleados y en pobreza extrema e incluso con varios compañeros fallecidos y muchos enfermos, pero con la moral en alto.

Igualmente sindicalistas petroleros a 12 años del  conflicto laboral que significó la toma de Petróleos de Venezuela por parte del chavismo, sin embargo hoy reconocen que en aquella época lideraron las tomas de buques petroleros, gasíferos y de plantas refinadoras, consideran que en la actualidad el holding estatal le da la espalda a los trabajadores con sus políticas administrativas. Incluso denunciando que en la Refinería de Puerto La Cruz trabajadores son agredidos por fuerzas de choque integradas por individuos con antecedentes penales, resaltando un caso donde fue detenido por el SEBIN, agredido físicamente y destrozado su vehículo.

Es evidente el temor gubernamental ante la conflictividad laboral 2015 y prepara sus bandas armadas para crear un clima de terror entre los trabajadores públicos y privados.

Froilan Barrios
fbarriosnieves@gmail.com
@froilanbarrios

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HUGO CÉSAR RENÉS, AL PESIMISMO DE LA RAZÓN, EL OPTIMISMO DEL CORAZÓN, DESDE ARGENTINA

HUGO CÉSAR RENÉS
El tránsito de un año a otro suele ir acompañado de una pausa de reflexión destinada a posibilitar un repaso analítico de lo qué nos deparó el pasado reciente, en relación con los sueños que tanto esperamos y deseamos para el futuro inmediato.

La última noche de este 2014 no puede ser, por lo ante dicho, una noche más. Deberá ser un momento ritual y emotivo en el cual las imágenes tensas o conflictivas de este año que termina, empezarán a desvanecerse y cobrarán fuerza las visiones esperanzadas del año que comenzará. Y los sueños, esos que tanto perseguiremos el año próximo, seguramente se irán convirtiendo en realidad, no por magia, sino por el empeño y el corazón que le pondremos a esas fantasías, metas o anhelos o como quieras llamarlas.

Pero esos logros no estarán de ninguna manera consolidados, porque la falta de un sistema político e institucional confiable, junto a la ausencia de planes y proyectos acordados sobre la base de un diálogo iterpartidario maduro y racional, la inseguridad, tanto física como jurídica, y la inmadurez de un gobierno que con excesiva frecuencia apuesta a la confrontación, al agravio y a la intolerancia con la finalidad última de asegurarse una mínima rentabilidad electoral, los debilitarán.

Esas asignaturas pendientes, debemos reconocerlas y asumirlas a la hora de definir nuestros compromisos para poder poner en marcha, el próximo año, las acciones que nos permitan superar esos males.

Con ese espíritu debemos caminar en 2015 para poder construir una sociedad unida y fuerte, en la que nada importe tanto como la consolidación de un sistema que haga del pluralismo pacífico y democrático, su herramienta fundamental.

La tarea será difícil, pero si sabemos escucharnos y anteponemos la sinceridad a toda otra condición, con la ayuda del Señor, no será imposible. Desechemos los espejismos que puedan presentársenos, porque habituados como estamos a aceptarlos, la ansiedad y el cansancio serán nuestros constantes enemigos.

Recomencemos el dialogo directo y cordial.

Originemos un sano cambio de opiniones, seguramente de ellas surgirá un valioso mundo de conceptos que nos puede ayudar a resolver cuanta dificultad nos depare el año próximo, año que debe significar para todos, un paso fundamental hacia el orden, la seguridad y la prosperidad individual y colectiva.

Que el próximo año 2015 nos permita estrechar aun más nuestros vínculos para que, cumpliendo los preceptos de la Ley de Dios, podamos abrir el surco virgen de una nueva felicidad social en la cual podamos amarnos, sinceramente, los unos a los otros.

Próspero año nuevo, con mucha salud.
Hugo César Renés Y Familia

Hugo Cesar Renes
hcr1942@yahoo.com.ar
@hcr1942

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