jueves, 28 de agosto de 2014

RAFAEL RIOS, R@F@EL, CARICATURAS, UNA FORMA ESPECIAL, DE OPINAR RECOPILACION DE LAS MAS RECIENTES,


 






R@f@el 
Rafael Rios
rariga2@gmail.com
@rariga



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TRINO MÁRQUEZ, ¿ACABAN LOS MILITARES CON LA INSEGURIDAD?

Venezuela durante el régimen chavista se convirtió en el país más inseguro de América Latina y del mundo, según cifras proporcionadas por Gallup, probablemente la encuestadora más prestigiosa del planeta. Los números están a la vista. Durante 2013, de acuerdo con el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), el número de muertes violentas fue 24.763, con una tasa de 79 por cada cien mil habitantes. En el primer semestre de 2014, el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) admite que se produjeron 39 muertes violentas por cada cien mil habitantes. 

Aún el OVV no ha publicado sus números; sin embargo, se sabe que los organismos del Gobierno tienden a llevar subrregistros de esa estadística. A las muertes violentas hay que agregar los secuestros exprés, los asaltos, los arrebatotes y la amplia variedad de robos que se conocen, algunos de una espectacularidad hollywoodense.

El acoso del hampa, convertido en toque de queda en Caracas y en numerosas ciudades de la provincia, se da en medio de la militarización más severa que haya vivido el país desde la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Durante los dieciséis años de la era chavista el perfil de la nación se modificó drásticamente. Hemos dejado de ser una república civil para transitar hacia un modelo cuartelario, tanto en el contenido como en la forma. La tutela de los militares sobre el débil Nicolás Maduro es cada vez más evidente. Lo mantienen cercado. Lo convirtieron en su rehén. Su presencia en los órganos del Estado es cada vez mayor. Bajo su dominio se encuentra (aunque  parezca un chiste de mal gusto) la seguridad nacional, la economía, la administración de gran parte de PDVSA, la CVG y las empresas estatizadas. Las milicias, aunque  integradas por personas mayores que deberían ocuparse de actividades más dignas, se han extendido a un amplio rango de sectores y actividades. En el Parque del Este de Caracas se combina la milicia con la Guardia Nacional, formando un dúo desagradable que contrasta con la  belleza del  lugar. En el servicio diplomático, los militares en condición de retiro ocupan una amplia franja. El “Pollo” Hugo Carvajal forma parte de ese contingente.
El anillo de los uniformados en torno a Maduro va más allá del poder político. 
También tiene su correlato económico. Los altos mandos se benefician de jugosos negocios que incluyen el contrabando de gasolina hacia Colombia y Brasil, el narcotráfico (además de insegura, Venezuela se transformó en un corredor por donde pasa la droga que va desde Colombia, Bolivia y Perú, hacia los Estados Unidos y Europa), las comisiones por compra de armamentos a Rusia y Bielorrusia, los acuerdos con China e  Irán. No existe negocio importante, incluidos CADIVI y el FONDEN, donde los verde oliva no tengan una presencia significativa y su participación sea determinante.
En medio de esta red de corrupción y complicidades de la cual forman parte, el problema de la seguridad pública ocupa un lugar muy secundario. Tanto, que el gobierno más militarizado en la historia nacional es el que ha permitido el mayor número de armas ilegales en manos de civiles. El reto para esos oficiales no consiste en que los venezolanos se sientan más seguros, posean una calidad de vida más alta y disfruten de la ciudad, como ocurre en los países civilizados. Para ellos el desafío  reside en que el andamiaje del que forman parte se mantenga estable. No se tambalee, aunque el país se desintegre y los venezolanos vivan bajo el asedio de  una delincuencia cada vez más agresiva y cruel.
La inseguridad personal, la angustia que crea, los sueños de fuga hacia el exterior que  alimenta, resultan favorables a su manera de apoderarse de la nación y dirigirla. Una ciudadanía aterrorizada por la delincuencia y paralizada por el miedo, se desactiva. Convierte su protección y sobrevivencia en el centro de sus preocupaciones. Incluso, puede llegar a aplaudir que el país se militarice, aunque la militarización no sea más que una simple ilusión de seguridad.
De este espejismo han tomado debida nota los delincuentes. Se han dado cuenta de que el militarismo a quienes busca amedrentar es a los dirigentes  de la oposición y a los grupos sociales que los apoyan. Guayana es un buen ejemplo. La zona del hierro ha sido militarizada en varias oportunidades por las protestas de los trabajadores. No obstante, el número de delitos en la región se ha mantenido en un nivel muy alto. La delincuencia sabe que las armas no apuntan contra ella, sino contra los líderes sindicales. Conocen muy bien las prioridades de los rojos.
Los países que han logrado aumentar la seguridad personal y reducir sensiblemente los asesinatos y los robos, suelen contar con gobiernos civiles que elaboran planes permanentes que incluyen la colaboración entre el gobierno central y los gobiernos regionales, el desarme de la población civil, la profesionalización y adecentamiento de las policías y el fortalecimiento del Poder Judicial. Ninguno de estos procesos está asociado a la presencia abusiva de los militares en la sociedad.
        
Trino Marquez Cegarra
trino.marquez@gmail.com
@trinomarquezc

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MARIANELLA SALAZAR, HOLOCAUSTO BIOMÉTRICO

Las dimensiones de la grave crisis humanitaria en Venezuela, por la falta de medicinas e insumos médicos en hospitales y clínicas privadas, quedó al descubierto con el desgarrador testimonio de uno de nuestros más queridos cantautores, Yordano Di Marzo, quien confesó sus padecimientos en un programa por CNN, como cualquier otro paciente que necesita un tratamiento oncológico y se ve en la penosa situación de apelar a la solidaridad humana a través de las redes sociales y a buscar tratamiento en otro país, aunque para eso deben tener las posibilidades económicas. 

La medicina nuclear no se aplica por falta de todo tipo de insumos, hasta en un centro tan importante de salud como el Hospital de Clínicas Caracas. No se encuentra ningún tipo de fármacos para enfermos que tienen que tomarlo de por vida – hipertensos, diabéticos, que sufren de tiroides–, hay más de 6.000 pacientes esperando por cirugías por falta de sueros, sondas, tubos, mascarillas de anestesia y un largo etcétera. Se trata de un atentado contra la vida de los enfermos y crea un estado de angustia e impotencia entre los médicos y profesionales cuya misión es curar y salvar vidas. 

La imagen que ofrecen las farmacias es desoladora, anaqueles vacíos o camuflados con chucherías; es falso que el problema sea la escasez de marcas de medicinas, como afirmó con gran cinismo el ministro de la Salud, Francisco Armada, quien asegura que hay medicinas si se buscan por su principio activo. Eso es un gran embuste. Podemos dar fe todos los que andamos dando tumbos con nuestros récipes en la mano por todas las farmacias y no se consiguen genéricos para ningún tipo de enfermedades crónicas. Algo incomprensible en un país petrolero como Venezuela que pretende reconstruir la franja de Gaza mientras sus ciudadanos se mueren de mengua en hospitales por falta de medicinas, además de la escasez de alimentos o son asesinados a manos del hampa que goza de impunidad y protección por parte del gobierno “revolucionario”.

Lo que estamos sufriendo en Venezuela es un holocausto. No es posible la indiferencia gubernamental y la falta de sensibilidad sobre estos problemas, a no ser que sea parte de una política de Estado con el fin –entre otros– de propiciar oleadas de emigración como válvula de escape para resolver los graves problemas internos, a imagen y semejanza de Cuba.

La gran estafa

El socialismo del siglo XXI no es más que una gran estafa, un negocio redondo que se gerencia en Cuba. En Venezuela todo lo manejan los dictadores cubanos, desde la política internacional hasta la economía. Mandaron a Oswaldo Borrego –lugarteniente del Che Guevara que supervisaba los fusilamientos– como asesor de Nicolás Maduro, con la supuesta misión de colaborar para reformular la economía venezolana. Desde que llegó no ha hecho otra cosa que implementar el sistema biométrico para controlar las ventas de alimentos y de todo lo que se consuma en el país. Obligarán a los comerciantes y expendedores a comprar las “versátiles” máquinas captahuellas, que tanto han servido para perpetrar fraudes electorales, como lo serán para racionar alimentos, individualmente, a 30 millones de habitantes. En Cuba sacan sus cuentas y calculan que el negocio de las captahuellas tendrá una inversión de 3.000 millones de dólares, mientras esperan ansiosamente por la mayor tajada: la venta de Citgo, para ampliar así la refinería de Cienfuegos y procesar el crudo venezolano, a cambio de los “borregos” que envían a prestar sus “valiosos” servicios a la revolución bolivariana. 

¡Gracias por todo Fidel!

Marianella Salazar
marianellasalazar@cantv.net
@AliasMalula

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PAULINA GAMUS, CÓMO SER CUBA SIN SER CUBA

La revolución chavista, bolivariana y socialista del Siglo XXI ha llevado a que Venezuela inspire lástima

En diciembre de 1998, pocos días después del primer triunfo electoral de Hugo Chávez, viajé con mi familia a Miami. Los amigos cubanos con los que siempre nos reuníamos para cenar y divertirnos estaban extrañamente parcos y hasta sombríos. Por fin uno de ellos habló: “a ustedes les va a pasar con Chávez lo mismo que a nosotros con Fidel”. Mi reacción fue casi de rabia: eso jamás sucedería en Venezuela, teníamos una tradición democrática de cuarenta años. Por otra parte, era imposible que en esta época un presidente de Latinoamérica aplicara el paredón y las distintas formas de represión que provocaron el exilio cubano. Tampoco existía la URSS para ser tutora de un régimen comunista como el de Castro. Cuando volvimos a reunirnos, en enero de 2003, en Venezuela se daba una de las acciones más ridículas y de más alto costo para la continuidad democrática: el paro cívico-petrolero que comenzó en diciembre de 2002. La comunidad cubana de Miami organizó una marcha de solidaridad con la Venezuela democrática, la que se suponía estaba padeciendo hambre y un sinfín de dificultades por el fulano Paro. Esa noche las televisoras latinas reportaban noticias del suceso y sentí que se me caía la cara de vergüenza cuando apareció en pantalla un gentío aposentado en una de las principales arterias viales de Caracas, la autopista Francisco Fajardo, y unas jóvenes con llamativos atuendos deportivos practicando bailoterapia.

Cada vez que oigo decir -y ocurre con frecuencia- que la única manera de salir de Maduro y su pandilla es un paro nacional, recuerdo aquella ficción de diciembre 2002 a febrero 2003, cuando los residentes del este de Caracas y de otras zonas de clase media y alta, iban al oeste de la ciudad para proveerse de gasolina y alimentos. Era pues un semi paro o un paro a medias que dio lugar a un verdadero genocidio laboral: más de 20.000 gerentes, técnicos y empleados petroleros calificados, fueron arrojados de sus puestos de trabajo y de sus viviendas. Sin indemnización, sin la liquidación de sus ahorros y sin seguro médico. No sé si alguien habrá contabilizado los suicidios y la aparición de enfermedades cardíacas, de cáncer y de otras dolencias causadas por la desesperación. Quienes lograron sobreponerse a la catástrofe, hoy son expertos petroleros del mejor nivel en Canadá, Rusia, países del golfo pérsico, Noruega, México y Colombia entre otros. Esta última, unida a nosotros por la vecindad, la historia y la convivencia, ha sido la más beneficiada al acoger a los expulsados de Petróleos de Venezuela (Pdvsa). No hubo entonces un paredón de fusilamiento como en Cuba, pero el crimen cometido contra más de 20.000 familias venezolanas fue en muchos casos bastante cercano.

Chávez viajaba a Cuba cada vez con mayor frecuencia. Comenzaron a aparecer banderas cubanas que ondeaban en plan mellizal con las venezolanas. Los afiches con el rostro del dictador cubano y del Che Guevara se fueron haciendo decoración obligada en oficinas públicas y en grafitis. Apareció el socialismo del Siglo XXI y con él llegaron las expropiaciones y confiscación de fincas en plena producción y la nacionalización de empresas de servicios. El mismo Chávez se dedicó, con el grito "¡exprópiese!" a despojar de sus bienes a centenares de pequeños comerciantes. Ya había razones para creer que nos estábamos acercando al modelo cubano, pero aún podíamos recibir dólares viajeros -aunque cada vez fuesen menos- y era posible viajar a donde uno quisiera y por el tiempo deseado. Los alimentos y medicinas se adquirían sin problemas, los centros comerciales bullían de compradores reales y de vitrina. Además, a diferencia de lo que sucedía en Cuba, la oposición logró un triunfo electoral en diciembre de 2007, nada menos que derrotar a Chávez en su propósito de reformar la Constitución. Aquello fue, como se dice en criollo, alegría de tísico porque meses después Chávez implantó la reforma mediante un atajo inconstitucional.

Ya enfermo -mejor dicho- moribundo, el teniente coronel quiso asegurar la continuidad de su obra postulándose para su tercera reelección en octubre de 2012. Habría que esperar casi dos años para enterarnos por boca de su eterno ministro de Planificación, Jorge Giordani, que los miles de millones invertidos en esa campaña fueron uno de los empujones que faltaban para la ruina del país. El definitivo correspondió a Nicolás Maduro cuando en noviembre de 2013 ordenó el saqueo de las tiendas de electrodomésticos y luego el vaciamiento de los negocios de toda índole. Logró que su partido ganara la mayoría de las alcaldías en las elecciones de ese diciembre, pero Venezuela no volvería a ser la misma, era tierra arrasada.

Hoy la gente se pelea en las colas de los supermercados y bodegas por un kilo de leche en polvo. La Guardia Nacional debe usar gases lacrimógenos para disuadir a compradores furiosos dispuestos a saquear un megamercado. Twitter se ha convertido en el vehículo para buscar medicinas que han desaparecido. Uno de los cantautores más queridos de Venezuela no pudo contener el llanto en una entrevista televisiva en la cadena CNN, porque tiene cáncer y no consigue los medicamentos indicados. Se han contabilizado cerca de mil amputaciones de miembros fracturados por no haber recursos para las intervenciones quirúrgicas. En un avión de una línea aérea venezolana, las azafatas ofrecen vasos de cartón a los pasajeros para que orinen porque los baños están fuera de servicio. La gente sigue volando en esa y en otras desastrosas empresas nacionales porque las líneas aéreas internacionales han suspendido o reducido al máximo sus vuelos al país. El gobierno les debe más de 4.000 millones de dólares y no manifiesta interés en pagarles porque “quienes viajan son los ricos”. Es cierto, los muy ricos viajan en sus aviones privados y la nomenclatura en los oficiales, pero los no tan ricos y la clase media están presos en el país. Por el mismo camino de morosidad van las deudas con proveedores de alimentos, medicinas, repuestos para automóviles y toda clase de insumos. La respuesta del gobierno de Maduro ante este caos son amenazas y represión. Ese fue el ucase de Fidel Castro desde La Habana a donde Maduro acudió hace algunos días para recibir órdenes.

Me costó, pero al fin entendí lo que más me indignaba del vaticinio de los amigos cubanos exiliados en Miami: inspirar lástima. Es algo humillante, pero a eso nos ha conducido la revolución chavista, bolivariana y socialista del Siglo XXI, a la inopia del Siglo XIX.

Paulina Gamus
gamus.paulina@gmail.com
@Paugamus

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RONNY PADRÓN, ASÍ ES EL SOCIALISMO CUANDO GOBIERNA

Escasez de productos esenciales a la vida humana, la más alta inflación del mundo, violencia criminal desenfrenada, amenazas de aumento de la gasolina, planificación del control de compras a través de capta-huellas para los consumidores, violencia física contra los presos políticos, persecución contra los dirigentes de la resistencia democrática; todo ello por parte de una dictadura que en 12 años -contando desde la masacre del 11 de abril- ha desperdiciado los mayores ingresos de la historia petrolera venezolana. Era de esperarse y esto es solo el comienzo, se trata del socialismo cuando es gobierno.

Porque siempre será peor mientras el socialismo gobierne, lo dice la historia, como también nos dice que ello sólo tendrá lugar en tanto dichos regímenes adolezcan de una resistencia política capaz de frenar y eventualmente someter con la fuerza popular a tan pérfida doctrina en su perpetuo afán de esclavizar.
Es ese el caso venezolano. Qué podíamos esperar en nuestro país cuando superada como ha sido la primera etapa de ¨La Salida¨, movimiento patriota de protesta pública, pacífica y no armada que logró despertar la conciencia de los venezolanos en pro de la liberación nacional, pagando sí un alto precio en fallecidos, lesionados, prisioneros y perseguidos políticos, observamos con estupor que el grueso de la dirigencia demócrata nacional se esfuerza por destacar como ¨oposición¨, legitimadora de una tiranía, cuando le corresponde actuar como resistencia, resistencia democrática activa.
Porque ¿Cuándo una dictadura socialista fue defenestrada por su oposición? Respuesta: nunca. Por cuanto la sola crítica ante una situación siempre apocalíptica, que pretende converger hacia procesos electorales como vía de cambio político, nunca resultará suficiente para ganar la democracia, ello en virtud de la incapacidad intrínseca de una oposición para ¨quebrar¨ el absolutismo de todo régimen socialista.
Tal cosa solo es posible a través de un movimiento de resistencia democrática, que dejando de lado conciliaciones inmorales, comience por llamar las cosas por su nombre, en todo momento, lugar y circunstancia, con la pertinencia del que habla con la verdad.
En tanto exista una mayoría de dirigentes demócratas que en complicidad con el régimen llamen democracia a otra dictadura, y consideren Presidente a un usurpador, resultará imposible la organización popular necesaria a la salida constitucional de la tiranía. De allí la importancia por concretar el Congreso Ciudadano, pautado para el venidero mes de octubre, escenario inmejorable para que la sociedad democrática organizada exprese sin cortapisas la auténtica visión de cambio hacia la liberación nacional, alejada como debe estar del colaboracionismo – socialismo -  opositor, siempre aliado al socialismo esclavista. ¨El que se cansa pierde¨. ORA y LABORA.
Ronny Padron
caballeropercivall@gmail.com
@caballeroperci

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ANÍBAL ROMERO, ENTRE EL NOBEL Y LA DECAPITACIÓN

La trayectoria presidencial de Barack Obama puede ser definida hasta ahora mediante dos episodios de gran poder simbólico. De un lado el otorgamiento del Premio Nobel de la Paz, que le hizo en 2009 el comité noruego encargado de la tarea (los premios en otras categorías son concedidos por la Academia Sueca). De otro lado la reciente decapitación (¿salvaje, grotesca, abominable: cómo calificarla?) del periodista estadounidense James Foley, por parte de islamistas radicales en Siria. El primer episodio simboliza la esencia ilusoria y ficticia que desde su inicio ha caracterizado la presidencia de Obama. El segundo episodio simboliza las consecuencias trágicas a que conduce una concepción errada sobre lo que significa y exige el mando de un gran poder.

Pregunto al lector: si a la puerta de su casa se presenta un grupo de distinguidos personajes, ataviados con traje oscuro, camisa blanca y corbata, identificándose genuinamente como el comité que designa al ganador del Premio Nobel de la Paz, y le dicen que usted es el escogido para recibirlo este año y además le entregan un cheque de millón y medio de dólares, una medalla y un diploma, y todo esto sin haber hecho nada tangible para ser objeto de tal reconocimiento, ¿qué reacción tendría?

Si es honesto, en medio de su razonable estupor, probablemente les dirá a los señores: escuchen, están equivocados, alguien les engañó, yo no he hecho nada para merecer ese premio aparte de tener –a veces– buenas intenciones. Pero los académicos noruegos insisten y enfatizan que sí, en efecto, es usted el seleccionado, todo está bajo control, no existe margen de error y por favor vaya oportunamente al banco a cobrar el cheque.

¿Entonces? Bueno, en mi caso, creo que terminaría accediendo frente a tanta persistencia, y hasta pronunciaría un par de discursos ante la familia (breves, para no atormentarles) si los académicos noruegos me lo pidiesen como única condición para hacer entrega final de los apetecibles trofeos.

Imagino que algo así, con las peculiaridades a tomar en cuenta, le ocurrió a Obama, pues para el momento en que le concedieron el Nobel de la Paz lo único que realmente había hecho era dar unos cuantos discursos llenos de buenas intenciones. Si mal no recuerdo uno de ellos trató sobre la no-proliferación de armas nucleares. Otro, muy discutido, fue el quimérico discurso dirigido al mundo islámico, pieza oratoria que con la perspectiva del tiempo pareciera haber sido pronunciada por Obama en la luna, ya que en la tierra no es concebible que haya sido dicha. Tanta ingenuidad, tanta inocencia, tanta insensata incomprensión de las realidades del mundo musulmán en general y del Medio Oriente en particular no son terrícolas, son lunáticas.

Obama se embolsilló el cheque (o quizás lo donó a alguna obra caritativa, no logré precisarlo) y siguió su camino. No le culpo por ello. Yo hubiese hecho lo mismo en las circunstancias. Los verdaderos culpables de la impostura, de la confusión, del sentimentalismo idiotizante que contamina hasta la médula al Occidente actual, no fue en ese momento Obama; fueron los ilusos que creen que la paz en el plano internacional es un asunto de intenciones y no de resultados, de peroratas en la ONU y sonrisas en reuniones elegantes, y no el producto de la seguridad sustentada a su vez en valores que deben siempre ser defendidos con firmeza.

El Premio Nobel de la Paz otorgado a Obama simbolizó toda una desatinada y finalmente trágica perspectiva, que ha llevado a Estados Unidos y Europa a doblegarse frente a la gaseosa “corrección política”, a claudicar en su deber de responder con contundencia y eficacia ante el creciente desafío del radicalismo islámico, y a permitir el surgimiento de una amenaza mucho más grave en el Medio Oriente, que extiende sus tentáculos hacia Occidente como un todo.

Cabe recordar las promesas absurdas y fantasiosas que por buen tiempo hizo Obama: cerrar la prisión de Guantánamo (ahora supongo que más bien tendrán que ampliarla); dejar de lado los protocolos antiterroristas de la era de Bush (siguen vigentes en su casi totalidad); reducir los ataques con aviones no-tripulados (han crecido exponencialmente bajo el mandato de Obama)…y paremos de contar. Y es que el mundo real no es el que llevan en sus cabezas los despistados miembros del Comité Nobel. El mundo real de la política internacional es duro, exigente, complejo, impermeable a los buenos deseos que no estén respaldados de la fuerza necesaria para hacerse respetar.

Todas las utopías sobre el “poder blando”, la “guerra asimétrica” y demás inventos de la imperante corrección política se derrumban cuando son enfrentados por una decisión inequívoca. El más reciente ejemplo de ello es lo ocurrido en Gaza. Hamas se jactaba de su guerra asimétrica contra Israel, pero la contraofensiva del Estado judío ha demostrado claramente a la población de Gaza que Hamas no es capaz de protejerla. Y repito lo que otras veces he comentado: lamento como todo ser humano con algún criterio moral las muertes inocentes en Gaza y otros lugares. Mas ese no es mi punto ahora. El punto es destacar que la debilidad mostrada por Washington bajo Obama y sus nefastas consecuencias, contrastan de manera patente con lo quede mandan sus responsabilidades a la cabeza de un gran poder.

Obama quiso ser el anti-Bush; se encargó por ello de avisar a los enconados e implacables enemigos de Estados Unidos y Occidente que él llevaría a cabo una retirada estratégica de Washington alrededor del mundo. Los enemigos de Occidente lo escucharon, celebraron sus palabras y sacaron sus conclusiones.

La horrible pesadilla que escenificaron los verdugos de James Foley es el elocuente símbolo del fin de la ilusión llamada Obama. Ciertamente, antes habían ocurrido horror es semejantes, pero el cruel asesinato de Foley tuvo la singularidad de su amplia y atroz promoción por parte de quienes vilmente le asesinaron, así como la de haber sido ejecutado por representantes de un todavía más feroz radicalismo organizado, nutrido básicamente durante estos años de retirada estratégica estadounidense.

 La decapitación de James Foley ha sido el espectáculo más dramático y revelador de una etapa en que Estados Unidos ha andado a la deriva, dando tumbos y padeciendo humillaciones a través de sucesos tan terribles, tan patéticos, tan expresivos de una Casa Blanca cuya brújula se quedó en Oslo y Estocolmo, como el asesinato del Embajador estadounidense en Libia, evento que tuvo lugar cuando Hillary Clinton todavía se desempeñaba como secretaria de Estado, y cuyas verdaderas causas y curso de desarrollo el gobierno de Obama, y Clinton sobretodo, se han esforzado por ocultar.

Hillary Clinton, otra figura emblemática de la época de Obama, reverenciada también por esa izquierdaglobalizada que cambió el marxismo por la gelatinosa corrección política y el llamado “buenismo”, se ocupa estos días de promover un nuevo libro, que aparentemente recuenta su errático y desangelado desempeño en la conducción de la diplomacia estadounidense. Desde luego que no invertiré ni un céntimo ni un segundo en semejante obra, generada por la pluma de algún escribidor a sueldo. Entiendo que el libro ha sido un fracaso de ventas, lo cual a decir verdad no me sorprende.

Presumo que ahora Hillary Clinton quiere emular a su esposo y alcanzar la Presidencia. Esta vez, posiblemente, un electorado tan confundido y sentimentaloide como sus dirigentes votará por la “primera mujer presidente”, así como lo hizo dos veces por “el primer afroamericano presidente”. Después le tocará el turno al “primer latino presidente” y luego al “primer asiático presidente”.Y aclaro: nada tengo en contra de que un afroamericano, una mujer, un asiático o un latino, por citar estos casos, lleguen a la Presidencia de Estados Unidos; lo que cuestiono es que se vote por ellos por esa razón y no porque su trayectoria y cualidades les hagan merecedores de la confianza de la gente. Millones de estadounidenses ya no juzgan a las personas por su carácter, formación y aptitudes sino exclusivamente por el color de su piel y su género. No es una buena idea.

Todo lo antes referido me recuerda una frase estupenda que alguna vez leí (no tengo memoria exacta de su posible autor), según la cual los seres humanos solo aprendemos de la historia lo necesario para cometer los mismos errores otra vez.

Anibal Romero
aromeroarticulos@yahoo.com


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ORLANDO VIERA-BLANCO, NO SON ROLEX !SON NUESTROS HIJOS!

Evito generalizar reconociendo la capacidad consciente de cada quien a reflexionar (Freud); a la introversión profunda (Hannah Arendt) o a la causalidad-origen de sentimientos y reacciones sugeridos por la escuela moderna de psicología bostoniana: la consciencia. Al grano: quiero alertar sobre la  banalización de la política y el mal uso del verbo fardo, del análisis valija o fardel, que todo lo etiqueta, lo embadurna y lo lanza en un mismo saco, a las fístulas de la extravagancia. Cuidado...

Para Freud la conciencia no es más que la punta del iceberg. Bajo la parte visible del pensamiento, subyace el inconsciente que contiene deseos no revelados, pasiones, secretos culpabilizadores, anhelos innombrables y conflictos entre el deseo y el deber.

No solemos ser conscientes de lo cotidiano, pero se dejan entrever en los sueños, los actos fallidos, accidentes aparentes e incluso en los chistes...

Freud (1905) escribió: "No hay mortal que pueda guardar un secreto. Si sus labios permanecen en silencio, sus dedos hablan. Exuda traición por los poros".

Y las sociedades, suma de sus individuos, también registran deseos no-revelados, culpabilizadores, frustraciones, anhelos, que se manifiestan en las masas como desbordamientos.

La conducta de las masas es la desaparición de lo heterogéneo (de cada ser consciente) para confundirse en lo homogéneo de las multitudes (Le Bon).

El concepto de lo imposible desaparece y las masas emergen tan nobles o crueles como bien o mal han sido tratados los seres conscientes... Venezuela ha sido sometida a un sin número de tensiones, asaltos y maltratos, que han socavado nuestras actitudes conscientes.

La exclusión sistemática de la clase media, la sociedad civil, la sociedad empresarial, la clase productiva, académica y trabajadora. La exclusión de jóvenes por su rango social, vecindad o casa de estudio. La exclusión ciudadana por causas políticas, de credo o de raza. La exclusión económica por no pertenecer a la "dinámica oficial" de hacer negocios o no concebir el Estado-patria-Cuba-Gobierno. La exclusión asistencial por no pertenecer a un color, a una ideología o por ineficiencia.

Toda esta tonalidad de excluyente, sumado a la criminalidad, al deterioro de calidad de vida, infraestructuras y escasez, han minado la capacidad racional de resolver la brecha entre deseo y deber. El rechazo oficial es violencia y la violencia activa lo que James llamó el instinto subconsciente de supervivencia. En ese punto los actos dejan de ser volitivos, normativos u orgánicos, para ser impulsivos, vehementes, impetuosos y apasionados, propio de la resistencia y de un afán conservacional que asegure permanencia y la vida.

La teoría de supervivencia de la Escuela Evolucionista de Boston (inspirada en Darwin), apunta que la adaptación al medio ambiente no solo es un proceso pasivo, defensivo o de mutación sumisa del hombre, sino también un proceso activo, ofensivo y de adecuación del medio al hombre. La respuesta a la sobreadaptación de contornos hostiles, por excluyentes y agresores, pulsan la naturaleza humana -inteligente e instintiva- a contener tal hostilidad actuandoen masas.

La conflictividad política, social y económica de Venezuela, dejó de ser un hartazgo político para convertirse en una tupa psicosocial y cultural, minada de profundos sentimientos de quiebre que están pulsando movilizaciones suprapartidos.

La respuesta de un colectivo atrapado en el miedo, la escasez, la exclusión y la arbitrariedad, es la reagrupación humana más que ciudadana, por ser lo natural para resolver necesidades vitales de seguridad, salud, miseria, educación, comida, trabajo y justicia.

Sobrevivir no es hacer de "la calle" una entelequia, una ficción (Carlos R. Hernández. El Universal. Soy Rolex.17-08-14). No es un asunto de antipolítica, de "odios fraternos, de vías rápidas; de discursos vacíos de cordura o banalidades". No.

Quien realmente banaliza embriagado de egos (Mires), es aquél que pretende valorar y reducir solo a lo político, la fuerza originaria, humana, social y pura del movimiento estudiantil. Aquél que hace una apología mezquina, e irresponsable de la-salida, tildando a María Corina, Leopoldo y a todo aquél que se haya ido a la calle a luchar con sus hijos por la vida y la libertad, de "guarimberos de elevada casta". Al decir de la copla, cuando las ganas se juntan a caballo le dan sabana. Y eso ha hecho la gente. Salir "del potrero" saltándose a los políticos-muleros, que no supieron arriar la consciencia...

No puede ser el chantaje de la antipolítica, un cepo que me amarre al sofá hasta el 2019, esperando que Capriles-MUD y Nicolás, concienticen (dialoguen). Ni López ni Machado son unos "bichos cual Hezbolá y Hamás, degolladores de niños inermes que lanzan como escudos humanos para tumbar gobiernos".

No Hernández. Esos muchachos no vienen en cofres Rolex. Son héroes fruto del vientre de madres de la patria, bien conscientes de su lucha. Son tus hijos, mis hijos, son nuestros hijos. Prudencia profesor. Son nuestra consciencia.

Orlando Viera-Blanco
vierablanco@gmail.com
@ovierablanco

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GABRIEL BORAGINA, PAÍSES CAPITALISTAS

Es mucha la gente que cree, posiblemente una mayoría, que vivimos en un "sistema capitalista". Cuando digo que no es así, no pocas personas se quedan sorprendidas y perplejas.

Recientemente, un amigo, con quien conversaba del tema, en obvio intento de "refutación" me preguntó si "Canadá.... Alemania... Australia..." me parecían socialistas.
Mi respuesta fue "depende". -"Depende ¿de qué?"- Me volvió a preguntar. Depende de "qué" estemos hablando de esos países, porque una cosa es referirse al país como tal (entendido en cuanto a su población y sistema económico) y otra muy diferente es si lo hacemos en relación a su régimen político. En general, nuestra sociedad esta tan politizada, que la mayoría de las personas confunden el sistema de producción de un país con su régimen político y, fundamentalmente, ideológico-político.
De este modo, si atendemos exclusivamente al sistema económico, todos los países del orbe, sin casi excepción, serian todos capitalistas, ya que sin un mínimo capital sería imposible subsistir a nadie. Pero si admitimos que todos los países son capitalistas por esta circunstancia, también podemos darnos cuenta que todos los gobiernos de esos países -que llamamos capitalistas- son mayoritariamente anticapitalistas. Y esto también cuenta para los ejemplos de mi amigo. De allí que, carezca de mucho sentido hablar en general de "países capitalistas", porque si lo hacemos desde el punto de vista crematístico, estaríamos diciendo una obviedad, por lo ya señalado antes. Pero raramente la gente común se refiere a ese aspecto puntual cuando cita a países como Canadá, Alemania, Australia, etc. como países "capitalistas". En realidad, están queriendo describir su forma de gobierno, o a su sistema político o -con más precisión- a la ideología de los gobiernos de esos países. E inciden en error, por cuanto los gobiernos de esos países no son "capitalistas" sino anticapitalistas. ¿Por qué razón? En primer lugar, porque el capitalismo no es una "ideología". Y en segundo lugar porque -precisamente- esos gobiernos viven (subsisten en rigor) del sistema capitalista. En otras palabras, consumen de él, de la misma manera que un parásito se alimenta del organismo al cual parasita. Eso es -ni más ni menos- lo que los gobiernos hacen con sus países. La diferencia radica en cuántos de ellos lo hacen más y cuántos menos. En este último grupo aparecen los que -según el vulgo- simulan ser más "capitalistas".
De la confrontación entre un país capitalista y un gobierno (de ese país) anticapitalista surge un sistema hibrido que ha recibido el nombre de intervencionismo. Y dado que -como hemos señalado- la mayoría de los países capitalistas tienen gobiernos anticapitalistas, el verdadero sistema que impera en esos países es el mencionado: intervencionismo. No es exacto seguir hablando o insistiendo en la "existencia" de "países capitalistas". Lo que tenemos que hacer es empezar a llamarlos por su realidad. La única realidad resultante de esa antinomia dada, en la que un país capitalista (PCA) tiene un gobierno anticapitalista (GAN) lo que siempre da como resultado un sistema intervencionista (SIN). Brevemente representado por la fórmula:
PCA - GAN = SIN
Notemos que GAN siempre aparece restando a PCA, por eso el resultado siempre es SIN. Si en lugar de GAN tuviéramos GPCA (= a un gobierno pro-capitalista) el resultado sería una sumatoria, en la cual el producto seria SCA (un sistema capitalista) o concisamente:
PCA + GPCA = SCA
Pero está claro que este no es el caso actual de la mayoría de los países. En el mundo de nuestros días sigue vigente la ecuación:
PCA - GAN = SIN.
Es decir, lo que tenemos es intervencionismo. NO capitalismo.
A veces se habla de gobiernos intervencionistas, terminología no objetable siempre y cuando entendamos que en lo único que puede intervenir el gobierno es en el sistema capitalista. De otro modo ¿qué sentido tendría el verbo "intervenir"? ¿En qué otra cosa podría "intervenir" un gobierno si no es en el sistema de producción del país que precisamente gobierna? Se ha querido objetar a esto último con que no toda intervención es económica, sino que podría existir intervención no económica, por ejemplo legal, mediante el dictado de leyes. Pero esta no es una réplica válida, por cuanto los gobiernos intervienen interfiriendo en la actividad económica a través del decreto de legislación. Legislación, precisamente, anticapitalista. Con lo cual, arribamos al mismo resultado que quienes pretendían contradecirnos querían negar.
Obviamente que, a pesar de que la gran mayoría de los sistemas económicos mundiales son intervencionistas, ello no implica ni significa de manera alguna que todos los intervencionismos sean iguales. Los hay mayores y menores. Pero ¿de qué depende esta magnitud? Un parámetro de medición posible es calcular la incidencia de la intervención sobre el capital. Por ejemplo, como vemos en la siguiente tabla:

Donde P es país; GI es grado de intervencionismo; K es capital, y CI es el coeficiente de intervencionismo.
De esta manera, en P-1, suponemos un país con un stock de capital total de 10 (miles, millones, billones, trillones, etc. o su equivalente en bienes de capital) y con un GI de 25. Este último valor puede representar cualesquier medida gubernamental que tienda a restringir o controlar K. Por ejemplo, podrían ser leyes impositivas que graven K (o cualquier otra medida económica gubernamental). En este caso, el coeficiente de intervencionismo será de 2,5. Los supuestos de los países 7, 8 y 9 muestran un intervencionismo bajo, dado que las medidas anticapitalistas (8, 6, 5 respectivamente) son menores a los stocks de capital totales existentes (9, 9, 10 respectivamente). En consecuencia, afectan mucho menos a dichos capitales. 
El país menos intervencionista de todos es el P9. Y el más intervencionista es el P-2, porque la incidencia GI sobre K es menor en P9 y es mayor en P2 respectivamente. Y si bien los casos de los países P-1 y P-5 son casi idénticos en cuanto a sus CI; en P-5 tanto el grado de intervención como el stock total de capital son mucho menores que en P-1.
Gabriel Boragina
gabriel.boragina@gmail.com
@GBoragina

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NESTOR SUAREZ, SIN CONTRAPESO NO HAY EQUILIBRIO.

El Diccionario de la Real Academia (DRAE) define asi "Contrapeso": Peso que se opone a la parte contraria de otro para que queden en equilibrio. Y mas abajo define otra acepcion de "Contrapeso", pero en sentido figurativo. "Lo que se considera y estima suficiente para equilibrar o moderar una cosa que prepondera y excede". Con lo cual nos remite a " equilibrio". Alli dice : "Equilibrio: Ecuanimidad, mesura, sensatez en los actos y juicios"; y tambien: "Peso que es igual a otro y lo contrarresta". O sea: que sin contrapeso no hay equilibrio.

En general a los venezolanos nos gusta creernos ecuanimes, mesurados y sensatos en nuestros actos y juicios. Naturalmente, por temperamento, tendemos al equilibrio y a alejarnos de los extremos. Y eso nos gusta verlo en la politica.
Por eso muchos de nosotros no nos reconocemos en la "Quinta Republica". Toda esa insultante verborrea radical y extremista no expresa lo que sentimos y pensamos, lo que somos nosotros los venezolanos realmente, proclives a la ponderacion y el equilibrio. Nos cuesta creer que toda esa dialectica marxista de "lucha de clases" se haya aduenado de nuestro Gobierno y sistema politico. Creimos que eso era propio de Cuba, isla azotada por la violencia salvaje e inclemente de huracanes tropicales y las dictaduras y regimenes de fuerza. Sabiamos que la confiscacion masiva de las fincas y tierras, y el despojo a sus propietarios para la "colectivizacion agropecuaria", fue algo que paso en 1936 en la Rusia sovietica, con el camarada Stalin. Y que despues de 1945 se repitio en los paises europeos de la Europa Oriental. Y a partir de 1959 en Cuba; y a la caida de Somoza, en la Nicaragua sandinista. Pero pensamos que eso no nos ocurriria nunca a nosotros. "Porque Venezuela era distinta".
Y Venezuela es distinta; es muy cierto. Lo que no es distinto es el marxismo. El marxismo es igual en todas partes, incluso en eso de presentarse disfrazado, como fue en Nicaragua de "sandinista" y aqui de "bolivariano" . En Cuba tambien se disfrazo de "martiano". El marxismo es una expresion del anticapitalismo virulento, el salvaje ataque a la creacion de riqueza, que trata de justificarse con retorica de "distribucion", pero que termina en una pura orgia de destruccion.
Los venezolanos siempre hemos tenido una comprension muy pobre del marxismo, de su verdadera naturaleza, y de sus peligros. Nuestra democracia de los anos 60 y 70 cometio gravisimos errores de juicio, cuyas consecuencias pagamos ahora. Creyo que los marxistas eran unos "jovenes idealistas" que habian equivocado los medios para luchar por sus ideales. Es la "Teoria del ideal noble y de los medios equivocados". Pienso , que hay dos errores de juicio en una sola teoria. 1.- El noble ideal. El objetivo ultimo o fin del marxismo es el Estado totalitario, propietario de todos los medios de produccion- entre ellos las empresas de comunicacion social-, y por tanto controlador de las vidas de todos los ciudadanos en todos sus aspectos. Eso es un horror, no es noble, ni siquiera es un ideal.Es pesadilla, no sueno. El primer peligro y mas grave amenaza del marxismo no son sus medios, sino sus fines. 2.- Los medios equivocados. No son equivocados: la violencia es el unico medio apto para concretar ese horror, una vez fracasada la mentira. Porque nadie en su sano juicio aceptaria de buena gana esa calamidad. Sus fraudes conceptuales no son aceptados por toda la poblacion, y por eso los marxistas recurren a los medios violentos. Pero en ello no cometen equivocacion alguna, todo lo contrario. Equivocados estan los Gobiernos y fuerzas politicas que no lo entienden como es...
Los errores de juicio llevan a errores de politica. Los Gobiernos venezolanos de los 70 y 80 adoptaron esa teoria de los medios equivocados, y tolerancia absoluta frente al marxismo. Dijeron: " a estos jovenes idealistas les han faltado oportunidades. Vamos a integrarlos, a darles oportunidades: becas, puestos publicos, Embajadas y hasta curules parlamentarios. Y vamos a darles columnas en la prensa, programas de opinion, y catedras en las universidades y hasta en los institutos docentes militares como el IADEN, para que difundan sus ideas marxistas.
El error de politica fue que se olvidaron de contrapeso alguno. Increiblemente torpes, AD Y COPEI se creyeron "el centro" del espectro politico venezolano, pero, Y donde estaba la derecha ? "centro" de que , sin derecha ? Ambos partidos se hicieron populistas y no permitieron el surgimiento de expresiones politicas liberales o de libre mercado, capaz de servir de referencia, y de contrapeso. Para que los jovenes idealistas no se sintieran incomodos, AD Y COPEI aplastaron todo brote o posibilidad de un partido defensor de las ideas de la economia social de mercado en Venezuela. Desde entonces la hegemonia ideologica de la izquierda o del estismo y el socialismo no tuvo contrapeso. Dicho en palabras del Diccionario, no hubo nada "para equilibrar o moderar una cosa que prepondera y excede". De no haber sido tan torpes, quizas AD Y COPEI hubiesen ocupado el centro de verdad, y tal vez estarian mandando todavia , en una Venezuela normal, con un espectro politico normal, con su izquierda, su centro y su derecha.
Nestor Suarez
nsuarez07@hotmail.com
@Nestor_Suarez

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PACIANO JOSÉ PADRÓN VALLADARES, NO A LA CHISMOSA

          No podía imaginar Fidel hace medio siglo -cuando impuso la inhumana tarjeta de racionamiento manual a las familias cubanas- que podría ordenar ahora para Venezuela la misma tarjeta, pero con el pomposo nombre de control biométrico o captahuella, la tarjeta de racionamiento del Siglo XXI. Es humillante el trato de delincuentes que pretende dársenos a todos, sin que eso resuelva el problema del abastecimiento, cuya solución sabemos está en el incremento de la producción. Esta chismosa genera un sistema adicional de control y sometimiento del pueblo, al informar al gobierno qué compró, cuánto y dónde. ¿Nos calamos esta también? Por Dios, que la calle no calle, que se sienta la protesta popular y el mundo se entere de esta atrocidad. No a la chismosa.

        
Nicolás no puede ser tan torpe y sus colaboradores tan mediocres, como para no saber que el problema no radica en unos cuantos kilos de alimentos que puedan pasar los bachaqueros al otro lado de la frontera, ni en que la madre o padre de familia en vista de las penurias para adquirir productos esenciales, cuando los encuentran, compren unos kilos más de Harina Pan o azúcar, o unos litros adicionales de leche o aceite. Ciertamente que cuando un producto desaparecido se hace presente en los anaqueles, todo el que puede se lleva algo más de lo que requiere para la semana. Esto es humanamente comprensible. Nicolás sabe que el problema está en la falta de producción, y el único responsable es el régimen que ha declarado guerra a muerte a los productores.

         Voy a formular una pregunta, a riesgo de que se piense que estoy obsesionado en echarle culpas al ineficiente Nicolás. ¿La escasez no habrá sido expresamente estimulada y calculada por el gobierno? ¿No será que Nicolás quiere propiciar la salida de Venezuela de quienes, teniendo medios para irse, no están dispuestos a pasar más penurias? ¿No es imaginable que el gobierno, al estimular el desabastecimiento, esté facilitando la imposición de la libreta de racionamiento bajo la justificación de luchar contra el acaparamiento? Sea cual sea la motivación del régimen, la respuesta debe ser contundente: no nos calamos la vejatoria chismosa que informará al gobierno de lo que hago, violando así disposiciones constitucionales protectoras de nuestros derechos ciudadanos, entre otros el de libre comercio.

         No es un exabrupto pensar que la reciente visita de Nicolás a Fidel Castro fue para consultarle esta medida que ha venido imponiendo y que genera un rechazo general de la población. Nicolás declaró, “Fui a la isla para saludar a Castro, con quien estuve reunido seis horas”. Largo ese “saludo”, que por cierto pagó con dinero de los venezolanos. De su parte, Castro “destacó la ayuda que Venezuela envía al territorio palestino” y agradeció que “en el día de su cumpleaños Maduro le envió frutas y un traje deportivo”. De los regalitos a palestinos y a Fidel no hablo ahora, cuando pregunto: ¿las seis horas de conversación fueron solo de “saludo”? Nicolás añadió al regresar, “estoy fortalecido por el encuentro con Fidel”. Esa fortaleza, a no dudarlo, está en las órdenes que Fidel transmitió para seguir sometiéndonos e imponiéndonos a la fuerza este régimen comunista, inhumano y depredador. Dejar que se arraigue, más que una torpeza es un crimen.

         Levantar la voz contra este nuevo control que pretende subyugarnos es hoy objetivo fundamental de la lucha por la libertad. Esta bandera suma a todos los integrantes de la alternativa democrática, más aún, suma también la voluntad de compatriotas que no obstante que creen en las banderas de la autodenominada revolución bolivariana, están en franco desacuerdo con estos controles y limitaciones que desmejoran brutalmente nuestra calidad de vida, y golpean derechos fundamentales.

         El silencio hoy es complicidad con estos destructores de la Patria y violadores de derechos humanos. No quiero una chismosa que esté diciéndole al gobierno qué compré, cuándo, dónde y en qué cantidad. Este tema y las consignas por la libertad no pueden quedarse solo en periódicos y rodando por las redes sociales. La calle debe conocer de nuestra protesta. Que la calle no calle, es hora de unidad en la acción para derrotar las pretensiones de Nicolás.

Paciano José Padrón Valladares
E-Mail: pacianopadron@gmail.com
Twitter: @padronpaciano


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ODOARDO LEÓN-PONTE, PETRÓLEO EN TRES TIEMPOS.

La aparición del petróleo hizo posible la transición de nuestro país del oscurantismo a la modernidad, pero desde su aparición ha sido manejado en distintos tiempos según el gobierno de turno, sin que haya habido un telón de fondo común y continuado que formara parte de una política igualmente continuada y orientada al desarrollo del país y su gente. Al ser propiedad de un estado sin una sólida institucionalidad y en un país con escasa cultura ciudadana, con el manejo del petróleo desde el punto de vista político las consecuencias han significado, sin lugar a dudas, un perjuicio eventual y definitivo para el país y su gente: solo se han beneficiando grupos de poder en sus intereses personales y políticos.

CONCESIONES
Durante el gomecísmo, el petróleo se dio a través del régimen de concesiones y, por necesidad, a las empresas extranjeras y estas lo explotaron para su beneficio y colateralmente el del país a través de la modernización que vino con ella, pero con poco beneficio para el país, excepto en cuanto al desarrollo en términos de la información sobre su la existencia y disponibilidad y el desarrollo de la tecnología para explotarlo. Aparte, el sistema de concesiones se usó para beneficiar a adeptos y familiares del régimen y eventualmente fueron a parar a las manos de las empresas petroleras. En etapas subsiguientes se dieron más concesiones para ampliar los ingresos del estado en base a una mayor producción.

ESTATIZACIÓN
Con el inicio de la modernidad, comenzó también la reglamentación de la explotación del recurso petrolero pero igualmente comenzó la interferencia del gobierno en su desarrollo más allá de lo que resultó ser conveniente, frenándose el crecimiento de la actividad con la excusa politiquera incrementada de que las restricciones se debían a que el petróleo era explotado solo para beneficio de intereses foráneos y en perjuicio de los intereses venezolanos. Se manejaba el petróleo dentro de los visos del socialismo (enfoque orientado a la excusa por la incapacidad) que siempre rodeó y sirvió de base electoral a los gobiernos de turno del Siglo XX en la época democrática (incluyendo aunque no lo fuera e iniciándose con el gobierno de AD del ’45). Se impuso un freno a lo que pudo haber sido la conversión del país en una gigantesca potencia petrolera. Recordemos que para ese entonces no había aparecido el Medio Oriente con su gigantesca disponibilidad de crudos de excelente calidad. Con esa enorme competencia, unida a las limitaciones a su explotación basadas en “el control de las empresas básicas”, llegamos a la políticamente ansiada estatización de la actividad petrolera. Una cosa con la otra y manejando siempre el petróleo como  base política subyacente con fines político-electorales, con la creación de Pdvsa continuó el deterioro en la capacidad del país para explotarlo por insuficiente disponibilidad de fondos para invertir en su desarrollo. Llegamos a la apertura petrolera para permitir en crecimiento que no podíamos lograr directamente a través de Pdvsa Siglo XX. Se reabría una carretera vieja para fines necesarios. 

GALLINA SIN CABEZA
Y finalmente llegó el chavismo, una suerte de “hacemos lo que nos da la gana” sin pies ni cabeza, apoyada en la ilusión de que los ingresos irrefrenables permitirían las mayores locuras y que Pdvsa Siglo XXI podría convertirse en la estructura paralela de gobierno para todo propósito nacional e internacional. Así, se convirtió a la industria petrolera en una gallina sin cabeza (“headless chicken”) que, unida a la insuficiente actividad privada maniatada por el gobierno y a los escenarios existentes internacionalmente, hacen imposible enderezar la actividad petrolera, ahora única  proveedora de recursos y convertida en inviable por el camino transitado que nos va convirtiendo en país igualmente inviable.

Odoardo León-Ponte
odoardolp@gmail.com
@oleopon

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EDDIE A. RAMÍREZ S., OPINADORES Y ANALISTAS POLÍTICOS

Opinadores políticos  abundan, analistas  escasean. Respeto a unos y a otros, pero existe una gran diferencia.

El opinador no tiene porqué ser ducho en la materia y generalmente se guía por sus percepciones  frecuentemente parcializadas.

El analista está en la obligación de profundizar en el tema y dar su punto de vista sin defender intereses propios o por simpatía con algunos de los actores o con determinada tesis. Sin pretender tener la razón,  el objetivo de este artículo  es  que reflexionemos acerca de algunos hechos sobre  los cuales opinadores e incluso muchos  analistas emiten sentencias con aparente  ligereza. He aquí algunos ejemplos.

¨ La llamada revolución de octubre de 1945 interrumpió  la evolución hacia una verdadera democracia y dio pie a la dictadura   de Pérez Jiménez¨:   Esta tajante afirmación quizá no analiza que se había cumplido un ciclo y que el país cambió  como consecuencia  de la II Guerra Mundial  y del incremento del ingreso petrolero. Ya Venezuela no aceptaba la hegemonía andina, ni la imposición, por el presidente en ejercicio,  del  nuevo mandatario.

¨ Por simple ambición los militares derrocaron a Gallegos¨:   Quien lea la prensa de la época y los libros escritos   quizá caiga en cuenta que todos los partidos de oposición apoyaron ese golpe y  por alguna razón  nadie defendió a quienes ejercían el poder.

¨Pérez Jiménez fue un gran constructor¨: Sin duda durante su mandato se inauguraron muchas obras de infraestructura, pero casi todas iniciadas en el período anterior y el dictador las finalizó gracias al auge petrolero.

¨La caída de  Carlos Andrés fue responsabilidad de los llamados Notables  y de la antipolítica¨:  Sin embargo se obvia analizar el descontento popular y dentro de las Fuerzas Armadas. Además se olvida que sus mismos compañeros de partido votaron su defenestración. 

¨El derrocamiento de CAP facilitó la toma del poder por Chávez¨: Pocos analizan qué hubiese pasado si CAP completa su período, para lo cual le faltaban solo unos  meses,  ¿acaso no hubiese ganado Caldera las elecciones y  Chávez lo hubiese sucedido ?  Considerando que el gran descontento militar  ya había ocasionado tres intentos de golpe ¿se habría producido otra intentona esta vez exitosa?

¨Chávez surgió como consecuencia de la antipolítica de los Notables y de algunos banqueros y directores de periódicos¨: ¿Acaso  no se había agotado el modelo político-clientelar y el país seguía el declive iniciado a mediados de la década de los setenta?

¨Chávez se consolidó a raíz de las grandes marchas y de la huelga cívica¨: Esta aseveración olvida  que la política asistencialista a través de las misiones, algunas de ellas exitosas en su inicio, le granjearon grandes simpatías en los estratos C, D y E de la población.

¨Los trabajadores petróleos ha debido permanecer en sus puestos para no ceder espacios¨:  ¿Acaso trabajadores de otras empresas que permanecieron en sus puestos pudieron impedir que el régimen las tomara por asalto?

¨ Como consecuencia de las protestas estudiantiles y la propuesta de La Salida, los chavistas cerraron filas alrededor de Maduro¨: ¿Es o no cierto que es inevitable que la dirigencia chavista para defender sus prebendas cierre  filas cuando se ven amenazados, pero que el pueblo  sigue abandonándolo como demuestran las encuestas? 

Solo ejemplos para reflexionar.

Como en botica:

1.- Apoyamos las iniciativas de Venezuela Constituyente, Ciudadanos por la Unidad, Congreso de Ciudadanos y MUD. En aras de la unidad, los instamos a un pronunciamiento conjunto en el que soliciten a la población  no  aceptar la tarjeta electrónica de racionamiento, rechacen  el aumento de la gasolina y venta de Citgo,  adquieran  compromiso de candidatos únicos para las parlamentarias, de  intensificar las protestas cívicas y  exijan la libertad de los presos políticos y  regreso de los exiliados ¿Es mucho pedir?

2.- Al valiente  Iván Freites lo despidió ilegalmente Pdvsa y ahora lo retiraron de la dirigencia sindical por denunciar que la tragedia de Amuay se debió a ineptitud operacional y gerencial y a falta de mantenimiento

3.- ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!


Eddie A. Ramírez S.
eddiearamirez@hotmail.com
@eddieAramirez

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