jueves, 28 de agosto de 2014

GABRIEL BORAGINA, PAÍSES CAPITALISTAS

Es mucha la gente que cree, posiblemente una mayoría, que vivimos en un "sistema capitalista". Cuando digo que no es así, no pocas personas se quedan sorprendidas y perplejas.

Recientemente, un amigo, con quien conversaba del tema, en obvio intento de "refutación" me preguntó si "Canadá.... Alemania... Australia..." me parecían socialistas.
Mi respuesta fue "depende". -"Depende ¿de qué?"- Me volvió a preguntar. Depende de "qué" estemos hablando de esos países, porque una cosa es referirse al país como tal (entendido en cuanto a su población y sistema económico) y otra muy diferente es si lo hacemos en relación a su régimen político. En general, nuestra sociedad esta tan politizada, que la mayoría de las personas confunden el sistema de producción de un país con su régimen político y, fundamentalmente, ideológico-político.
De este modo, si atendemos exclusivamente al sistema económico, todos los países del orbe, sin casi excepción, serian todos capitalistas, ya que sin un mínimo capital sería imposible subsistir a nadie. Pero si admitimos que todos los países son capitalistas por esta circunstancia, también podemos darnos cuenta que todos los gobiernos de esos países -que llamamos capitalistas- son mayoritariamente anticapitalistas. Y esto también cuenta para los ejemplos de mi amigo. De allí que, carezca de mucho sentido hablar en general de "países capitalistas", porque si lo hacemos desde el punto de vista crematístico, estaríamos diciendo una obviedad, por lo ya señalado antes. Pero raramente la gente común se refiere a ese aspecto puntual cuando cita a países como Canadá, Alemania, Australia, etc. como países "capitalistas". En realidad, están queriendo describir su forma de gobierno, o a su sistema político o -con más precisión- a la ideología de los gobiernos de esos países. E inciden en error, por cuanto los gobiernos de esos países no son "capitalistas" sino anticapitalistas. ¿Por qué razón? En primer lugar, porque el capitalismo no es una "ideología". Y en segundo lugar porque -precisamente- esos gobiernos viven (subsisten en rigor) del sistema capitalista. En otras palabras, consumen de él, de la misma manera que un parásito se alimenta del organismo al cual parasita. Eso es -ni más ni menos- lo que los gobiernos hacen con sus países. La diferencia radica en cuántos de ellos lo hacen más y cuántos menos. En este último grupo aparecen los que -según el vulgo- simulan ser más "capitalistas".
De la confrontación entre un país capitalista y un gobierno (de ese país) anticapitalista surge un sistema hibrido que ha recibido el nombre de intervencionismo. Y dado que -como hemos señalado- la mayoría de los países capitalistas tienen gobiernos anticapitalistas, el verdadero sistema que impera en esos países es el mencionado: intervencionismo. No es exacto seguir hablando o insistiendo en la "existencia" de "países capitalistas". Lo que tenemos que hacer es empezar a llamarlos por su realidad. La única realidad resultante de esa antinomia dada, en la que un país capitalista (PCA) tiene un gobierno anticapitalista (GAN) lo que siempre da como resultado un sistema intervencionista (SIN). Brevemente representado por la fórmula:
PCA - GAN = SIN
Notemos que GAN siempre aparece restando a PCA, por eso el resultado siempre es SIN. Si en lugar de GAN tuviéramos GPCA (= a un gobierno pro-capitalista) el resultado sería una sumatoria, en la cual el producto seria SCA (un sistema capitalista) o concisamente:
PCA + GPCA = SCA
Pero está claro que este no es el caso actual de la mayoría de los países. En el mundo de nuestros días sigue vigente la ecuación:
PCA - GAN = SIN.
Es decir, lo que tenemos es intervencionismo. NO capitalismo.
A veces se habla de gobiernos intervencionistas, terminología no objetable siempre y cuando entendamos que en lo único que puede intervenir el gobierno es en el sistema capitalista. De otro modo ¿qué sentido tendría el verbo "intervenir"? ¿En qué otra cosa podría "intervenir" un gobierno si no es en el sistema de producción del país que precisamente gobierna? Se ha querido objetar a esto último con que no toda intervención es económica, sino que podría existir intervención no económica, por ejemplo legal, mediante el dictado de leyes. Pero esta no es una réplica válida, por cuanto los gobiernos intervienen interfiriendo en la actividad económica a través del decreto de legislación. Legislación, precisamente, anticapitalista. Con lo cual, arribamos al mismo resultado que quienes pretendían contradecirnos querían negar.
Obviamente que, a pesar de que la gran mayoría de los sistemas económicos mundiales son intervencionistas, ello no implica ni significa de manera alguna que todos los intervencionismos sean iguales. Los hay mayores y menores. Pero ¿de qué depende esta magnitud? Un parámetro de medición posible es calcular la incidencia de la intervención sobre el capital. Por ejemplo, como vemos en la siguiente tabla:

Donde P es país; GI es grado de intervencionismo; K es capital, y CI es el coeficiente de intervencionismo.
De esta manera, en P-1, suponemos un país con un stock de capital total de 10 (miles, millones, billones, trillones, etc. o su equivalente en bienes de capital) y con un GI de 25. Este último valor puede representar cualesquier medida gubernamental que tienda a restringir o controlar K. Por ejemplo, podrían ser leyes impositivas que graven K (o cualquier otra medida económica gubernamental). En este caso, el coeficiente de intervencionismo será de 2,5. Los supuestos de los países 7, 8 y 9 muestran un intervencionismo bajo, dado que las medidas anticapitalistas (8, 6, 5 respectivamente) son menores a los stocks de capital totales existentes (9, 9, 10 respectivamente). En consecuencia, afectan mucho menos a dichos capitales. 
El país menos intervencionista de todos es el P9. Y el más intervencionista es el P-2, porque la incidencia GI sobre K es menor en P9 y es mayor en P2 respectivamente. Y si bien los casos de los países P-1 y P-5 son casi idénticos en cuanto a sus CI; en P-5 tanto el grado de intervención como el stock total de capital son mucho menores que en P-1.
Gabriel Boragina
gabriel.boragina@gmail.com
@GBoragina

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