martes, 12 de agosto de 2014

NELSON CASTELLANO-HERNÁNDEZ, ADIÓS A “EL UNIVERSAL”

El pasado 30 de julio recibí un mensaje del diario El Universal, en el cual de manera correcta y escueta se me informaba que debido a la reestructuración editorial que adelanta el diario, no podían continuar publicando mis artículos… temporalmente.

Esperaba el mensaje desde el momento que vi, como uno a uno le decían adiós a otros articulistas de gran renombre. Había tomado la decisión de aguantar hasta que la nueva dirección del diario tuviera que consumar el atentado contra la libertad de expresión.
Es oportuno el momento para agradecer al excelente profesional Miguel Maita, jefe de las páginas de opinión, la confianza que me brindó al ofrecerme un espacio en ellas. Me siento honrado y agradecido por su apoyo profesional.
Tengo que reconocer que al momento de leerlo sentí como un escalofrió, vino a mi mente la imagen de los presos judíos en los campos de concentración, a quienes los nazis obligaban a cavar las tumbas donde caerían ellos mismos al dispararles por la espalda.
Espero de todo corazón, por respeto a su profesionalidad y por el bien de la prensa libre, que una vez que terminen de enviar todos esos mensajes, no reciban por la espalda uno similar.
Un diario como El Universal marcó pauta para el lector venezolano, presentando información valiosa, objetiva, respetando la libertad de opinión pero apoyándose en fuentes seguras.
Sus páginas publicaron noticias, entrevistas, reportajes, caricaturas, crónicas, documentos, análisis y opiniones. Cumpliendo siempre con la ética periodística, manteniendo su independencia frente al poder político, el económico y dándole cabida a las opiniones confrontadas.
Sus periodistas investigaban, explicaban, narraban, describían, analizaban. Dialogaban con el lector, quien percibía, este país, su realidad, su cultura, su gente, dibujado con palabras.
Son muchas “las voces” que han atravesado la historia de este diario, las que pareciésemos escuchar a través de los caracteres. Narraciones escritas a través de todos los sentidos del profesional de la prensa, permitiéndonos profundizar en las circunstancias, en la voz de un personaje, en los detalles, en la descripción de las situaciones, en las implicaciones y las consecuencias de la noticia.
Todo lo que hacía de El Universal la referencia. Además de ser un medio de información, este periódico prestaba un servicio cívico positivo, ¡se arriesgaba a decir la verdad!
Convencido que el pueblo tiene derecho a estar informado con objetividad, no se limitó a observar pasivamente y a comunicar la realidad. Fue más allá, ayudó a comprender y a alertar sobre la realidad que se avecina.
El cambio de su línea editorial es quizás el comienzo del fin de su historia, que esperamos sea “temporal”. No es necesario ser adivino para pronosticar que su “audiencia” en el futuro será la misma que la del adefesio en que transformaron la antigua Radio Caracas Televisión o la de Globovisión. En un país donde la mayoría de los habitantes piensa que el presidente miente, los órganos de prensa afines a su régimen sufren del mismo mal. Los millones pagados para comprarlo, son una inversión sumamente costosa con el único objetivo de silenciarlo.
Son pocos los medios libres que quedan, el régimen no se detendrá hasta obtener la hegemonía comunicacional. Una apuesta desesperada por acallar la voz del venezolano libre, el que no se pliega, que sigue gritando “abajo cadenas” dentro su propio yo.
Lo que no ha entendido este Gobierno, es que él se cae por su propio peso, por su incapacidad, por su indiferencia ante los problemas que sufre su pueblo. No es un periódico el que inventa la noticia, es la realidad que todos vivimos lo que crea las condiciones.
No ver, no escuchar y no hablar como los tres monos aquellos, no detendrá la rabia, el descontento y la indignación que crece en el corazón de cada venezolano.
No es preciso que un diario describa las colas para encontrar que comer. No se necesita que se enumere la cantidad de muertos de cada semana, ni la situación de las morgues o la escasez de urnas, para ocultarle la verdad a cada familia que entierra sus muertos.
Que no hay medicinas, repuestos ni insumos para la producción. Que el país está quebrado, que regalaron nuestros recursos, que van a subir el precio de la gasolina, pero seguirán regalando el petróleo a Cuba, no necesita ser publicado.
Nadie ignora que las empresas de maletín se robaron los dólares, ni que este gobierno es corrupto, que no castiga a los culpables y defiende a sus narco generales. La mayoría militantes del partido de gobierno o enchufados con el régimen.
Todos los venezolanos saben que las fuerzas armadas reprimen ferozmente a los estudiantes y que los presos políticos nos son culpables, que aquí se violan los derechos humanos. La verdad es que querer silenciar a la población y a los dirigentes de la oposición es la prueba más simple de su debilidad, en el fondo les temen.
Sin libertad de expresión no hay democracia ni libertad, lo que la palabra civilizada puede contener, canalizar, explicar, solicitar, presionar o proponer. Queda a la buena de Dios, huérfana de tribuna, reprimida dentro del pecho del venezolano justo.
Con prensa libre o no, algo se está gestando en el alma del venezolano, harto del abuso, del descaro y de la corrupción. Un sentimiento irresistible pronto a convertirse en una marea humana.
Se acerca el día en que el ultimo que pronuncie la frase de que “tenemos patria”, para seguir burlándose de los sentimientos de una sociedad, probablemente le falte tiempo para salir corriendo antes que le restrieguen su propia medicina.
Hace unos cuentos años, una Reina allá en Francia, en su inconsciencia recomendó que le dieran pasteles a una población que no tenía ni pan para comer.
Allá se dio una verdadera revolución, no un quítate tú para ponerme a robar yo, mucha sangre corrió, muchas injusticias se consumaron de manos de las turbas, rodaron cabezas.
En el pasado el mundo presenció la imagen de Benito Mussolini colgando cabeza abajo al lado de su mujer. Hace menos tiempo fueron grabados Ceaușescu y su mujer en Rumania, dando alaridos antes de ser ejecutados.
Recordamos también al “hermano” Saddam Hussein último dictador implacable que gobernó Irak, siendo extraído de una ratonera para ser colgado poco después y a Muhammad Gadafi implorando clemencia y despedazado a quemarropa.
Todos ellos, tiempo antes de los hechos descritos se sentían todopoderosos, tenían la hegemonía comunicacional y controlaban toda la prensa en sus países respectivos.
Ex Cónsul de Venezuela en París
Presidente de Venezuela-Futura, Francia
nelsoncastellano@hotmail.com

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JESÚS GONZÁLEZ BRICEÑO, EL CIVILISMO SUCUMBE MIENTRAS L0S DEMÓCRATAS CABILDEAN: LA REALIDAD DEL COMUNISMO INTERNACIONAL ESTÁ LATENTE, DESDE 1917.

La  realidad, la  cruda y triste realidad ,es una sombra que cada vez más cubre y devora nuestras instituciones civiles sin que se vislumbren   muy pocas esperanzas de redención en una nación en que sus instituciones civiles y democráticas plasmadas en nuestra Carta Fundamental, van desapareciendo paulatina pero rápidamente en estos tiempos presentes en que el régimen avanza con una estrategia efectiva para destruirlas  mediante la rebatiña de la casi la totalidad de los medios de comunicación impresos, radiales, televisivos y propagandísticos, afianzada en  el  desconocimiento y violación de  los derechos humanos y el adoctrinamiento de adultos, alfabetos  e analfabetos, y  en los niños y adolescentes de  escuelas y liceos donde los maestros bolivariano-castristas se encargan de difundir las doctrinas  totalitarias para moldear sus mentes inocentes y frágiles ansiosas del conocimiento para  albergarlas en su  psiquis y en su contexto cultural.

Este es un proceso ideado por Marx y sus seguidores castristas importados por Chávez y Maduro que responden  al mejor método para eternizar los postulados ideológicos  revolucionarios en los más jóvenes en la búsqueda del Hombre Nuevo, distinto del demócrata y civilista para suplantar la sociedad burguesa-capitalista del modelo  democrático, por una sociedad de zombis y ciudadanos dóciles, obedientes y respetuosos para imponerles  las penurias y escasez que crearon, desde 1917, las dictaduras del proletariado en la URSS, China, Corea del Norte, Camboya, en la Península Escandinava, la región báltica, Europa oriental, El Tíbet y tantas otras naciones que lograron deshacer el hechizo del adoctrinamiento y la  represión de las fuerzas militares y policiales, pero que aún subsisten y pretenden extenderse en Ecuador, Nicaragua, Bolivia, y en Colombia ( ?), Venezuela y en Cuba, de la mano de la dictadura  cruel y maléfica castrista, en la que observamos  la tristeza y miseria de sus 11 millones de habitantes reflejadas en sus trajes  y  calzados harapientos, en  sus entornos urbanísticos favelizados, en sus déficit de medios  e insumos del hogar y su alimentación, y más que todo ,en su desesperanza  de 53 años de sometimiento.
En nuestra nación está a punto de consolidarse esta usurpación fraudulenta  ideológica-revolucionaria para crear un nuevo acervo e idiosincrasia que dé al traste con un borrón y cuenta  nueva  que  se inicia con un período de conflictividad social  transicional que en poco tiempo, muy breve, se convertirá en  una pasividad total de las instituciones seculares democráticas, de los defensores de los derechos humanos, de la disidencia política activa, de los comunicadores sociales  y la sociedad civil en general , de los paladines de la economía privada y los derechos económicos de las familias y grupos sociales, mientras que la nomenclatura castro-militar se erige como una nueva clase revolucionaria poseedora de las riquezas y de los proventos de la renta petrolera con los negocios contractuales y favores del régimen-
Desgraciadamente ya estamos pisando este etapa final de la imposición del comunismo autoritario  debido a la pulverización de lo que se llamamos  o  se llama La Mesa De La Unidad Democrática, que no ha podido resistir   los embates  de  Maduro, según ella, analfabeto y con sus  discursos cursis, falta de formación académica para asumir  la máxima magistratura, en fin de sus  maduradas, lo mismo que sucedió con el Tte.  Coronel Hugo Chávez que nos gobernó durante trece años y no más porque  su enfermedad se lo impidió.
La  MUD  se precipitó en el abismo de las ambiciones personales, banderías político-partidistas, incapacidad  de muchos dirigentes, miedo de perder sus feudos partidistas y las migajas  que recogen en  los festines de baltazar, y, otros, por su connivencia y colaboracionismo  con el oficialismo. La renuncia de Aveledo ha sido muy criticada por los principales factores oposicionistas, una pérdida lamentable  para la disidencia. En Verdad ramón hizo un  buen papel  pero ¿Qué se logró en cinco años? Derrotas y seudo derrotas fraudulentas y al final  nada  se obtuvo, pero sólo queda división y anarquía…
Loa jefes de las facciones o partidos políticos de la MUD esgrimen la bandera de  Unidad Con Pluralismo  en el que  se  escuda  cada parte integrante,  lanza discursos para reafirmar sus liderazgos partidistas, otros hacen propuestas grupales, una asamblea constituyente, una asamblea, la Salida, las  conversaciones de paz y reconciliación  con el régimen, en fin cada  partido  o grupo  defiende su   propio proyecto desconectado e independiente del  resto de la Unidad Democrática. En la búsqueda de la Unidad fraccionada  logra desunirse, lamentablemente, efecto contrario a lo deseado... las razones, existen distintos y diferentes intereses de cada partido, económicos, políticos, personales y estratégicos, porque como dice un  hombre de a pié, un ciudadano común entrevistado,  existe una alianzas en la MUD pero solamente electoral, es decir para obtener cargos para ellos y sus organizaciones políticas. No nos olvidamos de  este partido es el que más obtuvo votos, aquel es el segundo y así sucesivamente. Y lo mismo pasó al presentarse la elección de una tarjeta única y unitaria. Ya conocemos los resultados electorales. Y hoy  manejan las elecciones parlamentarias del 2015, con la creencia de que pueden  ganarlas, pero en realidad  será otra derrota y  el PSUV determinará cuáles opositores  podrán acceder  a las curules parlamentarias. En etapa tan crítica como la reciente pasada y la actual no se puede  pensar en estratégicas y tácticas pluralistas dentro de un esquema unitario. Chávez, Maduro y Diosdado, con toda la sabiduría política,  han empujado la unidad orgánica de los revolucionarios… dentro de ella todo, fuera de ella nada…. Lo peor es que aún en la crisis actual los líderes oposicionistas siguen machacando este eslogan fatal para el logro de sus propósitos: dios salve al rey.
Dada la situación actual, valdría la pena preguntarse.
¿Por qué los parlamentarios elegidos en el seno de la unidad han olvidado las promesas hechas a sus electores?
¿Por qué los comunicadores sociales permiten la censura y la difusión de la propaganda procaz, fariséica y falaz  en los medios de comunicación social?
¿Por qué los  medios  impresos, radioemisoras y televisivos  del país son vendidas por sus propietarios al gobierno?
¿Por qué los padres y representantes y sus gremios  permiten el adoctrinamiento de sus niños y adolescentes por maestros cubanos?
¿Por qué los voceros de  fedecámaras  se incorporaron a las mesas de negociación sin obtener ningún resultadom positivo?
¿Por qué los políticos opositores e independientes defienden con  meridiana claridad un canal televisivo a sabiendas de la confiscación y compras fraudulentas de medios de comunicación y los abusos y censuras del gobierno?
¿Por qué   la mayoría de los jefes de fracciónes de la mud defienden aún la necesidad de entablar diálogos con el régimen    a pesar del fracaso de las mismos?
¿Por qué se ha olvidado las impugnaciones nacional e internacional de la elección  presidencial fraudulenta del presidente  maduro?
¿Por qué no se ha conseguido la libertad de presos y el regreso al país  de los exiliados  políticos después de rogar  y pedir por ellos?
Estas y muchas otras preguntas pudiéramos hacernos ante una  realidad que muestra  la crisis en que se ha precipitado la MUD  y el camino inexorable del  avance indetenible del imperialismo comunista y el cabildeo de sus constestatarios sin que se vislumbre una salida civilista y democrática del país. Lo demás es pura elucubración y paja.
Jesús Rafael González Briceño
jesusrafael768@gmail.com
@jesusgonzalezbr

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JESÚS ALEXIS GONZÁLEZ, JUSTEZA EN EL PRECIO DE NUESTRA GASOLINA.


Ante un tema de marcada trascendencia socioeconómica para Venezuela, como es lo referente al aumento del precio de la gasolina (disminución del subsidio), observamos ciertas opiniones sesgadamente contradictorias tales como: 
(1) Tenemos el precio de la gasolina más bajo del mundo (correcto), pero igualmente tenemos la inflación más alta del mundo (inflación acumulada 1998-2013: 3.120%); 
(2): El precio de la gasolina tiene 17 años congelado (correcto), pero fue a partir del 2005 cuando la industria empezó a producir con pérdidas (un precio que no cubre los costos); 
(3): Tenemos el consumo de combustible per cápita más alto del mundo por unos 8.640.000.000 litros/año (correcto), pero al propio tiempo existe un deficiente sistema público de transporte (que no se verá afectado ya que en su mayoría consumen diésel); 
(4): Ha de reducirse el tamaño del subsidio interno (elevando su precio), en aras de disminuir las pérdidas de PDVSA (correcto), pero pretenden destinar el monto de los ingresos adicionales a varios programas sociales, sin incluir a la industria petrolera que continuaría trabajando a perdidas en el área de combustibles, 
(5): Ha de aumentarse el precio internacional a efectos de disminuir el subsidio externo y contrarrestar el contrabando (correcto), pero ello por sí solo no justifica la acción ante nuestro bajo nivel de exportación de combustible; 
(6): El impacto inflacionario al corto plazo por el ajuste interno del precio de la gasolina, no será superior al 10% (correcto), pero a la par de ello, el resto de la economía se mantendrá en una tasa promedio mensual de inflación cercana al 6% (72% anual) ante la continua monetización del déficit fiscal (emisión de dinero inorgánico), la sobrevaluación de la moneda (fundamento para la devaluación), una tendencia creciente del gasto público marcadamente clientelar, una lenta recuperación de las reservas internacionales, en razón a la existencia de una economía de puertos superior al 60% del consumo nacional, una muy reducida participación de las exportaciones no petroleras, y una elevada incertidumbre para invertir que aleja las intenciones privadas nacionales y extranjeras; 
(7): Al corto plazo se aplicara una devaluación bajo la figura de una unificación cambiaria (correcto), ello generará (a menor costo social directo) un ingreso fiscal muy superior al de un aumento (posible) de la gasolina. Vale la pena destacar, que la política económica durante el periodo 1998-2002 se caracterizó por una política fiscal y monetaria equilibrada y ajustada a la dinámica económica imperante; orientación que cambio bruscamente a finales del 2003 y especialmente a partir del 2004 como respuesta a la elevación del precio del petróleo y al incremento de los ingresos fiscales (superior al 50%), momento en el cual se asume una política fiscal y monetaria expansionista en armonía con un aumento del tamaño del Estado en la economía e igualmente se materializa desde entonces una subordinación de la economía a la dictadura de los mecanismos monetarios y cambiarios.
En 2005, como ya mencionamos, PDVSA empieza a vender gasolina en el mercado doméstico por debajo de sus costos de producción (refinación) y transporte habida cuenta del congelamiento del precio,  conformándose un subsidio interno que evidentemente se traslada al mercado internacional (con contrabando incluido) configurándose un subsidio externo. En función de cuantificar el potencial monto anual del subsidio interno, asumimos como hipótesis que PDVSA “debería vender” a un precio-costo de 3,03 Bs/litro (2,75 bs/litro por refinación más 0,28 Bs/litro por transporte y comercialización), siendo que en la actualidad se vende a 0,097 (el tipo de mayor demanda) es decir 2,93 Bs/litro por debajo del costo total (3,03 menos 0,097 Bs/litro); monto que podemos calificar como un subsidio al consumidor final, o lo que es lo mismo un monto no pagado de 2,93 Bs/litro. A efectos prácticos, establecemos relación  con 40 litros como la capacidad promedio de un tanque de gasolina, en aras de estimar el subsidio vehicular semanal equivalente, que se ubicaría en 117 Bs (2,93 Bs/litro por 40 litros), para un subsidio mensual de 468 Bs/vehículo y anual de 5.616 Bs/vehículo, cifra esta que al multiplicarla por un parque automotor aproximado de 4,5 millones nos arroja un subsidio global anual de Bs 25.270 millones. En esta hipótesis, el aumento del precio representa para el consumidor una variación cercana al 3.000% que en cifras absolutas indica un nuevo gasto mensual de Bs 485; cifra que representa un 11% del salario mínimo (percibido por más del 50% de la fuerza de trabajo nacional). Nota: Dejamos al interés del lector, estimar el efecto que representaría un ajuste del subsidio superior al precio-costo, o situarlo a nivel del precio promedio internacional (¿?).
Reflexión final. Resulta una profunda obviedad, “afirmar” que el precio de la gasolina debe aumentarse ante las pérdidas que experimenta PDVSA (y no como una estrategia de corte fiscalista); sin embargo desde nuestra visión este señalamiento de “perogrullo” debería, en todo caso,  aplicarse paulatinamente en al menos unos 4 años hasta alcanzar el precio-costo; en estricta correspondencia con un plan de rescate del equilibrio macroeconómico procurando en simultaneo neutralizar en el bienestar colectivo tanto el efecto gasolina como los otros impactos inflacionarios, muy especialmente en lo que atañe al deterioro del salario real. En apego a una racionalidad del pensamiento (y al costo político implícito), el Gobierno anuncio no tener apuro en aumentar la gasolina (correcto), lo cual nos permite inferir que dedicaran un tiempo prudente para evaluar el basamento conceptual y metodológico de un afinado sistema de precios para los combustibles y de los efectos socioeconómicos que tal sistema pudiere generar; teniendo como premisa que no existe mejor política social que una buena política económica orientada hacia la socialización del progreso.
Jesús Alexis González
Jagp611@gmail.com         
@jesusalexis2020

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GABRIEL S. BORAGINA, SOBRE LA LÓGICA Y LAS "CLASES SOCIALES"

La fórmula marxista tan trillada de "lógica de clases" en que se basa todo su andamiaje, y con el cual se pretende construir la "economía marxista" no tiene ninguna clase de fundamento. La naturaleza humana es común para todos aquellos seres que participan de la misma. 

La expresión sociedad abierta, tomada del filósofo vienés K. R. Popper, equivale a lo que nosotros llamamos sociedad liberal. Ciertamente es en las sociedades cerradas (totalitarias) donde aparecen las "clases sociales", principiando con la más ostensible división de clases que emerge de inmediato: la de los que dominan y mandan –por un lado- y la de los que son dominados y obedecen –por el otro-. 
Allí sí, dichas categorías son no sólo reales sino -y por sobre- todo inamovibles (salvo por causa de alguna revolución que derroque a la anterior clase dominante sustituyéndola por la antes dominada). Sin embargo, en las sociedades libres es imposible que esto último suceda, dado el dinamismo propio inherente al liberalismo.
Probar la unicidad de la lógica surge asimismo del estudio de la estructura de la lengua:
"Las traducciones a las diversas lenguas, también permite poner en evidencia que las reglas de la lógica son universales y no circunscriptas a ciertas regiones, por más interferencias que pretenda introducir el polilogismo marxista de la clase o el polilogismo racista. 
Nunca se explicó concretamente en qué consisten las diferencias entre los silogismos proletarios respecto de el de los burgueses o el de los arios respecto de los semitas, ni tampoco en qué consisten específicamente las modificaciones que se operarían en las estructuras lógicas de un proletario que pasa a la condición de burgués o viceversa, o qué ocurriría en la mente de los hijos de una semita y un ario. 
Si en el proceso de traducción de una lengua a otra, cierto vocabulario no resultara suficiente para expresar una idea, aparecerán neologismos del mismo modo que la riqueza gradual en los conceptos expande cualquier lenguaje, y si en definitiva no resultara apropiado, se sustituirá por otro."[1]
 Significa que la tesis marxista-racista del polilogismo naufraga cuando debe acreditar la existencia de la pretendida "lógica proletaria" por un lado, y la supuesta "lógica burguesa" por el otro lo que, a la fecha, no ha pasado de ser una mera declamación dogmática del marxismo, que luce más como instrumento de dominación política que como recurso o herramienta intelectual.
La ciencia económica encuentra sus fundamentos en la ciencia lógica, como lo hacen todas las demás ciencias en sí mismas. Y así como resulta un completo absurdo pretender hablar de una ciencia "alemana", "irlandesa" o "nipona", es igual de ridículo hacerlo de una ciencia "musulmana", "cristiana", "aria" o "judía", o lo que es lo mismo, decir que existiría una economía "semita", otra "aria", "burguesa", "proletaria", "noruega" o "mexicana". Todas estas expresiones carecen de razón de ser y resultan totalmente disparatadas.
El polilogismo racial lamentablemente todavía sigue siendo compartido por una proporción no escasa de personas, si bien no con la virulencia y la fuerza de la época en que fuera formulado por los nazis. Lo que quizás más empañe en nuestros días el estudio de la ciencia económica es el grado en el cual se acepta la falsa idea -inculcada por K. Marx- respecto de la vigencia de un polilogismo "clasista", dado que ha conducido a la "doctrina" de las "clases sociales", y generado una terminología clasista que aun –y a veces en forma inconsciente y hasta "inocente"- es utilizada por una cantidad importante de personas:
"También vale la pena mencionar su teoría del polilogismo que significa que los hilos mentales del proletario son de una naturaleza distinta de los que operan en el burgués. Ni Marx ni ningún marxista mostraron jamás en qué se diferencia un silogismo proletario de uno burgués ni cómo se modifica cuando uno cambia a la condición de otro.....Marx con su materialismo histórico sostenía que las estructuras productivas determinan el pensamiento en lugar de seguir el camino causal inverso para distinguir al ser humano de lo inanimado y poder hablar con propiedad de pensamiento."[2]
Lo grave del polilogismo reside justamente, a nuestro modo de ver, en lo que señala el último párrafo de la cita anterior. Para el marxismo, las estructuras productivas "determinan" el pensamiento y -por ende- el de las "clases sociales", sin advertir que se trata justamente de lo contrario: es el pensamiento lo que determina las diferentes estructuras productivas. Estas son efecto y no causa, con lo cual se desmorona el "concepto" de "clase social".
Si esto no fuera así, jamás hubiera sido posible el crecimiento económico de país alguno, ya que en todos los casos debería haber existido una "estructura productiva" previa que condicionara a los hombres a actuar. La historia –en cambio- nos demuestra palpablemente que, cuando los españoles conquistaron Sudamérica no encontraron en ella ninguna "estructura productiva" anterior que los condicionara a formar alguna especie de "clase social" (en un sentido o en otro). Es más, sabemos que al llegar no encontraron "estructura productiva" alguna. Lo mismo cabe decir respecto de los primeros colonos de Norteamérica. En ambos casos, colonizadores del norte como conquistadores del sur, lejos de encontrar en América "estructuras productivas" de ninguna índole sólo hallaron tierras desérticas, climas inhóspitos y -en el mejor de los casos- pobladas ocasionalmente por salvajes, obviamente sin "estructura productiva" previa que los condicionara "clasistamente", ya que en la mayoría de los casos, los aborígenes americanos vivían de la caza y de la pesca cuando se trababan de tribus pacíficas, o bien de la depredación cuando -por el contrario- resultaban violentas.
 Lo que describe el fracaso de quienes intentan llevar el polilogismo a categorías antojadizas, como las de "izquierdas" y "derechas", "gorilas" y "peronistas", "progresistas" y "reaccionarios" y sandeces por el estilo. 

[1]Alberto Benegas Lynch (h) Entre albas y crepúsculos: peregrinaje en busca de conocimiento. Edición de Fundación Alberdi. Mendoza. Argentina. Marzo de 2001. Pág. 72-73
[2]Alberto Benegas Lynch (h) Las oligarquías reinantes. Discurso sobre el doble discurso. Editorial Atlántida. Pág. 230-231

Gabriel Boragina
gabriel.boragina@gmail.com
@GBoragina

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TULIO HERNÁNDEZ, PATRIA Y MUERTE


Aunque Gardel haya predicado lo contrario, diez, quince o treinta segundos pueden ser una eternidad. Lo entendí a plenitud el lunes pasado cuando me percaté de la cercanía mortal de una pistola más grande que el rostro del adolescente que me apunta mientras me pide el reloj, el celular y la cartera.
Está ocurriendo a plena luz del día. Tres o cuatro de la tarde. Final de la avenida Casanova. Caracas. Estoy tras el volante de uno de los muchos vehículos hace rato detenidos por la descomunal tranca. A pocos metros, en la esquina, cuatro policías bolivarianos conversan distraídos.
“No uso reloj, no llevo cartera, pero tengo dinero en el bolsillo”, le digo, con el poco de voz que el miedo permite. “El celular está en la chaqueta, en el puesto de atrás”, agrego. Y cuando me vuelvo a buscarlo para entregárselos, el adolescente, flanqueado por dos más, escupe: “Si te mueves te quemo” y hace como que va a apretar el gatillo.
Entonces comprendo la gravedad de la situación. Porque el adolescente está tan asustado como yo. La pistola tiembla entre sus manos. Entro en crisis y trato de calmarlo para calmarme a mí mismo. Recuerdo escenas de Diles que no me maten de Freddy Siso cuando el personaje interpretado por Asdrúbal Meléndez implora de rodillas por su vida.
Cierro los ojos esperando el pistoletazo y pienso alocadamente. En los amigos que nos ruegan que emigremos del país. En Y salimos a matar gente, el libro de Alejandro Moreno. En la ironía de que hace años, en 1993, participé desde la UCAB en uno de los primero estudios que alertaba sobre el crecimiento exponencial del homicidio y la barbarie, publicado luego bajo el título de La violencia en Venezuela, y ahora, me digo, estoy a punto de convertirme en solo una cifra más, un objeto y no un sujeto de estudio.
Como en un flashback final, largo y melancólico, decenas de rostros se atropellan en la memoria. Los amigos, los panas inolvidables. Los padres y los hermanos. Las mujeres que he amado, hermanas, amigas, novias. Pienso que Marianella me está esperando. En Rut y en Eleonora. En Isira. Incluso en Teo, nuestro perrito fiel. Y, al final, como una pesadilla diabólica se atraviesa aquella escena de ese fracaso sin retorno llamado Andrés Izarra, ministro oficialista, carcajeándose ante las cámaras de CNN para burlarse de los muertos, de las cifras de homicidios que con rigurosidad científica aportaba esa noche el sociólogo Briceño León.
En cinco minutos la vida es eterna, cantaba Víctor Jara. Entonces, como si de un arcángel se tratara, el tercero de los adolescentes, el que parece mayor, le dice al que tiene el dedo en el gatillo: “No dispares, este hijo de… está muy nervioso y nos va a meter en un peo”. Y corren.
El conductor del carro de adelante le avisa a los policías de la esquina. Los cuatro se acercan. Caminan lentamente. Como quien está de vacaciones. Uno de ellos, la mujer, me pregunta: “¿Es verdad que lo atracaron con un arma? ¿Quiere poner la denuncia?”. No le respondo. Los miro en silencio, como hace alguien que sabe que está siendo tomado por tonto. “Si no quiere que lo ayudemos, entonces jódase”, dice y me dan la espalda.
Mientras los veo alejarse una tonelada de adolorida tristeza y desamparo infinito me aplasta contra el volante que abrazo. El dolor de recodar que solo en Caracas han ingresado a la morgue de Bello Monte, en lo que va de año, 2.900 cadáveres de venezolanos asesinados. Que en el año 2013 murieron en las mismas condiciones, la mayoría abaleada, 25.000 personas. Y que en los catorce años de gobierno rojo el acumulado de asesinatos asciende a 200.000.
Veo la espalda de los cuatro pusilánimes de uniforme verdinegro y pienso que los venezolanos de estos tiempos somos unos desamparados. Que no tenemos un Estado que nos garantice el derecho a la vida. Ni policías que nos protejan. Jueces que castiguen a los criminales. Cárceles dignas donde se les reeduque. Pienso, de acuerdo a la propaganda oficial, que lo único que tenemos es patria. O muerte. O, mejor, patria y muerte.
Tulio Hernández
hernandezmontenegro@cantv.net
@tulioehernandez

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ALBERTO MEDINA MÉNDEZ, EL ANHELO, EL ESFUERZO Y EL CAMBIO, DESDE ARGENTINA

Todas las sociedades aspiran a vivir mejor. Hablan de progreso, sin aclarar que el deseo no alcanza. Tampoco sirve demasiado repetirlo hasta el cansancio y llenarse la boca de discursos grandilocuentes para que se convierta en realidad. Hace falta bastante más que eso.

Para conseguir triunfos extraordinarios hace falta mucho más que una retórica elaborada. Se precisa pasar a la acción, llevar adelante esfuerzos incansables, prolongados en el tiempo, con una constancia a prueba de todo y esa perseverancia propia de quien tiene convicciones profundas, virtudes que no abundan a la hora de construir un vida en comunidad.

Es importante comprender que las ganas y el sacrificio tampoco garantizan los resultados esperados. Es que las ansias son necesarias y el esfuerzo es vital, pero son las ideas correctas las que hacen la diferencia. Si el rumbo seleccionado no es el adecuado, esa inmensa labor será inconducente.


Es allí donde claramente las sociedades contemporáneas no parecen encontrar el camino. Es saludable intentar entender como se produce esa secuencia de acontecimientos que configuran la realidad. Si se cree que todo ocurre por mera ventura divina, pues entonces, habrá que concluir que no vale la pena hacer mucho, ya que lo que viene, no depende del accionar de los hombres sino de la intervención celestial. En ese caso, parece mejor esperar que lo bueno aparezca y agradecer a Dios cuando ello suceda.

Para otros solo se trata de tener un poco de suerte, o al menos de evitar los sinsabores de la mala fortuna. En esas circunstancias, tampoco tiene sentido hacer demasiado. El futuro depende, desde esa perspectiva, del azar y entonces esmerarse no parece muy inteligente.

No falta nunca ese grupo que atribuye los descalabros y las crisis a las conspiraciones, a la participación deliberada y la actitud despiadada de confabuladores seriales que se ocupan de que todo resulte pésimo. Bajo esas reglas, no amerita hacer esfuerzo alguno. Después de todo, las fuerzas del mal son exageradamente poderosas y no fracasarán jamás.

Todas esas miradas invitan, directa o indirectamente, a la pasividad, a esperar, a cruzarse de brazos, a actuar como simples espectadores y por lo tanto renunciar al protagonismo, al trabajo y a hacer todo lo necesario para que el mañana sea distinto y no una mera proyección del presente.

Ahora, si se comprende que son los ciudadanos los que toman decisiones y son ellos los que hacen que las cosas sucedan, y que su participación incide, de algún modo, en su destino, pues en ese caso es central repasar que es lo que se debe hacer para que algo novedoso ocurra.

Queda claro que lo que se hace hoy es insuficiente. Es evidente que las ideas que se han defendido hasta aquí producen esto que se conoce como actualidad y por lo tanto se trata de construcciones intelectuales que han demostrado su absoluta ineficiencia, siendo más de lo mismo. De lo contrario no se podría convivir con tanta inseguridad, corrupción, injusticias, manipulación del poder y cuanta perversidad deambule por estas tierras.

Muchas veces, la sociedad no logra vincular los hechos y prefiere creer que con soñar alcanza. Es importante tener un norte como herramienta motivadora, porque estimula a tomar las riendas. Pero es falso suponer que solo por quererlo, todo ocurrirá favorablemente, como por arte de magia.

El deseo precisa de una acción decidida, de un impulso enorme, perseverante y sistemático. La historia reciente solo muestra espasmos que, como tales, se agotan en sí mismos, sin haber conseguido su meta por falta de profundidad, paciencia y claridad conceptual.

Cuando la victoria no aparece en forma automática, la ansiedad hace de las suyas y entonces todo vuelve a cero, con el agravante de que la desilusión y la desesperanza instalan la visión de que es imposible lograr algo positivo.

Hablar de esfuerzo, no es apuntar solo al sacrificio que implica esmerarse, sino también a pagar los costos derivados de los objetivos pretendidos. Nadie consigue grandes cosas sin tropiezos. Los logros muchas veces vienen de la mano de colosales renunciamientos. Es probable que muchos no estén dispuestos a hacerlo y eso explique en buena medida lo que pasa.

Si el deseo es potente y el esfuerzo constante, pero las ideas son las incorrectas, todo fracasará. Para ser optimistas hay que anhelar con entusiasmo, prepararse para hacer un esfuerzo gigante, pero además estar absolutamente dispuestos a cambiar, a dejar de lado los sistemas equivocados para reemplazarlos por las que han demostrado su éxito.

Los paradigmas con los que se analiza la realidad son determinantes. Si ciertas ideas no se reemplazan por las diametralmente opuestas, pues no habrá esfuerzo ni ganas que consigan algo interesante. Elegir el rumbo inadecuado conduce invariablemente a un fracaso predecible.

Todos los países son optimistas respecto del porvenir. Saben que recorren una coyuntura, pero también que esa circunstancia tiene fecha de vencimiento. Tienen esperanzas respecto de lo que viene, y confían en que todo será mejor. Pero ese pronóstico será el correcto solo si se comprende el vínculo profundo que existe entre el anhelo, el esfuerzo y el cambio.


Alberto Medina Méndez
albertomedinamendez@gmail.com
@amedinamendez


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FELIPE GUERRERO, ECOS DEL TORBES

Hace casi setenta lunas, esta aldea Tachirense abrió una nueva ventana al mundo: «ECOS DEL TORBES» es su nombre y su sonido.

Desde hace sesenta y siete años «ECOS DEL TORBES» ha sido micrófono abierto para que la libertad expresada en palabras, en ideas y en conceptos, vuele por los aires, penetre por todos los resquicios de los hogares del mundo y toque a la puerta de las conciencias, a fin de fecundar nuestras potencialidades y desatar la creatividad que, adormitada por los fríos de la montaña, estaba esperando una posibilidad para inundar todos los espacios.
Hoy como aquella tarde del nueve de agosto,  tras largos años de distancia nos reencontramos nuevamente con el alma  de Gregorio González Lovera, mientras un arcoíris de sonidos difundían aquel primer  generoso mensaje que se multiplicaba por los aires gracias a la magia de los sonidos que incorporaba el técnico Jesús Adrián Lugo acompañados por la presencia del Dios de la palabra que se manifestó en la invocación de bendición que realizó el sacerdote Leonardo González.
Hoy como en la hora fundacional, «ECOS DEL TORBES» nos permite reencontrarnos con lo más profundo, con lo más cabal, con lo más generoso del alma venezolana para afirmar valores que contribuyan a dignificar a la patria, como lo hicieron en su momento los pioneros de «ECOS DEL TORBES»
Al examinar el recorrido de esta ventana de democracia y pluralismo, tenemos la certeza de estar en presencia de uno de las grandes obras de la creación libertaria de Venezuela; que se agiganta al revisar todo cuanto ha hecho «ECOS DEL TORBES» en el campo del civismo, de su lucha tenaz contra las dictaduras y al advertir su temple democrático, nos permite apreciar la dimensión de esta institución para este lindero de la patria.
Mucho de ese resultado es fruto directo de la altura intelectual y ciudadana de Don Gregorio González Lovera,  quien al igual que el poeta del pueblo Andrés Eloy Blanco, nos invitó desde el primer día a  «No encanallecer el lenguaje  y menos aún la conducta, sino elevar el alma sobre todo egoísmo». Por eso desde hace Sesenta y siete años «ECOS DEL TORBES» ha sido micrófono abierto para difundir la transparencia y la luz multicolor de nuestra cultura y nuestra sociedad.
Desde hace Sesenta años «ECOS DEL TORBES» ha sido la emisora de todos, tan andina como el pasillo o el bambuco, tan  representativa de nuestra identidad como el café tachirense.
Hace Sesenta y siete años al abrir esta ventana, Don Gregorio González Lovera logró  perforar los cielos para surcarlos con las voces iniciales de «ECOS DEL TORBES». En ese instante estaba abriendo un espacio pequeño, para un proyecto grande. Ventana incipiente para altos sueños.
Desde este lindero de la patria todos los habitantes de esta aldea, festejamos complacidos esta histórica fecha. Porque  para los vecinos de esta comarca, «ECOS DEL TORBES», cree en la fuerza de lo pequeño y en la fecundidad de los espacios.
Porque  todos los paisanos tachirenses, tan andinos como «ECOS DEL TORBES», creemos en la libertad de la luz que los hombres de la montaña  llevamos dentro.
En estos tiempos donde hay millones de personas cuyas palabras no cuentan y cuyos mensajes están prohibidos, deseamos que «ECOS DEL TORBES», siga cumpliendo el mandato bíblico: «Levanta tu voz por los que no tienen voz: ¡defiende a los indefensos! Levanta tu voz y hazles justicia: ¡defiende a los pobres y a los humildes!» Proverbios 31,8-9

Felipe Guerrero,
felipeguerrero11@gmail.com

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ENRIQUE MELÉNDEZ, DALE MÁS GASOLINA

         Al fin Maduro se dio cuenta de que existe un flagelo en nuestra economía, que se conoce como contrabando de extracción, y como buen alumno del difunto, decretó que no exista más el mal.
        
CONTRABANDO DE GASOIL
Una persona que fue a Colombia, por cuestiones de trabajo, viene impresionada con la cantidad de productos venezolanos; que abundan en los puestos de buhonero, y que no se consiguen aquí o que hay que trajinar muchas horas en una cola o pateando calles, para poder lograrlo, y, por supuesto, tanto por la calidad, como por el precio son preferidos a los productos colombianos; pero, en especial, la gasolina.
THOR EL REY DEL MARTILLO
         Un negocio que ha vuelto millonarias a familias enteras; que le permiten a un oficial de la guardia nacional llevar una vida disipada, en términos de gastos personales; con una avidez por el dinero insaciable; habida cuenta de que uno los verá siempre en condiciones de miseria, pues así como les entra el dinero, así lo gastan; lo mismo que los fiscales de tránsito; lo que el venezolano conoce como la gente que vive del martillo en alcabalas móviles o en puestos fronterizos; que es por donde tendría que comenzar a poner la vista Maduro; preparar fiscales para que supervisen la racha de vida que lleva esta gente, con respecto a lo que ganan como funcionarios de la seguridad pública.
Ahora, ¿Maduro traería a colación el tema del contrabando de la gasolina en la línea en la que él está pensando, a los fines de preparar a la ciudadanía, para un aumento de su precio? Porque ese es el principal factor aquí, y nótese que Colombia, que tiene un nivel de producción petrolera ya un tanto cercano al nivel de Venezuela, y esto gracias a la presencia en su industria de los técnicos de Pdvsa, que Chávez despidió y, luego, persiguió sin contemplación alguna; no obstante el vecino país se rige por los precios internacionales en materia de combustible, y es por esto que les resulta un ñemeo el colocar la gasolina nuestra en el mercado informal colombiano o el de los países vecinos a las mafias de contrabandistas.
        
Ahora, ¿cuál es el principal contrabandista de extracción que tenemos los venezolanos? Cuba, que se lleva unos 110 mil barriles diarios de gasolina; con la mitad de los cuales hace en el mercado internacional, lo que los vecinos hacen en el mercado nacional de ellos, y sin pagarnos, absolutamente, nada; porque con la cuota de médicos que Cuba se trae para acá, supuestamente, a cambio de ese petróleo, hay que pagar también sus millones de dólares. Uno aquí observa que la revolución terminó siendo una conciencia enamorada: como esos sujetos que llegan a un burdel mostrando la paca de billetes, y al que comienzan por drogarlo, como se acostumbra ahora, y al que le sacan hasta el último cuartillo por sufrir de esa conciencia enamorada.
       
  Peor aún, esa gasolina que sale hacia los países vecinos, incluido el norte de Brasil, nuestro país la adquiere en el mercado internacional; tomando en cuenta que nuestras refinerías ya no trabajan de acuerdo a su máxima capacidad, dado el deterioro de sus instalaciones; incluyendo incendios, que se han producido en las mismas, y que, por lo demás, el gobierno se ha excusado diciendo que se trata de saboteos, y como no nos alcanza el dinero, habida cuenta de que Pdvsa no aporta lo suficiente; Chávez se encargó de matar a la gallina de los huevos de oro, a propósito de ese desmantelamiento que llevó a cabo de todo su personal más calificado, que es el que desarrolla hoy en día industrias petroleras a nivel mundial, como en el caso de Colombia, repito; no nos alcanza el dinero -digo, entonces tenemos que endeudarnos; acumulando hoy en día una deuda pública que sobrepasa los 200 mil millones de dólares.
         El hecho es que, quiérase o no, el aumento en los precios del combustible va; porque, de acuerdo a lo que más de uno ha comenzado a interpretar, el gobierno ha descubierto las enormes ventajas que le traería un aumento en términos de dividendos en los precios del combustible; ha echado cuenta, y ha visto que allí también tiene una caja chica, y la que le da un tiempo más de ganancia en su permanencia en el poder, ya que con ese dinero podrá seguir comprando voluntades; hasta que la inflación estalle más de lo que está ahora; porque, definitivamente, dicha medida traería su escalada inflacionaria, y las mesadas, becas y subsidios, que se le otorguen a los grupos paramilitares se vuelvan sal y agua, a consecuencia de dicha escalada, y con ello se genere un descontento generalizado; que no es que vaya a tener como consecuencia un estallido social; habida cuenta de que el gobierno se ha preparado, para sofocar cualquier manifestación de esta naturaleza, pero sí que le pudiera comenzar a indisponer a toda esta gente en contra suya, a propósito de cualquier evento electoral, que se atraviese, como sucedía en tiempos de la República civil, cuando entonces eran los adecos y los copeyanos los dueños de las instituciones, sólo que en una forma mucho menos chabacana que ahora; porque si alguien no es incondicional es el malandro, precisamente, porque su cabeza es hueca, y su vida, como bien lo demuestra la literatura picaresca, se basa en el corto plazo, de modo que nada se gana con contar con esta gente.
         Claro, también el gobierno se va a lanzar por esta vía, descartando que se vaya a producir un sacudón, como el que se desató el ya lejano 27 de febrero de 1989, y que todo el mundo asocia con el aumento de la gasolina que decretó el recién instalado gobierno de Carlos Andrés Pérez, junto con el famoso paquete de medidas de corte neoliberal, como se decía; primero, porque esa no fue la causa de dicho estallido, propiamente, y, segundo, porque hay conciencia de que, en verdad, la gasolina se regala en este país, y los que menos la disfrutan son los sectores D y E de nuestra sociedad.
Enrique Melendez O.
melendezo.enrique@yahoo.com
@emelendezo

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SAÚL GODOY GÓMEZ, HÁBITAT SOCIALISTA, VIVIENDAS INFRAHUMANAS,

He visto personas viviendo dentro de un carro abandonado, a otras en contenedores de carga naviera desechados; vi en Cuidad de México a gente viviendo dentro de cajas de neveras y en cuevas bajo tierra… el hombre puede hacer de un hueco su morada, sin ningún problema; permítalo y vivirá en botaderos de basura, los he visto en Mariche, rodeados de inmundicia; no hay sino visitar una cárcel en Venezuela para ver que tan degradado puede ser el hábitat humano; las cárceles han debido mejorar con un régimen que se dice humanista, pero, para los socialistas, la porquería tiene cierta “dignidad”, la pobreza y la miseria son temas para la exaltación y celebración.

Los socialistas piensan que las comodidades, la higiene, la limpieza, el orden, lo funcional y hermoso son aberraciones capitalistas, y eso se refleja inevitablemente en sus conceptos de lo urbano, de lo social. Tuve oportunidad de ver las condiciones de vida de algunos refugiados que el gobierno mantenía, bajo su administración y control, en las instalaciones del Hipódromo de Caracas, en la parroquia El Valle; el espectáculo que se ofrecía era simplemente dantesco, al punto que no pude contener el vómito ante una escena que no debo repetir, pero que presencié en un lugar infernal debajo de las gradas; este tipo de acción gubernamental humanitaria, carente de todo sentido humano y humanístico, refleja lo que es capaz un gobierno cuando glorifica la degradación humana y la lleva a la animalidad más pura.
Todo el aparato conceptual y de valores de la revolución bolivariana está contagiado por esta idea de lo que es un ser humano, carente de todo contenido humano, vaciado de sus atributos y puestos al servicio de la idea de “la necesidad” que es el motor del sentimentalismo socialista.
En su interesante estudio Ideología y ciudad en el “Socialismo del siglo XXI”, el profesor Oscar Olinto Camacho, expresidente de Conavi, explica como el régimen comunal, totalmente inconstitucional, fue creado por Chávez para que interviniera y manipulara la planificación urbana, y su idea de las ciudades socialistas, tienen raíz en el control político de las comunidades, desarrollos estos desarticulados de toda concepción urbana coherente.
El ícono que identifica el desarrollo chavistas, su idea de progreso y de urbanismo, la archifamosa Torre de David, un edificio que iba a ser un centro financiero, quebró, no fue concluido y lo invadieron personas que necesitaban un refugio, es este momento es objeto de medidas de desalojo y el gobierno de Maduro ha puesto su destino en las resultas de una supuesta discusión pública.
En otros artículos he argumentado que la consecución de una vivienda es, para toda persona, un proyecto de vida; primero, porque es costosa y adquirirla requiere de mucho trabajo y ahorro, segundo, porque implica el hogar, que es darle cobijo a una familia, un grupo de personas en convivencia, con sus costumbres, cultura y gustos, todos bajo un mismo techo.
Una vivienda no se hace de la noche a la mañana, toma tiempo y amor, llevarla a nuestros deseos, llenarla con nuestras cosas y recuerdos, sentirnos a gusto y lograr que la gente quiera visitarnos; las personas que tienen más de una vivienda son la excepción, mantener dos o tres casas cuestas una tonelada de dinero y es un quebradero de cabeza. Las personas pasan por un proceso largo antes de poder coronar con una vivienda propia, primero viven con sus padres, luego rentan una propiedad, seguidamente compran un terreno para hacer su casa o se meten en un apartamento, si la familia crece y las oportunidades de prosperar se presentan, se vende el apartamento y se da como inicial para una casa u otro apartamento más grande y mejor ubicado, y así, poco a poco, hasta poseer la casa que uno quiere o puede… llegar allí puede tomar toda una vida.
En Venezuela tenemos un decir popular: “El rancho, se lleva en la cabeza”, el rancho es la vivienda básica, es más bien un refugio auto-construido con materiales precarios y técnicas rudimentarias en una parcela de terreno que no es propia, ni está sujeta a la norma legal, que no tiene servicios y que, por lo general, está situada en medio de algún desarrollo informal, en áreas de alto riesgo geológico.
La vivienda, el rancho, es el resultado material de lo que se tiene en la cabeza, que no es otra cosa, en el caso aludido, que el uso de la ley del menor esfuerzo ante las necesidades perentorias de la vida; el siguiente paso a vivir en una cueva es vivir en un rancho. 
No hay mucho de dignidad, ni de estética, ni de confort en la idea de un rancho, los he visto en las inmensas barriadas del sur de Valencia, son lugares donde la carestía y la necesidad se entrecruzan con una absoluta falta de intimidad y seguridad.
Los socialistas, en estos últimos cuarenta años de supuesta democracia, han tenido la mala costumbre de tratar de enaltecer el rancho como símbolo de la “vida buena” del venezolano; confundiendo el término humilde con el de insalubre, quieren elevarlo a la imagen de vivienda digna, por el simple hecho de que una buena parte de venezolanos vive en esas construcciones para resolver sus necesidades primarias.
La verdad es que estas grandes barriadas representan un caudal importante de votos para partidos con inclinaciones populistas y en nuestro país son muchos los partidos políticos y sus candidatos quienes han comprado esos votos regalando láminas de zinc, bolsas de cemento y bloques para la construcción de esas viviendas.
Por supuesto, hay ranchos de ranchos, los hay mucho más acabados otros sólo son un techo de zinc sostenido por cuatro varas y paredes de tablones de madera; quienes han consolidado su posición, la han mejorado levantando columnas con cabilla y cemento y paredes de bloques, techos impermeables, amplias habitaciones y han hecho llegar todos los servicios a su hogar, la mayor de las veces, robándoselos de las redes públicas; pero sigue siendo un rancho, en medio de la miseria y carestía, lejos de los servicios de transporte, seguridad, salud y aprovisionamiento… por supuesto, en las grandes barriadas y favelas suramericanas, sus mismos habitantes han sentido la necesidad de organizarse para poder suplir los servicios básicos, entre ellos un cierto orden que se acaba cuando llegan las bandas armadas.
La principal característica de estos asentamientos informales es el hacinamiento; la gran densidad poblacional viene impuesta por la carestía de la tierra, y al no haber espacio, la gente se apiña unos sobre otros, dejando apenas el espacio para estrechas calzadas y caminerías.
En estas colmenas humanas nace obligatoriamente una comunidad, pero no tan “cristiana primitiva” como aquella que tenía unos valores de vida, ni tan solidaria como nos lo quieren hacer creer los teóricos del poder popular; hay entre esas barriadas comunidades que se hunden en el vicio y la violencia de manera irremediable, lugares donde la civilización tiene el nombre Smith & Wesson o Glock, donde la droga y la prostitución son los rituales del día.
Porque todos esos barrios, unos buenos y otros malos, tienen una historia, unos dueños, unos jefes que no tienen nada que ver con el gobierno, evolucionan o desaparecen; son pocos los barrios que permanecen iguales a como empezaron y muchos, aguijoneados por el miedo de que los desalojen, que alguien les reclame un mejor derecho por las tierras que ocuparon y los saque, pues con esa premura construyen, invitan gente, traen la familia lejana, aparecen los equipos que levantan ranchos y los venden en un pestañear y el barrio crece en días, en semanas, como una burbuja de jabón.
Y si las bandas armadas se hacen del barrio, entonces instauran la organización de “los pranes” y someten a todos los habitantes a la servidumbre de los más guapos.
La vida del pobre y los barrios no es algo romántico, ni es parte de la vida del hombre natural, del obrero luchador, del venezolano patriota, ideas que se cuelan en el discurso socialista, lo que hay en los barrios es un espeso caldo de nacionalidades, de necesidades, de sueños rotos, de esperanzas nutridas por los discursos de los políticos, hombres y mujeres usados y desechados.
Por todo lo anterior, me repugnan en gran medida quienes se valen de de esa gran masa de desheredados de la vida para timarlos en sus esperanzas por una mejor vida, que les venden el discurso de que ser pobre es bueno, que quieren pintarles el rancho para que se vean bonitos pero jamás brindarles la oportunidad de salir de ese infierno en la tierra; porque, detrás de esos engolosinados discursos, la verdadera intención es que se queden allí para siempre, hacer el gasto mínimo para su redención, un cable metro, un “pudreval”, un centro comunal, un refugio… y dejarlos que se sequen y mueran en esos cerros y quebradas, en esas invasiones de terrenos y construcciones que ya nadie quiere; porque los que tienen el rancho en la cabeza no son sólo los que viven en un rancho, también lo tienen quienes quieren que los pobres jamás salgan de allí.
El problema de las favelas, de las barriadas informales, de los desarrollos fuera del control del urbanismo estatal, permeados por los avatares de la autoconstrucción, que sufren muchos de los centros urbanos en nuestro subcontinente, en muchos casos se resume bajo la filosofía pragmática y oportunista de “ya están allí, son una realidad inescapable ¿Qué hacemos? ¿Ignorarlos? ¿Desocuparlos y derribarlos?”
Esas preguntas por lo general son respondidas con el alegato de que nada se puede hacer, sino ayudarlos, intervenirlos, mejorarlos, debido a la magnitud del problema; para muchas ciudades latinoamericanas, estos desarrollos informales a veces representan más del 50% del territorio urbano. Pareciera una fatalidad que debemos consolidar de la mejor manera, pues se trata de comunidades y personas arraigadas en un lugar y que han desarrollado una cultura que merece respeto y consideración, así se hayan iniciado y desarrollado fuera de la ley, a espaldas del urbanismo de las ciudades y sin tomar en cuenta patrones de seguridad, higiene y paisajismo, por no hablar de las formalidades sobre la tenencia y los deberes como propietarios o usuarios de tales unidades de habitación.
Los urbanistas y arquitectos socialistas nos hablan de personas con 50 y más años de posesión de estas unidades de vivienda, que han invertido esfuerzo y dinero y que, de alguna manera, han generado derechos. A falta de una autoridad que, en su momento, no puso orden en estos desarrollos, ni de un gobierno que atendiera estas migraciones del campo a la ciudad, la gente, el pueblo, se las arregló para darse ellos la vivienda que necesitaban a su mejor entender.
Los sociólogos y antropólogos comunistas nos hablan de un imaginario, de una ocupación del territorio que para ellos son atributos sagrados, que están por encima de la seguridad y la vida de los miembros de esa comunidad, es curioso, en vez de querer liberarlos de sus cadenas de pobreza, los atrapan a su actual condición para inmovilizarlos.
Tanto la presión de las comunidades como las políticas públicas que se han derivado de esta calamitosa situación, nos hacen pensar que se trata de un callejón sin salida: las barriadas están allí, no hay remedio, hay que soportarlas y aceptarlas como un hecho consumado.
Pero la verdad es que el Estado y la banca privada deben reactivar el esfuerzo de construir viviendas populares, como se hizo en Venezuela en los años cincuenta y sesenta, buenos desarrollos para los trabajadores, con planes viables de financiamiento, acompañados de múltiples empresas de la construcción que empezaban y terminaban sus obras a tiempo, en coordinación con toda esa infraestructura de servicios y bienes al servicio del sector constructor, cumpliendo los planes del otrora Banco Obrero, activando un mercado de trabajo inmenso para tantas especialidades involucradas (carpinteros, herreros, ingenieros, paisajistas, plomeros, arquitectos, abogados, transportistas, albañiles, etc.).
No hay sustituto a flexionar el musculo del estado en el esfuerzo por dotar de vivienda dignas, y digo dignas de verdad, una primera vivienda para jóvenes profesionales, para matrimonios que empiezan una familia, no hay manera de obviar las redes de inversión, la cadena de construcción, los mecanismos financieros, las políticas públicas de dotación de soluciones habitacionales, sin eso, el urbanismo es imposible, y seguirá ganado terreno la informalidad.
Lo que sucede es que, por mucho tiempo, el estado socialista ha querido obviar su deber, ha gastado una fortuna inmensa en planes de vivienda que no han funcionado, de acuerdo al Centro Internacional para investigaciones en Derechos Humanos (CIIDH) hasta el 2013, el gobierno había gastado 13.743 millones de dólares en la Gran Misión Vivienda, el doble del presupuesto nacional de Guatemala para ese año, y con unos resultados que no se ven, principalmente por la corrupción y la ineptitud, ha permitido que la informalidad y la improvisación campeen y ha dejado a la buena de Dios la planificación a la que se debe como ente rector del área.  Entre los muchos vicios que ha traído se encuentra la centralización y concentración de viviendas en los cascos centrales de las ciudades, no ha construido servicios nuevos para el incremento de densidad que estos desarrollos informales han producido, practicante han promovido el hacinamiento con sus secuelas de violencia.
La mayor parte de esas barriadas, en peligro e inhumanas, pueden canjearse por mejores soluciones de hábitat que impliquen no sólo una mejor calidad de vida, sino trabajo digno y bien remunerado; reubicarlas puede ser trabajoso, pero no imposible, con la planificación de un sistema de ciudades, de un buen transporte masivo (intra y extra) urbano y rápido, con áreas naturales y de esparcimiento, provistos de buenos y eficientes servicios públicos.
No debemos dejarnos engañar por los funcionarios que, ahora, después de tanto mal gobierno, quieren traspasarle las responsabilidades a la sociedad civil y ellos lavarse las manos como si no fuera su asunto, a pesar de cobran un sueldo y se llenan la boca de que son ministros.
La planificación urbana corresponde a un gobierno responsable, el tiempo perdido, los errores cometidos no deben ser ocultados debajo de la alfombra, el problema de los barrios informales debe ser encarado y resuelto.
Saul Godoy Gomez
saulgodoy@gmail.com
@godoy_saul

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