Aunque el interés de una devaluación solamente favorece al régimen y sus compinches, los efectos de esta última se traducen en un aumento de los precios montante en casi un 100%.
VOCEROS
DEL ENGAÑO
Luego
de escuchar a Nicolás Maduro, en su discurso de Memoria y Cuenta 2013, diciendo
que “hay dólares para todos”, su subalterno, ministro de Energía y Petróleo,
además de presidente de PDVSA y vicepresidente para el Área Económica, Rafael
Ramírez, lo desmintió al rebatirle tan comprometida y resonante declaración. De
manera que todo aquello quedó como una pedestre “Memoria y Sin Cuentas” toda
vez que una semana después, el personaje de marras, sorprendió al país político
y económico sometiéndolo a una nueva devaluación por la cual el bolívar fuerte
terminó escurriéndose entre las rejillas del colector de inmundicias instalado
en Miraflores para vaciar la corrupción
que ahí se ha acumulado.
A
todas estas se ve que el régimen se estremece ante sus infamias y en su propio
patio. Le huye a problemas que el mismo provoca. Se escabulla al sólo percibir
el nombre: devaluación. El desespero es de tal tamaño, que en su intención de
aparejar el entuerto, tiende a estropearlo todo. Y del peor modo. O como dice
el refrán, “el tiro le salió por la culata”. Con todo el sarcasmo que significa
atreverse a decir que lo expresado son “decisiones económicas que buscan
estimular la conciencia nacional”, las revelaciones de Ramírez sólo servirán
para acabar de hundir no sólo el sentido de socialismo que el régimen ha
pretendido reivindicar desde la escarapelada noción de “trabajo” cuando reitera
que esta ideología apunta a elevarle la calidad de vida al trabajador
otorgándole mayor valor a su trabajo. Asimismo, seguirá aplastando al país en
términos de su concepción democrático–institucional como lo establece la
Constitución de la República cuando exhorta a “la defensa y desarrollo de la
persona y el respeto a su dignidad”.
Las
medidas anunciadas por Rafael Ramírez, aparte de las complicaciones que habrán
de generarle a las ya derruidas cuentas nacionales, a consecuencia de obtusas
políticas públicas, infestadas además de un mal dispuesto populismo, deprimirán
aún más el valor del trabajo ya bastante magullado por las anteriores contracciones
que igualmente ha conllevado la moneda venezolana. De ahí que ante tan bárbaros
anuncios, es indudable que el país entrará en una fase todavía más irritante y
pesada de las que hasta ahora ha vivido. Aunque el interés de una devaluación
solamente favorece al régimen y sus compinches, los efectos de esta última se
traducen en un aumento de los precios montante en casi un 100%. El resultado de
llevar el cambio de 6,30 Bs/US$ a 11,30
Bs/US$, representa un duro golpe para el bolsillo de los venezolanos muchos de
los cuales siguen sin entender o saber que Venezuela se convirtió en el país
con la más alta inflación del planeta, con la más aguda corrupción y con la más
sombría transparencia administrativa entre el resto de naciones del mundo. De
manera que, cómo va a reponerse un país tan zarandeado por el colmo de
gobernantes ineptos e indolentes que sólo saben prescribir órdenes con base en
groseros enredos. No hay duda de que su insolencia los convirtió en voceros del
engaño.
VENTANA
DE PAPEL
¿PAÍS
A PRECIO DE GALLINA FLACA?
Los
más avezados economistas han anunciado que el colapso económico venezolano es
indetenible. Las medidas asumidas por el régimen no obedecen a otra cosa
distinta que el desorden provocado por el desmedido populismo del cual se ha
servido para mantenerse en el poder. A pesar de los aumentos salariales
dictados a manera de proseguir ilusionando al pueblo, las sucesivas
devaluaciones ordenadas hacen nuevamente asomar la miseria con la cual vive el
venezolano en tiempos de socialismo “a la venezolana”.
La
destrucción del ahorro del ciudadano común, a consecuencia de la grotesca
emisión de dinero inorgánico para compensar la depredación de la cual es objeto
PDVSA, de licuar la deuda para encubrir los desequilibrios que viven las
finanzas públicas, de otorgar donaciones a países de PetroCaribe, otros de
PetroSur, o de realizar transferencias al FONDEM, egresos casi todos
arbitrarios e inconstitucionales, ha ocasionado la convulsión del país. Por
esta impúdica razón, lo cual revela el tamaño del desgobierno nacional, se
disparó la inflación a niveles exagerados respecto del comportamiento del resto
del mundo. He ahí el legado de Chávez. Precisamente, un legado que sólo dejó
carencias, insuficiencias, maledicencias y violencia. En lo inmediato,
comenzarán a develarse los efectos de las deudas contraídas. Las mismas serán
tan voraces, que éstas consumirán lo que pueda aprovecharse del crecimiento de
los ingresos petroleros.
La
crisis que embarga al país es tan seria, que hay quienes hablan ya de que
Venezuela pasará a vivir un tiempo apocalíptico inducido no sólo por la
acumulación de tantos absurdos asumidos por el régimen, en nombre de un falso
bolivarianismo, y que lo llevaron a tener que rebuscar dólares. Pero no tanto
para continuar su festín de corrupción, sino para derretirle cualquier
esperanza al venezolano de “a pié”. La hecatombe será de tal magnitud que
pareciera mejor cualquier negocio que suene a ventaja. O quizás, pueda lograrse
la venta del ¿país a precio de gallina flaca?
¿PDVSA
“EN PICO DE ZAMURO”?
Cuando
se dice que algo está “en pico de zamuro”, es porque está en medio de una
situación de peligro o en franco riesgo. Así está PDVSA, la otrora empresa del
Estado venezolano cuya actividad era referencia mundial. Actualmente, el
régimen la convirtió en una “bodega” de pueblo marginado. Su razón de ser, fue
tergiversándose a conveniencia de un proyecto político–ideológico que apenas
sirvió para enredar la funcionalidad del país para lo cual se desmanteló la
institucionalidad democrática que había apuntalado el desarrollo duramente
alcanzado hasta inicios de los noventa. Ante tan caótica causa, el régimen se
valió de la jugosa renta petrolera para incitar una imagen de país encauzado
por la revolución que, contradictoriamente, se empleó para apalancar la postura
socialista del país en la perspectiva geopolítica.
Esta
vez, los anuncios del presidente de PDVSA, Rafael Ramírez, tienen el propósito
de soportar el funcionamiento de esta empresa estatal toda vez que presupuestariamente
pudiera decirse que “está colgando”. Justamente, por el libertinaje del cual el
régimen se ha valido para empoderarse haciendo donativos internacionales que
para nada han beneficiado al país. Ahora, con exportaciones cada vez más
reducidas, y viéndose en tan crítica situación, imposible de superar con el
dólar a 6,30 Bs., se ha visto irremediablemente frente a la necesidad de
modificar el esquema cambiario para elevar la cotización del dólar a 11,30 Bs.
Estas decisiones tomadas a la luz de una cruda inflación, sumadas a gastos
ordinarios y extraordinarios por deudas atrasadas y obligadas compras de
títulos–valores al BCV, hicieron calamitosa la situación para PDVSA y por tanto
para el país económico y político.
Tan
dantesco cuadro configura una pesada carga financiera para el país que al
régimen le ha sido sumamente complicada superarla. A 6,30, PDVSA “hace aguas”.
De hecho ha dejado de hacer del conocimiento de la nación, sus cuentas por
cuanto ha venido convirtiéndose en una empresa altamente morosa con el propio
fisco nacional. Y esto, hace que no den las cuentas del sector público para
oxigenar las exigencias de 2014. De manera que ésta ha sido la razón para
formalizar estos encubiertos y engañosos anuncios que tienen cara y cuerpo de devaluación.
Y todo, porque además de lo quebrado que está el régimen y desde luego, el
país, por la ineptitud de estos gobernantes con ínfulas de sargentones, ha
hecho que la mayor empresa nacional esté en ascuas. O será que estará ¿PDVSA
“en pico de zamuro”?
“Para
el demagogo, vale más una mentira que incite ilusiones que una verdad que anime
contradicciones. Por eso sigue mintiendo. A pesar que las realidades
indiquen
lo contrario. Piensa que un engaño sostenido, puede convertirse
en una verdad, aunque sea mediocre” AJMonagas
@ajmonagas
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