“Nuestros representantes actuales gustan de
marcar que la corrupción es un hecho imposible de evitar. Quien no acepta el
negocio no es apto para participar del verdadero mundo del poder. Y además se
convierte en una molestia”. Julio Bárbaro
Han
comenzado a filtrarse, desde el profuso círculo médico que ha atendido a la
señora Presidente desde que asumió su mandato, algunos detalles mucho más
impresionantes que la pretendida trepanación de cráneo que fue la versión
oficial de la causa de la última internación. Quien mejor ha acompañado este
proceso es, obviamente, el Dr. Nelson Castro que, además de médico y
periodista, ha investigado en forma exhaustiva el tema de la salud de los
presidentes y vices argentinos. Con su habitual y mesurado estilo, ha descripto
con precisión cuanto ha sucedido, pero no garantizó la veracidad de la
información suministrada por la Casa Rosada.
He
hecho consultas al respecto, y cirujanos de altísimo prestigio y enorme
trayectoria me han asegurado que es prácticamente imposible que, después de una
operación craneana como la que, en teoría, se practicó a la señora de Kirchner,
el alta médica se otorgue con tal velocidad, ya que hubiera debido permanecer,
en terapia intensiva y en observación, al menos quince días. Algo de cierto
debe haber en lo que me dicen, ya que Lancha y Abalito tuvieron que recular en
chancletas después de informar que la viuda reaparecería en escena a los tres
días.
La
verdadera razón, entonces, podría ser –en términos físicos- la arritmia
cardíaca cuya existencia ha trascendido y que, además, sería la causa de los
habituales desmayos y caídas presidenciales. El periodista mejor informado de
la Argentina, en un imprescindible boletín privado, contó esta semana que
Cristina se presenta ya en público con un colaborador que, en las cercanías,
porta un desfibrilador. Todo ello, en el fondo, tampoco reviste demasiada
gravedad, ya que podría ser solucionado, rápidamente, con la implantación de un
marcapasos, que el progreso de la ingeniería médica permite que sea colocado
bajo la piel.
En
cambio, lo realmente preocupante es la confirmación de su padecimiento del “mal
de Pick”, que anuncié el 2 de enero de 2013 en una nota que puede verse en mi
blog, titulada “La Nariz”. Una sencilla búsqueda en Internet permitirá a los
interesados entender por qué este tema es en verdad grave, sobre todo por la
descripción de los progresos de esa enfermedad mental y el deterioro que
implican sobre el cerebro de quienes lo sufren.
Resulta
clara la razón por la cual el Gobierno no ha efectuado mención alguna al tema,
tanto por los efectos electorales que produciría reconocer que la única y
concentrada líder del “modelo” es, en realidad, alguien incapaz de continuar
ejerciendo tan alto cargo, cuanto por las implicancias institucionales que
acarrearía ese conocimiento sobre los dos últimos años de mandato presidencial.
O, si se quiere, a la misma voluntad de la viuda de Kirchner de huir para
evitar pagar la cuenta de esta década malversada y perdida ya que, descarto, no
querrá desactivar algunas de las minas que está dejando armadas para el próximo
gobierno.
Seguramente,
la afección debe haberse complicado aún más con el vergonzoso golazo en contra
que Juancito Cabandié acaba de infligir al equipo del ¿Frente para la Qué?. No
ha bastado el despegue de la responsabilidad política que, rápidamente,
ejercieron Martín Insaurralde y Daniel Filmus para compensar el daño que este
niñato prepotente ha producido en el futuro marcador del partido que se
disputará el próximo domingo 27.
Tanto
el propio candidato a Diputado nacional por la Ciudad, con sus idas y vueltas
para disculparse, como el Intendente de Lomas de Zamora, que ofreció a la
inspectora despedida su reincorporación y, a la vez, echó al Director de
Tránsito municipal, han sido contratados por Kolynos Massa como jefes de su
campaña electoral, ya que permiten que el tema permanezca en las pantallas y
primeras planas de todo el país.
Todavía
mayor, porque ha traído a la memoria los luctuosos crímenes de Once y Castelar,
será la repercusión –medida en daño electoral- de lo sucedido ayer, nuevamente
en el Ferrocarril Sarmiento, tal vez el más emblemático en la sociedad criminal
que mantuvo don Néstor (q.e.p.d.), a través de Jaimito, con los concesionarios
de los trenes urbanos. Aquí, la frase con que terminaré esta nota adquiere su
verdadera importancia.
En
otro orden de cosas, todavía más grave, si cabe, es la violencia que se ha
reinstalado en la sociedad argentina, de la mano de los barras bravas de los
clubs de fútbol, ponderados públicamente por la Presidente, y de los
narcotraficantes, que ya han comenzado a transformar a la Argentina en un
espejo de México o Venezuela. Si no asumimos ya mismo el problema, y no le
ponemos coto, en poco tiempo más contaremos los muertos por miles, como sucede
en la nación azteca y en el “paraíso” bolivariano. La obvia complicidad del
Gobierno, probada por la forzada desprotección de nuestras fronteras y por la
falta de radarización (tema al cual Anímal Fernández, siendo nada menos que
Jefe de Gabinete, le restó toda importancia), preanuncia cuánto se agravarán
estas situaciones –letales para cualquier país- en los dos años que restan del
reinado K.
Rosario,
que ha recuperado su fama de “la Chicago argentina” en recuerdo de aquélla que,
en Estados Unidos, fue tan afectada por las bandas mafiosas, ya ha batido todos
los records en materia de asesinatos de chicos, “soldados” de los narcos, no es
más que una muestra de anticipación. Por otra parte, los balazos a la casa del
Gobernador de Santa Fe o los hondazos –que pudieron ser infinitamente más
graves- a Massa en La Matanza, o el caos provocado por los seguidores de un
barra muerto a tiros en Munro en su entierro, deberían decirnos qué sucederá si
no actuamos ya.
Para
concluir, un anuncio y un pedido. El Frente Cívico y Social, al cual adelanto
no pertenezco, presentó un proyecto de ley para establecer una Comisión
Anticorrupción; he ofrecido mi colaboración a la misma –que aún no ha sido
aceptada- y pido a quienes queremos otra Argentina, que sólo será posible si
actuamos, se incorporen a esta iniciativa. Usted, lector, sabe cuánto he
escrito sobre este tema y qué propuestas (juicio de residencia, por ejemplo) he
formulado para combatir este flagelo; además, siempre puede ingresar a
http://egavogadro.blogspot.com.ar, donde todo se encuentra publicado.
Esta
misma semana, una ONG, Contadores Forenses, presentará a la Justicia un informe
que ratifica todo y cuanto he dicho en estas notas respecto al vaciamiento de
YPF, realizado por los Ezkenazi –socios y testaferros de Kirchner- y Repsol, a
partir de la “venta” del 25% de las acciones de la petrolera a la familia
“dueña” del Banco de Santa Cruz; ese accionar fue la causa fundamental de la
crisis energética por la que atraviesa la Argentina, que deriva en la necesidad
de importar US$ 13,000 millones de dólares por año en combustibles y, a su vez,
es la razón primigenia de la inflación que soportamos.
La
corrupción se vincula a la indispensable independencia del Poder Judicial, a la
transparencia de los debates legislativos, a la honestidad policial y, sobre
todo, a la probidad del funcionariado, pero también evitará la esencial e
indispensable complicidad de los empresarios. Terminar con ella implicará que
los fondos que hoy acaban en los bolsillos de quienes pueblan Puerto Madero y
los distintos countries que rodean a las capitales de todo el país lleguen a la
vivienda, a la salud, a la educación, a la seguridad, a la infraestructura que
todos necesitamos. No hay que olvidar, nunca, que LA CORRUPCIÓN MATA.
Enrique
Guillermo Avogadro
Twitter:
@egavogadro
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