martes, 1 de octubre de 2013

JUAN PÁEZ ÁVILA, DERECHOS HUMANOS, CASO VENEZUELA

        La salida de Venezuela de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos, tiene como objetivo dejar sin protección a los venezolanos víctimas de la recurrente violación de sus derechos constitucionales por parte de cuerpos represivos del gobierno, que se le puede convertir en un boomerang, debido a los compromisos que ha adquirido en diferentes tratados  internacionales que ha firmado y ratificado, como miembro la ONU y de la OEA que exigen su cumplimiento insoslayable.
El establecimiento de los Derechos Humanos en la Constitución Nacional y en todas las Cartas Magnas del mundo civilizado, y la creación de instituciones nacionales e internacionales para vigilar el cumplimiento de tales normas fundamentales en la sociedad contemporánea, es considerado como uno de los avances de mayor trascendencia en la búsqueda de un régimen que garantice el progreso material y espiritual del ser humano. Sin embargo,  no lo han podido disfrutar los pueblos donde  la cultura de la violencia  ha  predominado, en la conciencia no sólo  de los gobernantes llegados al poder por la fuerza de las armas, sino también en algunos casos ungidos por el voto mayoritario de la población.
Las grandes dificultades que han encontrado los seres humanos en el devenir de su evolución hacia una sociedad de tolerancia y de respeto a sus derechos, han sido muchos, la mayoría productos del mesianismo de algunos gobernantes  que para perpetuarse en el poder, han violado y violan lo que antes, ejerciendo la oposición, defendían. Y no es el último caso el único que la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos de la OEA denuncia, sino que en su último informe con relación al gobierno del difunto Presidente Hugo Chávez, devela centenares de hechos violentos contra adversarios del régimen o simples disidentes de sus políticas públicas, que han sido víctimas de la represión policial o de la acción judicial después de ser imputados de cometer delitos comunes sin que los fiscales ni los jueces hayan presentado pruebas convincentes y sobre todo señaladas como tales por las leyes vigentes.
La reacción del extinto Jefe del Estado y en particular de los representantes de los Poderes Legislativo, Judicial y Ciudadano, de rechazo  al informe,  y la descalificación a quienes lo elaboraron a partir de denuncias de familiares  o de las propias víctimas, revela la gravedad de lo que ha pasado en los  últimos 14 años y continúa pasando en nuestro país, cuyos altos funcionarios se niegan a discutir el contenido de dicho Informe porque se saben culpables de delitos de lesa humanidad, porque  ese Informe no tiene sesgo político.
El Informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, quedará en la OEA como testimonio de la actuación de funcionarios del gobierno que utilizan la violencia contra civiles indefensos, condenados por El Estatuto de Roma, aprobado y ratificado por Venezuela.  Si por ahora no pueden ser juzgados por sus delitos de lesa humanidad, éstos no prescriben y osu impunidad será transitoria, y sus autores recibirán la sanción de los tribunales nacionales e internacionales cuando las circunstancias lo permitan.
En el mundo contemporáneo ya existen casos ejemplares, en los que gobernantes y sus cómplices en la ejecución de acciones represivas, violatorias de los Derechos Humanos han sido apresados y condenados por tribunales internacionales integrados por jueces imparciales, verdaderos profesionales de la aplicación de la justicia. De allí que   algunos altos funcionarios del actual gobierno, responsables de delitos contra las personas inermes, civiles desarmados, manifestantes pacíficos, tendrán que responder en el futuro cercano o lejano, ante la justicia internacional
Y aunque es posible que con la entrada a MERCOSUR Nicolás Maduro se vea obligado a morigerar la represión policial y controlar, si es que puede,  a los grupos paramilitares, para cumplir con disposiciones del tratado integracionista, relativas a las libertades públicas, es necesario esperar las próximas ejecutorias gubernamentales. Lo que resulta evidente es que la salida de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, tendrá un alto costo político internacional,  y si la Mesa de la Unidad Democrática (MUD)   maneja acertadamente la bravuconada Madurista, el costo político puede ser también nacional y cobrado en votos el próximo 8 de diciembre.
Juan Páez Ávila ‏
@jpaezavila


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ALEK BOYD, LA HEGEMONÍA COMUNICACIONAL DEL CHAVISMO

El deplorable estado en el que se encuentra la prensa en Venezuela no puede sorprender a nadie. Ya lo decía Andrés Izarra, uno de los multiministros chavistas, poco después de la suspensión de la licencia y robo de equipos a Radio Caracas Televisión (RCTV): “La hegemonía comunicacional yo la lancé como una reflexión en el marco de la construcción del socialismo y lo dije en el sentido gramsciano. Gramsci no habla de hegemonía como lo están haciendo estos intelectuales de derecha, que lo quieren hacer ver como una imposición, como una dictadura, como una coacción sobre la pluridad, sobre la libertad de disentir, en lo absoluto.”

Es evidente que Izarra ha debido leer una versión edulcorada de la propuesta ideológica de Antonio Gramsci. Lo cierto es que en Venezuela, la hegemonía que existía y que mantenía el capitalismo del status quo -según el concepto gramsciano- ha sido suplantada por otra. Un simple enroque. Donde había una pluralidad representada por unos cuantos canales de televisión y periódicos, que en los 40 años previos al arribo del golpista Hugo Chávez al poder criticaban a tirios y troyanos, ahora hay una cuasi hegemonía comunicacional que ha ido apagando una a una las voces críticas. Pongamos ejemplos:

RCTV era el canal de TV con mayor audiencia en Venezuela, su licencia fue revocada en el 2007, y sus equipos robados por el estado venezolano -sin haber pagado hasta el día de hoy la debida compensación. RCTV fue relanzado como TVes y su audiencia desapareció;

Venevisión, tradicionalmente el rival de RCTV, ha erradicado la crítica de su programación desde que en aquella reunión no tan secreta de Jimmy Carter con su dueño (Gustavo Cisneros) y con Hugo Chávez en 2004 se obró el milagro de hacer desaparecer a esa planta del horizonte de blancos mediáticos del chavismo;

Globovisión era el único canal de noticias 24 horas en Venezuela, sus directivos fueron objeto de todo tipo de asedios legales y ataques, hasta que la situación se tornó tan insostenible que decidieron vender a un “grupo de empresarios” (liderados por Raul Gorrín) que se han hecho de oro con el chavismo;

Cadena Capriles, cuyos periódicos Últimas Noticias y El Mundo son, y con mucho, los de mayor tirada en Venezuela, adquirido recientemente por el banquero Víctor Vargas, quien se comenta habría operado como testaferro del gobernador chavista Tareck El Aissami;

El Nacional, uno de dos periódicos (junto a El Universal) considerado como decanos de la prensa en Venezuela, controlado por la exasistente del radical chavista Juan Barreto (Antonieta Jurado) y entre cuyos accionistas mayoritarios se encontraría Danilo Díaz Granados, uno de los operadores financieros predilectos del chavismo.

Tenemos entonces que los medios impresos y de televisión de mayor audiencia en Venezuela han sido o silenciados, o sobornados, o comprados por el régimen o sus testaferros. Habida cuenta del primitivismo que caracteriza la ideología chavista, tenemos que uno de los argumentos favoritos es aquel que mantiene que “los medios están en manos de la oposición”, o aquel otro que propugna que la “revolución bolivariana es víctima de una guerra mediática en su contra”.

El líder de la oposición, Henrique Capriles Radonsky, se ha visto en la necesidad de lanzar un nuevo medio virtual (Capriles.tv) cuyos valores de producción revelan la precariedad de su presupuesto. Este emprendimiento es producto de la disminución del número de medios independientes dispuestos a darle tribuna a sus opiniones. Así de plural es la arena mediática actual en Venezuela.

Mientras el régimen cuenta con una cantidad innumerable de radios comunitarias, canales de televisión nacionales e internacionales, medios impresos, oficinas y agentes de propaganda, sitios web, etcétera, los medios independientes que tradicionalmente proveían una perspectiva alternativa a la linea oficial están ahora en manos de los leguleyos del chavismo.

Es decir, salvo algunas excepciones a nivel regional, los medios de importancia en Venezuela han sido subyugados. Aun cuando las voces disidentes aún presentes en dichos medios no han sido del todo apagadas, en los medios creados por el chavismo -la hegemonía comunicacional de Izarra- no existe la pluralidad, no existe la critica, no existe el cuestionamiento, no existe el derecho a réplica, es decir, en el proceso de contrarrestar a la prensa “enemiga” el chavismo abandonó toda pretensión de objetividad, y presenta una irrealidad tal que ni siquiera sus propios partidarios sintonizan para recibir el dogma.

La hegemonía comunicacional de Izarra no busca, ni pretende, informar. Es proselitismo puro, estilo Gramsci, que solo busca suplantar valores arraigados en la sociedad venezolana por aquellos del “socialismo del siglo XXI”, algo que ni siquiera el mismísimo Hugo Chávez logró conceptualizar.

Alek Boyd es periodista.
alek.boyd@gmail.com

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MANUEL MALAVER, VENEZUELA EN EL PUÑO DEL IMPERIALISMO CHINO-CUBANO

El incidente ocurrido el martes pasado en el aeropuerto de Vancouver, Canadá, cuando un avión de “Cubana de Aviación” que trasladaba al presidente, Nicolás Maduro (y a unos 120 invitados) de China a Nueva York, -donde participaría en la Asamblea General de la ONU- fue retenido durante cinco horas por negarse el gobierno canadiense a suministrarle combustible a una aeronave de la República de Cuba, permite descifrar algunas de las claves en que transcurre la política venezolana de hoy día, y de cómo sus autoridades, con tal de salvarse de la bancarrota económica y política en que han sumido al país, se prestan a servir de lacayos a dos subimperialismos que han sobrevivido al socialismo sirviendo algunas de veces de colonias, y otras de colonialistas.

El drama, por supuesto (como todos los dramas de la política contemporánea) tiene como protagonistas a las “víctimas”, en este caso, un exlíder sindical, sin profesión ni nacionalidad conocidas que, sin distinguirse por hechos relevantes ni registrables en la historia, terminó siendo presidente de un país de 28 millones de habitantes que es, además, quinto productor de petróleo del mundo. Y a sus 120 acompañantes (amigos y amigas de la pareja presidencial, 12 agentes de seguridad cubanos, 6 médicos de la misma nacionalidad, un técnico en explosivos, un experto en seguridad alimentaria, un epidemiólogo, el hijo del presidente y su aparato de seguridad, un estilista y peluquero de la “primera dama”, su esposa, que ahora se llama “primera combatiente”, así como un número no precisado de personal de “seguridad médica”), extraño en el viaje de un presidente al que, hasta ahora, no se le conoce ninguna enfermedad preocupante.

Toda una caravana, por tanto, más que una delegación, y enfilada, no a surcar los desiertos sino los cielos, alojada en esos hoteles 5 estrellas volantes que son los aviones presidenciales del momento, y donde, desde bares y restaurantes, hasta gimnasios y salas de “ping pong”, hacen las delicias de viajeros tan distinguidos, como afortunados.

Nada baratos, por cierto, porque este donde viajaba Maduro y su comitiva (que no era el Air Bus presidencial oficial que sufre de averías), era alquilado a la línea “Cubana de Aviación” que, a “precios solidarios”, le facturaba a la nación venezolana, a los venezolanos, 250.000 dólares diarios.

Los que si se ajustaban al mercado, eran los precios de los hoteles, que, en el caso de los dos pisos que se habían reservado en el “Hyatt Grand Central” de Nueva York, hubieran debitado al Tesoro Nacional un total de 800.000 dólares para toda la comitiva.

Toda una exquisitez, en fin, impensable en los gustos de este presidente venezolano de un origen tan humilde que hasta es desconocido, y al cual, hace unos pocos años, jamás se le hubieran atribuido otras debilidades que no fueran una “reina pepiada” en “Doña Caraotica”, o las empanadas de casón en el mercado “Conejeros” de Porlamar.

En definitiva, que todo un enigma antropológico que, si pudo destacarse por algo, fue por su capacidad de decir “SI” a todo cuanto sus jefes o superiores le pidieran que hiciera, o dijera.

Y primero que ninguno, el todopoderoso y absolutista desaparecido comandante-presidente, Hugo Chávez, el líder que en tiempos mejores lo llamó a ocupar la cancillería, y en peores, no dejó que se apartara de su lado mientras el destino, por una razón inexplicable, lo apartó un día de la compañía de los vivos.

Y segundo, los cubanos, Fidel y Raúl Castro, quienes ya octogenarios, y conscientes que no podían aspirar a morir en sus camas a menos que un poder milagroso, tipo Unión Soviética, les financiera sus últimos años en el poder, se aferraron a Chávez, le torcieron el brazo y no descansaron hasta que los nombrara albaceas y herederos de la única riqueza poseía: los inmensos ingresos petroleros de Venezuela.

Como dio la circunstancia que, apenas fueron firmados, registrados y refrendados los documentos del albaceazgo y la herencia, Chávez se enfermó de cáncer y se convirtió en un rehén de la anacrónica medicina cubana que no descansó hasta llevarlo a la tumba, pues sobran las sospechas de que, como en el caso de los hijos pobres ansiosos por heredar a los padres ricos, son Fidel y Raúl quienes, alguna vez, aunque sea en ausencia, tendrán que dar cuentas de que fue exactamente lo que pasó con la vida, enfermedad y muerte de Hugo Chávez.

Sobre todo si percibimos que, mandado Chávez al otro mundo, y nombrado Maduro “por los cubanos” su sucesor, es cuando comienza una real ocupación cubana de Venezuela, determinando en cada momento qué es lo que debe hacer en la política interior y exterior.

Es de manos de los Castro como llega Maduro al regazo del subimperialismo chino, fenómeno al cual ya se había acercado Chávez pero con prudencia, con el cual también pensó experimentar en un momento Raúl Castro, pero que, fenecido Chávez, encargó a Maduro, para que consiguiera “los cobres” para las dos colonias.

La ecuación es muy sencilla: China es el único país que aprendió lo desastroso, ruinoso y catastrófico que puede resultar el comunismo, pero dándose cuenta, que la dictadura política comunista puede ser muy útil, si se quiere avanzar rápidamente en un sistema de capitalismo salvaje, lo más abierto y competitivo posible, pero financiado por la inversión extranjera, y la mano de obra china, que, sin sindicatos, ni libertades, continuó esclava, como antes.

En otras palabras: que los chinos restauraron el capitalismo pero en los términos del comienzo de la revolución industrial, cuando los países europeos y Estados Unidos, en la condiciones de explotación que denunciaron Marx y Engels, accedieron a unos niveles de riqueza como jamás se habían conocido en la historia.

Luego, los partidos y gobiernos de democracia liberal lucharon porque se reconocieran los derechos de los trabajadores, se instauraran los sindicatos y las leyes sociales humanizaran el trabajo y fue así como se llegó a la democracia capitalista que hoy conocemos.

No es lo que sucede en China, donde no hay partidos que no sea el llamado Partido Comunista Chino, sindicatos, contratos colectivos y, tanto mujeres, como niños trabajan en condiciones realmente infrahumanas.

Es un capitalismo que, al igual que sus congéneres del siglo XIX (Inglaterra, Estados Unidos, Francia, Alemania, Italia, Bélgica, Holanda), vive hambriento de materias primas y mercados, los cuales, conquista a los precios que sean, reexportando a estos últimos los productos que elabora con las commodities de los segundos.

La experiencia de los últimos años de países como Brasil, México, Argentina, Perú y Colombia que terminaron en exportadores e importadores netos de China no puede ser más elocuente, y causante de que, cada uno de ellos, a su manera, empezaran su distanciamiento del implacable y insaciable dragón oriental.

Todos, menos la Venezuela de Fidel, Raúl Castro y Maduro, precipitada a la bancarrota por dos octogenarios que consiguieron en un caudillo militar venezolano de otros tiempos el comprador ideal para venderle sus baratijas de redención y revolución, y ahora a su sucesor, Maduro, quien marcha impertérrito por la senda de que Venezuela pierda su independencia y termine siendo la primera colonia china de ultramar.

Los 15 acuerdos firmados por Maduro durante su reciente viaje con el emperador, Xi Jinping, y en los cuales se le concede un nuevo préstamo al gobierno cubano-venezolano por 5.000 millones de dólares (lo que convierte a China en nuestro primer acreedor, para una deuda total de 50. 000 millones de dólares), a cambio de entregarle la mina de oro “Las Cristinas” nuevas concesiones en la “Faja Petrolífera del Orinoco”, 500.000 hectáreas de las tierras más fértiles de la nación para que las exploten campesinos importados de China, y participación en los negocios eléctricos y del aluminio, son unas pocas muestras de hasta donde está llegando la toma de la economía venezolana por los asiáticos.

Y todo sin hablar, cómo el mercado nacional, desde el automotriz, hasta los electrodomésticos, pasando por vestidos y calzados, juguetes y artículos de high tech, pasan a ser controlados de manera casi absoluta por mercaderes pre siglo XX que no se detendrán hasta ver a sus presas totalmente descuartizadas.

Desde luego que estos no eran los temas que tocaría Maduro en su comparecencia del día miércoles 25 en la ONU, obnubilado como está por los cubanos por fantasmas como el imperialismo yanqui, una presunta persecución o atentado que le tienen montado la CIA y otros cuerpos de inteligencia en el mundo, las conspiraciones contra la revolución bolivariana y el socialismo del siglo XXI a fin de que él, Maduro, no complete la obra del “comandante-presidente” Chávez.

Cuando, de verdad, lo que quieren oír los auditorios son las causas de cómo se arruinó Venezuela después de pasar 4 años en la mas grande bonanza petrolera de su historia, por qué se ha convertido en el territorio más importante y seguro de la cocaína que envían los carteles colombianos al Caribe, Centroamérica, Estados Unidos y Europa y por qué en las cárceles no mandan los funcionarios del gobierno sino los criminales.

Tantas, tantas cuentas que hay que dar y que, pienso, fue, en definitiva, la razón que determinó que la caravana de Maduro enfilará, en vez de los desiertos de Nueva York, a los cielos de Caracas.

Manuel Malaver ‏@MMalaverM

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ENRIQUE MELÉNDEZ, 31 MALETAS SIN DUEÑO. ¡QUÉ DESCARO!

         En los medios franceses se ha considerado que el alijo de una tonelada de cocaína, que se incautó en el aeropuerto Charles de Gaulle de París, ha sido el más importante hallazgo hasta hoy, en lo que se refiere a lucha contra el narcotráfico en Francia; una tonelada del polvillo blanco, distribuida en 31 maletas, y despachada en un vuelo de Air France; semejante audacia era demasiado ambiciosa; habida cuenta del dinero que estaba en juego en esta operación, y que sumaba unos 200 millones de euros; en donde no dejaba de estar metida la mano de las FARC; habida cuenta de que estamos hablando ya no de kilos, sino de una tonelada.
        
Colocar dicho alijo en el aeropuerto de Maiquetía, y luego introducirlo en un avión, no es cosa de ese tenientico, que cayó, junto a dos guardias nacionales. Esto supone un tránsito, que no es posible penetrar sino hay una envergadura logística de tráfico por detrás; una cadena de complicidades, digamos así, que se ganan a fuerza de soborno y chantaje. Alguien, incluso, por twitter se ha atrevido a decir que hasta Nicolasote estaba al tanto de este envío.
         El hecho es que para llegar esa tonelada, solamente, al aeropuerto de Maiquetía supone todo un ejército de matones por detrás, que sólo una mafia como la que ha especializado las FARC, para estas funciones, la puede proveer; con independencia del destino que tuvo más adelante, y lo que hace pensar que más de una vez se ha ido un cargamento de esta magnitud; no sin razón en la opinión pública francesa se maneja la información de que Venezuela, si bien no es país productor de droga, se ha convertido en país distribuidor. Según la ONU, de la América Latina se exportan unas 530 toneladas de cocaína hacia EEUU, Europa y Asia todos los años. Sólo que en esta oportunidad ha habido un problema de descoordinación de la operación entre esta mafia de la narcoguerrilla, y la que se mueve en Francia, y la que, de acuerdo a lo que se señala, tiene su centro de operaciones en Italia; destino, al parecer, que llevaba el alijo.
         Lo más probable es que dicha mafia no contó en aquel recinto aeroportuario con el personal preparado a tiempo, y el que debía hacerse el desentendido con las maletas; sin dueños, y bien sospechosas, por la forma como iban todas juntas, cuando pasaran por las rampas de control y chequeo, una vez salidas del avión; que es por donde empezó el otro personal que, seguramente, no tenía nada que ver con el asunto; quizás, porque se trataba de un personal al que no había podido penetrar dicha mafia o avisado en su oportunidad; problema de retardo del avión, que sería nuestra hipótesis; de modo que despegó dos horas después de lo previsto, y entonces al llegar al aeropuerto ya la gente, que estaba incursa en el asunto, había tenido que irse, al finalizar su hora de trabajo, y con esto llegaría dicho nuevo personal.
         Es que era demasiado descarado ese envío, para no levantar sospechas, y es por esto que yo digo que este cargamento de coca iba expreso, para las manos de alguien allá en París, y quien debía tomar todas las precauciones, que el caso ameritaba, para estar al pie de cañón; habida cuenta de lo aparatoso de la operación. Aunque hasta ahora en Francia, como en Venezuela, ningún pez gordo ha caído. Las autoridades del país galo han prometido llevar a cabo una investigación a nivel de la línea aérea, en cuestión, como a nivel de las aduanas; es decir, a nivel del rebaño y no de los chivos grandes; porque aquí hay que reconocer que, así como salió de Maiquetía con la total impunidad y descaro, así iba a ser recibida en el aeropuerto de Charles de Gaulle.
         Pero si allá no ha sonado el nombre de nadie, y esto porque la mafia narcotraficante europea debe tener amedrentado a medio mundo en esos países, y no se pase por alto la crueldad, con la que se abre paso esta gente, en su afán por traficar con el producto, y el que se ha vuelto el más rentable del mundo; pues cinco pelagatos, que han caído en Francia, no eran los dueños de ese alijo; eso debía tener un chivo mayor o un comprador, a quien iba dirigido el mismo; menos ha sonado el nombre de algún chivato nuestro; ya que el problema aquí es que, si bien todos los caminos conducen a Roma, en esta oportunidad todas las pistas conducen a Maduro. ¿Es más fácil sacarle a Nicolasote una tonelada de coca, que a Chávez?
         Si Nicolasote es inocente de esta situación, y le están jugando sucio, en ese sentido, entonces alguien de su entorno tenía que estar al tanto de ese envío; habida cuenta de su magnitud, como lo hacíamos ver al principio, y, en ese sentido, por las redes de Internet han venido sonando nombres; en especial, altos jerarcas de la guardia nacional; que no viene al caso citar, porque no están las pruebas a la vista, y que es lo que da visos ya al régimen de narco-Estado; tanto más si Nicolasote no actúa de inmediato, y lleva a la prisión a medio entorno suyo; repito, si es que el tercio no lo sabe, y le están jugando sucio. De todas maneras, por aquí se mide el alcance de su autoridad.
         Porque lo que ha quedado demostrado es que la narcoguerrilla tiene penetrado todo el aparato institucional de la nación, y que viene a constituir un Estado dentro del Estado, como se decía antes con respecto a Pdvsa; sólo que esta era una empresa que hacía grandes aportes al país, desde el punto de vista de sus ingresos; mientras que estos narcogenerales, que están incursos en este negocio, de haber salido exitosa la operación, y quedarles parte de ese botín que representaban los 200 millones de euros, de los que hablábamos atrás, yo creo que ni siquiera tienen el coraje de presentarse en las subastas del Sicad, tal cual Nelson Merentes está convocando a los particulares a que lo hagan, en calidad de oferentes de divisas, en solidaridad con el ministro. Una forma de lavar ese dinero narco.

melendezo.enrique@yahoo.com

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ISAAC VILLAMIZAR, SOMOS UNA BRIZNA COSMICA

¿Qué impulsa a la mente a recortar distancias, a emigrar, al espíritu de aventura? La ciencia médica ha descubierto que el impulsor de la búsqueda de novedades, recorriendo distancias, son los mensajeros de la dopamina, neurotransmisor del sistema cerebral de premios. 
El propulsor excepcional del explorador emigrante reside en un espectro de conducta genéticamente programada que llamamos temperamento. Los temperamentos amantes del riesgo y la aventura son portadores de una variante genética del receptor de dopamina, el alelo D4-7, cuya estructura de distribución, según esos estudios, estuvo presente en las antiguas rutas migratorias de nuestra especie.
Este motor del viajero llevó a los pueblos antepasados a cruzar el puente de tierra del estrecho de Bering y los condujo a descender por todo el continente americano. Seguramente también hizo extender a los pobladores del África por toda Europa y Asia, e incluso los cautivó para pasar de isla en isla, hasta alcanzar Australia y Tasmania. 
Posiblemente este espíritu viajero tomó la balsa para poblar, desde el Asia, las Filipinas, Nueva Guinea, Australia, la Polinesia y la Micronesia. Aníbal emprendió una maniobra atrevida, una odisea de 17 años, desde Cartago hasta Italia, que exigió una marcha y el paso por los Alpes con 90.000 hombres, 12.000 jinetes y tres docenas de elefantes. 
Los escandinavos, marineros y carpinteros navales consumados, fueron más allá del Mar del Norte y colonizaron Islandia y Groenlandia, llegando incluso hasta Labrador y Terranova.  Famoso es en España y Francia el peregrinaje de los devotos viajeros, por caminos y senderos, a Santiago de Compostela, tradición que lleva siglos. 
Marco Polo realizó una impresionante travesía por el Lejano Oriente, que duró 23 años, acumulando 38.625 Km por la ruta de la seda y el mar. Colón se atrevió a realizar cuatro viajes a un mundo desconocido, convencido inicialmente de poder llegar a Asia más rápido navegando hacia el oeste. 
La expedición de Fernando de Magallanes fue la primera que circunnavegó el globo terráqueo, recorriendo 78.000 Km. De los 234 tripulantes y cinco buques que partieron, sólo llegaron al final 17 aventureros y un solo barco.  
Robert  Peary con su Club Ártico, partiendo con 17 esquimales, 19 trineos y 133 perros, en 1909  fue el primer explorador que alcanzó el Polo Norte. No fue sino hasta 1968 que a la misma latitud llegó un vehículo motorizado. 
Lindberg, en 33 horas y media, fue el primer piloto en volar sin escalas y en solitario desde Nueva York hasta París. Amstrong, Collins y Aldrin en la luna dieron un pequeño paso para el hombre, pero un salto gigante para la humanidad.
Pero no contento con el alcance de estas distancias el ser humano ha dirigido su mensaje más allá de nuestro sistema planetario. El Voyager 1, lanzado al espacio en 1977, luego de 35 años volando, ha salido del sistema solar. Luego de visitar Júpiter y Saturno en 1979 y 1980, y de tomar la primera foto completa de los planetas y el sol en 1990, ha cruzado la frontera del espacio interestelar. 
A 19.000 millones de Km de la tierra, es el mensajero más distante de la humanidad, pues lleva consigo un disco de oro, que contiene sonidos e imágenes que retratan la vida y la cultura de la Tierra. Es nuestro mensaje para alguna especie extraterrestre que lo encontrase. Como parangón a Newton, podemos decir que en materia de distancias lo que sabemos es el sistema solar y lo que ignoramos es el universo. Somos una brizna cósmica que recorre la eternidad.
isaacvil@yahoo.com

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PLINIO APULEYO MENDOZA, LOS OLVIDADOS, CASO CLOLOMBIA

El país ignora que procesos y condenas con militares obedecen a una astuta estrategia de las Farc, que logra golpear a los mejores oficiales moviendo sus fichas en el entramado judicial.
Acabo de encontrar a muchos de ellos en el CRM. Salvo sus familias y amigos más cercanos, nadie los recuerda; ni el Gobierno, ni los políticos, ni las ONG, ni tampoco los medios de comunicación. Más opciones tienen hoy las Farc de ser beneficiadas por la justicia que los valiosos y sufridos militares (pues a ellos me refiero), injustamente condenados o detenidos por obra de falsos testigos. Todos ellos afrontan en soledad y silencio su terrible destino. Lo comprobé luego de visitar durante dos domingos seguidos el Centro de Reclusión Militar que se levanta en Puente Aranda.
Mi guía más inesperado en esta visita fue el coronel Hernán Mejía Gutiérrez. La suya fue una heroica carrera militar. En tres de los muchos encuentros que tuvo con la guerrilla (primero en el Palacio de Justicia, más tarde en el municipio de Silvia, Cauca, y luego en Morelia, Caquetá) recibió siete heridas de bala. Fue condecorado como el Mejor Soldado de América. No obstante, ahora lo encuentro en el CMR condenado a 19 años de prisión. ¿Cómo explicarlo?
Pues es inexplicable. Su condena es tan aberrante como la del coronel Alfonso Plazas Vega. En el caso de Mejía Gutiérrez, se basa también en un falso testimonio: el de Edwin Manuel Guzmán Cárdenas, un sargento al que él envió a prisión en Valledupar cuando descubrió que robaba armas y municiones para vendérselas tanto a la guerrilla como a los paramilitares. Al salir de prisión, Guzmán volvió a sus viejas andadas como jefe de una banda dedicada al robo y tráfico de armas. Detenido en Villavicencio, logró hacerse pasar como desmovilizado de las Auc y obtener como tal los beneficios de la ley.
Cumpliendo un propósito de venganza, le dio a Semana una entrevista en la cual acusaba al coronel Mejía Gutiérrez de tener nexos con ‘Jorge 40’. Tomando tal infundio como una revelación, la revista le dio portada con el cruel título ‘De héroe a villano’. Y ahí se abrió el arbitrario proceso contra Mejía. Guzmán, por cierto, viendo los beneficios que le reportaban sus infundios, sirvió de testigo contra la Drummond y otros sonados casos, hasta que el entonces fiscal Mario Iguarán lo denunció como miembro de un cartel de falsos testigos. Expulsado también de los Estados Unidos al descubrirse sus falsedades, volvió al país y hoy se rumora que lidera una banda en La Guajira.
Por falsos testigos como este han sido víctimas de injustas condenas otros militares de notable desempeño en las Fuerzas Armadas como el coronel Plazas Vega y los generales Rito Alejo del Río, Uscátegui, Arias Cabrales y muchos oficiales más. En el CRM hierven casos parecidos. El del coronel Álvaro Tamayo, por ejemplo, edecán del presidente Uribe, acusado por un suboficial al que sancionó e hizo retirar de la institución, o el del mayor Luis Fernando Campuzano, condenado por la Corte Suprema de Justicia pese a haber sido absuelto en primera y segunda instancias por el Tribunal Superior de Cúcuta. Más insólito aún, el caso del sargento Aureliano Quejada, condenado a 19 años por hechos ocurridos en el departamento del Cesar cuando él se encontraba prestando servicios en el Sinaí.
Lo que el país ignora es que estos procesos y condenas obedecen a una astuta estrategia de las Farc, que ahora logra golpear a los mejores oficiales del Ejército moviendo sus fichas en el entramado judicial. Las formas desconocidas de su nueva guerra se proyectan en los planos político, mediático, cibernético, jurídico y diplomático. Son tan reales sus éxitos, que las Farc están lejos de considerarse derrotadas, como lo cree el presidente Santos. Al contrario, por culpa de los golpes judiciales sufridos, muchos de nuestros militares consideran que la guerra ya está perdida. La prueba emblemática de tal derrota son estos olvidados hombres que alguna vez arriesgaron su vida por la patria.

Plinio Apuleyo Mendoza, plinioapuleyom@gmail.com

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ANALÍTICA PREMIUM, INADMISIBLE SILENCIO FRENTE A GUYANA, EDITORIAL, 30 DE SEPTIEMBRE

ANALÍTICA PREMIUM

INADMISIBLE SILENCIO FRENTE A GUYANA, 
EDITORIAL
30 DE SEPTIEMBRE

De permitir el gobierno nacional que se efectúen perforaciones en lo que es la fachada atlántica de nuestro país estaría cometiendo un delito de traición a la patria

El anuncio realizado por el gobierno guyanés sobre el inicio de perforaciones petroleras en la fachada Atlántica venezolana por parte de compañías transnacionales es una violación inadmisible de nuestra soberanía e integridad territorial. Ello ocurre por causa del silencio culpable de las autoridades venezolanas que no han actuado con diligencia para impedir hechos como estos.
En derecho internacional el silencio es una forma de aquiescencia y las omisiones reiteradas de la cancillería venezolana frente a los actos del gobierno guyanés en áreas que, o bien son objeto de reclamación, o más grave aún en las que pertenecen sin discusión alguna al territorio nacional.
El argumento esgrimido por Maduro y Jaua de que eso es materia del Buen Oficiante es falaz, a éste no le corresponde en ningún caso lo que no sea la zona en reclamación, además el buen oficiante no tiene la capacidad jurídica de proponer soluciones, no es un mediador, sino un simple facilitador de las conversaciones y acuerdos entre las partes.
De permitir el gobierno nacional que se efectúen perforaciones en lo que es la fachada atlántica de nuestro país estaría cometiendo un delito de traición a la patria.
Es hora de que los venezolanos exijamos de nuestros gobernantes que actúen responsablemente en la preservación de nuestra soberanía e integridad territorial y no permitan que las transnacionales exploten, sin nuestro consentimiento, hidrocarburos frente a nuestras costas.
La Constitución establece muy claramente cuales son los límites del territorio nacional tanto en su ámbito terrestre como marítimo y ningún gobernante puede renunciar a ellos. El deber de todo venezolano es impedir que este desafuero pueda ocurrir.
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RUBEN DARIO ACEVEDO CARMONA, JUSTICIA ASIMÉTRICA II, CASO COLOMBIA

Damos continuidad a las reflexiones plasmadas en la nota anterior sobre la Justicia colombiana.

En el II Congreso Continental Bolivariano realizado en Quito el 27 de febrero de 2008, al que asistieron delegados colombianos, se proclamó: “La necesidad de librar todo los combates necesarios, de emplear todas las formas de lucha para cambiar el sistema: las luchas pacíficas y no pacíficas, las manifestaciones cívicas, las insurgencias de las clases y sectores oprimidos…De ahí el valor extraordinario de las posiciones asumidas por el comandante Chávez y su gobierno bolivariano, y por la digna senadora colombiana Piedad Córdoba, frente a ese conflicto (el colombiano) y específicamente respecto a la política guerrerista de Uribe en su condición de instrumento de la Administración Bush y del poder imperialista estadounidense…”

En un considerando consagran “Que la reactivación desde el régimen fascistoide de Álvaro Uribe y sus narco-paramilitares del proyecto de guerra y subversión contra la revolución bolivariana…” era un obstáculo a sus propósitos. Se trata de una visión del conflicto colombiano consistente en atribuir toda la carga negativa y criminal sobre el estado, el uribismo y el paramilitarismo mientras las guerrillas son depositarias de la justicia.
Lo más grave de toda esta situación es que la Corte Suprema de Justicia y Magistrados regionales se muestren receptivos de esa concepción ideologizada de los problemas. Compartir el lenguaje citado invalida de entrada la búsqueda de justicia y verdad puesto que significa quitarse la venda y tomar partido. La Corte Suprema ha dado muestras de un alto nivel de politización desde hace buen tiempo. Ahora, togados regionales entran en el juego haciendo afirmaciones francamente sesgadas propias de organizaciones políticas antisistema.

Así por ejemplo, apelando a una retórica simplista y llena de lugares comunes, ajena al espíritu jurídico, dos magistrados del Tribunal Superior de Medellín de la Unidad de Justicia y Paz, expresan en la compulsión de copias ante la Suprema para que el expresidente Uribe sea investigado por promoción y nexos con grupos paramilitares, ese estilo inconfundible de los antiuribistas: deslegitimar el estado, las instituciones, la libertad, la democracia y la fuerza pública, como se ve en estas líneas: “¿cómo es posible que el régimen político colombiano haya conservado una apariencia democrática, a pesar de padecer una de las tragedias humanitarias más graves del orbe en los últimos 30 años y sin lugar a dudas la más grave de América Latina en ese período? ¿Y cómo el gobierno ha seguido funcionando con elecciones aparentemente libres, con cambios de Presidente y alternación de los partidos y promulgación y vigencia de las leyes, como cualquier régimen democrático, a pesar de vivir las más graves violaciones a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario?...”. ¿No es este un lenguaje propio de partidos de extrema izquierda?

Y, más adelante expresan: “La promoción, organización y apoyo de las convivir y los paramilitares no fue la conducta de algunos sectores o miembros aislados de las Fuerzas Militares, y en especial del Ejército Nacional…” La sociedad no escapa al señalamiento ideológico, en el que para nada se habla de las guerrillas y sus acciones criminales ni de las decisiones políticas tomadas por grupos políticos colombianos en Cuba (donde recibió entrenamiento el ELN y el M-19) y en congresos internacionales del comunismo: “Los grupos paramilitares fueron fruto de una política de Estado. Su creación y expansión fue un propósito común de amplios sectores de éste, las fuerzas militares y la sociedad civil y fue posible gracias a la financiación de la empresa privada (sic) y el narcotráfico y la alianza entre todos ellos…” De ahí concluyen que: “El nombre del ex Presidente Álvaro Uribe Vélez aparece vinculado… a muchos pasajes y eventos relacionados con el origen y la expansión de los grupos paramilitares y los graves hechos cometidos por éstos”. Que es lo que escuchamos y leemos en declaraciones y panfletos de Colectivos y movimientos antiuribistas.

A la cacería contra el expresidente Uribe se han sumado varias personalidades de las más exóticas especies: exguerrilleros, poetas, abogados, expresidentes, columnistas, dirigentes liberales, miembros de la oligarquía capitalina, académicos, intelectuales marxistas y tardomarxistas, y hasta comandantes paramilitares extraditados.

Imposible dar cuenta de todo lo que dicen en espacio tan limitado. Pero, un personaje sobresale entre muchos en su sevicia persecutoria. Se trata del excomandante guerrillero del ELN León Valencia, obseso antiuribista, incansable sectario, que pretende enmascarar lo que afirma con una aureola de academia. Su tesis sobre las votaciones atípicas fue acogida por la Corte Suprema para condenar a políticos que obtuvieron votación inesperada en poblaciones no visitadas y de fuerte presencia paramilitar. Gracias a su tendenciosa teoría, se condena por inferencia y se crea el delito de “nexos”, aplicado sólo para cercanías, amistades, contactos o vecindades con el paramilitarismo, no con las guerrillas.

Valencia ha hecho una carrera de lujo en su afán de figurar como intelectual y académico. No hay duda de que puede ser tenido por lo primero, pero a él lo que más le importa es ser reconocido en la academia a la que no ha podido ingresar por una sencilla razón, allí hay que someter los textos a la evaluación de pares científicos. Su lagartería y arribismo es tan descomunal que intrigó para insertarse en el Informe Internacional de la violencia contra sindicalistas a pesar de su militancia previa con la hipótesis que estaba en cuestión. Figura como coautor del Informe de Memoria Histórica asumiendo, de hecho, la condición de juez y parte, de víctima y victimario.

Desde el punto de vista ético no es coherente que habiendo sido comandante guerrillero, por tanto corresponsable de ordenar secuestros y otras acciones de terror cuando integró la dirección nacional del ELN, asuma el rol de juez de sus rivales y defensor de la moral y la justicia.

Otro personaje que hace parte del safari, al acecho como las hienas, es el vengador Iván Cepeda que no desmaya en su intento de consagrar a su padre como mártir de una democracia en la que no creía. Por algo es reivindicado por las Farc que bautizaron con su nombre a uno de sus frentes, y que según el famoso libro testimonial de Alvaro Delgado, Todo tiempo pasado fue peor, fue el ideólogo de la fatídica combinación de todas las formas de lucha. Cepeda junior tampoco descansa en su afiebrada persecución contra Uribe y el uribismo. Adopta tácticas extravagantes y provocadoras sin empacho en educorarlas con lenguaje de paz y reconciliación y en presentarse como defensor de derechos humanos.

En conclusión, y pudiendo demostrarse con más evidencias documentales, es un hecho que existe una profunda coincidencia de organismos, magistrados y funcionarios judiciales con fuerzas, líderes de la izquierda, la extrema izquierda y algunos intelectuales liberales progres, en el diagnóstico sobre la violencia colombiana. Y que esa coincidencia se extiende a la esfera de la lucha política en la pretensión de judicializar a como dé lugar al expresidente Uribe y a su círculo más cercano. Son los mismos que hablan de paz y reconciliación, pero, les preguntamos: ¿Con quiénes? ¿Quieren eliminar el 65% de la opinión?

Ruben Dario Acevedo Carmona 

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FORTUNATO GONZÁLEZ CRUZ, EL NEGOCIO CHINO, POR LA CALLE REAL

En La Quebrada las bestias han sido sustituidas por motos chinas. 

Con ellas desaparecieron los aperos y quienes los hacían. No se sabe por cuánto tiempo aguantarán las pulperías en las que   se consigue   de todo   incluso   artesanías como   alpargatas,   cuchillos   cachoe’vaca, canastos, budares y escardillas hechos por algún herrero sobreviviente.

Antes el dispensario atendía partos y uno que otro picado de alacrán; ahora se dedica a traumatismos causados por motos.

En Colombia hubo una protesta nacional de talabarteros, zapateros y sastres que han visto amenazada su existencia por chancletas y confecciones chinas. En Venezuela vemos desaparecer nuestros artesanos y pequeños industriales, los abastos, las pulperías, los supermercados y demás comercios que están siendo sustituidos por bazares chinos, que sólo venden mercancía china. Ahora es la generación eléctrica, la minería y la producción de petróleo. En los negocios chinos casi no trabajan venezolanos, solo chinos.

No sé cuántos chinos llegan semanalmente a Venezuela pero lo que si sé es del desplazamiento masivo de nuestros pequeños y medianos productores y comerciantes y pregunto: ¿La masiva inmigración china responde a una política del gobierno bolivariano? Si es así, ¿Qué gana el país con la pérdida de sus artesanos y de su pequeña industria? ¿Qué gana el país con la sustitución de nuestra artesanía por mercadería china? ¿Qué gana el país con la pérdida de sus sastres y costureras? ¿Qué se gana con la sustitución de los pequeños comercios por bazares chinos? ¿Es más eficiente la gran empresa china que la alemana, o la gringa, o la francesa, o la brasileña? ¿Es un negocio de algunos boliburgueses? ¡Sería traición a la patria!

Venezuela produce emigrantes calificados y trae inmigrantes semiesclavos para quienes no hay Ley del Trabajo, ni SENIAT, ni INDEPABIS, ni leyes de inmigración, ni idioma castellano, ni valores patrios, ni siquiera integración al colectivo donde llegan a montar el tarantín y a vender sin horarios ni días feriados. Venezuela siempre ha sido amable con quienes han llegado entre ellos mis bisabuelos que vinieron a meterle el hombro a este país: colombianos trabajadores bien educados, italianos y portugueses emprendedores, árabes hábiles para el comercio y se integraron para formar una sola gran familia. Pero el chino no se integra ni genera desarrollo. ¿Por qué, entonces, la revolución los trae en masa? ¿Por qué autoriza miles de millones de dólares para importar desde centrales eléctricas, chucherías hasta papel higiénico?

Los recientes acuerdos con China amplían la entrega con nuevos préstamos y llena al país de más y más chinos. ¿Puras baratijas a cambio de petróleo? ¿O hay sectores estratégicos entregados a China como a Cuba? Y no es xenofobia sino una reflexión sobre nuestra soberanía y los grandes intereses nacionales.

Fortunato González Cruz 

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LUIS JOSE SEMPRUM, DECALOGO DE LA NACIONALIDAD DE MADURO


1. La madre de Nicolás Maduro, Teresa de Jesús Moros de Maduro, es de nacionalidad colombiana. Es hija de padre y madre colombianos, nació el 1 de junio de 1929 en Cúcuta, y su cédula de ciudadanía, cuyo número es 20.007.077, fue expedida el 9 de diciembre de 1956 en Bogotá (http://to.ly/phVx).


2. Según diversos reportajes y testimoniales, durante su infancia Nicolás Maduro se residenció en territorio colombiano, específicamente en el barrio Carora de la ciudad de Cúcuta. Estudió en los colegios San Tarsicio de Carora y Nariño del Callejón (http://to.ly/lPMU).

3. El artículo 96 de la Constitución Política de Colombia establece que son “colombianos por nacimiento” quienes hayan nacido en territorio colombiano o “los hijos de padre o madre colombianos que hubieren nacido en tierra extranjera y luego se domiciliaren en territorio colombiano” (http://to.ly/phVs). Por tanto, Nicolás Maduro es ciudadano colombiano por nacimiento.

4. En el presunto caso de que Maduro haya nacido en territorio venezolano –lo cual no consta porque no ha presentado una partida de nacimiento certificada– también sería venezolano; es decir, poseería doble nacionalidad, lo cual le impide ejercer la primera magistratura, según lo ordena el artículo 41 de nuestra constitución.

5. El padre de Maduro, Nicolás Maduro García, obtuvo el título de bachiller en 1947, en el Colegio Nacional José Eusebio Caro, ubicado en Ocaña, Norte de Santander. Se casó con Teresa de Jesús Moros en la ciudad de Bogotá, en 1956. Está confirmado que la hermana mayor de Maduro nació en Colombia.

6. Según informó el pasado 12 de agosto a través de su cuenta del Twitter el periodista colombiano Diego Clavijo (https://twitter.com/DiegolClavijo), Director de Deportes del canal TRO (www.canaltro.com), el bisabuelo paterno de Nicolás Maduro, David Maduro, fue dominicano de nacimiento, se estableció en Cúcuta, y en 1913 fundó el primer equipo de futbol de esa ciudad.

7. Nicolás Maduro Moros nunca ha presentado su partida de nacimiento, ni cuando se bautizó, ni cuando sacó la cédula, ni cuando se casó en primeras nupcias, ni cuando se casó en segundas nupcias, ni cuando se postuló a la presidencia de la República.

8. En 1994, para encubrir su verdadera nacionalidad, Maduro mintió ante un funcionario público sobre los orígenes de su propia madre. Declaró en su partida de defunción que ella había nacido en Rubio, cuando en realidad nació en Cúcuta (http://to.ly/phV1).

9. En el acta de su primer matrimonio, llevado a cabo en 1988, Maduro declaró que él había nacido en la parroquia Santa Rosalía; pero en junio de 2013 afirmó públicamente que había nacido en Los Chaguaramos (http://to.ly/phUP). El canciller Elías Jaua aseguró que Maduro nació en El Valle; mientras que el gobernador José Vielma Mora dijo que nació en El Palotal, cerca de San Antonio del Táchira. La partida de nacimiento de Maduro no aparece en ninguno de los registros de los cuatro lugares mencionados.

10. Pese a todo lo anterior, los poderes públicos, secuestrados por el oficialismo, se niegan a exigir a Maduro que presente su partida de nacimiento. Por su parte, cuando Maduro se refiere al tema de su nacionalidad, hace chistes o se molesta, pero no termina de presentar su partida de nacimiento.

Saque usted sus propias conclusiones.

@LuisSemprumH  

l.semprum@gmail.com
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ALEJANDRO POLI GONZALVO, ARGENTINA: LA VIGENCIA DEL LIBERALISMO


En tiempos turbulentos en que el kirchnerismo ha basado buena parte de su estrategia política en difundir la existencia de un “relato” poco veraz y anacrónico y en que los procesos electorales se reducen a campañas de marketing con foco en la imagen de los candidatos, urge dar el debate ideológico. La confusión de ideas que ha imperado en la Argentina ha sido la fuente primordial de nuestro retroceso como nación. 

De mala o de buena fe, se cuestionan conceptos básicos que en las naciones desarrolladas no se discuten más. Un ejemplo mayor de esta confusión es la crítica de barricada contra el liberalismo. A fin de evitar que se siga llamando liberalismo a cualquier cosa y que se sacrifique una vez más el futuro del país en el altar de la fraseología neopopulista, conviene precisar su auténtico sentido histórico.
El liberalismo nació como respuesta política a toda forma de intolerancia y fue la mejor solución conocida para equilibrar el conflicto entre individuo y sociedad. En materia de derechos humanos se basó en los principios de inviolabilidad y autonomía de las personas y tuvo la honestidad moral de reconocer el egoísmo del hombre y crear instituciones para ponerle límites al poder y encauzar sus energías y ambiciones. Permitió resolver, con resultados espectaculares, la cooperación entre los hombres, respetando su libertad personal y política, y generó la mayor cantidad de riqueza de bienes y servicios que conociera la humanidad. El advenimiento de la sociedad liberal significó que por vez primera en la historia un ideal utópico se encarnara en la vida de millones de personas: libertad política, neutralidad moral y riqueza material. Vivimos y soñamos gracias a esos tres extraordinarios principios liberales, pero de tanto contar con ellos hemos perdido la capacidad de apreciarlos en su justa dimensión.
Para quienes ubican al liberalismo en posiciones políticas de derecha, estereotipadas por un mal uso de los conceptos, se debe recordar que nació como doctrina política opuesta a todos los absolutismos. El advenimiento de la sociedad liberal moderna ha sido un proceso gradual iniciado en el siglo XVII. Es sinónimo de respeto a la ley y a la propiedad, de libertad e igualdad política, de división de poderes y de justicia independiente, de defensa de los derechos del hombre y de las minorías, de tolerancia moral y religiosa, de educación y movilidad social, de una inteligente inserción en el mundo globalizado, de investigación científica, de diversidad.
En su proceso de evolución, el liberalismo debió ampliar sus horizontes conceptuales para dar respuesta al problema de la representación política planteado por las grandes revoluciones del siglo XVIII. De allí que la reflexión sobre el liberalismo deviniera en una extendida discusión sobre la democracia. Como refrenda C. B. Macpherson en Life and Times of Liberal Democracy , la democracia liberal nace en el siglo XIX y asume formas políticas que conducen progresivamente al sufragio universal y a la Sociedad Abierta contemporánea. Es el punto de partida del liberalismo democrático. Que en el siglo XX tuvo la virtud y el valor de perseverar en defensa de la libertad política y de los derechos humanos y derrotar a los cruentos totalitarismos que ensangrentaron de racismo, purgas y genocidios vastas zonas del planeta. Y que también durante la centuria pasada se perfeccionó y permitió en el primer mundo la consolidación del Estado de Bienestar, garante de sistemas de educación, salud, seguro de desempleo y seguridad social para todos los ciudadanos.
Hacia dónde evolucionará el liberalismo democrático en el siglo XXI es motivo de estudio en las teorías de justicia más innovadoras, pero todas ellas construyen sus nuevos ideales de equidad a partir de los sólidos cimientos de la sociedad liberal. El liberalismo occidental también es sinónimo de capitalismo basado en la competencia y la innovación, del desarrollo del mercado de capitales y de sistemas financieros que canalizan el ahorro popular hacia fuentes de producción y empleo, de inversiones que buscan rentabilidad para asegurar flujos futuros, del comercio entre los pueblos y de la existencia de un Estado recaudador que proporciona actividades solidarias que el mercado no puede ofrecer.
Esta cosmovisión liberal fue la que tuvieron presente los pensadores argentinos de la primera mitad del siglo XIX y de cuya obra surgió la corriente de ideas que se reflejó en la admirable Constitución de 1853. En la Argentina nunca han tenido vigencia plena los principios e instituciones del liberalismo democrático. En la época dorada del progreso, que tuvo su punto más alto en el Centenario, porque no se cumplían los preceptos democráticos de la Constitución. Más tarde, porque la democracia seguía sin consolidarse y la economía caía en la demagogia insustentable del populismo. Aún si se toma el período iniciado en 1983, el ideario liberal apenas fue aplicado.
Por comparación con los principios y valores que hicieron grande a la Argentina, hoy ser peronista, radical o socialista es una forma de conservadurismo, entendido éste como la aceptación del statu quo que nos ha conducido a décadas de crisis recurrentes. Nada nuevo puede provenir de movimientos como el panperonismo o el panradicalismo, que no están a la altura de los desafíos del siglo XXI.
Ante la inminencia del proceso electoral que se inicia en unas semanas, la nación demanda un partido político -no un frente, una alianza o un conglomerado circunstancial de políticos- que supere la obsolescencia ideológica de peronistas, radicales, conservadores, socialistas y neoliberales. De este modo, los ciudadanos tendremos la opción de votar por todo aquello que ha hecho grande a Occidente.
Fuente: La Nación (Argentina)
http://www.lanacion.com.ar/1622265-la-vigencia-del-liberalismo

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