martes, 6 de agosto de 2013

LUIS VICENTE LEÓN: OPOSICIÓN PODRÍA GANAR LAS ALCALDÍAS MÁS FUERTES DEL PAÍS

El director de Datanálisis, Luis Vicente León, dijo este lunes en el programa "Aló, Ciudadano" que "hay un deterioro en la percepción del país".
Indicó que 6 de cada 10 venezolanos siente que la situación económica del país "está mal" ( 60% ).
Explicó que el vínculo de la deteriorada situación económica con la situación política no ocurre inmediatamente en los venezolanos por tratarse de un gobierno "nuevo".
"Ha sido recién elegido, una parte importante de la población que votó por Maduro le da el beneficio de la duda y eso es lo que uno llama, la luna de miel", señaló.
León dijo que el país está dividido en dos partes que no tienen el mismo peso. "Tienes dos mitades que son iguales numéricamente, pero no políticamente", ya que una tiene el control y el manejo de los recursos públicos.
Señaló que Capriles fue mejor candidato con Maduro de contendor que con Chávez. Sin embargo, añadió que "Maduro no tiene el derrumbe que algunos opositores creen que ha tenido".
Dijo que Maduro no debería confiarse pues "en la medida que pasa el tiempo cada vez se hace más difícil que la gente entregue sin que tú le des una vida mejor".
Añadió que el mandatario tiene el reto de entregar algo "antes de que comience el deterioro que viene pronto", precisó.
Sobre las elecciones municipales que se llevarán a cabo el próximo 8 de diciembre, dijo que según sus análisis, el oficialismo ganará la mayoría de las alcaldías en el país, sin embargo, indicó que todavía es muy temprano para hacer proyecciones puntuales.
"Los alcaldes no se eligen con el mismo número de votantes (...) El chavismo es más fuerte en lo más profundo del interior del país por lo que puede sacar más con menos votos", mientras que la oposición ganaría las alcaldías más "fuertes" del país, aquellas que están cerca de las gobernaciones. "La oposición se convierte en un favorito en los grandes centros poblados".
Dijo que se puede prever que la fuerza del chavismo merme en la elección del 8 de diciembre y que la oposición, por su parte, "va a convertir esta elección en un plebiscito".
León aseguró que la estrategia del Psuv de nombrar artistas como candidatos "es buena para el gobierno", pues son figuras "conocidas y con capacidad de discurso", lo que los hace estar presente en "terrenos pantanosos donde la oposición sabe moverse". "Con candidatos tradicionales, al gobierno le hubieran dado con todo", aseguró.
El director de Datanálisis analizó la candidatura de Antonio "el potro" Álvarez y aseguró que tiene un panorama difícil en el municipio Sucre, porque Carlos Ocariz es uno de los dirigentes mejores calificados. "Al 'potro' Álvarez lo están lanzando con el 'rockstar' de la política de oposición", enfatizó.
Sin embargo, hay una diferencia con Miguel Pérez Pirela en Maracaibo, a quien calificó como "un candidato interesante".

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FERNANDO MIRES, DEL POPULISMO AL GANGSTERISMO

Muchos, quizás demasiados son los textos que ilustran acerca del populismo. No obstante la mayoría solo se refiere al fenómeno de ascenso y auge. No conozco estudios relativos al momento del descenso populista, omisión extraña pues desde el punto de vista político el declive de una forma de dominación, en este caso la populista, es por lo menos tan relevante como su ascenso.

Lo dicho adquiere importancia si tomamos en cuenta que en América Latina estamos presenciando el ocaso de un sistema populista de dominación, me refiero al chavismo venezolano, el que sin duda será puesto al lado del peronismo como uno de los modelos populistas más paradigmáticos habidos en el continente.

El chavismo como “modelo de populismo” ya es, por lo demás, objeto de estudio y análisis en diversos institutos de Ciencias Políticas. Sobre ese tema han sido escritos ensayos, ponencias, y -he podido comprobar- doctorados.

Si el chavismo vino para quedarse, como dicen sus apologistas, no fue para hacerlo en el poder sino en los léxicos de politología. Ahí será analizado como un modelo más en una extensa galería en donde figuran, amén del peronismo, otros tipos de dominación como el cesarismo, el bonapartismo, el nasserismo, el fascismo, y muchos más.

No será por supuesto en estas líneas donde se analizará el fenómeno de descenso del populismo. Sólo será destacada una sus características y es la siguiente: cuando el populismo entra a su fase de declive asoman con nitidez rasgos delictivos los que siendo consustanciales al fenómeno, se convierten en dominantes. O dicho en tesis: El gangsterismo político es signo de que el populismo ha entrado a su fase terminal la que, como ocurre con algunas enfermedades agónicas, también podría ser duradera.

Nótese que hablamos de gangsterismo político y no de gangsterismo a secas. A diferencias del segundo que es una actividad delictiva y organizada destinada a apropiarse de bienes y dinero por medios coercitivos, el gangsterismo político tiene como objetivo el -valga la redundancia- “apoderamiento del poder” por parte de diferentes bandas (gangs), aunque también mediante la recurrencia a medios ilícitos. Es precisamente lo que estamos observando en la Venezuela de Nicolás Maduro, lugar en donde los desacatos a la Constitución de parte del gobierno ya no son la excepción sino la regla.

Ya no es un misterio: Cuando el gobierno venezolano intenta conseguir un objetivo, viola la Constitución sin ningún reparo. Controlado a su antojo el poder judicial y el parlamentario, la ley juega un rol secundario. En ese sentido el gobierno de Maduro no se diferencia de ninguna dictadura.

El allanamiento anti-constitucional de la inmunidad parlamentaria al diputado Richard Mardo es solo un pequeño eslabón en una larga cadena de violaciones a la Constitución. Como escribió Teodoro Petkoff, Venezuela vive un abierto proceso de des-constitucionalización.

¿Dónde está la novedad? -dirán algunos- ¿No violan la constitución otros gobiernos? Por supuesto, muchos lo hacen. También en Europa. Los casos de enriquecimiento ilícito, malversaciones y estafas llevados a cabo por políticos en España, Grecia e Italia, llenan páginas de periódicos. Berlusconi, sólo para poner un ejemplo, podría dar clases en materia de corrupción y otras actividades ilícitas que lo han llevado a la fama. Luego, la diferencia con el gobierno de Venezuela es otra.

Mientras en los casos mencionados los políticos violan a la Constitución para obtener algún provecho extra-político, el gobierno de Venezuela lo hace con el objetivo explícito de destruir a la oposición. O dicho de otro modo: el gangsterismo de los políticos europeos persigue objetivos no políticos. El del gobierno venezolano -independientemente a que también ha llevado al enriquecimiento ilícito de muchos de sus personeros- persigue objetivos predominantemente políticos.

Como se puede advertir, quien escribe estas líneas está lejos de idealizar a la política. Pero eso no significa condenarla. La política es actividad humana y por lo mismo radicalmente imperfecta y en no pocos casos, gangsteril. No solo en Venezuela, en cualquier lugar del mundo, fracciones políticas (gangs) usan procedimientos delincuenciales, y si se trata de derribar a un adversario recurren a medios reñidos con la legalidad. Baste pensar acerca del éxito que obtuvo en toda Europa la muy política teleserie danesa titulada “Borgen”. Ese formidable filme reveló, mejor que cualquier libro, como incluso en la super civilizada Dinamarca, la política suele oler a podrido.

La política es lucha por el poder y, como ocurre en el fútbol, sin un árbitro situado por sobre el juego, ésta volvería a su condición originaria, que no es otra sino la guerra, cuya fase inferior es la guerra de todos contra todos. Pues bien: En Venezuela ya no hay ningún árbitro por sobre la política. Esa es la diferencia.

Todos los medios de lucha están en Venezuela permitidos para el gobierno, y ninguno para la oposición. Eso quiere decir que bajo Maduro la política ha vuelto a su condición primaria: a la del imperio de la fuerza bruta. Y no lo digo solamente por la emboscada hecha a los diputados de la oposición en el parlamento, cuando fueron salvajemente golpeados por matones del oficialismo, ante la risa siniestra del jefe: Diosdado Cabello. Las fotos han dado la vuelta al mundo. Pero esa, en toda su brutalidad, no fue más que leve muestra del gangsterismo político imperante, o si se prefiere, una de sus tantas consecuencias.

¿Dónde está la novedad? -volverá a preguntar algún lector. ¿No fue ese el estilo de gobierno que impuso el anterior presidente del cual Maduro no es más que un simple seguidor?

Hay una diferencia; y es muy decisiva.

La delictividad del occiso, aunque existía, no era método principal de gobierno. Por supuesto, también en su largo periodo fue violada la Constitución, pero -es lo que no ocurre con Maduro- todas las violaciones estaban subsumidas a un indiscutible principio, a uno del que Maduro carece. Es el principio de la legitimidad. O mejor dicho: el gobierno anterior a Maduro si no procedía de acuerdo a la legalidad, sí lo hacía de acuerdo a una legitimidad asegurada por una mayoría electoral que pocos ponían en discusión. He de explicarlo.

Fue el jurista alemán Carl Schmitt quien reivindicando a Hobbes subrayó la tesis de que no es la legitimidad la que procede de la legalidad sino la legalidad de la legitimidad. De ahí que, a diferencias del derecho público, regido por el principio de la legalidad, el derecho político es, según Schmitt, regido por el de la legitimidad. Luego, de acuerdo a Schmitt, hay gobiernos legales sin legitimidad y hay gobiernos legítimos sin legalidad.

Ahora, siguiendo la tesis de uno de los teóricos simpatizantes del chavismo, el post-peronista y también “schmittiano” Ernesto Laclau, la razón del populismo -elevada por Laclau a razón de la política- al devenir de una articulación de demandas disímiles en torno a una entidad simbólica (Mussolini, Perón, Chávez) se rige por el principio de legitimidad y no por el de legalidad. Se trata, siguiendo a Schmitt y Laclau, de una legitimidad otorgada por las grandes masas y no por los textos constitucionales.

En ese sentido Chávez era fiel a su legitimidad, pues la legitimidad chavista precedía y a la vez estaba “por sobre” cualquier principio constitucional. Motivo que explica por qué Chávez era un gobernante esencialmente plebiscitario.

Chávez necesitaba, en efecto, renovar cada cierto tiempo el contrato legitimatorio establecido con “su” pueblo, algo que jamás entendió Fidel Castro, según palabras de Mario Silva. Ahora bien, de acuerdo a Schmitt -enemigo a muerte del parlamentarismo- la legitimidad política al poner al líder en directo contacto con su pueblo, será siempre plebiscitaria. De ahí que las violaciones a la Constitución realizadas por Chávez eran ilegales, pero a la vez, desde el punto de vista de la razón populista, eran legítimas.

Dichas violaciones estaban avaladas por una gran mayoría dispuesta a conceder todo el poder a una persona, comprobándose una vez más el díctum de que no puede haber populismo sin líder populista.

El chavismo “era” Chávez, escribió Teodoro Petkoff. Con ello quería decir, el chavismo “no es” Maduro. En términos más sofisticados eso significa que sin una gran mayoría electoral o plebiscitaria no rige ningún principio de legitimidad.

Maduro es un presidente que no cuenta con una mayoría electoral aplastante. Más todavía, si aceptamos los resultados publicados por institutos de investigación política, ya se encuentra en abierta minoría. Si hubiera mañana elecciones entre Maduro y Capriles -concuerdan todos- ganaría Capriles con amplísima mayoría. Luego, Maduro, no puede, aunque lo quiera, ser un presidente populista. Para eso le falta mayoría; le falta popularidad; le falta populismo; y por si fuera poco, le falta eso que no se compra en las farmacias: le falta clase.

Con Maduro -es lo importante- ha terminado, y me atrevo a decir, para siempre, no el chavismo como ideología, pero sí el chavismo como fenómeno populista. El mismo Maduro ha enterrado al populismo. Por lo mismo Maduro no puede recabar para sí el principio de legitimidad que monopolizaba Chávez. Esa es también la razón por la cual sus reiteradas violaciones constitucionales al no estar avaladas por ningún principio legitimatorio, por ninguna mayoría aplastante, ni siquiera por masas enfervorizadas, aparecen hoy como lo que son: simples hechos ilegales, actos delictivos cometidos por las “gangs” políticas que lo secundan.

El populismo venezolano ya ha entrado -como ocurrió con el peronismo en los aciagos días de Isabel Perón y su ministro López Rega, o como ocurrió en los últimos días políticos de Fujimori y su ministro Montesinos- a su fase delictiva de vida. El gangsterismo, se comprueba una vez más, es la última fase del populismo.

Para ser más claro: la ilegitimidad populista de Maduro no proviene sólo del hecho de que desde su origen su administración ha estado marcada por el signo de la ilegitimidad. Por cierto, fue ilegítimo su nombramiento por sucesión, pues la sucesión no figura en ninguna Constitución que no sea monárquica. Fue ilegítimo (e ilegal) su nombramiento como presidente provisional, pues ese cargo correspondía ser asumido por el presidente de la Asamblea. Fue por último ilegítima su negativa a realizar un recuento de la votación del 14 de Abril. Triple ilegitimidad que arrastra como una pesada piedra colgada a su grueso cuello.

Pero, además de una ilegitimidad tanto de origen como de forma, hay otra razón que permite hablar de gangsterismo político en Venezuela. Me refiero a los medios que usan tanto el presidente como quienes lo rodean para obtener poder fáctico, aunque sea en contra de los principios de legitimidad y legalidad a la vez. Nombremos algunos.

1- El lenguaje brutal a que es sometida diariamente la oposición. Por cierto, Chávez también incurría en desproporcionadas descalificaciones en contra de sus adversarios y muy lejos se está aquí de idealizarlo. Pero Maduro lo ha superado. Su lenguaje político, a diferencia de el de Chávez, es pobrísimo, pero a la vez más insultante. Dudo de que exista un presidente en el mundo que use un lenguaje tan pobre y a la vez tan procaz como el que usa Maduro. Para Maduro, por ejemplo, todo quien se le opone es fascista. Ese es, por lo demás, un procedimiento fascista. Infamar al adversario llamándolos rata como hacía Hitler, malayaerba como hacía Pinochet, gusano como hacía Castro, fascista como hace Maduro, es un medio que busca su eliminación gramática. Y ya lo sabemos: entre la eliminación gramática y la física, hay un corto paso. Eso es simple gangsterismo.

2.- El uso de la mentira sistemática como método de acción política. No deja de llamar la atención que todas las numerosísimas mentiras elaboradas por Maduro buscan atraer la atención pública hacia temas que el presidente no se atreve a enfrentar ante sus propias huestes. Por ejemplo, cada vez que asoma un proyecto de devaluación monetaria o de regulación financiera, o simplemente de corrección de los desastres heredados de Chávez y Giordani, Maduro inventa un magnicidio. Eso es simple gangsterismo.

Confieso que hasta el autor de estas líneas creyó en un momento que Maduro había heredado el mal paranoico. Pero no. De lo que se trata, en el mejor sentido “goebbeliano” del término, es desviar la atención pública hacia un clima de supuesta guerra de acuerdo al cual fuerzas siniestras, colombianas o norteamericanas, quieren acabar con la vida del mandatario. Pero la mayoría de los venezolanos ya lo sabe: cada vez que el presidente ordene una medida impopular, se sentirá “amenazado de muerte”. Eso es simple gangsterismo.

3.- La coerción y el chantaje. Imagino a Maduro dialogando con sus íntimos: ¿A quién hay que eliminar políticamente antes que a Capriles? Leopoldo es todavía popular. Corina se defiende bien. Henri es muy querido en Lara. Empecemos entonces con Mardo, algo más vulnerable. Llama entonces tú a Luisa (Ortega), que ella se encargue del trámite, nosotros lo metemos preso, y después, si la oposición no es muy fuerte, seguimos con los demás. Eso es simple gangsterismo.

4. El uso de la violencia programada. Cada vez que la oposición salga a las calles, lancemos a los nuestros a la calle aún a riesgo de que muchos mueran en un enfrentamiento. Para eso tenemos a los motorizados, a los desesperados de “La Piedrita”, tupamaros , y no por ultimo, a nuestros “batallones obreros”. Después, los caídos, se los endilgamos al “fascista” Capriles. Eso es jugar con la sangre de los otros. Eso es simple gangsterismo.

5. El amedrentamiento. Cada vez que un opositor alce demasiado la voz, díganle: “Lo vamos a investigar”. A sabiendas que aún el mejor entre los mejores tiene sus legítimos secretos ese “lo vamos a investigar” cumple una función psico-estratégica. Y bien, si no se amedrenta, lo investigamos, le incrustamos micrófonos en su residencia y le adjudicamos lo que se nos venga en gana. Para eso está Luisa. Después lo metemos preso. Eso es simple gangsterismo

Lo que no saben Maduro y los suyos es que tales procedimientos están generando en Venezuela una creciente ola de protesta ciudadana. No saben que la oposición democrática incluirá en las próximas elecciones municipales -además de los justos reclamos sociales- el tema de la defensa de la Constitución y de los derechos ciudadanos. Tampoco saben que en el curso de la historia ha habido regímenes que han perdido la legitimidad y han subsistido gracias a la legalidad. O que ha habido regímenes que han perdido la legalidad pero han subsistido gracias a su legitimidad. Y quizás tampoco saben que los gobiernos que han perdido la legitimidad y la legalidad a la vez, están condenados a perecer. Y si lo saben, el momento es muy peligroso para Venezuela.

Baste decir que mientras para el chavismo de Chávez las elecciones eran un procedimiento necesario para la acumulación de poder, para el chavismo de Maduro las elecciones serán, ya se está viendo, un obstáculo para mantenerse en el poder.

fernando.mires@uni-oldenburg.de

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ALFREDO MICHELENA, MADURO, NACIONALIDAD Y CHANTAJE

La nacionalidad de Maduro, no tiene importancia para los chavistas.

Para los comunistas la revolución es planetaria y cualquiera que la dirija vale, sin importar su origen. Si no fuera así hace años que hubieran roto con la celebrada dependencia con Cuba y el liderazgo de los Castro.  Están orgullosos de que los isleños dirijan al país e incluso cantan emocionados su himno nacional y nos advierten que debemos acostumbrarnos a esto. ¿Si son capaces de entregar la patria a los cubanos, porqué no a un colombiano, que además ha vivido y trabajado aquí?

Hay muchos indicios de que Maduro nació en Colombia. Hay pruebas de que su madre y hermanas nacieron en Colombia y que la familia vivió en Cúcuta. Del padre no se tiene la partida de nacimiento, pero estudió bachillerato en Colombia y se casaron allá. Además está la forma extraña y fuera de tiempo en que sacaron sus cédulas venezolanas él y sus hermanas.  Y hay muchas más, pero lo que más causa extrañeza es que nadie ha producido la partida de nacimiento o datos de sus estudios de primaria, por ejemplo . Ni de aquí ni de allá.

La partida presentada por el embajador Cochez, no es oficial.

La nacionalidad colombiana que se transmite de padres a hijos o se adquiere por nacimiento supone obligaciones incluso en el caso de haberla renunciado, que llegan hasta traición a la patria. Por esto la nacionalidad o doble nacionalidad de Maduro es más que un problema constitucional. Lo cierto es que en todo esto hay un ocultamiento intencional de información.  ¿Será que el G2 cubano ha eliminado todas las pruebas? O lo que es peor ¿será el gobierno colombiano el responsable?

El chavismo seguramente agradecería que el gobierno neogranadino pueda estar ocultado evidencias. Para ellos, lo importante es mantener a flote a una revolución que hace aguas. Pero esto es grave pues le daría una ventaja a Santos en cualquier negociación bilateral. Quizás por eso Santos se da el lujo de recibir a Capriles. Se aguanta los insultos, y después vuelven a ser mejores amigos.  Así tenían a “el finado” con las informaciones de las computadores de las FARC y otros datos; algunos de los cuales salieron en claro cuando Álvaro Uribe, presentó irrefutables pruebas en la OEA de la presencia de las FARC en Venezuela y todos los gobiernos se hicieron los locos. Al llegar Santos al poder resolvió el entuerto con “la capitulación de Santa Marta”, que despareció de la mesa temas cruciales como el del Golfo de Venezuela.

La nacionalidad de Maduro es un grave problema legal o constitucional, así como de seguridad del Estado. Mientras Colombia oculte información o no aclare oficialmente el entuerto podemos suponer que el presidente de Venezuela pudiera estar siendo sometido a chantaje por “otro” gobierno extranjero.

alfredomichelena@gmail.com



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EDDIE A. RAMÍREZ S., PDVSA: REFINACIÓN EN ROJO

Menos productos,  promesas incumplidas y más accidentes es el balance 2012 de Pdvsa en lo referente a refinación. En Venezuela, la capacidad instalada de refinación de petróleo  es de 1.303.000 barriles por día (b/d), pero solo se utilizó un 71,5%. En el exterior, las refinerías en las que participamos total o parcialmente tienen una capacidad nominal de procesamiento de 1.469.000 b/d, de los cuales 1.271.000 b/d corresponden a Pdvsa; lamentablemente, solo 440.000 b/d de crudo fueron aportados por nuestra empresa.

En el 2001, la Pdvsa meritocrática contaba con la misma  capacidad actual de refinación en Venezuela, pero en el exterior participaba en refinerías que tenían una capacidad nominal de 3.075.000 b/d, de los cuales 1.792.000 b/d correspondían a Pdvsa.  Es decir que como consecuencia de la venta de cinco refinerías en Europa, de tres en los Estados Unidos y del cierre de operaciones en St. Croix  dejamos de tener acceso a refinerías que tenían una capacidad nominal de 1.606.000 b/d, de los cuales 521.000 b/d correspondían a Pdvsa. Los rojos han sido  enemigos de la adquisición de refinerías en Estados Unidos y en Alemania, pero decidieron participar en  Cuba, Jamaica y República Dominicana, en donde  Pdvsa tiene una participación neta de 66.000 b/d.  

¿Negocio o política?

De las tres refinerías ofrecidas desde el 2003 para Venezuela, ninguna se ha materializado. En el 2005 Alejandro Granados, entonces Director de Refinación,  declaró que la de Caripito iniciaría operaciones en el 2010. El mismo Granados dijo en el 2006 que la de Cabruta estaría lista en el 2011. Sobre la de Barinas, Asdrúbal Chávez, vicepresidente de Pdvsa,  afirmó en agosto del 2012 que a principios del 2013 ya estaría produciendo gasolina y diesel. Todas están en pañales. Además, Pdvsa ofreció participar en refinerías en Brasil, Nicaragua, Ecuador, Siria, China y Vietnam. La única que está avanzada  es la de Brasil y eso porque Petrobras decidió arrancar sin Pdvsa. Las otras solo existen en el papel.

Con respecto a los accidentes, desde el 2003 a la fecha en nuestras refinerías  han ocurrido  216 accidentes importantes reportados por los medios de comunicación, con un lamentable saldo de 78  fallecidos y 255  lesionados. Esta cifra incluye los 47 fallecidos en la explosión  de Amuay de hace un año, la cual Pdvsa no menciona en su Informe anual y ni  la Fiscalía ni el Sebin han presentado los resultados de la investigación. En estos años rojos la actividad de refinación de Pdvsa ha estado  signada por falta de pericia operativa y poco  mantenimiento de las plantas y, como consecuencia, numerosos accidentes. La empresa perdió capacidad de refinación e incumplió los planes de crecimiento.   Los rojos pusieron en rojo el negocio de refinación. 

Como en botica: 

1.- La Sociedad de Ingenieros de Petróleo otorgó el premio Gumersindo Torres a Alberto Quirós C.,  quien  partiendo de obrero  alcanzó las presidencias de Shell  Venezuela, Maraven y Lagoven. Quirós fue director de El Nacional  y  semanalmente analiza el acontecer nacional. 

2.- “Un hombre bueno y útil”, libro sobre el distinguido ingeniero agrónomo Mauricio Báez escrito por su esposa  Ana María Cabrera 

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com



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SAÚL GODOY GÓMEZ, LA FINA ESPUMA,

Así resultó ser la intelectualidad venezolana ante el asalto de la barbarie chavista, como la espuma sobre la superficie, bastó un buen soplido para barrerla sin que nada cambiara en el paisaje, sin que se sintiera la resistencia de las ideas y la reciedumbre moral de las posiciones justas.  Cuarenta años de trabajo intelectual en democracia terminaron por ser un montón de libros que nadie lee y un cúmulo de biografías que se reciben como si se tratara de personajes de ficción, de otro país y no del nuestro.

No hay obras señeras que nos expliquen lo que estamos viviendo, no hay novelas, ni obras de teatro, que nos retraten en grupo, ni siquiera expresiones plásticas que nos hagan tragar grueso o nos ubiquen en la tormenta que estamos viviendo. Hay mucha evasión, eso sí, y recuerdos, mucha historia interpretada y fantasía, pero ya ni siquiera tenemos canciones que se fundan con nuestra rabia o nos hablen de esperanzas; la violencia y el conflicto no tienen repique en el mundo de las ideas, sólo se oye a algunos sacerdotes y sociólogos, que parecen más cronistas de la matanza que descifradores de nuestro destino, como bien lo dijo Ortega y Gasset en su ensayo Ideas y Creencias, “hemos abierto la puerta de nuestra casa con intención de salir y nos encontramos con que la calle, el afuera, no existe, el mundo concluye en el umbral de nuestras puertas”.

Y creíamos que teníamos intelectualidad…  estoy hablando no sólo de las personas cultas y preparadas que elucubran sobre los signos de su tiempo, que tratan de entender el momento y explicarnos su versión del mundo, sino de artistas que, como pararrayos, atraen las ideas y sentimientos que mueven a grupos sociales, con ellos hemos contado hasta hace muy poco, cuando nuestra realidad era diferente, con artistas y acuciosos investigadores, de los más recientes se me vienen a la cabeza: Uslar Pietri, Carlos Rangel, José Ignacio Cabrujas, Simón Díaz, Jesús Soto, ellos están allí, alumbrando como faros al mundo entero, son ya parte de la historia, no de nuestra actualidad.

¿Dónde están los hombres y las mujeres que deben explicarnos lo que nos está sucediendo, ahora, en este momento?... me temo que muchos de ellos están en el extranjero, haciendo de tripas corazón, en sus gabinetes universitarios, tratando de comprender desde la lejanía lo que nos sucede.

Otros, asustados o por conveniencia, sin hacer muchas olas, concentrados “en lo suyo”, dejando que otros hablen por ellos; los más, encerrados en sus torres de marfil produciendo tratados sobre el sexo de los ángeles.  Como algunos me han confesado, “son tiempos de reflexión y de bajo perfil, las grandes obras vendrán después”.

Pero la gente necesita intelectuales ahora, no después. Esa gente que protesta y se cose los labios, los que hacen huelga de hambre, los que tienen que trancar autopistas para ser escuchados, a los que se llenan de perdigones por reclamar sus derechos, los presos políticos que están enterrados en vida por decir la verdad, ellos necesitan que los artistas e intelectuales los retraten en sus penas, que los acompañen porque hacen lo correcto, que alguien los enaltezca y le dé sentido a su lucha, o que les expliquen por qué están equivocados, esa gente necesita verse en una novela, necesita sentirse cantada, pintada, esculpida, actuada.

¿Dónde está el arte en la calle?  No esos grafiteros del Ché, del esclavo José Chirinos y de Bolívar, esos sobran y les están pagando; no esos maromeros, folkloristas y raperos de la revolución, ni tampoco esos salones del arte políticamente correcto que tanto le gustan al régimen, con mucho Pancho Villa, Marulanda y Hussein exaltados de todas las maneras posibles. ¿Dónde están los filósofos?, que no sean esos que se reúnen en los hoteles, con todos los gastos pagos, a discutir sobre el Libro Verde de Kadafi, o las ventosidades que expulsaba Marx cuando escribió el 18 Brumario de Luis Bonaparte.

¿Donde están los intelectuales llamándonos cobardes por no actuar como es debido?, y acusando a los políticos vende patria cuando verdaderamente se lo merecen. ¿Donde están los que piensan?, que no sean esos valientes  periodistas y analistas que ya han “llegado al llegadero”, tratando de ser veraces en un país de mentiras y acomodos, arriesgando el pellejo por cada opinión que emiten ante la intolerancia, o los caricaturistas y humoristas, desde la honrosa trinchera del “pienso y sugiero” o el “río para no llorar”.

En este tsunami ideológico y de manipulación mediática se hace necesario tener puntos de referencia; se han perdido momentos importantes, precisamente, por no tener dirección; se ha sacrificado al pueblo en marchas multitudinarias que sólo terminan en danza terapia o masacres; se logró sacar al tirano sólo para que volviera a las pocas horas más fuerte y vil que nunca; se ha puesto a los jóvenes en la línea del peligro y la muerte sólo para complacer a unos políticos cobardes que únicamente eran buenos para huir cuando les tocaba enfrentar al Leviatán.

Allí tenemos a la música académica arrodillada cobardemente ante el régimen que le da de comer, excepto por algunos músicos valiosos que se atrevieron a componer e interpretar nuestra indignación, son pocos los grupos que se atreven a desafiar la terrible realidad de un estado policial.

A nuestros intelectuales los veo reverenciando y sirviendo a empresas editoriales; a los editores, tratando de controlar la poca contracultura que existe  para sus fines políticos; a los grupos de escritores, asociados en el silencio y sacándole el cuerpo al deber de enseñar y criticar… a la política la tratan con asco, nadie quiere comprometer su “arte”; la palabra, nuestra principal arma en contra del oscurantismo, está empeñada con un humanismo sin alma, lacayo. 

La literatura se fue de paseo, dejaron solos a los periodistas, a algunos estudiosos y opinadores que están a punto de tener su propio Gulag.

Ya les tocará a algunos políticos y dueños de medios enfrentar su responsabilidad histórica por tomar actitudes entreguistas y pacifistas (que más bien cobardes), por ejercer la autocensura en detrimento de las libertades del pueblo. La fina espuma se la llevó el viento ¿O será que hay intelectuales todavía allí… a punto de levantarse en tormenta?

saulgodoy@gmail.com


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SIMON GARCIA. ALTERNATIVA PARA VIVIR MEJOR. EL LUGAR COMÚN

            Hay males que, arrastrándose hacia una silenciosa posesión de nuestra cotidianidad,  vienen desplazando atributos que antes nos distinguían. La amabilidad, la actitud generosa, la propensión para ayudar a otros están retrociendo hacia poblaciones pequeñas. En las ciudades, como si expresarlas estuviera prohibido, están pasando a ser comportamientos de minorías.
           
Seguramente los especialistas averiguarán lo que está moldeando nuestro modo de ser, lo que debemos valorar en ese modelaje y lo que debemos evitar para no alejarnos de la convivencia y los sanos afectos sociales. Pero no hay que esperar los resultados para no dejarnos atrapar nosotros mismos por la indiferencia ante las reglas y por la agresividad. No podemos ceder: la rabia no debe confiscarnos la alegría ni desalojarnos el buen humor.
             Aunque ocuparnos de la convivencia sea importante, estamos obligados a prestarle mayor atención a los problemas que afectan radicalmente nuestra seguridad, que encarecen lo que compramos diariamente o que reducen nuestros derechos a la libre información o a una educación sin cascos ideológicos. La situación nos impone luchar para subsistir.
            Una causa de estas diversas tribulaciones radica en el régimen que se le ha impuesto a nuestra sociedad y cuya instalación están intentando completar en estos momentos, para asegurarse un poder que se eternice por varias décadas.
            La revolución encarnada en el Estado y éste concentrado en una sola persona es fin y valor supremo, a la cual debe subordinarse la Constitución y el pueblo. Por eso la violación a las leyes no puede ser visto como asunto puntual sino como una carácterística  del modelo que se importó de Cuba. También por eso la misión prinicipal del gobierno no es resolver problemas sino ocuparse de crear las condiciones para perpetuar en el poder a una cúpula de compinches, muchos de los cuales sólo pueden explicar sus enriquecimientos por vía de la corrupción y el narcotráfico.
            Este modelo y los que están enchufados a sus privilegios, son el primer obstáculo no sólo para lograr el desarrollo general del país, sino para que cada persona y cada familia pueda vivir mejor. El principal enfrentamiento no es entre gobierno y oposición, sino entre un Estado neototalitario y una sociedad que sigue reclamando justicia social y libertad.
            El dilema actual entre progreso o retroceso social, entre democracia o autoritarismo, entre bienestar social o empobrecimiento, entre pasado o futuro se sintetiza en definirse a favor o contra del cambio. El continuismo prtende que todos nos subordinemos al Estado, el cambio nos sitúa al lado de todos los agredidos por una gestión que en el fondo es la más antipopular que hemos tenido en mucho tiempo.
            Venezuela está abusadoramente polarizada y sometida a una feroz guerra política por la hegemonía oficialista en todos los órdenes. El gobierno no admite  neutralidades. Todos, incluidos sus seguidores, estamos propensos a ser declarados enemigos a conveniencia de cualquiera de los mandamás de esta inexistente revolución. Es decir, parias sin derechos como se pretende tratar a la nueva mayoría plural conformada en torno a Capriles.
           
Esa nueva mayoría, nutrida naturalmente por el descontento social y la frustración de los que rechazan la descomposición de la cúpula de los enchufaos, va a triunfar inevitablemente sobre un gobierno, que carcomido por la corrupción y la incapacidad, va a rumbo a que le exploten juntos todos sus fracasos.  
            Esa nueva mayoría requiere que Capriles le explique al país no sólo las definiciones generales de la estrategia que él promueve, sino sus objetivos a mediano y largo plazo, su esquema de combinación de formas de lucha, su idea sobre las alianzas y su sueño país. Son aspectos que deben tomar la escena pública para que la gente contribuya a hacer más corta la ruta de su éxito y pueda mantener el rumbo que ella supone.
            Es el momento para empoderar a la gente y acompañar sus luchas, movilizar y proteger a la mayoria para que adquiera confianza en sus propias fuerzas. Es la oportunidad para convocar al país para que juntos, ciudadadanos y partidos, definan con que se come la opción progresista.
            Ojalá que se sigan dando los pasos que dejan atrás la respuesta reactiva y se llenen los vacios que permitan convertir al progresismo en una causa. Ojalá que la gente convierta en suya una estrategia sin ribetes heroicos, pero eficaz para hacer victoriosa la alternativa para vivir mejor.
@garciasim

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RAFAEL MUCI-MENDOZA, ELOGIO DE LA PENITENCIA…

Acto de mortificación interior o exterior…El Santo Padre nos exculpó, dijo que ¨los venezolanos no tienen pecados¨. Bien, no creo que lo dijo en broma; además, no es del todo cierto… pero dejemos de lado a nuestros verdugos. 
Él tiene razón; nuestro país es un gran gueto donde toda pena, atropello y destierro tiene su superlativo reino. 

Pararse a las tres, desafiar el descenso de cientos de peldaños con el alma en vilo, balas silbando y muertos cayendo, desgarros del alma no escuchados, carencias extremas, colas degradantes y brazos herrados como ganado por lograr limosnas con el precio de la humillación, ambulancias inexistentes,  hospitales que te doblegan, no entienden ni se conmueven con tu dolor, búsqueda ansiosa de medicinas. ¡Carne de sacrificio y de cañón!  Creo que es suficiente para expiar cualquier pecado y te quedan debiendo…
¿Qué otra penitencia tendremos que pagar mañana para satisfacer el sadismo y maldad de los nuevos amos del valle, ratas de albañal, bandidos de camino? 
¿Cuánto más va a pagar Simonovis, ícono del ajusticiamiento a pedacitos por tribunales venales y policías desalmados, ahora en manos de médicos de comiquita que confunden peritonitis con gripes?, 
¿Quiénes son ustedes?, ¿Hombres o engendros? ¿Será que lo matarán o serán medidos con la misma vara? ¿Con cuánta indiferencia continuaremos viendo impasibles su ajusticiamiento que a no dudar mañana será el nuestro…?
Los vimos en la Asamblea como a Juan Peña, el de Coll, el del diente roto: el cuerpo inmóvil, vaga la mirada, sin pensar… ¨La revolución cubana respetará la capacidad y el mérito, y no considerará jamás al Estado como botín de un grupo victorioso…¨; 
¨…Entonces nosotros decimos que nuestra revolución no es comunista... Si así fuera, nosotros lo diríamos aquí...”   Fidel
rafaelmuci@gmail.com

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RAFAEL BELLO, CRISIS GENERAL

La economía está en estado de quiebra, mientras la inseguridad deja decenas de muertos.

Las barras de oro del país son un misterio. Unos dicen que están seguras en el BCV, mientras la mayoría no duda al afirmar: "seguro estaba el de Araya y se fue a fondo". Expresión popular que con el correr del tiempo y el acontecer diario de la vida venezolana mantiene plena vigencia. Pues bien, hay un clima descompuesto en el país con saltos y sobresaltos que impacientan a los parceleros del régimen porque la realidad nacional rebasa el parapeto totalitario.

El ingreso nacional merma y se echa mano entonces al endeudamiento criminal para tratar de sostener lo que es, a todo evento, insostenible ya. El régimen se viene abajo digan lo que digan y hagan lo que hagan. La suerte de Venezuela está echada en la voluntad democrática de sus habitantes.

Tenemos una crisis de dimensiones alarmantes que no solamente se confina al ámbito económico, sino que va mucho más allá. Se trata de la estabilidad misma de la nación. La población sufre las consecuencias de la ambición de impronta riqueza y la ignorancia desbordada en el uso y abuso del poder. He allí los resultados de todos estos años del desbordamiento de la inquisición en pleno siglo XXI en un país, donde la civilidad y modernidad marcaban el rumbo de la prosperidad. La ruina es consecuencia de la ambición alzada que se dice gobierno.

Hay que asumir el compromiso de la reconstrucción del país con la responsabilidad de la grave situación nacional. La economía está en estado de quiebra, mientras la inseguridad deja decenas de muertos semanalmente. Todo esto resume una crisis que raya el borde de un estallido social latente.

La realidad que vive Venezuela convoca a la lucha sostenida por las libertades públicas y el Estado de Derecho. Ha de ser la actitud del cuerpo dirigente opositor para hacerle frente a un régimen antinacional.

bello.rafael@yahoo.es

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NELSON CASTELLANO-HERNÁNDEZ, ¿POR QUÉ NO HAY POLLO?

En búsqueda de una legitimidad negada por los resultados electorales, Maduro continúa sus giras internacionales en búsqueda de reconocimiento, a cambio de continuar con el despilfarro de los recursos de los venezolanos.
Los Castro, Morales, Correa, Ortega, la Kirchner, Mujica, países como Rusia y China o varios de Centroamérica y el Caribe responderán con loas la supuesta generosidad del ilegitimo. Acuerdos, ayudas y contratos que van en detrimento del porvenir de los venezolanos, pero que obligaran a los interesados a votar en bloque por el régimen autoritario bolivariano en los organismos internacionales, a costa del hambre de millones de compatriotas.
Los representantes del régimen nunca han buscado el desarrollo de Venezuela, sino procurar la más abyecta dependencia al régimen, que solo puede sobrevivir sometiendo al ciudadano.
Tal como van las cosas nos dirigimos a un abismo, que pronto nos llevará al colapso. En Venezuela se han destruido las empresas de producción de alimentos, de cría de animales, de distribución de semillas e insumos agrícolas. Se han apoderado de las tierras, de las cadenas de distribución de alimentos, hasta convertirnos en un país que no produce nada y de estantes vacíos, lleno de colas, a través de las cuales se raciona la comida y hasta los productos necesarios para la higiene personal.
Desmantelaron fincas que estaban en plena producción transformándolas en áridos peladeros. Convirtieron la potencia petrolera en un país que tiene necesidad de importar todo lo que consume.
En él la moneda del imperio es necesaria para poder satisfacer la importación de los productos de primera necesidad. Aquí los dólares son controlados por el Estado y del que solo se benefician los que apoyan el sistema o por lo menos, no lo combaten.
La opinión pública es a menudo sorprendida con revelaciones del enriquecimiento desmedido de los jerarcas del régimen y de su corte de negociadores, quienes exhiben con ostentación la riqueza recién adquirida.
Los que se han apoderado del gobierno cometen el crimen vil y despreciable de destruir nuestra patria. Comenzaron atentando contra nuestra soberanía, colocada en manos de los jerarcas cubanos, continuaron tomando el control de todas las instituciones y pusieron en ellas a seres serviles, que les permiten destruir la democracia desde sus entrañas.
Expropiaron y robaron, tierras, empresas, bancos, medios de producción y de prensa, acallando cualquier sector que no pudieran controlar por otros medios. Todo lo tomado fue expresamente arruinado y hecho improductivo, única manera de controlar a todo un pueblo que depende de un partido para poder subsistir.
Las afirmaciones estridentes de socialismo, no fueron más que slogans con que los “piratas” se disfrazaron mientras se apoderaban del botín.
El designado, Presidente por obra y gracia de un Consejo Nacional Electoral públicamente parcializado, continúa repartiendo la riqueza nacional. Los barriles de petróleo y las reservas de oro quedan cortas, ante la avaricia desmedida de la corrupción gubernamental y la de los chulos internacionales. Eso explica el deterioro que sufre nuestra Nación.
Productores extranjeros se benefician vendiéndonos desde comida hasta papel higiénico. Brasileños, portugueses e iraníes construyen casas en Venezuela, lo único que importa es que no exista empresario venezolano que se beneficie, ya que producir riqueza en manos privadas disminuye el control anhelado.
En el gobierno saben que sin riqueza y empresas privadas, no habrá trabajo, ni crecimiento, ni futuro personal, pero no les importa, eso es lo que necesita el régimen. Hoy en día somos un país de carencias, que simula una solidaridad internacional como estrategia política a expensas del patrimonio que necesitaran las próximas generaciones de venezolanos.
En el país muy pocas empresas producen rendimiento. Hasta la industria petrolera y las empresas básicas de Guayana se encuentran afectadas con la mala administración. Esta situación rivaliza haciendo millonarios a los jerarcas, con la corrupción gubernamental, con la compra de gasolina, con el contrabando, con los presupuestos sobre calculados, que se convierten en millonarias comisiones. Compite también con los conteiners de comida podrida, con los gastos de chatarra militar que le compramos a Rusia, que provocan constantes accidentes mortales y más comisiones.
Llegó el día de preguntarse, ¿el socialismo del siglo XXI fracasó? O la finalidad era que la escasez y el alto costo de la vida sometieran a todo un pueblo. Cuando ves nuestra población batiéndose en un supermercado por cuatro paquetes de harina de PAN, de un pollo, un jabón o una pasta dental, provoca gritarles en su cara: ¡irresponsables, traidores y mentirosos!
Tenemos un gobierno que nos envilece y nos reduce a posiciones indignas. El modelo económico que ha pretendido instalar desde las alturas de la Habana, debe ser rechazado, nuestra economía no aguanta más. Si llegara a producirse una baja del mercado petrolero, en Venezuela vendrá una hambruna, producto de la escasez de divisas que impedirá nuevas importaciones.
Hay que gritarlo a los cuatro vientos le hemos dado a Cuba unos 25.000 millones de dólares, en los últimos siete años. Los países del Caribe por su parte, nos deben unos 4.000 millones de dólares que sabrá Dios cuando pagaran.
Una hipocresía sin limitas se refleja en las declaraciones gubernamentales: “Caracas tiene «amigos de todo el mundo» para suplir carencias e importar productos” afirma el ministro de Agricultura, “No vamos a permitir que golpeen a nuestro pueblo” agrega Maduro cuando inicia una gira para buscar alimentos.
Pero por detrás autoriza, a través del vicepresidente Jorge Arreaza, el aumento del 20% del precio en el pollo, la carne de res, la leche y los quesos.
El experimento bolivariano ha terminado por controlar casi toda la producción, también implemento el control de cambio y de precios, tiene la responsabilidad total de lo que ocurre. Sustituyó todo lo que fue producción por importaciones, amenaza las pocas empresas privadas que aun funcionan y que se encuentran al tope de sus capacidad, los cerca con la importación de insumos y de divisas, con que importar la materia prima que ya el país no produce.
Por eso no albergamos esperanzas, no hay pollo por que el gobierno así lo quiso y por qué hizo todo lo necesario para lograrlo. Ya son muchos las cosas que escasean y las que desaparecerán definitivamente, la tarjeta de racionamiento cubana no tardará en llegar disfrazada bajo otra figura.
Todo se veía venir, algunos no lo creían y hoy nos encontramos frente a una Venezuela arrasada, ¿Cómo reaccionaremos?, continuaremos indiferentes, tristes o resignados, ¿Hasta cuándo? Al ritmo que van las cosas nos queda poco tiempo para una respuesta.
nelsoncastellano@hotmail.com

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NELSON ACOSTA ESPINOZA, LA RUTA MANDELA, OBSERVATORIO VENEZOLANO DE LAS AUTONOMÍAS

“No permitan que la política los separe, pueden perder la patria”. Esta afirmación fue pronunciada por S.E. Thaninga Pandit Shope-Linney, embajadora de la república de Sudáfrica, en el acto formal llevado a cabo con motivo de la conmemoración de los 25 años del conferimiento del doctorado Honoris Causa al líder africano Nelson Mandela. 

Thaninga Pandit Shope-Linney
La frase se encuentra enmarcada en su narración sobre la lucha empeñada por el pueblo sudafricano para superar el oprobioso régimen del apartheid. Esta experiencia marcó una ruta en la búsqueda de espacios donde las partes en conflicto pudieran encontrarse y reconocerse. En ese país, el deporte, la música y las artes proporcionaron esos espacios para el reencuentro y la reconciliación y, de ese modo, se evitó que esa nación se embarcara en una guerra civil de negros contra blancos.

William Uri, autor del conocido best seller “El camino hacia el sí” (Getting to yes), es cofundador del Programa de Negociación de Harvard. También es mediador en conflictos internacionales y empresariales. Junto a Jimmy Carter creó una asociación para ayudar a terminar las guerras civiles en el mundo. Ha desarrollado una ingeniosa iniciativa denominada Abraham Path Initiative que busca crear un corredor turístico en Medio Oriente que siga el camino de Abraham, una figura unificadora entre cristianismo, judaísmo e islam.

Estas dos personalidades, ubicadas en contextos distintos, a través de sus respectivas experiencias proporcionan una gran enseñanza: la polarización, por muy extrema que ésta sea, puede vencerse. Se requiere imaginación y creatividad para diseñar la estrategia apropiada que favorezca el encuentro entre las partes en conflicto.

El país se encuentra políticamente polarizado. Distintas instituciones y grupos políticos han llamado la atención sobre la necesidad de delinear una estrategia que propicie la reconciliación entre los venezolanos. La jerarquía católica, el Movimiento al Socialismo (MAS) e importante figuras del acontecer nacional, han hecho de este concepto elemento sustantivo de sus propuestas alternativas. Recientemente, intelectuales y académicos han advertido que el virus de la polarización ha penetrado los relatos mediante los cuales sectores de la oposición describen la coyuntura política. Ramón Piñango, por ejemplo, ha llamado la atención sobre esta radicalización de posiciones dentro de la misma oposición. Señala un distanciamiento entre quienes plantean que la atención política debe concentrarse en las venideras elecciones municipales del mes de diciembre y, los que por el contrario, piensan que el acento debe ubicarse en acciones de calle que acompañen a los ciudadanos en sus luchas sociales. Esta contrariedad se ha agudizado, al punto, que ambos grupos comienzan a construir identidades alternas: un “nosotros” que se contrapone a un “otro” situado en espacios diferentes.

Es imperativo combatir este doble desencuentro. El del país y el que comienzan a padecer sectores de la oposición. La experiencia sudafricana y los experimentos de imaginación política llevados a cabo por William Uri constituyen puntos de partida. Me parece que estamos en el momento apropiado para ensayar alternativas distintas a las usuales para propiciar este reencuentro entre venezolanos. Llamémoslo el momento Mandela; exploremos, por ejemplo, el poder de convocatoria de las artes, música y deportes. Intentemos colocar estas disciplinas al servicio de la reconciliación nacional.

El acto celebrado recientemente por la Universidad de Carabobo, conmemorando el conferimiento del doctorado Honoris Causa a Nelson Mandela constituyó un ejemplo de cómo desde estos escenarios se puede propiciar el reencuentro de los venezolanos. De ahí, la necesidad de comenzar a transitar la ruta Mandela.

autonomiaspoliticas@gmail.com

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