miércoles, 6 de marzo de 2013

ANALÍTICA PREMIUM, EDITORIAL, UNA OBRA QUE DEBE MEJORARSE

ANALÍTICA PREMIUM

EDITORIAL, 
UNA OBRA QUE DEBE MEJORARSE
Nadie podrá intentar ser otro Chávez, lo importante es que sus próximos sucesores entiendan que ese esfuerzo de erradicar la pobreza y de distribuir e incentivar el desarrollo humano y la prosperidad, es un proceso que no puede terminar, al contrario
Más que visibles, hizo presentes y primordialmente tomados en cuenta a los pobres, y aunque fisicamente haya descansado, esa obra fundamental va a continuar. Los pobres en Venezuela seguirán siendo visibles; mantendrán la presencia activa que Hugo Chávez les dio con fuerza y empeño. Mucho más que su proclamación del socialismo, será por su cercanía a la gente, especialmente a los más pobres, por lo cual será recordado Hugo Chávez.
Hemos disentido, como muchos otros venezolanos, de sus políticas económicas y de gran parte de sus decisiones. Pero no se puede desconocer la posición de liderazgo que lo elevó, por su esfuerzo indeclinable y su propia convicción, a los puntos más altos del interés, el respeto, el reconocimiento y el afecto de Latinoamérica, y no sólo por los pobres del continente, sino por amplias comunidades sociales y políticas.
Viene ahora un complejo período en el cual esa labor de justicia debe ser perfeccionada, hacerla más eficiente. Chávez no es repetible, lo importante es que no se pierda la voluntad de erradicar la pobreza y de distribuir e incentivar el desarrollo humano y la prosperidad. No se trata de endiosar a Chávez o crear un mito, sino porque la necesidad de justicia social que él tanto pregonó es una realidad socioeconómica y política, y ese proceso ya no tiene regreso.
Entendemos que el mensaje de condolencia de la Mesa de la Unidad Democrática, leído ayer por Henrique Capriles Radonski, tiene ese sentido y asume ese mismo compromiso trascendental.
Comienza ahora una etapa que por encima del dolor, no debe mostrar dudas ni fisuras. Es tiempo de unidad de los venezolanos por encima de diferencias políticas, un nuevo capítulo cuyo desarrollo toca ahora a nuevas voluntades, chavistas y no chavistas, desarrollar con empeño, honestidad y eficiencia.
Vayan con estas palabras nuestras expresiones sinceras de solidaridad con la familia Chávez y con todos los venezolanos.
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ERNESTO GARCÍA MAC GREGOR, NO PUEDEN SER TAN BRUTOS

Es ilógico pensar que tantos ministros, gobernadores, alcaldes, jueces, embajadores y demás funcionario de alta alcurnia chavista sean todos tan ecuánimemente brutos para negar que Venezuela económicamente se viene a pico, que el sistema eléctrico es un fracaso, que estamos bajo una dictadura, que Cuba es un embarque. Que con la plata regalada a las naciones chulas se hubiese podido reconstruir las carreteras del país, que estamos hipotecados hasta las orejas, que la corrupción es galopante, que el sistema carcelario es un bochorno y muchas otras cosas más.
Lo raro es que para todas estas tristes, conocidas y demostradas realidades no haya una sola voz disidente o alguien que por lo menos admita que ha habido alguna falla que se está corrigiendo. O por lo menos que muestren algún propósito de enmienda. Pero que va. Parecen loros amaestrados. Puros ambages y juegos de palabras. El país va que chuta. Económicamente está creciendo (debido a las entradas de petróleo y a las importaciones mientras que la producción va en picada). Que las fallas eléctricas son culpa de la iguana, que las dádivas no son un regalo sino una inversión en territorio foráneo, que Cuba es una maravilla, que la corrupción y el sistema carcelario es producto de la cuarta república (¿y los 14 años de chavismo?).
   En los tiempos de la democracia, el Banco Central y el Tribunal Supremo eran totalmente independientes. El contralor de la nación siempre era del partido opositor; el bloque parlamentario zuliano, otrora orgullo local y envidia del resto del país, compuesto por los diferentes partidos, se unía en bloque para defender los intereses locales así fueran en contra del gobierno de turno. Muchos miembros del partido de gobierno eran críticos de algunas políticas oficiales.
Pero actualmente, las focas sumisas, con el más rancio servilismo se entregan incondicionalmente a las órdenes de su amo y señor. La pluralidad de discusión desaparece cerrando así el círculo vicioso de la inepcia verbal y cerebral de pusilánimes que se niegan sí mismos. Que oiga quien tiene oídos…
garciamacgregor@gmail.com

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NELSON MAICA C., ANTES, AHORA, MAÑANA,

01.    Pasado, presente, futuro. Antes de 1999, en Venezuela, acudíamos a cualquier súper mercado, mercado, abasto, bodega, tarantín, buhonero, etc., y, de inmediato, obteníamos cualquier artículo deseado y/o necesitado, nacional y/o importado de cualquier lugar del planeta.
02.    Hoy, luego de 14 años de “proceso socialista-comunista”, vamos a los establecimientos comerciales y/o servicios, públicos y/o privados que aun quedan, y no hay el producto que buscamos ni nos prestan el servicio requerido; pero, algunos buhoneros, lo tienen a precios excesivos.
03.    En el futuro inmediato, muy posiblemente, de acuerdo a la política inflacionaria puesta en práctica por la “dirección” del “proceso”, la ideología política que tratan de implantar con el mismo método marxista-leninista-estalinista de represión, terror y crimen, la del socialismo comunismo fracasado, usted no encontrará en los comercios, ni en los servicios, ni para las necesidades básicas, lo que usted quiere y puede pagar, sino lo que el régimen le de la gana que usted use y/o consuma y no lo que necesite. Le están controlando cada vez más. Le quitaron su libertad. Esta usted, ya, en un gran gulag.
04.    Además, no podrá pensar, no podrá ir ni hacer lo que usted quiere, no podrá expresar cuanto siente, tampoco dedicarse a lo que a usted le gusta, sino a lo que le impone y consiente el régimen. Totalitarismo puro y simple.
05.    ¿Usted permitirá que eso suceda en su futuro, en el de sus hijos y en el de su familia y el país? ¿Cuáles alternativas tiene para su futuro? ¿Qué estamos haciendo para impedir que nos quiten la libertad? La usurpación continua y el derecho a oponerse también como el deber de restablecer la CN.
06.    Le cuento que el liberalismo, tan vituperado por el “innombrable” y sus más beneficiados, no puede ser borrado de la historia y le ofrece hoy, como en sus orígenes, para este presente y para su futuro, las conquistas logradas en los últimos 230 años, a base de trabajo, sudor y lagrimas.
07.    He aquí algunas de las conquistas del liberalismo, con relación a:
I. La persona, el individuo: le invitamos a defenderlas, a luchar por ellas, a no permitir que se las quiten:
01.    Cada persona, cada ciudadano, debe ser responsable de sus propios actos
02.    Mis derechos son iguales a los de cualquier otra persona
03.    Tengo pleno derecho a escoger mi propia forma y estilo de vida
04.    El dinero que gano legítimamente me pertenece a mi, los impuestos podrán ser necesarios pero hay que establecerles prioridad y estar claros de que eso no los hace éticos
05.    Tenemos derecho a usar cualquier moneda en nuestras transacciones económicas
06.    Los profesionales debidamente titulados tienen derecho a ejercer sin tener que colegiarse u obtener otras licencias y permisos
07.    Tengo derecho a escoger mi religión y/o a no tener ninguna
08.    Lo que yo cotice al sistema de pensiones debe destinarse a mi futura pensión y tengo derecho a saber como evoluciona mi cotización y mi fondo
09.    Cada persona debe poder escoger el seguro medico que desee sin que el gobierno lo obligue a pagar por un servicio medico oficial
10.    Tengo pleno derecho a emprender cualquier actividad comercial
11.    Mi cuerpo me pertenece única y exclusivamente a mi
12.    Tengo derecho a decidir cuando o en que circunstancias dejar de vivir y a que mis instrucciones en esta materia se cumplan
13.    Estoy en mi derecho de tener y portar armas para la defensa propia y de mi familia
14.    Solo yo decido que bienes o servicios produzco, cuando los vendo, a cual precio y a quien
15.    Todo el mundo tiene derecho a decir lo que quiera sin censura: la libertad de expresión esta por encima de los intereses de gobierno alguno
16.    Nadie mas que yo debe decidir si me pongo el cinturón o el casco
17.    El derecho de cada persona es superior a las obligaciones sociales, culturales o religiosas que pretenda imponer la mayoría
18.    La primera obligación de un ciudadano es defender a su patria
19.    Es el ciudadano quien debe escoger el colegio o la universidad de sus hijos.
20.    Tengo derecho a la plena confidencialidad en toda comunicación, en internet, y nadie puede impedir que envíe o reciba cualquier archivo, mensaje, etc.
21.    Los hombres y las mujeres deben tener exactamente la misma consideración, derechos y obligaciones
22.    En caso de conflicto con otro valor, la libertad del ciudadano debe prevalecer.
II: La política, estado, gobierno:
23.    Todo monopolio estatal es injusto porque limita nuestra libertad de elegir y viola el derecho de otros a prestar el mismo servicio y/o actividad
24.    En aras de la seguridad, el gobierno no puede limitar la intimidad de las personas: ni escuchar sus comunicaciones, ni instalar cámaras, ni violar su correspondencia, etc
25.    Corresponde al gobierno, luego de una consulta publica refrendaria a los mayores de edad, decidir que drogas son legales y cuales no
26.    El gobierno es quien debe administrar los servicios públicos básicos, esenciales, y por lo tanto debe consultar a la población, mediante referéndum, privatizarlos
27.    El gobierno debe velar por la conducta ética de sus ciudadanos
28.    Es justo que los países establezcan un servicio militar y/o social para que sus ciudadanos contribuyan al bien común
29.    Hay que actuar en política exterior para defender los derechos humanos y civiles de las personas que sufren dictaduras y defender las democracias plurales
30.    Repudiemos con toda nuestra fuerza el totalitarismo, la dictadura militar, el socialismo comunismo, el gulag cubano y todo régimen o gobierno autoritario, represivo.
31.    Occidente tiene derecho a protegerse frente a la aparición de bloques geopolíticos antidemocráticos que intentan imponerse
32.    El socialismo comunismo y el fascismo son dos sistemas igual de espantosos por los resultados que han producido allí donde se han instalado
33.    El gobierno no debe bombardearnos con campañas de todo tipo que pagamos nosotros con nuestros impuestos
34.    El mejor sistema de organización territorial para Venezuela es el Federal
35.    Cada Estado de Venezuela debe gestionar su presupuesto libremente y el resultado de su gestión será diferente
36.    A largo plazo, la globalización económica, social y política, será muy positiva para los países en vías de desarrollo
37.    Las banderas son símbolos, lo importante son las personas, el concepto de nación hay que actualizarlo
38.    El capitalismo, como todo sistema, tiene sus fallas, por ello el estado democrático plural debe ejercer una función correctora sobre el mismo
III. Economía
39.    Las autoridades deben tener un margen corto y prudencial para aplicar la política monetaria que estimen oportuna y beneficien a todos
40.    Habría que reducir drásticamente los impuestos y cobrar en su lugar tasas por los servicios: que los pague solo quien los use
41.    Hay que abolir el impuesto de sucesiones: esos bienes ya tributaron en su momento y no es justo que deba pagarse de nuevo por ellos
42.    Emitir dinero no respaldado por las reservas es siempre un error
43.    Hay que establecer un tope constitucional a los impuestos y a la deuda publica que el gobierno contrae a nuestro nombre
44.    Debe limitarse el uso de los impuestos y subvenciones como forma de condicionar la acción económica de personas y empresas
45.    El gobierno debe ayudar a los bancos y otras empresas, grandes, medianas, pequeñas, individualidades, en dificultades ya que su recuperación es buena para la población
46.    Hay que eliminar los aranceles: estoy en mi derecho de comprar las cosas a su precio real, ya estén hechas aquí o en otro país
47.    Los ciudadanos pagamos con nuestros impuestos a un numero excesivo de funcionarios de todas las administraciones publicas
48.    Los impuestos justos son los proporcionales al ingreso. La progresividad fiscal es una arbitrariedad que incentiva la evasión
49.    Los paraísos fiscales existen porque los países se han convertido en infiernos fiscales con unas exigencias tributarias excesivas
50.    Es sano que exista competencia fiscal entre los estados
51.    El llamado estado del bienestar se ha convertido en el bienestar del estado, no de los ciudadanos. Hay que construir un estado de ciudadanos libres.
52.    Es bueno que el gobierno cuente con medios de comunicación propios, en equilibrio y proporción con los privados, para que el ciudadano tenga información imparcial
53.    El secreto bancario debe ser abolido en aras de la transparencia
54.    La carga tributaria y los costos sociales son excesivas y desincentivan la actividad económica
55.    El orden espontáneo de la economía es mejor que la organización de la misma por un gobierno intervencionista
IV. Sociedad
56.    Los trabajadores tienen que negociar individualmente sus condiciones y salarios y, también, pueden hacerlo colectivamente
57.    Hay demasiadas regulaciones en el mercado del trabajo que deberían ser mucho mas ágiles y flexibles
58.    El trabajador es un empresario que vende su actividad a un único cliente y a domicilio.
59.    Los trabajadores en huelga tienen derecho a organizarse para tal fin
60.    La decisión de abortar dentro de un plazo legal razonable compete exclusivamente a la mujer
61.    La orientación sexual de las personas no debe condicionar sus derechos y obligaciones en la sociedad
62.    Es legitima la investigación con células madre previa las autorizaciones legales correspondientes
63.    La prostitución es una profesión mas
64.    La propiedad privada es un derecho humano de la máxima importancia y su violación destruye la libertad y la convivencia y la seguridad
65.    Las cuotas por genero, edad, raza, etc., violan los derechos humanos y crean mas problemas que los que pretenden resolver
66.    Es delito todo lo que de hecho vulnera los derechos de otra persona
67.    La sociedad civil debe gestionar los servicios y la solidaridad, mediante empresas y Ongs, tanto y/o mas que los comités y expertos del gobierno
68.    Es un derecho básico solicitar y obtener asentarse pacíficamente en cualquier lugar mas allá de las fronteras del propio país
69.    Es un derecho cruzar libremente cualquier frontera
70.    Las victimas del terrorismo tienen derecho a influir en la política antiterrorista del gobierno, ya que les afecta de forma especial
71.    Para acabar con las mafias del narco, terrorismo, etc., hay que educar, prevenir, invertir, evaluar, castigar y premiar, establecer una política
72.    Las pequeñas tiendas tienen derecho a que se les permita el horario de las grandes para que los consumidores puedan ir a comprar
73.    Mis creencias religiosas no deben afectarte a ti de ninguna manera: las leyes deben ser laicas y totalmente neutrales en materia moral
74.    La Iglesia Católica debe tener los privilegios que la sociedad le atribuye.
75.    A las personas necesitadas es mejor darles bonos para los servicios privados, no mantener un sistema publico de segunda para ellos
76.    La solidaridad debe ser voluntaria, de lo contrario ya no es solidaridad sino imposición
77.    El medio ambiente no se protege con duras regulaciones sino con asignación de derechos de propiedad y responsabilidades
78.    Ningún sector del pueblo, de ciudadanos, ni siquiera por denominarse o ser estratégico, debe estar controlado por el gobierno. La sociedad civil se debe organizar con plena libertad, derecho y obligaciones. Y, hay mas, muchos más.
79.    Les invito a seleccionar candidatos a los diferentes cargos de gobierno que nos garanticen las anteriores conquistas, hoy, de todo  humano.
Tips:
•        “Mañana muchos maldecirán mi nombre”, Adolf Hitler.
•        “Estábamos al borde del abismo, pero hemos dado un paso hacia adelante”, Francisco Franco.
•        Pensadores del siglo XX: MARTIN HEIDEGGER, Messkirch, Baden, Alemania, 1889-1976, filósofo. Su padre, Friedrich Heidegger (1851-1924) fue sacristán católico y maestro tonelero, su madre: Johanna Heidegger, de soltera, Kemp (1858-1927). Cursó estudios de teología católica y después filosofía occidental en la Universidad de Friburgo, donde fue alumno de Edmund Husserl, el fundador de la fenomenología. Ya en el año 1915 comenzó a ejercer como profesor en Friburgo. Tras impartir clases durante cinco años en Marburgo, llegó a ser profesor de filosofía en Friburgo en 1928. En 1933 le nombran rector de la universidad de Friburgo y se afilia al partido nacionalsocialista (NSDAP). Pronuncia la prelusión rectoral sobre Autoafirmación de la Universidad alemana. Organización del campamento de la ciencia. Apariciones propagandísticas en Leipzig, Heildelberg y Tubinga. Colaborador en la reforma de la Universidad de Baden (introducción de principio del caudillaje). Renuncia al rectorado al año siguiente por discrepancias con el gobierno y deja de ocuparse de política. Comienza un periodo de casi absoluto silencio: Heidegger no publicará casi nada hasta 1942. En cambio dicta regularmente sus cursos académicos. Heidegger se encontró muy influenciado por los presocráticos de la filosofía griega, por Kierkegaard, y por Nietzsche. En su obra más importante e influyente, “Ser y tiempo” (1927), Heidegger se preocupó de lo que consideraba la cuestión filosófica (y humana) esencial: ¿Qué es ser? Esto le llevaba a la pregunta, qué clase de ser (Sein) tienen los seres humanos. En “Ser y Tiempo”, pese a ser una obra que quedó incompleta, Heidegger plantea ideas centrales de todo su pensamiento. En ella, el autor parte del supuesto de que la tarea de la filosofía consiste en determinar plena y completamente el sentido del ser, no de los entes, entendiendo por «ser», en general, aquello que instala y mantiene a los entes concretos en su entidad. En la comprensión heideggeriana, el hombre es el ente abierto al ser, pues sólo a él «le va» su propio ser, es decir, mantiene una explícita relación de co-pertenencia con él. La forma específica de ser que corresponde al hombre es el «ser-ahí» (Dasein), en cuanto se halla en cada caso abocado al mundo, lo cual define al «ser-ahí» como «ser-en-el-mundo» (según traduce José Gaos) o «estar-en-el-mundo» (según sostiene Jorge E Rivera). De esa estructura parte la analítica existencial del Dasein, que en Ser y tiempo juega el papel de ontología fundamental. La distinción de la filosofía moderna, desde Descartes, entre un sujeto encerrado en sí mismo que se enfrenta a un mundo totalmente ajeno es inconsistente para Heidegger: el ser del hombre se define por su relación con el mundo, relación cuya forma de ser no consiste en un «comercio» entre sujeto y objeto, o en una teoría del conocimiento que también los implique, sino que es propia de la existencia (Dasein) como «ser-en-el-mundo», y encuentra su fundamento ontológico en el «Cuidado» (Rivera) o «Cura» (Gaos) (Sorge). Estas categorías (en rigor, existenciales o existenciarios [Existenzialien]) le sirven para comprender por dónde pasa la diferencia entre una vida auténtica, que reconozca el carácter de «caída» que tiene la existencia (propiedad), es decir, la imposibilidad de dominar su fundamento (el ser), y una vida inauténtica o enajenada, que olvida el ser en nombre de los entes concretos (impropiedad). La dimensión temporal del ser y la dimensión temporal del hombre —en cuanto proyecto del «ser-ahí» y enfrentamiento a la muerte (el ser-ahí es también «estar vuelto hacia la muerte» [Sein zum Tode]) —, sería el otro gran olvido de la filosofía clásica. El esfuerzo de Heidegger por pensar el ser como relación de los entes en el tiempo está en la base del posterior movimiento hermenéutico.
•        DECLARACION UNIVERSAL SOBRE LA DEMOCRACIA, adoptada por el Consejo Interparlamentario en su 161a sesión
(El Cairo, Egipto, septiembre de 1997): 4. “El logro de la democracia supone una auténtica asociación entre hombres y mujeres para la buena marcha de los asuntos públicos, de modo que tanto los hombres como las mujeres actúen en igualdad y complementariedad, obteniendo un enriquecimiento mutuo a partir de sus diferencias”.
“Una guerra nunca resuelve problema alguno. No hace sino plantear otros nuevos”. Sir Winston Churchill.
nelsonmaica@gmail.com

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EMILIO DE ROGATIS, DUDAS RAZONABLES COMO CONSECUENCIAS DE LA SENTENCIA DEL TSJ

¿Cuál era el status en el que la sentencia dejaba a Nicolás Maduro? Según lo demuestra la evidencia práctica, éste era sólo el presidente no electo, encargado, interino o temporal, mientras el presidente electo podía venir a juramentarse. No obstante, por la  tesis de la “continuidad del ejercicio”, otorgada al presidente del periodo 2007 -2013 en la señalada sentencia del TSJ del 10 ENE 2013, éste último nombrado seguía con el rol de presidente constitucional en funciones y además reelecto, y la juramentación era algo secundario; por lo que, en la práctica se daba por sentado que su juramentación quedaba subsumida en la continuidad.  EL presidente HRChF (QEPD) al ser el presidente en funciones por tanto no ameritaba juramentarse, ¿o sí?
Al morir el presidente HRChF, como en efecto se anunció que su muerte habría ocurrido en el HOSPIMIL de Caracas, el 05 MARZO a las 16:25 Q ¿Se aplica lo concerniente a que era un presidente electo sin juramentarse? o ¿Se aplica aquello previsto en caso de un presidente en funciones que muere antes de haber cumplido 4 años de su período?
SI se aplica el criterio de que el presidente de la AN, Diosdado Cabello, debe asumir la presidencia, ¿Debe éste nombrar un vicepresidente?, y por la misma regla de tres, si asume el señalado Presidente de la AN, entonces ¿Puede el vicepresidente Maduro ser candidato a la presidencia si existe un impedimento constitucional para que un vicepresidente lo sea? Si quien asume es el vicepresidente Maduro, ¿Ello lo transforma en Presidente Constitucional?, ¿Debe éste nombrar un vicepresidente?, ¿Puede ser candidato a la presidencia? ¿Sería eso una reelección?
¿No es cierto que al morir el presidente en funciones todos los cargos por él designados cesan en funciones de inmediato? Por tanto Maduro cesó en su interinato el 05 MAR 2013, junto con todos los ministros, quienes deben ser cambiados o ratificados por el nuevo presidente.
También ¿No es cierto que quien sea que deba asumir lo debería  haber hecho en el mismo instante de la anunciada muerte? Por supuesto, debe jurar de inmediato ante la AN.
Traigo a colación el caso del mismo DC el 13 A 2002, quien fuera juramentado rapidito por el difunto William Lara (aunque no sé porqué había que haberlo juramentado, porque el presidente constitucional lo seguía siendo y su renuncia no estaba firmada)  o el caso del vicepresidente Lindon B. Johnson esta vez en los EUA, quien recibió el cargo el mismo instante en que anunciaron desde el hospital que JFK había muerto. Ahí mismito lo juramentaron y le entregaron el maletín con las llaves y claves para lanzar los misiles, etc. ¿Por qué?, por mero sentido común, porque - como en los aviones - los países, sea Venezuela o USA, o cualquier otro, no pueden estar  ni un segundo sin su capitán al frente del timón. ¡Así de simple!
Hay decisiones y responsabilidades de estado que sólo pueden tomarlas, y ser avaladas por la constitución y reconocidas por la comunidad internacional, si son tomadas por un presidente constitucional en funciones, de acuerdo con las atribuciones y funciones establecidas en la Carta Magna para el Presidente, en tanto Presidente, Jefe de Estado y Comandante en Jefe de la FAN, para que tengan valor jurídico. ¡Por eso!
De paso, estamos en un limbo y ambos, Maduro y Cabello, son humanos, susceptibles de muerte natural o por  accidentes (Dios no lo quiera), y si se produjera su ausencia en este ínterin o interregno ¿La precariedad jurídico-institucional no sería aún mayor?
Emilio De Rogatis
ederogatis@gmail.com

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ANTONIO SÁNCHEZ GARCÍA, EL PODER Y LA GLORIA

"Tuyo es el reino, el poder y la gloria, por los siglos de los siglos, amén."

Recién llegado a Venezuela, hace 35 años, León Rozitchner, un notable pensador argentino llegado a estas tierras del Señor escapando de la siniestra dictadura militar del general Jorge Rafael Videla,   me advirtió refiriéndose a las ya por entonces estremecedoras cifras de homicidios y una cierta displicencia con que esas trágicas desapariciones eran asumidas por la sociedad e incluso por sus propios deudos: “los venezolanos no se mueren: se les acaba la vida”. 

Hondamente influido por el sentido trágico de la vida tan castizo, tan peninsular y al mismo tiempo tan mediterráneo que se ha infiltrado en el corazón de mi país de origen, donde la muerte desata auténticas tragedias y el desgarrador dolor que afecta a los deudos no puede ser acallado ni por obligaciones sociales, no dejó de impresionarme el comprobar que, en efecto, la muerte afecta a los venezolanos si no de forma discreta, como incomodada, por lo menos de manera muy distinta a cómo se la sufre lejos de estos trópicos. Donde se la enfrenta con un desgarramiento metafísico.

Jamás sabré si es por exceso de coraje o por falta de compromiso existencial con el Ser y con el Tiempo: lo cierto es que arrasados por la fuerza arrolladora del momento, de la circunstancia, de la deslumbrante claridad del Caribe, vivimos el día a día, apurando el cáliz del instante, como si fuéramos eternos y jamás tuviéramos que enfrentarnos al momento postrero, aquel en que se agota el privilegio maravilloso de asomarnos al mundo y ser la espléndida, la inigualable manifestación de la existencia de Dios. Una mujer o un hombre, dotados de la capacidad de amar, de sufrir, de llorar, de reír, de sacrificarnos por un ideal, un sueño, una esperanza. Extraviados por la inútil ambición del reino, del poder y la gloria. Dioses mortales poseídos por la aspiración de alcanzar la eternidad.

Para volver a la tierra de la cual viniéramos a la vida. Polvo fuimos y en polvo nos convertiremos.

He pensado en ello desde que tras el desvelamiento del cáncer presidencial, en junio de 2011, algunos de los médicos conocedores de este mal terrible nos hicieran saber que dado el diagnóstico que se diera a conocer, su vida no podría prolongarse más allá del mes de abril de este año 2013. Lo asombroso fue que una predicción de naturaleza estrictamente científica, corroborada de manera trágica esta tarde cuando el reloj de Venezuela indicaba las 16 y 25 minutos de este desde hoy nefando 5 de marzo, pretendió ser silenciada incluso con el destierro del mensajero. Que se le negara toda verosimilitud y se lo considerara parte de una aviesa conspiración de las fuerzas ocultas del mal. Desde luego imperial y de derechas. Y que en lugar de procederse con la sabiduría, la grandeza, el sentido de la responsabilidad ante la inminencia de la muerte del primer magistrado de la República, que exigía abrirle el corazón a la Venezuela entera, para evitarle males mayores que los que ya padece precisamente por culpa de sus desafueros, el cáncer presidencial pasara a ser instrumentalizado como una carta marcada en el odioso tablero del engaño, del poder y la gloria. Llegando tan lejos como para obligarlo, ya desvitalizado, menguado en sus capaces intelectivas, exhausto hasta la desesperación y a meses de su deceso, a competir en un ardoroso proceso electoral que no haría más que precipitar el agotamiento de sus defensas arrastrándolo a la muerte. Confrontando de manera inmoral e inescrupulosa la verdad de su inexorable e inmediato final con la brutal mentira de las ambiciones de sus validos. Y particularmente de quienes, desde La Habana, le chuparan hasta la última gota de sus fuerzas vitales para mantener con vida las suyas, ya desgastadas por el terrorífico ejercicio de una infame y brutal tiranía de 54 largos e interminables años.

Lo que no puedo menos que admirar, es que a pesar de los pesares y sabiéndose cercano al fatal desenlace no titubeó a la hora de hablarnos de la gravedad de su mal: desde la dimensión del tumor que le fuera extirpado – del tamaño de una pelota de beisbol, dijo con ese peculiar orgullo de quienes cuentan de las adversidades que enfrentan - hasta el temple sereno con que enfrentó su viaje hacia la muerte, en esa memorable y conmovedora alocución del 8 de diciembre. Sabiendo que se enfrentaba a su última batalla y perfectamente consciente de que la palabra de Dios – o del destino, como quiera llamársele – era inexorable, una santa palabra, dictó su testamento. Con una entereza verdaderamente admirable. Fue hacia la muerte, que sabía inexorable. Sin titubear un segundo. Así ni siquiera llegara a imaginar que ese testamento sería burlado por las mezquindades asesinas de sus preferidos mientras su corazón todavía palpitaba.

También me admira que haya disputado el Poder sacrificando su propia existencia, preocupado hasta su último aliento por salvar aquello en lo que creyó. Una pulsión vital que le costará a la República sangre, sudor y lágrimas. Una ruindad difícilmente reparable. Y no trepido en repetirlo: un delirio, una locura, una insensatez que no merecía ni el sacrificio de su vida, ni la de cientos de miles de venezolanos, hundidos en la sangre y el dolor por una absoluta ausencia del sentido de la verdadera grandeza. Un mal de la República. Para terminar en brazos de quienes no vieran en él más que la ingenua y generosa fuente de su agostada supervivencia. Hasta reducirlo a despojo de sus insaciables ambiciones. Sin duda, un triste y trágico final.

El 30 de diciembre, a las 4 de la tarde, mientras escribía alguno de mis artículos, afligido por vivir las fiestas de fin de año más tristes de mi vida, ya septuagenaria, sentí un súbito dolor en el pecho, una angustia, una inexplicable sensación de orfandad. Y rompí a llorar.  Supe en ese instante que Chávez se nos moría. Y con él 14 años  de vida, de esfuerzos, de esperanzas, de angustias. De inútiles, fútiles y muy dolorosos enfrentamientos. Entonces comprendí que algo muy atávico, muy profundo, incalculablemente valioso me ata a este pueblo, como a ningún otro. Se moría un adversario, que marcó a sangre y fuego 14 preciosos e irrecuperables años de mi vida. Cuando más hubiera querido la paz y el sosiego del retiro. A pesar de lo cual, su lenta extinción me acongojaba. Porque más allá de tantos sufrimientos y desventuras causados por su delirio, era un venezolano de excepción. Que Dios lo tenga en su gloria. Y que por fin, tras estos años de errores sin fin y extravíos sin rumbo, de esta delirante búsqueda infructuosa, encuentre – y encontremos todos - la paz que todo hijo de Dios se merece.

Que en paz descanse.

sanchezgarciacaracas@gmail.com

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ALBERTO MEDINA MÉNDEZ, EMBAUCADORES ENDEBLES, DESDE ARGENTINA,

Buena parte del poder se construye con un discurso aceptablemente consistente y con ciertos argumentos sólidos que puedan sostenerse.

Sin embargo, de tanto en tanto, quienes ejercen la función de conducir una comunidad, se meten solos en un callejón sin salida. En esas circunstancias, deben enfrentar el dilema de continuar en ese rumbo con coherencia y pagar ciertos costos políticos o hacer excepciones a la regla, apelando a la mentira como atajo para luego seguir su sendero. Cuando esas excepciones se convierten en rutina y se falta el respeto a la verdad, ya es muy difícil emprender el camino de regreso.

En ese esquema, los poderosos están convencidos de que pueden hacer que la sociedad crea casi cualquier cosa que ellos decidan poner sobre la mesa como razonamiento.  Pero, de tanto usar ese recurso, se han entusiasmado con el supuesto éxito coyuntural de sus permanentes intentos. Ellos sienten que no importa lo que digan, de todos modos la sociedad tiende a creerles.

En realidad, la mentira sistemática, solo posterga la caída del régimen, la prolonga por algún tiempo. Lo concreto es que la gente, tarde o temprano, percibe que esas argumentaciones no se sostienen por sí mismas y que el mandamás de turno acude siempre al embuste, porque no tiene como mantener esos castillos en el aire.

Las falacias, solo aportan, por algún tiempo, una fantasía que no se corresponde con la realidad, pero al mismo tiempo, muestran el desprecio que sienten los poderosos por la gente. Ya no solo engañan descaradamente a la sociedad, sin escrúpulos, sino que además no hacen nada por disimular lo poco que les importa cada individuo. Solo los utilizan para sus perversos fines y mezquinas intenciones que pasan por acumular dinero mal habido y concentrar poder para someter a todos.

A medida que esa dinámica de engañar, de modo regular, se hace carne y se incorpora como parte de los hábitos del poder, esa herramienta se desgasta y entonces los que diseñan argumentos caen en simplificaciones burdas, cuya credibilidad se hace cada vez menos sustentable. Es que cuando se abusa de un instrumento, este se debilita, perdiendo eficacia. Y es eso lo que está pasando.

Cuando se esgrimen, con tanto desenfado,  argumentaciones tan débiles, simples y fáciles de rebatir, estamos frente a un innegable síntoma de que el sistema recorre la pendiente de caída.

En estos tiempos en los que la inflación se torna parte de lo cotidiano, los gobiernos que emiten moneda irresponsablemente pretenden convencer a todos, de aquella leyenda por la que este fenómeno es producido por empresarios especuladores que pertenecen a concentrados grupos económicos, que se constituyen e formadores de precios, manipulando a su antojo los vaivenes del mercado.

Este antiguo mito, no resiste el más mínimo análisis. Los que quieren persuadir de que la emisión monetaria no tiene nada que ver con el proceso inflacionario no pueden demostrar, de modo empírico, esa teoría que cae por su propio peso.

Es que si su afirmación fuera cierta, si efectivamente emitir dinero no tuviera consecuencia alguna, no existiría entonces razón suficiente para que no se emitieran infinitas sumas para satisfacer las necesidades de todos.

Al poder le resulta imposible explicar porque, si los empresarios son los culpables de la inflación, ellos no emiten alegremente dinero para que la sociedad goce plenamente de la abundancia de recursos. Es que no tendría mucho sentido luchar contra la pobreza si fuera tan fácil resolverlo.

Lo cierto es que emitir SI tiene consecuencias, y nefastas por cierto. No hay que esforzarse demasiado para visualizarlas porque se padecen a diario.

Pero es saludable entender que ellos emiten, no porque lo deseen, sino porque no saben administrar eficientemente recursos. Nada les alcanza, son derrochadores profesionales y de este modo logran sostener su parodia demagógica y electoralista y también su andamiaje político. Es que precisan distribuir recursos que no saben ni pueden generar genuinamente.

Aumentan impuestos y emiten. Esas parece ser sus alternativas para financiar indefinidamente la fiesta estatal. El argumento que esgrimen de que la emisión monetaria y la inflación no tienen relación, no puede sostenerse. Ellos, no pueden decir otra cosa porque precisan la “maquinita” de emitir, para alimentar ese festival de distribución de recursos.

Pero, en ese juego, también necesitan buscar culpables, y creen que la gente “comprará” con mucha facilidad esa idea y por eso la repiten.

La verdad es que ya no pueden engañar a nadie con estas paupérrimas afirmaciones. La gente se empieza a dar cuenta de que el causante de la inflación es el mismo Estado y que el gobierno tiene la llave para resolverlo. Dejar de emitir es la solución, pero hacerlo implicaría para ellos quedarse “sin caja”, moderar el gasto, ser austeros, abandonar la corrupción, el clientelismo y la compulsión por “regalar” dinero a aquellos que necesitan para que los voten en el próximo turno electoral. El circuito es simple, evidente y muy difícil de ocultar. Pero ellos insisten en esto de estafar a la gente y de burlarse de su capacidad de entender la realidad.

En algún momento la política deberá comprender que aquella frase que se atribuye a Abraham Lincoln, daba en la tecla cuando decía algo así como “Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo”.

Los que ostentan el poder, saben muy bien lo que está sucediendo, pero en esto de falsificar la verdad, vienen perdiendo eficacia. Son tiempos en que sus estrategias solo muestran que son embaucadores endebles.

albertomedinamendez@gmail.com

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OCTAVIO LEPAGE, TRANSICIÓN SALVADORA, HOJA DE RUTA POLÍTICA(18)

El General López Contreras logró la transición pacífica de la tiranía abominable de Juan Vicente Gómez a un gobierno civilizado. Otro militar, Vice- Almirante Wolfang Larrazábal fue el artífice de la transición pacífica de la dictadura de Pérez Jiménez a la democracia. Son antecedentes que alertan y enseñan.

Es evidente que Chávez no podía volver a la Presidencia y que será ineludible convocar una nueva elección presidencial. El sucesor ungido por el todavía todopoderoso dedo presidencial, que encabeza un gobierno de facto, no da la talla. Su lenguaje belicoso y altanero, su agresividad, su intransigencia, su incapacidad para concebir y propiciar alternativas políticas atractivas, lo inhabilitan para conducir una transición no violenta del actual régimen autocrático a uno de convivencia e integración nacional. Lo que ofrece el ungido es más represión, más violencia, más presos y perseguidos políticos, más asesinatos impunes de jóvenes en los barrios, más apagones, más paquetazos hambreadores, más desamparo social, amparándose en el burladero de una revolución ficticia, de una revolución de mentirijillas.

Como la nueva elección presidencial, que inevitablemente tendrá que celebrarse en fecha más o menos próxima, seguramente se realizará bajo el sistema electoral viciado en catorce años, es bastante cuesta arriba el triunfo del candidato de la alternativa democrática. Habría que reformar ese sistema electoral viciado, lo cual, parece casi imposible lograrlo.

Por lo tanto, continuaría gobernando el chavismo, ahora sin Chávez. Una calamidad nacional. Rafael Ramírez seguiría desmantelando a PDVSA y endeudándola imprudentemente con el Imperio Chino, que le tiene el ojo puesto a la Faja del Orinoco. Se mantendría el regalo de 100 mil barriles diarios de petróleo a los hermanos Castro y la colonización por milicianos cubanos de las áreas estratégicas del aparato estatal venezolano. Giordani, con las neuronas bloqueadas por los dogmas del marxismo- estalinismo ( los que determinaron el desplome de la Unión Soviética) continuará en su propósito obsesivo de convertir a los venezolanos en una vasta legión de pobres agradecidos de que el Gobierno les dé de comer cada día con la Libreta de Racionamiento.

 ¿Qué hacer? Aparte de la batalla recia en reclamos de elecciones confiables, la oposición debe tomar la iniciativa política, propugnando salidas a la honda crisis política actual.

*  * * *
El comisario Simonovis había sido condenado injustamente a 30 años de cárcel. Ahora ha sido condenado a muerte.

olepageb@gmail.com

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HUMBERTO RUIZ, MUERE CHAVEZ, QUEDAN LOS PROBLEMAS



Constitución de la República Bolivariana de Venezuela

“Cuando se produzca la falta absoluta del Presidente electo o Presidenta electa antes de la toma de posesión, se procederá a una nueva elección  universal, directa y secreta dentro de los treinta (30) días consecutivos siguientes. Mientras se elige y toma posesión el nuevo Presidente o la nueva Presidenta, se encargará  de la Presidencia de la República  el Presidente  o Presidenta de la Asamblea Nacional”
Artículo 231
 “No podrá ser elegido Presidente o elegido Presidenta de la República quien esté en ejercicio del cargo  de Vicepresidente  Ejecutivo  o Vicepresidenta Ejecutiva… en el día de su postulación o en cualquier momento entre esta fecha y la de la elección”
Artículo 229
Afirmar que podemos escribir esta página sin pena por la muerte del Presidente de los catorce últimos años no es cierto.

Nuestra pena es por Venezuela y por los millones de nuestros compatriotas que sienten que se les ha muerto un padre, un amigo, un amor.  Y eso es doloroso para ellos, se debe entender, pero además señalar que más allá de Chávez,  hay que mirar el país y su necesidad de reconciliación y progreso. ¿Estaremos en capacidad de hacerlo, -es decir, reconciliarnos y progresar- mas allá de las declaraciones y del duelo de sus seguidores?.

Se debe entender que Chávez es usufructuario de un sentimiento y una preocupación por la población desheredada, de las oportunidades sociales y económicas de este país. Que la ilusión de riqueza que permea a la Venezuela petrolera, sólo Chávez estuvo dispuesto a dársela a los más necesitados, según sus seguidores.  ¿Cómo rescatar esto y a la vez luchar para que se convierta, más allá de una ilusión, en una realidad? ¿Cómo hacer de la sociedad venezolana un país de oportunidades y de progreso para todos?  ¿Cómo hacer para acabar con el populismo y el clientelismo que estimuló  y usó Chávez para permanecer en el poder, por casi tres período, sin haber dejado más que esa ilusión de preocupación y con tantos otros problemas?

El primero de esos problemas es sin duda  el crecimiento del Estado en detrimento de la sociedad  y de su capacidad productiva.  Tenemos un Estado inmensamente rico y una sociedad cada vez mas pobre y dependiente de ese Estado macrocefálico e ineficiente.  ¿Cómo hacer para desmontar ese Estado y crear una sociedad ágil, productiva e innovadora?

El segundo de los problemas que nos deja Chávez es: ¿cómo hacer para reconciliar a los venezolanos  y luchar para desaparecer el falso dilema  que nuestra posibilidad de  progreso personal, pasa por la liquidación de quien tienen riqueza o creamos  que la tiene. O de quienes se diferencian de mi o creemos que son distintos a nosotros?

Y el tercero, es en nuestro criterio: ¿Cómo hacer para reinstitucionalizar y fortalecer la sociedad en el marco legal de la constitución?  Y esto pasa por las dificultades que plantea la continuidad administrativa, la legalidad  y la legitimidad que establece la constitución del país.

Pero para mayor complejidad, estos tres problemas deben resolverse  en conjunto, en medio de una grave crisis económico  y de una inmensa anomia social. 

La hora que vivimos es compleja y llena de grandes dificultades que requiere inteligencia, humildad claridad y fortaleza. Muere Chávez y nos quedan todos los problemas y los  que podamos o no, agregar todos los venezolanos, en particular la dirigencia,  en los próximos tiempos.

hruizc2@hotmail.com

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MARIA WALTER, EN ESTA HORA


“No hay camino para la paz, la paz es el camino”. Mahatma Gandhi

En esta hora, el triunfo de la razón sea la Gloria de la Patria!!!.

Una sociedad como la Venezolana, joven y pujante, tiene el futuro garantizado,  si y solo sí,  realiza los ajustes necesarios para VIVIR EN ARMONIA!   Atrás deben quedar definitivamente sepultados descalificativos que solo han contribuido, no solo al distanciamiento entre HERMANOS, sino al cultivo del odio y el rencor.

Día a día Venezuela ha venido experimentando una ola de violencia de calle desbordada al punto de que los fines de semana el número de muertos supera a las bajas de países en conflicto bélico, ello nos ubica en condición de una sociedad sumida en una profunda crisis de valores.  Sin embargo, esos valores solo es menester “rescatarlos” pues están allí,  sembrados en lo mejor de la consciencia.
Los venezolanos nos debemos a nosotros mismos la vuelta a la confraternidad,  la confianza en el prójimo,  la lealtad,  el contento de compartir y ser solidarios…   
Alcanzar tal nivel de  LOGRO SOCIAL requiere de todos y, en especial de quienes han asumido responsabilidad de dirección pública.  
Importante el momento que hoy se vive en Venezuela para avanzar al conocimiento de la Verdad porque horas antes de anunciarse la noticia de la muerte quien fuera presidente de Venezuela hasta el 9 de Enero de 2013,  quien funge actualmente de autoridad máxima en flagrante violación al Art. 233 Constitucional, manifestó que la  enfermedad que aquejó a Hugo Rafael Chávez Frías le había sido inoculada por terceros. 
Hacer política es hacer cultura, pues de la manera en que los diri-gentes accionen,  la colectividad asume a su vez,  su praxis colectiva.   Importante en consecuencia ese hacer de los diri-gentes esté apegado a principios y valores de convivencia pacífica,  ya que,  de lo contrario la colectividad asume el conflicto, la intolerancia, la agresión como práctica cotidiana con los agravantes efectos que ello genera: muerte, destrucción, envilecimiento.
Los pilares de una Nación en consecuencia se consolidan o destruyen con el hacer de los lideres pues  éstos,  aun cuando no estén conscientes de ello,  están constantemente MODELANDO CONDUCTAS!    MODELANDO EL PAIS!   Por ello, si cierto que el país requiere de la acción de todos  –sin distingos, sin excepciones-   la acción de los líderes marca la pauta.  
Un país no puede autodestruirse,  solo pensarlo implica que su liderazgo ha perdido perspectiva con respecto a la razón de ser, existir.   Un liderazgo que aboga a favor del enfrentamiento entre HERMANOS,  es un liderazgo que en lo personal e íntimo,  aun no resuelto sus conflictos existenciales.   Cuando ello sucede,  el odio y el rencor toman la palabra, así,  el líder,  se convierte en sembrador de tempestades.
La única manera que tienen los pueblos de avanzar es, HERMA-NANDOSE pues,  enemistados, zaheridos unos contra los otros,  solo conduce a la barbarie.   Si la barbarie está armada,  la muerte de la Nación no es triunfo.  La conquista de la Verdadera Libertad está en la consciencia (con-ciencia/con-conocimiento).  
En esta hora, el triunfo de la razón sea la Gloria de la Patria!!!
Las falsas verdades son la ruina.  La sabiduría se exprese y avancemos en línea ascendente al AMOR Y LA CONFRATERNIDAD!
En ejercicio de la libertad de opinión consagrado en el Art. 57 de la Constitución vigente.

@Maria_Walter

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EDUARDO LÓPEZ SANDOVAL, SANTO Y SATÁN: EL COMANDANTE DE BARINAS QUE SE CREYÓ PROFETA DE BOLÍVAR Y HERMANO DE FIDEL, FUENTE “LLANERO DIGITAL”

En febrero de 1999, poco antes de tomar posesión por primera vez como presidente, Hugo Chávez voló de La Habana a Caracas con Gabriel García Márquez tras un encuentro de ambos con Fidel Castro. El Nobel colombiano vio en Chávez dos personas radicalmente distintas: «Una a la que los caprichos del destino habían ofrecido la oportunidad de salvar a su país; la otra, un ilusionista que podría pasar a los libros de Historia como otro déspota más». Las dos imágenes, santo y satán, siguieron vivas hasta su muerte en los corazones y en los discursos de seguidores y de adversarios.
Para los primeros, como ha señalado el profesor Michael Shifter en su perfil para Foreign Affairs, «Chávez fue un héroe movido por impulsos humanitarios a reparar la desigualdad y la injusticia social (…), que luchó valientemente por la solidaridad latinoamericana y contra el imperio estadounidense» y que, «con carisma y petrodólares, aprovechó la oportunidad de corregir los desequilibrios de riqueza y de poder en los asuntos hemisféricos y venezolanos».
Para los segundos, «Chávez fue un dictador hambriento de poder que despreció el estado de derecho y el proceso democrático», empeñado en «una carrera catastrófica hacia el control estatal de la economía, la militarización de la política, la destrucción de sus adversarios, el coqueteo con regímenes parias, el antiamericanismo y programas sociales equivocados que suponen un grave retroceso para Venezuela». En pocas palabras, «un autoritario cuya visión y cuya política fueron rotundos fracasos y una grave amenaza para su propio pueblo, sus vecinos latinoamericanos y los intereses de EEUU».
Ambas visiones reflejan rasgos del personaje —sus tendencias autocráticas, su megalomanía, su hiperactividad y su capacidad de seducción—, pero ignoran otros igual o más importantes, como su ‘baraca’, su prudencia o cobardía en los momentos más difíciles (el golpe fallido que encabeza en 1992 y el golpe fallido al que sobrevive en 2002) y, sobre todo, la media vida que ha dedicado a conspirar para hacerse con el poder y la otra media para conservarlo.
Carlos Fuentes, más que un líder de izquierda —hasta 2005, tras seis años en el poder, Chávez no se identificó abiertamente con el socialismo y hasta las presidenciales de 2006 no apostó en público por las nacionalizaciones— vio en él «a un Mussolini tropical, disponiendo con benevolencia de la riqueza del petróleo al mismo tiempo que sacrifica las fuentes de producción y empleo». Lejos de arrojar luz, el tumor del que fue intervenido al menos dos veces desde junio de 2011, y las sesiones de quimio y radio en La Habana, distorsionaron aún más su imagen.
Hasta el final, intentó ser reelegido para otro sexenio en las presidenciales del 7 de octubre de 2012. De hecho, en su última reestructuración gubernamental destituyó a algunos de los nombres que más sonaban como posibles sucesores: el vicepresidente, el ministro de Exteriores y el ministro de Defensa.
Muchos le han comparado con Castro y con Gadafi. Su nacionalismo, militarismo, populismo, golpismo, oratoria y preocupación por la redistribución de la riqueza le acercan más a Juan Domingo Perón. Este legó un movimiento y una confusa amalgama doctrinal que, aunque parezca alucinante a muchos observadores extranjeros, todavía ganan elecciones en Argentina. ¿Qué legado dejará el chavismo?
Quienes nunca llegaron a comprender la fuerza que, a pesar de sus errores y desmanes, Chávez siguió teniendo en las urnas hasta su muerte, cerraron los ojos a la lluvia de dólares —de 5.000 y 10.000 millones por año— que repartió en programas alimentarios, educativos y sanitarios entre los venezolanos más necesitados.
Quienes nunca entendieron su elección primera y reelecciones siguientes —seis comicios nada menos sólo en su primer año y medio en Miraflores— ignoraron irresponsablemente el desastre —una caída anual del PIB del 2% en los años 80 y 90 a pesar del petróleo (122.000 millones de dólares, de 10 a 15 planes Marshall, entre 1990 y 1998), el caos político (fruto de una corrupción rampante) y la miseria (3 de cada 4 venezolanos por debajo del umbral de la pobreza)— al que la socialdemócrata Acción Democrática y el COPEI, de tendencia democristiana, los dos pilares de la Venezuela próspera del siglo XX, condujeron, turnándose en el poder, el régimen nacido en 1958 tras los seis años de dictadura de Marcos Pérez Jiménez.
En ‘Hugo Chávez sin uniforme’, la mejor síntesis de las biografías de Chávez —y estamos ante el dirigente latinoamericano más biografiado después de Perón, Castro y Pinochet—, Alberto Barrera y Cristina Marcano terminan con la misma pregunta que se hizo García Márquez: «¿Quién es, en definitiva, Hugo Chávez?»
Y responden con más interrogantes: ¿Por dónde va la historia de aquel niño, criado por su abuela en una casa de palma con suelo de tierra? ¿Fue un verdadero revolucionario o un neopopulista pragmático? ¿Hasta dónde llegó su sensibilidad social y hasta dónde su propia vanidad? ¿Fue un demócrata que intentó construir un país sin exclusiones o un caudillo autoritario que secuestró el Estado y las instituciones? ¿Pudo ser, acaso, las dos cosas al mismo tiempo? Teodoro Petkoff, en ‘Hugo Chávez, tal cual’, así lo cree.
¿Quién es este hombre que agitaba un crucifijo mientras citaba el Che Guevara y a Mao Tse Tung? ¿Cuándo era él, realmente? ¿Cuál de tantos? ¿Cuál de todos los Chávez que existieron es el más auténtico? «No es fácil saberlo», responden sus principales biógrafos, pero nos han dado una pista que, en opinión de Petkoff, «no por pintoresca debe ser desdeñada»: «Chávez es Zelig, aquel personaje de Woody Allen que se mimetiza según el interlocutor que tenga delante, un encantador de serpientes que busca seducir a todo aquel que cruza palabras con él y puede ser católico, musulmán, maoísta, peronista, conservador y hasta un ‘si es no es’ imprudentemente bolchevique, según sean el Papa, Jatami, Jiang Zemin, Kirchner, Chirac o Putin quienes estén frente a él». En su perfil psicológico de Chávez, el doctor Jerrold M. Post, de Washington University, lo presenta como «un consumado narcisista que se ve a sí mismo como el salvador de Venezuela, dispuesto a todo con tal de permanecer en el poder».
Nacido en Sabaneta de Barinas, pueblo de mil y pico habitantes en la llanura venezolana, el 28 de junio de 1954, Chávez fue el segundo de seis hermanos, todos varones. Hijo de un maestro democristiano que llegó a director de Educación de su estado en la presidencia de Luis Herrera Campins (1979-1984), su hermano mayor, Adán, y él se criaron con su abuela paterna, Rosa Inés Chávez, a quien siempre trataron como a su verdadera madre. De aquellos años, ‘Huguito’, su apodo familiar, solía recordar tres cosas: una vida pobre pero muy feliz, lo bien que se le daba el dibujo y su pasión por la pelota, como se llama coloquialmente al béisbol en Venezuela.
Al terminar la primaria, toda la familia se traslada a Barinas, la capital de la provincia, de unos 60.000 habitantes, para que los hijos puedan seguir estudiando. Allí un Chávez de 13 años delgadísimo, de pies largos y patón conoce a José Esteban Ruiz Guevara, su primer faro político, padre de dos de sus amigos de clase, erudito historiador, disidente comunista y ex guerrillero con una buena biblioteca, donde el futuro presidente lee por primera vez a los clásicos, la Historia de Venezuela, a Marx y a Lenin.
Aunque en el liceo O’Leary de Barinas Chávez trató con muchos miembros de las Juventudes Comunistas, nunca se inscribió ni militó en ellas. Algo tímido pero de carácter fuerte, cariñoso, buen deportista, ni empollón ni vago, uno del montón, en 1971, recién cumplidos los 17, cambió la universidad de Mérida por la Academia Militar de Caracas soñando con llegar a ser un día una estrella del béisbol. Las Fuerzas Armadas, que al principio sólo fueron una forma de ganarse la vida, pronto se convirtieron en una plataforma de conspiración para alcanzar el poder. La de Chávez fue la primera promoción de oficiales que recibió en Venezuela el título de licenciados universitarios, para lo que, además de las disciplinas militares, estudiaron Historia y Teoría Política. Sus compañeros de academia le recuerdan «por el béisbol, lo dicharachero y lo mamador de gallo (bromista)» que era, y su fuerte vocación social.
Recibe el sable de subteniente en 1975 del presidente Carlos Andrés Pérez (CAP) y es enviado a un pelotón de comunicaciones en Los Llanos, en su estado natal. Sin apenas trabajo —«los años violentos» de guerra subversiva habían terminado— mata el aburrimiento presentando un programa de radio y escribiendo una columna semanal en el diario ‘El Espacio’, donde empieza a coquetear con el golpismo. «Antes de 2000 soy general y echo una vaina en este país», confesaba a su paisano Rafael Simón Jiménez. Dos años después registra en su diario, escudándose en citas del Che y de Bolívar, que ya se ve predestinado a una misión histórica, aunque reconoce que «todavía no hay condiciones» para el fuego porque «la leña está mojada».
Poco después forma su primer núcleo conspirativo (Ejército de Liberación del Pueblo) con Jesús Urdaneta, compañero de promoción, y otros dos amigos, y se reúne con los dirigentes de la filocomunista Causa R, Alfredo Maneiro y Pablo Medina. Tenía sólo 23 años, acababa de casarse con Nancy Colmenares y de ser padre (tuvo cuatro hijos reconocidos de sus dos matrimonios), y ya comenzaba a llevar una doble vida: obediente ante sus superiores y conspirador de izquierda en la clandestinidad, atento padre de familia los pocos días que pasaba con ella y mujeriego impenitente el resto del tiempo.
Se suceden los ascensos y los destinos, conoce a oficiales con sueños parecidos a los suyos como Francisco Arias y William Izarra, el núcleo inicial se transforma en 1982 o 1983 en el Ejército Bolivariano, siempre empujado por su hermano Adán estrecha lazos con el Partido de la Revolución Venezolana de Douglas Bravo y utiliza sus clases de Historia Militar en la academia para hacer proselitismo, con actos de juramentación dignos de las mejores logias.
La segunda victoria de CAP, en 1989, los duros ajustes, los saqueos y la represión militar sorprenden a Chávez, ya comandante, como ayudante del general Rodríguez Ochoa, ministro de Defensa, en el Palacio de Miraflores. ‘El caracazo’, como se conoce a aquellos gravísimos disturbios, refuerza el prestigio de los golpistas, conocidos como los ‘comacates’ en las Fuerzas Armadas.
La leña casi estaba seca. Las condiciones para el golpe, maduras. Pero la inteligencia, tanto la militar como la civil, no hacía nada por desmontar las conspiraciones, tal vez asumidas como rutina en un país que, en el siglo XIX, había sufrido 166 levantamientos armados, 39 de ellos revoluciones de importancia, y en el siglo XX, hasta ese momento, 5 golpes exitosos y 8 fallidos. En espera del momento propicio, hace el curso de Estado Mayor, que aprobó por los pelos, y un doctorado, con una tesis sobre la Transición política española, que nunca llegó a terminar.
Tras varios aplazamientos, Chávez da la señal para el alzamiento la noche del 3 al 4 de febrero de 1992, pero el viejo zorro CAP no es capturado, los golpistas no logran controlar el palacio presidencial ni la televisión, y los sublevados acaban en la cárcel: 5 tenientes coroneles, 14 comandantes, 54 capitanes, 67 subtenientes, 65 suboficiales, 101 sargentos de tropa y 2.056 soldados de 10 batallones, alrededor del 10 por ciento del total de las Fuerzas Armadas. Un momento decisivo, probablemente el que lo catapulta como futuro presidente, tiene lugar a las diez y media de la mañana de aquel 4 de febrero, cuando el ministro Ochoa permite que Chávez, nada más rendirse, pida por televisión a sus compadres que entreguen las armas. En directo y sin editar.
Las 169 palabras que, en poco más de un minuto, pronunció («Primero que nada quiero dar buenos días a todo el pueblo de Venezuela (…) Por ahora los objetivos no fueron logrados (…) Yo, ante el país y ante ustedes, asumo la responsabilidad de este movimiento militar…») son un continuará y, a la vez, una amenaza que, en seis años, se harán realidad, aunque en las urnas. ¿Es normal que aquella misma noche, antes de enviarlo a la cárcel, Ochoa lo invite a cenar a solas y le preste el teléfono para hablar con su amante y compañera de conspiración durante muchos años, Herma Marksman? ¿Fue casualidad que los 30 años de pena por rebelión militar se redujeran a dos años de un internamiento relativamente suave, bien aprovechado para convertirse en símbolo de miles de venezolanos que hacían colas en las prisiones, primero de San Carlos y luego de Yare, para que les firmase autógrafos?
Nadie ha explicado claramente por qué el presidente Rafael Caldera, en vez de indultarlo, lo que le hubiera inhabilitado políticamente, optó por el sobreseimiento de su caso, dejándole abierta la puerta de Miraflores. ¿Por interés nacional, como ha dicho Caldera, o por miedo a la popularidad que Chávez había conseguido? «Me ponían velas al lado de Bolívar y el pueblo hasta inventó una oración: Chávez nuestro que estás en la cárcel, santificado sea tu nombre», confesaba el propio Chávez en 2002. «¿Cómo luchar contra aquello?». Lo aprovechó al máximo.
Salió de la cárcel un hombre nuevo, rompió con su esposa y con su amante, en 1997 se casó de nuevo, se paseó por las redacciones para ganar apoyos, recorrió pueblos y ciudades en busca de votos y, siguiendo los consejos de nuevos amigos, como el veterano izquierdista Luis Miquilena (futuro ministro del Interior) y el prestigioso periodista José Vicente Rangel (futuro vicepresidente y ministro de Exteriores), organizó el asalto definitivo al poder, esta vez pacífico, en las elecciones del 99 con un movimiento renovado, el Polo Patriótico.
Con el billón largo de dólares que administró desde su primera victoria en las urnas, Chávez intentó construir una sociedad nueva, independiente, igualitaria, respetada, influyente internacionalmente y justa, pero los resultados dejan mucho que desear. Aunque en el Latinobarómetro de los últimos años Venezuela aparece como el segundo país más democrático de Latinoamérica, hasta el propio Chávez reconoció en sus discursos el aumento de la inseguridad (casi 50 homicidios por cien mil habitantes), la grave escasez de alimentos (importa casi el 70 por ciento), la falta de planificación, el lamentable estado de las cárceles, la impunidad, la corrupción (el décimo país más corrupto del mundo en el informe de Transparencia Internacional de 2011), la elevada inflación (por encima del 25 por ciento en el último año, la más alta del continente) y la rampante burocracia.
Lo que para Chávez fueron grandes éxitos —una revolución pacífica, el aumento de los gastos sociales en una democracia ‘participatoria’, las llamadas ‘misiones’ y gran influencia en el mundo— han quedado oscurecidos por la profunda polarización del país, la persecución de los adversarios y disidentes políticos, el cierre de medios de comunicación críticos, la financiación de los partidos y regímenes más antiamericanos dentro y fuera de las Américas, como el cubano y el nicaragüense, el nombramiento de conmilitones golpistas en puestos de responsabilidad, un sistema igual o más clientelar que el de sus antecesores y la militarización del país.
En los últimos cinco años compró tanques, misiles, sistemas de defensa antiaérea y armas ligeras a Rusia por unos 11.000 millones de dólares. Esas y otras inversiones militares, como los ocho buques comprados a España, las justificó para garantizar la soberanía del país y la defensa de sus reservas de petróleo, elevadas por sus asesores a 300.000 millones de barriles tras los últimos descubrimientos en la Faja del Orinoco. Nacionalizó sectores estratégicos como el eléctrico y el energético, y algunos bancos como el del Santander, confiscó docenas de fincas, insultó constantemente a los dirigentes estadounidenses, sobre todo a George Bush, y saturó sus intervenciones (numerosas e interminables en programas semanales radiotelevisados como ‘Aló, Presidente’ de hasta 7 horas y media seguidas) de soflamas contra el imperialismo yanqui, pero se cuidó mucho de no tocar ningún vínculo comercial sustancial con los EEUU. Bush le respondió; Obama primero le tendió la mano y, ante el nulo resultado, optó por guardar silencio.
Impulsó una alianza bolivariana continental, ALBA, frente a la Cumbre de las Américas estadounidense, sustituyó a Rusia en 2000 como principal valedor de la dictadura cubana con más de 50.000 barriles de petróleo diarios a cambio de cooperantes cubanos, dio cobijo a las FARC y a etarras, apoyó a Irak, Irán, Libia y Siria en sus enfrentamientos con Occidente, y buscó activamente la ayuda de China y Vietnam para compensar su aislamiento.
Tras el golpe fallido de abril de 2002 estrechó relaciones con La Habana y, siguiendo los consejos de los Castro, abrió docenas de centros comunitarios, cooperativas, clínicas y escuelas rurales, regándolos de generosas subvenciones. Así se aseguró el apoyo masivo del voto rural en las sucesivas votaciones (15 desde 1999 hasta abril de 2012, incluyendo los referendos) y la victoria en todas ellas, salvo en el referéndum constitucional de diciembre de 2007, que perdió por unos 120.000 votos.
No pudo proclamar el triunfo definitivo de su «socialismo del siglo XXI» en la nueva Constitución, pero, mediante decretos leyes, fue introduciendo las principales reformas gracias a la mayoría absoluta que tenía en la Asamblea Nacional y al control que ejercía sobre los tribunales, la fiscalía y otras instituciones relevantes.
http://eju.tv
Eduardo López Sandoval llanerodigitalcalabozo@gmail.com
http://www.llanerodigital.net/index.php/entry/santo-y-satan-el-comandante-de-barinas-que-se-creyo-profeta-de-bolivar-y-hermano-de-fidel.html

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