En esta semana pasada hemos observado acontecimientos
importantes, algunos lamentables y otros dignos de aplaudir, en medio de la vorágine
de noticias y sucesos que ocurren cada día en nuestra Venezuela llena de
incertidumbre y de situaciones que dejan perplejo al ciudadano que vive con
tristeza las adversidades de estos tiempos.
Una semana llena de reconocimientos y elogios por la actividad
que desempeña cada periodista en su área o especialidad, en ocasión de celebrar
el día 27 de Junio la aparición del primer ejemplar del Correo del Orinoco,
efemérides que marca la actividad periodística en el país. A esto se sumo
tristemente la nueva multa impuesta por la justicia venezolana sobre el canal
privado Globovisión, irónicamente premiado con una cuantiosa suma de dinero que
a criterio de las voces que se levantaron en contra de la medida, no fue otra
cosa que un nuevo atentado a la libertad
de expresión.
En ese actual capítulo se repitió el ataque del enemigo número
uno del periodismo venezolano: el silencio. Y ante el enemigo no vale unirse a
él para vencerlo como suele suceder en otras circunstancias. El estandarte para
la batalla es la defensa del derecho a
la libertad de expresión e información, dos aspectos que atañen o son inherentes al ser humano.
Entre cielo y tierra no hay nada oculto y esa razón nos obliga a cada
periodista a luchar por la única
herramienta que sostiene el ejercicio de la profesión a conciencia de que el
fin si justifica los medios, con mayor libertad para informar, justa y
equilibradamente. Recordando a cada paso que el periodista es un administrador
de esa propiedad ajena que le pertenece a todos, como es el derecho a la
información.
Observamos con agrado que ante los acontecimientos, en Margarita
hubo acercamientos de comunicadores que han llamado la línea dura del chavismo,
así como de la oposición, compartiendo en cada agasajo desarrollado en
diferentes locaciones. Primero en un conocido hotel de la isla, luego en la
gobernación y en el agasajo ofrecido por la Alcaldía de Marcano y el Comando
Carabobo, por solo citar algunos de los más importantes. Eso lo aplaudimos
porque derriba la cansada postura de enfrentarse entre colegas por razones
políticas, sin tomar en cuenta que todos hemos marcado una ruta una vez que
egresamos de las diferentes universidades del país: cumplir con el servicio
social de informar. Esperamos que los acercamientos, entre bando y bando, no
hayan sido por una estrategia en la convulsionada vida política actual, sino
que por el contrario, sirva para dar ejemplo, unos a otros, sobre lo importante
que es entendernos franca y profesionalmente.
La madurez del ser humano comienza cuando nos ponemos en el
zapato ajeno y ver el mundo desde otras perspectivas, sin cortapisas,
mezquindades, egoísmos y envidias baratas, esas mismas que dejan a las personas
mentalmente enanas y que no les permite robustecer el alma, sino su anatomía
física.
Bien se dice que a veces es preciso seguir la conciencia en
contra de la opinión general, o incluso en contra de la ley. Pero esto no es
excusa para actuar mal.
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