martes, 3 de julio de 2012

CAROLINA BARROS, UN MERCOSUR AMPLIADO CON BOLIVIA, ECUADOR, GUYANA Y SURINAM

¿Un Mercosur ampliado? Además de los actuales Argentina, Brasil, Uruguay, la recién incorporada Venezuela y la temporalmente suspendida Paraguay, ya se negocia la admisión de Ecuador, Bolivia, Guyana y Surinam al bloque. Una foto muy semejante a la de la Unasur, que tiene doce integrantes (por ahora con una foto de once, por la suspensión temporaria de Paraguay).

CHILE, PERÚ Y COLOMBIA, EN CAMBIO, MIRAN A EE.UU. Y AL PACÍFICO

Así como la foto del viernes en Mendoza mostró a un Mercosur rengo -con Cristina de Kirchner,Dilma Rousseff y Pepe Mujica, pero sin los presidentes de Paraguay (suspendido) ni de Venezuela (convaleciente)- operadores brasileños, argentinos y algún otro teñido de bolivarianismo anti «pitiyanqui» buscan concretar, en un futuro cercano, la foto de un Mercosur con cuatro miembros plenos más, que se agregarían a los cinco ya existentes.

 Con la puerta abierta que dejó el ingreso de Venezuela, los detalles de ese armado se discutieron entre los equipos que acompañaron a los presidentes al cónclave de Mendoza.

¿Un Mercosur ampliado? Además de los actuales Argentina, Brasil, Uruguay, la recién incorporada Venezuela y la temporalmente suspendida Paraguay, ya se negocia la admisión de Ecuador, Bolivia, Guyana y Surinam al bloque. Una foto muy semejante a la de la Unasur, que tiene doce integrantes (por ahora con una foto de once, por la suspensión temporaria de Paraguay).

Sin embargo, la «instantánea» del Mercosur ampliado busca excluir expresamente a Chile, Perú y Colombia. Es que esos tres países acaban de firmar, a principios de junio, junto con México, un acuerdo marco para la Alianza del Pacífico, cuyo teleobjetivo comercial está puesto en los mercados asiáticos.

Quien mejor explica los motivos para la expansión «selectiva» del Mercosur es el brasileño Samuel Pinheiro Guimaraes, alto representante de ese bloque hasta el jueves, cuando renunció al cargo alegando «razones políticas», y que en Brasilia se encargaron de traducir en «fue por falta de presupuesto».

No obstante, antes de dimitir, llegó a elevar a los presidentes reunidos en Mendoza las 15 páginas de su proyecto de «Mercosur x 9».Según Pinheiro Guimaraes, es imperativo crear un bloque económico de toda América del Sur. El brasileño descarta el molde de Unasur, ya que en ese club de doce países hay tres que «han adoptado estrategias liberales de inserción en la economía internacional, que dificultan la construcción de políticas regionales de promoción y desarrollo». Son ellos, justamente, Chile, Perú y Colombia.

Actualmente son esos tres «descastables», junto a dos «admitibles» (Bolivia y Ecuador), los cinco países asociados al Mercosur.DatosDejando de lado el basamento político-ideológico esgrimido por Guimaraes -que fue vicecanciller y también ministro de Asuntos Estratégicos con Luiz Inácio Lula da Silva, y de la línea de los «barbados» de izquierda en Itamaraty-, hay datos fácticos que explican por qué México, Bogotá, Lima y Santiago, unidos, miran al Pacífico (y dan -según alegan en el más rancio «suramericanismo»- la espalda a la región).

Básico: en 2011, los cuatro de la Alianza del Pacífico exportaron por 525.000 millones de dólares, el equivalente al 55 por ciento de las exportaciones latinoamericanas.

Hay más: las tres economías sudamericanas están ranqueadas con investment grade; y todas tienen tratados de libre comercio con Estados Unidos (México en el NAFTA con Canadá).

Es, justamente en esa relación comercial con Washington donde, para Pinheiro Guimaraes y los fanáticos del «suramericanismo», el diablo mete la cola. «El proyecto de EE.UU. para América del Sur no es el Mercosur sino los «mini-ALCAS» bilaterales, como los de la Alianza del Pacífico», dijo hace dos días en una entrevista con Folha de Sao Paulo.

Si a ese comentario le agregamos los de Federico Franco, reemplazante de Fernando Lugo en la presidencia paraguaya, de que su Gobierno «contemplaría firmar un TLC con Estados Unidos», no hay que echarle demasiada agua para ver más claro.

En cambio, la visión de José Mujica, presidente de Uruguay, es más flexible y viene sin anteojera política alguna. «Estoy seguro de que tres o cuatro países van a pedir el ingreso al Mercosur», dijo apenas terminó la reunión de Mendoza. Señaló que con la incorporación de Venezuela el bloque «salió del corral de ramas que estaba viviendo hace tiempo; esto es bueno porque diversifica nuestros mercados», para agregar que el bloque «está dispuesto a negociar con países que tienen acuerdos de libre comercio». Y puso como ejemplo a Colombia, con un TLC firmado con Estados Unidos.

Pero no así de «naïves» y relajadas habrían sido, durante la cumbre, las negociaciones por el tema Paraguay. Según comentaron a este diario fuentes involucradas en las conversaciones durante la doble cumbre de Mercosur y Unasur en Mendoza, fueron las presidentas Cristina de Kirchner y Dilma Rousseff quienes llevaron, a puertas cerradas, la batuta de las mismas.

De acuerdo con las fuentes, una vez resuelta la suspensión de Paraguay en el Mercosur, las mandatarias habrían querido reforzar la apuesta y dar por un hecho la expulsión de ese país de la Unasur. Fue allí cuando Sebastián Piñera alzó (y parece que bastante fuerte) la única voz en contrario.

Piñera las habría parado en seco y dicho que no podían imponer lo decidido entre ellas para Mercosur a toda la Unasur, recordó una de las fuentes. Mientras, el peruano Ollanta Humala asentía con la cabeza, pero no atinaba a alinearse verbalmente con la posición del chileno. Por su parte, ni el canciller venezolano Nicolás Maduro ni Rafael Correa, ni menos aun Evo Morales habrían querido meter baza en la discusión.

Según dejaron trascender a Ámbito Financiero, la discusión intra-Unasur decantó en la aprobación de una medida «de consenso» para las partes: la posibilidad de que pueda revocarse la suspensión de Paraguay en la Unasur antes de las elecciones de abril. Un Grupo de Alto Nivel, cuya constitución seguramente provoque otra pelea, será el encargado de dar o no ese «waiver».

Mientras tanto, ayer la cancillería paraguaya amenazó con cortarse sola y dejar «per se» la Unasur. Otra grieta más en el realineamiento de posiciones sudamericanas, resquebrajadas a partir de la crisis por Lugo en Asunción.

carobarros@yahoo.com

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