martes, 3 de julio de 2012

ARGELIA RÍOS ¡SÍGANME LOS BUENOS... Y LOS MALOS TAMBIÉN!

El regreso de Didalco y Manuitt son el reflejo de que no descarta una dura sorpresa. Los necesita

Allí está de nuevo sentado sobre las bayonetas, exhibiéndose como un inveterado mandamás tercermundista... Allí está, como siempre, contrariando con los hechos sus fanfarronadas de engañoso prócer democrático... . Allí está, asfixiado en su codicia, exigiendo la adulancia y el apoyo incondicional de una FAN a la que siente arisca y en espera... Nada ha cambiado en él, salvo la maestría con que ahora se desenvuelve en el ejercicio de la piratería patriótica. Es cierto que nadie se le compara: su impenitente charlatanería no tiene parangones. Tampoco es posible competirle en desvergüenza y arrogancia. Chávez es definitivamente superior en la vanidad y la arbitrariedad: es el coloso de la intimidación y el chantaje... De eso habla su campaña desde los cuarteles, a los cuales apela impedido de competir en la calle, y sin ocultar su obsesión por la posibilidad de una "primavera venezolana".

Desde su artificiosa majestad republicana, el comandante no niega lo que quisiera hacer si la FAN estuviera claramente disponible en caso de que los vientos de octubre soplaran en su contra. Lejos quedaron aquellas homilías sobre la hermandad de los cuarteles con el pueblo desarmado. El Chávez que se finge sobrado ante su contendor, necesita reafirmarse desde el Fuerte Tiuna porque le acechan las dudas: lo que está viendo desde el Palacio contrasta con las encuestas. Lo que ve es un resultado poco eficiente y probablemente objetable, que podría ser el chispazo que incendie las praderas... Por eso la campaña de Capriles comienza a generarle inquietud: él mismo fue, en su momento, un fenómeno inusitado cuyo encanto era inescrutable para la Venezuela de entonces.

El Capriles que nuestro mandón observa con aprehensión no es el majunche de sus peroratas. El Capriles que le quita el sueño es un contrincante angelado, a quien la calle está recibiendo con inesperada simpatía... Que su contendor pueda caminar el país dejándose tocar por las masas, es un motivo de angustia. Chávez tiene ya demasiado tiempo encerrado en su despacho; demasiado tiempo gastado en comandar su imaginaria guerra de las galaxias. A eso responden los tanques y fusiles con los que el Presidente se retrata: ya no puede abrazarse al pueblo ni tocar el barro de la pobreza... Al atribulado comandante, que ahora se abraza a la "chatarra" de la que una vez abominó, solo le quedan los flashes encendidos en los cuarteles, desde donde amenaza, inseguro de su cómoda victoria y del respaldo de sus camaradas uniformados. Si no lo acorralara esa duda, no habría recurrido jamás a los malhechores a quienes ha recibido de vuelta en la revolución bolivariana. El regreso de Didalco y Manuitt son el reflejo de que no descarta una dura sorpresa. Los necesita.

Argelia.rios@gmail.com 
@Argeliarios

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.