viernes, 18 de noviembre de 2011

PACIANO PADRÓN: PERLITAS LO LEÍ, NO ME LO CONTARON (Nº 272)

v “El bien siempre vence al mal”. Chao, Chávez.

v “PDVSA tiene problemas de flujo de caja”. Están matando la gallina de los huevos de oro.

v “PDVSA vendió a China petróleo a 50 dólares”, ¿regalito o chanchullo?

v “Chávez: La Ley de Arrendamiento no se fraguó desde el odio”, no, sino desde allí mismo.

v “Ley de Arrendamiento no deja espacio para negociar”, decide el Estado impostor que sustituye a las partes.

v “Chávez: El Chacal es un héroe de la revolución”, así como “Gadafi es mi hermano” y “Fidel es mi padre”.

v “TSJ rechaza recurso de DEVENEX en defensa del ejercicio del voto en el exterior”. Aun así ganaremos.

v “Min-Educación: Estamos construyendo un Estado socialista, comunista y revolucionario”. No seguirán.

v “Min-Educación: Quedan prohibidos otros textos para primaria, distintos a los de Bicentenario”. Van pa’fuera.

v “El debate mostró otra manera de hacer política”. Adiós continuismo.

v “Los precandidatos de la democracia no son ni militares ni corruptos”, son el cambio. No al totalitarismo.

v “SIDOR se tambalea, adeuda $ 800 millones” y disminuye producción en 34 %. Pa’bajo como el régimen.

v “El gobierno ha despilfarrado 13 millardos de dólares” y “maneja partidas secretas y fondos difíciles de escrutar”

v “PSUV busca 7 millones de bolívares”. ¿Será en las arcas del Tesoro Nacional?

v “47 actos vandálicos ha sufrido la UCV en los últimos 4 años”. Ucevistas, démosles un para’o.

v “Obispos y SIP piden garantías para Leocenis García”. Venezuela con Leocenis y la libertad de expresión.

v “¿Henry Vivas está preso o condenado a muerte?”. Le impiden operarse y curarse.

v “La arepa se hará con maíz de Sudáfrica”, el gobierno importa 300 mil toneladas. ¡Bravo Chávez!

v “Piden salida de El Aissami por no frenar violencia política”. Que salga también quien lo manda.

v “En 3 años el bolívar fuerte ha perdido 60,9 % de su valor”, luego ya no es tan fuerte.

v “Soto Rojas: Tenemos que dar orden al desorden creador de la revolución”. ¿Creador?, será de problemas.

v “Muerto y enterrado el expediente Anderson”. Presidente Chávez, ¿a quién perjudica develar este crimen?


pacianopadron@gmail.com

Twitter: @pacianopadron

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IVÁN OLAIZOLA D’ALESSANDRO: JESUCRISTO: ¿COMUNISTA? (PARANINFO)

El debate lo encolerizó de tal forma que tuvieron que aumentarle la dosis de litio.


LA PARÁBOLA DE LOS TALENTOS


Como buen católico, asisto casi religiosamente a la santa misa todos los domingos, en compañía de mi señora esposa. Este domingo pasado el Evangelio leído por el sacerdote fue el de San Mateo (25,14-30), que se refiere a un pasaje narrado por Jesús a sus discípulos, sobre el parecido del Reino de los cielos a un hombre viajero. Evangelio que por cierto siempre me ha llamado la atención poderosamente por lo que se pueda inferir de él, en especial en  estos tiempos llamados de “revolución socialista”, en la cual su máximo y único líder, el  “comandante en jefe”, insiste en identificar a nuestro señor Jesucristo como un revolucionario socialista o mejor, sin eufemismo, un comunista.
Veamos que dice el Evangelio en comento. Parábola de los talentos: “Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos. Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos. Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos. Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor. Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos. Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos. Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos. Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo. Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí.  Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses. Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos. Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes”. Talentos aquí equivale a dinero.
Hasta donde conocemos la historia de los regímenes comunistas y la actuación de sus líderes y los resultados obtenidos, al leer con detenimiento y meditación la parábola narrada por Jesús, según Mateo, pensamos que hay una distancia sideral entre la doctrina de Cristo y el comunismo. La experiencia de la URSS y de sus satélites, la de Corea del Norte y la más cercana de Cuba, nos señalan que en el comunismo lo que impera es la actitud del último de los servidores del señor viajero. El que no le dio ningún uso, ni rendimiento  al talento dado en custodia. Sin entrar en otras consideraciones, que sería necesario un estudio teológico de mayor profundidad, lo que queda bien claro de esta lectura es que no hay ningún punto de comparación entre Jesucristo como líder y la doctrina cristina y la doctrina comunista y sus líderes. Más bien hay un total antagonismo. Según el análisis bíblico del Evangelio la lectura no es para atemorizar, sino para recordar. Que el reino de Dios también tiene exigencias. Que hay que trabajar, usar lo que tienes, lo que has recibido. Los comunista lo que logran, si es que logran algo, es a través de la amenaza, quitándole a los que algo tienen, logrado con trabajo, para repartirlo entre quienes no han trabajado. Como alguien dijera: reparten la miseria. Así que “convaleciente” teniente coronel felón, bájese de esa nube. Jesucristo no es su comandante, ni nada tiene que ver con Marx, ni con el Che, ni Fidel y muchísimo menos con usted. El cristianismo es amor, es hacer cosas, es hacer el bien, es unión, es diálogo, oración, es construir. Exactamente todo lo contrario de su “revolución socialista del siglo XXI”. Comunistas nunca, cristianos siempre.
Iolaizola@hotmail.com

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LUIS ALFONSO DAVILA GARCIA: CANGUELO (MIEDO)

De uso corriente, no es.  Es, más bien, un término usado en España para referirse al miedo de un equipo de fútbol cuando está por enfrentar a su peor rival. Significa también pánico, temor.  Es un vocablo caló,   gitano. Diarrea del combatiente, le dicen en los ejércitos. Aquí en Venezuela le decimos de otro modo y disculpen Uds. lo extenso de la explicación.
Es al miedo a lo que quiero referirme.
Joanna Bourke, que se ha dedicado a estudiar el tema, expresa: “Se distinguen dos tipos de miedo; el miedo propiamente dicho y la inquietud. En el primer caso, el enemigo está plenamente identificado y el individuo puede reaccionar o luchando o huyendo; en el segundo, la inquietud fluye libremente y es difícil definir al enemigo. Ese miedo, entonces, es fácilmente manipulable y para hacerlo se recurre a amenazas que no existen, que son las mejores para meter miedo”.  Las fulanas invasiones, por ejemplo.
Tener miedo, ¿pecado capital?
Hobbes escribió: “El día que yo nací mi madre parió gemelos: Yo y mi miedo”.  Mucho antes que Hitler, Mussolini, Stalin, Castro, Gadafi  o  Chávez  lo pensaran, el mismo autor descubrió en el miedo el origen del Estado.
No hay especie más miedosa que la humana. Ninguna pasión despoja con tanta eficacia a la mente de  todos sus poderes de actuar y razonar como el miedo,  así se refería Burke, 20 años antes de la revolución americana.
El miedo es la emoción política más potente y necesaria,  por ello, Maquiavelo enseñó al Príncipe que tenía que usar el temor para gobernar. Mower le puso la guinda: El miedo es una emoción individual, pero contagiosa.
Quien puede suscitar miedo se apropia de la voluntad de la víctima y esto conduce a la sumisión.
La demagogia significa explotar nuestros miedos con fines políticos, por lo tanto, no se requiere exprimirse el magín para concluir que el miedo facilita  la tentación totalitaria.
El miedo se ha convertido en el rasgo dominante del gobierno de Venezuela. Parece incluso  ser el miedo la herramienta común a la que se apela para mantener el poder. La flauta puede haberles  sonado en el corto plazo, tal vez en el mediano. La receta de gobernar echando mano al miedo para hacerlo,  no es  remedio duradero a largo plazo.
Algunos déspotas a nivel mundial aprendieron la lección,  cierto número de ellos cuando ya no había remedio. Otros pretenden desconocer esta realidad,  pero la realidad es terca. Como todos, también los dictadores son víctimas del estrés, del miedo y, a veces, el canguelo les atormenta de tal modo que  se enferman. De ahí, que no confían ni en su propia sombra,  los gestos le delatan,  es que el miedo no da risa...
¿Es manejable el miedo?  ¿Podemos superar esta situación en Venezuela?
Para controlar el miedo es imperativo reconocer y aceptar que se tiene miedo. Logrado esto, debemos pasar a reconocer a qué es lo que tememos. Saber a qué se teme conduce a que la razón se abra paso.  De ahí, que el valor no es otra cosa que el control mental del miedo.                                     
Comprender la relación desigual entre el miedo y la razón es fundamental para proyectar qué hacer en los futuros días, meses y próximos años en Venezuela.
“A todo lo bueno irá sin vacilación el hombre bueno: aunque esté ante el verdugo y ante quien lo pudiera atormentar, perseverando sin pensar en lo que ha de sufrir, sino en lo que ha de hacer”, esto puede leerse en la Carta de Seneca a Lucilio.
Las naciones triunfan o fracasan y definen su carácter esencial, según el método que utilicen para desafiar lo desconocido y afrontar el miedo.
Santo Tomás de Aquino sentencio: “Los dos actos del valor son: ATACAR Y RESISTIR”.
Apuntala esta tesis Spinoza, cuando expresa: “Es terrible que el pueblo pierda el miedo…”.
Para Esther Shabot, especialista en temas internacionales, “lo que está indicando la actual situación de Libia es que ha surgido dentro del mundo árabe la voz popular, la voluntad popular que había estado acallada durante mucho tiempo y esta voz popular no se ha limitado únicamente a protestar y a cruzarse de brazos para esperar que las cosas cambien sino que se han lanzado a la acción”.
Miles de protestas se efectuaron en Venezuela el año pasado. Se respira en el ambiente social, político y económico, el agotamiento del gobierno.  A  los  problemas fundamentales  que enervan a la población como la falta de empleo,  la inseguridad  y la corrupción que van de la mano con la impunidad,  se enseñorearon  junto con la droga  del país, la carestía de la vida,  los pésimos servicios, la  micronización de la moneda y la usurpación de espacios a la autonomía de los estados,  no se les da solución y el tiempo se le agotó al Presidente para hacer realidad el cúmulo de promesas incumplidas. ¿Qué le queda a Hugo Chávez? Le  queda  algo.  Frente a la expectativa creciente que viene despertando la oposición democrática, por todos los rincones de Venezuela,  en  un ambiente de unidad y de respeto  que les está abriendo camino en el ánimo de una población insatisfecha que exige cuentas claras con énfasis, cada vez mayor, al gobierno de Hugo Chávez le queda entonces:  usar  el miedo o perderlo todo.
De pie debemos responder. No nos asustan los gatos enmochilados.
Que el canguelo florezca,  allí, donde fumea... que donde fumea, no es donde están los hombres y mujeres de bien en este adolorido país.
ladaga2007@hotmail.com

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JUAN PÁEZ ÁVILA: VOTAR EN LAS PRIMARIAS

La sociedad democrática venezolana tiene el 12 de febrero del próximo año la extraordinaria oportunidad de elegir un candidato unitario a la Presidencia de la República y sus candidatos a gobernadores y alcaldes, capaces de propinarle una segura derrota al autoritarismo del comandante Chávez y a un buen número de sus candidatos a gobernadores y alcaldes escogidos a dedo, ineptos y corruptos que han actuado con un servil incondicionalismo a las políticas centralistas y militaristas del jefe único del fracasado socialismo del siglo XXI, con lo cual se puede y se debe cambiar el futuro inmediato de la conducción y el destino de la nación.
El triunfo de la oposición en los estados y alcaldías más populosos y de mayor peso político en el país, creó un poder compensatorio, independiente y capaz de contener los desmanes políticos y económicos que viene cometiendo el comandante en jefe y que pretende seguir ejecutando con la anuencia de unos poderes públicos controlados desde Miraflores.
La sociedad democrática tiene que actuar con la clara conciencia de que Chávez es derrotable por la vía electoral y que el posible intento desconocer la victoria de la oposición le puede costar más caro que prepararse para finalizar su mandato en 2012.
La disidencia en importantes sectores que han venido apoyando las políticas del comandante, no sólo es evidente, sino que puede adquirir una dinámica que la impulse hasta el rompimiento, si tomamos en cuenta la prepotencia, la soberbia, con que actúan los incondicionales y oportunistas que rodean al Jefe del Estado. Incluso es factible, si supera el cáncer, que en su delirio de predestinado pueda llegar a considerar que la compañía y solidaridad que le han prestado sus candidatos, que no tienen votos, llegó a su fin y decida marchar solo, con las multitudes que lo proclamen y no le discutan.
Si la oposición y la disidencia derrotaron las aspiraciones de Chávez de perpetuarse en el poder en el referendo del 2 de diciembre de 2007, hoy, con una oposición unida, con más experiencia política y una nueva disidencia encabezada por el gobernador de Lara, Henri Falcón, y el PPT, hay que votar para fortalecer la democracia social, derrotar el totalitarismo, defender la propiedad privada; restablecer la seguridad jurídica y la seguridad de las personas y de sus bienes.        En síntesis, votar para evitar la prolongación de una pesadilla provocada por el predominio de algunos dinosaurios en los poderes públicos.
jpaezavila@gmail.com

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IBSEN MARTÍNEZ: MEJOR, MUCHO MEJOR QUE UN DEBATE

Maria Corina una joven mujer de su valía y temple sería la pesadilla de un sargentón machista
¿Fue realmente un debate?

No; no lo fue, pero resultó ser algo mucho mejor: una especie de ejercicio coral animado por el gesto y la emoción de una genuina confrontación democrática. Algo que hace tres lustros no veíamos ni de lejos.
No fue un debate porque, en rigor, los candidatos no escrutaron las ideas de cada quien con ánimo de hacer valer razonadamente las suyas propias.
No hubo “controversia”, “discusión”, que es lo que brinda el diccionario de la lengua al preguntarle por la voz “debate” –, pero, sin duda, en una Venezuela acostumbrada al monólogo opresivo, ampuloso, ignorantón y desdeñoso de las ideas ajenas – única oferta cuartelaria de Hugo Chávez –, la experiencia fue mucho más que refrescante: mostró, incluso a los más desasidos, que la oposición cuenta con un elenco – con “profundidad de banca”, diría un comentarista de fútbol – y que, sin que difieran en mucho sus pareceres sobre los tópicos que les fueron ofrecidos, quien desde ya está en aprietos, no sólo oncológicamente medicamentosos, sino comunicacionales y mediáticos, es el Gran Patán, el Enfermo Insustituible.
Con esto dicho, creo despejado el camino para comentar el desempeño de cada candidato sin que se me tenga por un aguafiestas. Superado – creo– el inoportuno berrinche de Ocariz y Caldera, el “debate” fue visto por todos como una balsánica presentación en sociedad . Ya habrá tiempo para que los candidatos debatan en forma.
Sostengo que, en tanto que elector, no estoy obligado a opiniones inconmovibles respecto a los candidatos. Y si es verdad que, en un un arrebatado artículo mío, publicado en Tal Cual, desfogué desconsideradamente mi mala uva contra quienes describí como los “harvardianos Ralph Lauren” de Primero Justicia, no es menos cierto que fui demasiado lejos en eso de anunciar que mi voto ya es de Pablo Pérez. Después del programa del lunes pasado, ya no estoy muy seguro. De hecho, a quien peor ví, a quien noté más deslucido, fue a Pablo Pérez
Con todo, tuvo el zuliano, si no un acierto, una ventura: no desmejoró: entró al debate siendo lo que ha sido y salió siendo lo que todavía es para muchos: un caballo pardo que el stud de Ramos Allup le birló limpiamente a la cuadra de Rosales. Esto último, en sí mismo, es ya una bendición para Pablo Pérez – ¡qué raya ser el “tapado” de un sujeto tan impresentable como Rosales!– y en el debate, al menos, no hizo nada que deslustrara demasiado su rol de candidato de AD. Pero no mucho más.
Lo mismo puede decirse de Capriles Radonski: ni su retorica ni su oratoria son cosa del otro jueves – al contrario–, pero, por una vez, sus problemas con la sintaxis y la prosodia no lucieron intraficables para él. Las ideas para solucionar los problemas que nos acogotan tampoco lucieron en su boca como dignas de escribir a casa, pero seamos justos: los candidato exhiben una colectiva sensatez y razonable familiaridad teórica con las calamidades de la Venezuela actual y sus soluciones. Así que, según este articulista, Capriles Radonski no sufrió descalabro alguno en su hasta ahora aparente ventaja en las encuestas. Igual que Pérez, entró como salió; acaso un poquitín mejor considerado.
Poca cosa me infundieron las intervenciones de Leopoldo López, variantes semánticas no muy felices de lo que, con más precisión, brindaron Machado, Pérez y Arria.
Las sorpresas, para bien o mal, corrieron, en efecto, por cuenta de Maria Corina Machado y Diego Arria. 


Este último tramoló con mayor pegada los mismos tópicos que dijeron todos los ya mencionados, pero se animó a añadir una oferta que ese mentidero que es twiterlandia – el “ala dura” de twitterlandia, quise decir– pareció aprobar con entusiasmo: llevar a Chávez a la corte de La Haya sonó a Eliot Ness prometiendo a Capone una temporada tras las rejas.
¿Bravuconada? Quizá lo sea, pero ante tanto escarnio , amenaza, vilipendio e infamia como ha salido de laboca del Paciente Habanero en los últimos doce años – sumado al hecho de ser Arria, él mismo, en persona, una notoria víctima de atraco a mano armada –, sus palabras dispensaron el momento emocional, justiciero de la velada.
María Corina Machado – este es su gran mérito de la noche, digo yo–cautivó a muchos que la habían desestimado hasta ahora, pese a su gallardía y coraje suficientemente demostrados. Sonó articulada y comprometida; sonó segura y, más aún, hizo por vez primera muy creíble la noción de que, en una carrera por la presidencia, una joven mujer de su valía y temple sería la pesadilla de un sargentón machista que, para colmo, muy seguramente entrará en campaña luchando en otro flanco con eso que la prosa periodística manidamente llama “ una penosa enfermedad”.
El Hombre Imprescindible está solo y gravemente enfermo: sus seconds – sus únicos dolientes verdaderametne preocupados– están muy lejos, en La Habana. Y sus inicuos “seguidores”, demasiado desconcertados por los logros de la MUD y elucubrando sus propios individuales futuros: nada atinado puede salir de allí.
La oposición, en cambio, ha tomado al fin vuelo: se ha hecho visible, hay unidad en la diversidad, muestra decisión y unicidad de propósitos. Se la ve al fin con reales posibilidades de encarnar colectivamente el ideal de Angelo Dundee, aquel genial entrenador de Muhammad Ali: “Flotar como una mariposa y picar como una vispa”.
Hasta el round final.
ibsenmartine@cantv.net

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FEDERICO BOCCANERA: DEBATES, LA MEJOR MUESTRA DE UNIDAD DEMOCRÁTICA

El pasado lunes 14 de noviembre, ocurrió el debate inaugural ente los precandidatos de la unidad democrática, ante un país lamentablemente deshabituado a este tipo de contiendas y discusiones.
Hacía muchos, muchos años, que no se presenciaba un debate político, y aunque es cierto lo que muchos objetan de que no fue un verdadero debate, también es cierto que mucha gente, y en especial muchos jóvenes, por primera vez pudieron presenciar una confrontación respetuosa y civilizada entre rivales (que no enemigos), una confrontación pacifica entre ciudadanos iguales en derecho, compitiendo en el plano de las ideas, las visiones y la propuestas, algo que no es poca cosa, particularmente si pensamos que en los últimos años la población estudiantil por ejemplo, esa misma que convocó a este primer encuentro, y que tenía en promedio unos ocho años de edad cuando Chávez ascendió al poder, lo que había observado con más frecuencia, con patológica frecuencia, era el repugnante espectáculo del monólogo casi absoluto de un comandante militar/petrolero/tropical, siempre enfermo de enfermedades sin remedio, rociando por horas sus escupitajos de odio, hacia audiencias silenciosas obligadas a tragárselos.
Pero el pasado lunes y ante un auditorio sanamente insumiso y repleto de diversidad, presenciamos este primer encuentro-debate, afortunadamente, habrán nuevas oportunidades para mejorar el formato o proponer una modalidad distinta, pero lo importante es que se mostró ante el país una dinámica de interacción entre candidatos, que es de por sí la mejor muestra de democracia y unidad, y el desemboque auspicioso de la oposición, por un camino más cívico, mas didáctico, y de contraste más edificante y constructivo, hacia la meta final de las elecciones primarias, es más, deberían ser los debates, con temática y sedes variadas, el canal natural para mostrarle al país que hay más diversidad, más dialogo, más oportunidad y más alternativa, en la otra orilla…
Habrá de cambiar desde luego la modalidad y sobre todo, abordar muchos temas que faltaron, comenzando por el tema principalísimo del petróleo: como re-encaminar su producción, cuales esquemas adoptar, qué hacer con la OPEP, qué hacer con PDVSA, como sanearla, como reestructurarla, como relacionar sus necesidades con las necesidades de un país que deberá volverse realmente productivo si desea conservar su factibilidad, en otras palabras, como redefinir y como volver benigna al fin, la relación de la nación, del estado, con este recurso natural que debería representar una bendición y no el combustible de nuestra desventura, y esto hay que decirlo: fue el petróleo, el asombroso ausente de este primer debate.
Y faltan muchísimos temas más: el destino de nuestras FF.AA., el pesado endeudamiento que heredaremos por décadas, el tema laboral con mil y una reivindicaciones pendientes, qué hacer con las empresas básicas por el suelo, con la miríada de industrias, comercios y propiedades depredadas y desgarradas por el régimen, con la híper-burocracia estatal ultra-ineficiente, qué hacer con el control de cambios, con la devaluación, etc. y muy importante faltaría más, el futuro de nuestras relaciones internacionales, con Colombia/Cuba/EE.UU./Brasil, con Latinoamérica, con la CEE, con el Asia/Pacífico, los tratados multilaterales, qué hacer con los quistes parasitarios del ALBA, qué hacer con esas vergüenzas planetarias que son los países amigos de la chequera venezolana…
Pero ya en el mismo debate del pasado lunes, se lanzó el tema más apremiante y a la vez el tema más político de todos, el de nuestra ineludible transición: ¿Qué hacer con la colección de instituciones infectas, purulentas y putrefactas, hasta sus más profundos cimientos, que nos dejará el hamponato regente, para emboscar cualquier voluntad constructiva? ¿Que hacer para obtener gobernabilidad y garantizarla desde el primer momento, frente a amenazas de desestabilización y conmoción, que estarán al acecho sin la menor duda? ¿Cómo conjurar escenarios tan lúgubres como factibles de una colombianización, o de una mexicanización? ¿O la amenaza final de una salida pendular? ¿Cómo cimentar una transición admisible, viable, sólida, que nos permita concluir en una salida exitosa “por el centro”? ¿Cómo avanzar hacia una salida ampliamente pactada de reconstrucción, de un basamento institucional mínimamente sustentable y defendible por todos los poderes y la ciudadanía?
Al respecto, el precandidato Diego Arria propuso Constituyente, para renovar las instituciones de la forma más abierta y democrática, y un período de gobierno reducido a dos o tres años, sin reelección, porque el calado de las medidas probablemente no permitirá una mayor extensión temporal, ni podrá quedar condicionado a cálculo electoral alguno, porque estos desde luego, son cálculos de estadista, un planteamiento de alta política, y el reto de discutirlos ante los precandidatos y ante el país, quedó pendiente sobre la mesa.
En los próximos meses, resultará importante para medir el grado de seriedad y compromiso de este liderazgo opositor, que se propone para afrontar y dirigir las titánicas tareas que nos aguardan, que esa mísera lógica electorera de sólo querer tratar “temas populares” en los debates, no imponga su minúsculez política de comando de campaña, sobre todo ante un país que necesita conocer y calibrar las manos que pretenderán conducirlo, en su transitar por momentos que serán extremadamente difíciles y delicados.
Permitámosle a nuestro destino que se repita varias veces esta luminosa conjunción, en donde cinco voces de unidad, enfrentadas a la voz única y tenebrosa de la división, nos muestran el país que deberemos construir entre todos y para todos
Federico Boccanera 
boccaneraf@gmail.com
@Fboccanera

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ORLANDO VIERA – BLANCO: EL DEBATE. ¿USTEDES QUÉ OPINAN?

En conclusión creo que los grandes ganadores fueron María Corina y Diego Arria, por ser ellos quienes asumieron el discurso de mayor divergencia respecto al establishment y por destacar un cierre frontal, emotivo, directo y valiente.
Un evento serio, regio y sobrio. Dos adjetivos que desde hace mucho tiempo, no contemplamos en la política venezolana, sobretodo en los predios del poder.
A partir de allí, estoy complacido como ciudadano y esperanzado como venezolano. Vamos hacia un futuro diferente, decente y progresista, mismo que le ponga punto final a una era sin par, de bacanales y piratería política. Que contraste tan abismal entre la Venezuela preparada, respetuosa, honesta, pacifista y civilista representada en María Corina, Henrique Capriles, Leopoldo López, Pablo Pérez y Diego Arria vs. El patronazgo militarista, cupular, segador, violento y despreciativo de un sólo hombre, de un sólo nombre…Sin duda alguna, como dirían por ahí, ¡otro cantar!
Sin embargo, lo anterior está preñando de buenos deseos. Son impresiones de quién confía en un país distinto. El tema es que aun es presente y el presente, no pinta fácil de resolver, porque para nada debemos subestimar no sólo las fortalezas del adversario sino nuestras latentes debilidades. A partir de aquí, quisiera hacer algunas observaciones. Para hacerlas, lo mejor es ‘metodológicamente’ ir por cada precandidato. Veamos.
En orden alfabético.
Diego Arria: Exhibió su experiencia y bagaje político, recodándole a la audiencia ciertos logros de gestión y participación en tiempos de la IV República. No estoy muy seguro que esta clase de reminders, funcionen de cara a una población electoral joven, que sataniza el pasado y tiene claro (aunque con alguna insulsez de por medio), que el antiguo régimen nos condujo a lo que tenemos. Así, presentarse como parte de aquello, no es la mejor estrategia…Arria lució un poco encartonado, empero sobrio y directo al tono. Su estatura política y su ocupación como secretario general del Consejo de Seguridad de la ONU, no son cualidades ramplonas e hizo gala de ellas. Fue en algunos casos débil (tenía que exhibir cifras de generación de empleo), pero a nuestro juicio, fue el mejor cierre, increpando a Hugo Chávez…con su, “te espero en la Haya, en el lugar donde acaban todos los dictadores”, desde lo que logró un impacto rotundo y un reto lapidario. Fue uno de los momentos de euforia real en el auditórium.
Capriles: Llano, preclaro en su brand awarness (etiqueta de concientización), concentrado en la educación. No tiene grandes dotes de locución y de conectividad (escaza telegenia), sin embargo demostró soltura en el manejo de un lenguaje ‘amiguero’. Poco contenido de oferta política, preparación básica para el debate, buen uso de sus gimmicks de ‘preso político’ y gobernador de Estado, más buen manejo del tema inseguridad y corrupción. Le faltó contundencia en denunciar aquellos aspectos medulares que impiden su gestión al frente de Miranda, esto es, el escamoteo del gobierno del situado constitucional, el sabotaje con el despojo de competencias y la poca o nula colaboración en el combate de la delincuencia. Me preocupa que denote cierto encanto por el ‘culto a la personalidad’, el presidencialismo y la concentración de poder. Digo esto por su conducción gestual, su coloquialismo y su negativa a comprometerse irremisiblemente, con la descentralización.
Leopoldo López: Quizás fue la intervención que generando mayores expectativas (por tener que demostrar como resuelve su estatus difuso de entredicho político, mediante una intervención impactante), se quedó anclado en un discurso retórico, vetusto y abstracto, sobre “La mejor Venezuela”’. Y es aquí donde es pertinente aprovechar la ocasión para alertar de ciertas ‘ligerezas’ en la conducción política y del discurso frente a la opinión pública, en lo que pecan despreocupadamente algunos actores, y cuyo fallo es mortal contra un hombre de la capacidad de improvisación y respuesta de Hugo Chávez. Esa lasitud y pereza que tanto denunciamos, es la falta de preparación, de anticipación y ensayo, de lo que voy exponer, con quién lo voy hacer, del escenario, y los tópicos que abordaré.
Si yo deseo describir en que consiste la ‘mejor Venezuela’, debo traer planes, exhibir con capacidad de síntesis, sus líneas gruesas, y plantearlos en 60 segundos. Debo estudiar los errores sistémicos de nuestro presente, como quién lo trata de explicar a un niño de 5 años, para contrarrestar con mis soluciones. Ahora si lo que deseo es depender de mi improvisación, mi memoria y mi imagen, pues sepan que están frente a un hombre que es capaz de lanzar diez refrenes en diez segundos, mentir o acertar deliberadamente sobre batallas, titanes, amoríos o resurrecciones; recitar otro diez poemas al rompe de cualquier situación y terminar recordando el árbol genealógico de su contrincante, aunque no sea cierto el parentesco, con los acérrimos enemigos de Bolívar.
En otras palabras, el debate frente a la opinión pública y frente a Chávez se gana siendo asertivo, puntual en las soluciones, certero en el plan de acción y fulminante en el desmentido. Y para ello hay que estudiar el terreno, prepararse, sentarse a construir la oferta, con cifras, lógicas, silogismos, datos, experiencias y cotejos, sustentables y potables. Repetir mil veces que la educación nos llevará una mejor Venezuela, no es más que un lugar común tan vulnerable como hablar de las misiones o la medicina endógena. De allí que Leopoldo perdió una oportunidad de oro, para exhibir un slogan de oro ‘la mejor Venezuela’.
María Corina Machado: Cierta timidez al inicio, seguida de palmaria rigidez, empero con una pasión y determinación desbordante al final. Su contraste de género supo utilizarlo, invitando con emoción a la gente, ‘voten por una mujer independiente…Les aseguro que derrotaré a Hugo Chávez…’ Esta expresión en lo semiótico (simbología del poder) fue determinante, porque fue el desafío de una mujer, que demuestra no temer contra el gran titán, a quien invita a bajarse de sus laureles, y fajarse con una dama. La ansiedad de tenerlo como contendor, para vencerle, registró un aroma de ganadora. Fue el otro de los únicos dos momentos, que levantaron las pasiones en la audiencia. El otro momento que elevó los gritos y paró a las gradas-insisto- fue el señalamiento de Diego Arria, y la citada denuncia del presidente ante la Haya…
María Corina demostró preparación, estudio, conocimiento de una realidad a la que intenta darle solución. Pero también transmitió una gran seguridad y fe por el futuro. Quiere dar, quiere ver a la gente próspera, quiere darle oportunidades, sin querer estar estrictamente detrás del poder. Esto en materia de comunicación política en un país donde una gran porción indecisa, ve a los actores políticos sólo pendientes de llegar ellos, es fundamental.
Seis meses como término para abordar el asunto inseguridad, enfrentando a los ‘micro-traficantes de drogas’, más la depuración de las policías, sonó originario y con una agresividad bien acompañada (siendo que en otras oportunidades no es necesario asumir poses de coma o tono alto). Un buen manejo del tema educación a partir de la calidad de los profesores y la necesidad de pagarles más, percibe que María Corina ha estado revisando cifras, desnudando realidades y exigiendo a su gente ideas y soluciones. Al contrario de Leopoldo y Capriles, Machado se preparó, estudió su oferta, su plan de acción, y anticipó escenarios. Lució segura y convencida de lo que decía, porque es elocuente, que ha estudiado los eventos. En este caso faltaría ver, por el contrario, como está su capacidad de espontaneidad, en un intercambio abierto, con Hugo Chávez. He dicho que frente a Chávez, la que pinta más vencedora, es una mujer como María Corina Machado…
Pablo Pérez: Me sorprendió favorablemente. Demostró ser algo más que un simple legatario de Rosales y de una silla de poder en el Palacio del Cóndor. Pérez ha ganado cierta ‘majestad’ luciendo frente a la opinión pública, bien apertrechado, maduro en sus planteamientos democráticos y hasta de fe ( es un muchacho que no desestima el perdón como un valor político de reencuentro) e informado en el ámbito de gestión.
Le criticaría lucir encuadrado en un guión que se aprendió a letra y coma, por lo cual se presenta con cierto acartonamiento, cierta cuadratura que debe relajar. Pablo Pérez exhibió igualmente manejo de data, manejo de experiencia en la solución de asuntos fronterizos, de infraestructura y becarios. Nos sigue pareciendo un hombre ganado al rentismo, al reparto, al populismo. Esto de decir que en su gobierno todos tendrán la oportunidad de ir a escuelas o universidades privadas (becados), no deja de ser una práctica populista y parasitaria, que transita lisamente por la ilusión de la gente. Entre graduar médicos a tres años y decir que todos serán beneficiados con becas para ir a centros privados, no hay mayor diferencia en términos demagógicos. Mucho cuidado con este lenguaje que ya a gente identifica, y que dicho sea de paso, no comporta ningún contraste político con HCH F, lo cual es vital para derrotarle.
En conclusión creo que los grandes ganadores fueron María Corina y Diego Arria, por ser ellos quienes asumieron el discurso de mayor divergencia respecto al establishment y por destacar un cierre frontal, emotivo, directo y valiente. El gran perdedor fue López, quién debía arriesgar y enseñar más, para superar mayores obstáculos, y no lo hizo. Se le fue el tiempo con excesiva prudencia, cierta divagación, en el marco de un perfil añejo y de inquietante simplicidad. Capriles supo mantener una reserva y neutralidad que suman, de cara a un candidato que tiene el reto de mantenerse en la punta, y que no quiso arriesgar en un terreno (debate abierto) en el cual no la tiene cómodo… Pérez dejó entrever que tiene estructura, que posee maquinaria política y un pulmón natural de electores, pero quizás es el que mejor desnuda (practica a costura palpable) la política electoralista, clientelar y limonera de la cual debemos escapar.
De cualquier forma, es la Venezuela que evoluciona, joven, que aprende, decente pero desafiante. Es la Venezuela de la paz y de la convivencia. Es la Venezuela del progreso y del futuro. La única que nos puede regresar la paz y la cordura, sin temores y sin desconfianza, porque enarbolan con seriedad y voluntad, el compromiso noble de rescatar el país, de su más profundo oscurantismo.
En medio de estas críticas y sinceras observaciones, mis más altas expresiones de felicitación tanto a los estudiantes como generadores de la iniciativa, como a los precandidatos por asistir y exponer sus ideas en este tipo de eventos…por cierto evento el cual, al Presidente, al decir de ellos mismos, ¡lo cargaba loco!
Otro si: el intento de bloquear el debate y desviar atención con cadenas ’ fue un error sensible de Chávez que demuestra no sólo que el debate le inquietaba, sino lo alejaba cada vez más de la Venezuela del cambio. Y en medio de la desesperación que como él dice, es mala consejera, se lanzó una vez más, a las cámaras con lo cual lo que logró fue agendizar el debate… En este sentido, los organizadores del cotejo, no tienen más que decir, gracias Presidente; y para el próximo debate, quédese en cadena…Así el pueblo cada vez más, querrá desencadenarse más.
vierablanco@cantv.net

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OLGA K: CHÁVEZ, EL TELONERO PONCHAO

Lo que nunca parecía que iba a ocurrir, ocurrió el 14 de noviembre en el primer debate de los candidatos de oposición. Y no fue obra de la oposición, que conste en acta.
Cuando todo el país, igual chavista que opositor quería ver el debate, Chávez lanzó una cadena que lo ubicó en el rol de telonero. El show man del país se auto-desplazó a ese segundo lugar incierto de relleno…el dudoso papel de “casi artista”. Un autosuicidio como diría CAP. Error de cálculo con costos muy altos.
La cadena oficial fue vista por millones de venezolanos, pero solo como un acto paciente de espera para el plato fuerte que eran los actores del debate en la UCAB. Chávez hizo de sí mismo un tedioso “mientras tanto”.
Independiente de la posición política, la ansiedad de los televidentes, frente al telonero que no soltaba el micrófono se traducía en un impronunciado “mijito acaba de una vez”…
En las redes se iban anunciando sitios alternativos para ver lo que estaba por ocurrir en la UCAB. Una reedición, ésta incontrolable, de aquella pantalla partida del 11 de abril.
El contraste que se produjo fue feroz. Los vieron igual los rojos que los azules.
Las imágenes hablaron solas: el público en el acto oficialista dormitaba, hablaba por teléfono. En los rostros las máscaras del “no tengo otro remedio”. Uniformidad impuesta. Todos quietos.
La hinchazón deformante de Chávez, el telonero, provocada por la cortisona, hizo que su “acto” fuera, además de aburrido, desagradable a la vista.
En el auditorio de la UCAB, efervescencia, juventud fogosa, jefes de campaña tomando notas, estudiando rostros, la expectativa …
Tanto oficialistas como opositores, empezaban a estar pendientes del reloj. Hasta el mismo Chávez. ¿Terminaría la cadena antes del debate?
Si. Tuvo que liquidarla. La presión flotaba como una nube densa y se lo hacían saber.
Strike one: Chávez se vio obligado a terminar la cadena para dar paso al debate. Se acabó el tiempo del telonero. Real y figurativo. El presidente y los suyos tuvieron que claudicar. Era imparable porque no podría encadenarnos ad infinitum…y la expectativa tan grande lo haría un éxito igual, aun en diferido.
En la UCAB y en nuestras casas entraron como un viento fresco, las imágenes juveniles de Leopoldo, Ma. Corina, Henrique y Pablo Pérez. En las redes se referían a Arria, en el infaltable tono jocoso del entusiasmo, como el “Duque de Alba”.
No entraré en detalles sobre los contenidos de lo dicho en el debate. El verdadero objetivo del mal llamado “debate” resultó en “SEMBRAR” en toda la población, independiente de su tendencia, esos conceptos que a fuerza de una maquinaria propagandística formidable, han sido aplastados, excluidos y materialmente borrados de la psique colectiva. Hay otros caminos y otros rostros.
El tono respetuoso, positivo e incluyente de las exposiciones resulta vivificante, alentador . Aspirantes sanos. Proyectos nuevos. Cada tema visto desde ángulos distintos y enriquecido por el acento particular del expositor, redondea las posibilidades dándole alas nuevas a viejos sueños. La posibilidad de sumar diferencias inspira…. Incluso a pesar de la limitante brevedad de un suspiro de 60 segundos por participante. A más intervenciones, más se concretaba la sensación liberadora de no estar atado a un monólogo. La experiencia sanadora de expresar acuerdo, desagrado, entusiasmo, dudas. Los jóvenes experimentando por primera vez un debate político. La dopamina invade e intoxica de placer…aun a los chavistas y a su pesar.
Strike two: El país en pleno, saborea la re-democratización. El contraste impuesto por la cadena multiplica y potencia el efecto.
Y acusó el golpe. Tanto lo acusó que la cadena del día siguiente queriendo hacer “control de daños” generó el strike three. Sin estudios en mano, en la habitual –y comprobadamente destructiva- nota del “se me ocurre”-, y a contrapelo de lo que se ufana, Chávez habló de la pobreza crítica que tanto anuncia haber desterrado. Esa que no existe en las cuñas y cadenas oficiales pero que muestra su triste rostro a lo largo y ancho del país, esa que se traduce en violencia y ruina..la suma de todos los males.
Como nueva medida desesperada y іAy! haciendo un faux pas mal copiando una idea expuesta en el debate, anunció un nuevo decreto…este sí el más perverso de todos. Asignar 300 Bs por hijo… y como al vuelo, dándose cuenta de la camisa de 11 varas en la que se estaba metiendo solito, igual que como se colocó a sí mismo en la condición de telonero, puso el límite de la asignación hasta 3 hijos. Tan transparente la intención electorera que casi (dije casi..) daba pena verlo boquear de este modo. Cada niño pobre venezolano vale apenas 300Bs… Como me decía un querido twitero varguense: “Misión acures o conejas: ahora a parir muchachos que el gobierno paga”.
Pero, y esta es la profunda tristeza que como madre me embarga y provoca estas líneas, es que el presidente, con ese anuncio, dejó sentado a las claras que para Chávez, los venezolanos tienen “precio”…pero no valor.
Ponchao!. El telonero se ponchó.
olgaknoticierodigital@gmail.com
@olgak26

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CHARITO ROJAS: NINGUNO LE GANARÁ AL COMANDANTE

 “Los tiranos se rodean de hombres malos porque les gusta ser adulados y ningún hombre de espíritu elevado les adulará”. Aristóteles (384 a.C.-322 a.C.), filósofo griego.
Los venezolanos somos quienes tendremos la responsabilidad de ganar o perder no solo las elecciones sino a nuestro país. Sea quien sea el candidato, tenemos la necesidad absoluta de movilizar a ese votante que se abstiene por negligencia, ignorancia o miedo. A quien hay que buscar es a ese 36% de venezolanos que aún no se convencen que el día de las elecciones debe ser una manifestación masiva de venezolanos en busca de su libertad, sin importar su color político. Los problemas de los venezolanos son comunes a todos. El objetivo es no permitir que quienes solo sirven para hablar pendejadas continúen llevando a Venezuela por el camino del fracaso. Estas elecciones no las ganará un candidato sino un pueblo harto de abusos.
Ya nos estábamos acostumbrando a lo bueno de estar libres de cadenas, pero ellas regresaron, tan fastidiosas como siempre y con el mismo guión que sabemos de memoria: “No volverán, la burguesía apátrida, los lacayos del imperio, el capitalismo tiene la culpa, solo el socialismo puede”. Pequeña variante: Ya no dice que lo quieren matar, porque del magnicidio se está encargando el Altísimo. Ya no nombra a la pelona ni de vainita, al contrario, dice que quiere vivir para quedarse (“si la oposición me sigue jorungando”) hasta el 2041. O sea, que no hay que “jorungarlo” para que no se quede hasta los 88 años. ¡Qué ejemplo notable de demócrata!
Las cadenas del Comandante son ilegalmente electorales, pero el CNE jamás dice esta boca es mía. En la señal del Estado, el hombre reparte nuestro presupuesto en dádivas, becas y créditos, con el único fin de que lo reelijan ad infinitum. Y amenaza a esa gente que lo aplaude fanáticamente conque si la oposición golpista gana, les van a quitar todo lo que él les ha dado. Mejor dicho, que les ha ofrecido porque sus niveles de incumplimiento son aterradores. Pero a los adoradores les basta la cotorra aliñada, las promesas fantásticas y la sensación de que son tomados en cuenta por un amoroso caudillo, así las obras no cumplan con las palabras.
El hombre tenía que arrancar su campaña con actos masivos, tocada de charrasca, poemas “a mi amado Presidente” y las más desvergonzadas escenas de adoración al líder de la secta. Adobado esto con la lluvia de ofertas engañosas de que en este país todos serán iguales, tendrán viviendas dignas, asistencia médica, becas y cuantas cosas no ha logrado dar en casi 13 años de poder absoluto, de control total del presupuesto nacional, de gobierno todopoderoso. Pero todavía hay quienes creen que algún día, algún año, va a cumplir. Esos son los votos del Comandante: Los ganados con dinero, promesas populistas y ese carisma de guachamarón de pueblo que hace sentir confortables a masas que tradicionalmente han sido descuidadas por los gobiernos democráticos.
Una cadena precedió el acto anunciado en la Ucab, en el cual los precandidatos de la Mesa de la Unidad hablarían en conjunto por primera vez al país, en un debate sin precedentes en los últimos 13 años de monólogos absolutistas. El Comandante sirvió de telonero y terminó su cháchara ditirámbica apenas 3 minutos antes de que comenzara la transmisión del debate desde la Universidad, cuando ya nos resignábamos a verlo en diferido. Pero esta consuetudinaria muestra de abuso sirvió para contrastar el disparate con la razón, la academia con la ignorancia, la responsabilidad con la irresponsabilidad, la tolerancia con el irrespeto. Favor que les hizo, sin querer, a los cinco precandidatos que esa noche se alinearon claramente con dos propuestas básicas, el respeto a los derechos ciudadanos y la protección de la libre empresa y la propiedad privada.
Todos estuvieron muy bien. En el análisis, muchos dieron por ganador a un peso pesado de la política internacional como Diego Arria, con agallas y argumentos contundentes. Otros apreciaron el equilibrio de Capriles Randonsky, la fuerza de Pablo Pérez, la honestidad de María Corina o la rectitud de Leopoldo López. Lástima que no pudimos ver en ese escenario a un estadista como Antonio Ledezma.
Pero lamentablemente, ninguno de ellos le ganará al Comandante. Cualquiera que triunfe en las primarias, será un gran candidato. Tienen con qué. Pero en el bizarro panorama político de Venezuela, no se evalúa el peso específico del candidato, ni sus virtudes para gobernar o preparación real para el cargo presidencial. Ellos no están enfrentando un torneo de currículos o baremos, porque quien ejerce la Presidencia no podría estar más desprovisto de atributos fundamentales para detentar la Primera Magistratura. Y allí está desde hace 13 años.
Lo que enfrentará el candidato de oposición no es a un candidato oficialista que respetará las normas electorales, que no usará el poder y el dinero del estado para comprar voluntades y hacer costosas campañas de dádivas; tampoco dispone el candidato de oposición de una red de medios de comunicación social para llevar su mensaje en cadena a millones de venezolanos. El candidato de oposición dispondrá de los pocos programas de opinión que quedan en los medios independientes, dependerá de los aportes privados para costear los gastos de la campaña, se enfrentará a un CNE abiertamente pro oficialista. Por no hablar de la coraza que deberá tener para soportar el grosero lenguaje del candidato oficialista, que coleteará el piso con quien considera no su adversario (eso es demasiado democrático para él) sino su mortal enemigo.
Por eso afirmo que no importa quién sea el candidato de la oposición, porque cualquiera de ellos será digno de serlo. Ganar las elecciones no se atribuirá al candidato. Quien verdaderamente le ganará las elecciones a este abusivo régimen seremos nosotros, los ciudadanos cansados del discurso ignorante, de las promesas incumplidas, de las calles y autopistas llenas de huecos, de la inseguridad, del desempleo, de la injusticia. Quien ganará esa elección no será el candidato, será el ciudadano demócrata, el venezolano exiliado, el expropiado, el que finalmente se ha dado cuenta de la absoluta incapacidad de estos seudo revolucionarios para gobernar Venezuela con criterios de prosperidad y grandeza.
El candidato que elijamos en las primarias del 12 de febrero no ganará ni perderá las elecciones por sus virtudes o defectos. Los venezolanos somos quienes tendremos la responsabilidad de ganar o perder no solo las elecciones sino a nuestro país. Sea quien sea el candidato, tenemos la necesidad absoluta de movilizar a ese votante que se abstiene por negligencia, ignorancia o miedo. A quien hay que buscar es a ese 36% de venezolanos que aún no se convencen que el día de las elecciones debe ser una manifestación masiva de venezolanos en busca de su libertad, sin importar su color político. Los problemas de los venezolanos son comunes a todos. El objetivo es no permitir que quienes solo sirven para hablar pendejadas continúen llevando a Venezuela por el camino del fracaso. Estas elecciones no las ganará un candidato sino un pueblo harto de abusos.

 AQUÍ ENTRE NOS

• Dos detalles fueron criticados por los analistas del debate entre los precandidatos: El hieratismo del moderador, quien en ningún momento transmitió emoción al evento. Y que no hubiera ninguna estudiante mujer entre los nueve que hicieron las preguntas. Resaltó demasiado.
• En este proceso de reinventar la historia, aliñándola a partes iguales con ideologización e ignorancia, el Comandante fue sorprendido por los historiadores en un garrafal error. En el aniversario de la muerte del Coronel Carlos Delgado Chalbaud el 13 de noviembre (por cierto el único magnicidio en la historia de Venezuela), osó dar esta lección de historia: “A ese Presidente patriota lo mataron porque quiso tomar el control del petróleo. Unos meses antes mandó una comisión y fue la primera comisión venezolana que fue por los países árabes, fue como los primeros pasos rumbo a la creación de la Opep. !Y mataron a Delgado Chalbaud! ¡Je! Porque no se subordinó a la burguesía criolla…”.
La historia real es que Delgado Chalbaud era el propio oligarca criollo, hijo de Román Delgado Chalbaud y su esposa Luisa Elena Gómez Velutini. Por oposición a Juan Vicente Gómez, el padre se exilió en París cuando Carlos tenía 4 años, por lo cual estudió en Francia hasta graduarse de ingeniero. De regreso al país ingresó en las filas militares. 
Era un hombre refinado, de afrancesadas maneras y singular inteligencia, cuyo asesinato se atribuye a rencillas con Rafael Simón Urbina, a quien había expropiado unas tierras y al parecer, alentado aunque no dirigido por Marcos Pérez Jiménez. Resulta que los historiadores han descubierto que cuando la misión venezolana fue a los países árabes, ya Delgado Chalbaud tenía seis meses de muerto. Hay que estudiar para no hacer tan irresponsables afirmaciones.
• El diputado oficialista Freddy Bernal dice que María Corina Machado “se buscó” la agresión del sábado pasado en el 23 de enero, cuando un individuo armado disparó contra la comitiva de la diputada, hiriendo a una persona. Según Bernal, la presencia de la precandidata fue “una provocación” porque a su ilustre entender ellos no tienen que ir a las zonas “fundamentalistas bolivarianas”.
El ex alcalde, cual can, marcó el territorio diciendo que “el partido se está preparando para el control territorial en lo político, en lo económico, en lo social, en lo militar, lo que dice el presidente Hugo Chávez, la hegemonía política, el control político, para cumplir con acciones, la primera la reelección del presidente Hugo Chávez el 7 de octubre”. El diputado, quien por cierto forma parte de la Comisión Desarme (¡!), desautoriza olímpicamente al artículo 50 de la Constitución que garantiza el derecho de todos los venezolanos a transitar libremente y por cualquier medio por todo el territorio nacional.
Charitorojas2010@hotmail.com
Twitter: @charitorojas

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