Es
absolutamente imposible hacer comprender la situación de Cubazuela en el
exterior primero porque las agencias noticiosas transmiten la información
reproduciendo textualmente los infundios del régimen y usando términos que
tienen un sentido en Europa y EEUU del que carecen por completo en este expaís.
¿Cómo
hacer entender que no existe un poder judicial independiente, ni jueces, porque
ni siquiera tienen nombramiento; ni sentencias, sino órdenes ejecutivas; ni
condenas, porque suponen un delito previo; ni el menor atisbo de algo que pueda
llamarse justicia?
No
ayuda que la destrucción de esta ex república sea consecuencia de una
conspiración internacional, originada en el Foro de Sao Paulo pero que
aprovechan redes del crimen organizado, del narcotráfico y otros tráficos, el
terrorismo islámico y otros terrorismos, donde sobresale la intervención de la
Internacional Socialista y la Socialcristiana, muy anteriores a la revolución.
Un
ejemplo ilustrativo podría ser el de una juez accidental que ocupa el cargo de
la todavía titular María Lourdes Afiuni, cuyo nombre no importa porque sólo lo
presta para firmar una orden ejecutiva, que acapara titulares de la prensa
mundial y es objeto de toda clase de diatribas e improperios como aquellos
proverbiales chivos expiatorios que luego son echados del pueblo cargando con
todas las culpas.
Sería
más fácil convencer a unos cuervos de que el espantapájaros no es el granjero
que a cierto público de que estos muñecos de paja, siempre mujeres civiles, no
tienen nada que ver con los crímenes que se les imputan para desviar la
atención de los verdaderos perpetradores, siempre hombres militares, a veces
cubanos.
El
interés en este caso no es por lo que oculta sino por lo que revela. Parte del
escándalo es que enviarían a la “juez” a vivir su exilio dorado en Chile, lo
que da protagonismo a la presidente Michelle Bachelet, a quien no le exoneran
la deuda que tendrían los demócratas chilenos con sus pares venezolanos que los
auxiliaron en los tiempos sombríos de la dictadura militar.
Pero
¿por qué no habría de servir Chile como refugio a alguien con estas
características si ha sido el asilo de los dolientes del muro de Berlín?
Comenzando por el dictador comunista Erich Honecker, la que ahora es su viuda,
Margot y su hija Sonja, casada con un ciudadano chileno.
Una
justa retribución al hecho de que la presidente Bachelet y su madre, Angela
Jeria, estuvieron exiliadas en la RDA entre 1974 y 1979, antes de volver a
Chile en medio de lo que ellas califican como una dictadura implacable, en
cambio, en la RDA nunca advirtieron el menor rastro de represión.
La
madre de Michelle Bachelet dice que “no puedo condenar lo que no vi, ni conocí
gente allí que hubiera sido arrestada, torturada, detenida, desaparecida, que
estuviera presa. Vi gente que le gustaría haber salido, gente que no podía
salir y que le gustaría”.
Margot
Honecker, que todavía vive en Santiago, escandaliza de vez en cuando a la
opinión alemana como cuando le preguntan por los casi doscientos asesinados
tratando de huir de la RDA: “No necesitaban saltar el muro y pagar con sus
vidas esa estupidez”.
Ministra
de Educación Popular desde 1963 hasta 1998, con el mismo fanatismo del primer
día, no se arrepiente de nada, son los demás los que tienen que pedir perdón,
dice desafiante: “La semilla que sembramos allí, fructificará”. Presumiblemente
en Chile.
La
presidente Bachelet a veces incurre en infidencias como en su reciente visita a
El Salvador en que recordó: “mi primer hijo nació estando yo en el exilio, en
la RDA, y por tanto tuve ahí todas las condiciones tanto de salud, de
nutrición, de apoyo, que me permitieron estudiar y tener un hijo en Sala Cuna”
(Sebastián Dávalos, mismo que está siendo procesado por corrupción
inmobiliaria, lo que da fe de su sólida formación).
El
anfitrión, presidente Salvador Sánchez, fundador del Frente Farabundo Martí de
Liberación Nacional y de su ala militar, el Frente Popular de Liberación, alias
comandante Leonel, siendo Vicepresidente asumió ad honorem el Ministerio de
Educación del gobierno de Mauricio Funes, el hombre de la transición, porque no
era miembro del FMLN-FPL, sino una suerte de agente encubierto.
Un
inconveniente de evocar los Kinderkrippe es que recuerdan las adopciones
forzadas en casos de mujeres arrestadas,
procesadas y despojadas de la patria potestad de sus menores hijos, luego
entregados a familias leales al régimen, sólo por incurrir en la estupidez de
intentar cruzar el muro, casos por los que Margot Honecker fue acusada aunque
nunca condenada por los tribunales alemanes. También recuerdan los centros de
reclusión de menores, antros de adoctrinamiento y lavado de cerebros.
Margot
Honecker promueve como líder del futuro a Camila Vallejo, una comunista de cuna
a la que el capitalismo le sienta muy bien, porque más que una aguerrida líder
estudiantil parece una modelo, personificación del socialismo con rostro
humano.
Esta
joven lideró la rebelión estudiantil en Chile en 2011 en demanda de una reforma
educativa a la que con la otra mano accedió gustosamente la Bachelet. Hoy,
convertida en flamante diputado, por esos vicios de la democracia burguesa, es
Presidente de la Comisión de Educación del Congreso.
No
se necesita ser ningún conspirativista para adivinar que una asesora experimentada de la tal reforma educativa es
la eterna ministra de educación popular Margot Honecker.
La
educación es la clave del futuro comunista, hasta en eso son jesuitas
conversos.
Luis
Marin
lumarinre@gmail.com
@lumarinre
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