lunes, 9 de marzo de 2015

ANTONIO JOSÉ MONAGAS, NI PATRIA, NI PATRIOTISMO, PIDO LA PALABRA, VENTANA DE PAPEL,

Tanto desacomodo hizo que se desvaneciera todo un proyecto histórico que bien pudo articular la esencia de la nacionalidad con la concepción de democracia que habita en la conciencia del venezolano.

NI PATRIA, NI PATRIOTISMO

A decir por los vejaciones y dislates, a consecuencia de la incompetencia y displicencia mostrada por los actuales gobernantes, Venezuela pareciera semejarse al país de los parapetos. Al país de aquellos cuentos de espanto cuya narración crispa la piel de cualquiera. El acoso, la inseguridad y la improvisación forman parte de ese país que desde 1999 ha pretendido construirse sobre infundios, arrebatos, pasiones, incoherencias y arreglos de perogrullo. Sólo que al ligarse estos recursos de autoritarismo con resentimientos, ironías, amenazas y empellones contra toda demanda de libertad y democracia, la resultante colocó al país en un estado de embrollo  y consternación a tal punto que se mediatizó el compromiso por enfrentar la incertidumbre y afianzar los valores que asientan la noción de ciudadanía.

En el fragor de estos desmanes, terminó desvirtuándose el devenir de Venezuela. Tan grave ha sido el curso de sus problemas, que en medio de tantas dificultades y reveses, se estableció un país abarrotado de distorsiones que devinieron en un desguace de la riqueza, en la concentración desproporcionada del poder y en el abuso de las oportunidades lo que concluyó debilitando las posibilidades de desarrollo nacional. Tanto desacomodo hizo que se desvaneciera todo un proyecto histórico que bien pudo articular la esencia de la nacionalidad con la concepción de democracia que habita en la conciencia del venezolano.

Esta fue la razón para que el régimen venezolano se interesara por atosigar a la población con promesas que ni siquiera terminó de considerar. Mucho menos de cumplir. Simplemente hizo de las mismas, recursos de su demagogia lo cual le valió el apoyo necesario para arrogarse la soberbia a la cual encadenó el faccioso populismo que le sirvió para asomar entre engaños su hipotético socialismo. El discurso presidencial signado de ofensas, humillaciones, improperios, mofas, amenazas, fanfarronadas, chantajes y coerción, aportó una significativa cuota de respaldo a tan nociva táctica propia del mejor ataque de política visceral.

Al no hallar otra cosa distinta de la verborrea incendiaria, el régimen optó por hacer proselitismo. Pero de la peor calaña. Repartió miseria ayudándose de programas sociales que denominó “misiones”. Predicó la envidia y el egoísmo aprovechándose de la hegemonía que logró expropiando y controlando medios masivos de comunicación. Infundió una precaria sensación de justicia valiéndose de la policía política cuyos métodos para imponer miedo y sumisión han sido la bravuconería,  la discriminación, la exfoliación y la tortura.

Sin embargo, ¿qué le quedó al régimen para seguir sosteniéndose? Sencillamente, harta cháchara. Aunque valiéndose de la imagen, voz y audio del finado presidente militar. Precisamente, eso. Los discursos pronunciados y propaganda divulgada en estos dos últimos años por el alto funcionariado, constituyen un remedo inconcluso del estilo extravagante que sirvió al extinto presidente para ganar el espacio político que en su tiempo alcanzó. No conforme con esas prácticas de degradado populismo, estos gobernantes de marras se plegaron a la excusa que mejor provecho pareciera haberle rendido. Consiguieron en el pretexto del manoseado “golpe de Estado”, la vía expedita para tener distraído a un país ante el clima de convulsión que vive por causa de la escasez que en múltiples facetas lo afecta. De esta manera, el Ejecutivo Nacional se mantiene en una absoluta indiferencia toda vez que por su inacción, que pareciera fingida, la situación nacional se complica vertiginosamente. No se conmueve ante nada. Aunque si, sólo para respaldar las actitudes desvergonzadas e deshonestas de sus adláteres y funcionarios cuestionados por delitos de corrupción. Entonces, ¿por qué y para qué tanta charlatanería de gobernantes alrededor de deberes y derechos que terminan siendo violados por sus mismas acciones? ¿Dónde quedaron los valores que fundamentan al tan ajado Estado democrático y social de Justicia y de Derecho? Pues en medio de tanto vacío, ni siquiera quedó algo de humildad para exaltar el ejemplo de tantos venezolanos que sacrificaron sus vidas por asegurar un republicanismo democrático. Tanto ha deshonrado la historia, que el país ha quedado desmoronado. Ya no se tiene ni patria ni patriotismo.

VENTANA DE PAPEL

TODO PASA MUY RÁPIDO

La dinámica que caracteriza el devenir de la política, sobre todo en un país conmocionado social y económicamente como Venezuela, hace que todo suceda de manera bastante rápida. Tanto, que ni siquiera, muchas veces, terminan entendiéndose los problemas ya que ni tiempo queda para respirar. Por estos días, los hechos solapan al resto de cosas que comúnmente buscan realizarse. Por ejemplo, con el dólar paralelo ya rozando los 300 Bs., muchas personas olvidaron que un joven policía, haciendo uso de su abusiva autoridad, que quizás ni comprende lo que ella encubre o destaca, asesinó a un joven de 14 años que apenas despertaba ante la vida. Y que ni siquiera formaba parte de la protesta que protagonizaban venezolanos recios en la capital del Estado Táchira.

Con la lóbrega noticia de la injusta e injustificada muerte del muchacho, promesa del básquetbol y del escultismo implantado mundialmente por Baden Powell, el país se ocupó de atender la noticia de la arbitraria detención del Alcalde Metropolitano Antonio Ledezma, supuestamente por conspirar. Ello hizo que muchos olvidaran de la entrevista que CNN logró hacerle a Leopoldo López desde Ramo Verde. Seguidamente, el régimen siguió haciendo de las suyas cuando procede encubiertamente a una nueva devaluación oficializada mediante una insolente cadena de radio y televisión.

Sin embargo, la rapidez con la que procede el régimen para ocultar su pésima gestión gubernamental, lleva a encapuchar los acontecimientos precedentes con la aprehensión de cuatro empresarios comprometidos con el desarrollo de la economía nacional. De esa forma, resultan detenidos ejecutivos de Día a Día Supermercado así como el gerente general de la cadena de farmacias Farmatodo. Con una precedente devaluación, se olvidó el escándalo que reventó con lo del Banco HSBC, de Suiza, donde Venezuela resultó ser el segundo país con más depósitos después de Inglaterra y antes que Estados Unidos.

Aún así, el país político olvidó lo de la acusación del presunto jefe del Cartel de los Soles. Y si quiere seguirse este encadenamiento de sucesos, no será difícil darse cuenta de que un hecho solapa a otro logrando que por ello vayan olvidándose los problemas hasta perder el hilo de la historia reciente que hace de este país el mejor ejemplo que puede darse de una nación que se descarrió del rumbo de la democracia. ¿Será por efecto del inexorable tiempo? O acaso es que todo pasa muy rápido.

FRÍAMENTE CALCULADO

Los problemas que agobian y tienen desfallecido al régimen, son de índole mayor por donde se les mire. Desde la reducción del apoyo internacional, pasando por los escuetos niveles de divisas con que cuenta el tesoro nacional, hasta llegar al estado de violencia e impunidad que mantiene en zozobra al país entero, son algunos de los factores que intimidan o apocan al régimen. Razón suficiente para hacerle creer al resto del mundo que hay una confabulación en su contra, por lo que se apoya en la ridícula explicación, totalmente infundada, de un “golpe de Estado” para defenestrarlo de cara a la institucionalidad democrática que desvergonzadamente dice que se respira en Venezuela.

Sin duda que todo esta retahíla de reveses, le ha generado un desgaste de su imagen sin que hasta ahora haya podido comprender que la reiterada violación de derechos humanos de la cual se le acusa ante organismos de justicia internacional, ha devenido en un gasto de su popularidad como nunca lo esperó.

Aún así, ha pretendido que con la aprobación de la resolución emanada del Ministerio de la Defensa, que autoriza la utilización de armamento letal en manifestaciones públicas, o el hecho de pasar por alto el maltrato hacia los presos político y estudiantes detenidos de modo arbitrario y obviando los procedimientos que pautan el “Debido Proceso”, puedan revertirle el “plomo que lleva en el ala”. Lo que hace que el régimen esté “volando casi a ras del suelo” Dicho de otra forma, se estrecha su margen de maniobra por lo que puede vérselas mal. Aunque algunos puedan pensar o esgrimir que todo ese comportamiento bastante contradictorio, esté fríamente calculado.

 “Todo convencionalismo que coadyuve a adormitar el espíritu político de quien pueda caer en la trampa del ilusionismo que suscribe el populismo, sirve para aletargar cualquier respuesta o reacción que pretenda poner en claro los intríngulis de un gobierno con oscuros intereses”

Antonio José Monagas
antoniomonagas@gmail.com
@ajmonagas

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