Tanto desacomodo hizo que se desvaneciera todo un proyecto histórico que bien pudo articular la esencia de la nacionalidad con la concepción de democracia que habita en la conciencia del venezolano.
NI PATRIA, NI PATRIOTISMO
A decir por los vejaciones y dislates, a
consecuencia de la incompetencia y displicencia mostrada por los actuales
gobernantes, Venezuela pareciera semejarse al país de los parapetos. Al país de
aquellos cuentos de espanto cuya narración crispa la piel de cualquiera. El acoso,
la inseguridad y la improvisación forman parte de ese país que desde 1999 ha
pretendido construirse sobre infundios, arrebatos, pasiones, incoherencias y
arreglos de perogrullo. Sólo que al ligarse estos recursos de autoritarismo con
resentimientos, ironías, amenazas y empellones contra toda demanda de libertad
y democracia, la resultante colocó al país en un estado de embrollo y consternación a tal punto que se mediatizó
el compromiso por enfrentar la incertidumbre y afianzar los valores que asientan
la noción de ciudadanía.
En el fragor de estos desmanes, terminó
desvirtuándose el devenir de Venezuela. Tan grave ha sido el curso de sus
problemas, que en medio de tantas dificultades y reveses, se estableció un país
abarrotado de distorsiones que devinieron en un desguace de la riqueza, en la
concentración desproporcionada del poder y en el abuso de las oportunidades lo
que concluyó debilitando las posibilidades de desarrollo nacional. Tanto
desacomodo hizo que se desvaneciera todo un proyecto histórico que bien pudo
articular la esencia de la nacionalidad con la concepción de democracia que
habita en la conciencia del venezolano.
Esta fue la razón para que el régimen
venezolano se interesara por atosigar a la población con promesas que ni
siquiera terminó de considerar. Mucho menos de cumplir. Simplemente hizo de las
mismas, recursos de su demagogia lo cual le valió el apoyo necesario para
arrogarse la soberbia a la cual encadenó el faccioso populismo que le sirvió
para asomar entre engaños su hipotético socialismo. El discurso presidencial
signado de ofensas, humillaciones, improperios, mofas, amenazas, fanfarronadas,
chantajes y coerción, aportó una significativa cuota de respaldo a tan nociva
táctica propia del mejor ataque de política visceral.
Al no hallar otra cosa distinta de la
verborrea incendiaria, el régimen optó por hacer proselitismo. Pero de la peor
calaña. Repartió miseria ayudándose de programas sociales que denominó
“misiones”. Predicó la envidia y el egoísmo aprovechándose de la hegemonía que
logró expropiando y controlando medios masivos de comunicación. Infundió una
precaria sensación de justicia valiéndose de la policía política cuyos métodos
para imponer miedo y sumisión han sido la bravuconería, la discriminación, la exfoliación y la
tortura.
Sin embargo, ¿qué le quedó al régimen para
seguir sosteniéndose? Sencillamente, harta cháchara. Aunque valiéndose de la
imagen, voz y audio del finado presidente militar. Precisamente, eso. Los
discursos pronunciados y propaganda divulgada en estos dos últimos años por el
alto funcionariado, constituyen un remedo inconcluso del estilo extravagante
que sirvió al extinto presidente para ganar el espacio político que en su
tiempo alcanzó. No conforme con esas prácticas de degradado populismo, estos
gobernantes de marras se plegaron a la excusa que mejor provecho pareciera
haberle rendido. Consiguieron en el pretexto del manoseado “golpe de Estado”,
la vía expedita para tener distraído a un país ante el clima de convulsión que
vive por causa de la escasez que en múltiples facetas lo afecta. De esta
manera, el Ejecutivo Nacional se mantiene en una absoluta indiferencia toda vez
que por su inacción, que pareciera fingida, la situación nacional se complica
vertiginosamente. No se conmueve ante nada. Aunque si, sólo para respaldar las
actitudes desvergonzadas e deshonestas de sus adláteres y funcionarios
cuestionados por delitos de corrupción. Entonces, ¿por qué y para qué tanta
charlatanería de gobernantes alrededor de deberes y derechos que terminan siendo
violados por sus mismas acciones? ¿Dónde quedaron los valores que fundamentan
al tan ajado Estado democrático y social de Justicia y de Derecho? Pues en
medio de tanto vacío, ni siquiera quedó algo de humildad para exaltar el
ejemplo de tantos venezolanos que sacrificaron sus vidas por asegurar un
republicanismo democrático. Tanto ha deshonrado la historia, que el país ha
quedado desmoronado. Ya no se tiene ni patria ni patriotismo.
VENTANA DE PAPEL
TODO PASA MUY RÁPIDO
La dinámica que caracteriza el devenir de la
política, sobre todo en un país conmocionado social y económicamente como
Venezuela, hace que todo suceda de manera bastante rápida. Tanto, que ni
siquiera, muchas veces, terminan entendiéndose los problemas ya que ni tiempo
queda para respirar. Por estos días, los hechos solapan al resto de cosas que
comúnmente buscan realizarse. Por ejemplo, con el dólar paralelo ya rozando los
300 Bs., muchas personas olvidaron que un joven policía, haciendo uso de su
abusiva autoridad, que quizás ni comprende lo que ella encubre o destaca,
asesinó a un joven de 14 años que apenas despertaba ante la vida. Y que ni
siquiera formaba parte de la protesta que protagonizaban venezolanos recios en
la capital del Estado Táchira.
Con la lóbrega noticia de la injusta e
injustificada muerte del muchacho, promesa del básquetbol y del escultismo
implantado mundialmente por Baden Powell, el país se ocupó de atender la
noticia de la arbitraria detención del Alcalde Metropolitano Antonio Ledezma,
supuestamente por conspirar. Ello hizo que muchos olvidaran de la entrevista
que CNN logró hacerle a Leopoldo López desde Ramo Verde. Seguidamente, el
régimen siguió haciendo de las suyas cuando procede encubiertamente a una nueva
devaluación oficializada mediante una insolente cadena de radio y televisión.
Sin embargo, la rapidez con la que procede el
régimen para ocultar su pésima gestión gubernamental, lleva a encapuchar los
acontecimientos precedentes con la aprehensión de cuatro empresarios
comprometidos con el desarrollo de la economía nacional. De esa forma, resultan
detenidos ejecutivos de Día a Día Supermercado así como el gerente general de
la cadena de farmacias Farmatodo. Con una precedente devaluación, se olvidó el
escándalo que reventó con lo del Banco HSBC, de Suiza, donde Venezuela resultó
ser el segundo país con más depósitos después de Inglaterra y antes que Estados
Unidos.
Aún así, el país político olvidó lo de la
acusación del presunto jefe del Cartel de los Soles. Y si quiere seguirse este
encadenamiento de sucesos, no será difícil darse cuenta de que un hecho solapa
a otro logrando que por ello vayan olvidándose los problemas hasta perder el
hilo de la historia reciente que hace de este país el mejor ejemplo que puede
darse de una nación que se descarrió del rumbo de la democracia. ¿Será por
efecto del inexorable tiempo? O acaso es que todo pasa muy rápido.
FRÍAMENTE CALCULADO
Los problemas que agobian y tienen
desfallecido al régimen, son de índole mayor por donde se les mire. Desde la
reducción del apoyo internacional, pasando por los escuetos niveles de divisas
con que cuenta el tesoro nacional, hasta llegar al estado de violencia e
impunidad que mantiene en zozobra al país entero, son algunos de los factores
que intimidan o apocan al régimen. Razón suficiente para hacerle creer al resto
del mundo que hay una confabulación en su contra, por lo que se apoya en la
ridícula explicación, totalmente infundada, de un “golpe de Estado” para
defenestrarlo de cara a la institucionalidad democrática que desvergonzadamente
dice que se respira en Venezuela.
Sin duda que todo esta retahíla de reveses,
le ha generado un desgaste de su imagen sin que hasta ahora haya podido
comprender que la reiterada violación de derechos humanos de la cual se le
acusa ante organismos de justicia internacional, ha devenido en un gasto de su
popularidad como nunca lo esperó.
Aún así, ha pretendido que con la aprobación
de la resolución emanada del Ministerio de la Defensa, que autoriza la
utilización de armamento letal en manifestaciones públicas, o el hecho de pasar
por alto el maltrato hacia los presos político y estudiantes detenidos de modo
arbitrario y obviando los procedimientos que pautan el “Debido Proceso”, puedan
revertirle el “plomo que lleva en el ala”. Lo que hace que el régimen esté
“volando casi a ras del suelo” Dicho de otra forma, se estrecha su margen de
maniobra por lo que puede vérselas mal. Aunque algunos puedan pensar o esgrimir
que todo ese comportamiento bastante contradictorio, esté fríamente calculado.
“Todo convencionalismo que coadyuve a adormitar el espíritu político de quien pueda caer en la trampa del ilusionismo que suscribe el populismo, sirve para aletargar cualquier respuesta o reacción que pretenda poner en claro los intríngulis de un gobierno con oscuros intereses”
Antonio José Monagas
antoniomonagas@gmail.com
@ajmonagas
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