domingo, 25 de enero de 2015

FREDDY IGNACIO NUÑEZ MARTINEZ, EL RESULTADO DE LA ESTUPIDEZ


Absolutamente nada de lo que está ocurriendo en Venezuela, puede constituir una sorpresa para alguien con dos dedos de frente. El país exhibe los espantosos efectos de la estupidez histórica que significo Hugo Chávez en el poder, y la continuación de sus locuras por parte de Maduro. Todos los hechos utilizados como excusa para justificar el sangriento golpe del 4 de febrero están hoy multiplicados. Nunca ha habido tanta corrupción, tanta ineptitud y tanta demagogia concentrada en un gobierno.

Quizá una patética demostración de la estupidez con la que se desgobernado Venezuela en estos 15 años, la encontremos en el hecho de que mientras más defienden modelos estrepitosamente fracasados como el comunismo, sus más conspicuos representantes en el mundo occidental, los cubanos, acuerdan reanudar relaciones de todo tipo con los Estados Unidos. 
En agosto de 1988, se celebro en Quito la toma de posesión del nuevo presidente de Ecuador, Rodrigo Borjas.  Por coincidencia me encontraba en  esa ciudad como parte de un recorrido por las capitales de los países de la subregión andina, en una investigación de campo para la Junta del acuerdo de Cartagena. Una tarde, previa al acto formal de la toma de posesión, me reuní con Teodoro Petkoff en el lobby del hotel donde estaba alojado como parte de la comitiva oficial que Venezuela enviaba a dicha toma de posesión, mientras conversábamos  se le acerco en tono confidencial Enrique Tejera París, y luego me entere que se trataba de una invitación para que Teodoro asistiera a una reunión con Fidel Castro, que se efectuaría en la suite de Carlos Andrés Pérez. Hay que recordar el año, 1988, y aquello del “gocho pa´l 88”, de manera que Fidel había pedido una reunión con quien su olfato le permitía suponer sería el próximo presidente de Venezuela.
Los hechos posteriores son más que conocidos, gana CAP, y uno de los principales invitados, a lo que entonces se llamo la coronación fue precisamente Fidel Castro. Más tarde, cuando se produce el golpe de estado de febrero del 92, las dos primeras llamadas que recibe el presidente Pérez, condenando el golpe y ofreciéndole su apoyo son las del Presidente de los Estados Unidos, George Busch, y la de Fidel Castro. 
A fines del segundo gobierno de Caldera, ya Fidel había trabajado a su nueva opción, Hugo Chávez,  hasta convertirlo en su muñeco de ventrílocuo.  Una vez que Fidel es sucedido por Raúl, y con la autorización de aquel, se aceleran los contactos a diversos niveles con el gobierno norteamericano, sabedores, después de cincuenta años de fracaso, que el tal socialismo o muerte solo tiene de cierto lo segundo.
Ya la apuesta para chuparse a Venezuela había dado todo lo que un gobierno tan irresponsable e inepto como el de Chavez facilitaba, significaba poco dejarlos hacer el ridículo mundial patentizado en las famosas dos cartas de Maduro, mientras ellos buscan a como de lugar otro camino.
Lástima que el régimen le tenga alergia a los libros, hubieran podido  leer “China” de Henry Kissinger y evitarse el papelón: “Este equilibrio entre los principios estadounidenses y chinos demuestra que a veces la ambigüedad constituye la esencia de la diplomacia” .
Freddy Ignacio Nuñez Martinez
freddynm6311@gmail.com
@freddynm6311

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