La crisis económica-política-social-moral vivida por los venezolanos
recrudece permanentemente por la ausencia de políticas públicas direccionadas a
buscar mejoras a la situación planteada. El gobierno de Nicolás apunta
desorientado y falla estrepitosamente, haciendo de la incoherencia su carta de
presentación, adornada con discursos fantasiosos para distraer la opinión hacia
temas de ciencia ficción, pretendiendo someter la disidencia al silencio y la
incondicionalidad.
La escasez generalizada se presenta por el orden del 33%; la canasta
básica está por los diez mil bolívares mensuales (10.000bs); la devaluación
suma el 77%; la inflación anualizada es preocupante, superior al 60%; los
salarios en caída sistemática. Todo en contradicción con las promesas de
felicidad ofrecidas a la sociedad, observándose ahora un crecimiento
desproporcionado en los estamentos burocráticos: los Ministerios del gobierno,
pasaron de dieciséis (16) en 1999 a treinta y seis (36) en 2013 (125%); los
empleados públicos de novecientos mil (900.000) a dos millones trescientos mil
(2.300.000) el 156%.
La relación bolívar-dólar es diez (10bs x 1$) o cincuenta (50bs x 1$) en
la tasa oficial controlada; en el paralelo es superior. El incremento del
precio del dólar desde que asumió la revolución es de 5128%. El precio del
barril de petróleo ha promediado los 106$, con respecto a los 11$ de 1999; un
incremento en los ingresos del 903%; el mayor precio-ingreso de la historia
contemporánea venezolana. Los presupuestos se han establecido a razón de
cuarenta dólares por barril de petróleo, y excedentes sin registro alguno,
manejados a discreción de los gobernantes. Es perentorio destacar la caída de
la producción petrolera, de tres millones de barriles diarios (3.000.000) para
1999, ahora se producen dos millones, doscientos mil barriles (2.200.000),
disminuyendo en 27%.
El incremento de la deuda interna paso de 2.534.000.000.000 en 1999 a
216.000.000.000.000 en 2013, (8424%); y la deuda externa ascendió de
39.911.000.000 en 1999, a 104.481.000.000 en 2013, (162%). Los homicidios de
4.500 a 21.692 (382%); las armas en circulación de 3.400.000 a 15.000.000,
(341%); en la revolución se han invadido 22.500 inmuebles; 600 fincas (2,5
millones de has) y se han estatizado 73 empresas, todas quebradas o destruidas.
La inflación acumulada en la revolución está por el orden del 933%, y la
pobreza su mayor logro, de 6.400.000 pobres en 1999, hay 9.000.000 en 2013,
(41%); la importación de alimentos era del 37%, ahora es del 78%, (111%); las
reservas liquidas en dólares ($), era de 12.000.000.000, ahora son de
2.200.000.000, disminuyeron el 82%. La dependencia de PDVSA era del 60%, ahora
es del 94%.
Los números son indicativo fehaciente, sin cortapisas, de la quiebra del Estado venezolano en manos de la revolución; fracaso planificado, administrado y apoyado por actores mediocres que buscaron refugio en la riqueza fácil proveniente del gobierno, y para quienes el abismo es el límite.
Josue
Arturo Molina Suarez
jarturomolina@gmail.com
@jarturoms1
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