FERNANDO FACCHIN B. |
“El
triunfo de dictadores y demagogos es efímero, pero sus ruinas son eternas.”
Vivimos una tendencia a la regresión
totalitaria destinada a preservar un sistema absolutista, de allí las
habilitantes leyes coercitivas, estamos bajo la filosofía leninista que
sostiene: “fuera del poder absoluto todo es ilusión” y por esa razón consideran
que la libertad ciudadana debe pasar a través de quien detente el gobierno, de
tal manera se demuestra que el odio y desprecio al Estado de Derecho es por el
amor al Estado Absoluto, ese es el mal “ideológico” que subyace en la
infraestructura socio-política que impera y en el desastre económico,
social y
político que resulta del populismo, el reparto desmedido de dinero para
ganar adeptos.
La sociedad está sometida a un arbitrio no
aceptado, cuya legitimidad no se funda en la ley sino en la arbitrariedad
momentánea de la gendarmería de turno en materia ejecutiva, legislativa y
judicial, transformando la democracia en un sistema totalitario, destructor de
las libertades ciudadanas, pero lo grave es la desaparición paulatina de todas
las garantías y derechos ciudadanos bajo la justificación de un pretendido y
falaz “poder democrático”.
Debemos
recordar que la democracia es un medio, no un fin, su finalidad es la libertad
y sin ella la democracia no tiene ningún sentido y al respecto hoy vemos una
involución de las libertades individuales y colectivas mediante dispositivos
legales de carácter pretoriano. La ley, para ser aceptada por la sociedad no
puede estar por encima de las libertades, como de hecho y desgraciadamente está
sucediendo, afortunadamente todo totalitarismo, con fachada democrática o sin
ella, en corto plazo se consume a sí mismo, es siempre el producto reaccionario
de herencia primitiva de remanentes culturales y sociales del colectivismo
tribal o, mejor dicho, es el socialismo a lo cubano.
La
forma de democracia directa que nos queda es la Asamblea Nacional, la cual
debemos ganar y preservar por encima de todo, y, mediante ella, establecer y
aplicar las mejores herramientas de análisis y lógica a nuestro alcance, para
luego implementar acciones pragmáticas y efectivas en función del futuro
nacional, en consecuencia, sin esperar más, hagamos debido uso del “Poder de la
gente”.
Es
de esperarse que el próximo año la aletargada vida cotidiana se sacuda y despierte.
Los ciudadanos nos encontremos hombro con hombro, impulsados hacia una nueva
solidaridad con los jóvenes a la cabeza.
Se siente en el ambiente que algo nos falta hacer, no sólo a los
partidos y a la MUD, sino a toda la sociedad, para seguir promoviendo la
participación ciudadana.
Es
urgente activar una unidad electoral que nos permita la verdadera expresión del
poder popular a través de la participación masiva de la sociedad en la Asamblea
Nacional para definir las reglas de juego que regirán al país, que frene la
imposición de leyes draconianas mediante habilitantes; por esa razón: "Debemos obrar, no para ir contra el
destino, sino para ir delante de él", (Friedrich Hebbel)
“Ha
habido tiranos y asesinos, y por un tiempo pueden parecer invencibles, pero al
final siempre caen" Mahatma Gandhi. Un deseo no cambia nada; una decisión
cambia todo.
Fernando
Facchin Barreto
ffacchinb@gmail.com
@fernandofacchin
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