sábado, 13 de septiembre de 2014

SAÚL GODOY GÓMEZ, LA CRISIS DE LA OPOSICIÓN,

Se veía venir, los nubarrones estaban sobre el horizonte y este es un buen momento para resolverla, a las crisis no hay que tenerles miedo, se enfrentan y ya, lo que resulte es lo que conviene, pero dejar correr la arruga, hacerse el loco no ayuda a nadie, al contrario aumentan las presiones, se agrian las relaciones y se acumulan disgustos que pueden explotar en el momento menos conveniente.

Tal como yo lo veo lo que enfrentamos es una división en el seno de la MUD, hay dos grupos enfrentados, los socialistas y los de la derecha, hay dos maneras de ver lo que acaece en el país, y dos maneras de actuar.

Están por un lado los partidos que yo llamo tradicionales, Ad y Copey y sus variantes, Primero Justicia, un Nuevo Tiempo, el MAS, Avanzada Progresista y otros partidos de marcada tendencia socialista, y entre sus dirigentes destacan Ramos Allup, Julio Borges, Enrique Capriles, Omar Barboza, Roberto Enriques y otros.

Y en la otra esquina, se encuentran las organizaciones políticas Vente Venezuela, Voluntad Popular, Alianza Un Bravo Pueblo, Proyecto Venezuela y otros partidos que se identifican no tanto ideológicamente, como por la actitud de este grupo para enfrentar al régimen. Entre sus líderes se encuentran María Corina Machado, Leopoldo López, Antonio Ledezma, Diego Arria, entre otros.

La diferencia fundamental entre estos dos bandos, es que los socialistas tradicionales creen que hay las condiciones institucionales y de ley necesarias para ir a una contienda electoral con posibilidades de triunfo, y los Chicos de la Derecha creen que  esta dictadura debe salir ya, puesto que el país está arruinado y en puertas de un estallido social.

Los socialistas no han caracterizado al régimen como dictadura, lo han reconocido como legitimo, a pesar de que las pasadas elecciones presidenciales sus resultados fueron cuestionados, creen en una salida pacífica y están dispuestos a negociar y a llegar a términos con el chavismo, este grupo cree que hay garantías constitucionales suficientes como para seguir insistiendo en soluciones democráticas, por lo que han sido adversos a las protestas y acciones de calle que algunos sectores sociales como los estudiantes, han planteado para demostrar su descontento con el gobierno.

Los de la derecha, algunos de sus líderes están presos o perseguidos, le han exigido la renuncia al Presidente a quien consideran ilegitimo, creen que no hay condiciones mínimas para llevar a cabo un proceso electoral medianamente pulcro, piensan que la constitución ha sido desconocida por los factores que gobiernan, que están sometidos al tutelaje de un gobierno extranjero y que no hay democracia en el país, son los que han acompañado al pueblo en sus protestas.

Los socialistas para honrar su posición han tenido que aceptar al gobierno comunista como un igual, es decir, como si fuera democrático, respetuoso del estado de derecho y garante de la constitución, para poder mantener esta posición han tenido que aceptar una serie de situaciones criminales y de actos de gobierno de facto como si fueran normales, se han callado criticas y mirado al otro lado cuando el gobierno a violado las normas fundamentales, sobre todo en lo referente a Derechos Humanos.

Los de la derecha han tenido que sufrir persecuciones, cárcel, torturas por su actitud combativa y su política de “cero tolerancia” hacia las violaciones flagrantes de la constitución, no se han callado la boca ante el avance del totalitarismo en el país, han marcado distancia y se han diferenciado del gobierno.

Los socialistas esconden su cobardía y colaboracionismo detrás del pacifismo a ultranza, constantemente arguyen que prefieren la paz del esclavo que la lucha del hombre libre, prefieren la inmovilidad y proteger sus pequeñas parcelas de supuesta paz (a pesar de la masacre generalizada de ciudadanos en la calle en manos de la violencia),  de su esperanza de que algún día algo o alguien cambiará las circunstancias del país.

Los de la derecha saben que se juegan la vida en esta cruzada por el rescate del país, dan batalla a todo nivel y en cualquier oportunidad, sea esta política, social o cultural, aun no pueden hacerlo militarmente porque carecen de los medios, pero en el futuro parece inevitable. Los de la derecha saben que tienen que cambiar el destino del país, nadie va hacer por ellos lo que es su deber acometer.

Los socialistas sabotean las iniciativas de la derecha, quieren embozalarlos con convenios y contratos que favorecen sus salidas electorales, niegan la pavorosa dinámica de los cambios que vive en país, niegan cualquier otra solución a la crisis sino la negociación con el enemigo en los términos más humillantes, niegan la posibilidad de que la MUD pueda contar, en algún momento, con un brazo armado tal y como lo tiene la izquierda chavista, emularlos y decir como ellos: “somos un capitalismo pacifico pero armado”.

Los socialistas, por afinidad ideología con el socialismo del siglo XXI, creen que pueden lograr condiciones de convivencia con el gobierno, pretenden sobrevivir en servidumbre bajo el ala del chavismo y con la posibilidad que los financien mientras se mantengan “light”, y hasta puede que les dejen ganar ciertos cargos en las elecciones, para así justificar ante el mundo, que en Venezuela existe una democracia y que ellos, los socialistas, son la opción pues todavía pueden jugar el juego electoral.

Pero vamos al análisis de lo fundamental, los partidos socialistas están esperando un financiamiento de organizaciones extranjeras, muchas de ellas a las que están afiliados como partidos políticos, estas ayudas son tradicionales y legales en buena parte del mundo y responde al interés de afianzar los procesos democráticos y fomentar el conocimiento y formación ciudadana. 
Pero el gobierno castro-comunista de Maduro ve estas ayudas como contrarias a sus intereses hegemónicos y totalitarios, por lo que ha hecho que este financiamiento algo ilegal, pero aun así estos recursos percolan y llegan, buena parte de estos dineros se usan para financiar las campañas electorales.

Para acezar a estos recursos, los partidos afiliados a las organizaciones internacionales, deben presentar un plan con sus estrategias, el plan que han presentado los partidos socialistas ha sido el tradicional, aumentar su base electoral, una movilización de sus factores a regiones y pueblos en el interior del país, tener presencia en los barrios, una campaña puerta por puerta, es una estrategia que requiere de mucho tiempo y paciencia, de contar con un ambiente estable y sin sobresaltos, es decir de una normalidad que en nuestro país no existe.

Esta estrategia fue impuesta en el seno de la Mesa de la Unidad en forma de un pacto, para garantizarse ellos ese financiamiento, razón por la cual son tan reacios a aceptar cualquier movimiento que perturbe las aguas del escenario expresado en su plan, por eso es que La Salida fue y es rechazada como lo hicieron, incluso denunciándola como perversa y fracasada, por ello es que le retiraron el apoyo a Leopoldo López y lo dejaron solo, al final todo era aparentemente por dinero, por proteger unos cargos, por su sobrevivencia política, que no es malo, lo malo es su falta de transparencia.

Ante estas insalvables diferencias, políticas y morales, creo que una división de la MUD es hasta saludable, pues entonces los partidos tradicionales o socialistas, se darían cuenta que no tienen seguidores o que los que tienen son tan pocos, que estarían condenados a su desaparición, sus políticas y acciones los han alejado del pueblo, han vivido de los réditos obtenidos de ser parte de la unidad, el caudal de votos que alegan tener los consiguieron gracias a las tarjetas únicas, pero una vez que se separen van a caer en cuenta de la realidad, están solos.

En cambio los partidos de la derecha crecen continuamente, están levantando simpatías en el pueblo porque la gente descubre que es gente preocupada por sus problemas cotidianos, que les dan oportunidad para que se expresen, que no van a los pueblos, a las industrias, a los campos a predicar formulas de laboratorio ni el credo de una organización política infalible, sino a congregarlos para que resistan y se preparen para lo que viene.

La gente se da cuenta que para tener sensibilidad social no necesariamente hay que ser un socialista o un comunista, que ser de derechas no excluye la responsabilidad social, que el odio que predican los castro-comunistas del PSUV en contra del capitalismo, es no solo malsano, sino lleno de mentiras, lo que quieren es que sólo el estado sea el capitalista, y le dejan al pueblo la miseria del comunismo, pero el capitalismo no funciona así, es necesario que todos seamos parte del sistema productivo, que todos nos beneficiemos, que todos progresemos, en paz, en un estado de derecho, con justicia y donde se respete la propiedad privada.

El péndulo de la historia se mueve indetenible hacia la derecha, los comunistas pusieron a Venezuela a pasar hambre y con hambre no se va a ningún lado, dejemos que los partidos socialistas, los tradicionales se vayan y se den cuenta de su error, y cuando caigan en consciencia que lo que tienen son cascarones vacios, entones van a querer regresar a la unidad. –

Saul Godoy Gomez
saulgodoy@gmail.com
@godoy_saul

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