La incertidumbre, ha
de entenderse como la falta de certeza sobre algo que puede ocurrir (no sabemos
qué va a pasar) que muy especialmente se genera en el ámbito económico,
político y social.
La teoría económica, facilita una estructura lógica para
organizar y analizar datos en aras de formular políticas económicas a objeto de
corregir desbalances y desequilibrios (macro y microeconómicos), evitando
convertir la economía en una disciplina meramente descriptiva e histórica.
Siendo así, y en lo atinente a este artículo, el pretender una visualización
(distinto a una predicción) del comportamiento económico posible para el 4T2014
exige una titánica claridad (incluida la lucha personal entre lo subjetivo y lo
objetivo) de difícil materialización, habida cuenta que el pasado económico es
preciso y cuantificable, mientras que el futuro económico es cualitativo e
impreciso más aún cuando, obviamente, detrás de cada evento económico
(inflación, sobrevaluación, devaluación, disminución del empleo digno,
estancamiento, desabastecimiento, escasez, pérdida del poder adquisitivo,
deslizamiento en el estrato social, elevación del costo de vida, menor calidad de
vida, entre otros) hay causas múltiples que lo provocan; a la par de un elevado
número de individuos involucrados en la gestión económica (muchos sin los
méritos requeridos) que continuamente cambian de rumbo (ante la ausencia de un
dispositivo ideológico), induciendo que las estimaciones basadas en relaciones
y hechos pasados no necesariamente se correspondan (para bien o mal) con el
futuro. En resumen, la incertidumbre hace referencia a una situación futura que
no sabemos cómo pude desarrollarse y cuanto puede afectarnos; que en el caso de
la economía puede conducirnos a diversos estados de ánimo tales como ansiedad,
miedo, angustia, estrés, infelicidad, preocupación, depresión, y muy
especialmente la toma de decisiones equivocadas.
Un contexto cuantitativo,
relativo a determinados aspectos vinculados al funcionamiento pasado de nuestra
economía, resulta de utilidad para aproximarnos a una visión cara al 4T2014;
dentro de ellos podemos: inflación anualizada agosto 2013-2014 de un 63,4%,
configurando una potencial hiperinflación (inflación superior al 100% en un
año); un salario mínimo (Bs 4.251) percibido por aproximadamente el 70% de la
fuerza laboral, que no permite cubrir la Canasta Alimentaria Normativa
reportada por el INE en mayo 2014 (Bs 4.449); el monto diario de US$ que en
promedio está ingresando este año, equivale a la mitad de las importaciones
diarias efectuadas durante 2012, en evidente escenario recesivo; crecimiento de
un 69% (julio 2013-2014) en la liquidez monetaria; déficit fiscal no cualitativo ( justificado y
pertinente) superior al 15% del PIB; caída de las reservas internacionales
(agosto 2014) al nivel histórico más bajo (US$ 20.058 millones), con el
agravante de una disponibilidad inferior a los US% 1.760 millones; escasez del
33%; importación de un 80% del consumo nacional; exportaciones donde la venta
de petróleo representa más del 95%; entre otros aspectos. El escenario de
incertidumbre que se desprende de esta realidad, podemos intentar reducirlo a
la luz de la formulación de especificas interrogantes cuya respuestas
configuren un “indicio” sobre el devenir de nuestra economía: ¿Habrá un dialogo
transparente entre el Gobierno y el sector privado? ¿Se definirá un sistema
económico? ¿Se instrumentará un modelo económico? ¿Se detendrá la emisión de
dinero inorgánico? ¿Se reducirá la liquidez monetaria? ¿Se combatirá la
inflación? ¿Habrá unificación cambiaria? ¿Se creará un clima de confianza que
estimule la repatriación de divisas y la inversión extranjera directa? ¿Se
revisará la Ley de Precios Justos? Se respetará la pluralidad del pensamiento?
¿Funcionará el estado de derecho y la división de poderes? ¿Ante el evento
electoral del 2015 no habrá un incremento del gasto público populista? ¿Se devolverá la economía a la sociedad? Hacemos
un alto, para abrir un espacio a efectos de la reflexión del lector sobre las
interrogantes formuladas. Continuemos. Mención aparte merecen otros dos
aspectos (1) La percepción de fricción entre el bienestar ciudadano y Wall
Street, ante la debida responsabilidad jurídica (y pragmática) que debe asumir
el Gobierno de cancelar la deuda externa (2014 y 2015) garantizada con bonos
soberanos y de PDVSA, hasta por un monto de US$ 4.500 millones en 2014 y de US$
10.000 millones en 2015, sin contar, aparentemente, con las divisas netas
(luego de hacer frente a las deudas internas con el sector privado y
otros)requeridas para ello; (2) El Gobierno tiene previsto impulsar la economía
comunal para seguir (desde nuestro juicio) perfilando en el “pueblo” una condición
de solidaridad obligatoria que autocensure sus críticas.
En fin, la
incertidumbre económica reducirá su presencia durante el 4T2014 si se observa
una sincera y científica reorientación del hecho económico por parte del
Gobierno Nacional; incluido un marco de libertad de pensamiento que impulse
ideas (proveniente de todos los sectores) para el análisis, la discusión y
formulación de propuestas más allá de la retórica populista y los rumores.
Jesús Alexis González
Jagp611@gmail.com
@jesusalexis2020
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