jueves, 14 de agosto de 2014

PEDRO BERNARDO CELIS, UNIÓN FORZADA

Tuve la oportunidad de ver por estos días Libertador, coproducción hispano venezolana, dirigida por Alberto Arvelo y protagonizada por Edgar Ramírez. De extraordinaria factura, la película nos transporta a la Venezuela mantuana en la que se gestan las luchas de independencia. Narra la vida novelada de Simón Bolívar sin ningún tipo de rigor histórico. Con un enfoque épico y humano a la vez, se atreve a comparar al Alejandro Magno que conquista y unifica medio mundo, con el Simón Bolívar que intenta liberar a la América del Sur.

La meta de unión que ambos personajes históricos se trazaron en vida, se esfuma con sus muertes. Ambos se hicieron indispensables y fracasaron en sus propósitos de una unión que perdurara en el tiempo. Libertador no pretende ser una película de exactitud histórica. Abarca muchos años y muchos eventos.

Desdibuja a otros personajes históricos que aparecen en la película. Miranda, Páez y Santander son vistos a través del angosto lente de la traición imaginada de Bolívar. Sin embargo, Libertador logra focalizarse en el Bolívar de carne y hueso y transmitirnos una visión del ser humano a través de eventos que con seguridad marcaron su vida personal y pública. De extraordinaria fotografía, actuación y puesta en escena, es una superproducción altamente recomendable.

Rescato de la película Libertador, la meta de Bolívar de unificar a toda la América del Sur. Un sueño que sin lugar a dudas será realidad en un futuro lejano, pero que hace doscientos años no encontró la tierra fértil para desarrollarse. Bolívar afirma en uno de sus diálogos, que su sueño de unión era diferente al de Washington y Jefferson porque el pretendía la unión de todas las clases sociales. En el mejor de los casos una gran licencia histórica pero la realidad es que Bolívar nunca liberó a los esclavos. Los honores de la liberación de los esclavos fueron para Abraham Lincoln en Estados Unidos (1863) y José Gregorio Monagas en Venezuela (1856). El sueño de unión de Bolívar si era igual al de Washington y Jefferson, y era la forma en que Bolívar intuía que Sur América podría ser potencia mundial y hacer vida de tú a tú con Estados Unidos y Europa.

Como el de Alejandro Magno, el sueño de Bolívar terminó cuando murió. No terminó antes por respeto a su vida y a sus logros. Washington y Jefferson lograron la unión al Norte, que Bolívar no pudo al Sur. El éxito de la unión estadounidense se basó en la descentralización y en la separación de poderes. Poder ejecutivo, legislativo y judicial separados e igualados. En la película, Santander le reclama a Bolívar el inmenso poder que amasa al querer ser presidente de tan vasto imperio. A Bolívar, como a Napoleón, no se les ocurrió que la clave para el éxito de una unión entre hombres libres era por sobre todo la descentralización y la separación de poderes. El hombre que se asume libre no quiere cambiar un sometimiento por otro, aunque éste sea percibido y no real.

Libertador ilustra las dificultades de la unión, vistas a través del lente de Bolívar. Son las mismas dificultades que tenemos los venezolanos, guardando las distancias, al querer conformar la unidad democrática para liberarnos del yugo castro comunista. La coyuntura actual de la Mesa de la Unidad Democrática, abre las puertas a nuevas propuestas más completas para perfeccionar la Unidad de la oposición democrática en Venezuela. Resalto aquí las propuestas de Carlos Blanco (@carlosblancog) y Agustín Blanco Muñoz (@ablancomunoz), quienes promueven una unidad descentralizada donde todos sumen, todos puedan sumar, y todos sean dejados sumar a la unidad.

Agustín Blanco Muñoz lleva años escribiendo sobre la constitución de un Movimiento de Movimientos. Total y absoluta descentralización. Carlos Blanco propone la conformación de un Congreso Ciudadano para el manejo descentralizado de las múltiples propuestas que se generen y una posible estructuración de poderes separados, claves para la unión. En el marco del pensamiento sistémico, el Movimiento de Movimientos y el Congreso Ciudadano son jerarquías creadas para conformar sistemas sociales más robustos.

Las jerarquías se construyen para servir a los ciudadanos y hacer posible la unión entre ellos. María Corina Machado, en sus artículos de opinión del 19 de julio de 2014 y del 02 de agosto de 2014 por este medio, asume el reto de aportar su esfuerzo al Congreso Ciudadano y al Movimiento de Movimientos. Es el camino a seguir para lograr una unidad en la oposición. Es por sobre todo, el camino a seguir para la unión y libertad de la nación.
En el mundo moderno, el mayor y más exitoso modelo de unión lo vemos en la Unión Europea. Ejemplo de descentralización extrema. Unión en pleno desarrollo. Estructuras sociales jerárquicas en un sistema social altamente descentralizado en términos de poder y en términos geográficos son las bases para que en el futuro logremos la unión suramericana y cumplamos el sueño de Bolívar.

Pedro Bernardo Celis
pbcelis@usb.ve
@ProfPBCelis

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