Aveledo renunció y la MUD se estremeció. Para
Aveledo, el reconocimiento y el aval muy
merecidos, y la satisfacción porque sigue siendo parte de la lucha de la
Venezuela de democracia, libertad y justicia.
Uno que otro lunar relacionado con la
negativa casi total de los partidos a la sociedad civil en las planchas
electorales, con base en el pensar que esa actividad es su “patrimonio”.
Esto es algo que deben rectificar los
partidos en los tiempos por venir, porque mientras mayor sea la falta de
democracia, más necesaria es la participación de la sociedad, junto con la de
unos partidos eficientemente democráticos.
Al decir esto, se está obviamente asumiendo
la disposición de la sociedad a esa participación, algo que tiene que
incrementarse significativamente, y a lo cual deben contribuir los partidos.
La MUD no es una institución permanente, sino
más bien un proceso que debemos desarrollar mientras padezcamos la falta de
democracia hasta alcanzar la meta vital, y que debe ser uno de los actores
protagónicos.
En este presente, al lado de la MUD, lo más
necesario para la oposición venezolana es actualizar el conocimiento y
comprensión de la realidad nacional, en la cual parece que se pueden apreciar
dos rasgos, el debilitamiento progresivo y acumulativo del gobierno y la falta
de credibilidad en el proceso electoral; es decir, se puede ver como una
posibilidad el hecho de que se evolucione hacia el cese del gobierno sin que se
pueda administrar electoralmente.
Se pudiera agregar el deterioro de la
oposición, incluyendo lo que luce como ausencia o déficit de liderazgo, todo lo
cual completaría un cuadro complejo y caótico del país, y que exigiría su
estudio para buscarle correctivos, tal como hace la medicina con los enfermos
más graves.
Esto lleva a compartir la invitación a la
reunión de los venezolanos opositores para realizar el análisis esencial de
esta nueva realidad venezolana, el cual pudiera enfocar diversos escenarios con
mayor o menor grado de probabilidad de ocurrencia, y entre los cuales se pueden
imaginar, entre otros, la terminación caótica de la gestión de Maduro y su
continuación a cargo del PSUV, la terminación caótica del gobierno del
chavecismo y la terminación constitucional del gobierno de Maduro.
La falta de credibilidad en el CNE lleva a no
incluir escenarios como una Constituyente, un Revocatorio y la elección de la
Asamblea Nacional en 2015. Mucho menos se incluye la elección presidencia en
2019 porque para ese entonces la vigencia de Venezuela sería muy precaria.
Sin embargo, lo más importante es que se
realice este análisis y se procure alcanzar un consenso acerca de qué hacer y
cómo hacerlo para lograr la meta vital, recuperar a Venezuela.
Ojalá que el consenso fuera de 100%, pero eso
no es imprescindible, y más bien puede ser mejor que no lo sea porque puede
haber participaciones que contribuyan a una imagen totalmente unitaria, pero
que no comparten debidamente la meta vital.
Evidentemente, este consenso se tiene que
traducir en el qué y el cómo hacer, lo cual, a su vez, exige una organización,
la MUD renovada, u otra incluyendo a la MUD, que coordine el trabajo patriótico
de todos sus integrantes, y cuya dirección luce que debería encomendarse a
ciudadanos con capacidad, talento y credibilidad para tan importante misión, y
preferiblemente sin compromiso o cercanía con alguna organización o aspiración
personal.
Douglas Jatem Villa
djatem@gmail.com
@djatemv
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