martes, 19 de agosto de 2014

CARLOS CANACHE MATA, LOS ACERTIJOS DE LA POLÍTICA

   Con frecuencia se nos pregunta “¿cuándo salimos de esto?”, en referencia al régimen instalado en el país desde hace 15 años. Quienes nos interrogan tal vez ignoran que es difícil pronosticar los desenlaces políticos. A mi mente vienen, cada vez que nos solicitan opinión sobre el término de la autocracia militar existente y la vuelta de la democracia, dos anécdotas históricas.

  
En enero de 1917 Lenin dijo, en un discurso pronunciado desde su exilio en Suiza, que “la revolución tardaría aún mucho tiempo en llegar”. Un mes después, el 23 de febrero de ese año, estallaron la huelga obrera y los motines que, al recibir el apoyo de la guarnición militar de Petrogrado, obligaron al zar Nicolás II a abdicar la corona. Esa Revolución de Febrero, que sorprendió a Lenin, condujo meses después a la Revolución de Octubre (golpe de Estado bolchevique).

   Una boutade del sabio Albert Einstein también refleja las incertidumbres y dificultades de la política. Pocos años antes de morir en 1955, un periodista quiso saber por qué él no  había continuado en la actividad política, en la que había obtenido triunfos en sus años de juventud, y su respuesta fue que la política era una ciencia “muy compleja” y que por eso “preferí dedicarme a la física nuclear”.

   Guardando las distancias de espacio y tiempo, aterrizamos en nuestro país para afirmar que se puede predecir que el gobierno actual ha entrado en su fase terminal, pero sin que se pueda fijar la fecha exacta de su desaparición. Una gigantesca marcha popular aventó a Chávez de la presidencia el 11 de abril de 2002, pero nadie podía adivinar que el mal manejo de la situación desde Miraflores lo iba a reponer en el poder 48 horas después. Cuando Nicolás Maduro asciende a la presidencia mediante el fraude del 14 de abril de 2013, a lo que se sumaba su descomunal ignorancia para ejercer el cargo, todo el mundo creía que duraría días o semanas en la posición usurpada. No ha sido así y, “por ahora”, las profecías no se han cumplido.

   La grave crisis económica que vivimos, superpuesta a una también grave crisis política e institucional, podría vaticinar el fin muy cercano del régimen. Inevitablemente vendrá una devaluación de la moneda (eufemísticamente llamada unificación o convergencia cambiaria), una reforma fiscal y aumento de tarifas de los servicios públicos, medidas monetarias restrictivas, eventual incremento del precio de la gasolina, etc, aunado a la insuficiencia de divisas para atender las importaciones y el servicio de la deuda pública: ese explosivo tótum revolútum conducirá a una inflación de tres dígitos y a una profundización de la escasez y el desabastecimiento.

   Ante esos datos tangibles, tampoco podemos predecir la fecha  del derrumbe gubernamental porque desconocemos la magnitud de la reacción popular en la calle y de los diversos estamentos de la nación  a la hora de expresar su descontento y su protesta.

    Así de difícil y enigmática es la política.

Carlos Canache Mata
canachemata@gmail.com
@CarlosCanacheMa

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