“La unidad es la variedad, y la variedad es la unidad es la ley suprema del universo” Isaac Newton (1643 – 1727) Físico, filósofo, teólogo, inventor, alquimista y matemático.
La frase utilizada acertadamente por el
Alcalde Metropolitano y uno de los líderes más esclarecidos de la oposición,
Antonio Ledezma, no tiene desperdicio. En esta hora aciaga que vive la
República, nos unimos o nos hundimos. Eso desde luego incluye a un amplio
sector de venezolanos, que creyó en el proyecto chavista y ya se convenció del
inmenso fracaso que resultó para el país. Está claro. El gobierno se cae solito
y se requiere un proyecto alterno de salvación nacional. Lo patriótico es la
UNIDAD. Lo que está a la vista no necesita anteojos.
En ese escenario es indispensable que exista
una oposición unida, coherente y que no sólo se oponga por oponerse ¡No! una
oposición que tenga argumentos contundentes y convincentes para oponerse, a lo
que hay que oponerse, ofrecer posibles soluciones y lo más importante, convertirse
en una real opción de poder, presentando un proyecto de país, que enamore a la
gente, de lo que indiscutiblemente es posible.
Merecemos vivir mejor y tenemos con qué. Echémosle ganas.
La realidad del país es dramática. El
gobierno se cae solito. En el pueblo hay un gran descontento con la cúpula
podrida e ineficiente que asaltó el poder, pero la oposición, atomizada, sin
proyecto y sin un liderazgo colectivo unido, no capitaliza ese descontento, ni
capitalizará ese descontento. Hay que revisarse, reinventarse e impulsarse.
Mientras tanto, estamos mal y vamos peor. Es allí, dónde cobra vigencia, la
frase de Ledezma: o nos unimos o nos hundimos. No hay otra opción.
El diálogo debe comenzar por los sectores de
oposición, llegar a acuerdos mínimos, unificar criterios, trabajar y elaborar
un proyecto de país, fijar una autentica estrategia democrática de oposición y
desarrollarla junto al pueblo por el medio de la calle. La gente no entiende,
que teniendo tantas tareas pendientes, en beneficio del colectivo, algunos
líderes de oposición, insistan en una lucha fratricida, que sólo beneficia al
gobierno, que nos conduce al abismo. Es hora de pensar en la patria. Las oportunidades
las pintan calvas.
Los supremos intereses de país, están por
encima de torneos de egos, de ambiciones
personales y grupales. Gracias a Dios, no hay Mesías, líder único y mucho menos
parcialidad política que pueda imponerse sola. Nadie es dueño absoluta de la
verdad. La unidad se construye en la variedad,
diversidad y las contradicciones.
Venezuela bien merece el esfuerzo. El liderazgo tiene y debe ser
colectivo y unitario. O nos unimos o nos hundimos. No hay peor ciego que el que no quiere ver.
José “Cheo” Salazar
sjose307@gmail.com
@Cheotigre
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