lunes, 28 de julio de 2014

HUMBERTO SEIJAS PITTALUGA, ESTUPIDECES PARA TAPAR ESCÁNDALOS, SESQUIPEDALIA

Y viceversa.  Como estamos inanemente mandados por unos babiecas que solo son avispados para entrarle a saco al erario, los venezolanos tenemos que padecer, semana tras semana, el sartal de sandeces que inventan para tapar los alborotos en los que se ven envueltos, y el rimero de tole-toles  que generan para intentar encubrir las muchas estupideces que ya son como marca de fábrica de los desgobernantes actuales.  La semana pasada —y aunque no es mucha la capacidad de asombro que nos queda— nos quedamos pasmados al ver cómo trataron de ponerle, con lo que fuese, un silenciador al estruendo del narcogeneral, alias “el pollo”, detenido en Aruba; y no se les ocurrió algo mejor que disponer que le dieses sendas golpizas , en cayapa, y mientras estaban durmiendo, a unos inermes presos políticos que están en una cárcel militar donde no debieran estar —por dos razones: porque son inocentes, y porque unos civiles a los cuales no se les ha imputado delito alguno, delito militar mucho menos, no tienen por qué estar recluidos en esa instalación.  La “requisa” que devino en tunda inmisericorde, estemos claros, no fue decidida por el coronel que tiene a cargo la instalación penitenciaria; eso fue algo ordenado desde muy arriba.

Los golpes recibidos por el alcalde Scarano y el comisario Lucchese me duelen mucho; casi como que si los hubiese recibido yo.  Porque soy amigo de ambos desde hace más de treinta años.  Y porque Toti (como le decimos cariñosamente a Salvatore) es familia, aunque sin nexos sanguíneos; es una de esas familias que se constituyen por decisión.  Desde que su padre, don Vincenzo tuvo que salir de Venezuela —como consecuencia del razonable terror que sintieron él y a doña Rosalía, luego de haber sido torturados por horas por una banda de delincuentes que entró en su casa para robarlos— Toti decidió, e informó a los allegados,  que yo reemplazaría al padre emigrado.  Reconozco que fueron pocos los consejos que tuve que darle; porque siempre fue persona sensata; pero mis hijos lo tienen como un hermano, y hasta compadre de mi hijo varón es.

Salgo de la digresión y regreso al tema.

El tal “pollo” no es ninguna mansa paloma; una perita en dulce, menos.  Desde el año 2008 está sindicado internacionalmente por colaborar con las FARC en sus operaciones de terrorismo y narcotráfico.  De hecho, es uno de los muchos nombres de autoridades venezolanas, civiles y militares, que aparecieron en el computador de Rafael Reyes.  Según ese comandante guerrillero, Carvajal les había ofrecido a las FARC tanto armas como listas de nombre de personas prominentes que pudieran ser secuestradas para obtener fondos.  Y por ahí se comenta que, luego de ser cómplice de alias “Jabón” en tráfico de drogas, lo mandó a raspar en un escondite que este tenía en los Andes para que no lo mencionara si lo agarraban preso.

Al tipo se le complica más la cosa, de ser extraditado a los Estados Unidos, porque al llegar a su destino puede que se le agraven los cargos, de narcotráfico a terrorismo, con lo cual sería sujeto de la “Patriot Act” y por lo cual hasta pudiera pisar el suelo de su amada Cuba, pero no para tomar mojitos en el “Tropicana” sino del lado de acá de la cerca de Guantánamo.  No hay duda alguna de que los conmilitones (y hasta socios) de quien ya no usa caras chemises rojas sino un burdo atuendo anaranjado deben estar asustados: corren el riesgo de que no puedan salir de Venezuela a gozar de sus mal habidas fortunas en ningún país serio y desarrollado; solo les quedarían, sus amadas Cuba, Bolivia y Siria.  Porque Ni en Nicaragua ni en Rusia estarían seguros.  En la primera, el pederasta y dipsómano (para ponerlo elegantemente) del Ortega es capaz de venderlos por cuatro lochas (es un decir, me refiero a “verdes”); y en la segunda, se miran en el espejo de Snowden, que no está preso, pero que tampoco tiene mucha movilidad.  Además, las mafias rusas saben cómo cobrar protección a otros mafiosos.  Y, por si fuera poco, allá pega mucho frío; no como cuando se retrataban con Mickey Mouse en Orlando…

En todo caso, hay que recordar las declaraciones de Makled, aquellas en las cuales informaba que tenía en nómina a varios generales (por cierto, ¿qué será del sirio con más reales después de Harum-Al-Rashid?).  Al recordar esos nombres, y ver lo que está sucediendo, me entra un fresquito: un general a quien hace años le dije que por su comportamiento no era un caballero ni un oficial, mucho menos un hombre, es mencionado en esas declaraciones como el que recibía 200 millones para repartir —miti-miti— por quien está matando su tiempo aprendiendo papiamento. 

Otros intentos distractivos apurados por el régimen van desde el ridículo y momentáneo: “No volamos a Aruba, sí volamos a Aruba”, con la cual iban a pagar, una vez más, inocentes por pecadores, hasta la novísima alcahuetería de la Sala Inconstitucional, capitaneada por Madame Botox, berreando porque a un impoluto copartidario los malucos gringos —encompinchados con los muérganos holandeses y con la complicidad de los desagradecidos arubanos— lo detuvieron y lo secuestraron por algo de lo que es inocente.  Es que nunca leyeron a Tirso de Molina: “no hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague”…

Humberto Seijas Pittaluga
hacheseijaspe@gmail.com

@seijaspitt

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